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Lo que de ninguna manera se debería hacer…

En momentos cuando más certidumbre precisa el país para volver a crecer como antes y no retroceder en la lucha contra la pobreza que afecta a millones de bolivianos; cuando más acciones contundentes espera el empresariado nacional para invertir, producir y exportar más, una desafortunada expresión del Primer Mandatario del Estado provocó interrogantes adicionales hacia el futuro; me refiero a que ante la “Escasez de dólares: Arce advierte a exportadores con “sacar alguna medida para que traigan el 100% de las divisas” (EL DEBER, 10.05.24). 

Es innegable que hay un problema por resolver en el país -la relativa escasez de dólares- y digo relativa, porque si bien el tipo de cambio oficial sigue en Bs6,96 en el mercado oficial, este dólar barato escasea y, como no funciona el mercado libre, puesto que quien lo venda por arriba de Bs6,97 corre el riesgo de ir preso, rige el mercado negro donde el dólar abunda a más de Bs8,50 con lo que la importación de insumos, bienes de capital, equipos de transporte, etc., se encarece por la inevitable subida de la comisión de transferencia en la banca.

Para intentar una solución, resulta indispensable una lectura adecuada de la realidad, entender por qué llegamos a esta situación, cómo salir airosos de la misma y, sobre todo, lo que de ninguna manera se debería hacer para no profundizar el problema.

Lo que vivimos hoy es resultado de las decisiones del pasado y lo que acontezca a futuro dependerá de las buenas o malas decisiones que se tomen hoy. Quien no aprende de los errores del ayer tiende a repetirlos y a enfrentar problemas adicionales que luego podrían tornarse inmanejables.

¿Por qué escasean los dólares en el país? En 2022 no hubo dificultad para atender la demanda de divisas, es más, Bolivia registró un superávit de 1.700 millones de dólares, por lo que la exportación de bienes tangibles atendió, de lejos, las necesidades de la divisa para las compras externas.

El empresariado privado pagaba sus importaciones por su propio esfuerzo, con los dólares de sus ventas externas y el sector público tampoco tenía dificultades, mientras la renta petrolera por la exportación de gas, urea y GLP, minerales y algún producto no tradicional, cubría la importación de combustibles, el servicio de la deuda externa y otros.

El problema se genera cuando la exportación de hidrocarburos comienza a bajar, y sube la importación de combustibles, bienes de capital para las empresas públicas y el pago de la deuda externa, provocando la caída de las Reservas Internacionales Netas del Banco Central de Bolivia (BCB), algo que, habiendo sido ácidamente criticado por los políticos y analistas -en su mejor intención, tal vez- produjo un cambio en las expectativas de la gente por el temor de una devaluación, ocasionando procesos especulativos, y que el dólar desaparezca y suba de precio por la mayor demanda de quienes pretendían refugiarse en la divisa estadounidense para precautelar el poder adquisitivo de sus ahorros, aunque se sabe que cuando las expectativas se tornan negativas, la eficacia de las políticas públicas se neutraliza y eso es lo que ocurrió.

Para agravar la situación, en 2023 las exportaciones bolivianas cayeron 2.800 millones de dólares; el país perdió 700 millones de dólares por el déficit comercial y, como no hubo el superávit de 1.700 millones del 2022, los recursos faltantes superan los 5.000 millones de dólares, de ahí que, no es que los exportadores no traigan su dinero al país y no es que los exportadores tengan la culpa de lo que está pasando, mucho más, cuando el sector sigue apostando por Bolivia pese a lo agreste del contexto externo, los insufribles bloqueos internos y la falta de una agenda público-privada de corto, mediano y largo plazo.

¿Cómo solucionar la falta de divisas? Exportando más, en el sector privado, hasta inundarnos de dólares y que baje su precio por la abundancia. En el sector público, lo propio, aunque para ello debería invertir más, pero como no hay tiempo, quedan como opciones: Bajar sus importaciones, v. gr., dando todas las facilidades para que los privados importen combustibles sin pagar tributos, ni siquiera el IVA; mejorar la tasa de los bonos en dólares del BCB permitiendo que personas jurídicas nacionales inviertan en ello y, subir el endeudamiento externo.

Lo que de ninguna manera se debería hacer es, controlar el comercio exterior, no solo porque podría llevarnos a repetir la nefasta historia de hace 40 años con la hiperinflación, sino, porque la entrega obligatoria de divisas termina afectando a la exportación, y la asignación de divisas para importar, acaba siempre en corrupción.

De ahí que, entre la poco feliz advertencia del Presidente del Estado, que cayó como un balde de agua fría sobre los exportadores, y la posterior aclaración del Ministro de Economía y Finanzas Públicas, me quedo con esta última, por el bien del país, cuando dijo, “Montenegro: No vamos a aplicar ninguna medida de obligatoriedad para traer divisas al país”

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¿Que hacemos con los judíos en Bolivia?

El sionismo mundial se ha destapado con el genocidio de Palestina. Es decir, con el encubrimiento de los gobiernos occidentales en esa masacre racista, colonial e imperial. Los gobiernos árabes también se han visto en su realidad completa: complicidad con el sionismo. Esas oligarquías árabes no se arriesgan a defender a su propia sangre, sino seguir nomás con sus negocios con el mundo occidental y sionista. Pues el modelo capitalista es eso, negocios sobre la sangre de los pueblos. La historia nos ha ratificado muchas veces esa receta capitalista. Negocios son  negocios, no importa la destrucción del mundo: del hábitat ni del humano.

En Bolivia tampoco hacemos mucho. Quizás por consciencia de que somos periferia de la periferia, donde no tenemos influencia alguna en el mundo. Quizás por el momento de crisis política profunda que pasamos. Si vemos las universidades, por ejemplo, no tienen idea de lo que está sucediendo en el mundo; ni lo que sucede en nuestro país. Las federaciones de estudiantes hoy no son ni mínimamente revolucionarias. Están sumidas en la corrupción generalizada para sacar ganancias como sea. Están en competencia en cómo corromperse; no cómo hacer protagonismo político.

No hubo ninguna marcha multitudinaria por Palestina. Cuando en varias partes del mundo, incluido los propios Estados Unidos, los estudiantes y el pueblo en general están en las calles reclamando a occidente que frene el genocidio en Palestina. En Bolivia pues nos sumergen las pequeñas cosas de la política, hasta nublarnos de los acontecimientos que marcarán un antes y un después en el mundo. Ni modo.

Sin embargo, Bolivia tiene una colonia de judíos llegados en distintas épocas de nuestra historia. Hay los llegados durante la segunda guerra mundial, que eran unos miles. Y hay de todo, como en cualquier grupo humano. Los buenos y los no tan buenos. De hecho los judíos fueron nomás parte de los planes racistas de las oligarquías criollas, para blanquear al país. Porque eran los planes más importantes de las clases altas en toda la historia de Bolivia.

Hoy esas colonias judías no dicen nada respecto del genocidio en Palestina. Su silencio es cómplice de lo que sucede con el gobierno criminal de Israel. Considero que el gobierno de Bolivia tendría que tomar cartas en el asunto. Cierto que es un tema delicado; pero si la inacción es  nomás cómplice de lo que sucede, tendríamos que empujar a nuestros líderes a ejercer algún tipo de presión para hacer que los judíos reaccionen contra ese genocidio. O pues, los gobernantes de Israel sepan que puede haber consecuencias mundiales de sus hechos criminales.

Los políticos tontos de Estados Unidos, siguen ciegos frente al mundo. Sólo tenemos que ejercer soberanía respecto de Palestina. Insisto en que quedarnos sólo con las noticias, es realmente complicidad e inutilidad como país. Es seguir siendo periféricos y tercermundistas, esperando las migajas del norte. Porque podemos ejercer soberanía solidaria con naciones, como Palestina, que están sufriendo en carne propia colonialismo y racismo. Fenómenos que también hemos sufrido en estos siglos y aun no acabamos de liberarnos, porque tenemos errores internos que no nos permiten cumplir los sueños de nuestros ancestros.

Sólo los pueblos conscientes son los portadores de su libertad. Los pueblos esclavos no pueden por supuesto ejercer nada. Nosotros somos conscientes de que si no ejercemos nuestros derechos en concreto, seremos esclavizados por el poder del sistema. El derecho a la protesta en solidaridad con el pueblo Palestino, es un llamado para hacer frente a la soberbia e impunidad del sistema occidental. 

Los judíos en Bolivia tienen que saber en el país en que están. No pueden ser colonia cerrada, es decir sin respetar las costumbres y mentalidades de nuestro país. Este país les acogió en solidaridad a lo que sufrieron, sobre todo durante la segunda guerra mundial. Por tanto, tienen que saber que las consecuencias de quedarse tienen que ver con asumir nuestras costumbres, nuestras banderas, nuestro himno nacional y nuestra constitución. Lo contrario, les invitaría a dejar de ser bolivianos y en efecto dejar nuestro país.

La política internacional nos empuja a ser más estratégicos con el mundo. Es una transición compleja que por hoy no sabemos a dónde se dirige. Al menos sabemos que se termina por fin el mundo unipolar injusto y depredador. Ese de los lindos discursos hipócritas en las NNUU, y de los bombardeos de tantos países y regiones, causando millones de muertos en nombre de la democracia y la libertad.

La política internacional nos exige determinación desde nuestra soberanía. Hoy determinación en favor del pueblo palestino. Nos exige que pidamos una postura clara a los judíos bolivianos. Nos exige que desde la periferia podamos ejercer algún tipo de presión, contra la impunidad de los asesinos de Israel. En definitiva, que no seamos inútiles frente a la historia; frente a los exámenes que nos pone la historia.

Opinión
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Acerca del Mensaje Presidencial por el Día del Trabajador

El Mensaje Presidencial pronunciado por el Primer Mandatario del país, en ocasión del festejo del 1º de Mayo de 2024, trajo bastante tela por cortar, con reacciones en el ámbito político, pero, también, empresarial. Como era de esperar, el discurso tuvo un fortísimo enfoque político e ideológico, además de consagrar por Decreto lo que aguardaba la otrora gloriosa Central Obrera Boliviana (COB), presente en el Acto Oficial: el incremento del 5,85% al Salario Mínimo Nacional y del 3% al Salario Básico, obligatorio para el sector empresarial que trabaja en el campo de la legalidad y la formalidad. 

¡Todo el discurso fue para los trabajadores, nada para los empleadores que deberán soportar esta carga en momentos muy complicados, cuando importante hubiera sido escuchar a quienes son los verdaderos protagonistas del desarrollo siendo que no hay lugar a la disquisición sobre “el huevo o la gallina”, ya que de los empresarios dependen los empleos dignos para los trabajadores! 

En este contexto y por su importancia, voy a dedicar esta columna a proyectar el sentir de un profesional y dirigente del sector agropecuario, quien tuvo la gentileza de compartir conmigo sus preocupaciones que, con seguridad, reflejan el pensamiento del sector agropecuario nacional, me refiero al Lic. Mario Moreno Noorthoorn, Presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz, Sorgo, Frijol y Cultivos Alternativos (PROMASOR), un sector estratégico para la alimentación, tanto humana como animal. 

La primera observación de Moreno tuvo que ver con la parcialización y el sesgo que notó en el Mensaje Presidencial, abiertamente direccionado a sectores que lo apoyan, para él, por un oportunismo de los dirigentes de la COB y de otros sectores amparados en la política barata tradicional que tanto daño hace al país, y que es de nunca acabar: vivir aprovechándose de la burocracia estatal, malversando los escasos recursos e imponiendo inversiones improductivas, que bien podrían ser usados para atender prioritariamente necesidades importantes en cuanto al servicio público social y/o para inyectarlos al aparato productivo privado, a fin de garantizar un mejor resultado, generar una rotación dinámica de reposición y su retorno para la reinyección al sistema, en el menor lapso posible. 

Al productor del agro no le gustó “nadita” que, mientras el sector privado que goza de independencia política y tiene capacidad de reacción productiva inmediata, arriesgando y generando su propia economía con sus iniciativas, asumiendo riesgos y aplicando su ingenio para la inversión, la Administración Pública “está en otra” y no acompaña el quehacer del desarrollo productivo, aunque, pese a tal adversidad, sigue insistiendo y produciendo, aportando fuentes de empleos dignos a lo largo de la gran cadena de servicios conexos al sector. 

Moreno cuestiona: “¿Qué podemos hacer para ser escuchados y que se nos dé la debida atención, cuando a otros sectores que son afines políticamente se los atiende y alaba, sin importar que sean improductivos y, además, una carga social? Es lamentable que se nutran políticamente de tales sectores que circunstancialmente tienen vigencia y usufructúan del poder; vivimos en un círculo vicioso, no cambiamos; cada nueva Administración gubernamental hace y deshace las políticas públicas de acuerdo a su conveniencia y línea político-partidaria; pero, no somos ni tontos ni miopes para no darnos cuenta del daño que se hace al país, postergando generaciones que se desilusionan y buscan nuevos horizontes, migrando a otras naciones en busca de oportunidades. Es incomprensible que, cuando a los gobernantes se les brinda abiertamente propuestas de alianzas público-privadas para un trabajo conjunto, no se avance”. 

Según Moreno, el sector del agro -particularmente el que él representa- se siente discriminado -excluido del Mensaje Presidencial del 1º de Mayo- direccionado solo a un segmento de la población, con claras intenciones políticas en función de las próximas Elecciones Nacionales del 2025, de ahí que recomienda tener cuidado a la hora de actuar como sector agropecuario independiente, a fin de no ser utilizados solo “para la foto” haciendo creer a la sociedad que se está en sintonía con el Gobierno, en el sentido positivo y productivo, pese a que el diálogo no da fruto. 

Y, concluye: “¿Acaso la álgida situación que estamos viviendo no es producto de las malas inversiones y toma de decisiones, expresiones ellas de una deficiente política económica que provoca la escasez de divisas y la reducción de las Reservas Internacionales del país, que volverán luego como un `boomerang` y provocarán un estancamiento económico? Espero que no sea demasiado tarde para tomar buenas decisiones de política económica y que no reaccionemos de manera tardía para la recuperación de nuestra fortaleza; ojalá no quedemos entrampados con compromisos internacionales en cuanto a un endeudamiento externo que signifique postergar el desarrollo y frustrar el futuro de muchas generaciones”.

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Coyuntura apocalíptica mundial

Bolivia no es una isla en el mundo. Pensar eso sería estúpido, como irresponsable. El mundo nos afecta inmediatamente, aun estemos en la periferia de la periferia. Lo cierto de la coyuntura mundial es que occidente se encamina al abismo otra vez. La guerra de Ucrania ha despertado a los demonios guerreros de occidente, que empiezan su fiesta con sangre y terror como su cultura les llama otra vez. Las mentalidades guerreras y cavernarias se hacen con los Estados de occidente. Lo que viene ya lo sabemos por experiencia.

Pero a pesar de esa coyuntura diabólica  guerrera, Bolivia debe seguir nomás sus propios objetivos estratégicos. En primer lugar luchar por el pleno empleo, porque sin empleo no hay nada en todo lo demás. Todavía no nos recuperamos de la tragedia del coronavirus, que nos afectó a nivel del empleo. La miseria y pobreza siguen por nuestras calles, si bien hemos avanzado en estos años no hemos resuelto el asunto del empleo. 

Es verdad que el fenómeno de lo que se llama informalidad, desde siempre ha sido un colchón importante; aunque nunca fue ni es la solución para enriquecer a la sociedad. Esa inercia de la pobreza y la miseria no será posible romper sin el pleno empleo, como política de Estado siempre en consensos con todos los sectores de la sociedad civil. 

Lamentablemente no tenemos consensos grandes de sociedad. De estrategias de Estado con la sociedad. Las universidades desde siempre están en otro tren, formando gente sin saber a dónde enviarán tantas personas, en sentido laboral. Esa ceguera tradicional, jamás se enfrentó desde las estrategias de Estado. Las nuevas generaciones están siendo abiertamente engañadas, colectivamente engañadas, porque no saben si sus estudios servirán de algo, o en qué áreas de las estrategias del país. 

Tampoco tenemos consensos con las instituciones privadas; sean estas empresas, fundaciones o instituciones de la cooperación internacional, como con los municipios sean estos rurales y ciudades intermedias. Todos caminamos con los ojos cerrados respecto de la creación de empleo: es el azar total. Pues semejante irresponsabilidad colectiva, sólo nos condena a la pobreza y miseria en todas las clases sociales.

Como decíamos, el mundo se encamina al abismo a la cabeza de la civilización occidental. A la cabeza de los norteamericanos, que les gusta culturalmente la guerra y la impunidad de la guerra como negocio capitalista. Con ellos todo el mundo camina a una crisis económica de dimensiones catastróficas. Los pueblos del mundo se empobrecen, porque los recursos económicos se dirigen a las industrias de la guerra, a los ejércitos improductivos pero necesarios en estos tiempos apocalípticos. 

Ese fenómeno irresponsable de los occidentales, nos afecta; pero tenemos que ser inteligentes para al menos resistir en mejores condiciones. Desde la periferia no podemos definir nada, ni siquiera podemos hacer algo frente al genocidio de Palestina. Sin embargo, podemos prepararnos de mejor manera ante esta coyuntura guerrera y cavernaria. Eso es tener estrategias nacionales de consenso para crear empleo. Es decir, hacer patria y ser responsables con la historia en estos momentos peligrosos para todo el mundo.

No podemos dejar de pensar en estos posibles escenarios de la guerra real. Los occidentales están ciegos, como clases altas, y están corriendo a esos escenarios. Desde Bolivia tenemos que pensar en esa posibilidad. Prepararnos para lo peor, reforzando nuestras estrategias de Estado. Insisto que la creación de empleo, hacia el pleno empleo, es estratégico como contención de la pobreza en los posibles escenarios guerreros del mundo.

Estamos lamentablemente en coyunturas apocalípticas. La historia definitivamente no nos ha enseñado nada, de las experiencias amargas del pasado. Seguimos nomás como ciegos históricos, sin ver el pasado y peor no aprender nada de las tragedias humanas. Repitiendo errores que nos conducen al abismo. Como país tenemos que ser capaces de enfrentar esos enormes desafíos, de los que no somos culpables. 

No podemos ser irresponsables con nuestro pueblo, que ya está castigado con las crisis actuales del sistema. Los escenarios que se vienen no son buenos ni positivos, que nos exigen total capacidad profesional y amor a la patria para enfrentar los escenarios posibles. Dejar al azar de los acontecimientos es ser analfabetos funcionales e irresponsables, con la historia de nuestro pueblo y con la misma historia.

El siglo XXI y nuevo milenio nos deparan tragedias mundiales no pensados e imaginados. La civilización occidental sigue siendo el motor del capitalismo. Ese capitalismo que no resuelve el Vivir Bien del mundo, sino todo lo contrario. Hace de este mundo un lugar poco habitable, poco amigable para la naturaleza. Sin embargo, sus autores y ejecutores están ciegos y totalmente robotizados sin ver otras alternativas, ni posibilidades para mejorar la vida de miles de millones de seres humanos, de sistemas ecológicos condenados a la muerte por el sistema capitalista.

Al menos en Bolivia seamos más responsables con nosotros mismos. No podemos frenar la locura occidental. Frenemos la pobreza creando empleo para todos.

Opinión
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La decadencia de otro imperio

Desde las páginas de la historia universal, sabemos bien de la decadencia del imperio romano, como de la decadencia del imperio inglés, por ejemplo. Pero ahora estamos asistiendo a la decadencia del imperio estadounidense. En este caso, muy parecido a la decadencia del imperio romano: decadencia moral, ética, económica y social. Asistimos al derrumbe de uno de los imperios más poderosos de la historia moderna universal. 

La decadencia y destrucción interna del imperio estadounidense, tiene por supuesto sus propias características. El mundo se entera que este imperio estaba totalmente contaminado de sionismo, dominado por el sionismo israelita. Reacciona brutalmente en su caída contra el mundo, sobre todo contra los posibles competidores de nuevos imperios. Las guerras son las principales recetas en esta caída y decadencia. 

Entre los aspectos más notables de esta decadencia están en lo ético y moral. El genocidio de Palestina pone en absolutamente evidencia su profunda decadencia, es decir su postura enteramente racista y colonial, es desde todos los puntos de vista la pérdida total de lo ético y moral. En esa línea, la represión a los estudiantes de cientos de universidades que protestan en contra del genocidio de Palestina, es también muestra de su decadencia pues eso de democracia occidental y libertad de expresión, han pasado al basurero de su historia. No existe democracia alguna, ni libertad de expresión. Todo forma parte de los discursos vacíos de las oligarquías estadounidenses.

Estados Unidos cuenta con más de 50 millones de pobres, incluso miserables en sus ciudades sin acceso a salud y educación. Condenados por el mismo sistema, terriblemente justificados por el sistema. Teorizados por el sistema insostenible; que increíblemente aún tiene sus defensores entre sus académicos, que creen tontamente que ese sistema es el único potable en el mundo. Los números y las matemáticas que supuestamente demuestran ese poderío, son sólo justificaciones ideológicas, pues ese derrumbe moral y ético en primer lugar; después económico y tecnológico, es demasiado evidente.
Su historia está bañada y teñida de sangre, desde los inicios de su creación como país. Ha generado sus propios genocidios: indios norteamericanos en la llamada conquista del oeste, probablemente millones de muertos entre las culturas indígenas en los territorios conquistados y robados. Historias que están muy poco investigadas y encubiertas por la historiografía oficial. Ni qué decir del genocidio de negros esclavos.

Como imperio es culpable directo de las dictaduras militares en América Latina. Crueles sistemas de gobierno que asesinaron en masa a obreros, indios, etc. Cuando a las oligarquías gringas les daba la gana, ocuparon varios países en América Latina para asesinar a dirigentes sociales, intelectuales o gobernantes que no comulgaron con los abusos del imperio.

En los últimos tiempos, están las brutales intervenciones impunes en Vietnam, Irak, Afganistán. Lugares donde sembraron muerte, miseria, destrucción total de países enteros, migraciones de millones de personas por aquellas guerras. Es decir, sembraron el infierno en la tierra de manera impune. Pues jamás se hará justicia por tantos millones de muertos, destrucción de patrimonio mundial y de violaciones a los derechos humanos. Ese es el rostro más claro y nítido del imperio estadounidense, que en los discursos de todos sus presidentes se bañan hipócritamente con los conceptos de democracia, libertad de expresión, protección a los derechos humanos. Conceptos que sólo sirven en el territorio del imperio, para algunas clases sociales altas.

Hoy están en crisis profunda. A pesar de su enorme poder económico, producto de su posición colonial e imperial también financiero. El crecimiento de otras regiones en el mundo, en el sentido económico y tecnológico, compite directamente con el poder del imperio. Y estos, más allá de sus discursos hipócritas, no tienen una posición de consensos democráticos, sino todo lo contrario. Al extremo de acudir a las recetas de las guerras, para imponer su poder y seguir creciendo económicamente vía venta de armamentos y muerte. 

China, Rusia, India, Irán y otras regiones del mundo, se han puesto en la tarea de mejorar y crecer económica y científicamente. Muchos de estos países ya significan una competencia directa con el imperio. A pesar de sus dificultades internas, en el orden político y social, son competencia. Sin embargo, el imperio impone sanciones, boicot, guerra sucia secreta contra dichas regiones. Porque ya es impotente ante los avances científicos y tecnológicos de esos países.

El sueño americano, saciado sobre la sangre y muerte de los indígenas norteamericanos, hoy es la pesadilla mundial real. Ese poder que tiene raíces en la sangre de los indígenas norteamericanos, como en el saqueo de las riquezas de América Latina, se derrumba ante los ojos de todo el mundo. Evidencia de su decadencia es su destrucción en lo ético y moral, sobre todo en sus oligarquías armamentistas y financieras. Que afectan directamente en sus poblaciones: drogadicción, suicidios, racismos extremos, asesinatos en masas todos los días en cualquiera de sus ciudades.

El sueño americano se ha convertido en la peor pesadilla mundial. Pues aquel crecimiento económico al infinito, produce hoy miseria creciente por todo el mundo. Que produce migraciones de millones de seres humanos por todo el mundo. Ese sueño americano que es el mayor culpable de la contaminación mundial, es decir del cambio climático desastroso.

Ha llegado la hora de la debacle del imperio estadounidense. Es peor que la debacle del imperio romano, porque ese monstruo imperial es más peligroso cuando está herido: reacciona con muerte y destrucción por todo el mundo. Son coletazos muy peligrosos, que por supuesto durarán varios años. 

Opinión
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¿Realmente hay diferencias entre Trump y Biden?

A simple vista existen diferencias entre el republicano Donald Tump y el actual presidente estadounidense demócrata, Joe Biden. Los medios de incomunicación mundial, así lo reflejan. Muestran a Biden como realmente demócrata frente al cavernario y antidemócrata de Trump. Sin embargo, cuando miramos con la lupa la política norteamericana simplemente constatamos que ambos jerarcas de la política imperial no tienen diferencias. Se parecen tanto, como hermanos gemelos, que coinciden totalmente con el atropello a todo el mundo respecto de las sanciones económicas, vigilancia antidemocrática mundial, defensa del capitalismo totalitario destructivo de la naturaleza, asesinatos en masa como en Palestina, y por supuesto exportación de su “democracia” a todo el mundo, vía bombardeos y destrucción masiva.
 
Los intereses mundiales del imperio norteamericano, no dejan dudas de sus alcances planetarios, para la expoliación, el robo de las riquezas financieras, el saqueo del patrimonio de los países dependientes. En definitiva, la imposición del modelo insostenible del capitalismo salvaje. Los enormes esfuerzos que hacen, desde aquellas oficinas imperiales, para demostrar al mundo su modelo, sólo evidencian sus formas de encubrimiento total del fracaso reverendo del modelo capitalista; “democrático y liberal”.
 
A estas alturas considerar que los Estados Unidos tienen democracia, es admitir que la iglesia católica es santa. La represión que sufren los universitarios de tantos centros universitarios, que se manifiestan en favor del pueblo palestino, desdice tanta manipulación de los medios de incomunicación gringa. Los abusos cotidianos a los negros e hispanos indocumentados, por parte de la racista policía; el apoyo vergonzoso de las finanzas judías norteamericanas, al genocidio en Palestina, pues son apenas unos ejemplos de tantos en donde vemos la degradación total del imperio norteamericano.
 
Aquel sistema racista en esencia, manejado por las oligarquías más poderosas de blancos que tienen miedo del mundo, donde habitan otras culturas y razas se asemejan a guetos o islas, que están rodeados por bárbaros o salvajes que son un peligro para su “democracia y libertad”.
 
De hecho su modelo de “democracia” siempre fue elitista, que se asentaba y se asienta sobre las oligarquías autóctonas más corruptas en todas partes del mundo. Los latinoamericanos tenemos suficiente experiencias con tantas dictaduras militares y civiles de corte “democrático” gringo.  Experiencias del saqueo y de imposición de esos modelos, absolutamente incoherentes para nuestras realidades.
 
En los últimos tiempos, las crisis del sistema capitalista han empobrecido a los obreros y poblaciones del mundo. Estos se han puesto la tarea de emprender y migrar al mismo centro del sistema. Millones de pobres y desplazados del sistema migran a los Estados Unidos. Sin embargo, esas poblaciones blancas y racistas les consideran bárbaros y salvajes, que no merecen vivir en la “democracia norteamericana”. Pero los bárbaros y salvajes, no se rinden a pesar de la muerte y los riesgos donde niños y viejos, son los primeros en sufrir atropellos de los colaterales del sistema, intentan entrar al sistema para sobrevivir. Los sueños americanos, son sólo para los blancos y racistas; no para los bárbaros y salvajes del sur del mundo.
 
Asistimos como a una película de Hollywood, la caída de las máscaras imperiales de su “democracia”; de sus “sueños americanos”, del despilfarro mundial de las riquezas saqueadas durante siglos y empleadas en industrias de armas, de tecnologías de la muerte y cómo no de frivolidades insostenibles gringas, para seguir el festín de la muerte y el saqueo mundial.
 
Cierto que otros modelos llamados alternativos también fracasaron. La URSS fue un ejemplo de ese intento. La corrupción humana es uno de los temas no atendidos; que en todos los sistemas se pudre y destruye totalmente los intentos alternativos.
 
Hoy, es el capitalismo salvaje el imperante y el que vemos cómo se autodestruye desde los mismos Estados Unidos. Porque sus valores y ética ya no funcionan, si es que alguna vez funcionaron. Ese capitalismo de blancos y racistas, que tienen miedo del mundo. Tienen miedo de los bárbaros y salvajes que llegan en masa al imperio. Tienen miedo de perder su poder que ya lleva siglos de destrucción mundial.
 
Por tanto, esos poderosos intereses tienen que ser defendidos por demócratas y republicanos por igual. Por tanto, políticos de pinta como Trump y Biden no tienen diferencias algunas para seguir bombardeando países, para seguir castigando con las finanzas a quiénes no se arrodillen, para seguir castigando al mundo si es que no obedecen las órdenes de los “democráticos y civilizados” norteamericanos.
 
El racismo imperante con los cosméticos de la “democracia” norteamericana, siguen siendo la raíz del poder anglosajón. Ese poder que se les termina desde adentro mismo del sistema, que se corroe en su propia podredumbre. Palestina, Ucrania, Yemen, Sudán, son sólo nombres de lugares donde el imperio se corroe en la sangre ajena. Como siempre fue.
 
No hay diferencias entre Trump y Biden, son sólo matices y discursos de moda, que quieren escuchar sus lacayos.
 
                                                                                          La Paz, 5 de mayo de 2024

 

Opinión
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¡Felicidades a los trabajadores y a los empresarios trabajadores!

¿Qué se celebra cada 1º de Mayo? En el mundo entero se recuerda el “Día Internacional de los Trabajadores”, en Bolivia y en otros países, el “Día del Trabajador”. Pero, si tal festejo está dedicado solamente a los obreros, oficinistas y burócratas -empleados, todos- y se excluye a quienes son los que generan las fuentes de empleo, surgen dos preguntas adicionales: Los empresarios ¿no trabajan? Y si de veras trabajan ¿cuándo se hará un merecido homenaje a quienes lo arriesgan absolutamente todo para producir bienes y servicios, crear riqueza, pagar impuestos al Estado y dar empleo a los trabajadores? 

El justificativo histórico para que el 1º de Mayo sea dedicado exclusivamente a los trabajadores tiene que ver con las luchas reivindicatorias y conquistas de la clase trabajadora, el movimiento obrero, los proletarios y obreros que al no tener medios de producción, su sueldo resulta de la venta de su trabajo, de su “desgaste sicofísico”, una retórica aplicable a la era de la Revolución Industrial, hace varios siglos atrás. Entonces, otra pregunta: ¿El empresario no se desgasta sicológica y físicamente, cuando arriesga a la hora de invertir y producir? 

Sinceramente, me duele tal discriminación, no porque los compañeros asalariados no tengan el derecho de festejar sus victorias sociales, sino, porque, estrictamente hablando, me animaría a decir que, casi por definición, en la generalidad de los casos, un empresario, hombre o mujer -micro, pequeño, mediano, grande- trabaja muchas más horas que sus dependientes, incluso hasta comprometer su salud sin que a sus empleados les importe un bledo. 

No lo digo despectivamente, de ninguna forma, porque los obreros, oficinistas y burócratas, absolutamente todos merecen mi mayor respeto en su condición de seres humanos, tal cual son, los empresarios. De ahí que, me gustaría escuchar por una vez en la vida, que un gobernante que se precie de estadista, visionario y, sobre todo, equilibrado en sus conceptos, manifieste la valía de los empleadores y no exalte solo a los empleados, así lo primero no sea políticamente correcto, pues se haría justicia al decirlo. Mi papá fue militar, instructor, obrero, profesional y empresario, sé de lo que hablo… 

Que los empresarios tengan que “ganar”, no debería ofender a nadie, ni producir envidia en quienes no crean empleo, porque a diferencia del empleado, que a fin de mes tiene asegurado su sueldo y lo haga bien o mal, cobrará su paga, pues la ley así lo establece, el empresario debe sudar la gota gorda para ello y, les aseguro, no es una tarea fácil. 

Cuando alguien se emplea para “vender su trabajo” sabe a qué atenerse, no depende del mercado sino de las leyes que obligan al empleador a pagarle, le vaya bien o le vaya mal. 

Es triste oír que cuando se dice “obrero” o trabajador, inmediatamente se piensa en alguien super esforzado, pobre, triste y hasta explotado, pero cuando se dice “empresario”, todo cambia, el imaginario vuela, se visualiza a un potentado, un explotador de las masas nadando en dinero, exitoso, siempre alegre, descansado como si el dinero cayera del cielo. Pero, no es así, y es una injusticia dar un errado protagonismo a quien no es el principal actor. 

¿Quién tiene la visión para hacer negocios? El empresario. ¿Quién arriesga su capital, su patrimonio familiar o saca un crédito para un emprendimiento? El empresario. ¿Quién organiza la producción de los bienes y servicios que consumimos? El empresario. ¿Quién se preocupa de abastecer el mercado? El empresario. ¿Quién planifica para exportar los excedentes y lograr divisas para el país? El empresario. ¿Quién ayuda al crecimiento y a la estabilidad económica? El empresario. ¿Quién paga impuestos para que el Estado pueda financiar su política social? El empresario. ¿Quién genera fuentes de empleo? El empresario. ¿Quién aporta a la seguridad social de sus contratados? El empresario. ¿Quién contribuye a nuestro bienestar? ¡El empresario! 

Cuando un empleado entra a la fábrica, oficina o comercio donde trabaja, solo se debe preocupar por él y su familia, no así el dueño de esa fábrica, oficina o comercio, que debe preocuparse, además de sus empleados, por sus familias. 

Al empresario todos le reclaman una y otra cosa; raramente alguien se jugará por él; nadie le perdona una deuda, así el negocio esté mal; si el exceso de trabajo pasa factura a su salud, no lo consentirán; nadie reconoce ni valora su sacrificio, al contrario, hasta hablan mal de él; si las cosas van bien, habrá aduladores, pero nadie a su lado si las cosas no funcionan, pese a su esfuerzo; nadie lo ayudará, muchos lo criticarán y el Estado no le perdonará un peso. 

“Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir; otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar y muy pocos lo miran como el caballo que tira el carro”, dijo Winston Churchill, ex Primer Ministro del Reino Unido. ¡Qué pena! 

En este 1º de Mayo, felicito a los trabajadores, pero no solo a los empleados, sino, también, a los empleadores… ¡A los empresarios!

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Los nuevos proletariados

El mito de la modernidad se devalúa cada vez más, ese sueño de riqueza por doquier y felicidad en el sistema son palabras huecas que se lo lleva el viento. Los proletarios de todas las épocas son testigos del engaño sistemático, a que siguen sometidos por las promesas poéticas de la modernidad. Porque la explotación, la expoliación, el saqueo colonial de las riquezas son las constantes de los siglos, desde el siglo XVI. 

El gran proletariado minero de los años 40 hasta los años 80 del anterior siglo, que sobre sus enormes sacrificios caminó y avanzó la Nación, hoy sólo es recuerdo de entereza, de valentía, lucha y entrega total de vidas en las dictaduras. Todo por la enorme responsabilidad histórica de sacar adelante la dignidad del país. Ese proletariado ni siquiera fue homenajeado por su entrega desinteresada a la Patria. Los muertos, heridos, exiliados, hoy son los olvidados por la historia.

Los nuevos proletarios de la postmodernidad tienen educación incluso universitaria, técnica, industrial y tienen tecnologías de la información a su disposición para ser mejor explotados. Porque la sofisticación de la explotación es todavía más cruel en estos tiempos modernos, o postmodernos. Paralelamente los nuevos proletariados están desprovistos de instrumentos ideológicos, y formación política es demasiado esperar por la inutilidad de los partidos que se dicen de izquierda. 

En Bolivia los nuevos proletariados tienen que ver con gastronómicos, informáticos, vendedores ambulantes, etc, etc. Jóvenes en la mayoría de los casos, que sobreviven en las ciudades peleando milímetro a milímetro los pocos puestos de trabajo que hay. Los sueldos de miseria y sobrevivencia, hacen realmente un cuadro digno de aquellos que denunciaba Carlos Marx en las ciudades europeas, que se jactaban con la primera revolución industrial del siglo XIX. Pues sí, las condiciones económicas y sociales no han cambiado en esencia, sino la coyuntura y los nuevos escenarios mundiales totalmente caóticos gracias al modelo capitalista.

El deterioro mundial del proletariado es evidente. Los nuevos proletarios por el mundo tienen mejor formación educativa o académica; sin embargo, lo objetivo es que las condiciones económicas se han encarecido, y eso de aspirar a vivienda o dignidad no existen. 

A lo largo de estos últimos 40 años, el capitalismo salvaje ha tomado las riendas de muchas sociedades. Los resultados son elocuentes: mayores diferencias de clase y económicas, corrupción generalizada, pérdida de conquistas sociales, brutalidad política en las calles y total ausencia de ideas en lo político e ideológico. En definitiva: triunfo del capitalismo salvaje. Ese capitalismo de las finanzas oscuras de la trata de personas, del narcotráfico, del contrabando, de los bancos sin ley alguna. 

Los obreros actuales tienen que lidiar con obstáculos más poderosos para sobrevivir. Prácticamente abandonados por los otrora partidos políticos, que al menos les apoyaban en los procesos de formación política, en la toma de consciencia para sus reivindicaciones sociales. Además, las divisiones mundiales del trabajo y capital, nos condenaron sólo a ser consumidores de los productos que vienen del norte, destruyéndonos todas nuestras posibilidades de industrialización. Es decir, la precariedad de las condiciones laborales son la moneda corriente en nuestros países. 

Ni siquiera podemos con básicas industrias de alimentos, o al menos micro industrias de alimentos o ropa. El grado de dependencia es sencillamente humillante. Es decir, la total precariedad de las condiciones objetivas laborales. En estos escenarios, los proletariados nuevos sólo tienen como posibilidades pelear como animales hambrientos, con otros proletarios hambrientos. 

Como vemos, las tareas inmensas de reconstruir sindicatos conscientes, capaces de cambiar las realidades más terribles quedan otra vez muy lejos. Pero constatamos también por la experiencia, que obreros y proletarios sin organizaciones, sin formación política e ideológica son totalmente débiles y están a merced del sistema brutal. 

Ciertamente son otros tiempos, son otras coyunturas y momentos históricos. Las coordenadas han cambiado respecto de la toma de consciencia para hacer la Revolución. Lo cual no quiere decir que la explotación se haya ido, o eso que dicen torpemente muchos “cientistas sociales”: que la muerte de los marxismos con el muro de Berlín, ha enterrado la historia de la lucha de clases. Estupidez contrarrestada por la dura realidad de estos tiempos. 

El capitalismo salvaje, ese que tiene ya algunas raíces en el tercer mundo, lamentablemente se ha impuesto. Monstruo de mil cabezas, agujero negro que se traga todas las ilusiones de los nuevos proletariados. Ese sistema antihumano que además ha destruido los sistemas financieros, para convertirse en un sistema irracional y totalmente insostenible por todo el mundo. Haciendo creer que la subida de precios (alimentos, vivienda, educación y salud), es normal y parte de las estructuras comerciales. En realidad en un rotundo engaño mundial, que los piratas de las finanzas inflan en las computadoras del sistema para engorde de ellos.

Pero las lecciones son muchas desde la experiencia del proletariado mundial. Aunque en estos momentos de dureza y de guerras de conquistas capitalistas, de falta de toma de consciencia y de formación política como ideológica, afecten en los resultados sociales. Además del embrujo total hacia el capitalismo salvaje, que es la pelea entre pobres, entre miserables y entre obreros por las migajas del sistema.

En estos momentos duros y complejos, coyunturas en contra del proletariado mundial, tenemos que recordar a los proletarios mineros que fueron traicionados en 1985, y echados a la calle impunemente. Esos son los verdaderos héroes de nuestra historia social y de luchas proletarias mundiales.

Honor a los proletarios de la nacionalización de la minería. Honor a los proletarios y mártires de Chicago. Viva el primero de Mayo!!!

Opinión
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¿Cuál debería ser nuestro sueño, como bolivianos?

“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”, fue la inspiradora y memorable frase acuñada por el empresario, animador y productor de cine estadounidense, Walt Disney, quien no solo llegó a crear un verdadero emporio a nivel de la industria cinematográfica, sino también, a revolucionar el mundo del entretenimiento. Se dice que su sueño fue logrado después de cerca de 300 intentos y fracasos, pero… ¡lo hizo! 

Así como Disney, cada ser humano tiene sueños y aspiraciones, pero no todos llegan a cumplirlos ya que no solo se trata de imaginar o soñar -algo que es fácil y lo hace cualquiera- sino, de esforzarse al máximo para hacerlos realidad, lo que implica acción, esfuerzo y constancia, sabiendo la diferencia que hay entre “motivación” y “disciplina”, y, como digo siempre, entre “aptitud” y “actitud”, ya que lo primero, sin lo segundo, resulta insuficiente para alcanzar el éxito. 

El sueño de todo empresario es invertir para producir y vender bienes y servicios, de tal manera que el premio a su capacidad para satisfacer las múltiples necesidades de la sociedad sea una merecida ganancia. 

En tal virtud, lo primero que hace es analizar el mercado, para luego idear el producto o el servicio a prestar. Queriendo hacer realidad su sueño arriesga su ahorro; de no contar con ello, adquiere una deuda con terceros; y, de ser necesario, compromete su patrimonio familiar y hasta su salud, para hacer las contrataciones necesarias a fin de pasar de lo intangible del sueño a hacer del emprendimiento, una realidad. 

¿Recuerda Ud. quién acuñó el célebre pensamiento, de que el éxito depende en “1% de inspiración y 99% de transpiración”? Fue Thomas Alva Edison quien lo dijo, un inventor, científico y empresario estadounidense, también, para quien ese 1% le llevó a idear una lámpara eléctrica incandescente, mientras que el 99% significó 1.000 intentos fallidos, ya que el foco se le quemaba siempre. Cuando le preguntaron por qué había fracasado tantas veces, respondió que no había fracasado, más bien, había descubierto 999 formas de cómo no hacer un foco. ¿Interesante perspectiva, verdad? 

Lo cierto es que, como ocurre con toda obra humana, es posible que al empresario no le vaya bien en los inicios de su emprendimiento, pero, gracias a Dios, el determinado espíritu que tiene lo anima una y otra vez a vencer la adversidad; a levantarse, si hubiera caído y a seguir adelante con la fe puesta en lograr su sueño. ¡Triste y grave fuera si todos los empresarios se rindieran ante la primera adversidad y levantaran las manos! Las consecuencias serían nefastas, no solo para ellos, que lo arriesgan todo, sino también, para la sociedad. 

El primer impacto de perder a nuestros empresarios sería el desabastecimiento del mercado nacional, con la inevitable y creciente dependencia del abastecimiento externo, conllevando ello un menor crecimiento económico por el languidecimiento de la actividad productiva. 

Desde el punto de vista social, el deterioro empresarial implicaría que mucha gente pierda sus fuentes de empleo, a partir de lo cual los jefes de hogar sufrirían por no poder generar los recursos necesarios para atender a sus dependientes en sus múltiples necesidades de alimentación, salud, educación, etc. 

En lo que hace al Estado, ocurriría que no solo la inversión privada bajaría y el consumo familiar caería, sino que disminuiría la recaudación de impuestos, afectando las finanzas públicas, por tanto, su capacidad de gasto e inversión, lo que llevaría a un deterioro del bienestar en detrimento de la ciudadanía. 

Todo lo contrario pasaría, si desde el Estado se apoyara abiertamente la actitud emprendedora, innovadora y visionaria de quienes saben y quieren hacer empresa en el país, utilizando su imaginación y capacidad para asumir riesgos comerciales en la búsqueda de atender las demandas del mercado interno y de los mercados exteriores, a través de procesos productivos, comerciales y de prestación de servicios basados en la inversión, la tecnología y el conocimiento. 

La consecuencia de ello sería un mayor movimiento económico con más fuentes de empleo digno y sostenible en el tiempo; un mayor dinamismo en el mercado interno, por los ingresos generados para las familias; una mayor recaudación tributaria para atender las necesidades del Estado; finalmente, mayores posibilidades de ahorro privado para ser canalizado a nuevos procesos de inversión. 

¡Este círculo virtuoso de realizaciones debería ser nuestro sueño, como bolivianos! Que el esfuerzo empresarial, inspirado en la búsqueda de una genuina utilidad, devengue a lo largo de la cadena de valor incontables oportunidades de empleo e ingresos para la gente y una mejora del bienestar social, con lo cual, el reiterativo sueño de un mejor país se lo pueda lograr con un Estado que promueva y garantice la iniciativa privada, dentro de la legalidad y la formalidad. Solo entonces, aunque hayamos fracasado tantas veces en el pasado, el sueño de una “Bolivia digna, productiva, exportadora y soberana” podría hacerse realidad.

Buscando la verdad
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El libertario de Milei en Argentina

Milei trajo atención hace unos meses, por sus críticas contra lo que el suponía los totalitarios de la izquierda en la Argentina. De hecho los tremendos errores de la política económica del vecino país, empujaron a las masas obreras y pueblo en general a optar por Milei. Este personaje se decía a sí mismo ser partidario del liberalismo e incluso del anarco liberalismo, totalmente en contra de los supuestos totalitarismos de izquierda. Sin embargo, pasaron unos meses desde entonces, y este sujeto libertario, demuestra que es más totalitario que a quiénes criticaba. Su modelo económico, que es copia fiel de los modelos fracasados del neoliberalismo de los años 80 y 90 del anterior siglo, empieza a sembrar hambre y miseria.

Por tanto, sabemos de ante mano que el hambre y miseria se profundizarán en la Argentina. Y el libertario de Milei no es por supuesto ningún libertario, sino un payaso más de los sectores conservadores de Argentina, que a nombre del liberalismo sólo acude a recetas ultra conservadoras e importadas de países donde sus realidades se prestan a imponer dichas medidas. Por ejemplo Inglaterra o Estados Unidos, países industriales que experimentan con sus poblaciones que han sido totalmente enajenadas de sus realidades, y ya no tienen las posibilidades de pensar en cambios sociales.

Milei es una muestra más de que las clases altas, oligarquías latinas, no se ubican en el tiempo histórico o simplemente siguen nomás anclados en el pasado colonial, o republicano que es casi lo mismo. Su dependencia enfermiza de los centros de poder capitalista, les delata su poca autonomía y poca visión al menos nacionalista en estos países. Milei lo primero que hizo, como perro sabueso, es ir corriendo a los Estados Unidos y arrodillarse ante los burócratas del imperio para esperar su visto bueno. Humillantemente salió en los medios de prensa imperiales, sonriendo con Trump y otros coloniales para decir que es un soldado más del sistema capitalista central. Ridícula manera de empezar siendo elegido por una parte de su pueblo.

Hoy se esfuerza por firmar acuerdos de la guerra fría con Estados Unidos y otros del sistema. Se esfuerza en derrochar dinero comprando chatarra militar, como aviones y otros artefactos de la muerte gringa. Realmente, este personaje pasará a la historia como el más servicial del moribundo sistema capitalista que haya tenido América Latina, en un momento histórico donde el planeta se inclina hacia lo multilateral, como intentos ante el fracaso de occidente en estos siglos de impostura e imposición colonial económica.

Pero es cierto que los Milei abundan por estos lados del mundo. En Bolivia también los tenemos, Tuto Quiroga y otros compinches de la banda. Y no les podemos pedir que piensen por sí mismos, necesitan de recetas externas para decir algo. Necesitan arrodillarse ante sus amos para ser alguien. Al parecer no entenderán de soberanía, o de nacionalismo por lo menos. Sabemos que los intereses de sus amos son muy poderosos, por lo que es demasiado soñar que estos oligarcas piensen por sí mismos. La experiencia nos dice que los conceptos de  soberanía, patria, Nación y Estado soberano, son conceptos que se construyen en las trincheras de las luchas sociales. Son conceptos que denotan experiencias de consciencias superiores desde las conquistas sociales. Aspectos que por supuesto están fuera del entendimiento de los Milei o Tutos Quirogas.

El neoliberal de Milei terminará endeudando a la Argentina. Además sobre la base del hambre y la miseria de los obreros, de los trabajadores. A nombre de combatir contra el comunismo y sus huestes totalitarias, impondrá las recetas del neoliberalismo más conservador y totalitario posible, vendiendo a su país al mejor postor del sistema. Experiencias que hemos pasado a lo largo del continente en todos estos siglos. 

Con Milei no hay novedad al respecto. Sino más de lo mismo, de lo conocido en la historia del hambre y miseria de nuestros pueblos. Recetas importadas y modelos fracasados en lo económico y social; pero justificados desde los enormes intereses comerciales de las potencias. Milei sólo es el payaso del circo; que se hace al sionista en el muro de los lamentos, después se presenta en los salones del FMI, después en las oficinas de los distintos jefes mafiosos de la política norteamericana. Pues no hay novedad sino lo mismo nomás a nombre del liberalismo occidental.

Es una crueldad de cierta manera la política en Latino América. De vaivenes y traspasos de ideologías extremas; pero sin resoluciones de las grandes demandas de nuestros pueblos: trabajo, vivienda, salud, educación y Vivir Bien. Millones de compatriotas latinoamericanos se debaten entre la miseria y la pobreza, sin que sean el centro de la política sino sólo la excusa en todos los discursos ideológicos. 

Milei es la coartada perfecta de los centros de poder, para seguir esquilmando nuestras riquezas, a costa por supuesto de sueldos miserables y países desestructurados, desinstitucionalizados para el saqueo total y legal de todo lo que sea posible. Como vemos, siguen en pie revoluciones postergadas. Revoluciones en serio y sin discursos.

                                                                                              La Paz, 28 de abril de 2024 

Opinión
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