Blog de Max Raúl Murillo Mendoza

Aniversario del Día D en Europa

El 6 de junio se recordaron 80 años del desembarco en Normandía, de los aliados de aquella época en contra del nazismo. Nazismo que hoy sigue vivo en el sionismo, en varios gobernantes del norte del mundo que bloquean soluciones en contra de las migraciones del sur, provocados por el sistema del norte. Así pues, recuerdan los civilizados, educados y desarrollados occidentales lo que les llevó al triunfo sobre Hitler, otro occidental de ojos azules.

Pero los civilizados occidentales no aprendieron nada de su propia historia. Hoy siguen en guerras por todo el mundo. Guerras coloniales como en Palestina, y guerras económicas como geopolíticas  en Ucrania. En realidad, son más cavernarios que civilizados. Los únicos lenguajes que entienden son los de la guerra; la diplomacia sólo es pinta y cosmético de prensa. Porque lo más importante para estos civilizados son los negocios de la guerra, los negocios turbios del sistema capitalista.

No aprendieron nada de su propia historia, ahí tenemos a los sionistas judíos que hacen lo mismo que les hizo Hitler a ellos, a los Palestinos: otros holocaustos modernos, en venganza y odio a los pueblos más débiles. Les quitaron sus tierras, les expulsaron de su Patria con ayuda de ingleses y franceses, para después exponerlos en guetos como Gaza y Cisjordania. 

Más de 60 millones de muertos, regiones como Europa destruidos, bombas atómicas lanzadas en ciudades de Japón. Escenarios apocalípticos que vivió el mundo en aquella guerra, no fueron precisamente lecciones para que los occidentales civilizados y educados, aprendieran para hacer de este mundo un lugar mejor. Todo lo contrario, la civilización occidental sigue nomás en sus afanes de conquista y colonización, armándose hasta los dientes y haciendo de este mundo un campo minado y totalmente lleno de muros en sus fronteras, para que los bárbaros y salvajes no invadan sus territorios.

Cuando se suponía y los historiadores más brillantes de occidente consideraban al siglo XX, como al más violento y cambiante de la historia, pues el siglo XXI ya supera con creces en violencia y destrucción al siglo XX. Al menos en la incertidumbre global y existencial de la humanidad. Además, nos acercan peligrosamente a una guerra nuclear, con amenazas cotidianas de artefactos de la muerte creados por la mente occidental. Sí, sus mejores mentes están dedicadas a las industrias de la muerte, es decir a las fábricas de armamento. Esa es la mentalidad de la civilización occidental, todo lo demás son discursos políticos de ocasión.

El día D sólo son recuerdos de nostalgia de aquellos acontecimientos, con discursos tontos y casi estúpidos de presidentes como Macrón y Biden. No dicen nada de Palestina; no dicen nada de Afganistán, de Irak. No dicen nada de las destrucción mundial que ocasionaron después de la segunda guerra mundial, porque la guerra fría fue también destructiva como la misma segunda guerra mundial. Recuerdos que ya no significan nada en el tiempo, sino para las enciclopedias de museo de la historiografía gringa.

Cierto que la complejidad de la política moderna, de alguna manera nubla todos los análisis posibles de los imperios modernos. Para los Estados Unidos fue una oportunidad que no desaprovecharon, de hacerse el imperio más poderoso y destructivo de la historia moderna. Poder que le significó impunidad hasta el extremo, como los bloqueos económicos por ejemplo a Cuba. Y a tantos países que no comulgan con sus caprichos imperiales. Poder que le significó tener el control casi absoluto de la información y comunicación mundial. Es decir, un poder totalitario hasta convencer al mundo que tienen la mejor democracia de occidente. Democracia donde el pueblo no tiene la menor importancia, porque no definen nada en las elecciones de costumbre, sino como circo romano de participación burda y sin elegir nada.

Los cavernarios de occidente, no se diferencian en nada a sus ancestros de las cavernas, cuando todavía inconscientes ya peleaban por ambiciones de comida o territorio. En miles de años no han cambiado en nada respecto de sus mentalidades. Es más, hoy son más peligrosos que hace miles de años, pues tienen bombas atómicas en vez de palos y piedras. Y su grado de destrucción es totalmente proporcional al grado de su desarrollo científico y tecnológico.

Los cavernarios occidentales no progresaron en lo político, pero sí en lo tecnológico y material. En lo político son tan atrasados y cavernarios como sus ancestros. Aunque ya están en los albores de la inteligencia artificial, o en las conquistas de otros planetas; pero pues con la misma mentalidad cavernaria de hace miles de años atrás. 

En resumen, esa es toda la historia de occidente. Unos cavernarios que tienen más inclinación por la muerte y la destrucción, que por compartir este mundo con otras civilizaciones, con otras formas de ver la vida, con otras culturas totalmente distintas a ellos. No contentos con el sistema destructivo económico que crearon, llamado capitalismo, hoy se lanzan cavernariamente a guerras destructivas solo por sus ambiciones brutales, de élites cavernarias y totalmente atrasadas en lo político. 

El día D es hipocresía de enorme calibre histórico. Lo que hacen en Palestina les delata su asombrosa forma de ser. Humanos no conscientes con este mundo.

Opinión
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La Iglesia Católica en Bolivia

La Misión profética de la iglesia católica como postulado mayor desde hace siglos, 1552 cuando se crea el obispado de Charcas, y luego hereda con los acontecimientos posteriores la república, al parecer está en una profunda crisis institucional, de identidad, de proyectos para los tiempos que corren y de visiones políticas, precisamente para estos tiempos convulsos y complejos en el mundo.  En Bolivia tiene enormes dificultades después de la constitución de 2009, cuando la declaratoria del país como lugar laico. A pesar de la realidad profunda, pues Bolivia es un país enteramente religioso desde sus culturas ancestrales. 

Es ya un lugar común manifestar que hubo momentos gloriosos de la iglesia católica. Cuando las dictaduras militares mostraron su rostro solidario, ayudando a mucha gente en la clandestinidad, facilitando la salida al exilio de muchos bolivianos y bolivianas. Varios de los sacerdotes incluso murieron en las dictaduras, por las razones suficientes de identificarse en aquellos momentos con las causas de la democracia y los derechos humanos. 

Como no en la manifestación de sus obras sociales, sean estas educativas, de salud y de proyectos de desarrollo a lo largo del país. Obras que posibilitan oportunidades a sectores todavía marginales. 

En los últimos tiempos, sin embargo, han mostrado un cansancio o todavía peor: estancamiento de sus ideas, de sus propuestas y de sus sueños en un país como Bolivia. Las jerarquías siguen siendo conservadoras, y realmente muy poco abiertas a otras propuestas de la sociedad. Las homilías de sus obispos son reflexiones al viento, tan inútiles que sólo sirven para los viejitos de misa que apenas escuchan o prefieren dormir en consecuencia. No hay ideas, no hay al menos aproximación a los problemas que enfrenta el país. En el fondo ya no tienen lecturas bíblicas críticas con estos tiempos. No tienen relatos nuevos e interpretaciones de estos tiempos, desde la biblia.

Pero es verdad que no sólo es un fenómeno boliviano. Afectados por todo el mundo respecto de nuevas vocaciones, porque las nuevas generaciones no tienen en absoluto interés por las iglesias. Lo cual les ha conducido a una crisis de vocaciones. Y eso a una ausencia de nuevas ideas, de nuevas corrientes de pensamiento. Los edificios de la iglesia católica se han vaciado por todo el mundo.

Es cierto también que los problemas de abusos sexuales a niños y jóvenes, por todo  el mundo, han dejado a las sociedades con más preguntas que respuestas, sobre el papel de la iglesia católica. Esos aspectos han desnudado enormes falencias institucionales, que en muchos casos rayan en la complicidad con quiénes han sido culpables de esos terribles hechos. 

Esa suma de hechos, indudablemente afectó al conjunto de la institucionalidad. Hoy en día la iglesia católica necesita un replanteamiento de sus objetivos institucionales, pastorales, educativos e incluso de existencia misma. Porque sin crítica no hay avances. Sólo inercia y tragedia griega hasta el infinito. Necesita con urgencia la iglesia boliviana un mirarse a sí mismos, un a sincerarse hacia adentro si es que quieren recuperar a sus feligreses, si es que  quieren seguir progresando en el buen sentido, junto a los cambios que se están produciendo por todo el mundo, como en Bolivia. 

Sus obras educativas, y otras, seguirán por supuesto en funcionamiento; pero lo más importante: las ideas pastorales que le daban sentido en tantos siglos, en todas las coyunturas de la historia, ya no funcionan en estas épocas. Pues sólo los rezos ya no son suficientes para cubrir las enormes grietas de su crisis institucional. Requieren también evaluar hacia donde caminar con sus obras.

Bolivia es un país totalmente creyente. En lo cristiano o en lo animista ancestral. De hecho todo está mezclado, pues ser animista y cristiano no es contradictorio. Vamos a misa y khoamos al mismo tiempo. Este fenómeno social se repite en todas las clases sociales, en todos los estamentos. Hasta los ateos son creyentes por aquí. Es decir, la iglesia católica seguirá teniendo feligreses en potencia, como las demás iglesias. Pues creyentes hay para todos. 

En realidad se trata de ofrecer perspectivas, desde la iglesia, que sean coherentes con las demandas sociales actuales. Eso que algunos sacerdotes perspicaces intuyeron durante las dictaduras militares. O algunos intelectuales de sotana, de trinchera en Latinoamérica leyeron bien estas realidades: Teología de la Liberación. Porque la historia sigue corriendo, sigue siendo exigente con los tiempos que corren, con los cambios de ideas, de percepciones de la vida. Y con exigencias éticas también.

La iglesia católica boliviana necesita sacudirse desde adentro, para seguir siendo vigente y necesaria en la sociedad. Necesita de una crítica interna urgente. Ojalá sincera y sangrienta en el sentido de exigente como estos tiempos. Necesita de gente nueva y renovada. Con la suficiente ética para recuperar el sentido de su apostolado milenario. Lo contrario será lo que es hoy: un museo lleno de viejitos que sólo esperan dejar este mundo, con más pena que gloria. 

Opinión
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Clases medias y Proceso de Cambio

El concepto de clases medias sigue en debate y en disputa en la complejidad de Bolivia. Con el proceso de cambio el debate ha sido más intenso, pues indígenas, proletarios y clases empobrecidas no les ven con buenos ojos por sus tradicionales posturas, que devienen desde la colonia, de oportunismos en todos los procesos sociales, sean de izquierda o derecha. Las clases medias, o clases a medias, comodonas y oportunistas desde siempre en Bolivia, nunca entendieron las razones históricas por las cuáles los proletarios, indígenas y clases empobrecidas interpelan al Estado. Pero siempre se favorecieron de las burocracias de todos los procesos sociales, eso sí saben hacer y son muy pragmáticas. 

No tenemos investigaciones en temas de racismo y marginación, desde el Estado, sino ensayos diversos que se han realizado en estos años. El caso de las clases medias requiere un tratamiento especial, pues en el caso de Bolivia son parte esencial de las historias de racismo y marginación hacia las otras clases. 

Además hay que entender que los temas de marginación no sólo son respecto a lo económico, sino a lo mental costumbrista, es decir a aspectos que no son objetivos, sino subjetivos y totalmente invisibles. La historia de la discriminación es cotidiana, son códigos secretos de comportamientos culturales y no culturales que sirvieron desde siempre para marginar, para eliminar la participación del otro. En todo eso, pues las clases medias son especialistas.

Aquel proyecto movimientista, en los años 50 y 60 del anterior siglo, de mestizar a la población fue un rotundo fracaso. Si bien los sectores mestizos crecieron cuantitativamente, como culturalmente, no terminó precisamente en un país integrado. Las clases medias movimientistas eran tan racistas como aquellos que ellos combatieron en los discursos. Pero sí se arrimaron al Estado del 52, para boicotear desde adentro ese proyecto revolucionario de cambio.

Más allá de las discusiones técnicas y económicas, sobre el concepto de clase  media, en Bolivia es un tema profundo de mentalidades, de costumbres, de imaginarios y maneras de ver este país. Porque en Bolivia la discriminación es disimulada, sofisticada. Aprendizajes que se realizan en las costumbres íntimas de los comportamientos y códigos, sobre todo de las clases medias. Códigos que después trasladan a instituciones, como el Estado, desde donde ejercen maneras sofisticadas, burocráticas, de discriminar y marginar a obreros e indígenas.

En el Proceso de Cambio, no han cambiado esos comportamientos de clases medias. Pues son códigos antiguos e instituidos, profundos que devienen de siglos de comportamientos pigmentocráticos. Comportamientos que no les dejan entender realmente en qué consiste este país.

Ciertamente que las clases medias están en posiciones claves en el estamento social. Su participación es por demás importante en lo económico y social. Tienen espacios clave como las universidades, instituciones privadas, fundaciones. Tuvieron en la política  figuras estelares, respecto del compromiso político con los trabajadores e indígenas. Como en la guerrilla de Teoponte, por ejemplo. Además de dirigentes importantes de la izquierda tradicional, e intelectuales que aportaron con sus ideas en el país.

En la historia de este país,  han sido favorecidos por el sistema colonial y republicano: idioma, política, Estado, educación, y poder. Sin embargo, tienen que entender las características de las otras historias de Bolivia. De las otras miradas y maneras de sentir y ver este mismo espacio. Que mineros, indios, campesinos y pobres de las ciudades interpelan desde siempre al Estado, buscando justicia y que sean escuchados, sobre todo. Pero es también cierto que en todas las clases sociales se cuecen habas; no hay taza de leche en ninguna clase social.

Como insisto, no tenemos investigaciones de estos complejos fenómenos sociales. No tenemos investigaciones sobre las clases sociales. Lo mío son visiones empíricas de la experiencia, pues me permite ver desde los lugares sociales de dónde venimos, quiénes no somos de clases medias. Es por tanto, necesario descifrar estos complejos procesos sociales para que aprendamos de mejor manera a convivir, a compartir con más justicia las instituciones y todo lo demás en lo económico y social.

Las clases medias tienen que tomar consciencia sobre lo que está sucediendo, sobre los procesos sociales, sobre las demandas históricas de pueblos indígenas y proletarios. No sólo aprovecharse de las circunstancias para estar en la burocracia. Afirmo categóricamente que ni siquiera el Proceso de Cambio les está haciendo cambiar, de lo que ya son desde la colonia. Excepciones siempre hay; pero una golondrina no hace la primavera.

Para hacer en serio un Estado inclusivo y real, requerimos tomar consciencia todas las clases sociales. Sino seguiremos nomas repitiendo errores del pasado, que nos han llevado a odios y resentimientos profundos. Las clases medias tienen los medios para hacer esos cambios profundos. Tienen instituciones y posibilidades como instrumentos; necesitan fe y ganas de realmente cambiar como clase, como sector social dispuesto a compartir este país desde la justicia y lo inclusivo.

Las clases medias tienen que saber definitivamente que son obreros, indios, campesinos y clases pobres de las ciudades, quiénes abren brechas de esperanzas y Procesos de Cambios. Revoluciones y Revueltas. Estos sectores son los que derraman desde siempre su sangre, en función del país. Las clases medias sólo se favorecen después de todo eso. Pero necesitamos que cambien realmente, para cambiar entre todos por fin este bello país.

Opinión
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Las elecciones europarlamentarias vistos desde Bolivia

De vez en cuando son noticias en las portadas, las elecciones europarlamentarias de Europa que ciertamente han tenido avances substanciales desde hace mucho. Pueden darse ese lujo de elegir eurodiputados, para que discutan los problemas de todos los europeos. Sin embargo, me atrevo a realizar algunas conjeturas sobre la coyuntura europea, como contexto hacia las elecciones que tendrán, pues lo que se viene no tiene mucho de positivo sino todo lo contrario.

Los europeos tienen traumas del pasado que no acaban de resolver con solvencia, lo que les está conduciendo a fracasos estrepitosos frente al mundo. Si bien se sienten muy agradecidos a los Estados Unidos, por su papel en la segunda guerra mundial: al haberles salvado del nazismo y las enormes ayudas económicas, como el plan Marshall, para la reconstrucción de Europa. Temas que al mismo tiempo les han esclavizado con el tiempo. Los Estados Unidos aprovecharon bien la guerra fría, para imponerles a los europeos su manera de controlar el mundo hasta el grado de hacer su propio patio trasero, como en América Latina.

Hoy increíblemente los europeos ni siquiera pueden definir sus propias políticas económicas, y peor sus propias alianzas geopolíticas en el mundo. Europa no es libre para nada. Lo natural serían negocios a gran escala con Rusia o China; pero prefieren obedecer ciegamente las políticas norteamericanas, para quedarse estancados como una isla. Incluso pagando precios altos a todo lo que les vende Estados Unidos, que comprar a los chinos a precios mucho más bajos y de mayor calidad. 

Prefieren en suma seguir de peones de los norteamericanos, incluso respecto de la política mundial. Cayeron en la trampa atlantista, de supuestos argumentos culturales como los occidentales, para ser esclavos de los anglosajones. Pues al creerse ese cuento de la protección cultural de parte de los gringos, simplemente se quedaron sin identidad europea frente al mundo. Ni siquiera pueden hacer algo en Palestina.

En definitiva, los europeos se han estancado totalmente en su papel de continente portador de cultura, portador de valores universales y portadores también de bienes económicos. Ese estancamiento es evidente cuando de negocios se trata. Los rusos les ofrecieron gas y petróleo barato; pero prefieren pagar precios altísimos a los norteamericanos. Todo eso en nombre de los absurdos argumentos del pasado occidentales. Los chinos les ofrecen todo totalmente barato; pero tienen miedo que el tío Sam se enoje, y pues no les permiten negocios rentables con los chinos. Eso es ahora Europa.

Así, los europeos prefieren seguirles a los norteamericanos aunque estos les lleven al abismo. Eso es por ahora Europa. Sin identidad frente al mundo, sin autoestima histórica; sin determinaciones soberanas. En realidad, su capital europea no debería ser Bruselas, sino Washington. Las élites europeas están totalmente zombis, siguiendo las directrices que se dictan al otro lado del Atlántico. En el tema de Palestina eso ha sido didácticamente claro.

Ese es el contexto, desde mi perspectiva, en el que se mueven por ahora los europeos. Con sus élites totalmente sometidas a los designios de Washington, no tienen mucho chance para realmente negociar con el mundo en función de sus propios intereses, en función de sus propias estrategias. La guerra de Ucrania ha sido otra excusa norteamericana, para embaucarles a los europeos a tareas ingratas, porque el poder militar de la OTAN es en realidad el poder norteamericano, por lo que obedecer es mejor que tener opinión propia. Además la guerra se sucede otra vez en territorio europeo, no en territorio norteamericano.

Realmente los intereses de los pueblos europeos no están siendo protegidos  por sus élites, que prefieren no quedar mal ante al amo mayor. Y las pocas maniobras diplomáticas son discursos de equilibristas, para no quedar mal ante sus pueblos y ante el poder anglosajón. Pues sus retóricas políticas son sólo eso, sin acciones que impliquen cambios reales.

Europa podría ser un polo importante en el mundo, sobre todo en un mundo multipolar. Desde el punto de vista del desarrollo ha sido y es un centro importante. En general son países desarrollados e industrializados, que pueden gravitar desde el comercio hacia todo el mundo; pero necesitan ser competitivos y no atrasados como los norteamericanos, que sólo impiden las competencias comerciales y tecnológicas poniendo aranceles totalmente antieconómicos, totalmente en contra de sus mismos principios liberales de competitividad.

Durante siglos fue Europa un punto importante para el mundo, a pesar de su historia colonial e imperial. Hoy sólo es un recuerdo nostálgico de todo ese poder que tuvo. Supeditado totalmente a los intereses estadounidenses, que no le hacen nada bien a sus pueblos. Con bases materiales e industriales reconocidos, pueden ser otra vez una región de calibre para todo el mundo, si tuvieran soberanía en serio.

Europa necesita ser independiente y soberano. Frente a la guerra de Ucrania, sólo son furgón de cola de los Estados Unidos. En una guerra que no tiene sentido, sino el de configurar las estrategias y los intereses de los Estados Unidos. Europa necesita dejar sus traumas y sentido de culpa frente al poder del otro lado del Atlántico. 

En suma, Europa necesita ser Europa y no satélite como fue en la guerra fría. Europa necesita con urgencia regresar a sus raíces filosóficas, como económicas. En un mundo que aparentemente camina hacia lo multipolar, se necesita a una Europa dueña de sus propias estrategias geopolíticas. En definitiva, dueña de su destino histórico.

Opinión
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Criminales como Trump quieren ser presidentes

Por supuesto que tiene explicaciones racionales y objetivas el fenómeno de Trump, o el de Milei también. Uno se pregunta con toda razón como un tipo Trump: misógino, violador de mujeres, ignorante en política, violento, antidemocrático, antimigrante, mentiroso compulsivo y sobre todo peligroso para la humanidad, tiene tanta aceptación entre la población norteamericana. Porque los errores que comete la política tradicional demócrata y republicana, frente al mundo y sus propias poblaciones, dan enormes facilidades para el desánimo generalizado, dando opciones a criminales como Trump. Eso mismo sucedió en la época de Hitler.

La política está en crisis por todo el mundo. Es una constatación objetiva por donde se lo vea, pues la crisis es de fondo: ética, moral y de valores universales  y ha tocado fondo. Por eso la ausencia de nuevos valores en política, porque nadie quiere saber de tanta repugnancia en los comportamientos reales de la política. Mientras no se recupere el sentido substancial, que es el servicio a los demás desde la política, es decir a los intereses de los más desposeídos y necesitados, simplemente seguiremos con el nacimiento de desadaptados como Milei o Trump.

La crisis sistémica que vive el mundo, no sólo es económica e industrial sino y sobre todo de valores. Aquellos valores que eran sostén y estructura filosófica de los gobernantes y líderes mundiales, o regionales, se ha derrumbado. Lo grave de este derrumbe universal, es que nos pilla sin alternativas posibles por ahora. Ni epistemológicas ni circunstanciales hay ahora como pensamientos nuevos o propuestas de avance frente a los pueblos del mundo. Este fenómeno es más evidente en el norte del mundo, donde han surgido verdaderos piratas modernos como Trump, que son por supuesto peligrosos para la humanidad.

Dicha crisis sistémica implica ausencia de ejemplos en los liderazgos, los existentes no llegan a las expectativas de los pueblos, como es el caso de los gobernantes europeos que sólo son sirvientes de bajo calibre ante las órdenes de Biden. Eso nos demuestra con absoluta certeza la guerra de Ucrania. Los discursos de esos gobernantes son de pantalla, encubren sus actos reales de la política real. 

Necesitamos como nunca antes cambios profundos en las propuestas políticas, que respondan a las necesidades actuales de nuestros pueblos. Más allá de las clásicas y reales necesidades que son trabajo, educación, vivienda y salud, que aun no se han cumplido plenamente, están las necesidades globales como el cambio climático, las nuevas tecnologías que deben ser socializadas para todo el mundo, los temas de género, los temas de sostenibilidad en la economía en contra del crecimiento al infinito que sólo destruye la humanidad. Como vemos, ha cambiado el espectro de las necesidades y demandas actuales, que muchos piratas de la política no entienden un comino.

Pues sí, por ahora es difícil entender la profundidad de esta crisis sistémica mundial. Porque todo se ha banalizado y relativizado terriblemente. Corruptos y violentos como Trump son normales para estas épocas sin ley ni normativas que valgan. Se ha perdido el respeto por todo, dando lugar al sálvense quién pueda o ley de la selva. Los Mandela o Ghandi han quedado en los recuerdos sentimentales de la historia, pues no son ejemplos para estos tiempos que corren. 

Sin embargo, siempre nos tiene que quedar las esperanzas de cambios. Ojalá de revoluciones, si es que los pueblos toman consciencia de sus papeles soberanos e importantes, como a lo largo de la historia moderna. Pues las revoluciones de la era moderna, dieron respuestas a las profundas crisis de sus gobiernos, totalmente deslegitimados y corruptos, abriendo las puertas a las esperanzas de los pueblos del mundo. 

Hoy como antes, tenemos que tener las esperanzas de revoluciones, de cambios, al menos de renovaciones en la política. Lo contrario no es humano, es no normal. Pues rescatar la esencia de cambios es una necesidad. Las aguas estancadas hieden y se pudren después. Hoy como antes, tenemos que tener la fe renovada en que lo peor pasará en bien de las nuevas generaciones que no se merecen un mundo podrido y corrupto.

Desde estos territorios donde seguimos peleando e intentando profundizar el VIVIR BIEN, como alternativa precisamente al sistema mundo capitalista, tenemos la enorme responsabilidad de cuidar los pasos que damos. No podemos ser irresponsables con el mundo, ni con nosotros mismos. Somos un país muy pequeño; pero de importancia y significado global cuando se trata de la historia. 

Desde estos territorios podemos contribuir a mejorar las condiciones mundiales de la política. Siendo capaces de demostrar otro tipo de comportamientos, desde la política, en el Estado y nuestras instituciones. Demostrando servicio y capacidades de gestión frente a las enormes necesidades de nuestros pueblos. Tenemos que ser capaces de no contaminarnos, con aquello que está sucediendo en el sistema mundo.

Tenemos que ser capaces de entender y profundizar el Vivir Bien, como Paradigma de cambio en un mundo que quiere y desea cambios profundos.

Opinión
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Hay que reconocer a Palestina

El Estado Plurinacional de Bolivia tiene que dar otro paso más, de valentía y coraje frente a los sucesos en medio oriente. Eso es reconocer oficialmente al Estado de Palestina, e instalar una embajada en aquel territorio. Si es posible, a pesar de nuestras limitaciones y pobreza, enviar ayuda alimentaria a los millones de palestinos que sufren genocidio imperial y colonial sionista. De esa manera, desde estos lados del mundo haremos algo concreto por el pueblo palestino, ojalá junto a varios países del mundo.

El demócrata de Biden, presidente de Estados Unidos, es uno de los fascistas en la historia mundial que sólo hace pantomima con sus discursos “democráticos”, cuando sus jefes sionistas siguen asesinando impunemente todos los días en Palestina. Felizmente los medios de comunicación alternativos ya le dejaron en evidencia frente al mundo. No hay por donde perderse. Los europeos no pueden hacer mucho, pues son los sirvientes más serviciales de los Estados Unidos. Por lo que sus discursos son repeticiones serviles, de lo que dice el amo de Biden. No hay por donde perderse.

Los tiempos que corren son tormentosos; sin embargo, también quedan en evidencia muchas cosas que sólo eran conjeturas o discusiones de café, de intelectuales o escribientes de todos lados del mundo. Quedan en absoluta evidencia que eso de “democracia” en los Estados Unidos es sólo un instrumento cruel de dominio, de coloniaje mundial y saqueo mundial. Instrumento en manos de oligarquías muy poderosas en las finanzas, en las industrias de armas, en el narcotráfico y todo lo oscuro que se utiliza con sus servicios secretos.

Los tiempos que corren son totalmente injustos respecto de los pueblos del mundo, que sufren las consecuencias de decisiones de algunas personas, como los gobernantes de Estados Unidos y Europa, que llevan al abismo de la guerra total. Increíblemente por negocios sucios como son las industrias de armas, que son los que están en mejor forma gracias a la sangre de ucranianos, rusos y palestinos. De eso se trata el sistema. Sus democracias y diplomacias son sólo excusas de esos antros de negocios.

Como en todas las épocas modernas de la historia, la experiencia nos enseña que debemos estar organizados, sino pues el esclavismo tocará las puertas de todas las naciones. Además de la brutalidad colonial como en Palestina. Ese es el destino que nos espera si es que los pueblos del mundo no tomamos consciencia de la situación real, en esta coyuntura concreta y absolutamente imperial. Sin organización y consciencia individual y colectiva, simplemente la historia se repite en función del saqueo y la expoliación material, y después espiritual.

Bolivia debe jugarse el pellejo de la dignidad, eso es reconocer al Estado de Palestina y ordenar abrir una embajada allá en esas heroicas tierras de la resistencia colonial. Algunos países lo harán como Irlanda, Noruega y España. Ojalá tenga eco en la comunidad internacional, pues es hora de hacer algo por el pueblo Palestino desde Bolivia. 

La diplomacia debe servir de algo, sino es inútil y cómplice de la soberbia imperial. En ese caso es imperativo enfrentar desde la diplomacia, siendo al menos solidarios con una embajada boliviana en Palestina. Netanyahu y su sirviente Biden nos reprocharán; pero será un orgullo para nosotros pues nuestra soberanía desde lo plurinacional debe resaltar libertad y combate, como en tantos momentos de nuestra historia.  Teniendo una embajada en Palestina será más práctico considerar ayudas, en lo que podamos, respecto a alimentos, medicina, insumos generales para la reconstrucción de todo el país, pues el sionismo es tanto igual al nazismo que han destruido todas las ciudades e infraestructuras de Palestina.

Los asuntos internacionales tienen que servir de manera práctica al país. Siendo solidarios con las causas más justas de los pueblos. Como en temas económicos, haciendo negocios siempre en función de las necesidades industriales o comerciales estratégicas. En las condiciones actuales tenemos que actuar en favor del pueblo palestino, al menos como solidarios desde la diplomacia pero para sentar soberanía allá en Palestina.

Reconocer a Palestina además tiene un significado importante, para un país como Bolivia que ha realizado cambios substanciales reconociendo a sus culturas y pueblos originarios. Palestina está sufriendo en carne propia discriminación racial, odio racial y genocidio étnico y cultural. Los anglosajones y sionistas de Israel, pasarán a la historia como los criminales más despiadados de la era moderna, por todos los acontecimientos en Palestina.

Esperemos que nuestra diplomacia esté a la altura de los acontecimientos. Sino pues que la historia nos condene. Es realmente un imperativo categórico actuar de oficio y práctico, para hacer algo por el pueblo palestino. Los discursos están bien; pero no resuelven  nada cuando las necesidades y las demandas son de urgencia. En este momento de la historia, allá en Palestina está la trinchera para ver el rostro del imperio y el sionismo criminal. 

Esperemos que nuestra diplomacia esté a la altura de los acontecimientos. Y nuestra solidaridad sea efectiva y real, no sólo discursiva. 

Opinión
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¿Que hacemos con los judíos en Bolivia?

El sionismo mundial se ha destapado con el genocidio de Palestina. Es decir, con el encubrimiento de los gobiernos occidentales en esa masacre racista, colonial e imperial. Los gobiernos árabes también se han visto en su realidad completa: complicidad con el sionismo. Esas oligarquías árabes no se arriesgan a defender a su propia sangre, sino seguir nomás con sus negocios con el mundo occidental y sionista. Pues el modelo capitalista es eso, negocios sobre la sangre de los pueblos. La historia nos ha ratificado muchas veces esa receta capitalista. Negocios son  negocios, no importa la destrucción del mundo: del hábitat ni del humano.

En Bolivia tampoco hacemos mucho. Quizás por consciencia de que somos periferia de la periferia, donde no tenemos influencia alguna en el mundo. Quizás por el momento de crisis política profunda que pasamos. Si vemos las universidades, por ejemplo, no tienen idea de lo que está sucediendo en el mundo; ni lo que sucede en nuestro país. Las federaciones de estudiantes hoy no son ni mínimamente revolucionarias. Están sumidas en la corrupción generalizada para sacar ganancias como sea. Están en competencia en cómo corromperse; no cómo hacer protagonismo político.

No hubo ninguna marcha multitudinaria por Palestina. Cuando en varias partes del mundo, incluido los propios Estados Unidos, los estudiantes y el pueblo en general están en las calles reclamando a occidente que frene el genocidio en Palestina. En Bolivia pues nos sumergen las pequeñas cosas de la política, hasta nublarnos de los acontecimientos que marcarán un antes y un después en el mundo. Ni modo.

Sin embargo, Bolivia tiene una colonia de judíos llegados en distintas épocas de nuestra historia. Hay los llegados durante la segunda guerra mundial, que eran unos miles. Y hay de todo, como en cualquier grupo humano. Los buenos y los no tan buenos. De hecho los judíos fueron nomás parte de los planes racistas de las oligarquías criollas, para blanquear al país. Porque eran los planes más importantes de las clases altas en toda la historia de Bolivia.

Hoy esas colonias judías no dicen nada respecto del genocidio en Palestina. Su silencio es cómplice de lo que sucede con el gobierno criminal de Israel. Considero que el gobierno de Bolivia tendría que tomar cartas en el asunto. Cierto que es un tema delicado; pero si la inacción es  nomás cómplice de lo que sucede, tendríamos que empujar a nuestros líderes a ejercer algún tipo de presión para hacer que los judíos reaccionen contra ese genocidio. O pues, los gobernantes de Israel sepan que puede haber consecuencias mundiales de sus hechos criminales.

Los políticos tontos de Estados Unidos, siguen ciegos frente al mundo. Sólo tenemos que ejercer soberanía respecto de Palestina. Insisto en que quedarnos sólo con las noticias, es realmente complicidad e inutilidad como país. Es seguir siendo periféricos y tercermundistas, esperando las migajas del norte. Porque podemos ejercer soberanía solidaria con naciones, como Palestina, que están sufriendo en carne propia colonialismo y racismo. Fenómenos que también hemos sufrido en estos siglos y aun no acabamos de liberarnos, porque tenemos errores internos que no nos permiten cumplir los sueños de nuestros ancestros.

Sólo los pueblos conscientes son los portadores de su libertad. Los pueblos esclavos no pueden por supuesto ejercer nada. Nosotros somos conscientes de que si no ejercemos nuestros derechos en concreto, seremos esclavizados por el poder del sistema. El derecho a la protesta en solidaridad con el pueblo Palestino, es un llamado para hacer frente a la soberbia e impunidad del sistema occidental. 

Los judíos en Bolivia tienen que saber en el país en que están. No pueden ser colonia cerrada, es decir sin respetar las costumbres y mentalidades de nuestro país. Este país les acogió en solidaridad a lo que sufrieron, sobre todo durante la segunda guerra mundial. Por tanto, tienen que saber que las consecuencias de quedarse tienen que ver con asumir nuestras costumbres, nuestras banderas, nuestro himno nacional y nuestra constitución. Lo contrario, les invitaría a dejar de ser bolivianos y en efecto dejar nuestro país.

La política internacional nos empuja a ser más estratégicos con el mundo. Es una transición compleja que por hoy no sabemos a dónde se dirige. Al menos sabemos que se termina por fin el mundo unipolar injusto y depredador. Ese de los lindos discursos hipócritas en las NNUU, y de los bombardeos de tantos países y regiones, causando millones de muertos en nombre de la democracia y la libertad.

La política internacional nos exige determinación desde nuestra soberanía. Hoy determinación en favor del pueblo palestino. Nos exige que pidamos una postura clara a los judíos bolivianos. Nos exige que desde la periferia podamos ejercer algún tipo de presión, contra la impunidad de los asesinos de Israel. En definitiva, que no seamos inútiles frente a la historia; frente a los exámenes que nos pone la historia.

Opinión
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Coyuntura apocalíptica mundial

Bolivia no es una isla en el mundo. Pensar eso sería estúpido, como irresponsable. El mundo nos afecta inmediatamente, aun estemos en la periferia de la periferia. Lo cierto de la coyuntura mundial es que occidente se encamina al abismo otra vez. La guerra de Ucrania ha despertado a los demonios guerreros de occidente, que empiezan su fiesta con sangre y terror como su cultura les llama otra vez. Las mentalidades guerreras y cavernarias se hacen con los Estados de occidente. Lo que viene ya lo sabemos por experiencia.

Pero a pesar de esa coyuntura diabólica  guerrera, Bolivia debe seguir nomás sus propios objetivos estratégicos. En primer lugar luchar por el pleno empleo, porque sin empleo no hay nada en todo lo demás. Todavía no nos recuperamos de la tragedia del coronavirus, que nos afectó a nivel del empleo. La miseria y pobreza siguen por nuestras calles, si bien hemos avanzado en estos años no hemos resuelto el asunto del empleo. 

Es verdad que el fenómeno de lo que se llama informalidad, desde siempre ha sido un colchón importante; aunque nunca fue ni es la solución para enriquecer a la sociedad. Esa inercia de la pobreza y la miseria no será posible romper sin el pleno empleo, como política de Estado siempre en consensos con todos los sectores de la sociedad civil. 

Lamentablemente no tenemos consensos grandes de sociedad. De estrategias de Estado con la sociedad. Las universidades desde siempre están en otro tren, formando gente sin saber a dónde enviarán tantas personas, en sentido laboral. Esa ceguera tradicional, jamás se enfrentó desde las estrategias de Estado. Las nuevas generaciones están siendo abiertamente engañadas, colectivamente engañadas, porque no saben si sus estudios servirán de algo, o en qué áreas de las estrategias del país. 

Tampoco tenemos consensos con las instituciones privadas; sean estas empresas, fundaciones o instituciones de la cooperación internacional, como con los municipios sean estos rurales y ciudades intermedias. Todos caminamos con los ojos cerrados respecto de la creación de empleo: es el azar total. Pues semejante irresponsabilidad colectiva, sólo nos condena a la pobreza y miseria en todas las clases sociales.

Como decíamos, el mundo se encamina al abismo a la cabeza de la civilización occidental. A la cabeza de los norteamericanos, que les gusta culturalmente la guerra y la impunidad de la guerra como negocio capitalista. Con ellos todo el mundo camina a una crisis económica de dimensiones catastróficas. Los pueblos del mundo se empobrecen, porque los recursos económicos se dirigen a las industrias de la guerra, a los ejércitos improductivos pero necesarios en estos tiempos apocalípticos. 

Ese fenómeno irresponsable de los occidentales, nos afecta; pero tenemos que ser inteligentes para al menos resistir en mejores condiciones. Desde la periferia no podemos definir nada, ni siquiera podemos hacer algo frente al genocidio de Palestina. Sin embargo, podemos prepararnos de mejor manera ante esta coyuntura guerrera y cavernaria. Eso es tener estrategias nacionales de consenso para crear empleo. Es decir, hacer patria y ser responsables con la historia en estos momentos peligrosos para todo el mundo.

No podemos dejar de pensar en estos posibles escenarios de la guerra real. Los occidentales están ciegos, como clases altas, y están corriendo a esos escenarios. Desde Bolivia tenemos que pensar en esa posibilidad. Prepararnos para lo peor, reforzando nuestras estrategias de Estado. Insisto que la creación de empleo, hacia el pleno empleo, es estratégico como contención de la pobreza en los posibles escenarios guerreros del mundo.

Estamos lamentablemente en coyunturas apocalípticas. La historia definitivamente no nos ha enseñado nada, de las experiencias amargas del pasado. Seguimos nomás como ciegos históricos, sin ver el pasado y peor no aprender nada de las tragedias humanas. Repitiendo errores que nos conducen al abismo. Como país tenemos que ser capaces de enfrentar esos enormes desafíos, de los que no somos culpables. 

No podemos ser irresponsables con nuestro pueblo, que ya está castigado con las crisis actuales del sistema. Los escenarios que se vienen no son buenos ni positivos, que nos exigen total capacidad profesional y amor a la patria para enfrentar los escenarios posibles. Dejar al azar de los acontecimientos es ser analfabetos funcionales e irresponsables, con la historia de nuestro pueblo y con la misma historia.

El siglo XXI y nuevo milenio nos deparan tragedias mundiales no pensados e imaginados. La civilización occidental sigue siendo el motor del capitalismo. Ese capitalismo que no resuelve el Vivir Bien del mundo, sino todo lo contrario. Hace de este mundo un lugar poco habitable, poco amigable para la naturaleza. Sin embargo, sus autores y ejecutores están ciegos y totalmente robotizados sin ver otras alternativas, ni posibilidades para mejorar la vida de miles de millones de seres humanos, de sistemas ecológicos condenados a la muerte por el sistema capitalista.

Al menos en Bolivia seamos más responsables con nosotros mismos. No podemos frenar la locura occidental. Frenemos la pobreza creando empleo para todos.

Opinión
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La decadencia de otro imperio

Desde las páginas de la historia universal, sabemos bien de la decadencia del imperio romano, como de la decadencia del imperio inglés, por ejemplo. Pero ahora estamos asistiendo a la decadencia del imperio estadounidense. En este caso, muy parecido a la decadencia del imperio romano: decadencia moral, ética, económica y social. Asistimos al derrumbe de uno de los imperios más poderosos de la historia moderna universal. 

La decadencia y destrucción interna del imperio estadounidense, tiene por supuesto sus propias características. El mundo se entera que este imperio estaba totalmente contaminado de sionismo, dominado por el sionismo israelita. Reacciona brutalmente en su caída contra el mundo, sobre todo contra los posibles competidores de nuevos imperios. Las guerras son las principales recetas en esta caída y decadencia. 

Entre los aspectos más notables de esta decadencia están en lo ético y moral. El genocidio de Palestina pone en absolutamente evidencia su profunda decadencia, es decir su postura enteramente racista y colonial, es desde todos los puntos de vista la pérdida total de lo ético y moral. En esa línea, la represión a los estudiantes de cientos de universidades que protestan en contra del genocidio de Palestina, es también muestra de su decadencia pues eso de democracia occidental y libertad de expresión, han pasado al basurero de su historia. No existe democracia alguna, ni libertad de expresión. Todo forma parte de los discursos vacíos de las oligarquías estadounidenses.

Estados Unidos cuenta con más de 50 millones de pobres, incluso miserables en sus ciudades sin acceso a salud y educación. Condenados por el mismo sistema, terriblemente justificados por el sistema. Teorizados por el sistema insostenible; que increíblemente aún tiene sus defensores entre sus académicos, que creen tontamente que ese sistema es el único potable en el mundo. Los números y las matemáticas que supuestamente demuestran ese poderío, son sólo justificaciones ideológicas, pues ese derrumbe moral y ético en primer lugar; después económico y tecnológico, es demasiado evidente.
Su historia está bañada y teñida de sangre, desde los inicios de su creación como país. Ha generado sus propios genocidios: indios norteamericanos en la llamada conquista del oeste, probablemente millones de muertos entre las culturas indígenas en los territorios conquistados y robados. Historias que están muy poco investigadas y encubiertas por la historiografía oficial. Ni qué decir del genocidio de negros esclavos.

Como imperio es culpable directo de las dictaduras militares en América Latina. Crueles sistemas de gobierno que asesinaron en masa a obreros, indios, etc. Cuando a las oligarquías gringas les daba la gana, ocuparon varios países en América Latina para asesinar a dirigentes sociales, intelectuales o gobernantes que no comulgaron con los abusos del imperio.

En los últimos tiempos, están las brutales intervenciones impunes en Vietnam, Irak, Afganistán. Lugares donde sembraron muerte, miseria, destrucción total de países enteros, migraciones de millones de personas por aquellas guerras. Es decir, sembraron el infierno en la tierra de manera impune. Pues jamás se hará justicia por tantos millones de muertos, destrucción de patrimonio mundial y de violaciones a los derechos humanos. Ese es el rostro más claro y nítido del imperio estadounidense, que en los discursos de todos sus presidentes se bañan hipócritamente con los conceptos de democracia, libertad de expresión, protección a los derechos humanos. Conceptos que sólo sirven en el territorio del imperio, para algunas clases sociales altas.

Hoy están en crisis profunda. A pesar de su enorme poder económico, producto de su posición colonial e imperial también financiero. El crecimiento de otras regiones en el mundo, en el sentido económico y tecnológico, compite directamente con el poder del imperio. Y estos, más allá de sus discursos hipócritas, no tienen una posición de consensos democráticos, sino todo lo contrario. Al extremo de acudir a las recetas de las guerras, para imponer su poder y seguir creciendo económicamente vía venta de armamentos y muerte. 

China, Rusia, India, Irán y otras regiones del mundo, se han puesto en la tarea de mejorar y crecer económica y científicamente. Muchos de estos países ya significan una competencia directa con el imperio. A pesar de sus dificultades internas, en el orden político y social, son competencia. Sin embargo, el imperio impone sanciones, boicot, guerra sucia secreta contra dichas regiones. Porque ya es impotente ante los avances científicos y tecnológicos de esos países.

El sueño americano, saciado sobre la sangre y muerte de los indígenas norteamericanos, hoy es la pesadilla mundial real. Ese poder que tiene raíces en la sangre de los indígenas norteamericanos, como en el saqueo de las riquezas de América Latina, se derrumba ante los ojos de todo el mundo. Evidencia de su decadencia es su destrucción en lo ético y moral, sobre todo en sus oligarquías armamentistas y financieras. Que afectan directamente en sus poblaciones: drogadicción, suicidios, racismos extremos, asesinatos en masas todos los días en cualquiera de sus ciudades.

El sueño americano se ha convertido en la peor pesadilla mundial. Pues aquel crecimiento económico al infinito, produce hoy miseria creciente por todo el mundo. Que produce migraciones de millones de seres humanos por todo el mundo. Ese sueño americano que es el mayor culpable de la contaminación mundial, es decir del cambio climático desastroso.

Ha llegado la hora de la debacle del imperio estadounidense. Es peor que la debacle del imperio romano, porque ese monstruo imperial es más peligroso cuando está herido: reacciona con muerte y destrucción por todo el mundo. Son coletazos muy peligrosos, que por supuesto durarán varios años. 

Opinión
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¿Realmente hay diferencias entre Trump y Biden?

A simple vista existen diferencias entre el republicano Donald Tump y el actual presidente estadounidense demócrata, Joe Biden. Los medios de incomunicación mundial, así lo reflejan. Muestran a Biden como realmente demócrata frente al cavernario y antidemócrata de Trump. Sin embargo, cuando miramos con la lupa la política norteamericana simplemente constatamos que ambos jerarcas de la política imperial no tienen diferencias. Se parecen tanto, como hermanos gemelos, que coinciden totalmente con el atropello a todo el mundo respecto de las sanciones económicas, vigilancia antidemocrática mundial, defensa del capitalismo totalitario destructivo de la naturaleza, asesinatos en masa como en Palestina, y por supuesto exportación de su “democracia” a todo el mundo, vía bombardeos y destrucción masiva.
 
Los intereses mundiales del imperio norteamericano, no dejan dudas de sus alcances planetarios, para la expoliación, el robo de las riquezas financieras, el saqueo del patrimonio de los países dependientes. En definitiva, la imposición del modelo insostenible del capitalismo salvaje. Los enormes esfuerzos que hacen, desde aquellas oficinas imperiales, para demostrar al mundo su modelo, sólo evidencian sus formas de encubrimiento total del fracaso reverendo del modelo capitalista; “democrático y liberal”.
 
A estas alturas considerar que los Estados Unidos tienen democracia, es admitir que la iglesia católica es santa. La represión que sufren los universitarios de tantos centros universitarios, que se manifiestan en favor del pueblo palestino, desdice tanta manipulación de los medios de incomunicación gringa. Los abusos cotidianos a los negros e hispanos indocumentados, por parte de la racista policía; el apoyo vergonzoso de las finanzas judías norteamericanas, al genocidio en Palestina, pues son apenas unos ejemplos de tantos en donde vemos la degradación total del imperio norteamericano.
 
Aquel sistema racista en esencia, manejado por las oligarquías más poderosas de blancos que tienen miedo del mundo, donde habitan otras culturas y razas se asemejan a guetos o islas, que están rodeados por bárbaros o salvajes que son un peligro para su “democracia y libertad”.
 
De hecho su modelo de “democracia” siempre fue elitista, que se asentaba y se asienta sobre las oligarquías autóctonas más corruptas en todas partes del mundo. Los latinoamericanos tenemos suficiente experiencias con tantas dictaduras militares y civiles de corte “democrático” gringo.  Experiencias del saqueo y de imposición de esos modelos, absolutamente incoherentes para nuestras realidades.
 
En los últimos tiempos, las crisis del sistema capitalista han empobrecido a los obreros y poblaciones del mundo. Estos se han puesto la tarea de emprender y migrar al mismo centro del sistema. Millones de pobres y desplazados del sistema migran a los Estados Unidos. Sin embargo, esas poblaciones blancas y racistas les consideran bárbaros y salvajes, que no merecen vivir en la “democracia norteamericana”. Pero los bárbaros y salvajes, no se rinden a pesar de la muerte y los riesgos donde niños y viejos, son los primeros en sufrir atropellos de los colaterales del sistema, intentan entrar al sistema para sobrevivir. Los sueños americanos, son sólo para los blancos y racistas; no para los bárbaros y salvajes del sur del mundo.
 
Asistimos como a una película de Hollywood, la caída de las máscaras imperiales de su “democracia”; de sus “sueños americanos”, del despilfarro mundial de las riquezas saqueadas durante siglos y empleadas en industrias de armas, de tecnologías de la muerte y cómo no de frivolidades insostenibles gringas, para seguir el festín de la muerte y el saqueo mundial.
 
Cierto que otros modelos llamados alternativos también fracasaron. La URSS fue un ejemplo de ese intento. La corrupción humana es uno de los temas no atendidos; que en todos los sistemas se pudre y destruye totalmente los intentos alternativos.
 
Hoy, es el capitalismo salvaje el imperante y el que vemos cómo se autodestruye desde los mismos Estados Unidos. Porque sus valores y ética ya no funcionan, si es que alguna vez funcionaron. Ese capitalismo de blancos y racistas, que tienen miedo del mundo. Tienen miedo de los bárbaros y salvajes que llegan en masa al imperio. Tienen miedo de perder su poder que ya lleva siglos de destrucción mundial.
 
Por tanto, esos poderosos intereses tienen que ser defendidos por demócratas y republicanos por igual. Por tanto, políticos de pinta como Trump y Biden no tienen diferencias algunas para seguir bombardeando países, para seguir castigando con las finanzas a quiénes no se arrodillen, para seguir castigando al mundo si es que no obedecen las órdenes de los “democráticos y civilizados” norteamericanos.
 
El racismo imperante con los cosméticos de la “democracia” norteamericana, siguen siendo la raíz del poder anglosajón. Ese poder que se les termina desde adentro mismo del sistema, que se corroe en su propia podredumbre. Palestina, Ucrania, Yemen, Sudán, son sólo nombres de lugares donde el imperio se corroe en la sangre ajena. Como siempre fue.
 
No hay diferencias entre Trump y Biden, son sólo matices y discursos de moda, que quieren escuchar sus lacayos.
 
                                                                                          La Paz, 5 de mayo de 2024

 

Opinión
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