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Armando Loaiza, “un hombre de bien”

En la vieja casona de la calle Bueno 118, a unos pasos de la esquina de la Av. Camacho, la muchachada cultivaba el fútbol en el amplio patio empedrado. En los equipos que formábamos contribuían con su entusiasmo los hermanos Armando, Guido y Rolando Loaiza.

La vida nos dispersó por caminos distintos, pero la amistad nunca murió en los últimos 60 años. La última vez que vi a Armando fue el 2015 a la salida de la Iglesia de San Miguel, en Calacoto. Fue un encuentro fugaz antes de que se embarcara en el auto de algún amigo suyo que lo esperaba.

Poco antes, el ex canciller de Bolivia, al que el ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, calificó como “un hombre de bien”, se encontró en un autobús público con mi hermana Luz Arminda. “Me sorprendió verlo allí, como un pasajero más, siendo así que fue canciller. Pero más me sorprendió porque me reconoció y me preguntó por todos ustedes”, me dijo.

Cuando la selección boliviana llegó en 1994 a jugar en Miami, me acerqué al hotel para saludar a Guido, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol. El conserje me dijo que no me atendería porque estaba almorzando con la delegación. Le pedí que le dijera mi nombre y que solo quería saludarlo.

Guido dejó su almuerzo y conversamos un buen rato recordando tiempos de la niñez. También me preguntó por mis hermanos y se interesó en saber que hacía cada uno. Yo ya sabía que él y Rolando eran ingenieros y que Armando era abogado especializado en Derecho Internacional, diplomático y alto miembro de la cancillería boliviana.

A Rolando nunca más lo vi desde aquellos últimos años de la década del 50. Sin embargo hará un par de años me ubicó en tweetter e intercambiamos algunas frases. A la hermanita menor casi una bebé, le conocíamos cariñosamente por Monina. Esta semana vi a los 3 sobrevivientes juntos en el sepelio de Armando.

Me dolió su muerte porque quizás yo fui el culpable de que tuviera el labio superior un poco afectado. En uno de esos encuentros caseros yo traté de despejar una pelota de taquito, sin saber que a mis espaldas se agachaba Armando para una eventual palomita.

Le partí el labio y creo que hasta necesitó alguna sutura. Armando, tendría unos 9 años, ni se quejó. Se portó como un hombrecito, mientras yo temía infundadamente que su padre, el general Armando Loaiza, dueño de casa, iría a descargar su furia contra mi. No pasó nada.

Al domingo siguiente, como era habitual, encabecé la romería de la chiquillada al Estadio La Paz (se llamaba así) para que entráramos gratis a la Tribuna Infantil, esa hermosa idea que fue liquidada cuando el fútbol se comercializó. Guido y Armando siempre fueron devotos bolivaristas. Rolando stronguista ¿Seguirá siéndolo?

Armando, como profesional, ahora todos lo reconocen, fue un honesto servidor de la patria. Los intereses de Bolivia siempre estuvieron por encima de cualquier interés político o partidario. Por eso es que sirvió a distintos gobiernos y siempre lo hizo bien. Descansa en paz, amigo. ¡Que Dios te haga ver la luz de su rostro!

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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Más allá de un análisis dicotómico del crecimiento económico en Bolivia *

En un artículo titulado “La paradoja del crecimiento económico con derrumbe productivo” publicado en agosto del año pasado, reiteré anteriores argumentaciones y planteé otras nuevas respecto a las bases del crecimiento económico para explicar posibles acciones futuras del gobierno (v.g. aumento de la inversión pública, financiada por deuda interna a través del BCB  o deuda externa onerosa, y   del gasto corriente, asegurando el pago del segundo aguinaldo) con el propósito de continuar incentivando la elevación de la demanda interna y mantener el incremento del PIB, aun a costa de llevar a la economía el 2016 hacia una situación caracterizada por una menor capacidad de creación de empleo y un estancamiento económico.

Dichas argumentaciones se pueden resumir de la siguiente manera: 1) El aumento de la demanda interna solo fue posible gracias al crecimiento de las exportaciones totales; 2) las exportaciones netas en 2014 disminuyeron no por la caída de las exportaciones sino por el incremento desmesurado de las importaciones no necesariamente de bienes de capital; 3) la demanda interna per se no puede ser el motor del crecimiento de un país con un mercado interno tan pequeño; 4) la producción nacional no tiene capacidad para abastecer la demanda interna; 5) la capacidad del gobierno para administrar las políticas monetaria y fiscal y mantener la estabilidad económica es sólo una condición necesaria (no suficiente) para el crecimiento económico sostenible; y 6) los avances en materia de industrialización con recursos del Tesoro y el BCB ni siquiera se pueden comparar con el franco proceso de desindustrialización exacerbado en años recientes por el modelo extractivista del gobierno.  

En las últimas semanas, en su réplica a un reciente artículo del actual Viceministro del Tesoro y Crédito Público, un ex Presidente del Banco Central de Bolivia (BCB) ha puesto de relieve los puntos 1) y 6), tocando de paso mi observación respecto al financiamiento del gasto público con deuda externa. En esta contribución intentaré desarrollar un poco más los puntos 2) y 4), dejando para futuros aportes las argumentaciones contenidas en 3) y 5), a tiempo de plantear la necesidad de trasuntar lo que he venido en denominar el análisis dicotómico del crecimiento económico en Bolivia.   

Con relación al primer punto, quisiera en principio reiterar mi crítica al contrargumento usual del gobierno a cualquier oposición al rol de la demanda interna en el crecimiento económico: Si la demanda externa no podía haber influido en el crecimiento porque cayó no solo en 2014 sino también en 2015, entonces ¿qué determinó el incremento del PIB? Al respecto, en el artículo mencionado ya me he referido al papel ambiguo de la demanda externa en el crecimiento, no porque las exportaciones tengan un efecto marginal en el indicador macroeconómico sino debido a que en Bolivia las importaciones de bienes de capital, que podrían abrir las puertas a la innovación tecnológica y, por tanto, tener una incidencia mayor en el crecimiento, constituyen una parte muy pequeña (alrededor del 25%) de las importaciones totales del país. Como sostuve en mi artículo, hoy en día la clave del crecimiento es la innovación tecnológica, la que se efectiviza en general mediante la inversión en bienes de capital que, dada nuestra condición de país subdesarrollado, no podemos producir, por lo que para innovar necesitamos adquirir bienes de capital del extranjero. Adicionalmente, tal como anticipé en agosto del año pasado, la situación se complicó mucho más este año. En efecto, según datos del INE para el período enero-noviembre de 2015, la demanda externa se desplomó en un -118% respecto a similar período el 2014. En este contexto, las exportaciones cayeron (en -31,8%) 3,3 veces más que las importaciones (-9,5%), lo que sigue poniendo en cuestión el discurso gubernamental sobre el supuesto fomento al crecimiento en el mediano y largo plazos, considerando que en dicho período la variación porcentual negativa de las importaciones de bienes de capital (-12,7%) superó con creces la de las importaciones totales (-9,5%).

En torno al segundo punto, tengo a bien objetar otra vez la falacia de que la producción nacional es capaz de abastecer la demanda interna cuando está claro que para la mayor parte de los proyectos de inversión pública ejecutados por el gobierno lo que más se requiere son insumos (suministros), combustibles y medios de transporte (no bienes de capital) importados, cuyo aumento contribuye al deterioro de la balanza comercial, las exportaciones netas o la demanda externa. En este contexto,  las cifras en rojo en los primeros 11 meses del año pasado de las importaciones de bienes de capital y las importaciones totales mencionadas anteriormente contrastan con las únicas variaciones porcentuales positivas de las importaciones en el período considerado: Combustibles y Lubricantes básicos (8,0%), Vehículos Automotores de Pasajeros (7,5%), Artículos de Consumo Semiduraderos (8,5%) y Artículos de Consumo No Duraderos (1,9%).

Para concluir, por todas las puntualizaciones anteriores, sugiero al gobierno dejar de lado el análisis dicotómico (basado en una simple contabilidad del crecimiento) respecto del rol de los dos tipos de demanda (interna y externa)  en el incremento año a año del PIB para empezar a fijar más su atención en temas de fondo que permitan mejorar los niveles de productividad y competitividad en el país, tales como  la promoción de encadenamientos hacia atrás y hacia adelante en el ámbito productivo y el fomento de la ciencia y la tecnología a partir de una alianza estratégica entre gobierno (en sus niveles central, subnacional y local), empresarios (formales e informales) y universidades (públicas y privadas).   

*  Una versión más larga de este artículo fue publicada en fecha 18/01/2016 en el sitio web Faroeconomics.org.

**   Economista.

Minergia
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La entrevista como hazaña

Entrevistar a alguien difícil de entrevistar es uno de los sueños de todo periodista. Uno de los sueños, no “el” sueño. La razón para ello es sencilla: cuando una persona se convierte en inalcanzable, el mayor reto es alcanzarla. Es como el Everest para los escaladores: para llegar a su cúspide es necesario prepararse de manera integral, tanto física como mentalmente.

Durante meses, se lee, se investiga, se revisa archivos, se lee, se hace fichas, se cruza datos, se lee, se entrevista personas, se hace vigilancia… Aun así, son miles quienes se preparan adecuadamente pero no logran llegar a la cima. Por eso es un reto. En el periodismo existen muchos Everest. Los hay desde los delincuentes prófugos de la justicia hasta los dictadores rodeados de ejércitos que los protegen, pasando por aquellas estrellas del espectáculo que prefieren alejarse de la vista del público. Augusto Pinochet, por ejemplo, fue un Everest en su tiempo y, cuando el juez Baltasar Garzón lo declaró prófugo de la justicia, su condición de inalcanzable se multiplicó. Por eso es que la entrevista que consiguió hacerle el periodista norteamericano Jon Lee Anderson fue una de las mayores hazañas del periodismo moderno. Y no fue suficiente que Jon se haya preparado convenientemente para escalar aquel Everest; es decir, hacer la entrevista.

Para que Lucía Pinochet, la hija del dictador, accediera a ayudarlo, fue necesario revisar la carrera del periodista que ya tenía en su haber libros tan importantes como la que es considerada la más completa biografía sobre el Che Guevara. Sus antecedentes decían que Anderson era confiable así que se aceptó la entrevista. ¿Hubo riesgos? Desde luego. Si una persona no quiere que la encuentren, es lógico que tome medidas de seguridad. Vulnerarlas significa alertar a sus cuidadores y poner en riesgo la vida del que está buscando. Me pasó a mí, pinche periodista, cuando encontré al asesino del Che Guevara, el mismo al que antes había encontrado Jon, y le hice una entrevista de 27 minutos junto a Ildefonso Olmedo del diario El Mundo de España. Lo que siguió después fue una persecución cinematográfica por el segundo anillo de Santa Cruz. El cuidador del asesino nos siguió durante un tiempo que mi pánico no me dejó determinar en la misma camioneta que vimos durante días en la puerta de nuestro investigado y solo pudimos perderlo de vista gracias a la habilidad de nuestro chofer.

Por eso, estoy seguro de que Sean Penn corrió riesgos al entrevistar al Chapo Guzmán pero también estoy seguro de que no necesitó prepararse como lo hizo Jon en el caso de Pinochet. Para el actor, que parece tener debilidad por fotografiarse junto a personas que son más famosas que él, fue suficiente usar a su colega mexicana Kate del Castillo quien, luego de contactarlo por las redes sociales, recurrió a sus atributos femeninos para convencer al narcotraficante de dejarse entrevistar. Hubo condiciones de por medio… una fue que el Chapo revisaría la versión final de la nota a publicarse. En otras palabras, fue una entrevista a la carta, con censura implícita, algo que jamás debe hacerse.

¿Fue ético o no fue ético? Con la suerte y ayuda necesarias, cualquier persona que no sea escaladora puede coronar el Everest. Habrá logrado una hazaña pero eso no lo convierte en escalador. Sean Penn alcanzó un Everest periodístico pero lo hizo vulnerando principios básicos del oficio. Eso no es periodismo.

 

 

 

 

 

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

 

 

Surazo
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Mejor atención a jubilados y adultos mayores

Toda sociedad que se enorgullezca de ser democrática, moderna, con libertad y con trato respetuoso a sus ciudadanos debe tener mejores condiciones de atención a sus ciudadanos de la tercera edad, concretamente con aquellos que en Bolivia reciben la denominada Renta Dignidad.

La Renta Dignidad que paga el estado boliviano se mantiene desde 2013 en Bs 250 (menos de 35 dólares americanos) mensuales para las personas mayores de 60 años que no reciben ningún ingreso fijo del sistema de seguridad social y en Bs 200 para los que perciben jubilación.

Es tiempo que el Estado boliviano considere una Renta Dignidad equivalente al salario mínimo nacional. De manera que la Ley que sustenta el  pago de la referida renta tiene que ir conforme no sólo al índice de inflación sino al salario básico nacional.

Pedir mejor tratos a la tercera edad no es de izquierda ni de derecha; sino más bien es un homenaje, quizá el último, que el estado brinda a sus ciudadanos que esforzadamente entregaron sus mejores años para construir la sociedad en la que vivimos.

Según informa la Confederación de Adultos Mayores de Bolivia el monto de la actual Renta no es suficiente para vivir dignamente.

Si tenemos la capacidad, como bolivianos, del sector privado y público, de discutir miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura, energéticos y otros debemos encarar éste tema con mucha solidaridad y principalmente sensibilidad: otorgar un salario mínimo de renta a nuestros mayores ni es pedido, ni es ofensa, es un simple acto de justicia. ¿Cómo financiar esto? Quizá dejar de gastar en empresas estatales que no son rentables, en “proyectos” no importantes y mejorar las condiciones de gasto de nuestros recursos de venta del gas natural para tender a éste sector de la sociedad.

Paralelo a que la Renta Dignidad debe ser el equivalente al salario mínimo nacional de Bolivia se deben mejorar las condiciones de salud para todos, que nuestros rentistas y jubilados dejen de hacer colas desde la madrugada para “pedir fichas” y para ser atendidos.

El propio presidente de esa confederación indicó a la prensa que “No hay ítems. Aunque lleguemos a las 4 de la mañana a los centros de salud no nos atienden porque no hay preferencia para el adulto mayor“, además que en hospitales no hay medicamentos, insumos, infraestructura, no hay tomógrafos, etc.

No es posible que esto ocurra! Utilicemos bien los ingresos por venta de gas. No es posible construir una sociedad justa y equitativa si hay sectores que viven en riqueza y sectores en pobreza.

BORIS SANTOS GÓMEZ ÚZQUEDA/ CONSULTOR DEL SECTOR PRIVADO/ @bguzqueda 

Hablemos de energía
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La izquierda prometida

Qué pena por tantos amigos que lo sentirán como un ataque al corazón, pero, la izquierda —real, auténtica— no tiene chances en la Bolivia de hoy. No por mala opción, sino porque no existe más que en el romanticismo bienintencionado de la vieja guardia.

Es cierto que a la luz de los fracasos que le tocó sufrir a lo largo de la historia no se puede hablar de una izquierda pura o genuina, mas esto no debería llevar a confundirla inmerecidamente con el populismo al uso. Ya no digamos que estos son tiempos “de cambio” porque suena a fraude, a eterna promesa; digamos mejor que son de esperanza. Y reconozcamos que, cada vez para más bolivianos, de desesperanza.

Aunque muchos fueron enterrados, desterrados o, sin ambages, mandados a convivir con los gusanos, en Bolivia quedan neoliberales, capitalistas, privatizadores, conservadores, ultraconservadores… lo corean regularmente las autoridades. Pero lo que no se advierte, por lo menos en los primeros planos de la política nuestra, es una propuesta de izquierda sustentada en ideales progresistas que no huela a impostura.

Poco y nada —después de sus valiosas políticas de contenido social, desteñidas con la vulneración de los Derechos Humanos de indígenas y de citadinos en Cochabamba, La Calancha, Chaparina, Caranavi y Tipnis, entre otros casos— hace suponer que Evo Morales encabece, hoy, un gobierno de izquierda. Salvo que una parte configure el todo y que una gestión a priori decorosa fuera suficiente para disculpar las bajezas cometidas más tarde, en franca incompatibilidad con los preceptos izquierdistas y en su nombre.

Lo que no tiene nombre es el olvido de la Pachamama, a la postre manoseada dentro de un vil juego de naipes con las transnacionales para finalmente mantener las políticas extractivistas de los “vendepatrias”. Más aún, esto justificado como una “contradicción creativa” según García Linera, el intelectual que se da tiempo para transmitir historias extraordinarias en las escuelas donde con paciencia de abuelo les enseña a nuestros niños que la derecha —suena él en tono paternalista— acecha.

Al recuento de los daños a la izquierda hay que sumarles los ataques a las ONG —que dejaron de servir para los fines de descolonización de los indígenas—; a la Iglesia católica, al Defensor del Pueblo y a los medios de comunicación que no son manejados por el Gobierno directamente —a cara limpia, bajo la forma de Estado— o indirectamente —con máscaras alegres, muy caribeñas, detrás del para-Estado—. Curiosamente así se busca acaparar la opinión pública hoy, del mismo modo que lo hace cualquier multinacional capitalista —¡hasta con plusvalía!— cuando busca el rédito económico.

Entonces, como no hay chances con este gobierno y como tampoco hay una alternativa fuerte, con posibilidades, en el horizonte político boliviano, para mis amigos que tienen aún el corazón en su lugar es muy triste llegar a la conclusión de que no basta con estrellarse todos los días contra la derecha para hacer la izquierda.

Si la continuidad del proyecto hegemónico en curso dependiese de mantener viva a la derecha en el imaginario colectivo, por ejemplo, proyectando repetitivamente la escena apocalíptica del pasado de vuelta entre nosotros, es posible que estemos asistiendo a una ilusión, o, quién sabe, tan solo a un apartado de la teoría de la contradicción creativa en el que la izquierda prometida (la de los buenos, los intachables moralmente contra los malos, muy malos de la derecha) se toma un breve descanso.

Tranquilidad, amigos. La película de terror probablemente no sea esta aparente burbuja de izquierda: latinoamericana, siglo XXI, nuestra, progre, in, cool.

Darsena de papel
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Decepciones de un aspirante a cinéfilo

–¿Vamos al cine?

Hay muchas aventuras que comienzan con esa sencilla proposición y terminan con una charla sobre la vida, la muerte y el amor, o en el mejor de los casos inspirando y cambiando la vida de quien acaba de ver esas dos horas de ilusión. Así es el cine, que siempre nos encandilará y nos hará volar con sus historias.

O tal vez no.

Hace unas cuántas noches, escuché ese “vamos al cine” después de mucho tiempo. Como era día de semana, tomé mi saco para abrigarme en la sala, donde a veces el aire acondicionado supera cualquier sentir externo. Primer detalle: la gente llegando a media película. ¿No era el Puma Rodríguez el que cantaba esa canción que decía “llegar tarde ya no es llegar”? Incluso para ubicarnos mejor valdría la pena, pero claro, no estamos hablando de apreciación cinematográfica, sino de nuestra puntualidad, un problema de idiosincrasia nacional. Segundo detalle: la estéril solicitud de silenciar los celulares. Todo tipo de cantares de bolsillo siguen invadiéndonos después de que la luz se ha apagado: notificaciones, mensajes y hasta alguna llamada que algún desconsiderado contesta. Tercer detalle: no sé quién no educó a quién, pero se supone que uno tiene que estar en silencio mientras dure la función. Los comentaristas de media película me hacen pensar que así como hay miles de directores técnicos yendo a los estadios, tenemos nuestras salas repletas de críticos de cine (“Ay, era evidente que eso iba a pasar”) o de descubridores de obviedades en voz alta (“¡Uy, se murió! Te dije que se iba a morir”).

De repente me comienzo a fijar en el costado de la pantalla y me doy cuenta de que está descolorido, teñido de verde. Espero un par de escenas para cerciorarme. Me levanto y se lo hago notar a uno de los empleados del cine, quien me dice que sí, que hay un error en la proyección pero que ya comenzada la película es tarde para hacer algo. Recuerdo entonces la ocasión en la que, en un cine de la competencia, la proyección 3D estaba tan oscura y borrosa que pedí por favor que me devuelvan mi entrada y el encargado de turno lo hizo sin chistar, ya que al parecer fui el único que se dio cuenta del error técnico. Y la cereza de la torta es, desde luego, la lamentable pereza mental de nuestra gente que, convertida en mercado, ha preferido ceder ante las películas dobladas después de generaciones enteras de ver obras en idioma original, para las cuales ahora hay que pagar el sobreprecio de las salas VIP.

El actor Alan Rickman, recientemente fallecido, dejó una hermosa frase por ahí: “Es una necesidad humana contar historias. Mientras más seamos gobernados por idiotas y no tengamos control de nuestros destinos, más necesitaremos contarnos historias acerca de quienes somos, por qué somos, de dónde venimos, y qué es posible para nosotros”. Así es el cine, antes solo “la pantalla grande” y ahora la primera de esta gran cultura de multipantallas en la que vivimos, así descrita por estudiosos como Justo Villafañe y Kevin Roberts. Por mucho que haya una multitud quejándose de que “la gente ya no lee”, el cine es nuestro escape del continuum diario, es la pantalla que no tocamos pero la que mejor sabe tocarnos. Y a título personal, últimamente prefiero matar la ansiedad de los estrenos y que esas emociones me lleguen en la comodidad de mi sala con la tecnología del Blu-ray para así evitar malos ratos, que si les voy a pedir a los dueños de las salas que hagan algo por “la cultura”, ya los veo riéndose en mi cara.

 

Interjecciones
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Venezuela: Las verdades amargas

El 15 de enero de 2016 Venezuela escuchó las verdades amargas que el oficialismo le ha ocultado a sus habitantes desde hace 17 años, cuando el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, aprovechó que el régimen le autorizó hablar en cadena nacional, para que expusiera “la situación aterradora” del otrora rico país petrolero.

En poco menos de 30 minutos, Ramos Allup, con la habilidad de un astuto cirujano de la palabra, diseccionó la “cuenta” del presidente Nicolás Maduro, que por ley está obligado a presentar de su gestión anual y que le demandó una cháchara de 3 inacabables horas y en la que, en concreto, solo presentó a la AN un plan para reactivar la economía venezolana.

Y es que Maduro en gran parte de su perorata no solo rindió cuentas de su gestión del 2015, sino de los 17 años del gobierno chavista, en los que el Estado evaporó la fantástica suma de “un billón y 500.000 millones de dólares de la renta petrolera, sin contar con los ingresos internos”, según Ramos Allup.

La cita de tan extraordinaria cifra fue recibida con estupor por los 30 millones de venezolanos que no se explican ¿dónde fueron a parar esos ingresos? ¿quiénes los malbarataron? ¿cuáles son las obras que se hicieron? ¿por qué ahora tienen que madrugar para hacer inmensas colas en busca de alimentos y medicinas?

Ramos Allup puso “un solo ejemplo” de cómo se despilfarró y se despilfarra esa catarata de dólares, tras las nacionalizaciones y expropiaciones ordenadas por el difunto Hugo Chávez. Puntualizó que en Guayana, otrora emporio de la industria siderúrgica venezolana, ya no se producen las cabillas que antes se las exportaba y que producir “una tonelada de alúmina cuesta 2.000 dólares cuando en el mercado internacional cuesta $200”.

Y el ejemplo es válido. Lo ocurrido en Guayana pasó también en la industria petrolera, sostén de la economía del país, donde de 42.000 empleados, el chavismo triplicó la nómina en busca de votos cautivos. En la administración pública hay por lo menos un millón de supernumerarios. Por las grandes industrias, dijo Ramos Allup, “pasó Terminator” (el personaje de una película que arrasa con todo).

Maduro al terminar su mensaje gritó: ¡Patria, socialismo o muerte! ¡Chávez vive” y sus fanáticos de la minoría parlamentaria aplaudieron a rabiar. Cuando terminó de hablar Ramos Allup un silencio conmovedor, casi de pena mezclada con una bronca sostenida recorrió la espina dorsal del país. Era incomprensible como el “socialismo del Siglo XXI” destruyó la otrora próspera Venezuela.

Pero a los que pudieran estar tentados por malos pensamientos, Ramos Allup les dijo: “no hay golpes militares buenos ni malos, todos son malos”. Y en lo más relevante de su discurso, Ramos Allup, dirigiéndose al chavista ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, le dijo: “los militares, si quieren hacer política, que cuelguen el uniforme”, porque “un civil no puede deliberar con un hombre armado”. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de la ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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El litio: ¿Un metal cada vez más precioso? *

No muchos estuvieron de acuerdo conmigo hace ocho años cuando en un blog publicado por EVWorld.com (Estados Unidos) y reproducido por Nueva Economía (Bolivia) anuncié por primera vez el advenimiento de un nuevo paradigma tecno-económico en el mundo con el litio como su factor clave.

Como ya he comentado en la versión digital del informe que acaba de publicar The Economist bajo el sugerente título de "Energía limpia: Un metal cada vez más precioso", la presión que ahora  viene por el lado de la demanda ha encontrado a Chile y Bolivia, los dos países con los mayores recursos de litio de  la tierra, desprovistos de la capacidad suficiente para cubrir los requerimientos del mercado en el corto plazo. Esto puede explicar la subida del precio actual y perspectivas similares para los próximos años.

Aunque hay un mundo de diferencia entre Chile y Bolivia (en cuanto se refiere al litio), ya que el primer país fue en 2014 el productor número 2  de litio del mundo y el segundo continúa experimentando con sus enormes recursos no explotados, ambos han sido extremadamente lentos para reaccionar a las señales del mercado que hoy en día son más claras y visibles. El tiempo dirá si Chile puede alcanzar a Australia y recuperar su liderazgo y si Bolivia finalmente logra entrar a tiempo a un mercado efervescente en los años que vienen.

Mientras tanto, una última noticia indica que la Comisión del Cobre de Chile (CODELCO) que controla importantes concesiones de litio en diferentes salares del país trasandino ha decidido recientemente licitar la exploración de litio en el Salar de Maricunga, donde posee el 18% de los recursos y en Pedernales, donde ostenta el 100% de los mismos.

Esto no es ninguna sorpresa en un momento en que los precios internacionales del cobre, el principal producto de exportación de Chile, han alcanzado los niveles más bajos. Pero, es todavía una medida tibia en  ausencia de la largamente esperada política nacional de litio, tal como se prevé en el informe final de la Comisión Nacional de Litio entregado por un grupo de expertos a la Presidenta Bachelet hace aproximadamente un año.

Del mismo modo, una visita estos días a Bolivia por el viceministro alemán de Transportes, que ha expresado públicamente el interés de su país en la inversión y cooperación en litio, presenta a primera vista un nuevo conjunto de oportunidades. Parece ser también una continuación del contrato firmado en agosto pasado entre la firma alemana K-UTEC y el Gobierno de Bolivia para trabajar en el diseño de la planta industrial capaz de producir 30.000 toneladas de carbonato de litio hasta 2025, de acuerdo con la Agenda Patriótica a ese mismo año.

Sin embargo, teniendo en cuenta los escasos resultados de una fase piloto que tomó más de siete años, es probable que K-UTEC se esté viendo obligada a empezar desde cero para desarrollar el proceso apropiado a ser ampliado a la fase industrial del proyecto. A pesar de que la participación alemana ofrece nuevas esperanzas para el desarrollo de litio en Bolivia, está lejos de allanar el camino para que nuestro país pueda convertirse en el próximo centro energético del mundo.

*  Este artículo constituye una traducción al español del blog publicado bajo el mismo título por primera vez en fecha 15/01/2015 en el sitio web EVWorld.com.

** Analista de la Economía del Litio.

Minergia
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Encuestas y estrategia del MAS

Las encuestas publicadas la semana del 10 al 15 de enero 2015, auspiciadas por diferentes medios de comunicación, evidencian dos cosas centrales. La primera, una evidente carencia de prolijidad en el manejo de los datos, en solapada búsqueda de maquillar la derrota del SI. Una empresa nos sale con una categoría desconocida y rara en encuestas (voto seguro, pero secreto) y la otra que anuncia, con bombos y platillos, una encuesta nacional y termina presentando solo resultados de algunas ciudades. La segunda, es que la opción por el NO se está imponiendo y que a menos de 35 días para ir a las urnas, la tendencia parece irreversible. El NO está en las calles y se volcara en las urnas.  En este espacio, en base a lecturas y evidencias de la realidad, detallare la estrategia del MAS en sus componentes para entenderla y para que, los que están en la opción por el NO, la tomen en cuenta y eviten caer en el terreno al cual el partido de gobierno quiere llevar la próxima consulta nacional.  

La estrategia del MAS se basa en tres pilares: la popularidad del Presidente, en su supuesta excelente gestión en la administración de la cosa pública y en el control y subordinación de todos los órganos del Estado. La estrategia masista tiene cuatro componentes que la hacen operativa.

El primer componente es: cambiar a como dé lugar el referéndum por la CPE por un plebiscito a favor o no de Evo. Cambiar la consulta sobre la modificación de la CPE por un plebiscito a favor o en contra del gobierno. En este sentido, están forzando, con su accionar, que en vez que sea un referéndum que sea como si fuera una elección presidencial. Esto explica la sobreexposición del Primer Mandatario en todos los actos y material propagandístico

El segundo componente: para concretar que el referéndum se convierta en el plebiscito están apostado por la polarización.  En este sentido insisten en que el 21F está en juego una elección entre oficialismo y oposición, una oposición que ellos personifican en: Sánchez Berzain, Manfred Reyes, Goni y otros viejos líderes que no tienen aceptación entre la población. Junto a estos personajes meten en la misma bolsa a otros líderes que están por el NO, como si fueran opositores y recalcitrantes derechistas. Insisten en esta idea porque saben que al interior de la misma militancia del MAS o que simpatiza con Evo, hay miles de personas que están en contra de modificar la CPE para dos personas. De esta manera buscan interpelar a sus adeptos que ahora son disidentes y contrarios a modificar la CPE, como supuestos “traidores y serviles a la derecha gonista”.  El remate de este componente es machacar con lo mismo de siempre: el imperialismo norteamericano (ése que ahora tiene buenas relaciones con la Cuba socialista) está financiando, asesorando a la campaña del NO

El tercer componente de la estrategia: usar el miedo como instrumento para que la gente sienta que después del 21F se viene el cataclismo y la nada. Esto explica las declaraciones del Vicepresidente: que si gana el NO, el sol no saldrá, la luna se ocultará y la derecha te va quitar tu casa. O la propaganda que señala que sin Evo no hay futuro, que sin Evo no habrá estabilidad, que sin Evo no habrá obras. La lógica del miedo busca incidir en los indecisos y cerrar filas en la militancia dura.

Dentro de este componente se prevé algunas variables que buscaran incidir en el miedo y asegurar el voto por el SI. Una de esas variables es que, como ya adelantó el Presidente, se amenace a los votantes con “si no gana el SI, nos iremos callados”. Es decir, voten porque por el SI porque si no, me voy. La otra es, inmediatamente después del 21F, ante la inminente victoria del NO, se busque el acortamiento del mandato para que Evo, mediante argucias legales e interpretativas en el Tribunal Constitucional, sea habilitado el 2019.

Un viejo refrán popular dice: “dime de lo que presumes y te diré de qué careces”. Esta máxima se aplica muy bien al gobierno. En todas sus manifestaciones se muestra valiente, seguro, invencible e insustituible. Sin embargo, la estrategia del miedo está revelando que no son tan como se muestran. Luego del 21F el gobierno del MAS seguirá administrando la cosa pública y será su responsabilidad hacerlo, después de 10 años de bonanza, en tiempos de vacas flacas. Y eso les da miedo, delatan su propio terror.

El cuarto componente: usar todos los recursos físicos, financieros y humanos del Estado para hacer campaña en todo el país y en el exterior. Para ello se obliga a funcionarios públicos asistir a marchas y concentraciones. Se usan los dineros públicos para hacer propaganda por doquier. Esto apoyado y con la complicidad del Órgano Electoral sometido al Gobierno que tiene muy abiertos los ojos para sancionar a la oposición y los cierra cuando del oficialismo se trata. En todo caso, esto no es nuevo en todos los procesos electorales que ha participado el MAS en los últimos 10 años.

Al final, dados los resultados de las encuestas, oficiales y no oficiales, que muestran una constante ventaja del NO en contra del SI, pareciera que la estrategia del Gobierno para ganar el referéndum del 21F es un virtual fracaso y que no está logrando sus objetivos. Así, la pregunta que queda es: el Gobierno seguirá insistiendo en esta estrategia y sus componentes?.

Ivan Arias Duran

Ciudadano de la Republica Plurinacional de Bolivia

Serotonina
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La baja inflación del año 2015

Sin duda alguna, un dato notable del comportamiento de la economía boliviana durante la gestión del año 2015 fue la baja tasa de inflación, medida por el Indice de Precios al Consumidor (IPC), que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas.

El año cerró con una tasa anual del 3 %, mientras en los dos años anteriores la inflación fue mucho mayor; cerró con 5,2 en 2014 y con 6,5 % en 2013. Claramente una favorable tendencia decreciente. Sin embargo, hay que destacar que no es la más baja en que lo va corrido el siglo XXI. El año 2001 se tuvo una tasa del 1 % y casi de cero el año 2009 (0,3%).

La inflación es un fenómeno de continua preocupación no sólo en Bolivia sino en América Latina. El continente se ha caracterizado por tener un comportamiento histórico de altas tasas de inflación en comparación con otras regiones del mundo.

Si bien la tasa de inflación del año 2015 es baja, cuando se pregunta a la gente su opinión sobre este indicador opina que no es creíble, que las cosas han subido mucho más de precio de que lo que señala este indicador. La explicación sobre esta percepción requiere una aclaración sobre los que es el IPC; su forma de cálculo, su cobertura que es amplia y que se mide cada diez días, destacando que lo que cuantifica, en última instancia, es un  promedio.

La cobertura que tiene el IPC en Bolivia es de gran amplitud, abarca las diez principales ciudades y el indicador promedio para cada una de ellas es diferente. Así, por ejemplo, para el año 2015 la mayor tasa la presentó La Paz con un 4,6 % y la más baja, incluso negativa, la presentó Pando con -0,5%. Una gran variación

Adicionalmente, hay que destacar que la canasta de bienes, cuyo comportamiento de precios se mide, está en el orden de 360 bienes y servicios, los mismos que se agrupan en 12 grupos que en orden de importancia (ponderación) son: Alimentos, transporte, restaurantes y hoteles, vivienda, hogar, diversos, vestidos, recreación, educación, comunicaciones, salud y bebidas alcohólicas. La importancia que tiene cada uno de estos conjuntos de bienes y servicios se deriva de cálculos estadísticos que suele hacer, de tiempo en tiempo, el INE, con el objeto de conocer cuál es la importancia, de cada uno de los 360 bienes en las familias, dando como resultado promedios, los mismos que se agrupan en los 12 grupos ya señalado. Así por ejemplo, a nivel nacional y para el año 2015 el grupo que muestra el mayor crecimiento es el de salud con un 6,2 % y el de menor es de recreación con sólo el 0,6 %. Una gran variación.

Estos datos agrupados ya denotan una gran variabilidad en el comportamiento de precios lo cual se hace mucho más notable cuado se analiza al interior de cada uno de los rubros. Así por ejemplo, si se considera, para el año 2015, el caso de La Paz, el grupo de alimentos que abarca 88 elementos, se tiene un comportamiento anual que se mueve en un rango de variación desde un crecimiento del 25 %, que corresponde al pan surtido, hasta una variación negativa que llega al 40 %, y que corresponde a la papaya.

De los 88 bienes y servicios registrados, 47 se expandieron en precios, el último con un 0,1 % anual corresponde a presas de pollo, mientras otros cinco que son: la naranja, el plátano, los caramelos, el perejil y el cacao no tuvieron ninguna variación. Es decir cero por ciento. El resto (36 bienes y servicios) disminuyeron su precio promedio del mes de diciembre con relación al precio promedio de diciembre del año anterior en un rango de negativo 0,1 por ciento hasta el mencionado ya 40 %.

Que implica lo indicado, que las personas tienen diferentes percepciones sobre la tasa de inflación en función a los bienes y servicios que adquieren, si son lo mas que más suben de precio, su conclusión será que la inflación es mucho mayor a la que indica el INE.

Según el INE la tasa de inflación del rubro alimentos para La  Paz es del 5,9 %, y que es un promedio ponderado mucho mayor si se considera la media simple que daría un resultado de sólo el 0,6 %. Una enorme diferencia. Y esto es así porque entre los alimentos no tienen el mismo peso presupuestario al momento de asignar sus ingresos las familias, y esto es lo que mide el INE mediante su promedio ponderado y no un promedio simple.

Pero este fenómeno que destaco para el mes de diciembre último no es la excepción, sino la regla. Si se observa en el tiempo se puede destacar que las variaciones anuales entre un máximo y un mínimo son enormes No sólo si se toma en cuenta el índice correspondiente a cada fin de año, sino para cualquier mes del año, medido anualmente. En el periodo 2010 al 2014 se tienen bienes o servicios que han tenido una expansión anual hasta más del 100 % y otros una disminución del 50 %. Claro está que no se trata de los mismos productos.

Por tanto, el problema no radica en el indicador del INE, no está en mejorar su metodología, en agregar nuevos bienes y servicio o eliminar otros. Esto no cambia el hecho fundamental que señala que el problema de precios de la canasta familiar en el país radica en su gran variabilidad. Así mientras ciertos productos crecen anualmente una enormidad en un momento, en otro se precipitan a la caída.

La Paz, enero de 2015

Profesor emérito de la UMSA, fue Presidente del Banco Central de Bolivia.   

Economía de mercado
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