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Neoconservadores de izquierda y derecha

Está otra vez de moda el término Neoconservador, es decir aquellos “demócratas” del norte que son partidarios del intervencionismo y odio al comunismo o socialismo. Trump y su banda de anglosajones neos, representan a los neoconservadores que por supuesto intentarán reordenar el mundo a su imagen y semejanza. Gentes que además no comparten con los avances y las conquistas sociales, por ejemplo con los movimientos LGTB. En extremo, muchos de sus componentes son radicales de extrema derecha.

Lo interesante de ese fenómeno es que las coincidencias de posiciones extremas, también se dan en filas de la izquierda. Donde personas a nombre de la revolución o el pueblo, pues son tan neoconservadores con sus posiciones burócratas, caudillistas, con absoluta ausencia de ideas y terriblemente contrarios a los cambios y avances del mundo. Con sus posiciones dictatoriales incluso con sus mismos compañeros. Precisamente por estas posiciones retrógradas de izquierda, los neoconservadores de derecha han realizado avances por todo el mundo.

El mundo y su historia ya nos ha asombrado con creces, con personajes como Stalin o Pol Pot, entre otros varios, que realmente se lucieron con sus cárceles para intelectuales, pensadores, científicos y personas comprometidas con las revoluciones; personas críticas y valientes respecto a errores o desvíos brutales a nombre de la revolución. Pues de todo eso ya se ha escrito y reflexionado por todo el mundo. Sin embargo, otra vez realmente no aprendemos nada de los signos de la historia.

La crítica es por todos lados, la palabra que da miedo. O que produce que las élites de izquierda se asusten ante el sentido común de las ideas. Porque donde hay miedo, hay dictadura. Y eso simplemente es contrario a las ideas, a los debates, a la intelectualidad, o contrario a la crítica de las bases. Sin crítica, como nos ha mostrado la historia, simplemente se inician procesos dictatoriales que justifican absolutamente todo. Incluso la muerte.

La decadencia de occidente (de izquierda y derecha) tiene que ver precisamente con la agonía de la crítica. Sus diplomáticos ahora son mediocres políticos, que sólo aportan con el montón y la bulla. Con la brutalidad como argumento político. Occidente ha abandonado a sus críticos, a sus intelectuales y herejes que eran la base más importante de sus avances sociales, económicos y científicos. Dando lugar a tecnócratas y burócratas pragmáticos, que sólo son soldados de la mediocridad política.

Los peligros que acechan el mundo hoy tienen que ver con los enormes avances tecnológicos, científicos y de información al respecto. Porque estos impresionantes avances de las ciencias, se encuentran en manos de peligrosos políticos, ignorantes y bárbaros modernos que pues nada les interesa de los consensos, de la democracia o los acuerdos. Tienen en sus manos artefactos e instrumentos para imponer totalitariamente su “democracia” moderna. Es decir, a sangre y fuego.

Pero las utopías deben continuar. El sueño de hacer de este mundo un paraíso tiene que seguir, aun eso cueste siglos de espera y paciencia. En estos territorios sabemos de esas historias, desde nuestros ancestros que han iniciado sus propias batallas por la vida y la dignidad. Pues esas batallas no han sido en vano. Son las raíces que debemos continuar, a pesar que muchas veces como estos tiempos oscuros y violentos, son percances de sangre y miseria. Son enormes obstáculos que nublan las esperanzas y los sueños. Las utopías para por fin morar bien en este planeta deben seguir. De hecho hay esfuerzos por todo el mundo, sacrificios contra estos tiempos neoconservadores, retrógrados e injustos. 

Mientras haya hambrientos, mujeres con sus niños en nuestras calles, mientras haya élites neos de izquierda o derecha que traicionan a las bases, y los utilizan en sus propios fines, siempre habrá razones para buscar cambios y revoluciones. Siempre habrá utopías que construir para hacer de este mundo más digno y justo. 

La primera crítica debería ser la inmensa miseria que tenemos en nuestras calles. Suficiente crítica de la realidad para hacer algo más profundo. Pero los neos prefieren los lindos discursos de revolución o cambios liberales. Qué les puede importar de la terrible realidad, donde la falta de trabajo y ausencia de leyes que protejan a los jóvenes, hacen que la sociedad sea de capitalismo salvaje y brutal. Ese analfabetismo funcional y ausencia de conocimientos científicos, es lo más corrupto que les nubla el ser mismo, para encubrirse por los discursos y lindas palabras de esperanzas vacías.

Esa decadencia occidental (de izquierda y derecha) ciertamente afecta en el conjunto de la sociedad. Afecta sobre todo en los más pobres. En los desheredados de siempre, y abandonados por todas las élites neos. Esa decadencia es también una oportunidad para otras posibilidades y culturas en el mundo. Pero, como en nuestro caso, todavía están embelesados por el sistema y sus lucecitas brillantes: farras, fiestas, inconsciencia total sobre los acontecimientos reales, miseria, pobreza mental y física. Por supuesto ausencia de ideas y propuestas nuevas para el mundo de hoy.

Sin embargo, las utopías deben seguir a pesar de los tiempos neos y violentos. Las nuevas generaciones tienen que construir sus propios derroteros y utopías, para sus tiempos y coyunturas actuales. Lo contrario, pues, los cavernarios armamentistas y trogloditas políticos, que tienen en sus manos artefactos como las bombas atómicas, simplemente destruirán nuestro planeta. En Bolivia, los neos criollos, destruirán la herencia de nuestros ancestros que iniciaron estas batallas hace muchos siglos.

Opinión
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Avasallamiento de tierras: Muerto el perro, se acabó la rabia…

Cuando hablamos del avasallamiento a predios productivos en el campo nos referimos a gente que, haciendo uso de la fuerza y la violencia, afrenta a la ley y a las instituciones para lograr sus intereses y apetitos personales: No se trata de gente que quiere hacer agricultura o ganadería y trabajar honradamente. Normalmente, es gente contratada para amedrentar y tomar por la fuerza tierras que están en producción en las que, por años de años, se invirtió mucho tiempo y dinero para tal efecto. 

En realidad, este franco asalto a la propiedad privada tiene que ver con la toma violenta de tierras en producción, para su reventa, y, hasta que ello ocurra, se roban la maquinaria y vehículos, cosechan para sí lo que ya está sembrado y extorsionan a nuestros agricultores nacionales o extranjeros, que han hecho familia en el país, “para que puedan seguir trabajando”. ¡Increíble! 

Cuando lo que más precisa Bolivia es inversión para producir y exportar más y así volver a la normalidad de otros años, creciendo y desarrollándonos en base al esfuerzo privado, en general, y, a la alta capacidad de sacrificio de nuestros productores del campo, en particular, los avasalladores se oponen a ello porque les importa un bledo el bienestar de la gente, a ellos, así como a los autores intelectuales de tales hechos delictivos, lo único que les interesa es su billetera. 

Digo esto porque nos había alegrado conocer la noticia que, entre decenas de predios invadidos en el Departamento de Santa Cruz, la propiedad Santa Rita, en la provincia Guarayos, finalmente había sido liberada de manos de tales delincuentes y puesta en custodia, una valorable acción instruida por el Ministro de Gobierno, Dr. Eduardo Del Castillo, destacado para ello más de 250 efectivos, amparado en una investigación previa y los dictámenes del INRA y la justicia, por lo que tal determinación se consideró una señal de respaldo no solo al sector directamente afectado -los productores del agro cruceño- sino, una advertencia a las mafias criminales que atentan contra la propiedad privada, como dijera el Viceministro de Régimen Interior y Policía, Gral. Jhonny Aguilera, que personalmente dirigió la operación el 29 de noviembre de 2024 y para quien también va el destaque del hecho, por su valentía en el cumplimiento del deber. 

Sin embargo, un día después, a media mañana, una gran cantidad de motos con gente encapuchada, alcoholizada y drogada -portando armas de fuego y armas blancas- volvieron a invadir la propiedad, atacando su campamento con petardos de alto poder, agrediendo a los 60 policías que estaban en el lugar, obligándolos a su repliegue luego de sufrir heridos y hasta el secuestro de un efectivo. 

Los avasalladores son tan avezados que “se llevaron vehículos y maquinaria, sin permiso del dueño” e intimidaron a los trabajadores, diciéndoles que acaben de cosechar y se vayan de ahí, porque, si no, tomarían medidas… 

¿Quiénes se creen estos tipos para atropellar la propiedad privada, robar y amenazar a quienes lo único que quieren es trabajar en paz? ¿Quiénes son éstos que hasta intentaron quemar el puente del acceso a Santa Rita, para incomunicarla y que, además, arengan a gente pobre del lugar para que los protejan y se expresen a su favor, por unos pesos? ¡Cuánta maldad, típica de las mafias desquiciadas por dinero y poder! Lamentablemente, esa noche, el predio vecino, San Fernando, fue invadido por 20 motos que agredieron al único trabajador que resguardaba su campamento principal, obligándolo a salir de allí. Es vox populi que el centro de operaciones de estos facinerosos es la propiedad Santagro, víctima también del asalto armado, en su poder desde 2023. 

Frente a la situación, el Ministerio de Gobierno hizo el trabajo que le correspondía con acciones de Inteligencia para recuperar Santa Rita con una nueva incursión. 

No es algo menor que el propio Ministro de Gobierno se ocupe de un asunto que tiene que ver con un sector estratégico -el agroalimentario- en función de la autosuficiencia y la soberanía alimentaria, generando los mayores volúmenes de excedentes posibles de exportación para traer divisas y financiar la importación de insumos, equipos de transporte, bienes de capital, combustibles y otros que son necesarios para garantizar la normal actividad en el campo y la ciudad. 

Por eso, el beneplácito del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), que públicamente han valorado tales acciones, mucho más, cuando un reciente sondeo de percepción ciudadana resultó lapidario para los avasalladores por el frontal rechazo a dicho delito y la crítica al Órgano Judicial, ya que un 89% dijo que la justicia no defiende a los productores del agro frente a los tomatierras y un 99% urgió al Gobierno a tomar medidas valientes; de ahí lo destacable del Ministro Del Castillo con acciones contundentes que, ojalá, acaben para siempre con tal flagelo. 

Atacar a fondo el problema es apremiante, sabiendo que, muerto el perro, se acabó la rabia...

Buscando la verdad
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Escuela de cuadros políticos

En mi época universitaria a mediados de los años ochenta, en plena crisis de la UDP, existían escuelas de cuadros políticos para generar disciplina partidaria y, sobre todo, consciencia revolucionaria. Precisamente en ambientes de la UMSA, los troskistas y comunistas se esmeraban en reclutar gente para conformar sus escuelas de cuadros. Al respecto, los troskos eran impresionantes por sus exigencias a sus cuadros. Sus exámenes finales eran discursos en la calle, en medio de la población, para entrenar sus recursos discursivos y de consciencia revolucionaria.

Filemón Escobar, uno de los grandes de los dirigentes mineros, nos comentaba en aula que en sus épocas de joven, allá por Catavi y Siglo XX, leían marxismo todos los días en el sindicato. Tenían que estar parados, pues después de 10 horas en la explotación del trabajo los compañeros se dormían en los cursos de política. Por tanto, por disciplina tenían que estar parados analizando los textos marxistas y sindicales. Proezas importantes de las escuelas de cuadros, que hoy no existen ni por asomo.

Los caudillos no necesitan escuelas de cuadros. Porque son dioses de por sí y sólo necesitan ovejas que les sigan, que les digan sí a todo y que les adoren además. En parte eso refleja la política en estas coyunturas complejas. Desde la caída del muro de Berlín y la muerte de los socialismos reales, también se murieron las escuelas de cuadros por todo el mundo. Esa profunda crisis de los socialismos reales, cundió el pánico y ciertamente bajaron sus recursos para formar cuadros políticos. En Bolivia también pasó eso.

En estos años de peleas partidarias, se nota esa ausencia de formación política e ideológica. Se pensó llenar por el azar de las pasiones. Eso sólo llevó a la política boliviana a la devaluación total de las ideas, de la intelectualidad, de los debates y los insumos políticos de calidad. Y vemos, por ejemplo, en el parlamento no existen debates hace muchos años, sino trifulcas cavernarias y peleas boxísticas ante la ausencia de ideas y política real, es decir de debates de ideas y posiciones ideológicas como políticas.

El griterío y la brutalidad han reemplazado sin duda alguna a los debates, a los intercambios de posiciones políticas y partidarias. Las amenazas con abogansters y amenazas de juicios o procesos judiciales han reemplazado a las ideas políticas. Es nomás un tiempo realmente mediocre y analfabeto respecto de documentos políticos, o al menos pasquines coyunturales de ideas políticas.

Es verdad que las escuelas de cuadros, de las épocas de la guerra fría, fueron importantes espacios donde se debatían y se tomaban posturas políticas importantes. Se formaban realmente cuadros dirigenciales de alto valor político. Eso lo hemos vivido quiénes fuimos testigos en aquellos años de la guerra fría. Gran parte de los dirigentes del proletariado minero, han sido resultados de esos esfuerzos partidarios o sindicales de las escuelas de cuadros.

Es cierto también, aunque es debate de otro tiempo y espacio, que varios de estos cuadros se corrompieron o se vendieron después al neoliberalismo. Dejando de lado todos sus compromisos con sus bases.

La constatación de estas experiencias es que son tan necesarios los espacios de formación, de análisis y debates en la política. Porque sólo las pasiones y las posturas caudillistas no nos llevan muy lejos, sino a la adoración de grupos pequeños que se acostumbran a ser dioses y tener ovejas de militantes. Eso es a la degradación de la política, que es en definitiva el servicio a las bases, el servicio al bien común y a la comunidad.

Ojalá la política, como servicio a la colectividad y la sociedad, recuperara en algo aquella tradición pedagógica y educativa de las escuelas de cuadros. Sean partidarias o sindicales como en el caso del proletariado minero, son demasiado importantes en la formación de nuevos cuadros políticos. Sino ya vemos los resultados de las prácticas politiqueras: brutalidad y fuerza bruta, más que ideas y consensos políticos.

En todo caso, las escuelas de cuadros de la guerra fría en Bolivia, fueron articuladores importantes de formación de líderes. Que en la medida de lo posible respondieron a una época concreta. Respondieron a una etapa distinta de nuestra historia. Fueron necesarios para aquellas circunstancias de la historia. Cierto que no todo fue color de rosas; pero respondieron  a su medida. Varios de ellos realmente fueron brillantes oradores, intelectuales de la política e incluso escritores de su tiempo, en la política.

Hoy, ni las universidades tienen ese privilegio de tener escuelas de cuadros políticos. Sumergidos en la mediocridad total de las ideas, siguen nomás las enfermedades de estos tiempos: mediocridad total y ausencia total de ideas políticas. Por eso, pues recordar que el pasado puede enseñar si es que realizamos sistematizaciones de dichas experiencias. Aspectos positivos que sí han funcionado con creces, a pesar de las amarguras y los fracasos.

En todos los aspectos, la educación y la formación de cuadros políticos son pasos necesarios, como actitudes políticas serias que darán resultados más adecuados, a las necesidades actuales. La bulla, el griterío y la brutalidad de la fuerza agresiva sólo nos conducen a resultados de resentimiento y más brutalidad. A venganzas triviales sin sentido alguno.

Opinión
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Doble instancia y los Petrocontratos


El derecho de la víctima y el imputado a que se revise la sentencia por otro Tribunal  y el derecho a ser oído para que se imponga una condena son derechos fundamentales, reconocidos por el art. 8 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y nuestra Constitución; se conocen como prohibición de juicio en rebeldía y derecho a la doble instancia. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, a partir de Herrera Ulloa vs. Costa Rica, es uniforme en garantizar estos dos derechos como núcleo esencial del “debido proceso”.  El 22 de noviembre de 2024 en Arboleda Gomez vs Colombia, la Corte IDH ha condenado a Colombia y le ordenó que cambie su normativa en el plazo de un año y garantice la doble instancia, eso puede representar cambios inclusive en la Constitución de Colombia (link Sentencia).

En el caso de Bolivia, la Constitución de 2009, y las anteriores Constituciones, determina que el Juicio de Responsabilidades es un Juicio de ÚNICA INSTANCIA que debe ser conocido por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (en adelante TSJ).  Se ha condenado en UNICA INSTANCIA a los militares del Caso Febrero Negro, al exministro Mendez y otros militares en el Caso Misiles Chinos y ahora al expresidente Sanchez de Lozada y exautoridades de su gestión (Jorge Berondiague) y de las gestiones del Coronel Banzer y Tuto Quiroga (Carlos Alberto Quiroga y Carlos Alberto Contreras). La sentencia fue pronunciada esta semana y representa un voto dividido de los 9 Magistrados del TSJ: 

    1.    La Magistrada de Tarija, Cristina Diaz Sosa, votó por la nulidad de obrados (link Nulidad Sosa). Los Magistrados Antonio Revilla (Chuquisaca) y Edwin Aguayo (Potosí) fueron disidentes, es decir que estos tres Magistrados no están de acuerdo con la sentencia condenatoria y en su voto disidente deciden que el TSJ no puede condenar en única instancia porque eso determinaría responsabilidad para el Estado Boliviano. (link votos Revilla y Aguayo). 
    2.    Entre los que decidieron la Condena se dividen en dos grupos. Los Magistrados Nuria Gonzales (Cochabamba) y Ricardo Torrez (Pando) votan por la condena, pero solamente por el delito de incumplimiento de deberes y señalan que el Ministerio Público no produjo prueba suficiente para condenar por el delito de conducta antieconómica (link voto Nuria Torres).  Los Magistrados Marco Jaimes (Oruro), Juan Carlos Berrios (La Paz), Carlos Eguez (Beni) y Olvis Eguez (Santa Cruz) votan por la condena por los delitos de incumplimiento de deberes y conducta antieconómica, sin embargo señalan expresamente que “… a este Tribunal no le corresponde determinar si aquellos contratos eran o no favorables a los intereses del Estado, sino más bien al privársele de esta facultad al Congreso Nacional …”. 

Es un voto dividido, en el que solo 4 de 9 Magistrados votaron por la condena por los dos delitos y fijaron una condena de 6 años y 3 meses de privación de libertad en contra de Goni y 5 años para los demás imputados. Los cinco Magistrados que manifestaron diferentes posiciones y fueron disidentes representan la mayoría de la Sala. La Constitución dice que para condenar se necesita la mayoría absoluta del pleno es decir 5 de 9 votos uniformes. Esos 5 votos solo existieron para el delito de incumplimiento de deberes que tienen una pena de un mes a un año, y por tanto no podría ser objeto de extradición. 

El fondo del caso es el juicio de la Capitalización vs. la Nacionalización; por eso, el denunciante, Evo Morales, y otros aliados sostuvieron que hubo grave daño al Estado por la firma de los contratos de riesgo compartido.  Lo que se buscó determinar es si la Capitalización, la Ley de Hidrocarburos de Goni  y la manera en que se firmaron y ejecutaron los contratos fueron compatibles con la normativa vigente. La teoría del caso, para determinar que existe daño económico al Estado, cuestiona los beneficios de la capitalización, los niega  y resalta el modelo de la nacionalización. La inversión extranjera, lo exploración de nuevos campos y pozos y especialmente la seguridad jurídica han creado un problema al sector de hidrocarburos y este juicio fue en gran medida responsable de que las empresas decidan dejar de invertir en Bolivia.   

En este caso, que fue dividido, muchos de los gerentes y apoderados de las empresas petroleras fueron liberados de responsabilidad penal. El mismo Tuto Quiroga fue indultado por Evo Morales. 

Lo relevante de este caso es el Control de Convencionalidad que ha dispuesto el Tribunal Supremo de Justicia, puesto que ha suspendido por un año el cumplimiento y la ejecución de la sentencia. El TSJ está exhortando al Estado Boliviano a cumplir con la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, garantizando la impugnación de la sentencia “… de modo que, al cumplimiento de la referida exhortación, se dispondrá la reanudación de los plazos procesales”.  Esto significa que el Estado debe modificar la Constitución y suprimir las frases que permiten el juicio en ÚNICA INSTANCIA,  conforme al procedimiento señalado por la propia Constitución que requiere un referéndum de aprobación con el voto del pueblo Boliviano.  Se abre un nuevo capitulo que esperemos nos garantice un debido proceso y un pleno respeto a los derechos humanos; el abuso y la arbitrariedad no tienen posibilidad de existir si los Magistrados, como ocurrió en este caso, respetan su juramento de preservar la Constitución (link notificación votos).

Opinión
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Nuevos tiempos y viejas costumbres

Existen temas estructurales en nuestra historia: colonialidad, colonialismo, dependencia, Estado republicano y ausencia de políticas de Estado. Sin embargo, los tiempos corren y cambian. Los tiempos son imperdonables si es que no resolvemos problemas del pasado. Los pueblos al final buscan sus liberaciones e independencias a pesar de sus caudillos, a pesar de sus líderes muchas veces inútiles y totalmente oportunistas. En definitiva, los pueblos buscan mejores días en la existencia terrenal, en la construcción de sus historias e identidades.

En nuestra región sudamericana la política gira hacia el conservadurismo. A pesar de la victoria de un izquierdista en Uruguay, que es otro tipo de izquierda y democracia por allá. La región se encalla hacia la derecha, en términos de la política tradicional. Además, pues están envalentonados porque por el norte del mundo sucede lo mismo.

Lo más grave de nuestros derroteros, es que no existe crítica alguna intelectual. Al margen de artículos de prensa marginales y para el café de las clases a medias. Lo que ha sucedido en estos últimos veinte años, necesita con urgencia balances, ejercicios  intelectuales en profundidad, crítica de todos los aspectos políticos e ideológicos que sirvan a la sociedad, a todos los sectores, sean privados o estatales, que sirvan en definitiva a un verdadero encuentro de todos, en función de sacar conclusiones reales de los acontecimientos.

La ausencia de crítica simplemente nos conduce al desorden y caos total, a la bulla callejera, a los griteríos de ignorantes y a las brutales actitudes politiqueras, que sólo encubren los verdaderos problemas de nuestra sociedad. A las viejas costumbres del corporativismo de todos lados, que sólo destruyen lo que es de todos: El Estado. Porque el Estado es de todos, todos somos Estado.

Nuestro Estado todavía colonial, republicano y ajeno a las realidades sociales de la gente común, sigue en construcción. Pero vemos que no es suficiente lo que se ha hecho hasta ahora. Es incompleto, es poco Estado moderno, es nada eficiente, en incompetente, está impregnado por las viejas costumbres y mañas de la politiquería tradicional, que tienen peso a la hora de la verdad. Y no da espacios a los bolivianos que realmente pueden cambiar y aportar en serio al Estado en construcción.

En algunas épocas de nuestra historia, cuando la guerra fría, el concepto de consciencia era demasiado importante. Es decir, los acontecimientos políticos requerían de toma de consciencia real de la situación. Al parecer, hoy, ya no se requiere de considerar una toma de consciencia, sino sólo de pertenecer a grupos organizados y muchas veces delincuenciales, para ejercer actitudes políticas. Eso ha devaluado notablemente la calidad de la política. Por eso la ausencia crítica y básicas maneras de hacer debates acerca de los acontecimientos políticos. Es suficiente gritar, ejercer presión brutal callejera e imponerse por el miedo del oponente.

La ausencia de ideas políticas en la realidad actual, es la constante normal. No hay pasquines como en otros tiempos, no hay documentos políticos de coyuntura, no hay análisis de coyuntura del país. Todavía peor, no hay realmente escritos intelectuales de aportes sobre los complejos de nuestra historia. Esa debacle intelectual y política dice mucho del momento actual. Es la lectura real de lo que sucede.

Las nuevas generaciones tampoco se manifiestan en estas coyunturas. Cierto que su situación económica es terrible. Más ocupados en el mundo de las redes sociales, escapando ideológicamente de la realidad, no tienen presencia ni mucho menos en todo lo que sucede en el país. En todo caso, tienen mucho que decir porque son testigos de todo lo que ha sucedido hasta ahora. Pero quizás les cuesta encontrar los mecanismos de comunicación al país.

Nuevos tiempos pero viejas costumbres que se resisten a morir. En algunos casos porque son costumbres dañinas, que tienen influencia en los comportamientos políticos tradicionales. En otros porque son parte de los comportamientos del pueblo, como los religiosos, que no se desprenden de la cotidianidad también tradicional. No es arriesgado afirmar que nuestra sociedad, en general no es moderna. Es decir, seguimos anclados allá en los siglos XIX y algo del XX. En sentido mental, costumbrista, tradicional.

Los nuevos tiempos son muy exigentes, respecto de la economía, de las ciencias, de las exigencias en las instituciones. Los radicales cambios en las tendencias de la política, de las ciencias y el ritmo de las investigaciones de punta, requieren que los países se pongan en órbita de dichos cambios. Ya no funcionan, no se justifican los discursos tradicionales de izquierda o derecha.

Fundamentalmente requerimos crítica. La urgencia de componentes críticos en la intelectualidad y la política, curarían en mucho la tragedia de ausencia de crítica. Nuestras experiencias, sobre todo nuestros fracasos que son muchos y sangrientos, deberían enseñarnos también mucho. Pero no es así. Seguimos repitiendo errores que cuestan demasiado al país. Sobre todo  a los más pobres, que son las inmensas mayorías del país.                         

Opinión
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¡Oh! gran Máximo Décimo Meridio

Imagina que estás en la arena. En estado shock por el ruido ensordecedor de una multitud que ruge, pero no te aclama, no te conoce, no le importas. En las gradas están los mismos de siempre: los que heredan el poder como si esto fuera una Dictadura romana, los que fingen ser héroes, que les importamos, mientras saquean lo que pueden y le roban al pueblo. Ahí estás tú, armado con un palo, con tus sueños rotos, enfrentándote a un sistema que quiere verte caer. No es la Roma decadente de Gladiator II pero se le parece mucho, es la arena del Circo boliviano.

En Gladiator II Lucio no busca la gloria, pero tampoco se queda inmovil en la inercia de un Imperio envilecido, corrupto e inmoral. Se enfrenta a la putrefacción de un Estado que celebra la opresión y la disfraza de espectáculo. ¿Te suena familiar? En Bolivia, hemos tenido un cuasi Emperador y a su heredero gobernándonos, son nuestros césares modernos: políticos que a nombre del cambio han engordado sus billeteras, mientras el pueblo grita ¡Piedad!, todos presenciamos la carnicería del Estado Plurinacional.

Lucio al igual que Máximo se ve obligado a entrar en la arena, NO fue su elección, la necesidad del momento lo puso en la situación de enfrentar al imperio y derrotarlo. ¿Y tú? ¿no sientes el llamado de la patria que te necesita? Porque déjame decirte algo, aunque vivas en el placebo que te da estar todo el día en el celular viendo memes y “Tik Tokers”, aunque digas a mí no me importa la política, ya estás en la arena. Entonces, te das cuenta que luchar no es opcional, es cuestión de sobrevivencia.

El imperio nos quiere dóciles, distraídos y divididos. El sistema te alimenta con mentiras y mucho circo en las redes, para que sigas despistado, mientras se roban el oro del Imperio. ¿Y nosotros?, en lugar de romper cadenas, discutimos si el Emperador debe matar a su padre o solo desterrarlo, como si eso importara mientras el Coliseo se está cayendo a pedazos.

Lucio se enfrentó a su destino. Nadie le salvó, nadie le rescató. Es la perfecta metáfora que confirma que solo el pueblo salva al pueblo. Nadie te salvará, ni te rescatará, solo tú tienes el poder colectivo de hacerlo, la arena está llena de jóvenes como tú: con ganas de irse de aquí, desilusionados, desempleados, endeudados. Somos parte de este espectáculo que entretiene a la rosca en el poder, ellos nos miran comiendo uvas, mientras nos desangramos.

La pregunta incómoda: ¿Qué vas a hacer?

Gladiador II no es solo una película épica, es un espejo brutal. ¿Vas a ser como Lucio, que hizo suyo el dolor de Máximo y lo convirtió en acción? ¿O vas a ser parte de la tribuna, que aplaude mientras el Coliseo se hunde contigo dentro?

Bolivia necesita menos influencers y más gladiadores. Necesita jóvenes conscientes que no solo critiquen, sino que actúen. Que entiendan que la verdadera fuerza no está en el ruido, sino en la organización y en la acción colectiva.

¿Estás listo? La arena del Coliseo ruge. ¿Lucharás o esperarás a que la roca de la inercia te aplaste?

Opinión
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La globalización agoniza

La globalización nació como un instrumento de imposición y triunfo del capitalismo sobre el derrumbe del socialismo real. Después de la caída del muro de Berlín en 1989, dicho triunfo de las mentalidades liberales occidentales se plasmaron en las virtudes de la globalización: libre comercio y libre circulación del comercio por el mundo; por supuesto, menos de seres humanos. Ese escenario les favorecía totalmente a los países occidentales, que en los años 90 significaban el 90% de la economía mundial. Hoy esos mismos países ricos sólo representan el 37% de la economía mundial. Por tanto, ya no les conviene la globalización.

Por eso, entre otras cosas complejas, el resurgimiento de los nacionalismos de ultraderecha en occidente. La consigna de Trump es tan simple como eso: primero América. Regresar sus industrias que estaban en China, por los bajos sueldos a nombre del libre comercio, porque China ya no es la misma de hace 30 años, sino una potencia competitiva. Pues China produce los mejores automóviles eléctricos del mundo, con precios accesibles y competitivos que los Estados Unidos ni Europa pueden competir. Por tanto, mejor cerrar fronteras y cobrar aranceles totalmente anti económicos y anti liberales.

A estas alturas occidente ya no puede competir con varios países del mundo, varios de ellos del BRICs, porque se han quedado atrasados en el proceso del capitalismo competitivo. Entonces están acudiendo al expediente nacionalista conservador, para cuidar sus mercados internos de manera imperial y colonial.

Sin embargo, el mundo ha cambiado dramáticamente. No es el mismo de hace treinta años ni en lo político ni en lo económico. Al parecer, las élites de occidente realmente no se han enterado y siguen con sus visiones coloniales e imperiales. Anclados en el pasado de los siglos XVI y XIX, todavía conviviendo con sus señoriales puntos de vista cuando el mundo está cambiando a ritmos veloces.

Una de las exigencias por todo el mundo es la urgente necesidad de transformación de las finanzas mundiales. Hoy totalmente totalitarias y con condicionamientos coloniales, que no permiten competencias limpias y en términos más democráticos. Desde la perspectiva política, el mundo ya empieza a girar hacia multilateralismos donde ningún país y sus satélites, como hasta hoy, se atribuya ser dueño del mundo. 

Las guerras de Vietnam y Afganistán han sido un rotundo fracaso para las potencias imperiales. Sin embargo, ni esas experiencias del fracaso les enseñan a sus diplomáticos algo, para entender los profundos cambios en el mundo. Pero es cierto que el sistema se alimenta económicamente de las guerras. Necesita el sistema de guerras. Es lo más atroz y terriblemente cruel, pues el sacrificio de millones de seres humanos, sólo para satisfacer a cúpulas y élites del primer mundo enriqueciendo al infinito.

Lo que estamos pasando es una compleja transición hacia moldes o modelos todavía desconocidos. Tendremos varios años de incertidumbre mundial. Años de reacomodo mundial, donde todos busquemos un mejor lugar. Sin embargo, las contradicciones y choques de intereses poderosos seguirán siendo las constantes en estos cambios.

Bolivia siendo periferia de la periferia muy poco puede contribuir a estos cambios. Sólo ver donde más nos conviene para nuestra sobrevivencia. Sin estrategias de Estado, sin estrategias de sociedad civil, todavía sin resolver nuestros problemas estructurales, sólo nos queda al menos, si es que hay algo de inteligencia, ver donde podemos ganar más dinero y espacios de decisiones políticas acorde a nuestros intereses.

Bolivia tiene que sacar lecciones de estos cambios mundiales e internos. Pero eso es si es que tenemos equipos altamente capacitados y especializados, para estos análisis estratégicos. Hoy, no tenemos estos equipos especializados, sino grupos de politiqueros ideologizados que ya sabemos no sirven de nada. Sin estos análisis necesarios como insumos para planificaciones de país estratégicos, simplemente seguiremos caminando a ciegas y con discursitos coyunturales totalmente desfasados de los acontecimientos mundiales.

En todos los procesos mundiales, como en la globalización, Bolivia sólo es un país periférico extractivista. Aportamos desde la colonia con materias primas sin que eso nos deje riqueza sostenible. Ni siquiera producimos alimentos nuestros. Seguimos como siempre, con los sueños a cuestas; sin aterrizar en proyectos realmente estratégicos y totalmente bolivianos.

La Globalización fue aprovechada por algunos países, que tienen objetivos estratégicos hacia el mundo. Ese fue el caso de China e India. Nosotros no aprovechamos en nada, sino como sobrevivencia y exportadores sólo de materias primas. Ahora la globalización ya pasa y muere; nosotros sólo somos simples espectadores del palco tercermundista, sin personalidad diplomática y peor sin personalidad económica. La pobreza y miseria siguen campeando nuestras calles, nuestras ciudades.

Los cambios que se producen por el mundo no tocan nuestra puerta, porque no tenemos las condiciones básicas para al menos acompañar a esos cambios. Con sistemas educativos caducos e ineficientes, con politiqueros analfabetos que ni idea tienen de planes estratégicos de país, pues nuestro presente y futuro es nomás oscuro e incierto.

La globalización agoniza y otros escenarios se dibujan en el mundo. Los países con objetivos y planes estratégicos ya corren para acomodarse en esos escenarios. Bolivia sigue nomás en el siglo XIX, en la periferia de la periferia: mental, costumbrista, politiquera y absolutamente mediocre. En fin.

Opinión
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Avasallamientos, impunidad, indefensión y sanción social

La inseguridad jurídica y el irrespeto de los derechos de propiedad bajan la inversión, la producción y el empleo, pero, también, aumentan la corrupción, la informalidad y la violencia, me dijo hace años un amigo a quien tengo en alta estima y de quien prefiero guardar su identidad por el tema que paso a abordar. Cualquier parecido con nuestra realidad, es mera coincidencia… 

Este profesional de nacionalidad peruana, que trabajó en organismos de altísimo nivel, me recordó que los avasallamientos en el agro, con diferentes intensidades, se han dado en muchos países como Nicaragua, Venezuela, Zimbawe, Mozambique, Angola, entre otros, y, algo parecido pasó en Perú con la Reforma Agraria del gobierno de Velasco Alvarado (1968-1975), que luego derivó en el traslado de gente del campo a las ciudades. 

Me explicó que a partir de las invasiones de tierras, aparecieron los llamados pueblos jóvenes o barrios marginales en el Perú, con agitadores que si bien se mostraban preocupados por los pobres sin techo, pasaron a ser bandas mafiosas que, en combinación con funcionarios corruptos de los registros públicos de propiedad, identificaban terrenos para su invasión, preparándolo todo meticulosamente con planos, para vender los lotes a los futuros invasores. 

Me refirió que el “pago” incluía el transporte y materiales para la invasión. La mafia proporcionaba matones armados, esteras y palos para construir chozas, así como banderas y camiones para llevar a los invasores a asentarse y tomar posesión. Con el tiempo, esa gente lograba que los políticos les dieran títulos de propiedad, luz y agua, a cambio de votos, y los agitadores se hacían ricos con la venta de tierras invadidas, para lo cual compraban a jueces y políticos. 

Dijo, también, que este delictuoso accionar solamente se limitaba cuando la prensa los identificaba, investigaba y denunciaba, obligando al gobierno, por la presión de los medios de comunicación, a portarse un poco más respetuoso de la propiedad privada, logrando aminorarse las invasiones. Finalmente, lamentó que los delincuentes siempre idean nuevas formas de usurpación, porque “las manzanas podridas, aunque las cambien de canasta, siguen podridas”. 

A estas alturas del relato ¿entendió ya el porqué de tan largo prólogo? Ya sabe, cualquier parecido con nuestra realidad, es pura coincidencia… 

Recuerdo que en 2013 se llegó a tener 117 predios productivos avasallados en el Departamento de Santa Cruz, preocupando no solo al sector agropecuario, agroindustrial y agroexportador -como directamente afectado- sino, también, al propio gobierno, porque ello impediría avanzar con la propuesta de triplicar la producción de alimentos hasta el festejo del Bicentenario de Bolivia en 2025. 

Hecha la investigación del caso, el Gobierno descubrió tráfico de tierras y actuó en consecuencia, con la Ley en la mano, en cumplimiento de su altísima responsabilidad constitucional de garantizar la seguridad jurídica, la protección de la propiedad privada y la seguridad ciudadana, esto es, la integridad de los productores del agro, que, me consta lo que voy a decir ¡cuántas veces con sudor y lágrimas riegan la tierra para que no falte el alimento en nuestras mesas! 

Sin embargo, eso ya es historia. Una vez más, Santa Cruz, que aporta con el 77% al volumen total de alimentos del país y con el 88% a las agroexportaciones que generan los dólares que tanto precisamos, sufre una escalada de violencia con el avasallamiento de tierras productivas por gente organizada, encapuchada y armada. Su modus operandi está filmado, documentado y los delincuentes, identificados. Entonces, salta la pregunta: ¿Y el Estado? 

Es tal la indefensión en la que está hoy el productor del agro cruceño -amenazado, extorsionado, asediado- que, a diferencia del 2013, cuando se creó la Asociación de Productores de Predios Avasallados para defenderlos, no quiere denunciar por temor, de ahí que no se sabe cuántos están en tan triste situación como si no tuvieran ya bastante con la escasez del dólar y el diésel; los insufribles bloqueos; las vicisitudes con los precios; la cruda sequía; las plagas, etc. 

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), motivado por el derrumbe de la producción agrícola y la agroexportación, hizo un sondeo sobre el tema para conocer la percepción ciudadana, con respuestas más que contundentes: 

El 99% dijo que el avasallamiento de predios productivos daña al desarrollo del país, que la justicia debe sancionar severamente a los avasalladores y, urgió al Gobierno a tomar medidas contra este delito que afrenta la seguridad jurídica. 

Un 98% opinó que los avasallamientos frenan una mayor inversión privada en el agro y el 97% dijo que ello impide producir y exportar más alimentos. 

Un 83% dijo saber que hay gente armada avasallando impunemente, de ahí que el 89% sentenció que la justicia no defiende al productor: Una grave sanción social que se podría revertir castigando a quienes se ríen de la Ley, haciendo pensar mal, a muchos, sobre el accionar del Estado…

Buscando la verdad
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Bolivia Urgente!!!

Es profundamente doloroso ver partir jóvenes de Bolivia. Las filas que vemos todas las mañanas en migraciones, simplemente tienen que doler. Los jóvenes no abandonan este país porque les plazca, sino porque no hay oportunidades de trabajo, de negocios, de creatividades y emprendimientos en sus sueños de dignidad y realización. Seguimos nomás repitiendo errores pasados, con politiqueros anti bolivianos, anti populares, anti indígenas que lo único que consiguen son desorden, bloqueos, caudillismos brutales, que hunden y destruyen toda posibilidad de convivencia al menos a mediano plazo.

En Bolivia siempre está presente el mito de Sísifo. El pueblo debe tragarse el trago amargo de soportar sufrimientos injustos, porque quiénes toman el mando del Estado varias veces son inútiles y totalmente ignorantes, para resolver los problemas de siempre. Además de la lentitud realmente terrible, burocrática, profundamente atrasada, sólo aumenta el sufrimiento del país. Los papeleos al infinito, en manos de ignorantes y ausentes de conocimientos básicos de la norma básica, o corruptos por mandato de grupos corporativos que roban y roban todo lo poco que tiene este país.

Hoy, los jóvenes prefieren irse de este lindo país. Sus sueños no se realizarán en este desorden y bajo el manto de los discursos enfermizos, de los gansteriles politiqueros que prefieren los golpes y puños a las palabras y los debates intelectuales o políticos. Ejemplos gansteriles hacia la juventud y niñez del país, que pues sí: son el presente y futuro del país. Pero por esa irresponsabilidad brutal, que no tienen la mínima idea de lo que es Bolivia.

Hace mucho tiempo que es hora de ordenar, de manejar con inteligencia, con políticas de Estado, con los mejores profesionales de este país que sí los hay; pero no tienen las oportunidades necesarias para estar en funciones de la Patria. Hace demasiado tiempo que es hora de por fin Vivir Bien, desde las raíces de este país, con los aportes necesarios de los aspectos positivos del exterior.

No podemos permitir tanto desorden y desinstitucionalización, que sólo afecta a las nuevas generaciones y a los más pobres que siguen siendo millones de habitantes de Bolivia. Ya no caben las aberraciones de los discursos ideológicos y estúpidos. Culpando a fantasmas externos como desahogo de los errores internos, de la ceguera interna que está destruyendo el país.

En definitiva, necesitamos de consensos entre todos los bolivianos que somos necesarios en estos momentos de crisis, de hambre, de ausencia de institucionalidad, de ausencia de esperanzas en el presente y peor en el futuro de Bolivia. Las nuevas generaciones no pueden ser abandonadas a su suerte y azar. Sin posibilidades de trabajo, abandonados a la precariedad total de un presente sin seguridad social, sin protección en las leyes laborales, ni siquiera sin sueldos mínimos, sino con pagos miserables y totalmente injustos. Pero los discursos son por supuestos tan revolucionarios encubriendo estas nuestras realidades cotidianas: jóvenes abandonados y saliendo del país apostando al azar y la suerte.

No podemos permitir esta sangría de nuestros recursos humanos. No podemos ser cómplices de perder lo más sagrado del país, que es su gente joven y prometedora. Porque la gran mayoría son profesionales y entrenados para trabajar en Bolivia. Que conocen nuestra realidad y quisieran aportar en estas realidades. La ignorancia de los politiqueros por supuesto quisieran que se vayan los jóvenes, así no tienen competencia en dónde están medrando.

Las nuevas generaciones no son culpables de semejantes bloqueos mentales, desorden total y desinstitucionalización de la Nación. Están en escenarios de destrucción y corrupción asumiendo que todo eso es normal. Y pues no es normal. No puede ser normal. Semejantes delitos que no se castigan por lo destruido del sistema judicial, hace que los delitos sean costumbres normales.

El país necesita del sentido común. Ese sentido común que es orden, mínima normativa de asegurar algo de certidumbre a todo un país. Ese sentido común que los politiqueros no entienden, por su ignorancia y por sus maneras de ser correa de intereses que nada tienen que ver con el país y sus necesidades. Lo peligroso de no tener sentido común es que hacemos normal del desastre, de la corrupción y la total desinstitucionalización del país.

Bolivia no puede seguir con la enfermedad y costumbre de tener en sus espaldas al mito de Sísifo. Pero necesitamos construir otra vez los tejidos sociales, sobre todo en las ciudades. Cambiar en todos los frentes posibles, desde la política que es el espacio de todos los desastres del país. Donde no hay, con excepciones muy puntuales, pensadores políticos de altura e intelectualmente preparados para los destinos del país. Bolivia no  puede estar condenada por siempre al desastre, como costumbre normal.

Son demasiados siglos de sufrimiento, de incertidumbre y de normalizar el desastre y la corrupción. Las nuevas generaciones no pueden seguir con esas terribles e injustas costumbres de la politiquería callejera, ideologizada en términos de brutalidad y bloqueos también brutales como injustos. Bolivia necesita con urgencia salir del desastre, de la historia del desastre y la incertidumbre. Es urgente.

Opinión
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De los misiles de Cuba a los misiles de Ucrania

En 1962 utilizaron a Cuba para poner en peligro al mundo, con la locura atómica. Que es la máxima expresión de la ciencia y la tecnología de occidente: muerte y tragedia. Después desecharon a Cuba y negociaron sus intereses para imponer una paz entre ellos; sin embargo, las guerras continuaron utilizando a otros países y escenarios por todo el mundo. De esos acontecimientos muy poco se ha aprendido, porque lo que sucede en estos días es todavía más grave, pues realmente estamos en la punta del abismo de la locura atómica.

 Como vemos, la historia en occidente de nada sirve. Sólo es una exquisitez de algunos pensadores, para llenar las enciclopedias de las bibliotecas de turismo. Quizás para estudios especializados; pero realmente para nada más. Las guerras y las venganzas, por los motivos que sean son las constantes desde hace siglos, desde que conocemos como historia contemporánea o moderna.

Hace días el presidente de Estados Unidos ordenó al presidente de Ucrania, utilizar sus misiles para atacar Rusia. Irresponsabilidad total a nombre de todo el mundo, sin que les interese ni mucho menos la vida del planeta. En todo caso es el comportamiento habitual desde el norte, que se sienten los que deciden aun estén totalmente equivocados. Al parecer no son conscientes de los actos que tienen, y juegan como en este caso con el presente y futuro de todo el mundo. Así es la modernidad, desde el siglo XVI.

Las Naciones Unidas demuestran otra vez que no sirven realmente para nada. Es una cueva de discursos lindos, llamativos y totalmente inútiles. De hecho los gobiernos más armados del mundo, como los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y China son los que mandan en esa inútil institución. En estos acontecimientos mundiales muy poco pueden hacer ante el poder impune de las armas, de la destrucción cavernaria y la desinstitucionalización mundial.

La política cavernaria de occidente no cambia desde hace siglos hasta la modernidad. La postmodernidad es la continuidad brutal y sin reglas, porque han destruido absolutamente toda posibilidad civilizada de consensos. Palestina es la prueba contundente de este tipo de política. Considerar aspectos positivos sólo nos lleva al consuelo tonto, pues los resultados en el mundo son simplemente sangrientos e injustos, que dura demasiado tiempo.

Los negocios turbios de los fabricantes de armas, inventan enemigos por medio de sus medios de inteligencia como políticas de Estado, para seguir con ese negocio de la guerra que es lo más lucrativo. Qué puede interesarles los 15 mil niños asesinados en Palestina, qué les puede interesar de los miles y miles de muertos en los campos de batalla, en Ucrania y Rusia. Absolutamente nada. Las NNUU son los escenarios ideales para estos mercaderes de la muerte, a nombre de la democracia y sus “altos valores humanos”.

Pues qué autoridad moral pueden tener estos mercaderes de la muerte, para referirse al mundo. Ninguna. En estos meses los discursos de Biden, presidente de Estados Unidos, daban náuseas refiriéndose a la democracia abstracta,  mientras asesinaba niños en Palestina mediante su judío Netanyahu. Ese el grado de democracia que tienen desde occidente, sin ninguna legitimidad moral y ética. Sin ninguna autoridad hacia el mundo desde sus ejemplos de política real, llena de sangre, hipocresía, indecencia total, impunidad y descaro en sus instituciones mundiales.

No existe ética alguna en las élites de occidente. Son nomás lo más degradante que haya existido, como gobernantes. Ni siquiera los gobernantes del imperio romano se asemejan a estos sanguinarios. Ni siquiera Atila o Gengis Kan se comparan, y son mucho más civilizados que estos “cultos y civilizados” gringos.

En estos momentos de la coyuntura mundial, estos indecentes que conducen los hilos del poder mundial, llevan a sus pueblos al matadero sinsentido de las guerras mundiales. Como siempre ellos comandarán desde sus cómodos escritorios, cuando sus pueblos se masacran entre sí, ni siquiera conociendo las razones verdaderas de ese derramamiento de sangre. Eso nos enseña la historia pero estos indecentes no aprenden de ella.

Ojalá que los pueblos del mundo no caigan en estos juegos del odio, del rencor, de la venganza por temas que absolutamente se pueden resolver en la diplomacia. Porque sería darles la razón a los mercaderes de la muerte, que sólo provocan muerte por razones de negocios turbios y mugrientos.

Como vemos estos civilizados y cultos gringos, no aprenden en nada de su propia historia. No les interesa sino seguir sacrificando a sus pueblos, y al mundo, en una lógica cavernaria que deviene de siglos, quizás de milenios de actitudes políticas trogloditas, sin un ápice de humanidad y humanismo básico. Con adelantos científicos y técnicos sin precedentes; pero para la muerte y el odio. Para la venganza y el ojo por ojo.

La crisis de los misiles de Cuba, allá en 1962, está quedando corto ante lo que sucede ahora. La crisis de los misiles de Ucrania, tiene aterradoras circunstancias. Las ciencias del terror, es decir de la guerra, han progresado tanto en su odio que si estalla una guerra nuclear desaparecería toda forma de vida en la tierra. No es ciencia ficción. Es una posibilidad real. Pues, cuál la diferencia entre los cavernarios de palos y piedras de hace miles de años y los actuales gobernantes en occidente? Ninguna diferencia. Son los mismos políticamente: cavernarios. En eso no han progresado nada.

Opinión
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