Blog de Gary Rodríguez Álvarez

¡Que Dios nos ayude!

El título de esta columna podría parecer llamativo, por decir lo menos, al no saber quién lo dijo, por qué y dónde se lo dijo. Así le parezca extraño, tan profunda invocación al Supremo Creador correspondió a Klaus Frerking Adad, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), quien, interpretando el sentir de su sector, inició y concluyó de esa manera un Foro que reunió a más de 500 dirigentes, productores y representantes de la sociedad civil.

Me refiero al Foro Agropecuario que bajo el lema “Decisiones que cosechan futuro”, fue organizado por la CAO el 25 de junio pasado con el respaldo de preclaras entidades relacionadas al sector, al cual fueron invitados cuatro candidatos a la Presidencia de la República -Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga Ramirez- quienes se esforzaron al máximo para responder sesudas preguntas y asumir compromisos ante la gran audiencia de forma presencial y virtual, concitando la máxima atención de la prensa nacional, en la perspectiva de las próximas Elecciones Generales del 17 de agosto. El cuarto candidato invitado, Andrónico Rodríguez Ledezma, pese a haber confirmado su participación, no asistió.

“¡Que Dios nos ayude!” sonó a un hálito de esperanza para que, en la búsqueda de soluciones a la crisis económica, energética y social, los nuevos gobernantes tomen conciencia de la gravedad de la situación, escuchen y consideren al sector agropecuario para tomar decisiones con valentía, siendo que “está en juego el futuro de un país que produce, que exporta, que trabaja, pero que está atrapado en un modelo que lo frena, que lo ahoga y lo empobrece”, dijo Frerking al abrir el foro, reclamando a nombre del sector agropecuario respuestas hacia la liberación de las exportaciones, sin trabas ideológicas; la defensa de la propiedad privada, sin cálculos políticos; el acceso irrestricto a la biotecnología para ser competitivos y, que el Estado pase a ser un aliado del agro en lugar de ser su peor amenaza.

Como era de esperar, tratándose de un evento político -con gente curtida en la política- casi todo lo dicho resultó alentador, dando la impresión de que los tres aspirantes al sillón presidencial eran peritos en todos los temas, ya que ninguno puso en duda el rol estratégico del sector agropecuario, no solo para salvar la crisis, sino, como un baluarte para el desarrollo.

Pese a ello, no haré foco en lo dicho por los candidatos, de eso se encargó ya la prensa, sino que destacaré la grandiosa exposición del Presidente de la CAO sobre la realidad del sector agropecuario nacional, su visión y posibilidades de crecimiento en beneficio de todos los bolivianos.

¿Sabía Ud. que el aporte del agro al Producto Interno Bruto del país es del 16% con los 6.000 millones de dólares que produce? ¿Que el 24% del total de empleos están en el agro, abarcando a 1,6 millones de personas? ¿Que un 24% de las ventas externas son agroexportaciones por 3.200 millones de dólares? ¿Que Santa Cruz, pese a utilizar menos del 50% de su potencial, según el Plan de Uso del Suelo (PLUS), es el primer productor de alimentos y que tiene 8,1 millones de hectáreas adicionales para uso agropecuario sostenible, respetando al bosque?

¿Sabía que la mala noticia, en cuanto a los rendimientos de la producción de maíz, arroz, trigo, tomate, papa y quinua, es que Bolivia está a la cola en la región? ¿Que en algodón es antepenúltima y que Paraguay nos ganó en producir soya? Esto, gracias a las malas políticas como la increíble negativa de la biotecnología, los “precios justos”, las prohibiciones y cupos de exportación, convirtiéndonos en importadores netos de maíz y arroz, cuando antes los exportábamos y, que en el autoabastecimiento de trigo vamos como el cangrejo?

En todo caso, por el lado de las noticias auspiciosas: ¿Sabía que sin dádivas estatales, pero con buenas políticas públicas, Santa Cruz podría consagrar la soberanía alimentaria del país hasta 2033, pasando de producir casi 14 millones, hoy, a más de 30 millones de toneladas de soya, maíz, sorgo, trigo, girasol, chía, arroz, sésamo, algodón y caña de azúcar, sin necesidad de aumentar el área de siembra, pero sí la productividad? ¿Que con semejante escala productiva las agroexportaciones podrían superar los 13.000 millones de dólares anuales, con lo que Bolivia dejaría su dependencia de los recursos extractivos no renovables?

Y que, así como Santa Cruz, los otros ocho Departamentos también tienen enormes opciones agroexportadoras dormidas, con lo cual el sector agropecuario y agroindustrial se convierten en la mejor, y casi la única posibilidad de respuesta a corto plazo, para resolver la falta de divisas, combustibles y la subida de precios, siendo la mejor opción estratégica para el futuro del país considerando el vasto efecto multiplicador socioeconómico que conlleva.

“Bolivia necesita menos discursos y más acciones, menos confrontación y más soluciones”, fue el remate del grandioso Foro. Ojalá se haya entendido así, porque, si no: ¡Que Dios nos ayude!

Buscando la verdad
imagenblog: 

¿Hambruna en Bolivia?

Tremendo revuelo causó en el país el titular de una noticia originada en un medio de prensa internacional, indicando que Bolivia estaba bajo vigilancia por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ante el riesgo de hambruna. Dado lo alarmante del anuncio, la nota corrió como un reguero de pólvora en los periódicos, televisión, radios y redes sociales, dando lugar a preocupaciones y críticas, así como a un rápido desmentido por parte del gobierno.

La nota en cuestión, originada en Roma, decía: “Bolivia y Colombia requieren seguimiento de la ONU por riesgo de hambruna, mientras que Haití se mantiene como «el punto más crítico» de América Latina”, basándose en un Informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), titulado “Puntos Críticos sobre el Hambre: Alertas Tempranas sobre la Inseguridad Alimentaria Aguda – Perspectivas de junio a octubre de 2025”, publicado el 16 de junio pasado.

Estrictamente hablando, fue una mala interpretación del Informe lo que ocasionó tan grande susto, provocando que la Coordinadora Residente de la ONU en Bolivia diera una urgente conferencia de prensa, el 17 de junio, acompañada de la Ministra de Relaciones Exteriores, el Ministro de Planificación del Desarrollo y el Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, para declarar enfáticamente que Bolivia no está en riesgo de hambruna, mientras que el gobierno reafirmó el compromiso de seguir impulsando la producción agrícola para abastecer de alimentos a toda la población, especialmente a los sectores más vulnerables, y que seguirá trabajando con los organismos multilaterales por la soberanía alimentaria, el desarrollo rural integral y el bienestar de las familias bolivianas, lo que vino a poner paños fríos al tema.

Más allá de tan pertinente aclaración, dado que “hambruna” evoca la apocalíptica imagen de pueblos del África en inanición, desnutridos, famélicos, enfermos y al borde de la muerte por la falta alimento, cabe señalar que el Informe de la ONU sí advierte sobre un “deterioro progresivo de la inseguridad alimentaria aguda” en el país a corto plazo y dice por qué.

Pero, para entender de qué estamos hablando, hay que decir que un país tiene “seguridad alimentaria” cuando concurren dos factores: que haya alimentos en el mercado y que sean accesibles a la población, vale decir, que tengan un precio que se pueda pagar, porque podría ocurrir que haya alimentos tan caros, que no se los pueda adquirir para consumir.

Hay que aclarar también que, si bien un país puede tener seguridad alimentaria con alimentos de origen nacional o importados, lo ideal es llegar al autoabastecimiento para evitar la dependencia y la vulnerabilidad, y gozar de “soberanía alimentaria”, como pasa con la generalidad de los alimentos básicos que, gracias a Dios, se producen en el país. Finalmente, referir que, peor que la “inseguridad alimentaria”, es la “crisis alimentaria” que se da cuando la gente pasa días enteros sin comer por falta de dinero, acceso a los alimentos u otros recursos.

Dicho esto, ¿cuál la relevancia del Informe de la ONU para Bolivia? Sin duda, la identificación de los factores para un progresivo deterioro de la inseguridad alimentaria aguda.

Para fines de equilibrio, pedí a la Inteligencia Artificial hacer un resumen del Informe y esto fue lo que dijo:

“Bolivia aparece como uno de los países con probabilidad creciente de deterioro en su seguridad alimentaria aguda entre junio y octubre de 2025; la inflación económica sostenida está afectando el poder adquisitivo de la población, lo que dificulta el acceso a alimentos básicos; la escasez de reservas internacionales limita la capacidad del país para importar alimentos y combustibles, profundizando la crisis; las dificultades para acceder a insumos y combustibles han afectado la producción de alimentos, en particular el maíz, un cultivo clave en la dieta boliviana; 2,2 millones de bolivianos sufrían inseguridad alimentaria aguda (octubre de 2024) equivalente a un 19% de la población; Bolivia no está entre los países en riesgo técnico de hambruna como Sudán, Gaza, Sudán del Sur, Haití o Malí; si no se abordan las causas estructurales, la situación puede empeorar durante el segundo semestre de 2025, especialmente en zonas rurales; la combinación de factores económicos, climáticos y logísticos (p. ej. bloqueos) ha generado un efecto acumulativo que agrava la situación alimentaria”.

Para cambiar todo esto, el gobierno debería garantizar tres cosas -seguridad jurídica (cero avasallamientos y bloqueos), seguridad de mercados (libre exportación y represión del contrabando) y seguridad de buenas políticas (v. gr., uso de la biotecnología)- a fin de que el sector agropecuario invierta mucho más, genere muchísimos más empleos dignos e ingresos, y produzca tal cantidad de alimentos sosteniblemente, que Bolivia llegue a ser un gran país agroexportador, a partir de lo cual obtendría miles y miles de millones de dólares cada año.

Buscando la verdad
imagenblog: 

Comercio, diplomacia económica y desarrollo

La reciente trifulca arancelaria entre las dos primeras potencias económicas mundiales -los Estados Unidos de América y la República Popular China- no podía pasar desapercibida, definitivamente, no solo por su severo impacto sobre el comercio internacional, sino, por las lecciones aprendidas que deberían ser asimiladas en materia de comercio y diplomacia, más allá de la ideología, muy especialmente, si, tras las difíciles negociaciones entre estos países, diferenciados entre capitalismo y comunismo, pudieron llegar a un acuerdo para seguir comerciando entre sí. ¿Por qué y cómo lo hicieron? ¡Simple! Porque el comercio es vital para el desarrollo y en función de ello, operó la diplomacia económica.

En efecto, si hay un país que en verdad aplica lo que el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) permanente reclama para Bolivia -la necesidad de una diplomacia económica, esto es, el trabajo que los gobiernos desarrollan en su relacionamiento internacional para atraer inversiones, colocar capitales, abrir oportunidades de exportación e integrarse al mundo a fin de promover los intereses económicos del Estado- ese país es la República Popular China que en poco tiempo pasó de ser un país periférico a encumbrarse como la segunda potencia del orbe.

Y es que, nada puede beneficiar más a un país, que la diplomacia asociada al comercio, porque, como alguien dijo, la historia del comercio es la historia del progreso de la Humanidad, tan sencillo como eso, aunque muchos no lo entiendan.

Una muestra de ello es la creciente presencia económica y comercial de la China en casi todos los rincones del planeta, al extremo que más del 70% de los países del mundo tienen hoy como su principal socio comercial, nada más y nada menos que -más allá de la ideología- a la China comunista, esto, gracias al pragmatismo y lo hecho en materia diplomática y económica por el dragón asiático.

El año pasado, por ejemplo, el Presidente de China realizó un largo periplo por Sudamérica durante más de diez días, a fin de tomar contactos del más alto nivel con Presidentes y autoridades de diferentes países, sentando una presencia activa en foros multilaterales importantes como APEC y la Cumbre del G-20, además de su muy comentada visita al Brasil, portentoso socio comercial y estratégico como proveedor de alimentos, pero además, un creciente mercado destinatario para los productos chinos y una importante plaza para las inversiones de empresas de ese país, lo que con seguridad devengará los resultados previamente determinados.

Es que, habiendo dos tipos de diplomacia -la clásica, que tiene que ver con lo protocolar y la política para el relacionamiento formal de las naciones- y la diplomacia económica, que apunta a generar negocios, en el entendido que las inversiones y el comercio son vitales para el desarrollo, China combina ambas cosas con un predominio de lo segundo, capitalizando oportunidades de compra de materias primas, insumos y alimentos para su consumo, pero también, la venta de sus manufacturas con alto valor agregado, al mismo tiempo que abre mercados para sus empresas de servicios e inversionistas apuntando todo ello, desde la geopolítica y la geoeconomía, a una creciente presencia de la China en el mundo.

Con tanta actividad y el fino cálculo diplomático de ese país, en lo que hace a Sudamérica, p. ej., es de esperar una crecida del intercambio comercial, y la construcción del colosal puerto en Chancay, Perú, es la fehaciente muestra de su inteligente geoestrategia. Como la China sabe lo que hace y hacia dónde apunta, con seguridad que los acuerdos formalizados en la visita del Primer Mandatario chino se cumplirán, Dios quiera, entre ellos, la posibilidad de que Bolivia pueda ser parte de un nuevo corredor interoceánico entre el Pacífico y el Atlántico que resultaría de gran beneficio para el país y el comercio intercontinental América-Asia.

La visión futurista de un mundo más integrado, donde las complementaciones productivas, de inversión y comerciales apuntalen las potencialidades de desarrollo de los países motivó el ingreso de China al sistema multilateral de comercio, que se dio en el año 2001; a partir de hí, muchos países se beneficiaron con una mayor relación comercial, así como también por la posibilidad de una mejor complementación económica a través de la inversión y la tecnología, fruto de la suscripción de tratados comerciales bilaterales de última generación.

Que la diplomacia y el comercio apunten al objetivo del desarrollo es algo definitivamente deseable, mucho más si en ello participa activamente el sector privado, siendo que la sostenibilidad y la inclusión de las que tanto se habla, son dos aspiraciones que nadie en su sano juicio debería rechazar, a lo cual puede aportar el comercio como instrumento para el desarrollo, bajo la consigna del IBCE de que promover lo “económicamente viable, ambientalmente sostenible y socialmente responsable”, coincide con la aspiración del tan ansiado desarrollo humano a escala global.

Buscando la verdad
imagenblog: 

Proyecto Vía Verde: Exportar a Europa con sostenibilidad

¿Se ha puesto a pensar qué pasaría, si de un día para otro, Bolivia se inundara con millonadas de dólares? Lo más probable es que, al percibir el mercado una presencia sostenida de la divisa y las expectativas cambien apuntando a que la situación del país mejore, la gente optaría por vender sus dólares pensando que su precio bajará, porque la economía no es solo “numerología”, es “psicología”, también, y las expectativas juegan a favor o en contra dependiendo de la confianza (gobierno, políticas, economía, moneda).

Ahora bien… ¿De dónde pueden llegar los dólares a un país? Son pocas las fuentes de ingreso, a saber: Exportación de bienes y servicios; remesas de los trabajadores en el exterior; inversión extranjera directa y préstamos internacionales, siendo lo ideal que vengan por la exportación o vía capitales extranjeros que lleguen para activar un potencial dormido y, si bien las remesas son importantes, la contrapartida es la triste disgregación familiar por la emigración de los padres que no hallan empleo en su país.

¡Cómo me duele ver a Bolivia en la situación actual, cuando podía estar nadando en dólares! ¡Cómo duele que, con tantos recursos naturales y centenares de miles de unidades productivas sin trabajar a plenitud -principalmente micro, pequeñas y medianas empresas- perdamos tantas oportunidades de exportación, la verdadera solución a la carestía de dólares vivimos!

¿Sabía Ud. que, entre 2006 y 2011 el dólar en Bolivia bajó desde Bs8,08 hasta Bs6,96 -según exportábamos más y más- y lográbamos sucesivos superávits comerciales? La subida del dólar de hoy se da, porque cayó la exportación y trepó la importación y, así como ocurre con el tomate que sube de precio cuando la demanda supera a su oferta, igualito pasa con el dólar, tal cual. Bajo esa lógica, toda iniciativa para exportar más, de forma legal y con sostenibilidad, debería merecer el mayor respaldo no solo del gobierno, sino, de la sociedad toda.

Este es el caso del “Proyecto Vía Verde – Exportar con Sostenibilidad”, ideado para que 150 MiPymes bolivianas del sector agrícola, ganadero y forestal conquisten el mercado de la Unión Europea, para lo cual serán capacitadas este año en el marco de un inédito esfuerzo de cooperación del Programa AL-INVEST Verde, siendo los ejecutores el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la Cámara de Comercio e Industria Boliviano Alemana (AHK Bolivia) y la Fundación para el Desarrollo Forestal (FUNDEFOREST). La idea es ayudarlas a que puedan exportar y traer dólares al país.

Para ello, el 3 de junio pasado fue lanzada la Plataforma digital del Proyecto Vía Verde, a fin de fortalecer las capacidades de las micro, pequeñas y medianas empresas agroforestales de Bolivia, apuntando al mega mercado de 27 países de la Unión Europea que cada año importa productos por más de 6 billones de dólares (6.000.000.000.000).

“Con esta Plataforma buscamos que más empresas bolivianas estén listas para enfrentar los nuevos desafíos del comercio exterior. Nuestro compromiso como IBCE es brindar herramientas concretas que contribuyan al crecimiento del país”, dijo Luis Ernesto Castedo, Presidente del IBCE, en Conferencia de Prensa, añadiendo que la Plataforma de Vía Verde ofrece a las MiPymes bolivianas acceso gratuito a diferentes servicios como capacitaciones, talleres, herramientas adaptadas al contexto productivo y citas de negocios con potenciales clientes europeos.

“El sector forestal tiene un gran potencial de crecimiento y con estas acciones buscamos acompañar su transición hacia una producción cada vez más responsable y competitiva”, señaló José Eduardo Paz, Presidente de FUNDEFOREST, en tanto que Alberto Dauber, Representante de AHK Bolivia, expresó: “Queremos que las MiPymes puedan sentarse a negociar, en especial con Europa. Nuestro rol será facilitar esos encuentros, generando oferta y demanda en condiciones de beneficio mutuo”. 

Ricardo Tarabillo, Miembro del Consorcio Ejecutor del Programa AL–INVEST Verde en Bolivia, destacó que “la Plataforma no solo es un canal de formación y asistencia técnica, sino, una puerta de entrada al mercado europeo, alineando la producción boliviana con los nuevos estándares ambientales y sociales exigidos en el comercio internacional”.

En un contexto económico nacional complejo, marcado por la incertidumbre, Vía Verde representa una firme apuesta por el desarrollo productivo y la internacionalización de las MiPymes bolivianas, con la esperanza puesta en un sector agroforestal competitivo, innovador y sostenible que aporte divisas al país y empleos e ingresos para los ciudadanos.

El acceso a la Plataforma Vía Verde es gratis, las empresas pueden ingresar a www.viaverde.org.bo, registrarse, hacer un autodiagnóstico y explorar las oportunidades que ofrece el Proyecto, con el único compromiso de trabajar para mejorar, innovar y crecer con la exportación. De otra parte, Ud. mismo puede registrarse para conocer las bondades que ofrece el mercado europeo en la perspectiva de futuros negocios.

Buscando la verdad
imagenblog: 

“Decálogo de temas críticos para la economía boliviana”

Ahora que todo el mundo habla de los problemas que aquejan al país y sus posibles soluciones, se me ocurrió reflotar el documento “Decálogo de temas críticos para la economía boliviana”, que el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) lanzara en 2007 planteando acciones concretas al Gobierno para hacer del comercio exterior, un instrumento para el desarrollo. Transcurridos dieciocho años, veamos lo acontecido.

“Privilegiar una agenda productiva y por la competitividad”, fue la primera recomendación. No se dio. Mucho se habló de la Agenda del Bicentenario 2025 para abatir la pobreza extrema y disminuir la pobreza relativa, pero, agotado el superciclo de precios altos para las materias primas, en 2014, empezaron los problemas para Bolivia al no estar preparada para enfrentar un escenario externo adverso. No habiéndose avanzado drásticamente en la mejora de tales aspectos, el crecimiento económico se ha frenado.

“No sobreponer la política, sobre la economía”, fue la segunda exhortación, advirtiendo que la ideología afecta a la economía; pese a ello, para controlar la inflación se sacrificó al productor y la excesiva atención de la macroeconomía descuidó el “día a día” del empresario que demandaba: Seguridad jurídica para la inversión, eliminación de restricciones a la exportación, uso de la agrobiotecnología y seguridad de mercados.

“Combatir el contrabando y consolidar el mercado interno”, fue el tercer consejo, pero, pese a ello, este flagelo continuó operando mimetizado en la creciente informalidad, compitiendo deslealmente al productor y al comerciante formal, tal el caso de la ropa usada contrabandeada que, pese a estar prohibida de importarse y comercializarse, hasta hoy se expende libremente por todo el país, sin que las autoridades hagan algo.

“Procurar el libre acceso para las manufacturas a mercados externos”, fue la cuarta recomendación, pero pudo más la consigna que la razón. Bolivia rechazó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU y la Unión Europea, y a diferencia de otros países de la región, perdió la posibilidad de tener asegurados los dos mercados más importantes del planeta. La pérdida del ATPDEA en 2008 con EEUU tampoco fue compensada por Brasil, Venezuela y Argentina, sus retóricas promesas de compra resultaron “cantos de sirena”.

“Garantizar el mercado andino para las agroexportaciones”, fue el quinto pedido, por la estratégica importancia de dicha plaza para las oleaginosas, lácteos, carnes, entre otros productos, al ser Colombia el principal socio andino de Bolivia, pero también, Perú, frente a su apertura a dicho bloque por los TLC firmados con el país del Norte, gracias a la “metida de pata” de un nefasto activista boliviano “antiglobalización”.

“Tomar buenas decisiones en materia de integración”, fue la sexta exhortación, apuntando a una integración basada en intereses productivos, antes que en una afinidad ideológica. Pese a ello, Bolivia en franca oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y los TLC propuestos por EEUU, apostó por la curiosa Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) que resultaron un fiasco. Se advirtió, también, tener cuidado con insistir en ser Miembro Pleno al MERCOSUR, ante el calamitoso precedente de la zona de libre comercio ejecutada con ese bloque implicando cosechar 45.000 millones de dólares de déficit, pero, siguiendo el ejemplo de Venezuela, igual se avanzó con el capricho.

“No encandilarse con la renta del gas natural”, fue la séptima recomendación, pero el país cayó en el rentismo durante el auge mundial con récords de exportación que le generaron pingües ganancias, reducidas hoy a menos de un tercio por la caída de la producción y menores precios. Previendo tal escenario, se había recomendado apostar por las Exportaciones No Tradicionales y el turismo, pero, tampoco se dio.

“Inclusión social” si, pero también, “inclusión productiva”, fue el octavo consejo, vale decir, considerar diligentemente no solo a las Pymes, sino también a la gran y la mediana empresa dentro de las políticas públicas para generar más inversión, producción, exportación y empleos dignos, de calidad y sostenibles, como la forma ideal de “mejorar hacia arriba” a la sociedad, pero, persistió la discriminación.

“Trabajar en promoción externa”, fue la novena exhortación, desatendida, también, por lo que el país anda a ciegas y sin inteligencia comercial, producto de la errónea política de austeridad aplicada al servicio exterior en un país cuya diplomacia debería captar capitales y abrir mercados.

“Drástica mejora de la calidad de la gestión pública”, fue el décimo pedido, apuntando a contar con personal idóneo para garantizar la estabilidad económica, política y social, y lograr una mejora sustancial de la competitividad que lleve a un mayor crecimiento; huelga decir que, tampoco primó la “meritocracia” deseada.

De ahí que, gran parte de lo que sufrimos hoy, es el resultado de no haber atendido aquello…

Buscando la verdad
imagenblog: 

Inteligencia Artificial, ¿por qué sube el dólar en Bolivia?

Uno de los mayores fenómenos de los tiempos que nos ha tocado vivir tiene que ver con el vertiginoso avance de la Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), que revolucionó al mundo, provocando profundos cambios disruptivos ante la posibilidad de utilizar información digital.

Si bien, de un tiempo a esta parte, el “poder” residía en quien “poseía” la escasa información disponible, hoy por hoy, el verdadero poder no radica ya en tener información, que sobreabunda, sino, en la capacidad de administrar su colosal presencia en el ciberespacio: el saber gestionar la información correcta es lo que marca la diferencia entre el éxito o el fracaso.

A lo ya señalado se suma ahora la Inteligencia Artificial (IA) que consiste en algoritmos matemáticos y modelos informáticos que procesan enormes cantidades de datos que ayudan a tomar decisiones acertadas, así como a sistematizar lo mejor del conocimiento para dar respuestas y soluciones en los campos más variados, poniendo en riesgo -dado su bajo costo- empleos tradicionales de abogados, financistas, administradores, diseñadores, traductores, analistas, médicos, programadores, educadores, entre otros.

Fue el científico informático estadounidense, John McCarthy, quien introdujo por primera vez tal concepto en 1956 y fue artífice en los ´60 del primer lenguaje de programación de Inteligencia Artificial, pero no fue sino hasta hace pocos años que la misma adquirió una relevancia tal, que su reputación oscila desde lo maravilloso y espectacular, hasta lo apocalíptico y alarmante, por las connotaciones que podría tener para la Humanidad en caso de burlar el control de sus creadores, esto es, que las máquinas puedan llegar a dominar al hombre.

Lo cierto es que, más allá del catastrofismo futuro, la IA está provocando una inusitada y frenética sucesión de inventos y mejoras, abarcando casi todos los campos con una tecnología tal que supera la limitada inteligencia humana a partir de las computadoras programadas para realizar en tiempo real y de forma casi instantánea, lo que a cientos o miles de los mejores cerebros les podría llevar resolver en horas, días y hasta años de arduo y continuo trabajo.

Algo bueno, con relación a la IA, es la posibilidad de interactuar con ella para obtener respuestas a consultas específicas a través de un "prompt", vale decir, un comando, pregunta, orden, instrucción o, simplemente, una solicitud direccionada a obtener una respuesta en diferentes áreas del conocimiento, algo que podría resultar de gran utilidad para ponerse de acuerdo, por ejemplo, sobre temas que se debaten apasionadamente entre lo técnico e ideológico, naturalmente, sin poder arribar a un consenso, en tal caso, la IA puede ayudar a zanjar las diferencias de opinión, dejando de lado toda subjetividad, siendo que quien está razonando es, una máquina. Vemos como un ejemplo práctico, algo que preocupa a los bolivianos: la subida del dólar.

Seguramente habrá oído y visto diferentes análisis, debates, diagnósticos y propuestas de solución a su escasez y alto precio, sin que se llegue a un acuerdo sobre qué hacer al respecto. Frente a ello, la IA podría pasar a ser una herramienta útil para realizar un examen imparcial del tema.

Si Ud. le pregunta a ChatGPT, por ejemplo, el porqué del incremento del precio del dólar en el país, su primera respuesta será que obedece a una combinación de factores económicos, fiscales y políticos. Si le pide que profundice su análisis, le dirá que la subida del dólar en Bolivia no es un fenómeno aislado, sino, el resultado de una mezcolanza de factores estructurales, como la crisis energética, la baja productividad, un tipo de cambio irreal, la alta inflación y la crisis política que vive el país y sentenciará que: “Sin reformas profundas, la presión sobre el dólar continuará y podría derivar en una devaluación oficial o una crisis cambiaria más severa”.

Finalmente, como la situación podría volverse crítica, de consultarle a la IA, qué deberían hacer los administradores del Estado para que haya dólares en cantidad y a bajo precio, le dirá esto: “El gobierno necesita actuar rápido pero con visión de largo plazo. Medidas como restringir el mercado informal o controlar precios pueden aliviar tensiones brevemente, pero, sin resultados estructurales, el problema se agudiza. Lo esencial es recuperar la generación de dólares y reconstruir la confianza en la economía nacional”. Si le consulta: ¿cómo lograr eso? Responderá: “Aumentando y diversificando la exportación; atrayendo Inversión Extranjera Directa; reactivando el turismo internacional; incentivando el uso del sistema financiero formal; estabilizando la política fiscal y monetaria; negociando financiamiento externo, y, con transparencia y diálogo nacional”.

No lo dicen los gremios, los empresarios o los analistas, sino, la Inteligencia Artificial que supera a la inteligencia natural que ¡cuántas veces induce a hacer exactamente lo contrario de tales recomendaciones, haciendo que el dólar suba y escasee tanto!

Buscando la verdad
imagenblog: 

Sube el dólar y la inflación: “La letra entra con sangre”

Si los malos políticos y aquellos que siempre tienen un problema para cada solución, con su desaprensiva actitud, lo que querían era que suba el dólar y haya más inflación en el país, han logrado su cometido a costa de que sufran los más pobres, los desposeídos.

La frase "la letra entra con sangre" fue acuñada hace varios siglos a propósito de los dolorosos castigos aplicados por los profesores a sus estudiantes para que aprendan. Esta expresión se ha convertido en un adagio aplicable a situaciones indeseadas que, pudiendo evitarse, suelen lamentarse que ocurran, por ignorancia o negligencia. “La letra entra con sangre” implica tener que pasar por un trance difícil para darse cuenta que, lo que se debía hacer bien, no se hizo, resultando penoso que ello ocurra, porque muchas veces la “lección aprendida” afecta a gente inocente y no siempre a los culpables.

¿Qué le preocupa hoy al ciudadano? El alza de precios, la subida de costos, el abastecimiento irregular de combustibles, su expendio más caro en el “mercado negro” y el veto a las exportaciones. ¿Se da cuenta que todo ello tiene que ver con el dólar?

Siendo que la inflación es el aumento generalizado de precios de los bienes y servicios, y las causas para que ello ocurra pueden ser que la demanda supere de forma sostenida a la oferta, pero también, la subida general de los costos de producción; el exceso de demanda se produce cuando aumenta la cantidad o la velocidad de circulación del dinero, que, no pudiendo ser atendida por la oferta, presiona los precios hacia arriba. De otra parte, la inflación de costos puede derivar del aumento del precio de los insumos, salarios, etc., lo que, al trasladarse a los bienes y servicios, determina el incremento de su precio.

Si a eso se añade un cambio en las expectativas de la población con relación al futuro de la economía, ello podrá producir acciones “racionales” de acaparamiento, pero también, de especulación, cuando la gente compra por encima de sus necesidades, previendo que los precios subirán a futuro, todo lo cual encarece los bienes y servicios en el mercado. Ahora, pongamos el dedo en la llaga: así como cuando el tomate escasea en el mercado, sube de precio, lo mismo está pasando con el precio del dólar en el país.

Recientemente se ha dado una escalada del precio del dólar en Bolivia, un verdadero balde de agua fría para la población, siendo que la inflación al mes de abril rondaba ya el 6% y en la gestión 2024 fue de casi 10%, provocando un deterioro del poder adquisitivo de los salarios, en gran parte asociado a la subida del “dólar paralelo” que más que duplicó su cotización, pasando a tornarse en un referente para la formación de precios en un país que depende altamente de la importación, poniendo en vilo la “bolivianización”.

La inflación en Bolivia obedece principalmente a factores internos, entre los cuales la escasez de la divisa pasa a tener un peso cada vez mayor a la hora de hablar de precios en el país, siendo que la virtual devaluación de la moneda nacional está ocasionando los fenómenos de atesoramiento del dólar, con miras a proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos, y, por otra parte, la indexación de precios al mismo.

Lo cierto es que el dólar ha llegado a un nivel preocupante por razones objetivas, como el déficit fiscal, la caída de las Reservas Internacionales Netas, la baja de las exportaciones estatales y el aumento de la importación de combustibles, que se paga en dólares, pero, también, por cuestiones subjetivas, como el cambio de expectativas en la gente, provocando una sobredemanda alimentada por la incertidumbre y preocupación.

La gran pregunta es ¿qué hacer para solucionar esta situación que afecta a la población en general y a los empresarios en particular? La economía no solo es “numerología”, también es “psicología”, y las buenas o malas señales inciden en su desempeño.

Hay dos sectores urgidos de dólares: el Gobierno, principalmente para importar combustibles, fundamentales para el sector productivo y la ciudadanía, y, los empresarios, para importar insumos, bienes de capital, equipos y, últimamente, combustibles también.

De ahí que, considerando el bien mayor, pensando en el bolsillo de la gente, tomándole la palabra al Presidente del Estado que recientemente anunció que declinaba su deseo de reelegirse para dedicarse plenamente a hacer gestión, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), a fin de intentar detener la escalada del dólar en el país, lanzó cuatro recomendaciones para evitar, por lo menos, que la situación empeore: 1) Destrabar los créditos bloqueados en la Asamblea Legislativa Plurinacional; 2) Destrabar las exportaciones para no limitar el ingreso de dólares al país; 3) Facilitar la producción y la exportación por parte de las entidades estatales involucradas; 4) Forjar un agenda público-privada basada en la seguridad jurídica, la libre exportación y acciones contundentes e inmediatas. Siendo que “las señales cuentan”, solamente así, el dólar podría bajar…

Bujscando la verdad
imagenblog: 

¡Por la pura gracia de Dios!

¿Sabía Ud. que, así haga el hombre su mayor esfuerzo para lograr algo, se prepare de la mejor forma para conseguir alguna cosa o adquiera el mayor conocimiento, hasta pasar por erudito, si Dios dice “no”, nada de eso se dará? Por el contrario ¿sabía que pese a que una persona sea débil, pobre e ignorante, si a Dios le place que surja, así será? ¿Sabía que Dios siempre tiene la última palabra?

Digo esto por lo que aconteció con un evento realizado la noche del pasado 7 de mayo -contra viento y marea, con mil y una dificultades, escasez de tiempo y recursos- pero, por la pura gracia de Dios, el Acto de Posesión de Directorio del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en el Salón de Convenciones CAINCO, en Santa Cruz, fue, como dijo un gran amigo, el mejor de los últimos 20 años.

No era para menos, considerando la concurrencia superior a las 300 personas, pese a otros tres eventos fuertes, a la misma hora. Como creyente que soy, atribuyo este éxito a que fue, simple y llanamente el favor de Dios manifestado en un ente técnico que, aunque pequeñito, concitó la atención de autoridades, representantes consulares, dirigentes gremiales, empresarios, académicos, prensa e invitados especiales.

El ambiente era de alta expectación, por una parte, y, festivo, por otra, amalgamando variadas emociones durante el Acto que duró casi hora y media, aunque no se sintió, gracias al Programa que incluyó a la Camerata del Oriente, con magistrales interpretaciones y, de otra parte, el sentido homenaje póstumo realizado al expresidente y, hasta junio del 2024, Asesor del Directorio del IBCE, Lic. Antonio Rocha Gallardo (QDDG), recibiendo el galardón su esposa e hijos.

Como no podía ser de otra manera, la toma de juramento al nuevo Directorio, por el Presidente a.i. de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, Lic. Carlos Krutzfeldt Monasterio, fue solemne, como también sus palabras al momento de augurar éxito al cuerpo directivo y destacar el aporte del IBCE al comercio exterior del país, recomendando a la institución: “Continuar siendo firmes defensores de la libertad económica y de la propiedad privada e impulsores de la productividad y la competitividad en el país (…) prestar, además, un oportuno asesoramiento a las entidades públicas para que el gobierno acompañe la promoción y la apertura de mercados externos”.

Naturalmente, habida cuenta de los tiempos que nos ha tocado vivir, con tanta preocupación por la subida del dólar, el alza de precios, el veto a las exportaciones, el menor crecimiento y la mayor deuda pública, entre otras, la gran expectativa era escuchar los discursos de los Presidentes saliente y electo.

A la gente le encantó el cierre de un corto pero contundente resumen de lo hecho en su Presidencia, del 2023 al 2024, por parte del Lic. Alan Camhi Rozenman, cuando, parafraseando a Martin Luther King, dijo: “Yo también ´tengo un sueño´. Sueño con una Bolivia reconciliada con el trabajo, respetuosa del que invierte, abierta al comercio exterior, moderna en su producción y justa en su distribución. Una Bolivia en la que no se penalice al que produce, sino se lo premie; una Bolivia donde el éxito sea aspiracional; una Bolivia donde los jóvenes encuentren futuro sin tener que buscarlo fuera de nuestras fronteras. Ese sueño no es utopía. Ese sueño es posible si lo construimos juntos”.

Sin embargo, no menos categórica fue la reflexión del nuevo Presidente del IBCE, Lic. Luis Ernesto Castedo Urzagaste, cuando, luego de su análisis sobre la situación del país advirtió que: “El futuro de Bolivia depende de haber aprendido la historia: Hay que cambiar la manera de hacer las cosas, la misma receta ya no funciona. El Estado debe ocuparse de dar seguridad jurídica, seguridad de mercados y seguridad de buenas políticas públicas, para que el empresario invierta, arriesgue, produzca, innove, exporte, importe, pero, también, sustituya importaciones, generando con ello empleos dignos e ingresos para las familias, además de tributos y divisas para el Estado. Así de facilito y difícil a la vez, porque todo depende, de quienes tienen la gran responsabilidad de conducir el destino del país”.

El Acto resultó rutilante y si bien la mayoría salió esperanzada por lo escuchado, todos salieron satisfechos porque a la culminación del Acto, el IBCE, en justicia, distinguió a 5 empresas que sobresalieron en los campos financiero, agroindustrial, comercial, inmobiliario y de servicios -Banco Ganadero S.A.; Granja Avícola Integral Sofía Ltda.; Hipermaxi S.A.; Nueva Santa Cruz – Ciudad Inteligente (Grupo Empresarial Lafuente) e Industrias Gráficas Sirena- mientras que el líder destacado fue el Ing. Mariano Aguilera Tarradelles, quien, a nombre de los galardonados ponderó la premiación realizada a notables esfuerzos familiares que se dan por décadas, invirtiendo, produciendo, exportando y generando empleos, ingresos y divisas para el país, pese a tantas dificultades.

De verdad, fue un maravilloso acto y todo… ¡Por la pura gracia de Dios!

Buscando la verdad
imagenblog: 

No todos lo aceptaron ni entendieron, el tiempo le dio la razón…

Parece que fue ayer, nomás, pero el tiempo pasa inexorablemente y, tal cual dice la canción, “se nos va, como el agua en las manos”. Han transcurrido dos años desde que el 3 de mayo de 2023, Alan Camhi Rozenman, con apenas 31 años de edad, asumió la presidencia del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Gran expectativa causó el anuncio de que un “Millenial” conduciría la institución, dada la rebeldía, la fuerza y las habilidades que, como “nativos digitales”, tienen los jóvenes de esa generación. 

Siendo yo el Gerente General del IBCE, doblándole en edad, por una parte; tomando en cuenta los años de vida institucional que llevo, por otra; finalmente, como economista yo, y él también, formado en Estados Unidos -con Especialidad en Administración, Finanzas, Economía y Marketing- debo confesar que fue todo un reto trabajar con un joven capaz, tecnológico y con una gran experiencia en banca y comercio. 

Me acuerdo que desde el mismo inicio de su gestión, marcó la diferencia al cuestionar frontalmente en su discurso el estado de cosas en el país. Más de una de las 300 personas que asistieron a su posesión se debió ruborizar al escucharle decir: 

“¿Es éste el país que queremos? ¿Es ésta la Bolivia con la que soñaron nuestros ancestros?” Para, luego sentenciar: “Si las respuestas fueran “no”, corresponde preguntarnos, entonces: ¿Por qué estamos en esta situación? ¿Vamos en la dirección correcta?” 

Para él, tales cuestiones no eran existenciales ni impertinentes, a su entender, gran parte de la gente se hace las mismas preguntas y, al no hallar respuestas, se angustia. 

Recuerdo que dijo que lo que vivimos hoy es fruto de las decisiones pasadas y que el futuro dependerá de las decisiones que se vayan a tomar, y, fustigó a los malos políticos:
“Es frustrante ver a nuestra clase política perdida, desorientada y desconectada de la realidad (…) Vivimos un momento de incertidumbre y nada puede preocupar más a la ciudadanía que, después de haber vivido un tiempo de bonanza y prosperidad, en el que muchos mejoraron su economía, corran ahora el riesgo de volver a la pobreza, si es que la situación del país desmejora” 

Pero, Camhi no se limitó a una lectura desapasionada de la realidad, sino que aportó con ideas de solución, que en sus dos años de gestión se plasmaron en propuestas públicas desde el IBCE. Como buen economista y empresario, pragmático además, no solo recomendó tomar buenas decisiones, sino, “tomarlas a tiempo, con coraje e inteligencia, pero, también, con la inquebrantable fe de que una mejor Bolivia, es posible”. ¿Clarito, no? 

¡Cuánta razón al decir que un país dividido no prosperará! De ahí su llamado a la “unidad frente a la adversidad”, para “impedir que se detenga el crecimiento, que baje la creación de empleo en el sector formal y que la economía del país se enfríe, porque si esto ocurre, con seguridad impactará a todos pero, mucho más, a los desposeídos y a quienes viven del día a día”. ¿Acertó, no es verdad? 

Conocedor de las bondades del comercio exterior, frente al deterioro de los macro indicadores del país, como la declinación de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto, la caída de las Reservas Internacionales Netas, el incremento de la deuda pública, el crónico déficit fiscal y comercial, advirtió que se tenga el máximo cuidado en este campo: 

“Cuando se descuida el comercio exterior, particularmente las exportaciones, se llega a situaciones delicadas, como la subida del tipo de cambio que lleva a un impuesto ciego, llamado inflación, ocasionando la pérdida del poder adquisitivo, no solo en el sector formal, sino también, en el informal, que en Bolivia atañe al 80% de la actividad económica, donde no hay beneficios sociales, acceso a la salud, jubilación y las condiciones de trabajo son dolorosamente precarias”. ¿Estaba en lo cierto, no? 

La “unidad frente a la adversidad” promovida desde el IBCE, pasaba por un gran Pacto Social Productivo a partir de la virtuosa tríada “Gobierno-Empresarios-Trabajadores”, para combatir la pobreza, mejorar la educación, el acceso a la salud y para que haya más empleos dignos y sostenibles a partir de la actividad privada. ¿Interesante, verdad? 

Con relación al creciente déficit fiscal, puso el dedo en la llaga: “¿Por qué no bajar el gasto público e incentivar a que el sector privado absorba la mano de obra cesante?” Y respecto a la subvención de los combustibles: “¿Por qué no permitir la libre importación de diésel y gasolina? ¿Por qué no discutir el desmonte de la subvención o un pago diferenciado sin causar inflación? ¿Por qué no dejar que el sector productivo genere su propio biodiésel?” 

No todos lo aceptaron ni entendieron, el tiempo le dio la razón… 

Finalmente, acuñó este gran pensamiento: “La gente quiere certidumbre, no vivir en zozobra; quiere un destino seguro para sus hijos; la gente quiere progresar y vivir en paz”. ¿Está Ud. de acuerdo? 

Acabando sus dos años de gestión, agradezco a Dios por la experiencia tomada y por ganar un amigo: Alan Camhi Rozenman.

Buscando la verdad
imagenblog: 

Ceguera biológica y ceguera ideológica

Entre las grandes virtudes del ser humano, cuenta el poder compartir su saber con bondad; confrontar ideas con benignidad; esgrimir argumentos con paciencia; instruir con amor; educar con gozo; discutir conservando la paz; infundir fe a la hora de hablar y enseñar con la humildad de los grandes, sin perder la calma frente a quienes, por soberbia intelectual o arrogancia, oyen, pero no escuchan razones.

Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, sentenció una vez: “La ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar”. 

¡Cuántas veces la evidencia del error salta a la vista pero se la niega, como también, la constancia del acierto -y no se la acepta- porque el subjetivismo, la política, la ideología y el egoísmo lo impiden!

De ahí que, es en el campo académico -donde priman la ciencia, la lógica y la razón- que se pueden dar más posibilidades de encuentro, al no permitirse tales situaciones en áreas tan disímiles como la medicina y la economía. Ahora ¿cuál es la necesidad de este prolegómeno?

La Carrera de Comercio Internacional de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), a través de su Jefe de Carrera, Lic. Freddy Pacheco, me invitó como Conferencista Principal al Foro Académico “Importancia del Comercio Internacional en la coyuntura económica actual”, certero evento considerando las preocupaciones de la sociedad civil.

Compartí palestra con reconocidos expertos en el campo de su especialidad, como el Lic. Raúl Obando, Presidente de la Cámara Regional de Despachantes de Aduana de Santa Cruz; Lic. Sissi Hassenteufel, Presidente de la Asociación de Mujeres Especialistas en Comercio Exterior; Lic. Mauricio Rodríguez, Miembro del Capítulo Bolivia de la Cámara de Comercio Internacional, y, Lic. Pablo Sánchez, Subgerente de Desarrollo Empresarial de Cainco. La Moderadora del Foro fue la Ing. María Esther Peña Cuéllar, Subgerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y Docente de la UPSA.

Engalanaron el Foro, con su presencia, el Vicerrector, Dr. Sergio Daga; la Decana de la Facultad de Ciencias Empresariales, Lic. Mary Esther Parada, y la Dra. Gloria de la Fuente, Subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, como invitada de honor.

Ante más de 300 participantes, docentes y universitarios, principalmente, expuse el porqué de la situación que angustia a muchos -escasez de dólares, aumento de la inflación, anormal abastecimiento de combustibles y menor crecimiento económico- con la convicción de que gran parte del problema tiene que ver con el comercio internacional en general (intercambio de bienes y servicios a nivel mundial) y el comercio exterior de Bolivia (exportación e importación), en particular.

Mi intervención consistió en aportar datos sobre la evolución de indicadores macroeconómicos como el Producto Interno Bruto nominal y real; Inversión Extranjera Directa; balanza comercial de bienes y servicios; remesas al país desde el exterior; subidas y bajadas de las Reservas Internacionales Netas; composición de las exportaciones e importaciones; un especial énfasis en la balanza comercial del sector de hidrocarburos, entre otros, para, a partir de ello, demostrar que el menor crecimiento del PIB y la vertiginosa caída de las RIN, se debía a la baja de las ventas externas de Bolivia y a la subida de las importaciones, explicando las razones para cada comportamiento negativo mencionado.

Como casos icónicos de las Exportaciones No Tradicionales (ENT) presenté las “lecciones aprendidas” con la soya y derivados, la reina de las ENT, y la carne bovina y derivados ¡toda una revelación dentro de esta categoría, además de un buen ejemplo de lo que puede ser un exitoso trabajo sinérgico público-privado, aunque, tristemente, se puede tirar todo por la borda al vetarse su exportación como pasa hoy!

En el plano de las reflexiones finales, recalqué: La importancia del comercio internacional, explicando que la actual situación deriva de un descuido del sector externo, particularmente de las exportaciones, haciendo que ante la escasez de dólares, suba su precio; como país no autárquico precisamos divisas para las crecientes importaciones de las que dependemos; respecto a las fuentes de ingresos de divisas -por exportación, endeudamiento, inversión extranjera y cooperación- lo deseable sería la primera opción por su aporte al crecimiento, el empleo, los ingresos para los ciudadanos, así como tributos y divisas para el Estado.

Frente a un escenario internacional desafiante, insistí en la necesidad de mejorar la productividad empresarial y la competitividad sistémica del país, en función de lo cual reclamé tres condiciones indispensables: Seguridad jurídica, seguridad de mercados y seguridad de buenas políticas públicas, como ocurre en todas partes.

Felicidades a la UPSA por promover este tipo de foros, siendo que la “triple hélice” -Empresariado, Gobierno, Academia- podría ayudar, a partir de la ciencia y la sapiencia, a zanjar temas que, desde la política, no se pueden resolver…

Buscando la verdad
imagenblog: 

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2911653. Correo: info@gen.com.bo