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Yo también quiero resucitar

Tan bella la experiencia que nos hace vivir Jesús, con su misterio de vida. Que bello momento para poder descifrar los detalles del misterio de la salvación. A veces podemos tener una impresión simple, como un hecho importante de la fe, ignorando el significado real de la transformación que nos deja Dios.  La comprensión de su misterio de muerte y resurrección, es algo fundamental; trasciende nuestra fe, como la de toda humanidad.

El triunfo de la vida sobre la muerte, es la primicia para enfrentarnos a todos los signos de muerte hoy. Dios lo pudo con su propia muerte y nosotros estamos confrontados con los problemas y debilidades de hoy. No puede quedarse con un consuelo superficial ante las debilidades humanas, sino que esta primicia es fortaleza de la mirada futura de transformación. Dios lo quiso así.

El relato de la resurrección de Jesús, en los Evangelios es incluyente, fueron las mujeres y de madrugada, antes salga el sol,  se convirtieron en las primeras testigos de la resurrección de Jesús. Lo evidente fue que encontraron la piedra del sepulcro movida. Entraron y no lo vieron, solo todo estaba ordenado. A eso se suma la presencia del  discípulo amado, que cuando entró, vio y creyó. Todavía no habían entendido que según las escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos.        

De esta forma se nos presenta, “la promesa estaba cumplida”. Al tercer día resucitaría de entre los muertos y así fue. Jesús se constituye en la promesa cumplida, es la pascua viva para nosotros. Con esto Jesús había logrado dar ese paso de derrotar ya aquello que humilla, bajonea y deprime al hombre, la muerte.

El pueblo de Israel celebraba la pascua de la liberación de su esclavitud, pero esa pascua en Cristo se transforma en una nueva pascua, en el paso de la muerte a la vida. La Pascua de Jesús es el paso que derrota, también en nosotros, esas cruces que nos humillan, excluyen, marginan y hacen que el hombre este sometido.  Jesús con su irrupción a vida nos da una  nueva pascua.  

Ahí está, por lo tanto una nueva comprensión, lo que para los griegos es una burla, para los que entienden los misterios de Dios, es la certeza de la promesa de Dios. La Pascua de Jesús no es un triunfo de nada, sino la experiencia de la entrega total del Dios que nos da todo. La Pascua de Jesús es el triunfo de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, del perdón sobre el rencor, de la entrega sobre el egoísmo, de la reconciliación sobre la división.

La Pascua de Jesús, su resurrección no es acto revanchista de Dios, ni una demostración de su soberana omnipotencia, es pura cuestión de opciones, el auténtico Dios, apostó por la vida, el amor, la libertad, la justicia, Jesús hizo lo mismo a ese proyecto le apostó para transformarlo.

La primicia de la resurrección nos lo dio el Hijo de Dios que compartió nuestra vida, nos enseñó cómo transformarla. Su resurrección da sentido a la Buena Noticia, al proyecto de construir el Reino de Dios entre nosotros.  

La pascua es la referencia plena, de construir nuestro camino en Dios. Es el momento que nosotros deberíamos de pensar en hacer visible todo lo que Dios quiere para la humanidad. Ese amaos los unos a los otros, como Jesús lo hizo, debe ser la herramienta de mirar humildemente los paso de una conversión continua.

Otro detalles de este día es el ser testigos, y lo seremos de este nuestro Dios de la vida, que es la mayor referencia en nuestro camino. Hoy somos testigos de un Jesús que se entregó hasta las últimas consecuencias, para dar vida y sentido a toda nuestra vida.

Vivir la Pascua nos compromete en cambiar todas esas realidades de muerte, en vida plena.  Dios se ha puesto a lado de la vida. Ahora nos toca, a muchos de nosotros, ser defensores de la vida.  El Reino de Dios es también nuestra responsabilidad, porque es una exigencia del Resucitado.

 

P. Guillermo Siles Paz, OMI.

Misionero y comunicador social 

Palabra y Vida
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Democracia y “proceso de cambio”…

Tenía varios temas en carpeta para esta columna -el alarmante resultado del comercio exterior boliviano a febrero; las consecuencias del Acuerdo Nuclear suscrito por seis potencias con Irán; la Cumbre Agropecuaria en la perspectiva del bajón económico a partir del 2015 entre otros- pero, luego de leer “Somos el discjockey de la fiesta, ponemos música y Patzi (gobernador electo de La Paz) baila, la cortamos y Patzi se sienta” (El Deber, 4/ABR/15) atribuida a Gustavo Torrico, Asambleísta Departamental del MAS, me molestó tanto que me hizo cambiar de opinión.

Decidí abordar este tema, hastiado de ver tanta incoherencia y desubicación en personas que -como si nada pasara en Venezuela, Cuba, Brasil y Argentina, por citar tan solo cuatro ejemplos, de cómo le va mal a la economía cuando las cosas no se hacen bien- en lugar de abonar el terreno para que Bolivia se desarrolle y su población salga de la pobreza y la ignorancia, parecería mas bien que se empeñan en hacer lo contrario.

Como un ciudadano de a pie, que el 29 de marzo de 2015 no solo ejerció su derecho de votar y elegir a sus autoridades subnacionales, sino también su obligación como Jurado Electoral -madrugando y trabajando hasta tarde en domingo- contribuyendo al proceso eleccionario, no puedo sino sentirme indignado al leer semejante disparate de nada menos que un legislador que le debe su cargo al ciudadano que votó por él pese a su pasado, a sus públicos errores y a su organización -Satucos- (¿denominación derivada de Satanás?) asociada a hechos groseros y violentos. Asombrado pregunto, si esta persona está consciente de lo que dice y hace…

Y cuestiono aquello porque entiendo que en democracia las reglas de juego deben ser iguales para todos sin menoscabar la expectativa y la expresión de las minorías ¡mucho menos de las mayorías cuando su preferencia cambia, como hoy es el caso!

Porque así como en el pasado, cuando el pueblo se expresó con su voto a favor de un candidato oficialista y fue respetado, hoy -cuando declina y opta por otro- igualmente se lo debe respetar en lugar de amenazar con castigar tal decisión.

Dicho de otra forma: si los vencedores de ayer fueron respetados, lo mismo debe pasar ahora ya que detrás de cada voto hay una persona que ve, que siente, que razona y que se expresa en libertad a favor de una u otra candidatura.

La democracia es una conquista del pueblo, no un bien privado, como una pelota cuyo dueño -si está perdiendo- la agarra y se va. ¡No dañen su propio proceso de cambio!

(*) Economista, Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 8 de abril de 2015

Buscando la Verdad
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Derrota del corporativismo: ¿Un nuevo periodo?

La aplicación de la Ley de Participación Popular (1994) destronó a los actores sectoriales y empoderó a los ciudadanos territoriales. Ése fue uno de los grandes cambios sociales y políticos que abrió la LPP. Sin embargo, los gremios y corporaciones se agazaparon esperando su turno para volver a tomar el Estado por el asalto. 

El dominio de los actores territoriales y la construcción de una institucionalidad democrática duró poco debido a las propias incongruencias de los partidos por entonces dominantes que, lejos de impulsar un proyecto común, se dedicaron a ponerse trabas y serrucharse el piso entre ellos. 

Si bien Goni empoderó a los actores territoriales, Banzer y los que le sucedieron se encargaron de revivir y reprotagonizar a los actores corporativos, que terminarían, sin medir métodos ni consecuencias, retomando el poder en 2006. 

Es así que la victoria que se dio en 2005 fue la victoria del corporativismo, tendencia de un grupo a defender a toda costa sus intereses, sin tener en cuenta la injusticia que pueda  causar a terceros. Fue característico de las sociedades fascistas y nacionalsocialistas. Esta victoria se expresó en las denominadas organizaciones sociales (OS)  agrupadas en la Conalcam que entraron a repartirse el Estado con la firme idea de no dejarse nunca más destronar. 

Ayudados por una excepcional coyuntura económica en la historia nacional, su soberbia los llevó a perderse en el síndrome del hubris, reforzando su creencia de que estaban en el camino correcto

Todopoderosos, y destruyendo toda institucionalidad, creyeron que podrían decidir, no sólo sobre las arcas del Estado, al cual asaltaron sin medida ni clemencia, sino también sobre la vida y alma de las y los ciudadanos.

Pasándose por encima los criterios de normatividad, eficiencia, control social y sostenibilidad, desde el Gobierno se ejecutaron programas, empresas estatales y fideicomisos dirigidos por los mismos actores corporativos. Junto a esas acciones, la tolerancia estatal al narcotráfico y el contrabando abrieron las puertas a la corrupción y al enriquecimiento rápido e ilícito. 

Y aparecieron los nuevos ricos, no necesariamente como producto del esfuerzo de trabajar la tierra o la industria. Poderosos, económica y políticamente, se creyeron dioses.
Los poderes locales, gobernaciones y municipios, en su mayoría, y allá donde el MAS tenía alta votación, fueron presa de los sectores corporativos. Sindicatos, gremios y ayllus se dieron a la tarea de asaltar a  los gobiernos locales para decidir sobre fondos, cargos y proyectos. El mejor ejemplo de esta situación fue y es el municipio de El Alto, donde el señor Patana era preso del poder corporativo chantajista, expresado en las dirigencias de juntas, gremios y centrales. 

El Presidente, ante las encuestas que mostraban una debacle en El Alto, convocó el día jueves, antes de las elecciones, a una reunión a todos los dirigentes de los poderosos gremios y les pidió que aseguraran el voto en El Alto. 

Los dirigentes de la corporación salieron vivando al Presidente, al partido de Gobierno y jurando que El Alto, una vez más, sería azul, y que la derrota de la oposición estaba reasegurada. ¿Quién osaría enfrentarse a semejantes dioses del olimpo andino?

Sin embargo, los resultados del 29 de marzo de 2015 -como bien lo apunta Ricardo Paz- demostraron que los dirigentes corporativistas eran dioses de barro, dioses sin base social, dioses sin fieles, porque los ciudadanos de carne y hueso, frustrados por la mentira del cambio, cansados de su soberbia, de sus amenazas y de su manipulación, decidieron, en el silencio de la urna, expresar su descontento y rechazo a esos dirigentes arrogantes y corruptos que los usan y manipulan bajo la mentira del cambio.

El voto ciudadano de las elecciones municipales y departamentales, en todo el país, fue la derrota del corporativismo, no sólo en El Alto, sino en siete ciudades más, y el pedido es que el Gobierno tiene y debe cambiar de forma de gobernar y hacer política.

El ciudadano ha derrotado al corporativismo mentiroso, soberbio, rencoroso, confrontacionista y corrupto.

Son los derrotados por la ciudadanía los que ahora buscan culpables. "La dirigencia regional del partido de Evo Morales salió ante los medios de comunicación a exigir la renuncia de los dirigentes sindicales, que supuestamente impusieron candidatos. Mientras los aludidos pidieron que no se metan en sus organizaciones e, incluso, advirtieron que el Jefe del Estado también tuvo la culpa en el fracaso electoral” (ERBOL). 

Son los castigados por la ciudadanía los que salen a amenazar. "El secretario ejecutivo de la Federación de Gremiales de El Alto, Braulio Rocha, manifestó que él se convertirá en ‘la pesadilla de Soledad Chapetón’ si continúa con un supuesto plan de intervenir las instituciones alteñas” (ANF).

Son estos viejos dirigentes, como Gustavo Torrico,  los que amenazan con acorralar y destruir la gobernabilidad allí donde perdieron. "Somos el disc-jockey de la fiesta, ponemos música y Patzi baila, la cortamos y Patzi se sienta, es que es así”, dijo (Página Siete).

El desafío de los líderes emergentes, como José María Leyes, Soledad Chapetón, Gatty Ribeiro, Adrián Oliva, Félix Patzi y otros que recibieron el voto anticorporativismo, es enorme y deberán tener una lectura adecuada al momento de sentar las bases de su gestión.

Los ciudadanos y ciudadanas han hablado y esperarán que los electos los escuchen. El apoyo ciudadano recibido no es carta blanca para hacer lo que el corporativismo hizo: el poder del voto ciudadano está pidiendo un cambio en la forma de ser líder, de hacer política y de hacer gestión. 

El MAS no está herido de muerte, el MAS sigue siendo el mayor partido del país, pero si el MAS no sabe leer correctamente lo sucedido desde la ciudadanía, estemos seguros que ampliará la rendija de su destrucción.

Iván Arias Durán es ciudadano de la República Plurinacional de Bolivia.

Serotonina
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La más bella historia de amor

¿Sabía Ud. que Jesús no murió crucificado con un pañito blanco y unas pocas heridas y moretones, como se lo representa? Piadosamente se lo muestra así, porque grotesco sería reflejar como en verdad estaba: su cuerpo flagelado y torturado; todo él acabó siendo una sola llaga; su barba, arrancada, “no había en él hermosura”, “no se halló en él parecer”…¡estaba desfigurado!

Pese a ello no  se quejó: como una oveja fue llevado ante sus trasquiladores y pese al dolor infringido, enmudeció... Soportó tal vejamen para que gracias a ese cuerpo escarnecido, nosotros tengamos salud; y, para quitar el pecado del mundo, por nosotros se hizo maldito muriendo en la cruz totalmente desnudo como estilaban los romanos a fin de escarmentar a los peores malhechores.

Muchos actos litúrgicos y ceremonias se celebran durante la Semana Santa rememorando la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, partiendo un domingo antes recordando su triunfal entrada a Jerusalén con vítores, palmas y gritos de ¡Hossana! como correspondía hacerlo con un rey, aunque Jesús iba montado en un burrito y su séquito era -más bien- de gente humilde.

La venida del Hijo de Dios al mundo para nacer como hombre de una virgen se había profetizado desde los albores mismos de la Humanidad y por la Biblia sabemos que, desde antes de la fundación del mundo, Dios tenía destinado ya a su único Hijo para tal sacrificio, y era necesario que así fuera por el pecado de Adán y Eva que devendría en enfermedad y muerte.

¿Sabía Ud. que Jesús -como un hombre común, despojado de su deidad- sometido a iguales tentaciones que nosotros nunca pecó, pero “se hizo pecado por nosotros” y cargó con ellos en la cruz, para librarnos del infierno? Obediente como era, no contradijo a su Padre y cumplió su cruenta misión.

Pero lo más relevante de esta historia no fue su nacimiento, su vida en santidad y su muerte en la cruz, sino su gloriosa resurrección, a consecuencia de todo lo anterior: nació sin pecado, vivió sin pecar, cargó con los pecados de la humanidad en la cruz y murió, pero al tercer día el Padre lo resucitó por medio de su Espíritu Santo, para nunca más morir, y un día Jesús volverá para juzgar a los vivos y a los muertos…

No puede haber una historia de amor más bella que ésta, la del Padre Celestial dando lo mejor de sí por Ud. y por mí: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¿Sabía Ud. de tan grande amor?

(*) Pastor y Anciano del Centro Cristiano Evangélico “Casa de Oración”

 

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 1 de abril de 2015

 

Buscando la Verdad
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#AmazonasClandestino: Las raíces del narco

 

En Bolivia, un viejo traficante de pasta base relata como su hijo se volvió adicto a la cocaína, después otros se introducen en mitad de la selva en la frontera con Perú para “coronar” una entrega y, más tarde, un piloto revela cuánto recibe por trasladar la “mercancía” desde el VRAEM peruano a las llanuras benianas.
 
Son apenas algunas las escenas que podemos ver en Amazonas Clandestino, la serie de seis capítulos que exhibe las profundas realidades detrás de la producción de cocaína, los narcovuelos, las mafias armadas que controlan la explotación ilegal de oro en Venezuela, el sicariato, las guerrillas, los asesinatos de ecologistas y la intimidad del negocio más rentable del mundo: el tráfico de drogas.
 
El documental fue elaborado por la productora española 93 Metros y se estrenó hace un par de semanas en Europa a través de Discovery Channel. La coproducción en Bolivia estuvo a cargo de la gestora de contenidos y productora Indómita. Quien escribe estas líneas tuvo el gusto de colaborar como investigador encargado de recabar información y establecer algunos de los contactos en el norte pandino.
 
David Beriain, director de 93 Metros y host de la serie, relata el viaje que comienza en el Valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM), prosigue por los puntos de acopio en Cobija, continúa en un operativo para desmantelar una red de laboratorios de cristalización y llega hasta las casas de los capos del tráfico de cocaína en Manaos. Ninguna escena fue montada y todos los testimonios pertenecen a verdaderos operadores del narco en la zona amazónica que comparten Bolivia, Perú y Brasil, uno de los corredores de droga más potentes e incontrolables del mundo. 

Lea: El incontrolable corredor aéreo de la droga
 
“He matado a 16 ó 15. (La primera vez) fue por una plata. Fue accidental. Sentí mucho miedo, después me acostumbré a matar. Cuando alguien traiciona, le cortan los pies, lo serruchan y lo queman vivo con gasolina. En el VRAEM a la gente le gusta que trabajen recto, sin trampas. Me pagan 1.500 ó 2.000 dólares por muerte”, relata un sicario peruano que aceptó que su rostro, cubierto por un gorro y una pañoleta, aparezca frente a las cámaras.
 
“Cobro 30.000 dólares por adelantado por un viaje. Es una responsabilidad grande, porque uno tiene que responder por ese trabajo. Dicen que es una plata fácil, pero no lo es. Uno siente bastante miedo por el peligro. En esa zona del valle (Perú) hay militares que nos pueden derribar. Son ríos y montes, si el avión falla es una muerte asegurada”, cuenta un piloto de narcovuelos que antes de partir de Beni o Santa Cruz rumbo al VRAEM no se olvida de encomendarse con un rezo a San Miguel. Como él, entre 5 y 13 pilotos hacen el mismo recorrido por día, de acuerdo a reportes de las fuerzas antidroga de los países involucrados. Amazonas Clandestino revela cómo las pistas de los narcovuelos son preparadas con apenas unos días de anticipación de los envíos de droga.
 
“Nos pueden matar los asaltantes para quitarnos la mercancía. Por cada kilo que cruza la frontera se me paga 100 dólares. Todo el comercio del VRAEM es con Bolivia. Ya he perdido ocho amigos. Una vez vi como mataron a uno y los animales de la selva se lo comieron”, cuenta Abel, uno de los cientos de mochileros que llevan la pasta base rumbo a Pando. El viaje es por trochas en medio de selvas y valles. Viajan de día o de noche y coordinan con los narcos bolivianos por celular. Para librarse de los frecuentes volteos, los "hombres hormiga" improvisan rutas entre las montañas y aceleran el paso todo lo que pueden.
 
En una casa convertida en un centro de acopio en Cobija, los traficantes muestran su producto estrella: la cocaína “de exportación”. Así le llaman al clorhidrato de alta pureza que tiene un componente químico que impide que los canes de las policías de Brasil y Bolivia detecten el producto. También exponen como la calidad se puede medir con un encendedor y una cuchara. Mientras es más fina, es más difícil de descomponer con el calor. Uno de los narcos cuenta que hace meses llegaron dos africanos que comenzaron a enseñar el método de impregnar la cocaína en la ropa. Método que todavía es imposible de detectar en las fronteras y aeropuertos bolivianos.
 
“Te atrae porque tienes lujo, adrenalina y las mujeres más lindas. Los asaltos y la ley son los peligros. Si nos sorprenden los asaltantes, nos matan. Yo tuve que matar. Empecé a mis 14 años, éramos jóvenes que trabajábamos haciendo entregas. Así fuimos creciendo. De los seis que empezamos, sólo yo quedo vivo”, relata Samuel, quien después muestra frente a las cámaras una de las rutas en mitad del monte donde recogen los paquetes que dejaron los mochileros peruanos. Un día antes de esa incursión se produjo una balacera entre otro grupo de narcos y una banda enemiga que quiso voltearles la mercancía.
 
Samuel pagó una factura elevada por sus años de narco. Su propio hijo se volvió adicto a la cocaína y derivados más nocivos. “Me quería matar. Salí como loco con un arma en la cintura. No quería aceptar. Muchas veces cometemos errores pensando que trayendo el dinero y el lujo lo hacemos bien. Quisiera que no le suceda eso a ninguna familia. Quisiera que ya no exista esta enfermedad”.
 
El documental, ya disponible en Youtube, también muestra la intervención de una red de fábricas de cocaína realizada por la policía antidroga de Bolivia a mediados del año pasado. Los “Garras” lograron detener a 10 personas aquella vez. “Destruimos 15 o 20 laboratorios, pero los narcos los reemplazan en meses porque tienen los recursos. Siento pena e impotencia. Nunca vamos a pillar al jefe de la organización en los laboratorios. Ahí está la gente joven. Muchachos que deberían estar estudiando. Son víctimas de los tentáculos del narcotráfico”, reconoce resignado el capitán Zambrana, quien dirigió el operativo frente al equipo de 93 Metros. 
 
Beriain cierra con una reflexión después de haber visto casi todas las facetas de uno de los corredores de cocaína más potentes del mundo. “Oferta y demanda. ¿Será cierto que al final todo se reduce a eso? A la imposibilidad de detener el narcotráfico mientras el mundo siga demandando esas drogas. Hemos recorrido cada paso del negocio más grande del mundo. Cuando uno lo mira de cerca, el narco toma rostros y nombres propios. El del sicario que mata para imponer la ley del silencio o el campesino que siembra unas pocas matas para sobrevivir. Personas que mueven esta industria clandestina. Que mueren, viven y matan por ella. Me asusta ver como toda esa pobreza, ese abandono, ese dolor y drama horrible y humano termina formando ese monstruo imparable que es el narcotráfico”.

 

El blog de @ivanbor
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Democracia: la ingenuidad de creer

El hombre no ha inventado forma de gobierno mejor que la democracia. Pero el común de los hombres confunde el hecho de votar con la democracia en su integridad. El voto es el medio, no el fin.

Con votar, con elegir, no alcanza para lograr la democracia a plenitud; se da un buen paso, pero no es suficiente. Si se trata de celebrar el significativo hecho del voto tomando como pauta automática la contraposición del sistema democrático con el autoritarismo, celebremos, pero con mesura. El cenit de la democracia se alcanza cuando el que recibe la confianza del voto cumple con las aspiraciones del que vota, no antes.

Votar, a pesar de la “fiesta de la democracia”, no significa, per se, compleción democrática. Hay tristes ejemplos de votaciones que han ungido autoridades tremendamente perniciosas para Estados en democracia. Votar, por votar, poco deja si pasado ese acto efectivamente democrático no hay, por ejemplo, libertad de expresión.

Votar es, en primera y última instancia, un acto de fe. Cada vez que alguien vota renueva su esperanza en tal o cual candidato, del que espera una sola cosa: que cambie sus promesas por realidades. Una quimera porque el votante cree, confía y después no puede hacer más que cruzar los dedos para no ser defraudado. Quien vota blanco o nulo, ya perdió la fe, no tiene ninguna esperanza.

“Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento”, decía Abraham Lincoln. Confiamos en una verdad: en la del político. Pero el nuestro es un animal político que aunque fuese nuevo y tuviera aspecto de bueno, nace con la marca histórica de la mentira en la frente; también de la corrupción. (Este no es un problema exclusivo del socialismo, ni del populismo, como algunos tratan de hacer creer solo por desprestigiar al de por sí desprestigiado torrente ideológico regional).

Se trata, entonces, de confiar o desconfiar, de creer o no creer. Y algunos legítimamente pensarán que el que cree, el que confía a esta altura de nuestras democracias, es un pobre ingenuo.

Aun así, creer es lo que nos hace despertar cada día y vestirnos y salir a la calle sin que la calle nos demuela con su abrumadora verdad. Votamos por eso. A algunos no nos importa si no hay fiesta, si hay payaso sin fiesta; igual votamos. Otros lo hacen por un pedazo de torta…

No, la democracia no es (solamente) el voto ni el voto (solamente) democracia. Parece pero no es: El voto da la capacidad de decidir, aunque sea un dictador ataviado de una cinta que le cruce el pecho y provisto de una sonrisa hecha en consultorio odontológico.

En vistas de que las promesas tardan en cumplirse o se duermen de por vida en el anaquel de la (des)memoria ciudadana, yo, que de ingenuo espero tener mucho, haría campaña para que la gente no deje de creer. Sé, a pesar de mi lado crédulo, que en nuestro medio se practica la política barata, la de la campaña ruinosa que denuesta a los electores para colocar en un pedestal a narcisos que encima tienen el tupé de amenazar a los osados que estuvieran pensando en votar por otros que no fueran ellos… ¡Aj!, groseros, lo sé, lo sé. Lo sé y, de todos modos, voto.

De nada serviría votar si no creyésemos. Para que el ciclo de la democracia se cumpla, es necesario confiar en que los políticos algún día no serán más ellos. Y exigirles, presionarlos a atender lo que nosotros queremos de la democracia. Al fin de cuentas la doctrina enseña que el poder (en democracia) reside en nosotros, el pueblo.

Y mientras no nos quedamos callados y confiamos al mismo tiempo que exigimos, bueno será soñar. Que soñar, un mundo mejor, no cuesta nada.

Dársena de papel
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Venezuela debería dejar de regalar petróleo

Es de conocimiento público que Venezuela prácticamente regaló –y continúa haciéndolo- miles de barriles/día de su preciado petróleo. O los liquida a precios no-comerciales o los cambia (trueque) con Cuba por servicios que no son de valor.

Como latinoamericano me apena ver tanto mal-manejo de recursos naturales petróleo en Venezuela o gas natural en Bolivia. Deberían ser inteligentemente utilizados para construir y educar a nuevas generaciones.

No es una falacia decir que con tanto petróleo y gas natural Venezuela y Bolivia deberían ser ya tan modernas en infraestructura, servicios, tecnología y atención social a sus ciudadanos como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita o Noruega. Sin embargo seguimos en pobreza!

Coincidamos que la información sobre manejo de los ingresos por venta de petróleo de los últimos 15 años en Venezuela no son de los más confiables, por la cantidad de datos y cifras que no siempre están validadas, más aún si los actuales administradores del estado venezolano están ampliamente cuestionados por la opinión pública internacional.

Muchos datos poca información.

Lo real es que Venezuela estuvo dando petróleo “preferencial” a varias naciones del Caribe y financiando una serie de “actividades” y “proyectos” en toda América Latina aprovechando que el precio del crudo era alto. Varios de los “experimentos” políticos venezolanos se pueden ver hoy en el Continente.

Ahora que el precio/barril está muy bajo no tienen los recursos financieros para seguir –derrochando- a manos llenas. Faltan medicinas y alimentos en la Venezuela petrolera!

Un caso que siempre fue preocupación de los que analizamos la temática energética latinoamericana es la ausencia de políticas públicas en manejo de energía e hidrocarburos en Venezuela y Bolivia: mucho petróleo y mucho gas se ha –infortunadamente- dilapidado.

Venezuela siempre dio petróleo a Cuba, se lo regaló a precios no-comerciales. Recordemos que Venezuela está entre los cinco más grandes productores/exportadores de crudo en el mundo. Vende aprox 2,5 millones barril/día de petróleo a Estados Unidos y China. Venezuela vive de los negocios energéticos (90% de las divisas que recibe son del oro negro).

Suscribió acuerdos con China para recibir préstamos garantizados y pagados, duplicando las exportaciones de crudo para 2016 hasta llegar a 1 millón de barriles/día exportados de Venezuela a China. Hoy exporta 524.000 barriles/día, que en 2013 representó un ingreso de 19 mil millones de dólares. ¿qué hicieron con tanto dinero?

Ojo, que desde 2008 debe a China más de 40 mil millones de dólares.

La información que circula ahora es que Venezuela ha “recortado” en 50% los despachos diarios a Cuba (hoy envía aprox 200,000 barriles/día).

No perdamos de vista además que buena parte de los 400.000 barriles/día que enviaba a Cuba éste país los re-vendía al mercado internacional a precio de mercado. Vale decir hacían buenos negocios con el petróleo venezolano.

Resulta una tremenda tontería que siendo que Venezuela no tiene dinero en efectivo continúe la vieja práctica de regalarle el petróleo a Cuba. ¿y las colas en los supermercados desabastecidos?

Hay un informe que circula en internet titulado “reduciendo la generosidad” que indica –con las cifras que tiene a mano- que en éstos diez años “Venezuela regaló cerca USD 50,000 millones en acuerdos no comerciales”.

La bajada del precio del barril debió ser el punto en el cual Venezuela deje de enviar petróleo a Cuba.

La Habana no paga dinero ni por una gota de petróleo, los “pagos” los realiza en “intercambios”. Mal negocio para Venezuela (enviando médicos y otros para “programas sociales”).

Tiene déficit en su flujo de caja (poco cash flow) y continúan regalando petróleo! (un déficit estimado para 2015 en aprox 25 000 millones USD).

En vez de regalar tanto petróleo, si Venezuela lo hubiese vendido ese crudo bajo condiciones de mercado y a precios comerciales, dejando de lado la retórica y la politiquería, hoy tendría dinero ahorrado y quizá no estuviera en tanta apretura financiera.

Me gustaría mucho ser parte de los que ayuden a construir políticas públicas, en democracia, para el manejo de la energía (petróleo, gas natural, electricidad, energías renovables, etc) para reconstruir el sistema normativo, legislativo y político en energía de Bolivia, Cuba y Venezuela.

Pero la buena noticia es que la Faja del Orinoco es inmensa, con reservas aun no exploradas/explotadas, confiamos en que las generaciones de la libertad podrán estipular políticas públicas de crecimiento utilizando el petróleo venezolano y el gas natural boliviano. Cuando la noche se haga día!

Boris Santos Gómez Úzqueda consultor, síguelo en twitter> @bguzqueda
 

Hablemos de energía
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Pasajero, el principal enemigo

Desde los atentados contra las Torres Gemelas el mundo cambió drásticamente, aquel 11 de septiembre dejamos der ingenuamente normales, dimos inicio a un largo y sistemático proceso de pérdida de nuestros derechos humanos y ciudadanos, a título de seguridad reducimos al mínimos el valor de nuestra vida privada y empezamos a considerar a todo extraño como sospechoso.

Con el tiempo la paranoia se institucionalizó al extremo de convertirse la seguridad extrema en un elemento de lo más normal, los grandes países, aquellos que se sienten constantemente amenazados, especialmente los Estados Unidos, empezaron a fortalecer sus gigantescas redes de espionaje llegando a vulnerar una serie de normas y protocolos, ayudados por la tecnología cibernética iniciaron una escalada de espionaje en busca de secretos que no sólo los ayuden en su lucha contra el terrorismo también económicamente, más de una vez se conoció que se obtuvieron ilegalmente secretos sobre transacciones empresariales que beneficio a los capitales de terceros.

Desde que esos dos aviones se estrellaron contra Las Torres el universo aéreo también fue afectado, la seguridad se primó a tal extremo que se consideró el método del ataque como una norma con tendencia a réplica y se fortalecieron las medidas de control contra el pasajero llegando al extremo de camuflar un policía como pasajero, siendo entonces el usuario el principal enemigo, aquel que estaba sentado en el vuelo, en clase económica y que tan sólo necesitaba llegar de un punto a otro lo más rápido que se pueda, volando.

La vida se complicó para el usuario, puesto que se le redujeron al mínimo los pocos privilegios que tenía, se controló su ingreso, se requisaron sus pertenencias en busca de un objeto que podría usarse como cuchillo, de bacterias peligrosos entre sus alimentos, de una posible bomba, si hubiera sido posible habrían exigido una examen sicológico antes de todo abordaje, más allá de escanear todo su cuerpo en busca de la peligrosidad de su alma. Con esta actitud se fomentó la discriminación, suficiente tener un apellido medio árabe o una pinta islámica, como una barba larga para que los ojos del Gran Hermano se posen sobre el sujeto y lo sigan hasta que poco a poco vayan descartando su aparente peligrosidad.

Pero a contra mano de este exceso de control, había un segundo grupo que gozaba de todos los favores posibles, que sorteaba todos los controles, que estaba muy por encima de los pasajeros, que veía con desdén su oficio y además se hallaba constantemente protegido, nos referimos a los pilotos y azafatas, en nuestro mundo local, con solo hacer un viaje podemos ver cómo gozan de esa libertad que usuario no tiene, se pasean por ahí cruzando los límites que impiden al resto de los mortales un libre acceso.

Resulta que ahora el mundo ha vuelto a cambiar, a dar un giro en caída libre, después de la muerte de 150 personas en un avión alemán sobre los Alpes franceses, porque el copiloto decidió suicidarse, estrellándose contra las montañas sin dar explicación alguna y afectando a cientos de familias y por ende a todos sus compañeros, puesto que ahora se va conociendo de lo frágil que habían sido las medidas de control y seguridad hacia los pilotos, lo vulnerables que son las propias empresas aéreas, especialmente la suya que permitió que un piloto asuma la responsabilidad de volar en teoría sumido en una profunda depresión, que estaba con un tratamiento siquiátrico un día antes de cometer este asesinato múltiple, si es que esa verdad oficial no es la tapadera de otra mucho más oscura que en aras de proteger al mundo a unos poderosos está siendo ahora callada.

Pase lo que pase, se seguirá manteniendo la máxima que volar es la manera más segura de viajar, de hecho sí, en comparación a los miles de accidentes carreteros, pero como el mundo no aprende, más allá de los resarcimientos económicos, ahora los ojos de ese Gran Hermano se posarán en los pilotos y las azafatas en busca de aquella depresión que pueda provocar la caída no del sistema, sino la estridencia en el modelo de seguridad al que ya estamos sometidos.

 

Anatomias
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¿Donde están los otros nueve?

En los años de las férreas dictaduras militares, Venezuela fue el refugio para miles de políticos de casi todos los países latinoamericanos que escapaban de la cárcel, la tortura y la clandestinidad.

Los demócratas venezolanos lo menos que esperaban era que desde esos países, que han recuperado la libertad, se alzaran voces de solidaridad en las horas de tribulaciones que viven desde hace 16 años, bajo el atroz populismo demagógico chavista.

Con muy pocas excepciones, el silencio y hasta la indiferencia ha sido el pago recibido. Por esto es que parece glorioso el gesto del ex presidente del gobierno español, Felipe González, quien ha anunciado que luchará por la libertad de los presos políticos venezolanos.

Cuando era perseguido por la dictadura franquista, el líder socialista español recibió el abierto respaldo de los demócratas venezolanos, en especial del presidente Carlos Andrés Pérez, quien hasta tuvo la osadía de introducirlo clandestinamente en España en el avión presidencial, cuando todavía era proscrito en su propio país.

Los ex presidentes Andrés Pastrana, Colombia; Felipe Calderón y Vicente Fox, México; Sebastián Piñera, Chile; Alejandro Toledo, Perú; Jorge Quiroga, Bolivia; Henrique Cardozo, Brasil, están entre los pocos que claman por la restauración de la democracia en Venezuela.

Pero inclusive muchos de ellos se ocupan de la violación de los Derechos Humanos en la patria de Bolívar una vez que han dejado sus cargos. Otra cosa hubiera sido si en su momento hubieran reclamado el cumplimiento de la Carta Interamericana.

Cuando en sus países mandaban los dictadores, miles de chilenos, argentinos, peruanos y bolivianos, principalmente, no solo hallaron refugio en Venezuela, sino que se les dotó de cargos públicos y de ayudas financieras. Nadie mendigó un centavo.

Recuerdo una ocasión en que el presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Canache Mata, dirigiéndose al ex presidente de Bolivia, Hernán Siles Zuazo, le dijo: “Presidente, éste es su país. Cualquier cosa que necesite, no tiene más que pedírmelo”. Siles no pidió nada para él, pero varios de sus compatriotas ocuparon cargos en Cordiplan, como el futuro ex presidente Walter Guevara Arze.

Los que más se beneficiaron fueron los socialistas chilenos, cuyos pasos seguí como periodista. Muy pocos pasaron por la administración pública, pero muchos fueron catedráticos en universidades. Otros altos dirigentes, recibían financiamiento para su lucha en el exilio contra la dictadura de Pinochet.

Carlos Andrés Pérez se jugó entero contra la tiranía de Anastasio Somoza, hasta con la entrega de armas. Hoy Daniel Ortega es uno de los principales alabarderos del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. El uruguayo Pepe Mujica pudo haber hecho mucho, pero solo se expresó tímidamente y jamás lanzó una crítica directa porque pesó mucho el regalo de $10 millones que le hizo Chávez para equipar el Hospital de Clínicas de Montevideo, a parte de los jugosos contratos para importar carne.

Por eso es relevante el gesto de González y los venezolanos se preguntan como el buen Jesús (Lucas 17, 11-9) ¿Dónde están los otros nueve? Había curado a 10 leprosos que le imploraron misericordia. El Nazareno los envió a sus sacerdotes. En medio camino quedaron curados. Solo uno se devolvió para agradecer a Jesús… ¿Es bíblico el desagradecimiento?

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, Efe, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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¡A botar!

Escribir “votar” (sufragar) con “b” le costó el puesto a un funcionario del Tribunal Supremo Electoral (TSE). La decisión administrativa hubiera pasado a formar parte del anecdotario de los procesos electorales bolivianos de no mediar dos detalles, uno de forma y otro de fondo. El error de forma fue el que se cometió en las anteriores elecciones, las presidenciales, en las que miles de papeletas salieron con el encabezado de “Estado Plurinominal de Bolivia” cuando lo correcto era “Estado Plurinacional de Bolivia”. Esa equivocación se resolvió reemplazando las papeletas con otras, con el consiguiente gasto extra para las arcas del Estado.

El error de fondo es haber confundido “botar” (arrojar, tirar, echar fuera a alguien o algo) con “votar”.

Y es que, después de lo sucedido con candidatos como Rebeca Delgado, en Cochabamba; Eduardo Maldonado, en Potosí, y, más recientemente, con Ernesto Suárez y sus más de 220 candidatos en el Beni, los bolivianos tenemos derecho a preguntarnos si para el TSE es lo mismo “votar” que “botar”.

Lo que vimos hasta ahora es que el evidentemente parcializado tribunal electoral ha botado candidatos antes de que los electores vayamos a votar. Los botó, arrojó, tiró, los echó fuera. No importa que sus razones se basen en normas que parecerían haberse promulgado para ese propósito, la sensación que nos queda a los bolivianos es que candidatos por los que muchos iban a votar fueron previamente botados por el TSE. Para incrementar nuestras sospechas, los botados gozaban de la preferencia de muchos ciudadanos que estaban dispuestos a votar por ellos. Los iban a votar pero los vocales electorales se adelantaron y los botaron.

Ante esa evidencia, ¿qué es lo que vamos a hacer los bolivianos el próximo domingo? En teoría, iremos a votar pero, en el imaginario popular, también existe la posibilidad de ir a botar. Me explico: una vez frente a las papeletas electorales, ejercitaremos el poder que cada uno de nosotros, los votantes, tenemos a la hora de formar los poderes públicos. Nuestro voto, sumado al de los demás ciudadanos, decide quiénes serán nuestros gobernantes. Pero también puede decidir lo contrario; es decir, podemos botarlos.

¿Cómo botamos a los candidatos? No votando por ellos o cruzando el voto. Podemos marcar la casilla de un candidato a alcalde pero elegir al de otro partido para concejal y lo mismo podemos hacer con las papeletas para la Gobernación. Somos dueños de nuestro voto y tenemos que administrarlo bien.

Pero eso es teoría. A la hora de la verdad, los resultados pueden mostrarnos una realidad diferente que aquella con la que jugamos a la hora de votar. Así, en un municipio como Potosí, donde hubo una huelga de 19 días contra el gobierno de Evo Morales, el ganador podría ser el candidato del MAS. El caso más patético podría ser Santa Cruz, cuyo favorito en las encuestas es Percy Fernández, una persona con evidentes problemas mentales que; sin embargo, podría ser reelegido sin muchos problemas.

¿Cuál será el mensaje de las urnas? Lo sabremos la noche del Domingo de Ramos, cuando conozcamos los resultados oficiales del TSE que se especializó en botar. Sólo entonces sabremos si nosotros votamos o botamos.

 

 

 

  

 

  

Surazo
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