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2016: año complicado para Venezuela y Bolivia

Las noticias sobre el precio del crudo siguen negativas.

Será, entonces, un año 2016 bastante duro para economías-energéticas: las que dependen del petróleo o gas vendido como materia prima.

El precio del barril “light sweet crude” (WTI, de referencia para establecer los precios del gas natural de Bolivia, por ejemplo) “cerró” al 22.12 (para ser comercializado en enero) a 34,74 USD; el barril Brent (referente europeo para la “canasta” venezolana) quedó en 36,35 USD; su menor valor en 9 y 11 años, respectivamente.

La reducción de precios del petróleo –que ya analizamos a profundidad en otras columnas- fue por la mucha oferta (de Arabia que siguió produciendo sin importarte el costo de producción ni la eventual reducción de sus abultadas reservas de dólares en bancos internacionales); la aparición en el escenario de negocios del ya famoso shale-oil y shale-gas (petróleo/gas extraído de reservas y formaciones no-convencionales a los actuales); la inversión poderosa de Estados Unidos en éste último tiempo en shale y la continua puesta en mercado de petróleo de parte de OPEP (pese a los ruegos de Venezuela de recortar las cuotas de producción).

Ello afectó al precio del gas natural boliviano: cayeron a 4,8 USD/millón BTU (unidad térmica británica) para el contrato con Argentina y a 4,3 USD/millón BTU para el contrato con Brasil (que además vence el 2019). El precio al Brasil estuvo por encima de los USD 12 en 2012. Eran buenas épocas.

Y afectó a Venezuela: barril a precio USD 29.29 al 22.12 (estando el WTI a 36).

En Bolivia, además de ese escenario externo, se tiene que las reservas internacionales netas (RIN) se redujeron más de USD 1.726 millones del total que llegó a sumar USD 15.123 millones. Las RIN estuvieron en alza entre 2006-2014 durante el boom de los buenos precios del barril de petróleo.

Bajaron los precios del petróleo y consecuentemente bajaron los ingresos de Bolivia y las reservas RIN. Tomando datos del estatal INE (Instituto de estadística) se tiene que los ingresos por venta de hidrocarburos (de gas, concretamente) bajaron en un monto de USD 3.443,6 millones (casi 40% menos que el año de buenos precios del petróleo).

No olvidemos que 65 dólares ingresados a Bolivia de cada 100 son gracias a la actividad de hidrocarburos.

En Venezuela la cosa es más compleja: de 100 dólares ingresados 95 son generados por la industria petrolera.

Los contratos establecen la actualización trimestral de precios del gas boliviano que viene a re-emplazar una “canasta” de fuels cuyos precios, lógicamente, están “de la mano” del barril/petróleo WTI.

A precio de barril de USD 100 (junio 2014) a menos de USD 35 (diciembre 2015) se tiene precios de gas muy bajos: para los contratos a Brasil (GSA) variable de 24 MMmcd (millón de metro cúbico/día) hasta 30,08 MMmcd; y para la termoeléctrica de Cuiabá (2.2 MMmcd) con vigencia hasta agosto 2016, éste último.

Ahora, naturalmente, como nadie tiene una “bola de cristal” es posible que para 2016 los precios del petróleo vayan en alza, no se si hasta su nivel de 2014, pero en alza para apenas mejorar economías de países extractivistas como Bolivia o Venezuela. Ideal sería que ambos países hayan desarrollado, con tanto ingreso, una industria de agregados de petróleo y gas.

El caso venezolano se pinta complicado: Venezuela necesitaría un precio de barril/petróleo a mínimo de USD 50, menos de eso es casi un desastre.
Habrá una brecha de ingresos/gastos tan grandes que no habrá como financiar esa diferencia, de continuar los precios actuales y de continuar Venezuela siendo mal dirigida.

Con menos de USD 50 Venezuela no podrá crecer –menos su industria de exploración y producción petrolera- porque no habrá posibilidad alguna de expansión de inversiones.
Barclays espera que en 2016 el precio del petróleo Brent se ubique en 63 USD/barril de manera que la “canasta” petrolera venezolana estaría a 55 USD/barril; así y todo habrá déficit de aproximadamente 20 mil millones USD que tendrán que ser cubiertos seguramente con financiamiento de China o de alguien que siga dándole "oxígeno" al actual esquema político venezolano.Obviamente marchándose los actuales administradores la cosa mejoraría.

A ello sumar el pago de la deuda, cubrir los bonos de la petrolera estatal y una reducción de importaciones en donde los privados serán los más golpeados.

En todo caso en ambos países se requieren medidas de ajuste y nuevas personas que entiendan de economía. Y de hidrocarburos. Dejando de lado la improvisación. El gran problema es que no hay economistas (con alta y probada capacitación) al mando de confeccionar presupuestos, recortar el gasto fiscal, evitar el despilfarro y actuar con prudencia ante la desmejora de los ingresos por venta de gas y petróleo. Ni tampoco hay estrategas en políticas energéticas.

El tema político interno en ambos países, y la nueva ola en la región con la batuta de un muy serio y modernizador Mauricio Macri, también van a pesar a tiempo de la evaluación.

Lo que si requieren ambos países, con economías encadenadas a la energía, es una verdadera #ReformaEnergética con promoción a ultranza de la libre iniciativa y de la inversión privada, dándoles las comodidades fiscales, legales y regulatorias respectivas, dejando de ser estados “trampa” para ser estados de atracción de capitales. ///

Hablemos de energía
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Bolivia: El despotismo busca borrar huellas

Evo Morales se ufanó el sábado ante sus huestes cocaleras del Chapare de haber borrado del mapa boliviano a los partidos políticos de diversa ideología. ¡Han desaparecido el MNR, ADN, UCS, NFR, MIR! Hay “cero partidos neoliberales”, dijo eufórico el caudillo.

Lo que no dijo es que a los principales dirigentes de esos partidos los mantiene en el exilio, presos o perseguidos, mientras busca afanosamente que el pueblo boliviano le autorice, en un referendo a celebrarse en febrero, a modificar la Constitución y optar por un nuevo periodo.

Si no ha pasado ni un año desde las recientes elecciones y faltan más de 4 para las del 2019, ¿por qué el apuro del régimen por buscar la tercera reelección de Morales?

La explicación es que Morales ha durado en el cargo mientras Bolivia recibió como nunca millones de dólares por la venta de materias primas, cuyos precios se elevaron hasta las nubes por las compras de China e India, principalmente, y del gas exportado a Brasil y Argentina.

La época de la bonanza está acabándose y ya la mina de Huanuni piensa despedir a miles de trabajadores porque la libra fina de estaño, por ejemplo, se cotiza a $7, mientras los costos de producción son de $8. El régimen está, pues, curándose en salud.

Pero lo más importante para los déspotas que hoy gobiernan Bolivia es asegurarse la continuidad en el gobierno para que no prosperen investigaciones de una corrupción brutal, como la del Fondo Indígena, donde sus allegados se apropiaron de $650 millones. Hasta ahora solo ratoncitos han caído presos, pero las ratas principales andan impunes.

Pero no es solo eso, sino que temen ser enjuiciados por atroces crímenes cometidos por sus huestes, pero orquestados por el G2 cubano y la embajada venezolana en La Paz, como el vil asesinato  del mercenario boliviano-croata Eduardo Rozsa Flores y sus acompañantes el 2009 en el Hotel Las Américas de Santa Cruz.

El colega Carlos Valverde Bravo, con la sutileza de un orfebre, en su libro “Maten a Rozsa”, demuestra fotocopias de los pasajes pagados por la embajada venezolana para el traslado dentro del país del “héroe de los Balcanes”. Nunca Rozsa supo de las intenciones del G2 y el chavismo para utilizarlo, ni cómo sirvió de tonto útil para algunos extremistas cruceños.

Lo cierto es que llegado el momento, Rozsa y sus acompañantes fueron acribillados en la madrugada del 16 de abril del 2009. Estaban en calzoncillos. Muy difícil que terroristas atacaran a los policías desde sus camas de un hotel. Los circuitos cerrados de TV fueron desconectados por los asaltantes.

Si sobrevivía Rozsa se hubiera sabido quién lo contrató desde hace dos años, por lo menos, para una supuesta “defensa de Santa Cruz”. Cuando aún no se habían enfriado los cadáveres, desde Venezuela Morales anunció el “éxito” de la operación que evitó su “magnicidio”.

Un atentado dinamitero a la casa del cardenal Julio Terrazas (recientemente fallecido), fue la excusa para matar al grupo, pero lo más importante, Cuba y Venezuela desbarataron cualquier resistencia de Santa Cruz, la rica región oriental, al gobierno de Evo, aliado de los Castro y Hugo Chávez.

Decenas de dirigentes políticos, empresariales, cívicos fueron aprendidos, perseguidos o exiliados. Lo que empezó con la masacre de El Porvenir, en Pando, se extendió a Beni, Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca. Allí acabó la resistencia de la “media luna” y el despotismo empezó a marchar a paso de ganso.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

Tierra Lejana
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Svetlana Aleksijevitj habla del “hombre rojo"

La ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015, la escritora y periodista bielorusa Svetlana Aleksijevitj, dio su discurso el lunes 7 de este mes a las 17:30 (hora sueca). Era una tarde fría y oscura típica del invierno estocolmense, soplaba el viento algo fuerte. Y entre las callejuelas de la ciudad vieja alrededor del majestuoso edificio de la Bolsa, donde se encuentra la Academia Sueca, se percibía un ambiente navideño.

Llegué al local media hora antes para coger un buen puesto. A unos 30 metros del recinto habían dos vehiculos policiales. Me acerqué a la puerta de entrada, me identifiqué y subi las gradas hacia la guardarropía. Me saqué la chaqueta e inmediatamente me advirtieron que no podía entrar con el pequeño maletín de cuero que llevaba. Ya van muchísimos años que asisto a este solemne acto, y nunca ocurrió algo parecido anteriormente. En fin, saqué el contenido del maletín: mi cámara fotográfica, un cuaderno y un bolígrafo. Y me marché al famoso salón, en donde un nutrido público esperaba a la galardonada con el Premio. Me instalé en un lugar relativamente cerca de la tarima, ahí sentado conversaba con un amigo. De pronto entraron los miembros de la Academia Sueca, se sentaron en sus respectivas sillas y un silencio absoluto se apoderó del salón. Sara Danius, la flamante secretaria de la Academia, se dirigió hacia la tarima, y desde allí dijo: “Señoras y señores, bienvenidos a la Academia Sueca. Hace exactamente dos meses, en este salón, se reunieron muchos periodistas para saber quién iba a ganar el Premio Nobel de Literatura. Ese día cuando mencioné la palabra Bielorusia, muchos aplaudieron y exclamaron de felicidad. Deseaban saber más sobre Svetlana Aleksijevitj, y me preguntaban muchas cosas. Al cabo de casi tres horas, cuando terminó el acto, me di cuenta que esas preguntas involucraban, de alguna manera, al hombre rojo y a las subidas y caídas del hombre soviético. El imperio del hombre rojo se ha terminado. El gran experimento, que duró siete décadas, se fue al tacho. Y el hombre rojo se ha sustituido, gradualmente, con otro hombre que aún no sabemos como se llama. Aleksijevitj ha conversado con muchas personas para escuchar sus historias. Se trata de gente que no hubiera existido en la historia, si Aleksijevitj no hubiera escrito sobre ellos, sobre esas mujeres que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué sabíamos de ellas?”. Y así continuó Danius durante unos 20 minutos. En realidad, me sorprendió un poco esa larga introducción, ya que los anteriores secretarios no hablaban más de 10 minutos.

Cuando Aleksijevitj tomó posición en el lugar indicado, empezó su discurso en ruso diciendo: “No estoy sola en esta tarima. A mi alrededor hay voces, cientos de voces que siempre están conmigo desde mi niñez. Yo vivía en una aldea y, a nosotros los niños, nos gustaba jugar, pero en las tardes nos jalaban como con un imán hacia los sillones donde estaban sentadas las viejas cansadas, y se reunían cerca de sus casas o cabañas. Ninguna de ellas tenía marido, padre o hermanos. No habían hombres en la aldea después de la guerra, me acuerdo bien”.

El público trataba de seguirla leyendo el folleto que habían repartido al principio, pero me di cuenta que mucha gente eligió escuchar las palabras que salían de su boca. El discurso de Aleksijevitj estaba compuesto de diferentes partes: voces que narran historias, las experiencias y entrevistas que hizo entre los años 1980-1985 y 1989-1997.

La primera voz que se manifiesta es un soldado que, en plena guerra, pide la mano a una mujer que también luchaba en la guerra y que, en cierto modo, se había olvidado de ser mujer. Cuando conversa con su admirador le dice: “... primero tienes que hacerme mujer, regalarme flores, decirme palabras cariñosas y cuando toques las fibras de mi ser, haré coser un vestido de novia”.

La segunda voz se trata de Chernóbil. Una mujer cuenta: "vivíamos cerca del reactor nuclear en Chernóbil, allí trabajaba como panadera. Mi esposo era bombero, y recién nos habíamos casado. Acostumbrabamos a pasear de la mano. Justo ese día que explotó el reactor, mi esposo estaba trabajano de turno en la estación de bomberos. Y cuando tocó la alarma, partieron allí los que estaban de turno. Se fueron en camisas y con ropa normal y corriente. Toda la noche trabajaron tratando de apagar el incendio. Y con esas dosis de radiactividad a la que fueron expuestos, no se puede sobrevivir. Al día siguiente por la mañana los enviaron, en avión, a Moscú. Yo viajé para visitarlo, y cuando estaba en el hospital me dijeron que se encontraba en una caja especial. Me preguntaron ¿Qué vas hacer allí? Lo amo, les dije. Ya no es una persona a la que se puede amar, me contestaron”.

La tercera voz describe a un niño que mató a un alemán cuando tenía 10 años: "... aquel alemán estaba echado en el suelo herido. Me habían dicho que le quite la pistola. Entonces corrí hacia él, pero el alemán cogió la pistola con las dos manos y apuntó contra mi rostro. Pero no fue él, que alcanzó primero, fui yo. No me asusté de heberlo matado".

La escritora bielorusa habló de una manera contundente, y creo que ante sus palabras todos quedan consternados. Cuando por ejemplo dice: "´... he vivído en un país, en donde desde que eramos pequeños nos enseñaron a matar. Nos decían, el hombre existe para arder y para sacrificarse. Crecimos entre verdugos y víctimas. Nuestros padres vivían con temor, por eso no nos contaban todo. Hace 20 años depedimos al imperio rojo con maldiciones y lágrimas. Hoy tenemos una nueva generación que tiene otra visión del mundo, pero muchos jovenes leen nuevamente a Marx y a Lenin. No existe el imperio rojo, pero el hombre rojo aún está presente. Hay muchos idealistas y románticos. Hoy en día, a esos, se los llama: románticos de la esclavitud o esclavos de la utopia. La gente quiso establecer el reino de los cielos en la Tierra, el paraíso terrenal. Y al final sólo quedó un mar de sangre y millones de vidas destrozadas por nada".

Sin lugar a dudas que la autora de “La guerra no tiene nombre de mujer”, ha sabido escuchar historias que le han perseguido durante 40 años. De ese modo se convirtió en la voz de los sin voces. Son precisamente esas voces clamorosas las que le sirvieron para incursionar en una literatura de no ficción, creando así un nuevo género literario. El sufrimiento, el desamor, la muerte, la lucha de los soldados y de las mujeres rusas en la Segunda Guerra Mundial, la exploción nuclear en Chernóbil, la guerra de Afganistán y las vivencias en el comunismo soviético son temáticas de mucha importancia en su obra. Svetlana Aleksijevitj es una mujer de mucho coraje, porque escribe y habla sobre acontecimientos que muchos desearían enterrarlos bajo mil metros. Después de haber conocido que el Premio Nobel de Literatura recayó en su persona, la entrevistaron en Minsk, capital de Bielorusia, en donde dijo: “... respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y de Putin”. Palabras de mucha valentía, tomando en cuenta el destino que sufrió la periodista rusa Anna Politkóvskaya. Como buena conocedora de la verdad, es una voz crítica ante los sistemas totalitarios. Quizá por eso fue acosada por el régimen del presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko.También fue culpada por mostrar a la antigua Unión Soviética de una manera “poco heroica”. Pero muy lejos de todo tipo de acusaciones, sus libros son de denuncia por encima del poder. Son libros que forman parte de un gran mural, en donde cada centímetro cuadrado está cubierto por historias verídicas que sacan lágrimas a cualquier ser humano.

Palabras de fuego
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Sin paz ni amor

Por su esencia, las familias que deseen reunirse en la Nochebuena tendrán paz y amor por el solo hecho de estar juntas. Lamentablemente, esos sentimientos no pueden extenderse a un país que termina el año más dañado que cuando comenzó.

Sí. Hay estabilidad económica y los reportes del FMI y el Celam dan cuenta que el desempeño de Bolivia fue mejor que el de la mayoría de los países de la región, incluido el gigante Brasil, pero ni siquiera ese indicador positivo nos permite hablar de paz y amor cuando el ambiente en el que vivimos está repleto de violencia y odio.

Culpar al Gobierno es hacerle el juego a la escuálida oposición que se frota las manos creyendo que el declive en el apoyo al MAS permitirá un relevo del poder a mediano plazo. Si hablamos de violencia, esa que es ejercida contra la mujer y cuyo rostro más deleznable se mostró en el caso del suspendido presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz, es justo recordar que denuncias de esa naturaleza también afectaron a los opositores.

La violencia contra la mujer no tiene ideología y se manifiesta de igual forma entre oficialistas y opositores. Ni siquiera una ley de avanzada, y a veces hasta radical, como la 348, puede cambiar la mentalidad de un país machista en el que todavía se cree que la mujer debe vivir bajo la tutela del varón, aunque eso signifique soportar maltratos y humillaciones.

En estos días previos a la Navidad conocí un caso de esos, el de una mujer que vivió 24 años bajo el mando de un hombre golpeador que no le dejaba trabajar ni salir a la calle. En un aparente intento de tenerla encadenada al hogar, procreó seis hijos con ella. Ahora, cuando, cansada de los golpes, decidió dejar al marido, no faltan parientes que le aconsejan volver con él, para no quedarse sola con tantos hijos. Esa es, más o menos, la misma mentalidad que hizo que la mujer golpeada por el asambleísta paceño vuelva con él de manera pública.

Entonces, no puede haber paz en un país tan afectado por la violencia que el 80 por ciento de sus víctimas mujeres desisten de sus denuncias cuando se atrevieron a presentarlas ante las autoridades. ¿Y la violencia invisible, aquella que no se denuncia?

El otro factor de malestar es el odio, opuesto al amor que debería primar en estas fechas.

Aunque nos duela, debemos reconocer que en el país existe una ola de odio motivada principalmente por un Gobierno cuyas principales figuras más parecen vengadores de agravios del pasado.

El odio se percibe cuando nuestros gobernantes aprovechan los micrófonos para denostar a la oposición, insultarla y llenarla de calificativos. Y se percibe cuando se pasa de las acciones a los hechos y se persigue al que piensa distinto y hasta se lo encarcela. Ese odio se advirtió hace años, cuando el presidente Evo Morales maltrató públicamente a un periodista del diario La Prensa por una nota que se había publicado en ese medio y no le gustó al Gobierno. En las fotos del incidente se puede ver el odio en los ojos del jefe de Estado mientras miraba al informador que, para colmo, ni siquiera era el autor de la nota.

Pero la oposición no está lejos de esas acciones porque, aprovechando la impunidad de las redes sociales, también se dedica a destilar odio no solo criticando la gestión de Gobierno sino recurriendo al insulto, a la descalificación y al racismo.

Por ello, es probable que tengamos paz y amor en nuestras familias pero será difícil encontrarlos afuera.

 

 

 

 

 

 

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

 

 

 

 

  

 

  

Surazo
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Venezuela cerca de horas decisivas

Las horas avanzan raudamente para el tambaleante régimen venezolano y para la oposición. Cada vez está más cerca el 5 de enero. Los opositores están aún ebrios por su apabullante triunfo del 6 de diciembre cuando por una diferencia de más de 2 millones de votos se apoderaron de la mayoría calificada de la Asamblea Nacional (AN). El chavismo gobernante no admite su derrota. Hasta ahora parece inevitable el choque. Solo una decidida acción internacional podría evitarlo.

Organismos como la OEA, ONU, Mercosur, Unasur, Celac, etc. deberían desde ahora advertir severamente al régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello de las consecuencias que enfrentarían si rompen el hilo constitucional, porque están decididos a que no se instale la nueva AN.

Maduro y Cabello maquinan cómo burlar la voluntad popular expresada en las urnas y que representa un retundo revés al chavismo gobernante, el primero de esa magnitud en 16 años de uso y abuso del poder público, cuyas consecuencias catastróficas sufre actualmente el pueblo venezolano con una  escasez brutal de alimentos, medicinas, una corrupción galopante y una inseguridad que tiene ya un saldo de un cuarto de millón de asesinados por el hampa en el último decenio y medio.

Los amos del poder, en la madrugada del 7 de diciembre, reconocieron su derrota, pero inmediatamente la descalificaron y ahora acusan a la oposición de haber hecho trampa, cuando la verdad es que desde el poder político controlan el Tribunal Electoral, apabullaron a la ciudadanía con un despliegue publicitario colosal y les faltó poco para salir a las calles a repartir lo que queda del deteriorado erario nacional.

Los tramposos ahora crean una inconstitucional Asamblea Comunal, paralela a la AN para tratar de convertir a ésta en un florero chino. Dicha “asamblea” sesionaría en las instalaciones del actual parlamento. Cabello, como presidente de la ya caduca AN, convoca a sesiones extraordinarias porque quiere nombrar 13 magistrados del Tribunal Supremo, sin que hayan renunciado los jueces que terminan sus periodos el 2016.

Maduro desde cualquier micrófono amenaza con no acatar las leyes que apruebe la nueva Asamblea Nacional y sigue llamando a su tarifados a volcarse a las calles para impedir que los nuevos legisladores investiguen los desfalcos millonarios, interpelen a los ministros y ordenen se investiguen las cuantiosas fortunas de jerarcas chavistas en bancos de Estados Unidos, España, Andorra, Panamá y las islitas del Caribe.

El gobernador de Aragua, Tarek El Aissami, ex ministro del Interior, va  más lejos. Ha convocado a los chavistas recalcitrantes a tomar las calles adyacentes a la Asamblea Nacional e impedir el 5 de enero que se instale el nuevo parlamento.

El clima se enrarece todos los días y las amas de casa deambulan en busca de los escasos alimentos para almacenarlos porque temen enfrentamientos violentos. Las Fuerzas Armadas garantizaron la corrección de las votaciones del 6D y apoyaron sus resultados, pero es difícil predecir cómo responderán en caso de conmoción civil.

El oficialismo tiene grupos paramilitares y otros comandos cubanos con predisposición de defender al régimen hasta sus últimas consecuencias. (Ocurrió en Granada, 1983), pero también se confía en que pueda aparecer un émulo del ministro Lovera quien en 1958, en análogas circunstancias, recomendó irse al dictador Marcos Pérez Jiménez. “Vámonos, mi general, porque el pescuezo no retoña”, le habría dicho. Amanecerá y veremos.

Tierra Lejana
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Noche de paz y amor, noche de El Salvador

Las horas avanzan y nos trae a nuestra mente muchas imágenes, propias de este tiempo. Nos viene la nostalgia de la navidad que viví, aquella que siempre soñé o con la expectativa de la navidad que viviré. Ya contamos los segundos para que llegue la medianoche, para que en familia estemos unidos y felices brindar, de comer la comida más tradicional, de abrir nuestros regalos y decirnos, felicidades, muchas prosperidades.

Es una nochebuena que nos recuerda todo lo que pusimos en el pesebre, historia, tradición, costumbres. Ahí está nuestra fe, ahí está nuestro amor. El pesebre fue construido por varias manos, los hijos, los padres, los parientes. Muchos se acercaron para poner alguna decoración o detalle y hacer bella la noche más bonita de la familia. La noche buena, que es la Navidad, el nacimiento de nuestro salvador. La noche de paz, la noche de amor.

Tal vez, año que pasa, tenemos que explicar muchos detalles a los nuevos ciudadanos de este planeta. Nuestros contextos son nuevas realidades, ahí tiene su sentido, también en la Navidad. Ahí están los padres, ahí están los abuelos, que como en las películas de familia, ellos explican con paciencia y mucha imaginación la presencia de cada uno de los personajes. El pesebre se constituye en el centro de la noche. Tal vez la abuela dirá a los niños, ahí está Jesús recen, persígnense, adórenlo.  Pero los niños están más atentos a sus regalos.

No podemos olvidar  donde nacieron los pesebres. Fue San Francisco de Asís, que por los años 1223, construyó el primer pesebre en su pueblito llamado Greccio, en Italia.  La tradición nos dice que San Francisco Asís quería que la gente comprenda cómo Dios se hizo humano, y recurrió al Evangelio de San Lucas, que nos cuenta, cómo nació Jesús. Puso todos los personajes que están implicados en el nacimiento de Jesús. Desde entonces, en muchas partes del mundo,  armamos un pesebre, ya se hizo parte de la tradición de la fe cristiana.

En esta noche de paz y noche de amor. Será importante mirar a fondo el pesebre. No existen causalidades, sino una realidad que en su tiempo nos marcó.

El pesebre es la construcción visual, de la encarnación de Dios en el pueblo, es decir, cómo Dios se hace humano en nuestra realidad. El pesebre pone en contexto nuestra esperanza de que Dios se ponga delante de nosotros, para hacer que nuestra historia marque su sentido de liberación y de cambio permanente. Si nace pobre es para levantar al mismo pobre, no para hacer más pobres.

En cada cultura se fueron enfatizando algunos elementos. Muchas veces estamos condicionados por la comprensión de Dios, de la imagen que tenemos de Dios. Frente a algunas confusiones, será necesario contemplar, a cada uno de las personas que son testigo de la revelación. Ahí podemos ver primero a un Dios que hace historia y su contexto del nacimiento marca una referencia de la acción de Dios para los pueblos.

El centro del pesebre tiene a Jesús, María y José.  Al mirar a María, que al decir “sí”, permitió que la historia de la salvación se cumpla. Dios cumple su palabra y se hace hombre por el “sí” de María. Al contemplar a José, que acepta la condición en la que nacerá el Salvador, él recibirá la revelación y se hace obediente para aceptar al Mesías, al Señor.  El recién nacido,  el niño Jesús, es el que tenía que llegar, es el esperado, es nuestro Salvador, que nace pobre marginado, excluido y perseguido. Recordemos que Lucas nos dice que no había una posada, un albergue, una residencia, no tenía dónde nacer. Esto lo remarcan los evangelios-

La noche de paz, noche de amor, es la noche del Salvador. Jesús, que significa, el Salvador, es Dios hecho carne, se hace uno de nosotros, se hace parte de un pueblo. Nace entre los pobres y su primera cuna, es la de cualquier pobre de su tiempo. Esto hace que el punto de partida de la historia de la salvación sea en medio de la pobreza extrema, de la exclusión y marginamiento. Dios se hace hombre y pobre para dignificar al pobre y al excluido. Hoy esta es nuestra navidad.

Palabras de vida
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21F: lecciones de Argentina

En la agonía del particularismo político, o sea del desprecio por el otro que han cultivado primero neoliberales y después neosocialistas, las sociedades modernas, protagonistas de la nueva novela histórica latinoamericana, van aprendiendo al fin de sus errores y no admiten polarizaciones maquinales y trasnochadas; “polarización”, hoy, suena a sinónimo de intolerancia, de exclusión. Por eso, a esta altura del realismo mágico, no sirve de mucho escarbar en la dicotomía de izquierdas y derechas, menos aún en países cuyos mandatarios escriben los días maravillosos de la revolución ahorrando en imaginación y progresismo con tinta china del imperio.

He aquí algunas lecciones más útiles que la menesterosa disquisición de marras a partir de lo ocurrido en Argentina, quién sabe, con reminiscencia venezolana:

1) Bolivia no es ni Argentina ni Venezuela. Así como Evo no es Cristina ni es Maduro, Costas y Doria Medina no son, ninguno de los dos, Macri. La economía boliviana tampoco es la misma que la de Argentina y Venezuela: aunque naturalmente el poder corroe, dista mucho el nivel de agotamiento entre una ciudadanía y otra.

2) Si eres de la oposición boliviana y crees que los cambios del “nuevo orden” latinoamericano serán para ti una tabla de salvación ipso facto, es decir automáticamente, te equivocas. Tendrías que desarrollar el músculo necesario para capitalizar, como en Venezuela y Argentina, el desgaste del gobierno de Morales.

3) Si eres del Gobierno y crees que lo acontecido en Argentina y Venezuela no te afectará, te equivocas también. El 21F puede ser el principio de tu fin. Aunque tendrás un consuelo, no te desanimes. Como pasó con los estatutos departamentales, en febrero no habrás cedido terreno a una oposición física, de partido; tu impericia para leer las narrativas nacionales posmodernas solo repercutirá en el empoderamiento de una nueva clase política insatisfecha, apartidaria; de rostro virtual, habitué del meme.

4) Debes saber que las democracias admiten cada vez menos los personalismos. Las ciudadanías entrenadas para el voto van tomando conciencia del asombroso parecido de los autoritarismos, totalitarismos y despotismos con el populismo.

5) Debes saber que, con las malas experiencias del pasado y del presente, la gente no vota más a políticos mezquinos.

6) Ser de izquierda no te hace automáticamente bueno. Aunque le pongas romanticismo, embeleso a tu vuelta al ruedo, a tu ánimo infinito por resucitar a Marx, ningún socialismo puede surtir efecto si te empecinas en abusar de la confianza de mayorías que legítimamente creyeron en tu promesa de un mundo mejor.

7) Puedes tener el presidente más izquierdista del mundo, incluso el más indígena de todos, pero ni aquello ni esto serán garantía de honestidad.

8) La humildad no es patrimonio exclusivo de nadie. Sé humilde aunque tengas plata. Y si llegas a ser Presidente, acuérdate de que has sido elegido para servir; si no tienes esta vocación serás un producto vencido y servirás, únicamente, para profundizar nuestros males.

9) Procura que al alcanzar el poder, este no te obnubile. Que al ser Presidente, no se te suban los humos a la cabeza. Esto puede hacerte perder algo más que una sencilla costumbre como, por ejemplo, la de usar una chompa roja en vez de saco y corbata.

10) Finalmente, no te confundas: nos ha costado mucha literatura fantástica pero hemos aprendido. Ahora sabemos que democracia tenemos solo cuando nuestras autoridades han aprendido, de su parte, a despojarse de los intereses personales, alcanzando así la estatura moral del líder político digno de honor y de respeto.

 

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Dársena de papel
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El empleo informal ... ¿problema o solución?

Esta columna se inspira en una separata destacada que el Periódico Pagina Siete publicó el día 15 de diciembre del año en curso, titulado “PRIORIDAD, Empleo Digno”, cuyo contenido está dado por 18 artículos, muy bien elaborados, y que toda persona interesada en el tema del empleo debería leerlos.

El desempleo es un problema mundial, con excepción de las exitosas economías asiáticas. Sería recomendable prestarle atención a este fenómeno. La otra característica del desempleo es que mayoritariamente se concentra en la juventud. En general, se puede decir que el desempleo juvenil es el doble al que se tiene registrado como desempleo total.

Según los datos oficiales estadísticos Bolivia está pasando por un periodo de “pleno empleo” entendido éste cuando el “desempleo natural” es muy bajo y que para el caso boliviano se dice que está en menos del 4 por ciento. Es posible que este dato sea cierto porque en el país no hay otra manera de subsistir si no es trabajando, ya que no se cuenta con subsidios al desempleo y a  la cesantía como existen en los países desarrollados.

Pero lo que hay que destacar es que en el dato estimado sobre desempleo en Bolivia se considera a toda persona independiente al lugar de trabajo, sea este formal o informal, en la calle o en un recinto especial, es  independiente a las condiciones ambientales y de otro tipo en el lugar de trabajo. Para este calculo del empleo en Bolivia no interesa si el trabajo es “precario o no”. Lo cierto sería que el “88 por ciento de los trabajadores jóvenes en Bolivia tienen un empleo precario, inestable, sin seguridad social y con un ingreso bajo”. La conclusión que se puede obtener es que la mayoría del empleo en el país es informal,  es precario,  donde no se cumple la Ley del Trabajo ni las normas que dictamina el Ministerio del sector.

Según datos procesados por el CEDLA el desempleo femenino es mayor que para el masculino. Por ejemplo, para la ciudad de El Alto llega al 19 6 % cuado para el segundo es del 13,1 %. Y el crecimiento del empleo que se da en Bolivia es el informal precario principalmente en las actividades comerciales, y que afecta más a las mujeres que a los hombres, “65 de cada cien personas que trabajan en el mundo informal es femenino”..

Características del empleo informal es que no requiere mayor formación ni experiencia, por supuesto que no se paga el salario mínimo que determinan las normas gubernamentales, no tienen seguridad social, ni beneficios sociales y derecho a la jubilación. . Lo cierto es que la demanda laboral es dominante para trabajos precarios. También se presenta el hecho de que los trabajadores informales ejercen varios oficios, “unos días son lustrabotas u otros días se dedican a lavar vidrios”.

Lo indicado explica que los más afectados con el desempleo es la población con mayor nivel educativo, quienes se ven obligados a realizar trabajos que no requieren alguna  formación en particular, como mensajeros de oficinas o porteros. Egresados universitarios suelen realizar este tipo de trabajos.

La característica general en el país  es que la oferta de trabajo calificado es mayor a la demanda.

¿Como andamos en el mundo minoritario formal? Tampoco es halagüeño. Un dato que me llamó la atención es que un salario de poco más de Bs. 3,000 mensuales sería considerado de alto en el gremio de los comunicadores sociales, también denominados periodistas. Sus colegas que trabajan en radios estarían teniendo un salario promedio de Bs, 2,200. Un hecho que determina la obtención de un puesto laboral es la conocida “muñeca” tanto en el sector público como privado. No prevalece la capacidad del futuro empleado sino sus relaciones que ha logrado construir para el futuro lugar de trabajo.

¿Cual la solución? De principio es imposible eliminar el empleo informal,  donde rigen las elementales básicas leyes del mercado del trabajo sin marco jurídico alguno, que sin duda alguna es imprescindible. ¿Es el gobierno es sus diferentes instancias el llamado a la creación de empleo? La respuesta es no. Lo que si debe hacer todo gobierno es crear las condiciones favorables para el desarrollo de las empresas, para que estas se modernicen. No es posible que sólo el 2 % de las empresas registradas en el país sean sociedades anónimas, en otras palabras empresas modernas.

 

Y la mejor manera de impulsar la creación de empresas modernas es hacer del Estado boliviano, un Estado donde las leyes sean simples y se cuente con un sistema jurídico óptimo que se cumpla. Esto atraería a la imprescindible inversión extranjera en los rubros en que el país sea competitivo. Estas empresas serían las que generen empleo formal. Y estas pueden llegar al país porque los salarios son bajos en relación a los países de la región. Me viene a la memoria que cuando Corea del Sur inició su impresionante desarrollo económico allá por el año 1965, el salario de un trabajador coreano era de sólo el 5 % al que ganaba un norteamericano. Precisamente, las empresas extranjeras se asentaron en Corea del Sur porque los salarios eran bajos, pero luego estos paulatinamente subieron. Para el año 1995 el salario que ganaba un coreano era ya casi el 50 % de lo que ganaba el norteamericano, porque en la medida que se asentaban nuevas empresas extranjeras en suelo coreano la demanda por trabajo subía y, por tanto, los salarios. Las leyes económicas se cumplen.

 

La Paz, diciembre de 2015

 

*Profesor Emérito de la UMSA, fue presidente del Banco Central de Bolivia

Economía de Mercado
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Amnistia para la reconciliación nacional

Seguir negando que en Bolivia hay más de un millar de procesados, encarcelados y exiliados políticos, es querer tapar el sol con un dedo. Nuestros gobernantes no deberían esperar, como ocurrió en Venezuela, que una derrota electoral los obligue a reconocer que en las cárceles existen presos políticos y que fuera del país están centenares de exiliados. La Constitución Política del Estado en su artículo 172, numeral 14, sobre las atribuciones del Presidente, determina que una de sus facultades es decretar amnistía o indulto, con la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Desde que el MAS llegó al poder en el 2006, centenas de opositores se refugiaron o asilaron en Brasil, Perú, Paraguay, Estados Unidos y España alegando persecución política del Gobierno, mientras que las autoridades sostienen que se trata de personas que huyen de procesos de corrupción.

Amnistía es un vocablo de origen griego que tiene su raíz en “A” y “Mnesis” que significa sin memoria, olvido de lo pasado. Como dice la jurista Teresa Jardí (2009), la amnistía es concedida siempre por el gobernante porque es él, “el que tiene el poder de borrar la memoria”. El gobierno olvida los delitos que presuntamente cometieron los presos y les da la libertad. La nobleza de esta figura jurídica, remata Jardí, radica en que concilia enemigos y busca la paz. En las celdas de nuestras cárceles existen decenas de presos políticos. Preso político es una persona que es retenida en un centro penitenciario o en otro ambiente que limite su libertad, debido a que las ideas por él expresadas significan una amenaza para el sistema político imperante en un Estado

Como bien dice Hernán Salgado (2012), a diferencia del indulto donde se toma muy en cuenta a la persona del delincuente y donde juega sobre todo un sentimiento humanitario, de clemencia o de equidad, para con los infractores penales; en la amnistía se mira más al tipo de delito que a sus infractores y se tiene por punto de partida el clima político-social que vive el Estado: de agitación interna, de enfrentamientos y conflictos sociales, de una seria alteración del orden constituido. El indulto afecta a una persona concreta, la amnistía afecta a un grupo de personas, el indulto no extingue la responsabilidad civil derivada del delito, en cambio la amnistía si lo hace. En general, para otorgar el indulto es necesario un acto administrativo para la amnistía es necesaria una ley. En lo que corresponde a la amnistía, ella extingue los antecedentes penales, mientras el indulto no lo hace necesariamente. En la amnistía ya no se parte de consideraciones individuales como en el indulto- lo que importa es el interés general de la comunidad toda. Por esto la doctrina suele señalar que la amnistía cumple una importante finalidad política, cual es la de conseguir o al menos contribuir a la paz, al orden, a la concordia nacionales en momentos en que estos valores, intrínsecos a toda organización política, han sido alterados sensiblemente por hechos que caen bajo el rigor de la ley penal, lo que agrava la situación. Para restaurar la paz, el orden, la concordia es a veces necesario recurrir a la amnistía.

Basados en estos principios, en septiembre del 2012, la Iglesia Católica pidió a los gobernantes de Bolivia amnistía para las decenas de "encarcelados, exiliados y refugiados políticos" como un gesto de "reconciliación", y tildó de "aberrante" usar la justicia para perseguir a los disconformes con el "proyecto político" que vive el país. El Consejo Episcopal Permanente lamentó entonces que esas personas estén "sufriendo porque no hay garantía de un justo juicio" y también por la lentitud en los procesos judiciales. "Nos permitimos también sugerir (…) hacer un gesto de reconciliación, como la amnistía a favor de esos hermanos", señalaba el comunicado. Los obispos remarcaron la importancia de que el ejercicio de la justicia "sea libre de condicionamientos de tipo económico, social y político, no para la impunidad, sino para garantizar juicios imparciales”. También advirtieron que si se continuaba con la "instrumentalización de la justicia", se estarían resquebrajando "seriamente" las bases democráticas de la convivencia y se proyectará "una imagen negativa ante el mundo acerca de la vigencia de los derechos y libertades fundamentales" en Bolivia.

Como si no hubiera pasado el tiempo, el pedido de la Iglesia sigue vigente y es preciso que sea escuchado por el Presidente. En nuestro país existen personas que son objeto de procesos legales (demorados y muchas veces cuestionados). Un caso emblemático resulta ser Leopoldo Fernández (preso desde el 2008 sin sentencia ejecutoriada), pero las limitantes y autocensuras llegan a centenas de personas que ven limitada su acción y son perseguidos políticos. El encarcelamiento de Carmelo Lenz es otro caso que delata cómo la justicia es usada para acallar a los rivales políticos. El Gobierno hasta ahora no ha hecho nada para demostrar que en Bolivia no existen perseguidos políticos. Por ello, pido a nuestro Presidente que de una vez tienda ´puentes de perdón y reconciliación entre los bolivianos dando amnistía a los procesados, encarcelados y exiliados políticos. Sería un acto que lejos de mostrarlo débil, lo engrandecerá ante los ojos de los ciudadanos y las ciudadanas de la Patria. 

 

Ivan Arias Duran

Ciudadano de la República Plurinacional de Bolivia

Serotonina
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Por qué Star Wars nos gusta tanto

“Papá, ¿me cuentas un cuento antes de dormir?”

Todas y todos hemos dicho esa frase alguna vez. Desde luego, nos gusta que nos cuenten una buena historia. El finado Eduardo Galeano lo decía: "Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias". Las buenas narraciones despiertan nuestra imaginación, nos ayudan a construir nuestro lenguaje y nuestra cultura, guían nuestra moral. Pero no todas las historias tienen el poder de vencer al tiempo y a los medios, de saltar de una generación y de un soporte a otro. Así que, ¿cuál es la seducción que ejerce la historia de Star Wars (ya casi nadie le llama “La Guerra de las Galaxias”) en el público, y cómo ha hecho para ganarle al paso de los años?

Hay muchos factores para explicarlo. Primero, que llegó en el momento adecuado. El Episodio IV apareció en 1977, en un momento en que la sociedad todavía estaba entendiendo aún la importancia de haber llegado al espacio. Esa ampliación del horizonte humano fuera de los límites de nuestro planeta dio lugar a muchas expresiones culturales, y a muchas narrativas en audiovisual: terror en el espacio (Alien), la humanidad explorando y colonizando otros planetas (Star Trek), de modo que la narración de una historia épica desarrollada en otros planetas simplemente venía a cuento. Era como tomar esas viejas historias de caballeros, princesas y dragones y preguntarse “¿qué pasaría si esto ocurriera en el espacio?”

Tiene buenas fuentes de inspiración: muchos decían y dicen aún que lo que hizo George Lucas fue un “western espacial”. Es cierto, se puede notar en la construcción de la historia muchos préstamos de filmes del lejano oeste, así como de las películas de combate que salieron después de la segunda gran guerra. Lucas nunca ha negado la fuerte influencia de Akira Kurosawa y de las cintas japonesas de samuráis en la construcción de su imaginario galáctico, cuyo testimonio gráfico más evidente es el casco de Darth Vader. La misma moral de la orden de los Jedi es mejor comprendida desde un punto de vista oriental.

Es una historia humana y universal: es el cuento del bien contra el mal, luz contra oscuridad, representado en personajes con los que uno puede identificarse fácilmente. Luke es el héroe alrededor del cual gira todo, un elegido como Harry Potter, que debe enfrentar sus limitaciones para hallar su destino. Leía, la princesa sin trono que encarna el poder femenino en un mundo ­–bueno, una galaxia –de hombres. Han Solo es la dualidad del anti-héroe siempre tentado a volverse villano. Y desde luego, Darth Vader/Anakin Skywalker es la representación del mito mesiánico y de la redención.

La música: los movimientos sinfónicos creados por John Williams son tan inolvidables como la saga misma, narran por sí solos la historia y a sus personajes. Incluso la fanfarria de la Fox (ausente desde esta entrega, distribuida por Disney) se ha vuelto parte de la forma de recordar la música de la serie.

Si queremos ser más científicos, habrá que decir que la historia de Star Wars cumple a cabalidad con los arquetipos definidos por el mitógrafo estadounidense Joseph Campbell en su obra “El héroe de las mil caras”, un  manual de lectura obligada para los guionistas de películas épicas. El Padrino, Harry Potter, Titanic y Avatar son algunas de las películas que responden a esta estructura predefinida, tan abierta como voluble. El monomito o el viaje del héroe, como también es conocido, habla de las etapas por las cuales el protagonista de una historia debe transitar: separación, iniciación y retorno.

Hay muchas razones más, desde luego, y tal vez muchas responden al corazón, porque es ahí donde llega esta historia que desde hoy nos encandila con un nuevo episodio. //

Interjecciones
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