Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
06/05/2024 - 18:18

Los nuevos proletariados

Los nuevos proletarios de la postmodernidad tienen educación incluso universitaria, técnica, industrial y tienen tecnologías de la información a su disposición para ser mejor explotados.

El mito de la modernidad se devalúa cada vez más, ese sueño de riqueza por doquier y felicidad en el sistema son palabras huecas que se lo lleva el viento. Los proletarios de todas las épocas son testigos del engaño sistemático, a que siguen sometidos por las promesas poéticas de la modernidad. Porque la explotación, la expoliación, el saqueo colonial de las riquezas son las constantes de los siglos, desde el siglo XVI. 

El gran proletariado minero de los años 40 hasta los años 80 del anterior siglo, que sobre sus enormes sacrificios caminó y avanzó la Nación, hoy sólo es recuerdo de entereza, de valentía, lucha y entrega total de vidas en las dictaduras. Todo por la enorme responsabilidad histórica de sacar adelante la dignidad del país. Ese proletariado ni siquiera fue homenajeado por su entrega desinteresada a la Patria. Los muertos, heridos, exiliados, hoy son los olvidados por la historia.

Los nuevos proletarios de la postmodernidad tienen educación incluso universitaria, técnica, industrial y tienen tecnologías de la información a su disposición para ser mejor explotados. Porque la sofisticación de la explotación es todavía más cruel en estos tiempos modernos, o postmodernos. Paralelamente los nuevos proletariados están desprovistos de instrumentos ideológicos, y formación política es demasiado esperar por la inutilidad de los partidos que se dicen de izquierda. 

En Bolivia los nuevos proletariados tienen que ver con gastronómicos, informáticos, vendedores ambulantes, etc, etc. Jóvenes en la mayoría de los casos, que sobreviven en las ciudades peleando milímetro a milímetro los pocos puestos de trabajo que hay. Los sueldos de miseria y sobrevivencia, hacen realmente un cuadro digno de aquellos que denunciaba Carlos Marx en las ciudades europeas, que se jactaban con la primera revolución industrial del siglo XIX. Pues sí, las condiciones económicas y sociales no han cambiado en esencia, sino la coyuntura y los nuevos escenarios mundiales totalmente caóticos gracias al modelo capitalista.

El deterioro mundial del proletariado es evidente. Los nuevos proletarios por el mundo tienen mejor formación educativa o académica; sin embargo, lo objetivo es que las condiciones económicas se han encarecido, y eso de aspirar a vivienda o dignidad no existen. 

A lo largo de estos últimos 40 años, el capitalismo salvaje ha tomado las riendas de muchas sociedades. Los resultados son elocuentes: mayores diferencias de clase y económicas, corrupción generalizada, pérdida de conquistas sociales, brutalidad política en las calles y total ausencia de ideas en lo político e ideológico. En definitiva: triunfo del capitalismo salvaje. Ese capitalismo de las finanzas oscuras de la trata de personas, del narcotráfico, del contrabando, de los bancos sin ley alguna. 

Los obreros actuales tienen que lidiar con obstáculos más poderosos para sobrevivir. Prácticamente abandonados por los otrora partidos políticos, que al menos les apoyaban en los procesos de formación política, en la toma de consciencia para sus reivindicaciones sociales. Además, las divisiones mundiales del trabajo y capital, nos condenaron sólo a ser consumidores de los productos que vienen del norte, destruyéndonos todas nuestras posibilidades de industrialización. Es decir, la precariedad de las condiciones laborales son la moneda corriente en nuestros países. 

Ni siquiera podemos con básicas industrias de alimentos, o al menos micro industrias de alimentos o ropa. El grado de dependencia es sencillamente humillante. Es decir, la total precariedad de las condiciones objetivas laborales. En estos escenarios, los proletariados nuevos sólo tienen como posibilidades pelear como animales hambrientos, con otros proletarios hambrientos. 

Como vemos, las tareas inmensas de reconstruir sindicatos conscientes, capaces de cambiar las realidades más terribles quedan otra vez muy lejos. Pero constatamos también por la experiencia, que obreros y proletarios sin organizaciones, sin formación política e ideológica son totalmente débiles y están a merced del sistema brutal. 

Ciertamente son otros tiempos, son otras coyunturas y momentos históricos. Las coordenadas han cambiado respecto de la toma de consciencia para hacer la Revolución. Lo cual no quiere decir que la explotación se haya ido, o eso que dicen torpemente muchos “cientistas sociales”: que la muerte de los marxismos con el muro de Berlín, ha enterrado la historia de la lucha de clases. Estupidez contrarrestada por la dura realidad de estos tiempos. 

El capitalismo salvaje, ese que tiene ya algunas raíces en el tercer mundo, lamentablemente se ha impuesto. Monstruo de mil cabezas, agujero negro que se traga todas las ilusiones de los nuevos proletariados. Ese sistema antihumano que además ha destruido los sistemas financieros, para convertirse en un sistema irracional y totalmente insostenible por todo el mundo. Haciendo creer que la subida de precios (alimentos, vivienda, educación y salud), es normal y parte de las estructuras comerciales. En realidad en un rotundo engaño mundial, que los piratas de las finanzas inflan en las computadoras del sistema para engorde de ellos.

Pero las lecciones son muchas desde la experiencia del proletariado mundial. Aunque en estos momentos de dureza y de guerras de conquistas capitalistas, de falta de toma de consciencia y de formación política como ideológica, afecten en los resultados sociales. Además del embrujo total hacia el capitalismo salvaje, que es la pelea entre pobres, entre miserables y entre obreros por las migajas del sistema.

En estos momentos duros y complejos, coyunturas en contra del proletariado mundial, tenemos que recordar a los proletarios mineros que fueron traicionados en 1985, y echados a la calle impunemente. Esos son los verdaderos héroes de nuestra historia social y de luchas proletarias mundiales.

Honor a los proletarios de la nacionalización de la minería. Honor a los proletarios y mártires de Chicago. Viva el primero de Mayo!!!

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