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Cerebros laminados

Los cruceños tuvieron razón al reaccionar como reaccionaron frente a unas láminas que circularon impunemente desde 2008 denigrando a las madres y mujeres de los llanos.

Una simple revisión a ese texto —que no vale la pena reproducir— demuestra que, en efecto, existe un contenido racista que ameritó disculpas y el anuncio de procesos.

Y aunque las láminas hubieran sido menos ofensivas, la reacción se justificaba. Demás está decir que no se puede ofender públicamente a la mujer y menos aún a la madre porque esta es, ni más ni menos, fuente de vida.

Pero como bien se apuntó en los análisis que se hicieron en el oriente del país, lo que desnudaron esas láminas son los prejuicios que persisten en nuestra sociedad y ese es, precisamente, el fondo del asunto.

De un tiempo a esta parte, desde la vigencia de un modelo gubernamental que se autodenomina “del cambio”, abundan los escribidores que, a título de “revolucionarios”, deslizan sus prejuicios en textos escritos y los publican impunemente, como sucedió con las láminas de marras.

Uno de los casos que conozco, y que involucra a mi gremio, es el de un periodista que ha confundido su papel de informador con el de activista y periódicamente emite textos, generalmente por correo electrónico, en los que injuria a los medios que, según él, son “reaccionarios” o de derecha. Este escribidor ha llegado a tal punto que incluso publicó un libro sobre la propiedad de los medios de comunicación con datos que, según me consta por trabajar en uno de ellos, están errados. No se sabe cuáles fueron sus fuentes porque, por lo menos en el caso del periódico donde presto servicios, jamás hizo consulta alguna, ni siquiera telefónica.

Por ello, no sorprende que haya publicaciones como la injuriosa lámina que por lo menos sirvió para que muchos pongamos atención en los prejuicios que impiden un normal desarrollo de la sociedad boliviana.

Sí. Somos racistas y prejuiciosos y, por más juicios que haya, ninguna ley cambiará nuestra mentalidad porque esa es labor de las familias.

Pero quienes criticaron a las “láminas de la infamia” tendrán que admitir que los prejuicios también persisten en la región de los llanos donde el apelativo “colla” sigue teniendo connotación de desprecio. Es allí donde, por ejemplo, tiene su epicentro la organización de Miss Bolivia, un certamen de belleza en el que los juzgadores se guían más por los estereotipos que por el valor del ser humano.

Es llamativo que, hasta ahora, ninguna potosina haya ganado ese concurso.

Y es también Santa Cruz la ciudad en la que las mujeres fueron insultadas públicamente de manera más notoria en los últimos meses por las acciones de un alcalde que, hasta ahora, no respondió ni por las palabras insultantes que salieron de su boca ni por los toqueteos a los que expuso a sus víctimas. Curiosamente, la misma ciudad que se indignó por las “láminas de la infamia”, reeligió a ese alcalde en una actitud tolerante hacia su misoginia pero implacable contra los errores de quienes mantienen su visión racista simplemente porque tienen el cerebro laminado de prejuicios.

Surazo
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La Haya y las contradicciones

Estoy orgulloso con lo ocurrido en La Haya. Cabe decir con absoluta honestidad intelectual que el presidente Evo Morales tuvo un liderazgo invaluable. No sé si algún día volveremos al mar, pero si sé que ver lo que he visto, no es poco: un Presidente lúcido, un par de expresidentes de impecable actuación, un canciller de firmeza incuestionable en las dos o tres ocasiones que le tocó intervenir, un cuadro de especialistas de renombrado prestigio internacional defendiendo nuestra causa y, sobre todo, esa sensación de que por fin, alguna vez, tenemos una política de Estado y, por eso, nos importa un bledo nuestras diferencias políticas. Sin embargo, me doy cuenta, ya más frío, que lo que vi es la excepción en una realidad donde los aspectos sobresalientes atestiguados en Holanda, pues se quedaron allá.

Y es que cuando escucho con agrado a mi Presidente abogar por este propósito común reclamando la más absoluta transparencia de los jueces –"cuidadito que ese juez que ayer fuera contratado por Chile, hoy nos bombeé”-, me percato de la paradoja: no sucede lo mismo a 100 metros de la plaza Murillo con jueces, en este caso aquellos electorales, groseramente parcializados. En este caso, Evo calla. No solo eso, les ordena: "La oposición ganó Tarija, nosotros Beni”. Y claro, así fue. Vaya ironía con nuestro reclamador Presidente. Reclama a un jurado a 20.000 kilómetros y azuza al propio a dos manzanos.

Disfruté pues al observar que nuestro país se sumergió de lleno en este mundo de la justicia a través del derecho internacional, confiados en la justicia que ha sabido crear nuestro planeta. Confiados en el Estado de Derecho. Pero claro, inmediatamente me percato de la realidad aquí, en nuestras narices: la justicia boliviana se cae a pedazos. Los datos sobran y las soluciones causan pena (lo del referéndum no parece ser lo más sensato). A estas alturas sé que el exigido Estado de Derecho fuera, es un pisoteado Estado de Derecho dentro. 

También  me sentí representado por mi Presidente cuando les echó en cara que ni siquiera cumplen los tratados internacionales con su propia población. Se refería a los mapuches y me pareció que era un argumento válido, y es que se hacen los exquisitos con su pureza religiosa respecto al Tratado de 1904, cuando ni cumplen un tratado de 2007 (la Declaración de Pueblos Indígenas). Claro, pasados 20 minutos de haber gritado ese golazo, prendo la televisión y lo veo al dirigente máximo de las seis federaciones avalando el huayqueo feroz a cocaleros que osaron convertirse en oposición al MAS en pleno Chapare. El gran argumento me pareció ya obsceno al oírlo afirmar que "el camino al TIPNIS, va o va”. Vaya contradicción. 

Del mismo modo, me agradó ver que Evo se apoyó en acciones que tomaron añejas autoridades. La más descollante es, sin dudas, la que tomó el dictador del abrazo de Charaña. Me encantó darme cuenta pues  que nuestro Presidente por fin aceptaba que un país se construye con derechas e izquierdas, errores y virtudes, blancos y negros. Ello tácitamente nos decía: "la historia no comienza conmigo y respeto a los bolivianos que me antecedieron”. ¿Y eso? Chau, prendo el televisor y ya lo veo al líder hablar de Oliva, el de la CIA, de la derecha oligárquica del Beni que fracasó por 50 años y, ahora último de la derecha (sí, derecha) de Viacha (¿?). Vaya. Todo en su lugar.

En todo caso, lo que me causó más dicha fue atestiguar que por fin se entendía que los recursos humanos son el elemento más importante a efectos de construir un país. No me quepa la menor duda que estos jueces internacionales se llevaron un buen fajo de billetes. Y eso me satisfizo, pues recordé que la demagógica política de reducción salarial ("nadie gana más que el presidente”) sólo garantiza, y lo ha hecho, mediocridad y corrupción en la gestión pública. Afortunadamente en este caso no escuche al Presidente decir que bajará más los sueldos, pero sé, de todos modos, que los incrementos salariales de 2006 en adelante  son menores a los niveles de inflación. Ergo: nuestro poder de compra disminuyó. Lo de La Haya es la excepción. 

En esta misma línea de los recursos humanos, darme cuenta que tener un objetivo claro –el retorno al mar- nos puede llevar a ser demoledoramente ganadores (aunque perdamos), pues el sólo hecho de tener a cerebros pensantes de todo color bregando por nuestra causa es sencillamente destacable. Un nuevo aplauso a Evo. Pero, claro, escucho al histórico Presidente hablar del nuevo satélite, el estadio de Cochabamba y….uff, todas políticas de aplauso fácil. ¿Por qué no tenemos iguales equipos en desarrollo rural y seguridad alimentaria, ciencia y tecnología, salud y demás áreas que requieren ser intervenidas, con seguridad con mayor premura que el mismo mar? Graciosa ironía. Capos fuera, estadio-fílicos dentro.

Por último, me encantó ver la fuerza con la que mostramos nuestra intención irrenunciable de salir al mar y, sobre todo –ese el trasfondo-, depender menos de Chile. Sin embargo, ya escuché a Evo anunciar millonadas en nuevos teleféricos o en proyectos concernientes al litio (más bien que lo de la energía nuclear por 2.000 millones se lo tienen callado). ¿Y el mar? ¿No sería mejor meterle los 1.400 millones de dólares que calcula el prestigioso internacionalista Gustavo Fernández en la Hidrovía Paraguay-Paraná y salir campantes al Atlántico y otros 1.000 millones en Ilo y Matarani?, ¿no sería sensato hacerlo ya que nuestra intención es llegar al mar? No lo sé, pero sé que ésta es otra más de las contradicciones que saltan a la vista.

Séptimo Día
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El oscuro negocio detrás de las avionetas del narco

La avioneta se encuentra abandonada en cualquier pista de la costa Este en Estados Unidos. La transacción se hace por vía electrónica o en efectivo y la aeronave despega en la madrugada rumbo a Sudamérica. Después, el vendedor la reporta robada y cobra el dinero del seguro. El narcotráfico ya tiene un Cessna nuevo para coronar sus envíos. Todos ganaron.

Informes internos de instituciones reguladoras y de inteligencia en Bolivia y fuera del país apuntan a que existe una mafia dentro y fuera de nuestras fronteras que se encarga de garantizar aviones para el tráfico de cocaína. Es más, un documento apunta que las autorizaciones de vuelo e importación otorgadas por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) favorecieron a las actividades ilícitas.

El mercado negro de avionetas tiene su centro de operaciones en Miami, donde también funcionan corredores de armas y los más antiguos canales de distribución de cocaína. Desde allí llegan las naves que alimentan el corredor de droga entre Perú, Bolivia y Brasil.

Viejas avionetas Cessna, muchas de ellas con más de 30 años de antigüedad, parten desde la costa Este rumbo a Bolivia. Harán algunas paradas previas, seguro en Centroamérica, Colombia o Brasil, pero el destino final son las pistas escondidas en las llanuras del Beni y Santa Cruz. El viceministro de Defensa Social Felipe Cáceres brindó estos datos a finales del año pasado, basándose en reportes de inteligencia que hablan de aeronaves “robadas”.

El modelo de negocio es viejo y los cárteles de México fueron los que mejor lo aprovecharon a mediados de los 90. Sus parques de aviones superaban los centenares de unidades mientras que en Estados Unidos las compañías de seguros no dejaban de pagar por los supuestos robos, tal como sucede ahora con los Cessna que llegan a Bolivia.

Así fue como los mexicanos tomaron la posta que perdieron las mafias colombianas sofocadas por sus guerras internas y la persecución de la DEA y las fuerzas de seguridad de su país. Los primeros comprendieron que la distribución, tanto en el capitalismo mundial como en el nuevo crimen organizado, era más importante que la producción y por eso afianzaron sus canales y métodos. Aviones, túneles y hasta catapultas. Todo vale a la hora de asegurar un nicho de mercado. Y a los colombianos no les quedó más opción que resignarse a quedar en segundo plano.

En Bolivia, la historia de los narcovuelos tiene algunas particularidades. Por ejemplo, alguno de los representantes oficiales de las avionetas Cessna en Bolivia durante los años 70 estaba metido en el negocio del narco; así lo cuenta René Bascopé en La veta blanca: Coca y cocaína en Bolivia. Ni siquiera hacía falta acudir al incipiente mercado negro de aquel entonces, todas las aeronaves ingresaban de manera legal y con el beneplácito y complicidad de la dictadura banzerista.

Desde aquel tiempo y durante la década siguiente, la inmensa mayoría de los vuelos trasladaban pasta base elaborada en las fábricas bolivianas hacia laboratorios colombianos. Los narcos de ambos países intercambiaban familiares a modo de garantía para que no existan engaños y sólo los devolvían una vez se constataba que se habían cumplido los compromisos de cantidad de mercancía enviada y de dinero entregado como pago.

Desde aquella época, las organizaciones de Colombia son conocidas por tramposas. Mantienen la costumbre, antes en Bolivia y ahora en Perú, de entregar el dinero en paquetes sellados donde hay pocos billetes y mucho recorte de periódico. Los neonazis al servicio de Roberto Suárez solucionaron el problema al instalar lanzamisiles en las pistas. Los peruanos todavía son sorprendidos en su buena fe y cuando se dan cuenta la avioneta ya es inalcanzable, tal como lo cuenta David Beriaín en su reportaje “Los obreros de la cocaína” publicado en El País de Madrid. (Ver: http://elpais.com/elpais/2014/01/22/eps/1390408071_969586.html )

Ahora los narcovuelos que salen de Bolivia pueden ir a todas partes: Brasil, Argentina, Paraguay o Colombia. Sin embargo, el flujo mayor es para recoger la pasta base de cocaína que sale de las selvas del VRAEM peruano (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) e iniciar el proceso de cristalización de la cocaína en los laboratorios de Santa Cruz y Beni. Se realizan hasta 13 vuelos por día, según las fuerzas antidroga y medios de comunicación de aquel país. Por eso se necesitan tantas avionetas, no importa de dónde vengan.

El informe

Un documento interno que se preparó en escritorios de la Dirección General de Aeronáutica Civil y que ya llegó a conocimiento de varias instancias (ministerios de Gobierno, de Obras Públicas y Palacio, entre otros) apunta que esta institución no colabora en la lucha contra el narcotráfico al autorizar “la importación y operación de vuelo  de más de 200 vetustas avionetas”. Las mismas, indica el informe, fueron desechadas por antigüedad en Estados Unidos y aprovechadas por el narcotráfico en Bolivia.

El documento señala que, a pesar de la instrucción de Evo Morales de mediados de 2011 de no importar aviones con más de 25 años de antigüedad, la DGAC no dejó de emitir autorizaciones “tal como se pueden ver las avionetas recién salidas de Aduana y estacionadas en la plataforma de Viru Viru, o por el número correlativo de matrícula reciente”. El informe añade que existen datos de que el 50% de estas aeronaves fueron incautadas o derribadas por realizar vuelos ilícitos “especialmente en el Perú”.

(Ver informe: http://issuu.com/compae/docs/dgac-avionetas_incautadas_por_narco/1 )

El informe detalla alrededor de un centenar de casos de avionetas con matrículas clonadas o falsificadas, otras que se encuentran en condición de desaparecidas y varias de las que se supo por medios de comunicación y reportes policiales que fueron secuestradas o derribadas en Perú, Brasil y Bolivia. El tráfico de matrículas también se genera fuera del país, puesto que se detectaron aeronaves registradas en territorio nacional y con placas sobrepuestas de Argentina o Paraguay.

En 2009, detalla el documento, una avioneta de 1964 con matrícula vigente boliviana se accidentó en Brasil y de inmediato fue quemada. Otras tres de ellas, todas con registro boliviano, quedaron incautadas en Paraguay en agosto de 2012 durante el operativo Águila Negra. Ese mismo año, otra aeronave fue derribada en Perú y los tripulantes fallecieron. Un año después, en ese mismo país, un piloto fue abatido cuando quiso sacar pasta de cocaína en una monomotor de 1980. Son apenas algunos ejemplos de incautaciones, secuestros, derribos y accidentes que se registraron con avionetas con placa boliviana dentro y fuera del país.

Si bien la DGAC no tiene como misión principal la lucha contra el narcotráfico, desde la promulgación de la Ley 521 de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo (que autoriza el derribo de aviones en determinadas situaciones) conforma el Comando de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo.

La anterior semana, Felipe Cáceres informó que en lo que va del año se incautaron 11 avionetas gracias a la coordinación de las fuerzas antidroga de Perú y Bolivia. La autoridad gubernamental añadió que todas las escuelas de pilotos cumplen con los requisitos de funcionamiento establecidas por la DGAC, por lo que no es correcto afirmar que son centros de adiestramiento para el narco. Sin embargo, los rumores de escuelas clandestinas en Santa Cruz son cada vez más fuertes. En 2014 fueron 27 las aeronaves secuestradas por operaciones de tráfico de drogas. El mes pasado, Evo Morales entregó cinco ambulancias aéreas que antes fueron avionetas incautadas y resultaron legalizadas por el gobierno boliviano.

Las economías perversas se articulan y se autoabastecen. Es así como el dinero brasileño con el que se paga la droga que se produce en Perú y Bolivia se usa para mantener a flote a los mercados negros de armamento y avionetas en Estados Unidos. La infraestructura del crimen organizado es móvil y maleable, no necesita espacios físicos fijos y se adapta a las necesidades del momento o del cliente. En los mismos aviones en los que se lleva la droga del VRAEM a Santa Cruz y a Beni, viajaron antes las armas con las que los comandos brasileños controlan sus territorios. Lamentablemente hoy, combatir es más difícil que perpetrar.

Ver documento

El blog de @ivanbor
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Date cuenta de lo violento que es

Terminé tomándole del brazo suavemente. Luego de un profundo suspiro. Ese desahogo de aire llevaba en sí  el recuento de tantas vidas. Miré sus ojos y con tono de sincera comprensión le dije: No te preocupes, el no vendrá por aquí.

Pegó un salto de sorpresa. No imaginaba ese epílogo. Llevábamos más de 1 hora yendo y viniendo entre argumentos en pro por un lado y cientos de obstáculos insalvables por el otro. Un intento más de mostrar otro universo: uno en el que se percibe el valor y la oportunidad en convivir con seres a quienes él había aprendido a ver sin valor alguno, a percibirlos sólo como problema. Tanta incomodidad tal vez por alguna vergüenza ya emergente por vivirlos de ese modo. Alejarse con prisa para eludir su propio tormento. La física aún no ha descubierto la fórmula, pero algo de la cultura y algo de varias ciencias han logrado establecer concepciones y conceptos que revisten de invisibilidad miles de existencias.

Se sorprendió por supuesto. Esperaba un lío más largo y más grande. En selvas como en las que mora, violencia reconocida se responde con violencia expresa. No contaba con que no venía yo de selvas, sino de la alegría diaria del descubrimiento de las nubes, bien nutrida de vitales abrazos y de atravesar a cada rato unos ojos transparentes. Hay que tenerlo para disfrutarlo y permitirte renacer para apreciarlo. Gracias por la ternura, cariño. ¿Podría yo exponer a aquella violencia, otra vez, a alguien así de precioso? Hemos librado innumerables batallas y está claro que el cuerpo que más se pone es el suyo. No es por ausencia de valor que dejamos ese y otros campos. Tal vez porque la experiencia recomienda elegir dónde poner ese cuerpo tan combatido, en ese momento me apeteció no hacerlo. O tal vez mero cansancio.

No voy a describir, o calificar, por vergüenza ajena, los sentimientos y las lógicas que trascienden palabras que pretenden ser prudentes y acciones evasivas que se desplazan en tiempos eternos. Esforzándose, sin otro sentido que el de mantener la apariencia, en interpretar compromisos contundentes con la vida del Otro. Tan lindos los discursos y tan enorme la incomodidad. Tantas generaciones rifadas al son de fútiles promesas. Sonrisa cargada de ironía. Si las paredes hablaran, ellas podrían documentarlo. Tal vez no hablan porque sienten la misma vergüenza. Se agradece el espejo que muestra lo que no hay que hacer o la peor manera de hacerlo, aunque ese reflejo te parta el alma.

Si hoy escribo es porque existe la excepción, aunque tenga la penosa función de confirmar la regla. Pareciera haber un lugar y otra gente. Lejos debe quedar el paraíso. Queda tanto por hacer. Pero esta el atisbo de luz al final de otro túnel. Una pequeña llama que se mantiene entre los vientos. Gente curiosa de nuevos paisajes,  atenta a otros sonidos, deseosa de algún abrazo, con cierta fascinación común por los atardeceres. Disfrutando de algún modo, sumergirse en gestos y ojos transparentes. Lo que yo busco con espadas y armaduras de argumentos, él lo logra siendo él nomás. Tal vez desde ahí, sea posible moverse nada más tantito, a mundos alternativos. Gracias por la esperanza. Intuyo que aún queda un muy largo camino.

¿Qué les puedo decir que ya no haya dicho? Las leyes están abriendo muchos y diversos espacios de participación. Grandes aplausos. Se agradece la visión si es que es ella la que mueve la mano que destraba la puerta. ¿Basta con abrir la puerta? ¿Se dan cuenta que no?

A los futuros, para que logren ser algún día, no basta verlos, hay que construirlos desde el presente, cada día, con todas y todos y en todo ámbito. Papeles y tinta no hacen futuros, sólo los bosquejan. El sufrimiento de ayer, que era no poder estar siquiera, es ahora el de estar, pero conviviendo con un conjunto para el que no vales mucho. En eso funciona la terquedad. Se precisan diques de convicción para sostener un valor donde cada acto se empeña en reflejar lo contrario.

Tan interiorizado está el pinche civilizador y normalizador, que no considera siquiera la posibilidad de moverse, de cuestionar su ya sabido y acostumbrado, encontrar y destruir a ese titán de normalidad con el que sigue quemando tantas vidas. Sería muy pretencioso esperar algún agradecimiento por esa puñalada.

¿Te has dado cuenta que la puesta en escena no es sólo nuestra? Ocurre a cada rato y en todas partes. Si no has estado entre sus actores principales, por supuesto que éstas en el reparto. Oportunidad le llega a todas y a todos, aunque existan quienes las exilien a patios traseros. En lo que vives, fíjate lo que acontece: En el mercado, en la plaza, en la entrada, en la cancha, en las graderías, en el desfile, en la challa, durante el carnaval, en el trabajo, en tu partido, tu junta, tu sindicato, la asociación, tu grupo o la empresa. El periódico, la tele y la radio. ¿Es alguno de ellos y ellas amiga o amigo de alguien? ¿Tal vez novia o novio? ¿El jefe? ¿La lideresa? Cara de duda. Inevitable que te hayas cruzado con alguna persona diferente en tu escuela, tu instituto, tu academia o tu universidad. O en el mini, el puma, el trufi, el avión o alguna calle. Fíjate también en tu casa y en tu zona. Siempre han estado, algunas y algunos ahora se dejan ver y otros tantos están aún en secreto. ¿Les has visto en el teatro, el cine, el concierto o en la fiesta? ¿Están? ¿Cómo les están tratando? ¿Qué dicen las voces bajas? ¿Hay ojos en blanco? ¿Cabezas que se mueven negativamente? ¿Qué miradas les recorren y les siguen?

Procura tener una voz fuerte en el armado de la siguiente escena que se ponga. Tú no eres escenografía. Eres la esencia. Intenta ver el valor y la oportunidad. Nos hace mucha falta.

miradas inclusivas
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Evo Morales rumbo a la reelección

Aunque recién está empezando su tercer periodo presidencial, Evo Morales, ya anda en campaña rumbo a su reelección en 2019 y solo los incautos creen que no se saldrá con la suya.

En realidad, Morales debía estar ya fuera de la presidencia por impedírselo la Constitución Nacional aprobada por sus incondicionales en Oruro. Sin embargo, mediante triquiñuelas jurídicas, logró que se considerase que su primer periodo fue incompleto y así logró su re-reelección en octubre pasado.

La Constitución le prohíbe postularse el 2019, pero Morales y sus aúlicos maniobran desde ahora para modificar la Carta Magna y posibilitar su nueva postulación en el entendido de que en Bolivia “no hay otro” que pueda llevar adelante el “proceso de cambio” que inició hace 9 años.

“Solo con Evo Bolivia recuperará el acceso soberano al mar”, acaba de declarar alegremente su vicepresidente Alvaro García Linera y el propio Morales sostiene que “hará” lo que le ordenen los movimientos sociales, es decir los productores de coca del Chapare, que lo tienen casi 20 años como presidente de su federación.

En las recientes elecciones regionales, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales fue derrotado claramente en los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Tarija y cayó catastróficamente en alcaldías claves como las de La Paz, El Alto, Cochabamba, etc. Apelando a chanchullos groseros, el MAS logró triunfos estrechos en Chuquisaca y Beni.

Si se suma el total de votos en contra del MAS quiere decir que el 53 por ciento de los electores le dieron la espalda a los candidatos del oficialismo, por más que Morales hizo de “portaviones” de una docena de sus conmilitones, la mayoría acusados de corrupción.

Morales sigue gozando de alta simpatía en las regiones rurales, pero en los centros de mayor concentración ciudadana, es clara la oposición a su gobierno. Hay cansancio en la población por la demagogia rampante y la corrupción generalizada en las altas esferas.

Tampoco pasan por alto las incongruentes posturas oficiales. Morales, que en un discurso desde Caracas se declaró “marxista-leninista”, ahora –ante la inminente visita del papa Francisco—afirma ser un “católico-militante”. El diario Página Siete le recordó que hace un tiempo pidió la “desaparición de la Iglesia Católica”.

Han sido frecuentes sus choques con los prelados y cuando dispuso que Bolivia es un estado laico, prohibió a los militares y policías escoltar las procesiones católicas y ordenó (sin que nadie le haya hecho caso) que las imágenes de Jesús y de la Virgen María sean retiradas de los cuarteles.

Cuando llegó al poder prometió eliminar la cuenta de los “gastos reservados”, y lo hizo, pero desde el 2007 nunca ha rendido cuentas de los dineros entregados por Hugo Chávez a manera de donaciones y que incluyeron un regalo personal por $30 millones en su primer periodo, ni de los $5 millones para refaccionar cuarteles, entregados poco después.

Morales ha tenido la fortuna de contar con el generoso aumento de precios de las materias primas de exportación, lo que le sirvió para comprar votos y conciencias. Esa época de bonanza (que ningún gobierno de la era republicana tuvo) está acabándose y hasta el 2019 a Morales le tocará gobernar con mucho menos recursos y ya sabemos que amor con hambre no dura. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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Cómic y Robótica, bolivianos

Bolivia tiene una población que proporcionalmente es muy joven. En las ciudades del país un gran número de jóvenes de ambos sexos estudia en las Universidades e Institutos técnicos; otra parte, de ellos, según estudio reciente del PNUD, en el eje central de La Paz-El Alto-Cochabamba-Santa Cruz salió bachiller y ya está trabajando en un 45 % con salarios mínimos y en empleos de corto plazo por el circunstancial boom económico nacional registrado por los ingresos del gas que ya comenzaron a caer. Como sea, esta juventud, es, sin duda, un gran potencial para impulsar el desarrollo del país.

Y es poco común festejar el aporte juvenil que florece en muchas áreas de la ciencia, el arte y el deporte. Pero hay que hacerlo, pues Bolivia está en tránsito hacia un cambio generacional claro, y los jóvenes ya demandan su lugar en el destino del país, que sueñan –igual que nosotros- más justo y con más libertad. Y entre esas novedades juveniles se destacan 2 casos, uno de Robótica y otro de Literatura y Arte.

Uno, el caso de un equipo de jóvenes Ingenieros Electrónicos e Informáticos de la Universidad Mayor de San Andres (UMSA) que con el nombre Broken Haw Labs participó en un Concurso Internacional anual promovido en el estilo hackathon (muy poco tiempo para desarrollar retos a resolver) por la agencia espacial norteamericana NASA, en 4 categorías: Tierra, Humanos, Espacio Exterior y Robótica, donde 7 jóvenes, Paulo Loma, Pablo Zamora, Cesar Claros, Abel Claros, Ariel Iporre, Fernando Ontiveros y José Laruta, clasificaron entre los primeros 25 de 900 proyectos de todo el mundo, con su proyecto de robótica en “enjambre”, es decir un conjunto articulado de pequeños robots semiautónomos que -no obstante- funcionan de modo “colaborativo” para medición de peligros en entornos desconocidos y otras tareas que se les asignen. Después de ello, ya preparan su participación en otros concursos de robótica en Chile y otros países del mundo.

Otro caso, es el vinculado a la presentación de una revista juvenil. Este género literario y artístico llamado Historieta (o Comic en inglés o Manga en japonés) tiene gran relevancia en los países del norte desarrollado, y ha tenido desde inicios del siglo XXI contemporáneo un gran impulso en Bolivia con sus más de 200 títulos conocidos (La fiesta pagana, La Supercholita, Cuentos de cuculis, La venganza boliviana, El taparanku, Grafica erótica, Picante surtido, etc.) y en sus también variados estilos (los cíclicos, los regulares, los que se publican una sola vez, etc.). El colectivo ciudadano juvenil conformado alrededor de estos emprendimientos literarios y artísticos juveniles ha logrado ya varios Festivales Nacionales y prepara otro para este año 2015.

Y en este tema, un nuevo equipo de 6 jóvenes Comunicadores Audiovisuales y Diseñadores Gráficos de la Universidad Católica Boliviana (UCB), Valeria Arancibia, Raúl Claros, Gustavo Herbas, Gustavo Laruta, Andrés Montaño y Daniel Pacheco, acaban de presentar el número 1 de su Comic nacional CRONICAS, contribuyendo con la novedad de su obra al caudal de títulos ya existente. Este Cómic se incluye en un estilo nacional que enfatiza el mito-ficción y la leyenda-ficción, antes que el personaje-ficción, que sin embargo no está ausente, lo que le otorga al Cómic boliviano una fuerte identidad nacional. Y CRONICAS contribuye desde sus propios autores y su propio arte a una corriente que parece irse agrandando entre la generación joven de Bolivia. El grupo de CRONICAS estuvo presente exponiendo su arte en la Noche de Museos organizado por la Alcaldía de La Paz el sábado 16 de nayo, en este caso en el Centro Simón Patiño. Y el equipo de CRONICAS ya planea su segundo número y también participar activamente en Festivales nacionales e Internacionales.

Tocará a estos 2 colectivos juveniles avanzar en sus respectivos emprendimientos. A otros jóvenes les tocará iniciar otros emprendimientos en otras ramas de la ciencia y el arte. Y, claro, a nosotros respaldarlos, pues como vemos la Robótica y el Cómic se juntan como novedosos aportes de la generación de jóvenes estudiantes bolivianos al desarrollo nacional, en claros tiempos de globalización, que de todas maneras la quisiéramos abierta a los aportes desde la identidad nacional.

 

Encantado
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El poder de la palabra

Hago política y creo en la palabra, y la palabra solo es libre, si dignifica a la humanidad, si permite conocer y no odiar, si permite aprender a amar, a trabajar y luchar por la utopía.

Creo en el poder de la palabra, insurgente, colectiva o individual, que provenga de hombre o de mujer, y que vaya a hombre o a mujer, pero vaya a revolucionar su conciencia, a identificar quién o quienes construyen formas cada vez más inhumanas de explotar a la humanidad, de saquear a los pueblos, de convertir en sufrimiento todo aquello que debiera hacernos felices.

Creo en la comunicación como instrumento de los pueblos, para cambiar condiciones de injusticia, para construir dignidad donde hace falta, de combatir sin descanso contra la mezquindad y el individualismo.

Creo en los periodistas que ejercen su profesión con dignidad, sin convertirse en mercenarios del genocida loco que conocemos como capitalismo.

Creo en el periodismo que guarda celosamente el compromiso con la libertad de la palabra, para que la palabra al revolotear revolucione.

Creo en la palabra que se construye y aquella que se adapta y se adopta, creo en los plagiadores y copiadores de creatividad ajena, porque siempre tienen disculpas para evadir el robo y justificar la deshonestidad intelectual, creo en ellos porque son el ejemplo que no debemos seguir, el ejemplo de aquello que no se debe hacer.

El poder de la palabra está en su potencia para hacernos entrar en comunión.

Creo en los periódicos, la radio, la televisión y el internet, porque a través de ellos comunicamos, hacemos que la palabra circule, que las ideas se hagan acción y la acción sea revolución.

Creo que la palabra que enseña a odiar, discriminar, la palabra que incita a la violencia, que conduce a la desinformación o la manipulación de la realidad son actos de genocidio cotidiano, son violencias contra la verdad, contra el noble ejercicio del periodismo y un uso sicópata de los medios de comunicación.

Creo finalmente, en que la palabra puede ser veneno, calmante o explosivo, tal como en su día lo dijo Louis Althusser.

Trinchera Comunicacional
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La distorsión del salario mínimo

¿Sabía Ud. que con el reciente incremento salarial -pagando apenas un aguinaldo al año- una trabajadora del hogar en Bolivia costará 3.331 dólares y un mensajero más de 3.800 dólares anuales?

"La distorsión del salario mínimo" titulaba el artículo que llamó mi atención, no solo por sus datos sino por la valía profesional de quien lo escribió -Don Armando Méndez Morales, Profesor Emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas- de esos economistas de los que uno nunca termina de aprender, aunque no todos sus alumnos han tenido la virtud de llegar a igualar su lucidez.

El artículo aborda el incremento salarial obligatorio que cada año se decreta en Bolivia, tanto para el mínimo como la masa salarial -seguramente con la idea de dinamizar la demanda interna- igual como hacían los gobiernos neoliberales.

Méndez explica que entre 1986 y 1996 el salario mínimo aumentó más que la inflación, subiendo su capacidad de compra; y que si bien al inicio del Siglo XXI casi no creció por la crisis económica, desde 1996 hasta 2014 el salario mínimo trepó 5,5 veces mientras la inflación apenas 3 veces, con lo que su poder de compra subió grandemente.

Revela además que este tipo de aumento obligatorio que atañe al sector formal ha generado una redistribución del ingreso entre los asalariados, porque si en 1996 el salario promedio en el sector privado equivalía a seis salarios mínimos, para el 2013 cayó a tres; y esta redistribución es mayor si se considera el salario medio del personal ejecutivo -que en 1996 representaba 25 salarios mínimos- en tanto que para el 2013 la relación bajó a 12 veces. Pero esta redistribución -que parece un “gran triunfo socialista”, observa Méndez- favorece a la mano de obra menos calificada en desmedro de la más calificada y de persistir, desde el punto de vista de la eficiencia económica resultaría nefasta: “¿Para qué estudiar una profesión, para qué esforzarse para alcanzar puestos ejecutivos si la remuneración no compensará el permanente sacrificio que significa mejorar continuamente la capacidad laboral?

Concluye advirtiendo que la ciencia económica ha demostrado que la generalización de tal práctica respecto al salario mínimo deviene en ¡más desempleo!

Si la política eleva los salarios, sube las prestaciones sociales, distorsiona la curva salarial y ocasiona presiones de costos, se corre el grave riesgo de alentar la sustitución de la mano de obra por máquinas y tecnología, igual como podría ocurrir en los hogares…

Buscando la Verdad
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La palabra que se dice

Hay palabras que pareciera que se quedan dormidas y nunca ven la luz del día. ¿Será por la noche, que las envuelve y las anuda con un hilo rojo para que no sean dichas, para que se ahoguen en la boca y mueran justo antes de que el pensamiento tome la extraña decisión de traducirlas y sacarlas para fuera?

Las palabras que no se dicen, a veces, se piensan. Están vivas antes de morir: no llegan a ser y se mueren. En cambio las palabras que se dicen y no se piensan, viven primero y se mueren de vergüenza después.

Pensar antes de hablar o de escribir... Parece algo lógico, que cae de maduro. ¿Será por esto, porque no siempre se cae así, de maduro, que tan frecuentemente no se piensa antes de hablar o de escribir?

“Quien piensa claro, escribe claro” nos decía estampado a la pared, tieso, en puntas de pie, el maestro Gonzalo Gantier en la clase de Redacción y Estilo. No hacía falta más, nada más y nada menos que pensar antes de escribir. En las aulas universitarias, no he recibido mejor enseñanza que esa.

Generalmente no se toma el recaudo de pensar antes de hablar o escribir.

Un ejemplo común en nuestro medio: Cuando se nos ocurre decir (o escribir) “hace una semana atrás”, si pensáramos antes de expresar esa frase nos ahorraríamos la palabra “atrás” y simplemente diríamos “hace una semana”. Pero no pensamos.

Conclusión: Si pensáramos, si prestásemos atención a la idea que formamos en la cabeza antes de sacarla fuera, cometeríamos menos errores. Esto, por supuesto, puede ser aplicado en todos los ámbitos de la vida.

Cometer menos errores… ¿A quién le importa cometer menos errores? El mundo corre tan a prisa que estos no son buenos tiempos para pedir reflexión, calma, una pausa en medio de la carretera (hace décadas, la frase hubiese sido: “una pausa en el camino”, pero ya no existe esa palabra mansa que alude a la tranquilidad de una senda).

Tan a prisa corre el mundo que, aun viviendo en él, no lo conocemos: lo vemos pasar por nuestras narices sin aprehenderlo nunca. Aun siendo los inventores de la tecnología —esa misma que nos acerca tanto como nos distancia con apenas un click—, somos incapaces de detener el tiempo, no sabemos dominarlo ni podemos quedarnos en él, obligándolo a estar a nuestra disposición un minuto entero.

Esto que voy a decir ahora, no importa mucho (yo sé que no hay tiempo para pensar). Lo digo solamente porque lo tengo atravesado en la garganta, y, al final, cada uno desaprovecha el tiempo que no aprehende como mejor le place. Aquí va: Si cometiéramos menos errores, seríamos mejores.

Ser mejores… ¿un propósito inteligente, no? Pero la inteligencia es una facultad en vías de extinción. Y la que perdura, generalmente herencia de sabios ancestros, anda precipitada por carretera, no conoce la tranquilidad de la senda.

Ser mejores, o buscar la superación, no encaja. No hay tiempo para semejante cosa.

Retomando el hilo rojo de la noche negra del principio, yo creo que una palabra pensada será mejor que se la diga. Eso antes de que la palabra sea más rápida que el pensamiento.

De todos modos, en cabezas de tecnologías avanzadas como las de hoy, sería ilógico pues andar a otro ritmo que no fuera el de este mundo, y caer en la antigualla de vivir a pensamiento suelto, reflexionando antes de hablar y escribir. ¡Por favor!

Bueno, bueno… Al menos circulen en ese atolondrado tren los versos que el poeta José Hierro ha dicho: “Hay que invadir el día, / apresurar el paso, /¡de prisa! / Antes que se nos eche / la noche encima… / Decir nuestra palabra / porque tenemos prisa. / Y hay muchas cosas nuestras / que acaso no se digan”.

Dársena de papel
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Ellos no

La censura es al periodismo lo que la hediondez al perfume. Lo curioso es que, pese a su antonimia, ambos son hermanos porque no solo nacieron juntos sino también del mismo padre.

El periodismo moderno tiene su antecedente más cierto en el Acta Diurna, aquella publicación manuscrita y varias veces copiada que Cayo Julio César mandó elaborar con el fin de que el pueblo romano se enterara de todo cuanto se trataba en el Senado.

Sin embargo, la historia del periodismo enseña que César no pretendía informar al pueblo sino restarles poder a los senadores. Por ello, la información que se incluía en el Acta Diurna pasaba previamente por su control y solo se publicaba lo que al dictador le convenía. Así, periodismo y censura nacieron juntos y bajo el influjo de las pugnas políticas.

Debido a ese origen, el poder político intentó controlar al periodismo en todo tiempo y lugar. Esa actitud es la que Vladimir Hudec denomina el “deseado control”.

Bolivia no fue ni es la excepción. Al instaurar la libertad de prensa en el país, mediante la primera Ley de Imprenta promulgada el 7 de diciembre de 1826, el presidente Antonio José de Sucre introdujo más artículos para controlarla que para permitirla.

El “deseado control” de la prensa mantuvo confrontados a gobernantes y periodistas hasta 1925, cuando se promulgó la Ley de Imprenta que continúa vigente. La pugna no acabó sino simplemente se atenuó. De cuando en cuando, el poder intentó controlar a la prensa y hasta lo consiguió en la noche de las dictaduras. El retorno de la democracia significó el restablecimiento de las libertades ciudadanas y la de prensa tiene su sustento jurídico en la ley de 1925 que, entre sus escasas ventajas, incluye el secreto de la fuente.

Es por eso que los periodistas defienden la Ley de Imprenta a rajatabla. Están conscientes de que la norma necesita actualizarse pero saben que, si se deja ese trabajo a los políticos, estos no cederán a la tentación de introducir artículos destinados a lograr el “deseado control”.

Que entre senadores y diputados haya periodistas no es garantía de que las reformas se realicen sin contaminación. Nuestra historia reciente está plagada de casos en los que periodistas que incluso lucharon en las calles por la defensa de la Ley de Imprenta se convierten en sus verdugos cuando llegan al poder. Tampoco podemos culparles porque, al final de cuentas, ya no pueden pensar como periodistas desde el momento en que asumen papeles políticos.

Como parte de su estrategia para permanecer el mayor tiempo posible en el poder, el gobierno del MAS es uno de los más interesados en controlar a la prensa y es por ello que, luego de negarlo durante nueve años, por fin ha admitido que intentará “actualizar” la Ley de Imprenta.

Por ello es que repito, esta vez con argumentos históricos, que cualquier reforma a la Ley de Imprenta debe pasar primero por manos de los periodistas. Una vez que el sector apruebe los cambios, recién estos deberían pasar al legislativo.

Proceder de otra forma sería admitir que solo se busca el “deseado control” para evitar un periodismo incómodo cuando el MAS intente prorrogarse en el poder.

 

 

Surazo
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