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Baja del dólar, superávit comercial y mensaje presidencial

En los tiempos que vivimos, no es ya una novedad decir que gran parte de la población está pendiente de lo que pase con el dólar estadounidense. Atrás quedaron los años cuando la orgullosa repetición del “Boliviano fuerte” afrentaba al “dólar debilucho”, producto del exitoso proceso de “bolivianización”. Hay que recordar que al inicio de gestión de la Administración Morales, en 2006, el dólar oficial costaba Bs8,08 y no fue sino hasta dos años después que bajó de los Bs8 para seguir declinando y llegar a Bs6,96 en 2011, nivel en el que se mantiene hasta hoy, aunque es casi imposible conseguirlo a ese precio. El problema es que, siendo que el dólar paralelo se ha fortalecido, el “debilucho”, ahora, es el Boliviano. 

¿Cómo se explica que en tan poco tiempo se haya dado una brecha tan grande entre el dólar oficial y el paralelo, al extremo de llegar a duplicarlo en el “mercado negro”? Simple cuestión de oferta y demanda. 

Cuando Bolivia casi nadaba en dólares, gracias al macrociclo de precios altos que vivió el mundo entre 2004 y 2014, prodigando cuantiosos ingresos al país por el aumento de la exportación de gas al Brasil y Argentina, a la par que los minerales marcaban récords al venderse a los países desarrollados, sumándose a ello el esfuerzo productivo y exportador no tradicional que aportó una enorme cantidad de divisas, con las agroexportaciones como punta de lanza, las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB) treparon hasta superar los 15.000 millones de dólares en 2014. 

Pero, cuando los ingresos por exportación del país empezaron a bajar a partir del 2015 -principalmente los del gas natural, en el sector público- a la par que subían dramáticamente las importaciones, principalmente de combustibles -en el sector público, también- se produjo el desequilibrio y todo cambió. 

Con exportaciones a la baja e importaciones en alza, no podía esperarse otra cosa, sino, que suba el precio de la divisa, máxime, si a ello contribuyó el cambio de expectativas provocadas por políticos y analistas que exacerbaron los ánimos en los agentes económicos, siendo hoy los importadores bolivianos quienes están pagando tan alta factura, sin dejar de lado que la subida del costo de la divisa impacta ya en la formación de precios de los productos nacionales y la oferta de bienes extranjeros en el mercado interno. 

Lo cierto es que, como dije al principio, hoy por hoy, por una u otra razón -real o imaginaria- todo el mundo anda con “el Jesús en la boca” por la volatilidad del dólar y su ascendente cotización, de ahí que la gran noticia de los últimos días resultó, que el dólar empezó a bajar, dándose, entonces, las más variadas explicaciones de entendidos y adivinos, que comentaron el hecho (“El dólar baja tras tocar los Bs15; ahora se cotiza entre Bs10 y 13,5 en las calles del eje central”, EL DEBER, 7.08.2024). 

Esta inesperada situación, no prevista en los sesudos cálculos y pronósticos alcistas, vendría explicada por la reciente caída de las bolsas de valores en el mundo; la pérdida de valor del dólar y otras monedas; la apertura del gobierno al dólar digital y criptomonedas; la baja de la demanda de la divisa por el feriado nacional; la llegada de diésel al país; el anuncio de superávits consecutivos en el comercio exterior durante los últimos meses y, el Mensaje Presidencial por el 6 de Agosto, anunciando varias medidas, además de convocar al empresariado boliviano a un Diálogo Nacional por la Economía y la Producción, donde el tipo de cambio, las exportaciones e importaciones serán temas centrales. Para mí, de todas las posibles explicaciones dadas, las dos últimas deben ser tomadas muy en cuenta. 

¿Qué contribuyó al superávit comercial? La tendencia declinante de las importaciones con preocupantes bajas en el primer semestre: Equipos de Transporte (-260 millones de dólares), Bienes de Capital (-195) e Insumos (-186). Mucho cuidado con esto, porque todo ello tiene que ver con la producción, el comercio y los servicios, de ahí que su caída puede traer problemas. 

En segundo lugar, se repite lo que se dio el 19 de febrero de 2024. ¿Recuerdan que pasó cuando los Ministerios de Economía y Finanzas Públicas, y de Planificación del Desarrollo, junto al BCB y la ASFI se reunieron con varias entidades del empresariado privado para forjar un Acuerdo con 10 medidas? La gente se tranquilizó en el país y hasta los bonos de Bolivia repuntaron en Wall Street, por el cambio favorable de las expectativas. De ahí que, a la hora de opinar, hay que tener sumo cuidado a fin de no soliviantar los ánimos de la población. 

Siendo que la sicología juega un rol decisivo, a la hora de tomar decisiones -p. ej., respecto al precio del dólar- las señales que mande el Gobierno a los empresarios -en particular- y a la ciudadanía, en general, serán determinantes para confirmar esperanzas o temores; de ello dependerá, también, la eficacia de las futuras políticas públicas, así como, que el dólar baje más o vuelva a subir, inevitablemente...

Buscando la verdad
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Proceso de Cambio en peligro

La Revolución de 1952 fue una respuesta a una época. La tragedia de la guerra del Chaco, las tragedias sociales en la minería y el cansancio a ese Estado construido en 1880, provocó la revolución del 52. El llamado Proceso de Cambio fue la respuesta a la tragedia del neoliberalismo, a la destrucción de la minería nacionalizada, a la destrucción de las industrias de las ciudades y a la venta descarada de nuestros recursos naturales. Ese desastre del neoliberalismo, provocó el Proceso de Cambio.

En los inicios del Proceso gran parte de la Nación tuvo enormes esperanzas. Esperanzas para terminar con el racismo congénito de la sociedad, que era instrumento de las oligarquías para la explotación económica de los sectores marginales, es decir pueblos indígenas, obreros, clases medias pobres. La Nación tuvo esperanzas para terminar con la corrupción, que es la enfermedad más terrible de nuestra sociedad. Tuvimos esperanzas para terminar con la burocracia colonial, lenta, anti popular y brutalmente colonial. En definitiva, el país profundo apostó realmente a cambiar estructuralmente las condiciones coloniales y republicanas, del Estado.

Sin embargo, ese inicio esperanzador desde la Nación profunda fue desvirtuado desde adentro. Como fue desvirtuada y boicoteada la Revolución del 52. Lamentablemente sectores oportunistas, sobre todo clases medias sin identidad con este país, sectores que supuestamente se desanimaron de otros partidos políticos y se convirtieron en masistas, corrupción galopante de varios agentes de Estado, en concomitancia con dirigentes sindicales y de base. Ese conjunto de aspectos está haciendo peligrar lo que fue una esperanza, como respuesta a la tragedia del neoliberalismo.

El Proceso de Cambio le pertenece a la Nación profunda, al país profundo. A ese anónimo profundo que apostó con esperanzas el año 2005. Pero que está siendo boicoteada desde adentro mismo, por esos factores poderosos que señalamos líneas arriba. Y el país profundo  tiene que reaccionar con fuerza, para poner orden en dirigentillos acostumbrados a la corrupción politiquera, a la corrupción colonial del Estado republicano. Reaccionar contra el boicot interno, para después ordenar los factores externos que también son poderosos; que están encadenados por los factores internos.

No podemos permitir la ruptura del Proceso; requerimos su profundidad con calidad de nuevos dirigentes, éticamente habilitados para reordenar desde adentro, para volver a mirar con esperanzas y seguir con los cambios que aun no se han realizado. Uno de esos factores es la burocracia colonial republicana, de los papeleos al infinito sólo para cansar a la gente, desanimar y corromper los documentos. El Estado Plurinacional sigue siendo lento y burocrático. Nada moderno. Totalmente obsoleto y de escritorio tercermundista. Eso golpea cotidianamente a la gente, a las instituciones, a todas las empresas sean estas estatales o privadas. 

En definitiva, requerimos con urgencia modificar las conductas desde el Estado hacia el país profundo. Necesitamos buscar calidad de los servidores públicos, en eficiencia y eficacia, en agilidad de trámites. Requerimos hacer revoluciones reales en el manejo de la cosa pública. Hoy simplemente son agobiantes, insultantes y humillantes. Pues no ha cambiado todo ese monstruo burocrático muy a pesar del Proceso de Cambio. 

Requerimos gente de clases medias con identidad hacia este país. No sólo con el discurso y los contactos que tienen desde siempre con las instituciones, sino con fuerzas espirituales para cambiar en serio las condiciones enajenantes de Bolivia. Hemos sido testigos estos años de demasiados oportunistas, con especialidades en politiquería y gestiones corruptas burocráticas. Porque la burocracia es corrupción de las más letales y brutales.

En definitiva, no podemos dejar que caiga el Proceso que es de legitimidad popular, apoyado desde los rincones más olvidados del país. Que caigan los dirigentillos corruptos. Incluso colgados en las plazas de todos los pueblos. El Proceso debe continuar articulado con las nuevas informaciones que tiene el mundo, en las ciencias, en las tecnologías y las personas más capaces preparadas para conducir estas nuevas directrices. La politiquería tiene que dar lugar, otra vez, a la política real. Las nuevas generaciones tienen que comprometerse a estos enormes desafíos, lo contrario pues seguirán dando lugar a vejestorios corruptos y acostumbrados a la politiquería baja y delincuencial.

Asombra que las nuevas generaciones no quieran saber de la política. En parte con cierta razón: los políticos no son ejemplos éticamente en nada. Sin embargo, la necesidad de profundizar los cambios, requiere que las nuevas generaciones empiecen en serio a comprometerse en la conducción de los destinos de Bolivia. Sobre la base de lo que se ha hecho hasta ahora, se requiere corregir muchas cosas para seguir en la senda de mejorar la calidad de vida de todos los bolivianos.

La Revolución de 1952 fue boicoteada desde adentro, combatida desde adentro contra las esperanzas del país profundo. Al final fue derrotada totalmente. Los resultados fueron terribles: dictaduras militares por dos décadas. Hoy corremos los mismos peligros. Porque después del Proceso de Cambio, si es derrotado, vendrá un reordenamiento señorial colonial con adornos modernos o postmodernos. Los perdedores seremos todos, sobre todo el país profundo. 

Opinión
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Algunos efectos inmediatos que surgen con la entrada en vigencia del “Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur”

1. Introducción

El 17/07/15 se firmó en Brasilia el “Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al MERCOSUR” (PABM; Decisión CMC[1] Nº 13/15), cuyo artículo 13 establece que “entrará en vigencia en el trigésimo día contado a partir de la fecha de depósito del último instrumento de ratificación, incluyendo las ratificaciones respecto del instrumento suscripto con anterioridad que establece obligaciones y derechos idénticos a los previstos en el presente Protocolo que ya obren en poder de su depositario”.

Según la información suministrada por el depositario (Paraguay), Bolivia – último Estado en hacerlo – depositó el instrumento de ratificación el 08/07/24, con lo cual el protocolo entró en vigor el 07/08/24.

Este trabajo tiene por fin listar, de manera muy resumida, alguno de los principales efectos jurídico que surtirán efecto a partir de ese momento (día).

2. Implicancias jurídicas inmediatas de la vigencia de la adhesión para Bolivia y para el Mercosur

  1. Entra en vigencia, para Bolivia, el Tratado de Asunción, el Protocolo de Ouro Preto (POP), el Protocolo de Olivos para la Solución de Controversias en el MERCOSUR (PO), el Protocolo Modificatorio del Protocolo de Olivos para la Solución de Controversias en el MERCOSUR (PMPO), el Protocolo de Asunción sobre Compromiso con la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del MERCOSUR (Decisión CMC Nº 17/05) y el Protocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR (PCPM; Decisión CMC Nº 23/05), los cuales, tal como lo marca su artículo 1, forman parte del propio PABM como sus anexos I, II, III, IV, V y VI, respectivamente.
  2. Bolivia “adqui[ere] la condición de Estado Parte y participará con todos los derechos y obligaciones en el Mercosur, de acuerdo con el artículo 2 del Tratado de Asunción y en los términos del [PABM]” (artículo 11 PABM).

Ello implica, para empezar, que dicho país integrará, con voz y voto, todos los órganos del Mercosur (artículo 37 POP), incluyendo el Parlamento del Mercosur (PM) debiendo definirse, en este último caso, cuál será su número de bancas (artículo 8 y Disposición Transitoria Segunda del PCPM, Decisión CMC Nº 28/10 y “Acuerdo político para la consolidación del Mercosur y proposiciones correspondientes” del PM).

  1. A partir del segundo semestre de 2025 Bolivia ejercerá la Presidencia Pro Tempore del bloque (artículo 5 POP).
  2. Bolivia deberá i) proponer un miembro titular y un suplente para integrar el Tribunal Permanente de Revisión (TPR; artículos 18 PO – según la redacción dada por el artículo 1 PMPO – y 2 PMPO); ii) depositar ante la Secretaría del TPR (ST) su lista de doce árbitros para el Tribunal arbitral ad hoc y sus cuatros candidatos para integrar la lista de terceros árbitros de dicho órgano (artículos 11 PO y 2 PMPO), y iii) depositar ante la ST su lista de seis expertos para conformar el grupo mencionado en el artículo 42 PO (artículo 43 PO).
  3. Bolivia tendrá un plazo máximo de cuatro años para “adoptar[…], gradualmente, el acervo normativo vigente del MERCOSUR”, de acuerdo al cronograma que para ello fije el Grupo de Trabajo del Protocolo (artículos 3 y 12 PABM).

Esta obligación es sumamente importante pues, a pesar de que muy pocos lo recuerden, la primera suspensión de Venezuela en el Mercosur (aún vigente) no fue por violación del “Protocolo de Ushuaia sobre compromiso democrático en el Mercosur la República de Bolivia y la República de Chile” (lo cual ocurrió el 05/08/17), sino por no haber adoptado todo el acervo jurídico del Mercosur en el plazo de cuatro años, como lo exige el artículo 3 del “Protocolo de adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur”; dicha sanción fue adoptada el 02/12/16.

  1. Empieza a correr el plazo, también de cuatro años, para que Bolivia adopte la Nomenclatura Común del MERCOSUR (NCM), el Arancel Externo Común (AEC; Resolución GMC[2]16/21 “Séptima enmienda del sistema armonizado”) y el Régimen de Origen del Mercosur (ROM; Decisiones CMC Nº 05/23 y 06/23), de acuerdo al cronograma que se acuerde en el Grupo de Trabajo del Protocolo (artículos 4 y 12 PABM).
  2. Bolivia y los demás Estados Partes “acuerdan alcanzar el libre comercio recíproco” (artículo 6 PABM), tomando en cuenta que en un plazo máximo de cuatro años “quedarán sin efecto”, el Acuerdo de Complementación Económica Nº 36 (ACE-36, ALADI – Asociación Latinoamericana de Integración –), suscripto entre Bolivia y el Mercosur, y el Acuerdo de Comercio y Complementariedad Económica, firmado entre dicho Estado y Venezuela (artículo 7 PABM).
  3. Comenzarán a acordarse en el Grupo de Trabajo del Protocolo “las condiciones a ser negociadas con terceros países o grupos de países para la adhesión… de Bolivia a los instrumentos internacionales y acuerdos celebrados por los demás Estados Partes con aquellos, en el marco del Tratado de Asunción” (artículos 8 y 12 PABM).
  4. El Grupo de Trabajo del Protocolo, creado a partir de su firma (artículos 12 PABM y 4 de la Decisión CMC Nº 13/15), y al cual se le encomendó “desarrollar las tareas previstas” en dicho instrumento, deberá completar sus actividades, si fuera necesario.

3. Conclusión

Como puede observarse, esta simple lista de efectos genera una verdadera cataratas de cambios institucionales, normativos, jurídicos, políticos, comerciales, sociales, etc., difícil de ser exagerada.

Puede decirse que la adhesión de Bolivia al Mercosur recién empieza!

Bienvenido Bolivia al Mercosur!!

 

[1]Consejo del Mercado Común.

[2]Grupo Mercado Común.

Opinión
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Apuntes a un mes del testeo de golpe en Bolivia 

El día 3 de julio, la Carrera de filosofía organizó un panel virtual titulado: Análisis sobre la crisis actual del mundo y los recientes sucesos acaecidos en Bolivia. Recordemos que estábamos a una semana de la militarización de la Plaza Murillo. Los invitados fueron el sociólogo Eduardo Paz, el filósofo e ideólogo político Javier Bejarano y los analistas de geopolítica y filósofos de formación Iván Mollinedo y Rafael Bautista. El reto fue pensar lo que vivimos el 26 de julio no tanto a la luz de los reflectores de la vida cotidiana en Bolivia sino a través de los sucesos internacionales que muestra la geopolítica mundial.

La tesis de Eduardo Paz partió de señalar las cuatro etapas de la crisis del capitalismo, la misma se refleja en la constante pérdida de poder de Estados Unidos y Europa. Este hecho corresponde al tránsito de un sistema unipolar a un nuevo proceso multipolar del reordenamiento del orden mundial (político, militar, diplomático, ideológico, cultural).

Paz hizo un recuento de los procesos importantes durante el siglo XXI: Primero, la crisis cíclica del capitalismo que es recurrente, iniciada entre el 2008 y el 2009 con la ruptura de la burbuja financiera, la acumulación del capital y las constantes restricciones a los sectores como jubilados, trabajadores e inmigrantes. Segundo, el impacto de los aviones en las dos torres que puso en el conflicto mundial a Medio Oriente (Afganistán, Irak y Libia) dentro de la disputa. Específicamente en lo que se refiere al recurso natural del petróleo. Esto supone un cambio del modo de control y en el tratamiento de los Estados Unidos a los que ellos llamarían “terroristas”. Tercero, el ascenso de la China a nivel mundial, geopolítico y económico, constituida como un poder, pero que además está acompañado de ser un territorio extenso y de masiva población. Asimismo, la India es otro eje importante a nivel comercial, industrial y económico en esta región, además de su inmensa extensión territorial y demográfica. Cuarto, el posicionamiento de Rusia como fuerza militar. 

Bajo esta tesis, Eduardo Paz señaló que nos interesa preguntar ¿qué lugar ocupa América Latina en esta multipolaridad? Teniendo en cuenta los recursos que posee, Latinoamérica es un territorio en disputa. Asimismo, cabe señalar las políticas de nacionalización y la redistribución de las riquezas escapan al plan del orden mundial que suponía a estos recursos como sus propias reservas. No es un dato menor contar con gobiernos como el de Javier Milei y haber tenido a Jair Bolsonaro en correspondencia con el régimen unipolar, afirmó Paz.

Según Paz, la tesis bajo la que se dibujan los sucesos internacionales y lo acaecido en Bolivia es la del tránsito de un orden unipolar cuyo poder estratégico e instrumental era militar, económico financiero, narrativo, de cosmovisión, pero que en última instancia corresponde a un modelo imperial o unipolar en oposición al modelo multipolar que busca cómo enfrentarse al orden unipolar. 

La propuesta de Javier Bejarano apostó a afirmar que en Bolivia, por una parte, se opera la desestructuración de la hegemonía del Movimiento al Socialismo y se vive la “coyuntura de la transición”: una etapa de transición, marcada por la crisis de la hegemonía compuesta por dimensiones como: las creencias, el discurso y la práctica política de un bloque social que contó casi por dos décadas con la capacidad de consenso del pueblo y su legitimidad. Dichos elementos de articulación estuvieron constituidos por: la primera gran marcha de las tierras altas cuyo pedido fue la Asamblea Constituyente; la reforma constitucional que promueve la democracia participativa pues la participación popular generó la presencia de partidos políticos en el campo y con ello la administración de sus propios fondos; las grandes sublevaciones indígenas como la de octubre de 2003. Estos elementos hicieron posible el ascenso de Evo Morales con el 64,22% de los votos y el cumplimiento de la Asamblea Constituyente. Asimismo, esto llevó a la expansión nacional de esa hegemonía a nivel legislativo, ejecutivo y judicial.

Bejarano llamó a la crisis de la hegemonía una fractura en cuatro aspectos: Primero, la crisis del actor indígena-campesino. Dicha crisis se inició con el conflicto desatado por el TIPNIS pues produjo una desagregación grande de la unión de la clase media con los indígenas. Segundo, la crisis del sujeto político-MAS consistente en la desacralización de Evo Morales y consecuentemente la desagregación del sujeto social. Tercero, la crisis del gobierno que se refiere estrictamente al desgaste y crisis del gobierno del MAS, que por una parte, se reviste en la bicefalía del partido y por otra en lo concerniente al gobierno de Arce mediante la crisis del dólar y los carburantes. Finalmente, este deterioro de la hegemonía se verifica en la incapacidad de este bloque para articular demandas.

Los sucesos del 27 de junio de este año, son tratados por Javier Bejarano como insubordinación militar que es parte de la dispersión y el hecho de que el sujeto pueblo ya no está representado. Asimismo, se refleja en la dispersión en los poderes del Estado, pues por ejemplo, el poder judicial tiene su propia agenda. Tristemente, se puede identificar la presencia de corrientes neoconservadoras en las juventudes. Las hegemonías van desapareciendo a largo plazo.  

Los siguientes panelistas Iván Mollinedo y Rafael Bautista coincidieron en la tesis del testeo de golpe de Estado en Bolivia; por una parte, Iván Mollinedo señalo la relación de la situación de la guerra de Ucrania y Rusia, así como el genocidio de Israel contra Palestina, los recursos naturales y los actores internacionales que pudieran verse involucrados con el testeo de golpe de la semana del 26 de junio. Mollinedo remarcó que los análisis políticos locales sólo consideran los factores internos y no una visión geopolítica que dé cuenta del tránsito del orden unipolar e incluso bipolar hacia el orden multipolar que se viene dibujando desde los BRICS.

Mollinedo afirma que existen intereses y que la anarquía de las superpotencias mundiales está marcada por la fuerza bruta imperante y flagrante. En todo caso, se debe desmitificar las democracias de Occidente. Afirmó que las violaciones flagrantes de los derechos humanos es una constante, enumerando (1999) Bombardeo a Yugoslavia, (2003) Invasión a Iraq, (2011) bombardeo contra Libia (Consejo de Seguridad) y (2023) el genocidio en Gaza (por Israel). La guerra de Ucrania obedece además a la necesidad de USA y algunas naciones europeas de posesionarse como potencias mundiales unipolares, sin reconocer su desgaste, ubicarse en oposición a Rusia y China, desestimando no solo su poder económico y militar sino también demográfico. 

Bolivia tras haber vivido un intento de golpe, tenía estructurado casi de inmediato en los medios, el relato del autogolpe por la propia boca del militar Zuñiga. La tesis del autogolpe según Mollinedo se irá derrumbando en la medida en que se aplique la investigación y se vayan presentando detenidos y testimonios. Asimismo, plantea que la posibilidad del autogolpe sería un instrumento fallido, pues provoca un desgaste del gobierno de Arce e incluso su popularidad que no supera el 20% pero que es alta en comparación con el resto de los candidatos; además supone el resurgimiento de líderes de la oposición, que previamente estaban desdibujados pues la oposición había sido monopolizada por Evo Morales. Además, incluso un autogolpe supone un movimiento militar que conlleva al interior de las Fuerzas Armadas con grupos no golpistas y grupos pro-golpistas. Finalmente, la pérdida de la inversión extranjera. 

Con este trasfondo, Mollinedo nos invita a pensar ¿Qué pudo haber detrás de este intento de golpe?, un dato no menor es la presencia de la encargada de negocios Debra Hevia, una política de alto nivel de Estados Unidos, en Bolivia. Recordemos que Bolivia carece de relaciones económicas con el país del norte, además de la concurrente presencia de Hevia, especialista en Latinoamérica, en países que han atravesado golpes como Ecuador y Perú, e incluso Rumania.  

Otro aspecto que señala Mollinedo es la desarticulación del triángulo del litio pues parecía que Estados Unidos consideraba como reserva suya el litio de los tres países del sur, pues tanto Chile como Argentina con Milei negociarían preferentemente el litio con el país del norte. En cambio, Bolivia que es el más grande reservorio de litio, terminaba de tener una reunión entre los presidentes Luis Arce y Vladimir Putin, y se sabía de la cercana visita de Luis Ignacio Lula Da Silva.   

Mollinedo deja ver además, sus sospechas y desajustes de último minuto de los organizadores de este golpe fallido, pues por una parte, hace notar la aceleración de la fecha, recordemos que existía un descontento de varios sectores de la población, pero que hasta la madrugada del 26 de junio ya se había avanzado con los transportistas, por lo tanto, el bloqueo de tres días había quedado suspendido, al saber esto, posiblemente algunos de los militares se reunieron esa mañana y aceleraron su decisión, de ahí que la militarización de Plaza Murillo fuera al mediodía y no hayamos amanecido militarizados como habitualmente ocurría. 

Rafael Bautista a partir de la hipótesis del testeo estratégico, un testeo condicionado de respuestas sociales ante escenografías de incertidumbre, en este caso económicas. Entonces en Bolivia se está produciendo una especie de cerco político. Se ha disuelto el triángulo del litio, que nos daba la posibilidad de ser un reservorio estratégico y global de importancia mundial que podía habernos posicionado como una potencia, por el recurso estratégico que representaba el litio para las nuevas tecnologías. Chile ya tiene comprometida sus reservas con la economía del dólar y Milei acaba de firmar contratos con una transnacional israelí xtraLit que está ligada al mundo financiero anglosajón. Entonces este cerco busca dejarnos en una economía del despojo, tiene por objetivo dejarnos en un despojo financiero para que hipotequemos los recursos estratégicos. 

Ya no buscan gobiernos afines sino la construcción de un imperio gendarme que disponga qué potencias pueden acceder a los recursos y la posibilidad de uso de los recursos de los países ubicados por ellos como el mundo del caos, donde estarían los países del Sur. En ese sentido, solo queda aliarse no sólo a una potencia política militar, que le dé un respaldo financiero. 

Frente a la ausencia posibilidad de convivencia, sólo les queda a las potencias sobrevivientes poder asegurarse el uso de los recursos estratégicos administrados por el imperio gendarme. Estados Unidos ya no controla Medio Oriente; está perdiendo el control en Europa; está dejando al mundo una política que plantea aliarse a alguien que le dé cobertura militar y financiera a cambio de tasar en pésimas condiciones el acceso y administración de los recursos estratégicos. 

Europa ha dejado de ser estratégica geopolíticamente, incluso los países asiáticos que tenían a USA y Europa como grandes mercados destinatarios, han visto que los picos de máxima inestabilidad de la crisis económica financiera y la sombra continua de la guerra, hacen mínima la posibilidad de mantener los índices de crecimiento económico mundial. Entonces, solo le quedan al imperio en decadencia los recursos de Latinoamérica (agua, litio, minerales, gas, etc.) 

Argentina está en manos de los capitales de los fondos de inversión: Blackrock y Vanguard, tienen acordonadas las decisiones gubernamentales del país. Entonces, iniciar un cerco geopolítico, que es lo que se evidencia desde las declaraciones de la canciller argentina que se inclina por la retórica del autogolpe, genera ya desde antes el cerco de incertidumbre en las fronteras comerciales de Bolivia. A esto se debe agregar la variable negativa del gas. Es así que en Bolivia se está generando una inflación no tan visible pero que está suscitando disturbios en la planificación económica. En consecuencia, puede generarse políticamente de manera más dramática una escenografía como la montada el 2019. El peligro de la intentona golpista orquestada el miércoles 26 de junio que repercutió inmediatamente  como efectos económicos en la especulación, el agio, la subida del dólar, el desinterés de la inversión en Bolivia y los conflictos que esto desata en la ausencia de activos; la subvención de la gasolina y el diésel que ponen en descrédito la pretendida estabilidad que afirma el gobierno, y nos lleva al punto de creer que es la propia convulsión social de manera creciente la que pretende el recorte del mandato antes del 2025, pero a la vez esto incrementa el desprestigio del modelo estatal fallido y del Estado plurinacional.

Rafael Bautista apunta a respuestas psicológicas frente a contextos de incertidumbre, por lo que el testeo de golpe, es una escenografía montada pero alimentada por cuatro factores. Primero, pensamiento administrativo burocrático gubernamental. Segundo, la presencia de estrategias americanas en ONG’s estratégicamente ubicadas en el Oriente boliviano. Tercero, el declive o desgaste popular. Cuarto, la incertidumbre económica en lo posible. La finalidad de este testeo operacional psicológico busca averiguar ¿en qué medida la gente y el pueblo reacciona frente a un asalto militar en el centro de poder?

Bautista nos invita a preguntarnos ¿por qué es necesario hacer parecer a Bolivia como un Estado fallido?, ¿quiénes quieren hacer aparecer a Bolivia como un Estado fallido?, ¿para qué devaluar al Estado plurinacional?, responderíamos para beneficiar al grupo unipolar.

Las reflexiones de los asistentes

Los testeos de golpe son rediseños del golpe de Estado, lo que buscan es un aparataje sobre todo psicológico a la situación de afectar a la movilización de la población y su modo de recepción. Cabe destacar que muchos jóvenes durante la actividad manifestaron su preocupación sobre la banalización y del golpe y la irradiación de la tesis del falso golpe, que en el fondo esconden una respuesta desmovilizadora de la población frente acontecimientos antidemocráticos. Además, buena parte de las preocupaciones de los asistentes destacó la falta de defensa de la democracia en las calles, en su lugar se optó por la pulsión del consumo, visible en las largas filas de los supermercados y de los cajeros automáticos. 

Dos imágenes ocuparon las redes sociales y los televisores en Bolivia durante la tarde de aquel miércoles 26 de junio, por una parte, la militarización de la plaza Murillo y la tanqueta golpeando la reja del Palacio Quemado y por otra, las filas en los cajeros automáticos, los supermercados acompañados de relato mediático del pueblo en urgencia. Sobre esto cabe pensar si es realmente el pueblo aquel que goza de un trabajo formal, puede ahorrar, recibe un salario mensual y necesita comprar con factura, o realmente no podemos llamarle pueblo a ese sector de menos del 20% de los privilegiados que gozan de un trabajo formal en Bolivia. Esto no excluye a los que abarrotaron los mercados populares con sus pocos ahorros a la luz de la memoria traumática de vivir los golpes violentos durante el periodo de las dictaduras de la década del ‘70 y el ’80. 

Mi comentario: De la banalidad del mal a la banalización del golpe

La banalidad del mal es un concepto propuesto por la filósofa política Hanna Arendt, en su obra Eichmann en Jerusalén, Arendt asistió al juicio contra Adolf Eichmann por el genocidio de judíos, ella fue corresponsal del The New Yorker. Durante la obra ella hace una descripción de las sesiones y un análisis sobre Eichmann. Lo trascendente de su caracterización acerca de Eichmann es que ella no lo presentó como un monstruo antisemita o una mente enferma y sangrienta; por el contrario, según Arendt, Eichmann era un buen burócrata, eficiente que cumplía las ordenes correspondientes a un régimen basado en el exterminio. Entonces él funcionaba en la lógica de cumplir las órdenes de sus superiores para obtener asensos, él era funcional al sistema. Lo que había dejado de hacer es reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. La crueldad, la tortura y la aniquilación humana solamente eran ordenes que se debían ejecutar de manera eficiente para ascender en el sistema.

Esta filósofa postula la banalidad de mal, como la negación de la capacidad de ejercer la razón o la negación los súbditos de ejercer su derecho al ejercicio de su razón para oponerse a los mandatos de sus superiores. Afirmar la objeción de la razón anula el argumento de la obligación de obediencia o ley de obediencia debida. La razón de uno siempre está presente para objetar una orden superior si ésta contradice al bienestar o la vida de otro ser, aunque hayamos jurado subordinación.

Durante las preguntas en dicho panel muchos universitarios se refirieron al tratamiento de los sucesos de aquella tarde del 26 de junio como por la virulenta respuesta de las redes sociales con memes sobre el golpe y ridiculización de la respuesta consumista de las clases medias, del caos en los mercados y los cajeros automáticos. La generación de los universitarios se debatía en su mayoría en las risas y las burlas sobre saquear. El problema no consiste en tomarlo con buen humor, sino en apelar a la banalización del hecho para no pensarlo, en burlarme para no tener que analizarlo. A este fenómeno me refiero como la banalización del golpe. Esta dinámica de banalización también es aplicasa por figuras políticas cuya extravagancia y cinismo virtual son la forma de hacer política, ellos han renunciado al argumento, a la deliberación y al diálogo, pensemos en los casos más virales como Donald Trump o Javier Milei, quienes desatan comentarios fuertes sobre personas o situaciones cargados de prejuicios, palabras altisonantes pero que en el fondo solo son burlas anulando y desacreditando la posibilidad de pensar no solo de ellos como políticos, sino también de sus seguidores y espectadores pues la mofa y la burla sin el ejercicio crítico es la mejor manera de renunciar al pensar, es solo reírse de la desgracia sin atreverse a pensarla, o peor aún negarse a pensarla. La banalización del golpe, en su versión más sofisticada radica exacerbar la risa de lo sucedido, funcionalizar y justificar nuestro proceder durante esas horas y en negar la trascendencia de lo acaecido, predicando la tesis del autoconsuelo: la tesis del autogolpe, para así negarnos a pensar las consecuencias de nuestras reacciones más íntimas durante esas horas, negar nuestra funcionalidad con el golpe, nuestra falta de respuesta social para oponernos a un golpe, porque en el fondo nos duele pensar mientras el país corría el riesgo de caer en una dictadura, nosotros estábamos en la cola del cajero, la fila del supermercado, en la carnicería, o en el teleférico, acaparando las cosas, satisfaciendo nuestra pulsión consumista, en lugar de defender por si acaso a nuestro país. No somos monstruos, solo somos unos buenos consumidores, precavidos, individualistas y algo cobardes. Así también, por efecto secundario, al negar el testeo del golpe, me evito la necesidad de pensar el golpe. 

Finalmente, un vacío de los primeros análisis locales fue una visión más amplia de lo acaecido en Bolivia, un análisis a la luz de los intereses de los países vecinos y la geopolítica mundial. Por eso, aun vemos la crisis de los dólares, el diésel y demás problemas solo en si dimensión local dejando suelta la visión más compleja de la construcción de un cerco económico y financiero agorero del fracaso del Estado Plurinacional y con ello desgajar, en las peores circunstancias, la disposición de los países poderosos sobre los recursos de Bolivia. 

Nota: este escrito aún esta en etapa de revisión de los participantes del panel, pues esta escrito en base a los apuntes que pude tomar como moderadora del evento. Así mismo, tratare de compartir el enlace digital de las ponencias de cada participante. 

Opinión
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El fin de la globalización

Se terminó la globalización de la época moderna, que fue el invento de los Estados Unidos para imponer su manera de ver el mundo, mediante la economía y la cultura a todo el mundo. Se tenían las esperanzas de cierta socialización de las industrias, de los inventos y el crecimiento de los países del sur del mundo. Fue también el último gesto de occidente hacia el mundo, respecto del desarrollo y progreso después del derrumbe del muro de Berlín. 

Sin embargo, ese gesto dizque liberal de occidente se fue disolviendo cuando vieron peligrar sus intereses globales, porque países como China o India, aprendieron rápido las mañas del desarrollo y el progreso. Esos discursos del liberalismo se terminaron, pues ya no eran competitivos como los chinos o indues. Así, como siempre fueron, las oligarquías gringas empezaron a reemplazar su liberalismo por discursos nacionalistas de extrema derecha. El cavernario de Trump es sólo un ejemplo de ese zoológico político de occidente.

A todas luces, el miedo a la competencia con las industrias chinas, indias, rusas o sudafricanas, hacen que los occidentales cierren sus fronteras a todos los productos de importación, sobre todo de China. Las excusas en la política, pues el renacimiento de los discursos nacionalistas de ultra derecha. Esos falsos discursos liberales, simplemente se derrumban ante el miedo de la competencia con otros mercados que no son occidentales.

Los resultados de la globalización todavía se están debatiendo. En el sur del mundo, dichos resultados no son interesantes. El saqueo de los recursos minerales, como lo demás, han sido escandalosos o corruptos. Las respuestas políticas a esos procesos han sido diversos, sobre todo con procesos políticos alternativos a los que había con el neoliberalismo. La miseria y la pobreza han sido las constantes por América Latina.

Quiénes se han beneficiado por la globalización, como China, tienen enormes aprendizajes en las ciencias y la economía. Hoy son países altamente competitivos en todos los temas de las ciencias, en la economía y la industrias de punta y tecnológicas. Esos aprendizajes son resultados de políticas de Estado, de estrategias de Estado y de consensos de Estado para beneficio de sus mercados internos. En definitiva, en beneficio de sus poblaciones para el crecimiento de la calidad de vida.

Nosotros, pues, no nos hemos beneficiado en nada de la globalización. Seguimos siendo tan dependientes de incluso artículo sencillos, para la construcción por ejemplo, que no podemos fabricar. En definitiva, como siempre, vemos pasar las modas, las tendencias de las ciencias y la economía; sin embargo, no aprendemos nada de ellas y no aprovechamos en nada. La ausencia de estrategias de Estado es la norma y costumbre, desde tiempos inmemoriales.

La ausencia de estrategias de Estado, simplemente nos ahoga en el tiempo. Nos hace totalmente vulnerables a los vientos de los cambios del mundo. Porque improvisamos todo, todo es al azar, siempre inventando la pólvora e inventando desde el principio como forma de la improvisación. Es decir, sin estrategias de Estado, sin visiones maestras de cómo resolver los problemas estructurales. Y entonces la globalización ya se fue, nos deja sin aprendizajes ni enseñanzas de esos complejos procesos económicos, científicos y de intercambios no sólo económicos sino también culturales.

El mundo capitalista y desarrollado ingresa a otro proceso histórico. Deja atrás la globalización y se acerca al nacionalismo más extremo. Encierran sus fronteras, dizque para cuidar sus mercados internos; en realidad es porque no les interesa un comino sus propias ideas como el liberalismo. Al final son nomás visiones tan totalitarias, que el comunismo al que siempre criticaron es más liberal que ellos y sus liberalismos de discurso.

El mundo capitalista tiene miedo a la competencia, tiene miedo al liberalismo, tiene miedo al mundo. Para eso, pues están destruyendo sus propias creaciones como las NNUU. Instituciones que ya no les sirven en estas coyunturas para sus intereses. Están desmontando aquellas instancias que supuestamente eran las garantes de la paz mundial. En realidad jamás les intereso la paz mundial, sino sus propios fines políticos estratégicos de dominación del mundo.

Lo que se viene no está aun claro. Hay tendencias fuertes como lo Multilateral, es decir el equilibrio de potencias por todo el mundo. Se acaba la única voz totalitaria de los Estados Unidos. Pero en Bolivia no estamos preparados para esos eventos mundiales nuevos. Porque la ausencia de Estrategias de Estado, no nos conduce a ningún lado sino a la improvisación total para seguir siendo lo mismo: periferia de la periferia. 

Estamos cerca del Bicentenario. Pero lejos de todos los eventos mundiales desde tiempos inmemoriales. Ni la historia ni la experiencia nos sirven para avanzar, para tener nuestros propios pasos como bolivianos. Para ser nosotros mismos y luego ser universales. Estamos cerca del Bicentenario, sin personalidad ni alma propia. Sólo con improvisación y discursos de deseos. Nos falta tomar consciencia de Estado. Quizás de Nación también.

Opinión
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Exportar, más que una aspiración, una urgencia…

No resulta exagerado afirmar que la exportación de los varios cientos de productos que realiza cada año el país, principalmente a partir de la actividad empresarial privada, resulta una bendición para Bolivia ya que gracias a tal actividad se generan incontables beneficios, muchos de los cuales pasan desapercibidos y no nos percatamos de ello hasta que se pierden, por tanto, tampoco es exagerado decir que, si les va mal a los exportadores, nos irá mal a todos. 

Una economía con una orientación fuertemente exportadora, por definición, crecerá mucho más que si lo hiciera basada solamente en la dinámica del mercado interno, porque este último tiene una dimensión incomparablemente menor al mundo de posibilidades que reporta la demanda internacional para abastecer a más de 200 mercados en todo el planeta y, como “nada está escrito en piedra” en el ámbito del comercio exterior, las innumerables oportunidades las aprovechan aquellos países que se preparan adecuadamente para ello. 

De otra parte, exactamente como ocurre hoy, cuando sentimos la escasez de dólares y la consecuencia es que su cotización aumenta y no para de subir, complicando de una u otra forma la vida de todos -estén o no ligados al comercio internacional- queda demostrada la importancia de las exportaciones como generadoras de las divisas necesarias para ser utilizadas al momento de pagar las importaciones, lo que normalmente se hace en dólares. 

De tal suerte que, un país que depende altamente del abastecimiento externo y que no genera suficientes divisas para financiar sus necesidades de pagos al exterior por bienes y servicios, sufrirá las inevitables consecuencias de un incremento de costos, subida de precios y, posiblemente, un retroceso en su crecimiento y una baja del nivel de empleo. 

De ahí que, un tema no menor es que las exportaciones son coadyuvantes a la estabilidad económica y del tipo de cambio -en otras palabras- ayudan a que no haya una mayor inflación en el país, motivo que sería más que suficiente para que los exportadores bolivianos merezcan -si no, un monumento- por lo menos la mayor de las consideraciones de parte de las autoridades que conducen la nave del Estado, especialmente cuando a estas alturas nadie puede dudar ya que exportar es bueno y necesario, aunque, lamentablemente no sea fácil el hacerlo desde Bolivia, no solo por su enclaustramiento geográfico que implica incurrir en costos adicionales en materia de logística y transporte, sino también, tan estratégica actividad se encuentra fuertemente limitada por otros condicionantes estructurales, entre los cuales destaca la falta de una visión pro exportadora en el país que, en muchos casos, al afectar a las propias autoridades, perjudica y hasta inviabiliza una mayor actividad en este campo. 

Exportar implica invertir para producir por encima de la demanda interna, pero también, desarrollar la producción exclusivamente en función del mercado externo, y todo este proceso devenga una virtuosa cadena de valor a lo largo de la cual se genera empleo, ingresos, impuestos, riqueza, divisas y una mejora del “estado del arte” en el país, así como también, de la calidad de vida de quienes están inmersos en el cumplimiento de exigentes estándares de competitividad, responsabilidad social y sostenibilidad ambiental que se van imponiendo en el mercado internacional, implicando para el agente económico el tener que ocuparse de ganar la confianza del comprador extranjero, lo que demanda tiempo y dinero. 

Nadie en su sano juicio podría negar que el dinamismo del “motorcito de la demanda interna” es importante, pero tampoco se puede negar que éste resulta bastante limitado comparado a la inconmensurable demanda mundial. De otra parte, la atención de la demanda interna prodiga el pago en Bolivianos -moneda nacional- a diferencia de la demanda externa, que provee los dólares que resultan necesarios para relacionarnos con el mundo, por tanto, no solo se trata de una diferencia cuantitativa, sino cualitativa, también, entre ambos “motores”. 

De ahí que, sin descuidar el mercado interno, el país debería apostar fuertemente por la exportación, muy especialmente por las Exportaciones No Tradicionales que, basadas en la actividad privada, de incentivárselas -en vez de frenarlas con cupos o medidas restrictivas de igual efecto- la inversión empresarial podría aumentar, la capacidad de gasto e inversión pública subiría; se garantizaría el financiamiento de las importaciones sin necesidad de endeudamiento; crecería el empleo digno; se fortalecería la posición de las Reservas Internacionales Netas; subiría el Ingreso Per Cápita y el poder de compra en la población porque Bolivia crecería mucho más, pero además, de manera sostenida y sostenible. ¿Qué se precisa para ello? Tres “seguridades”: Seguridad jurídica para invertir; seguridad de mercado o libre exportación y seguridad de buenas políticas públicas para facilitar la tarea exportadora, apuntalar la competitividad y conquistar mercados externos, tan solo eso…

Buscando la verdad
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Intelectualidad y hegemonía capitalista

La ausencia casi terrible de debates intelectuales en Bolivia, es un diagnóstico de la situación misma de la llamada intelectualidad. La inmensa mediocridad al respecto, de nuestras universidades, dio paso a la politiquería sucia y baja como práctica inoperante de las casas superiores de estudios. Están lejos aquellas épocas de las dictaduras militares, donde quizás con esa excusa los debates universitarios tenían realmente altura y estatura intelectual. Muchos de esos pensadores tuvieron que salir al exilio después, para nunca más regresar al país. 

Y muchos que eran de izquierda aquellas épocas, hoy son vulgares sirvientes del sistema. Es también una generación fracasada, pues la dura realidad les hizo nomás aliados del sistema: familias, becas, pega, poder, etc. Dejaron los sueños y utopías porque sólo eran eso: simples mortales que jugaban a las guerritas y pintas de guerreros.

Es decir, tenemos ausencia de rigurosidad intelectual. En realidad no tenemos intelectuales, pensadores y creadores de ideas. Pero es cierto que la hegemonía capitalista, entendido en esa complejidad de maneras de ver el mundo, ideologías, costumbres, formas de vivir la economía, son demasiado fuertes. Además tienen países enteros como fuente de poder, que son los dueños de la patente capitalista desde el siglo XVI. Inglaterra, Francia, Estados Unidos y otros que han jugado papeles clave como articuladores del capitalismo. Articuladores de esa manera de ver el mundo, desde esas realidades industrializadas y totalitarias en sus formas democráticas.

Eso que llamó Gramci hegemonía, que fue uno de sus aportes conceptuales, se trata precisamente de todo el poder ideológico y de pensamiento del capitalismo. Que hace que los mismos esclavos y obreros, se crean profundamente ese cuento del triunfo capitalista, se crean que son inferiores y esclavos. En definitiva, como también decía Franz Fannon, sean los mismos obreros o colonizados, los que adoren a los dioses del capitalismo. Ciertamente unos poderosos artefactos ideológicos, vía cine, medios de comunicación, arte, música y política, los que se encargan de domesticar a los obreros, explotados y colonizados. Funcionan mejor que la religión.

Por todo el mundo desde la aparición del capitalismo, se buscan alternativas a esa forma de vivir en la modernidad. Varias variantes de la ideología de alternativa, en estas décadas han fracasado. Corrupción generalizada, falta de líderes con altura ética y moral, ausencia de toma de consciencia de las masas, bloqueos económicos del poder imperial capitalista, traiciones de quiénes se decían portadores de las revoluciones, han sido suficientes insumos para esos fracasos brutales. La sangre y los inmensos sacrificios de los pueblos, quedan en la historia como referentes de esos fracasos.

Sin embargo, esa hegemonía capitalista está en decadencia, en crisis sistémica y probablemente como nunca antes, en muerte cercana. Porque los resultados de ese sistema no son sostenibles, ni siquiera en las defensas de los más brillantes defensores que son los pensadores anglosajones. Pues solo con las muestras de la guerra de Ucrania y el genocidio de Palestina, como puntas del iceberg de lo que en realidad son aquellas llamadas democracias y sus historias modernas. Teatros de la destrucción, del totalitarismo liberal, de la ficción económica, que sólo es para unos pocos del mundo sobre la inmensa pobreza del mundo.

Pero, por estos lados del mundo, no hacemos mucho para pensar en serio en alternativas reales, ante la caída de ese modelo moderno de cómo gestionar el planeta. Seguimos nomás como típicos tercermundistas, importando modelos fracasados y repitiendo como loros o haciendo show tontos y pobres. Pues nuestras casas superiores de estudios, no son laboratorios de pensamiento, sino agencias de empleo que sabemos ninguna idea propia y genuina saldrá de sus aulas. 

La hegemonía capitalista es muy fuerte. Tomar consciencia de ese fenómeno implica demasiados sacrificios académicos, para pensar con sentido propio. Para pensar desde nuestras propias realidades. Para hacer heterodoxia de las ciencias, con los aportes importantes que por supuesto hay en el mundo. 

Los fetichismos individualistas tampoco aportarán en mucho, si es que las ideas no se socializan vía debates y aportes comunitarios. Pues eso es precisamente acercarse a los pensamientos estratégicos de Nación, o al menos de Región. Porque la ausencia de escuelas de pensamiento, o grupos de tendencias de pensamiento son demasiado notables en nuestro país. Síntoma de nuestro rotundo fracaso de generación, dejando enormes boquetes de ausencias de pensamiento a las nuevas generaciones. 

Pero tenemos que seguir soñando, a pesar de los pesares. Sobre la base de la experiencia, de los varios fracasos que sufrimos desde el anterior siglo. Sobre la base de las ausencias de pensamiento propio. Se trata al final de nuestra sobrevivencia, de nuestros aportes a la región de la patria grande. Y no partimos de cero. Por ejemplo el paradigma del Vivir Bien, que avanza a pesar de nuestras debilidades notables. El Vivir Bien es un pensamiento alternativo al sistema capitalista. Su sistematización científica, que por ahora no existe sino como acercamiento a occidente; que sin embargo,  es objetivo por las historias de nuestros pueblos ancestrales.

La hegemonía capitalista es evidente. Todavía pasarán años, muchos, para que muera ese sistema moderno y de paradigmas ya fracasados. Desde nuestro rincón del mundo, nos toca decir algo al respecto. Eso es creación y empuje a las nuevas generaciones, a los pensadores jóvenes que tienen demasiados obstáculos para encontrar su lugar en este desorden estructural. 

Opinión
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El Golpe de julio de 1980: Nunca habrá justicia

 Si bien terminaron en la cárcel los principales responsables, los desequilibrados mentales y patéticos narcotraficantes  García Meza como Arce Gómez, la inmensa mayoría de torturados, exiliados, mujeres abusadas, familias que perdieron casas y pertenencias porque los paramilitares se los robaron, familiares de los muertos, nunca recibirán justicia alguna en esta tierra. Las razones son innumerables en la tela araña de la burocracia, como complicidad histórica desde siempre con los afectados por los poderes brutales, de todas las épocas.

Los masacrados de Caracoles y de las distintas regiones mineras, que resistieron a los golpistas aquel 17 de julio y siguientes, jamás serán al menos recompensados por un país que lamentablemente olvida muy fácilmente, a quiénes ofrendan sus propias vidas en aras de la Patria, en aras de la Nación. En fin.

Las nuevas generaciones tienen que tomar consciencia de sus muertos, es decir de aquellos tantos que en extremos casos de nuestra historia, exige el sacrificio de ofrendar la vida misma para las mejoras y sueños del presente, y del futuro de las generaciones venideras. Porque olvidar a esos muertos sería no sólo traición a la Nación, sino y peor olvido de lo mejor que tiene este país: su propia gente.

Pues buscar justicia es uno de los atributos más importantes de nuestras costumbres de bolivianos, sabiendo que eso nunca llegará. Pero es parte de nuestras costumbres, como los velorios o las farras de las fiestas. Increíblemente, sabiendo que nunca tendremos justicia hacemos todo lo posible para que eso suceda. Se escriben bibliotecas enteras sobre las raíces de las fallas, o de las circunstancias que impiden se haga justicia. Pues de nada sirven, porque también son parte de nuestras costumbres.

La inercia de la burocracia, desde tiempos inmemoriales, que sigue nomás como la costumbre más importante del maltrato al espíritu boliviano, no cambiará si no hay alguna revolución que ejecuté por fin la muerte de esa parásita forma de hacer Estado. Este factor es uno de los más vasallos de las mentalidades conservadoras, burocráticas, que han sobrevivido a todos los tiempos, incluidos a los tiempos algo revolucionarios.

El sistema de justicia siempre en debate, y siempre sin  solución alguna, no tendrá resultados concretos sin consensos de altura ética y moral. Pero dichos condimentos no están precisamente presentes, en la sociedad, en la coyuntura actual. Son condimentos raros, ya extraños en estos tiempos de practicidad ególatra y de ausencia de humanidad básica en la sociedad. Todos buscan pisar a cualquiera, a todos si es preciso. Sálvense quién pueda es la consigna más importante de los tiempos que corren. Los discursos y las ideologías son sólo adornos de farra y café, de pinta escolar y de desfiles de ocasión.

El sistema de justicia es el diagnóstico más preciso de cómo está la sociedad. Lo corrupto es la cáscara. Lo más grave es la mentalidad misma, de aceptar que eso está bien porque es el momento de aprovechar del sistema. Porque los afectados, como todos los muertos del golpe de 1980, son sólo colaterales de esta historia de la infamia, de esta historia de la tradicionalidad histórica que no cambiará nunca, aun vengan espíritus reformistas o intenciones revolucionarias. Pues es una costumbre poderosa, que destruye tejidos sociales y culturales; sin que nadie haga algo para frenarla.

Ese trago amargo que se llama justicia boliviana, sólo cambiará realmente si las generaciones nuevas utilicen al menos la inteligencia artificial, para modificar los códigos de la muerte de ese sistema putrefacto y anti ético. Porque las distintas reformas o intencionalidades han fracasado. Quizás ya todo está podrido. Lo que requiere de una cirugía histórica más radical para cambiar el fondo mismo de ese cementerio llamado justicia.

Los testimonios dolorosos de quiénes han sufrido las consecuencias de aquel golpe de Estado, jamás servirán al menos para la toma de consciencia de la justicia. Quedarán sólo para los estudios de sesudos conocedores de la justicia, que son por supuesto inútiles e impostores de estas historias. Demasiados culpables quedarán en la impunidad total, como ya lo es. Sanguinarios y enfermos mentales que están libres y totalmente sonrientes, que fueron asesinos y torturadores en varios espacios del propio Estado. Felices de tener un sistema de justicia como el que tenemos. En fin.

Deberíamos considerar en Bolivia, copiar algo de la constitución de los Estados Unidos para portar armas en defensa propia y legítima. Pues confiar en la justicia ya sabemos que no tiene futuro posible para nuestra justicia personal y familiar. Además, que ese sistema putrefacto y sus mentalidades, boicotearon desde siempre a la justicia comunitaria. No la aceptan desde sus esquemas tradicionales y totalmente coloniales. 

Sí, las víctimas del golpe de Estado del 17 de julio de 1980, jamás tendrán justicia. Sólo cabildeos de derroche de dinero en el mejor de los casos, en los salones putrefactos de la injusticia. Y romper esta cadena de injusticias históricas requiere de enormes dosis de toma de consciencia, en las nuevas generaciones, para tomar acciones reales e inclusive radicales. La experiencia nos indica, nos debería enseñar. En fin.                                    

Opinión
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Un botón basta de muestra, los demás… ¡a la camisa!

La falta de dólares en Bolivia, desde 2023, viene generando efectos negativos de orden económico, profundizándose en la presente gestión con la subida del costo de importación de una forma alarmante. Pero, esto no es lo peor que puede pasar, pues el problema podría desembocar en una baja del abastecimiento si disminuye la oferta de bienes extranjeros, así como también de productos nacionales fabricados con insumos importados, lo que ya empieza a ocurrir, llevándolos a su encarecimiento y una menor disponibilidad en el mercado.

Bien sabido es aquello de que no hay precio más alto por pagar, que el de un producto que no está en el mercado -nos pasó ya en un pasado mediato y quiera Dios que no nos vuelva a pasar- en las manos de las autoridades está evitarlo, con acciones positivas en lugar de medidas coercitivas como el control del comercio exterior.

Ante la severa escasez de dólares en un mercado “formal” regulado donde rige el tipo de cambio oficial de Bs6,96 por dólar, por una parte, y la inexistencia de un mercado “libre” que le compita, siendo que no puede funcionar por encima de Bs6,97 -por otra- quien desee comprar dólares debe recurrir al “mercado negro” o a los “mercados digitales” donde el dólar en físico o virtual se vende en Bs10.- o más, reflejando entre otras cosas, la realidad de la oferta y la demanda de la divisa en el país, su valor de mercado, así como las expectativas de la gente.

La consecuencia es que, por angas o por mangas, se perciben dos fenómenos: En primer lugar, casi todo está subiendo de precio, desde los medicamentos para uso humano, hasta los veterinarios; desde los insumos agrícolas e industriales, hasta la maquinaria y repuestos, todo lo que tiene que ver directa o indirectamente con la importación está aumentando de precio. En segundo lugar, la dificultad de acceder a los dólares hace que la importación esté cayendo, no sólo en valor, sino, también, en volumen, lo que es grave porque puede llevar a una menor oferta y subida de precios en el mercado interno.

Según datos del INE, en 2023 las compras externas del país, que bordearon los 11.500 millones de dólares por 5,8 millones de toneladas de importación y casi 6.000 bienes importados, pese a que empezó a escasear y a subir el dólar, no tuvieron un notorio descenso por la existencia de stocks y el sacrificio del margen de utilidad para seguir en el mercado, pero en 2024 todo ha cambiado.

Los datos de importación a mayo son elocuentes: Los cuatro principales rubros de los que dependemos -Suministros Industriales, Combustibles y Lubricantes, Bienes de Capital y Equipos de Transporte, que significan el 83% del total- muestran importantes caídas, preocupando que los volúmenes de tres de ellos son los menores de los últimos tres años, lo que impactará en la inversión, producción y comercio de bienes y servicios en el país.

Los Equipos de Transporte, bajaron 33% en valor y 27% en volumen; los Bienes de Capital cayeron 19% y 23%, respectivamente; Suministros Industriales disminuyeron casi proporcionalmente, en 12% y 11%; y, Combustibles y Lubricantes cayeron 11% en valor y 8% en volumen. Todo está cayendo…

¿Por qué es tan importante prestar atención, más que a la caída del valor que podría darse por un menor precio del bien extranjero -que no es el caso- sino, a la baja del volumen? Porque podría significar que no se cuenta con los dólares suficientes para seguir importando la misma cantidad de antes, lo que está pasando con las pequeñas unidades productivas y comerciales; que el dólar ha subido tanto, que saca al producto del mercado o que la venta de productos importados se ha frenado.

Veamos ahora, como ejemplo ilustrativo, el caso de la importación de vehículos que entre enero y mayo del presente año declinó un 43% en valor y 34% en volumen:

“La Jefe de la Unidad de Gestión Técnica del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Mónica Solares confirmó que, a mayo de esta gestión, la importación de vehículos de transporte de pasajeros, de uso industrial, no industrial y otros cayeron en 43%. En los primeros cinco meses de 2023 las importaciones llegaron a $us 506 millones de dólares y para el mismo lapso de tiempo en 2024 se registra $us 288 millones”, informó (“Cae la importación de todo tipo de vehículos en más del 40%”, EL DEBER, 18.07.2024).

Ahora, la explicación de por qué hay que preocuparse por tal situación: De las tres categorías mencionadas, los vehículos para uso industrial cayeron mucho más: 57% en valor y 42% en volumen, “en facilito”: Si en 2023, hasta mayo, el país importó 100 vehículos para uso industrial, este año, sólo 58 unidades, por tanto, más que la caída del valor (gasto), debe preocupar la disminución del número de unidades adquiridas (inversión), por su negativo impacto sobre la producción, el comercio, el empleo, la recaudación tributaria y el crecimiento.

Pero, esto es apenas un ejemplo, como decía la canción de Sandro: Un botón basta de muestra, los demás… ¡a la camisa! (para el caso ¿botones importados?).

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Trump y su oreja milagrosa

 La prensa, en general, solo hace morbo de los acontecimientos del homo sapiens y las malas noticias son las buenas noticias. Es decir, son noticias cotidianas las malas cosas porque se vende y es rentable para el desahogo morboso humano. Las buenas acciones de los humanos no son noticia, y es felizmente cierto que hay humanos en todos los rincones del mundo que están haciendo acciones y cambios en favor del prójimo. Pero eso infelizmente no es noticia. Se vende sangre, guerras, abusos sexuales, genocidios y brutalidades del todavía cavernario homo sapiens. Del cavernario que ahora se dota de inteligencia artificial y robótica; sin haber cambiado su naturaleza política y espíritu humano.

Me arriesgo a pensar en solitario, que la noticia de la oreja de Trump fue buena. Hubiera preferido muerto a ese personaje desequilibrado, pervertido, corrupto y mitómano norteamericano. El daño que hizo a su país fue enorme, como el daño que hace al mundo desde esas oficinas del imperio, porque a nombre de su democracia ensucia y corroe totalmente al mundo entero. Enseñando a otros pervertidos del mundo, a tomar las instituciones de todas partes. Que los cristianos me aguanten; pero mejor este mundo sin esos enfermos mentales y peligrosos pervertidos, pues no es justo que tantos humanos buenos no sean noticia; y estos pervertidos si sean noticia y ejemplo mundial.

Lamentablemente no aprendemos de la historia. Los Calígulas, los Hitler, los Banzer, los García Meza, los Idi Amín, los Netanyahu se adueñan de países enteros por ausencia de atención de las sociedades, para hacer que estos personajes no se adueñen de los tejidos sociales. Errores que después pagamos muy caro, sobre todo los más pobres y humildes del mundo. La ingenuidad, la falta oportuna de quiénes toman decisiones en los tejidos sociales, nos llevan indudablemente a personajes desequilibrados y enfermos que se creen Dioses, dueños de los destinos sociales de todo un país, como Trump en los Estados Unidos.

La política es un terreno mugriento y repugnante; sin embargo, necesario. Sobre todo para recuperar el sentido mismo de ese ejercicio político: el servicio social a los demás, a los tejidos sociales de todo un país. Intentar regresar a esos sentidos de servicio desde los Estados, es todavía una ilusión que debe servir para animar a las nuevas generaciones a lanzarse, a ser líderes para estas nuevas etapas de la historia del mundo. Sin las nuevas generaciones simplemente no tiene sentido ningún avance político y social.

El mundo atraviesa una transición compleja. No sabemos dónde terminará esta larga transición. Lo que sabemos es que los recursos naturales se están terminando. Nada es infinito. La contaminación mundial es terrible; la muerte de seres animales y vegetales  llegan a extremos preocupantes. Y que si la humanidad, es decir la comunidad mundial, no hace algo al respecto nos exterminaremos los humanos. Así de simple y concreto.

Ya no se trata de un solo país, sino de todos. Los Estados están quedando obsoletos para resolver los problemas mundiales, si es que no nos unimos y pensamos de manera comunitaria. Por tanto, las ideologías son parte de esos Estados ya obsoletos. Que se quedaron en el mejor de los casos en el siglo XX. Hoy las condiciones han cambiado considerablemente, tenemos que leer los acontecimientos con ojos del presente, es decir del siglo XXI. Los instrumentos de lectura son otros; no los que hemos heredado de los siglos XIX y XX.

Pero desde Bolivia, pues nuestras condiciones no son de las mejores. Ordenar nuestra propia casa, para después proyectarnos es una tarea urgente y prioritaria. Hay demasiadas tareas en mesa, demasiados desafíos que están condenados al olvido sólo por falta de consensos, por ausencia de claridad en las estrategias conjuntas regionales. Ahora vemos con claridad que postergar esas demandas históricas, nos lleva al desastre. Sobre todo al crecimiento de la miseria y de la pobreza, que son caldo de cultivo de enormes problemas sociales. 

Pensar y repensar el Estado. Pensar y repensar en la sociedad civil. En los papeles, en las tareas conjuntas, en los intereses comunes y las estrategias globales. Seguir echando la culpa a fantasmas, imaginarios o reales, ya no tiene sentido. El ciudadano común ya no cree en esos relatos de ultratumba. Que son por supuesto reales; pero al final también son excusas de nuestras inutilidades. 

En definitiva, esta transición compleja del mundo puede ser una oportunidad para Bolivia. Una oportunidad para hacernos por fin necesarios desde nuestras propias tareas y estrategias. Hoy sólo somos parte de la periferia, sin ningún papel estratégico. Nos creemos nuestros propios cuentos. No hemos sido capaces de formular ni siquiera nuestro papel regional, en el que otros países ya nos tomaron la delantera, pues seguimos nomás como tribu nómada en busca de su destino.

En esta transición global se vienen tiempos peligrosos. Trump será presidente de los Estados Unidos. Veremos a un depravado y patético manejando los hilos más poderosos del Estado más poderoso del mundo. Ni modo. Nuestro país no está preparado para resistir lo que viene, si es que no tomamos consciencia de ello. Así de simple y concreto. Esa es la tamaña responsabilidad de quiénes toman decisiones en nombre de todo un pueblo. En fin.

En este día especial, que Viva La Paz. Que viva el pueblo paceño siempre complaciente con las migraciones del interior del país. Y que La Paz siga siendo tumba de tiranos!!!. 

Gloria a La Paz.                                                   

Opinión
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