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La “imprescindibilidad” de Carlitos

Hace años, cuando laburaba en una empresa periodística y ésta entró no solo en crisis económica sino también en una situación de conflictividad con personal, el gerente nacional recriminó a todos, especialmente a los que tenían pugnas, repitiendo en más de una ocasión, que nadie es imprescindible.

Esa sentencia se me quedó grabada, tanto que siempre la menciono en alguna de las novelas que escribo, no dejo de considerar la existencia de un personaje que la diga, porque me parece que retrata y define a nuestra sociedad, la del enjambre, la del deshecho. Cada vez que escucho a alguien repetirla, regresa a mí  la misma sensación corporativa, que considera al resto de los obreros, trabajadores, servidores, en simples números, ecuaciones de productividad.

Cuando  Carlos Mesa tuiteó lo siguiente: “Presidente, lo que ha dicho el voto de los bolivianos es que no hay personas imprescindibles, solo hay causas imprescindibles”, puede que en el marco de la falsa moralidad de los políticamente correcto, tenga razón, pero no en el llano,  creo que a partir de esta frase, Mesa se mostró a Bolivia como lo que en realidad es, una persona de carne y hueso, con envidias y ambiciones iguales que el resto de los mortales.

En estos casi 140 caracteres, no se pronunció el periodista, el analista, historiador, político, literato, estadístico deportivo, expresidente, vocero; lo hizo el humano, el hombre tras la palabra, aquel que responde a partir de su construcción social, contextualizada en un universo conservador, letrado y hasta con sesgos elitocráticos, o sea básicamente “liberal”, quizás no definible como “neo”, sino como “supre”,  ¿supremoliberal?,  que no sólo añora los tiempos republicanos, sino que entroniza sus  luces, recayendo siempre con una mirada trillada sobre sus grises coloniales.

Lo que esa sentencia quiere decir es que todos somos prescindibles, palabra que viene del latín “praescindĕre”, que está relacionada con los conceptos de separar y hasta desgarrar, por tanto, desde una visión corporativa, se establece que en la realidad, se quiere establecer que la empresa es más importante que la persona, que la marca es lo que vale, que los humanos, no pertenecemos a esa “bolsa de valores” en la que se pesa la productividad por sobre la militancia, la ideología y creo que esa es la parte que nos diferencia, yo no creo en lo prescindible de las personas, pero sí en su consecuencia, activismo y lealtad a sus ideales, si hablamos de causas, algo que por lo visto Carlos Mesa, hasta ahora no ha visibilizado, a no ser con generalidades nacionalistas en torno a un sentimiento patriótico por demás vanidoso.

Asumiendo siempre la constante de la subjetividad y especulación que realizo, en la interpretación de esta sentencia, me pregunto si en la valoración que Mesa hace de Andrés de Santa Cruz, pesa también el concepto de lo prescindible, no lo creo, por tanto su célibe frase - en términos políticos - , es nomás una impostura, de hecho y siendo concretos para el país, desde una mirada crítica y descolonizada de la historia, sí hubo y habrá multitudes, personas, líderes imprescindibles, porque su presencia influyó el pensamiento de generaciones enteras, trascendió más allá de la coyuntura tuitera de un domingo por la noche. 

Me temo, siendo honestos, que todavía no hemos visto, ni proyectado en su verdadera dimensión la imprescindibilidad de Evo Morales, en nuestro tiempo y en el histórico, que no podríamos hablar de un post-evismo, sino de una era Evo. Jugando a la botellita de jerez y todo lo que digas se te haga al revés: ¿Mesa es prescindible en la causa marítima?  

Anatomías
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Potosí y las monedas

De Potosí se sabe que fue una de las ciudades más importantes de la colonia gracias a su Cerro Rico. Cierto pero insuficiente.

Para entender lo que fue Potosí habría que decir que fue, en su tiempo, la suma de Londres y Nueva York. Lo que ocurría allí gravitaba en la política mundial y, por tanto, su movimiento económico determinaba cotizaciones y tendencias.

Por ello, no es exagerado decir que, en aquellos tiempos, Potosí era el centro del mundo. Gente de distintas nacionalidades llegaba por millares y, forzosamente, el movimiento cultural también se concentró en la Villa. Es por eso que en Potosí, o en sus poblaciones mineras circundantes, surgieron múltiples manifestaciones culturales que luego pasaron a formar parte de nuestra nacionalidad. En una población del norte llamada Jankonasa, hoy desaparecida, nació la Diablada y la marcha cansina de los esclavos negros que eran trasladados hasta el Cerro Rico dio origen a la Morenada. En Potosí nació el charango, sobre la base de la mandolina, y en esa ciudad fue esculpida la imagen de la Virgen de Copacabana. Su fama fue tal que por lo menos 15 ciudades del mundo adoptaron Potosí como su nombre.

El mineral que salía del Cerro Rico era tal que los habitantes del sur del continente creían que el río que llegaba hasta sus orillas arrastraba polvo de la famosa montaña y lo llamaron “de la plata”. Del latín argentum (plata) surgió el nombre de Argentina por la misma creencia.

Un detalle poco conocido es, por ejemplo, que el dólar americano, que ahora tiene circulación mundial, nació en Potosí. Este hecho fue ratificado por Glenn Stephen Murray Fantom, historiador y numismático norteamericano que ganó el Premio Europa Nostra en 2009.

En perfecto español, pues reside en Segovia, Murray me explicó que las monedas acuñadas en la segunda Casa de Moneda de Potosí circulaban en la mayoría de los países conocidos como “civilizados” en tiempos coloniales y, debido a su alto contenido de plata, eran aceptados sin miramientos para cualquier tipo de transacciones. Lo que no sabía, y el experto me ilustró en ello, es que las monedas potosinas circularon como divisa legal en Estados Unidos hasta 1857 debido a que ese país, muy joven entonces, no tenía suficiente plata para amonedación ni respaldo metálico que le permita imprimir billetes.

La situación duró hasta el descubrimiento de oro y plata en California. A partir del año referido, bancos como los de Manhattan y Filadelfia comenzaron a imprimir billetes pero la gente, acostumbrada a la moneda potosina, no los utilizaba en sus transacciones. Debido a ello, los bancos se vieron obligados a imprimir billetes que incluían imágenes de las monedas potosinas, conforme su valor; es decir, una moneda en el billete de un dólar, cinco en el de cinco y diez en el de diez.

Por ello, no es raro que el símbolo del dólar (la “S” cruzada verticalmente por dos líneas paralelas) se haya originado en las monedas potosinas pues estas tenían el anagrama de Potosí en una sola figura y a sus lados estaban las columnas de Hércules. En el anagrama sobresalía la “S” a la que se juntaron las columnas.

Verdades como estas, y otras aún ocultas, serán conocidas y difundidas en la convención internacional de historiadores y numismáticos que se realizará en octubre en la Villa Imperial. La presentación oficial es este jueves en el patio cultural del Ministerio de Culturas, en La Paz. Valdrá un Potosí cubrir las deliberaciones de la cita que arranca este febrero.

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo

Surazo
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Evo Morales: “Vamos a ganar. ¡Sépanlo!”

“Vamos a ganar. ¡Sépanlo!”, aseguró Evo Morales al diario El País, de España, horas antes, del referendo al que acudieron el domingo millones de bolivianos para determinar si aceptan o no su tercera reelección en el aún lejano 2019.

Los resultados de la consulta probablemente no sean definitivos hasta dentro de una semana. Sin embargo los sondeos de opinión a boca de urna, que generalmente tienen enorme aceptación, dan la victoria al rechazo de la aspiración presidencial por un margen de 2 y 4 puntos porcentuales.

Esto ha llevado al vicepresidente Alvaro García Linera a anunciar que se está ante un “empate técnico”, echando un balde de agua fría a las celebraciones. Y es que el NO triunfó en 9 de las 10 capitales o ciudades más importantes del país.

Los medios oficialistas sostienen que será el voto de los bolivianos en el exterior el que decidirá el resultado final. La oposición, difícilmente aceptará este cuento porque, por experiencias anteriores, piensa que está en marcha una colosal burla a la voluntad popular.

Solo El Alto, la ciudad aledaña a La Paz, votó favorablemente para que Morales pueda postularse a un nuevo periodo en los comicios del 2019. La urbe, la segunda ciudad más poblada del país, es mayoritariamente de origen aymara y es baluarte del oficialismo.

El triunfo de Morales allí es incomprensible a solo cuatro días del incendio de la alcaldía de esa ciudad, en manos de la oposición, por vándalos oficialistas. Murieron 6 y hubo 18 heridos. El móvil, aparentemente, fue quemar los archivos donde reposan documentos de corrupción del ex alcalde evista, Edgar Patana.

En las declaraciones a El País, Morales sostiene que busca prorrogarse en el poder hasta el 2025 porque es “el único que puede impedir la vuelta del neoliberalismo”, pero para el hombre de pie (el 75% de los 6.5 millones de votantes viven en las ciudades), lo que quiere el caudillo y sus allegados es perpetuarse para evitar investigaciones de millonarios casos de corrupción.

El último escándalo tocó al mismo Morales al descubrirse que cuando él tenía 46 años procreó con una joven de 19 un hijo (aparentemente fallecido). Gabriela Zapata, hoy a sus 29 años, sin ser profesional, es gerente comercial de la empresa china CAMC adjudicataria de contratos con el Estado boliviano por 560 millones de dólares.

El periodista Carlos Valverde develó lo que obviamente parece ser un auténtico tráfico de influencias que niega Morales al sostener que rompió con su amante el 2007 y que hasta le colgaba el teléfono la vez que lo llamaba. Sin embargo, los periodistas exhibieron una foto de los carnavales del 2015 en la que aparece abrazado a Gabriela.

Lo cierto es que no aparece muy claro, cómo una joven sin oficio ni beneficio ocupa tal alto cargo, mostrando una riqueza fuera de la común, al extremo de haber tomado en anticrético una mansión de un ex ministro por 100.000 dólares, algo prohibitivo aun para personas adineradas en Bolivia.

El Tribunal Electoral, que está manipulado por el oficialismo, pueda que le haga ganar a Morales el referendo pero el ciudadano común, el hombre está derrotado material y moralmente. Lo peor es que sus “éxitos económicos”, producto de los altos precios de las materias primas en una década, van a ponerse a prueba ahora que caen las exportaciones y ya no hay Hugo Chávez, el financista adicional, del “proceso de cambio”.

La prensa, que ha descubierto también que García Linera usurpaba título de “licenciado” sin ser nada, seguirá insistiendo en llevar a la justicia a los grandes culpables del régimen que esfumaron millones de dólares del Fondo Indígena. “Vamos a ganar. ¡Sépanlo!”, dijo Morales, pero quizás más temprano que tarde descubrirá que perdió y de muy mala manera. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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El referendo: Una notable experiencia democrática con participación masiva

El pasado domingo, la mayoría de la población boliviana asistió a su cita con la democracia, con relativa tranquilidad, madurez y sobre todo, conciencia democrática. Es simplemente una muestra de que a la gente la gusta la democracia, esa democracia participativa que le permite expresar su voz y su decisión en un tema tan transcendental como es la reforma de la Constitución.

En consecuencia, ello significa que la vocación democrática del pueblo boliviano, no es compatible, y de ninguna manera puede ser consonante con la polarización que se ha impulsado desde esferas gubernamentales, con la soberbia de las decisiones presidenciales unilaterales, con el autoritarismo de la administración gubernamental, y el desconocimiento de los derechos políticos, a través de la pretendida imposición de la reelección sucesiva, continuada, que en último término se podría convertir en indefinida.

De manera general, aquella jornada electoral se desarrolló sin mayores inconvenientes, aunque en el transcurso de la mañana empezó a conocerse una serie de incidentes y denuncias. Así por ejemplo (según lo informado en “Animal Electoral”), entre lo más polémico de la pasada jornada electoral, se puede destacar que la quema de urnas en la ciudad Santa Cruz, las denuncias de personas muertas (y de personas que ya no viven en el país desde hace varios años) que aparecieron habilitadas para votar, y la existencia de papeletas marcadas a favor del Sí, etc., constituyen una muestra de que existió una población vigilante en las urnas, para determinar si se modifica la Constitución Política del Estado para permitir que el Presidente y Vicepresidente sean reelectos por dos veces de manera continua.

Ha sido lamentable lo sucedido en la ciudad de Santa Cruz, porque en dos unidades educativas se suscitaron graves problemas, como el quemado de material electoral en protesta por el retraso de la llegada de éste a todas las mesas, así como la denuncia de que algunas papeletas ya estaban marcadas a favor del Sí. Estos hechos, han provocado inevitablemente la indignación de la población porque se ha pretendido secuestrar su voluntad, alterando el contenido de las papeletas de votación, lo cual es inadmisible porque afecta directamente la soberanía popular.

Sin embargo, este problema no fue ignorado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), mismo que posteriormente determinó “de manera excepcional” la instalación de mesas de votación a partir del mediodía, por lo cual, el escrutinio en esos precintos cerró en  horas de la noche. Asimismo, la presidenta del TSE, informó que el 6 de marzo se repetirá la votación en 35 mesas electorales de los colegios Carmen Ortiz y 24 de Septiembre, lo que por supuesto subsana de alguna manera estos lamentables inconvenientes en la ciudad de Santa Cruz.

Estas y otras denuncias de los ciudadanos, principalmente difundidas por medios de comunicación y por medio de las redes sociales, continuaron a lo largo de la jornada del pasado domingo, dando cuenta del grado de vigilancia a que estaba sometido el referendo, y sobre todo el compromiso de la población, por hacer respetar su voto; de ahí que, no en pocas mesas de sufragio se produjeron algunas discusiones acerca del marcado de una u otra opción en las papeletas, predominando como siempre la favorabilidad hacia el voto del ciudadano.

Fue importante que paralelamente, tanto autoridades gubernamentales como representantes de la oposición, convocaran a la ciudadanía para que acuda a votar y vigilar que no se presenten irregularidades al momento de emitir y realizar el conteo de los votos; ello, como una forma de hacer respetar su voluntad al momento de realizarse el conteo respectivo, que en varios lugares, inicialmente mostró una clara tendencia hacia el rechazo de la reforma constitucional.

No obstante, suenan muy desacertadas las declaraciones expresadas por el Vicepresidente, dado que genera mucha susceptibilidad en la ciudadanía, su anuncio de que la preliminar victoria del No, se convierta en derrota, dado que ello daría a pensar que se pretende forzar los resultados que inicialmente muestran una clara tendencia; una voluntad popular que manifiestamente, tanto en los sectores urbanos de las ciudades capitales, como en la mayoría de los países del exterior, ha mostrado su rechazo a la reforma de la Constitución que posibilite la eternización de un caudillo en el poder.

En consecuencia, no se puede pretender mostrar en su lugar, un repunte de apoyo a la reforma constitucional, porque la mayoría de la población se ha manifestado en sentido inequívoco: el rechazo a cualquier reforma de la Constitución que pretenda asegurar la permanencia, si no eternización, en el ejercicio del poder público, a favor de dos personas.

De cualquier forma, las autoridades electorales, gubernamentales y opositoras, han destacado la notable participación y el interés de la población, lo que probablemente pueda traducirse en el rompimiento del récord de asistencia a las urnas. Eso es precisamente lo que no debe dejar de ponerse de relieve: que la población ha tomado conciencia acerca de la importancia de este referéndum para la vigencia de la democracia en Bolivia, dado que a pesar de la polarización que han propiciado los principales sectores de oficialismo y oposición, la población ha preferido tomar una decisión por voluntad propia, consciente de la importancia de su participación para preservar la democracia como forma ideal de convivencia pacífica.

Por tanto, el único victorioso de este ejercicio democrático, ha sido solamente el pueblo boliviano, destacándose el impulso brindado por la fuerza de las y los jóvenes, que ciertamente, desde distintos espacios y con diversas manifestaciones, han desempeñado un rol importante en este proceso, porque han aprendido que su voz también es importante para nuestro futuro, y que son la fuente de nuevos liderazgos políticos en el país. Ese es uno de los beneficios de la democracia nuestra, que favorece la alternancia en el ejercicio del poder, constituyendo su característica más esencial.

Sigamos sembrando democracia en Bolivia, cosechando participación igualitaria y equitativa para todos y todas, en igualdad de condiciones.

Apunte Legal
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Voto consciente

La campaña política recientemente concluida fue una de las más sucias de nuestra historia.

Ni oficialismo ni oposición se salvan de la repulsa ciudadana porque ambos bandos utilizaron los mismos métodos: insultos, mentiras, denigración y un obvio intento de manipular la conciencia ciudadana con el fin de llevar agua a su molino.

Como es lógico en los tiempos en que vivimos, el terreno de confrontación fue el de los medios masivos. La televisión cumplió con su papel, que incluye una buena dosis de espectáculo, y su complemento perfecto fue el amplísimo y todavía desconocido territorio de las redes sociales. Escudándose en el anonimato, cientos (¿miles?) de personas atacaron a uno y otro bando. Con el fin de influir en la ciudadanía, rebasaron todo límite y tomaron fotografías para trucarlas en el afán de convencer a la gente de verdades que en realidad eran mentiras. La pugna llegó al ataque personal. En la mayoría de los casos, el insulto suplió la falta de argumentos para un debate civilizado. Entendida como “deslustrar, ofender la opinión o fama de alguien”, la denigración fue el método más utilizado y, más allá de réditos políticos, el resultado fue una siembra de odio… guerra sucia.

El grupo social al que se dirigieron las campañas de los políticos es el de los indecisos que, según coincide la mayoría de las encuestas, manipuladas o no, llega más o menos al 20 por ciento. Y lo que pocos dijeron al respecto es que ese porcentaje es vergonzoso.

Veamos: el votante que se enfrente ante la papeleta el domingo tiene, además del sí y el no, las opciones de votar nulo o en blanco. Que el 20 por ciento de la población votante no haya sabido qué hacer hasta el momento de levantarse la última encuesta es un dato en verdad preocupante.

Una consulta popular, sea elección o referendo, tiene el propósito de consultar a la gente qué es lo que opina sobre ciertos temas. Si se trata de una elección, la pregunta es a cuál a cuáles candidatos prefiere. En un referendo, se le pregunta su opinión sobre determinado asunto: ¿acepta?... ¿rechaza? Y, como de democracia se trata, incluso se le da opción de votar en blanco o pifiar su voto. ¿Cómo podemos concebir que haya gente que todavía no sepa por cuál de las opciones inclinarse?

En una democracia ideal, el votante decide su voto en el momento mismo o a las pocas horas de haberse emitido la convocatoria a elecciones o referendo. Lo ideal es que, una vez habilitados todos los candidatos, el votante ya sepa por quién votar. Si se trata de un referendo, lo ideal es que tome una posición inmediatamente después de comprender a cabalidad lo que se le está consultando (y, para ello, resulta muy útil que la pregunta no sea muy complicada o que entrañe ambigüedades).  

Si el votante toma su decisión y no la cambia, sin importar lo que ocurra entre la fecha de convocatoria al plebiscito y la consulta popular misma, el suyo será un voto consciente, uno que no permitirá que los políticos cambien o manipulen.

Si, por el contrario, no toma su decisión de una vez y para siempre, atraerá el interés del político que, al saberlo indeciso, buscará convencerle a votar a su favor. Y entonces no solo vendrán promesas sino también ataques al adversario, descalificaciones, insultos, mentiras, denigración… guerra sucia.

Por tanto, si usted aún no decidió su voto, no se queje si tuvo que tragarse una de las campañas más sucias de nuestra historia. Usted es el culpable. Los políticos solo hicieron su trabajo.

 

 

 

 

 

 

 

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

 

 

 

 

  

 

 

Surazo
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La improvisación en la aplicación de los nuevos Códigos “Morales”

En ocasión de la puesta en vigencia de los nuevos Códigos “Morales”, el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, destacó que los denominados Códigos Morales, fueron hechos por bolivianos “y con ellos empezamos un nuevo sistema procesal que no sólo rediseña la antigua estructura del sistema de justicia en Bolivia sino que materializa los derechos y principios procesales que la Constitución Política del Estado establece”. Sin embargo, también puso de relieve uno de los principales problemas que afectan el desenvolvimiento de los tribunales, como es la falta de jueces y presupuesto para el Órgano Judicial, siendo por demás ilógico que se cuente con 1.000 jueces para una población de más de 10 millones de habitantes, lo cual es completamente insuficiente.

Realmente es muy aventurado, pretender atender todas las demandas de justicia de la población boliviana, con una cantidad muy mínima de operadores de justicia, porque eso precisamente genera retardación de justicia, en razón de no poder atenderse todos los procesos en los plazos establecidos, por la sobrecarga procesal que se genera de muchas demandas en pocos juzgados.

Por su parte, el Presidente Morales, dijo que existe “mucha voluntad para hacer una profunda revolución dentro la justicia boliviana” mediante la cumbre judicial convocada para el 17 y 18 de abril próximo, en Sucre. “Hemos decidido hacer una gran cumbre de la justicia boliviana, esa gran cumbre se va a realizar acá en Sucre, en abril. Sucre es capital de la justicia boliviana y la participación de ustedes que están ejerciendo una responsabilidad en la justicia boliviana va a ser muy importante. Mucho dependerá de la participación de ustedes como también de las organizaciones sociales, colegios de abogados (e) instituciones”, dijo Morales.

Particularmente, considero bastante peligroso que se pretenda hacer creer a la población, que la famosa Cumbre de Justicia es sinónimo de “revolución dentro de la justicia boliviana”, y que con ella desaparecerán y se acabarán al instante (como por arte de magia), los problemas y crisis que durante tanto tiempo atraviesa la administración de justicia en Bolivia; antes, debiera comprenderse que ello no depende sólo de una Cumbre, sino de la participación activa y responsable de todos los operadores de justicia, y también de los ciudadanos(as) que acuden diariamente a estrados judiciales, es decir, que en definitiva se trata de una responsabilidad compartida.

De cualquier forma, resulta curioso, que mientras en Sucre, el Presidente del Estado y el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, hablaban acerca de las virtudes y beneficios de los nuevos Códigos (el Procesal Civil y el de Familias) en el primer día de su aplicación (lunes 8 de febrero), en algunos Juzgados Públicos del país (como fue el caso de Cochabamba), predominaron la desorientación y desinformación entre los litigantes y abogados.

Por otro lado, el representante del Consejo de la Magistratura, hizo conocer que hasta ese día, sólo se había sorteado un caso con el nuevo Código Procesal, y asimismo, los treinta conciliadores que ya debían estar trabajando recibieron sus memorandos a última hora.

Sin embargo, el aspecto que desorientó mucho más, fue el cambio de nombres de los juzgados, con el aditamento de que los jueces civiles que deben atender las nuevas causas, también deben liquidar los procesos antiguos, cuya cantidad también es importante.

Este breve panorama sólo revela una cosa: que nuevamente se está improvisando para poner en vigencia los nuevos Códigos, porque el plazo fijado para ello, inevitablemente ya se venció; y eso es algo que no debería estar sucediendo, porque se supone que si se prorrogaron los plazos y fechas para que entren en vigencia, era precisamente para que se tenga todo listo a nivel de infraestructura y personal que sean necesarios, además de otros aspectos logísticos que no debieron dejarse para ese primer día de entrada en vigencia. Esperemos que en este caso, no se cumpla el adagio que dice: “lo que mal empieza, mal acaba”.

Lo que deben comprender las autoridades judiciales, es que las esperanzas de una justicia mejorada, pronta y oportuna, están cifradas ahora en los nuevos “Códigos Morales”, y lo mínimo que se espera, es que no se tropiecen con ningún tipo de inconvenientes administrativos ni confusiones legales; para ello, se requiere amplia difusión de información clara y fidedigna entre la población litigante, a fin de que los justiciables puedan comprender las nuevas reglas de los procesos civiles y familiares, lo cual también es responsabilidad de los profesionales Abogados, que son los directos intermediarios entre el litigante y el juez.

Son importantes las innovaciones que proponen estos nuevos Códigos; así por ejemplo, el Código de las Familias, elimina la figura del concubinato para dar paso a la unión libre o matrimonio de hecho, la despatriarcalización se refleja en la elección en el orden y apellido del hijo(a); en el tema del divorcio, establece como requisito la aceptación al proyecto de vida en común, la asistencia familiar puede ser pedida hasta los 25 años, en razón de los estudios superiores para tener un oficio, la afiliación se realizará en vientre, y en los casos en los que un progenitor niegue la paternidad, será éste quien pague los gastos de ADN.

Por su parte, el Código Procesal Civil establece la conciliación como un medio de solución inmediata de conflictos y acceso directo a la justicia como primera actuación procesal, y así también, la implementación de la oralidad como medio para tramitar el proceso, implica que los juicios en materia civil se desarrollarán en una audiencia oral y los actos escritos solo serán la demanda, la respuesta y la reconvención. Asimismo, el nuevo Código Procesal Civil otorga al juez la facultad de reprimir los incidentes e incluso sancionar actos dilatorios basados en la mala fe, además de establecer la notificación a las partes en forma electrónica.

En definitiva, la aplicación de estos nuevos instrumentos procesales, constituye una gran oportunidad para hacer funcionar de nuevo toda la maquinaria de la administración de justicia, y para ello se requiere el concurso inexcusable de los protagonistas principales: litigantes, jueces y abogados, debiendo limitarse la función del Abogado, a mediar o canalizar de la mejor manera esa relación jurídico procesal, dejando de lado de una vez por todas, las malas prácticas de corrupción que por tanto tiempo han perjudicado todo el sistema. Es hora de cambiar la justicia, pero también de cambiar nosotros mismos.

Apunte Legal
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Lo que dirán los expertos

Morales pedirá ayuda a organismos externos, rezaba el titular de una reciente nota de prensa informando que el gobierno boliviano tocará las puertas de organismos internacionales buscando la ayuda de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) “para planificar cómo Bolivia puede hacerle frente a los bajos precios del petróleo” (EL DIARIO, 15/ENE/2016).

La preocupación del Primer Mandatario boliviano tiene que ver con el precio del petróleo que está en su menor nivel en 12 años, pero -además- un 50% por debajo de la cotización prevista en el Presupuesto General del Estado para el 2016, lo que puede complicar las arcas fiscales y obligar a un mayor endeudamiento público a fin de apuntalar el crecimiento económico del país, fuertemente basado en el mercado interno.

El apoyo internacional estaría previsto para luego del referéndum del 21 de febrero de 2016, pero…¿qué dirán los expertos internacionales?

De la CEPAL espero poco a la luz de lo visto en los últimos años, cuando -en comparación a su época gloriosa- su voz perdió muchísimo peso. Del BID seguramente se podrá aguardar el consejo de invertir en infraestructura, acomodaticio a los tiempos que vivimos, ya que hablar de mejorar la productividad o la competitividad -como lo hacía antes- parece haberse convertido en un “tema tabú”. Por tanto, mi esperanza está en lo que pueda decir la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina.

Conocedor del sesudo pensamiento de su Presidente, su consecuencia profesional y su honestidad intelectual -no teniendo nada que perder luego de lo que ha logrado en la vida- estoy seguro que su prédica será la misma, aunque lo que decía en tiempos de bonanza adquiere hoy un peso superlativo:

“Al margen de la infraestructura, debe haber una transformación productiva, generar tecnología, innovación y añadir valor agregado…se debe construir el capital humano a través de la educación para el siglo XXI y que todos tengan una agenda de largo plazo, no pensar en uno, dos o tres años, pensar en una visión de 20 a 25 años, hay que aprender de países más exitosos como los de Asia”.

Una receta simple y compleja a la vez por el trabajo público-privado que exige, repetida por enésima vez hace poco por nuestro compatriota Enrique García Rodríguez, Presidente de la CAF  (Infolatam.com, 21/ENE/2016), aclarando que no se trata de mi pariente, a fin de que no se diga que incurro en un favoritismo...

Buscando la verdad
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Un mundo feo (Pero en algo hay que creer)

Echando los ojos atrás vemos cómo en este mundo ineluctablemente globalizado, unos alternaron monarquías y colonias con imperios y repúblicas, en tanto otros, bien prácticas costumbres de libre mercado con regias economías plurales, tinturadas de rojo socialista, verde naturaleza y, en sándwich, amarillo patito comunitario.

Unos, a nombre del establishment o de la cordura, renovaron una y otra vez los pactos neoliberales mientras que otros, a título de “pueblo” o de “cambio”, alentaron sin mucho disimulo la concentración del poder, el partido y el pensamiento único.

No hay alternativa. Si no queremos que la desesperanza se apodere de las futuras generaciones y que la democracia pierda adeptos, habrá que aceptar el fracaso de unos y de otros. A la luz de los resultados, unos y otros han demostrado cuán posible es dejar a los pobres más pobres y a los ricos más ricos. La insuficiencia de ondear banderas opuestas si ambas acaban siendo cortadas con la misma tijera.

Los pasos en falso de izquierdas y derechas han producido ya oleadas de descontentos con el nuevo milenio, en lo político, a la deriva. El pasanaku de dos no ha funcionado en países tan disímiles como los europeos y los sudamericanos; “todo es igual, nada es mejor”, dice el Cambalache de Discépolo, de rabiosa y constante actualidad.

Soy pesimista, aunque reconozco que en algo hay que creer. Sin fe (palabra clave en el ser humano), ¿cómo seguir?

He ahí la contradicción número uno del ciudadano político de hoy: convertido en envase vacío que otros llenan del producto ‘izquierda’ o ‘derecha’ como para venderlo en el mercado, ¿en quién puede creer?

En la industria de la ideología, la que envasa y etiqueta, ¿por qué una insatisfacción nos sienta bien? Freud sabe de ese electoralísimo momento en el que gozamos alineándonos a un lado o al otro, mientras tenemos claro que ninguno de los dos costados resuelve nuestros más elementales problemas.

Con hombres y mujeres “establemente insatisfechos”, tan pero tan “premodernos” según la mirada inteligente y burlona de Huxley, díganme si no es como para tomar los votos del antiutopismo, como para perder la fe.

A casi noventa años de la premonitoria descripción de aquel novelista inglés de un mundo tecnológicamente “feliz”, llegan Stiglitz con otra “tercera vía” y Boaventura de Souza con un “feo” mundo en el que surgen nuevas lógicas del pensamiento político. ¿Será justo someter esas renovadas ideas a la perversidad de tener que elegir el lado opuesto tras cada decepción, siguiendo el hábito de ciudadanías resentidas y con razón, porque si falla la izquierda no hay más alternativa que la derecha y viceversa?

En parte por esto se explica que para el 21F haya un veinte por ciento de indecisos; muchos de estos bolivianos están desencantados, ya nada les seduce. Y sin embargo, en algo tienen que creer…

Se ven lejos el equilibrio maduro y el sentido común. Ni lo absoluto ni lo “otro” reparan las injusticias sociales. Hemos llegado a un punto en el que no solo yo no tengo la fórmula, sino que el otro tampoco parece tenerla. Y esto obliga a cambiar el razonamiento de vencedores y vencidos, de un borrascoso mapa político con amigos y enemigos para empezar a dibujar una cartografía distinta, menos guardosa.

Tomando la sugerencia de los científicos e investigadores para el crecimiento de los países rezagados, más el ímpetu de los jóvenes, quizá no sea demasiado atrevimiento pedir a la humanidad aplicarse en innovar también la política en el importante acápite de sus madres —escasamente soberanas— las ideologías.

Cierro aquí la tríada de corrientes del pensamiento político que inicié hace cuatro lunes. Las dos anteriores entregas fueron: “La izquierda prometida” y “La derecha desahuciada”.

Darsena de papel
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Socialista o liberal

Si a usted le enseñan en la universidad, o antes, que el empresario es un explotador porque vive del trabajo del obrero, como sostiene Marx, planteamiento que luego se ha generalizado, sin ninguna argumentación teórica, de que los trabajadores en general son explotados, situación que sólo se superaría con la llegada de un nuevo sistema económico denominado “socialismo” y que hasta el momento no pasa de ser un planteamiento ideológico. Si luego trasmite esto a quienes le escuchan, entonces estas ideas se difunden entre todos y termina siendo la ideología dominante en la sociedad. Esto sucede en Bolivia desde hace mucho tiempo atrás. Esto explica el gran arrastre que tiene el estatismo y el socialismo en el país.

Si por el contrario a usted le enseñan que el capitalismo es considerado como una fase más desarrollada de la economía de mercado donde el empresario es la expresión más avanzada del productor individual, que se caracteriza por sus continuas iniciativas, competitividad y creatividad, que es el verdadero líder de la modernidad, y es un ser heroico, -como acertadamente califica Ayn Rand-, y donde el capitalista tiene como función principal acumular sus ganancias en la forma de capital, requisito básico para que cualquier economía se desarrolle, usted es un liberal. Como esto no se enseña en Bolivia se explica porque las ideas liberales son tan poco aceptadas.

Si usted cree que el empresario es un explotador, que le roba al trabajador porque no le paga todo lo que él produce, y aunque no se identifique con Carlos Marx, usted es su discípulo y, por tanto, es socialista y, en última instancia, comunista. Si usted cree que el empresario corre riesgos y tiene un beneficio legítimo, y el capitalista tiene la función principal de acumular sus ganancias en la forma de capital, usted es un liberal y es discípulo de Adam Smith. Si usted cree que el problema fundamental de la sociedad es la inequidad y la desigual distribución del ingreso, usted es un socialista. Si cree que el problema fundamental es alcanzar y desarrollar la libertad permitiendo a todos los que quieran ingresar a lo mercados de manera competitiva, ya sea como productores o como consumidores no sólo al interior de un país sino en cualquier parte del mundo, usted es un liberal,

Si usted cree que la principal actividad del hombre es y debe ser la política y no la economía, entonces cree en la democracia directa, popular, comunitaria y participativa. Si considera a la política como la actividad dirigida a la toma del poder estatal para transformar la sociedad y piensa que los problemas de una sociedad se deben resolver políticamente en asambleas de la gente donde se discutan las soluciones, para encontrar las grandes respuestas para que la sociedad avance, usted es un socialista.

Si por el contrario usted cree que la política ha sido la actividad preferente de las elites de la cual usufructúan, y que la principal actividad del hombre común siempre ha sido y será la economía, entonces, deduce que los mejores deben encausar sus capacidades para la conformación de empresas privadas; luego piensa que la solución de los problemas fundamentales de la sociedad se resuelven pacíficamente en los mercados, donde la política tiene un papel subsidiario, entonces participa del principio de que la democracia es representativa, entendida como aquella donde sólo los asuntos públicos de interés general deben ser resueltos por los representantes del pueblo elegidos por el voto, en instituciones que conforman el Poder Legislativo, sistema en el cual el Presidente del país es el responsable de implementar estas decisiones, razón por la que se denomina Poder Ejecutivo al que encabeza, usted es un liberal.

Si usted comparte el planteamiento de estructurar una economía plural, definiendo el rol estratégico del Estado para promover la economía comunitaria y cooperativa, usted es un socialista. O si cree que el desarrollo económico y productivo se obtiene con políticas sectoriales que el Estado diseña e implementa usted es estatista y, por tanto, socialista.

Si usted cree que es urgente “reestructurar la organización del Estado para que pueda generar una estrategia de desarrollo y reestablecer la racionalidad de la política” planteamiento que puede ser vago, sin embargo, trasunta una mentalidad socialista, porque cree que el rol del Estado es la de hacer realidad el desarrollo económico de la misma manera que la energía eléctrica enciende un foco. Por el contrario, si usted cree que el lugar del desarrollo económico está en los mercados con un rol subsidiario del Estado de Derecho, trasunta una mentalidad liberal.

Como la Constitución Política del Estado, dice que una de las funciones esenciales del Estado Plurinacional de Bolivia, es garantizar el bienestar, el desarrollo y la seguridad de las personas, de las naciones, los pueblos y las comunidades, por un lado, pero también, por otro lado, dice que el “modelo económico, social, comunitario y productivo”, enfatiza la participación activa del Estado en la economía, interviniendo como planificador, empresario, inversionista, regulador, benefactor, promotor, y banquero para lograr un mayor desarrollo, redistribución y generación de empleo, entonces Bolivia es un país constitucionalmente socialista.

LA Paz, febrero de 2016

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

Economía de mercado
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La gran derrota de Evo Morales

Los bolivianos acudirán a las urnas el 21 de febrero para determinar si apoyan o rechazan el intento gubernamental de propiciar una tercera reelección presidencial en el aún lejano año de 2019, pero cualquiera que sea el resultado de esta consulta, hay un gran derrotado: Evo Morales.

En los 10 años de uso y usufructo del poder, el caudillo jamás se había  expuesto al escarnio público. Los grandes ladrones y corruptos de su gobierno siempre eran otros, empezando por el que fue su brazo derecho, el ex presidente del Senado, Santos Ramírez.

En 1887, en Inglaterra, Lord Acton acuñó la frase: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, algo que inevitablemente ocurre en las dictaduras de derecha o izquierda, sin que funcionen los contrapesos que recomendaba el Barón de Montesquieú.

Cuando Morales accedió al poder como prototipo del “hombre nuevo” retrotrajo la ancestral trilogía de los incaicos del “ama sua, ama llulla, ama khella” (No seas ladrón, mentiroso ni flojo). La divisa se quedó en enunciado y los nuevos gobernantes resultaron ser tan pillos, mentirosos y flojos, como muchos de sus antecesores.

Ramírez, que era presidente de la estatal petrolera YPFB, fue encarcelado tras probarse su culpabilidad en el asesinato del empresario Jorge O’Connor, quien poco antes fue despojado de $450.000 que iba a entregar a Ramírez como coima de un contrato con una empresa norteamericana adjudicataria de la construcción de una planta separadora de líquidos.

Siguieron otros casos de altos jefes de la policía involucrados en tráfico de cocaína. El más emblemático, el del general René Sanabria, ex jefe de inteligencia y zar de la lucha contra las drogas, actualmente encarcelado por 14 años en Estados Unidos. La DEA lo atrapó en Panamá.

Más recientemente, el régimen de Morales se vio sacudido al revelarse una gigantesca malversación de cerca de $600 millones del Fondo Indígena. Han sido detenidos una veintena de pequeños “hombres nuevos”, pero es sospechoso que a la gran ex ministra Nemesia Achacollo, la principal responsable de esos fondos, no se la toque ni con el pétalo de una rosa.

Ahora, como en ningún otro caso, surge un escándalo que toca íntimamente a Morales. El periodista Carlos Valverde exhibió la partida de nacimiento de un menor cuya madre es la supuesta abogada (ella afirma que solo es egresada de Derecho) Gabriela Zapata y el padre Evo Morales.

El caudillo admitió que Zapata fue su pareja (cuando ella tenía 19 años y el estaba en sus 46), pero que habían terminado su relación el 2007. Los periodistas le refrescaron la memoria mostrándole una foto en la que aparece con Gabriela en los Carnavales de Oruro de 2015.

Morales, que buscó desprestigiar a Valverde por valerse de un niño (que, además dijo, murió a los pocos días de nacido) admitió lo de la foto, pero dijo que apenas recordaba quien era ella y que se sacó la foto porque pensaba que “era una cara conocida”.

Pero el problema no está en el niño y si está vivo o no (no muestran partida de defunción), ni en la supuesta violación de la vida privada del caudillo y de su ex pareja, sino en que Gabriela, a sus juveniles 28 años, es gerente comercal, representante de una empresa china con negocios con el Estado boliviano por valor de $560 millones.

Ella misma, que no oculta su solvencia económica paseándose en carros de lujo y viviendo en una mansión tomada en anticrético en $100.000, se siente ultrajada en su honor y contrató un pequeño ejército de abogados para enjuiciar al periodista.

Bolivia no sale de su estupor al trascender detalles del escándalo. Morales ha ordenado al contralor y la Asamblea Legislativa que investiguen si hubo tráfico de influencias. Como ambos son parte del Ejecutivo, obvio que se “autoinvestigará”.

Los viejos juristas, ante la falta de evidencias concretas de la comisión de un delito, suelen acudir a lo que se llaman “pruebas circunstanciales” y este es un caso supremamente apropiado para llenar la gran definición de delito de Edmund Mezger: “Una acción típicamente antijurídica y culpable”.

O en palabras sencillas, el hombre de la calle suele decir que es obvio que la tos y la riqueza no se pueden ocultar.  El domingo Bolivia votará con confianza. Pase lo que pase, Evo Morales es el gran perdedor.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.   

Tierra Lejana
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