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¿Podría el evismo retornar al escenario político boliviano?

Antes de responder a esta pregunta, es necesario hacer algunas precisiones. Por evismo, me refiero a una configuración histórico-social específica, que debe diferenciarse de Evo Morales como individuo. Esto es posible, primero, porque es básico en el análisis político: no confundir al individuo con el proceso social. Esta objeción es tan elemental que no necesita explicación. Segundo, una configuración histórico-social (coyuntura) es una singularidad producto de varios factores que se alinean de una forma determinada en condiciones únicas e irrepetibles. Algunas de estas coyunturas pueden adoptar la figura de un individuo (por ejemplo, Bismarck en Alemania o Perón en Argentina, etc.), pero eso no significa identificarlas. Tercero, está muy claro que lo que lleva a asociar a un individuo con una coyuntura histórica es más que la persona y esto sí requiere una explicación más amplia, porque aquí se definen mejor los límites del evismo.

Si afirmara que un individuo resume todo lo que una coyuntura implica, entonces estaría asumiendo que esta persona, sea quien sea, estaba destinada a ser el único líder de una configuración histórica-social determinada. Este argumento solo es válido si tengo en mente una visión determinista y mecánica de los procesos sociales, lo cual a estas alturas del partido sería básicamente un anacronismo. Por lo tanto, a menos que pertenezcamos a una feligresía fanática, no hay predestinación histórica.

La singularidad de la coyuntura hizo que la articulación histórica en este principio del siglo XXI en Bolivia convergiera desde lo “indígena” como pivote central para aglutinar al bloque popular. Esto no significa que otros anclajes políticos no pudieran confluir con este, como, por ejemplo: las reivindicaciones antineoliberales de los maestros, gremiales, los propios cooperativistas mineros (aunque resulte paradójico), las reivindicaciones políticas de los nuevos actores políticos emergentes de las luchas del 2000 en Bolivia. Por ejemplo: los regantes en Cochabamba y las juntas vecinales en la ciudad de El Alto son una muestra de ello. Se podrían enumerar algunos más, pero la idea hasta aquí se entiende.

Esta singular articulación dio lugar a la demanda de un liderazgo sin precedentes en la historia reciente de Bolivia, no tanto por la forma, pues la Revolución del 52 tuvo algunos puntos en común con el proceso político actual, sino por el contenido, que lo distingue de manera significativa, en un sentido inédito. Este contenido es lo indígena como pivote político de articulación. De este marco, con hegemonía de lo indígena en el bloque popular, surge el evismo.

Los rasgos fundamentales de la coyuntura que posibilitaron la emergencia del evismo se pueden resumir en: que el liderazgo incluya lo indígena, lo que no implica debatir de forma esencialista qué es indígena y qué no. Las grandes movilizaciones sociales no suelen nacer de sutiles distinciones de categorías, sino de un conjunto de rasgos identificados y pautados como tales para lograr una articulación de sentidos políticos. Por lo tanto, la discusión sobre si Evo es indígena o no es solo una charla de café. A los grandes movimientos políticos poco les importa la “claridad” de salón; segundo, que expresen contenidos antineoliberales, ya que el mayor ciclo de acumulación política del bloque popular se dio en el marco de la lucha en contra del avance de las políticas implementadas en Bolivia con el Decreto 21060. Es evidente que el contenido político debía ser antineoliberal; tercero, que sea un articulador de los emergentes “movimientos sociales”, esta noción debe comprenderse no como una etiqueta impuesta por los intelectuales, sino como producto del proceso de constitución de identidad del bloque popular en Bolivia. Es decir, que la conciencia política del bloque popular durante el siglo XXI se autodenomina como movimientos sociales; cuarto, la necesidad de canalizar las reivindicaciones históricas y sociales dentro del campo político-electoral. Esto supone entender que las fuerzas sociales en el campo popular tendían a canalizar su lucha en el plano electoral, sin esta impronta, quizás ninguna fuerza política hubiera tenido tanto apoyo popular, y aquí no cabe duda de que el MAS fue clave para canalizar esta demanda histórica.

En este marco, se puede entender que lo que rodea a la trayectoria política de Evo Morales pudo asumir los rasgos más significativos de estas exigencias históricas que, luego de lograr convertirse en el partido gobernante desde el 2006, terminó configurándose como un proceso singular, lo que permitió que fuera posible que el evismo tuviera lugar en el escenario político boliviano. Producto de este hecho, ya objetivamente instalado en el Gobierno, es que surge la identificación del líder con el proceso en sí y no antes.

En la constitución del evismo podemos identificar dos rasgos centrales o procesos paralelos que se dan para que este empiece a tomar cuerpo. Por un lado, tenemos al evismo como un proyecto ideológico-político. Por lo general, la lectura ideológica interna suele extrapolar los rasgos únicos del liderazgo y reconstruir una cadena causal entre el rasgo singular del líder y el proceso histórico, o para decirlo en palabras sencillas, lo que es producto emergente de una singularidad histórica es leído, por los partidarios internos, como inevitable y solo atribuible al rasgo del liderazgo. Entonces, lo singular no es el proceso que dio origen al liderazgo, sino el liderazgo frente a la coyuntura. Esta lectura interna procede de manera inversa, pues olvida su carácter emergente e identifica los rasgos únicos del individuo con la coyuntura, construyendo una narrativa de inevitabilidad del liderazgo.

Es decir, el evismo se ve alimentado por la construcción ideológica del liderazgo, una formula política básica en toda coyuntura política que vino principalmente desde dentro del Gobierno, se profundizó durante la gestión y es desde el control estatal que el evismo pudo amplificarse e irradiarse. Los momentos más conflictivos y significativos de la coyuntura política fueron inmediatamente identificados y promovidos como efectos del liderazgo personalizado, esto implica que el evismo es básicamente un producto estatal. Sin Estado, no hay evismo.

Por otro lado, el evismo es producto de exigencias históricas concretas y tiene una base real, convertida en fuerza política que adquiere vida propia posteriormente como resultado, también, del cumplimiento efectivo de las reivindicaciones sociales que se originaron en el proceso político. Si bien existe una base material que vincula al proceso con el liderazgo, este se expresa en una adscripción de tipo afectiva que se acrecienta al identificar al líder con el desenvolvimiento de la coyuntura. Por lo tanto, la base de su popularidad depende mucho del éxito de la gestión. Esto implica sostener que el liderazgo se hace durante el proceso, no antes del proceso (por eso no se pueden crear líderes “probeta” a partir de cursos de formación, por ejemplo). Sin un proceso social y político, no hay liderazgo histórico.

Estos dos factores -que no son lo mismo- emergieron de la misma coyuntura histórica, pueden coexistir dando la impresión de que son una y la misma cosa, en parte porque la coyuntura lo permite. Sin embargo, como toda singularidad histórica esta tiende a desvanecerse por diferentes motivos.

Podemos entender de manera esquemática y  por razones didácticas, que existen motivos externos e internos para la “extinción” de esta singularidad histórica, optamos por el término “extinción” en lugar de “muerte” para los procesos histórico-sociales, ya que no son comparables al nivel biológico de la vida. Así como uno puede ver en el cielo la luz de una estrella lejana que ya no existe, lo que probablemente observa es el brillo de una estrella extinta. Por tanto, el límite entre su surgimiento y extinción es cuestión de tiempo y de ángulo de visibilidad antes que de fechas cronológicas. Por último, nos referimos aquí solo a algunos factores de manera rápida, pues una explicación detallada exigiría mayor desarrollo, que por la extensión de este artículo no es posible. 

Cuando nos referimos al factor externo, hablamos del  ataque al carácter “moral” que se le profirió al evismo, no al socavamiento político, ideológico o económico, que no se descartan. En principio, la más alta cualidad de un líder es su altura moral, por eso el 12 de febrero del 2016, año del referéndum para la relección, fue una derrota electoral basada precisamente en la arremetida a este componente ético del evismo a través de las “redes sociales” (RR. SS.) que debutaron como medio de influencia política en Bolivia. Independientemente del hecho en sí, lo relevante para nuestro argumento es que el golpe vino de un espacio totalmente nuevo para la forma de hacer política dentro del MAS.

Las redes sociales fueron el escenario del segundo golpe, que se manifestó en las elecciones de 2019. A pesar de que el MAS ganó, la campaña electoral fue difícil y el liderazgo fue cuestionado por su “moral” en los medios y RR. SS. Esto afectó los resultados, que no cumplieron las expectativas del masismo. Otra vez, el partido de Gobierno no pudo enfrentar con éxito esta nueva forma automatizada de hacer política.

El golpe blando contra el MAS se apoyó en la movilización de ciertos sectores de la población, y del socavamiento de la moral del evismo, impulsado sistemáticamente desde las “redes sociales”. No obstante, hay que aclarar que, aunque no se puede negar que hubo algún tipo de financiamiento, tampoco se puede ignorar que hubo mucha gente que, “voluntariamente” y sin recibir nada a cambio, se dedicó a alimentar este socavamiento moral del liderazgo del evismo, en las redes. Esto no quita la responsabilidad de los militares, los policías y los sectores de la derecha boliviana, que se coludieron para romper el orden constitucional. Sin embargo, nuestro argumento se centra en lo anterior.

Cabe aclarar que el papel de las redes sociales en el socavamiento moral del liderazgo del evismo no implica simplificar su papel en la política, sino que refleja un cambio en la estructura social y en las posiciones de los grupos y clases sociales de Bolivia. Esto se debe, en parte, a que RR. SS. tienen más influencia en una población que ha aumentado sus ingresos medios en estos 14 años, y que tiene otras formas de valorar lo político. Por lo tanto, las redes sociales son el soporte de esta reconfiguración social.

Por factores internos nos referimos a las transformaciones que el Proceso de Cambio activó consciente o inconscientemente. Por un lado, el socavamiento moral del liderazgo indica un cambio en las disposiciones subjetivas de los referentes políticos de la nueva ciudadanía. Esto fue una consecuencia inesperada de haber sacado de la pobreza alarmante, en la que se encontraban en 2006, más de la mitad de la población, hacia ingresos medios a siete millones de personas, aproximadamente, según los datos oficiales de 2019. El aumento significativo del dinero circulante impactó en las “expectativas” de la gente, por ejemplo, en la inversión en educación superior, lo que no ocurrió durante la época neoliberal, o en las posibilidades de ampliar el consumo y los niveles de vida hacia estilos más modernos.

Antes de la llegada del MAS, los movimientos sociales eran el eje político y el contrapeso a los gobiernos neoliberales, lo que creó un pequeño campo político dominado por ellos en el ámbito popular. Esto cambió con el MAS, que integró a los movimientos sociales en el gobierno, haciendo casi innecesaria la movilización social para lograr objetivos concretos (como en el neoliberalismo). Esto supuso un cambio de la forma de hacer política en la época neoliberal a otra distinta y novedosa, con más apoyo que antes. No compartimos la “moralina” de algunos intelectuales que contraponen al MAS y a los movimientos sociales, como el “mal” y el “bien”. Sus juicios, basados en nociones estáticas y románticas, los presentan como defensores de los movimientos sociales frente a las “malévolas” intenciones del MAS de cooptarlos, nada hay más judeocristiano que este tipo de razonamientos que abundan en los análisis políticos sobre el partido de gobierno, en todo caso entre ambos sectores hay más complicidades que meras relaciones verticales y autoritarias.

Queremos analizar esta arista de la problemática como un cambio real de la lógica política de los movimientos sociales. Aunque los dirigentes se integraron como actores clave en la política y la gestión pública, esto no evitó el alejamiento entre ellos y las bases, tanto político como social. Las bases sociales de los movimientos se unieron a la gente de ingresos medios en Bolivia. Si indagáramos dónde estudiaron o estudian los hijos de los dirigentes de las organizaciones sociales, ministros y viceministros de ese periodo, veríamos que su estilo de vida ya no sigue la lógica de los movimientos sociales.

La complejidad del “Estado Plurinacional” es otro aspecto relevante. En más de quince años, la estructura del Estado ha cambiado mucho, por el crecimiento de Bolivia y por el proyecto político iniciado en 2006. Por un lado, las empresas estatales ofrecen nuevas estrategias políticas y económicas, que el neoliberalismo había cerrado. Por otro lado, un país con 36 idiomas indígenas oficiales y el castellano, requiere una relación compleja entre los distintos órdenes y niveles estatales, que implica una carga administrativa. El nuevo diseño de Estado implica, también, más relación interna (deslinde jurisdiccional, autonomías departamentales e indígenas, etc.), lo que cambia la forma de hacer política, con más peso técnico administrativo y menos distribución de poder a los aliados políticos. Quien tiene el poder, debe saber administrarlo.

El evismo no puede reproducirse en este viraje político, lo que limita su posibilidad de volver al gobierno bajo la figura de un liderazgo personal. Porque la personalización del liderazgo político también entró en crisis con el ataque moral al evismo que cuestionó y socavó las prácticas políticas que predominaron durante el ejercicio de su liderazgo hegemónico y personalizado. Ahora, ese modo de hacer política está desprestigiado y deslegitimado, lo que aumenta el desencanto hacia un único líder. Este es el síntoma más importante del viraje político.

Sin embargo, aquí cabe hacer una aclaración. Dentro del ámbito de disputa política en el MAS, al menos por algunos años, el intento de identificación con un líder se transformó en un capital simbólico. Incluso puede ser que la militancia inconscientemente, busque la figura de un líder histórico. Pero, hay que hacer una advertencia, este solo es un juego político interno que ya no irradia fuera de la militancia del MAS. Es solo un efecto “destello” de la desaparición del liderazgo histórico.  Lo que nos deja la siguiente lección: es necesario  diferenciar un liderazgo histórico, – como el que produjo el evismo- del liderazgo político. Los liderazgos políticos son inevitables y hasta deseables en la política, pero no todo liderazgo político es un liderazgo histórico.

Hay más factores internos y externos que podríamos añadir a este perfil esquemático, pero lo que se destaca como argumento central es que el evismo se basó en exigencias históricas que se han derrumbado, están en vías de hacerlo o en su defecto están obligadas a transformarse.

Lo que destaca es que el eje político ha cambiado en los últimos años. Los mayores ingresos de las familias han despolitizado el campo político, que ya no es el mismo que hace 10 años, y la tendencia está definida. No hay contrapeso a este fenómeno casi normal, que surge de una dinámica modernizante que, en parte vivimos, en Bolivia. Además, el hecho de que todos los partidos (izquierda y derecha) basen sus estrategias políticas en las redes sociales, supone una renuncia a las formas anteriores de construir el discurso ideológico y la militancia política. Esto es clave para entender la política en la época del evismo, que ahora se ha perdido. Esto implica no solo un giro en el perfil político del votante, sino también un cambio desde abajo del proyecto político, o una interpretación lejana del marco ideológico que lo originó: el Proceso de Cambio.

Otro argumento que se desprende de todo lo anterior, es que la política ya no está polarizada en los movimientos sociales, sino en la zona media (no es lo mismo que clase media) nos referimos a un sector cuyos códigos no son  de derecha, pero tampoco del Proceso de Cambio. Son grandes sectores de cuya votación, posiblemente, dependa el próximo Presidente de Bolivia para las elecciones del 2025. Este desplazamiento del norte político es -en parte- producto del propio Proceso de Cambio y no es terreno fértil para el evismo, al que le es indiferente en muchos sentidos.

Otro factor importante es la resignificación del término indígena, que ya no tiene una connotación folclórica ni idealista. Los indígenas en el poder han demostrado su mundanidad, que ha transformado su percepción y autopercepción. Aunque se inició con idealizaciones y clichés inevitables (era de esperar, después de enfrentarse a la dura prueba del poder, que cambian las ideas que se tienen de uno mismo. Al fin y al cabo, eso también implica el poder). Si antes los prejuicios coloniales veían al indígena como un campesino refugiado en su cultura, hoy existe un alto nivel de profesionalización y de disputa abierta en los ámbitos políticos, académicos e intelectuales de los indígenas. La idea de que: “yo quiero ser presidente como él (Evo)” ya no basta. Evo Morales ya no es el indígena “modelo” que impulsó el evismo.

No se puede atribuir la debacle del evismo a una simple manipulación externa de la derecha nacional e internacional (argumento que se usa para victimizarse), sino que también hay factores materiales que lo llevan a la extinción. Nos referimos al cambio del código político, del sector los movimientos sociales hacia zonas medias de la política, que hace que las redes sociales jueguen un papel  central y esto va en aumento. El evismo ya no tiene bases políticas sociales que lo reproduzcan, aunque Evo Morales seguirá teniendo peso político en Bolivia por un buen tiempo, por su capital acumulado que seguirá jugando un papel específico en la política nacional. Pero eso ya no será evismo, como tal.

Los cálculos políticos que no tomen en cuenta este factor, probablemente lo padecerán. Un ejemplo de esto se expresa en el siguiente razonamiento: “si le va mal a este gobierno (de Luis Arce Catacora) la gente pedirá que retorne el Evo”, este análisis puede ser válido en el contexto político que dio origen al evismo, pero en las actuales circunstancias tiene poco o casi ningún peso. El escepticismo frente a un liderazgo fuerte y renovador esta más acorde a la zona media de la política, con un candidato que probablemente reúna otros requisitos, si seguimos en la hipótesis de que el actual gobierno del MAS podría fracasar.

Lo que hace improbable el retorno del evismo no es solo una cuestión de disputa ideológica, sino las propias transformaciones originadas por el Proceso de Cambio en la sociedad boliviana. Estamos presenciando la extinción del campo político que dio origen al evismo. Hoy existen otros códigos que definirán, en un futuro próximo, un nuevo campo político en Bolivia. Probablemente, muchos actores “romanticen” el pasado “glorioso” y pretendan “conspirar” para que el antiguo esquema vuelva, pero sus esfuerzos tendrán un efecto que, para desgracia del propio Proceso de Cambio, no se parecerá en nada a lo que ellos tienen en mente.

Opinión
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Los sueños no nos dan de comer

Soñadores como el gran revolucionario Lenin, o el propio Marx, también el Ché Guevara, Gandhi, y el mismo Jesucristo, no vivieron rodeados de riqueza y lujos sino todo lo contrario. La vida de los soñadores probablemente más importantes de la historia, fueron casi de miseria y abandono; pero su legado ha sido tan importante precisamente para cambiar las injustas estructuras del mundo. Soñadores que sembraron esperanzas, sembraron consciencia entre sus pueblos, para la emancipación de los desheredados y los desterrados de la historia.

En estas épocas oscuras, plagadas de imposturas políticas, de mediocridad absoluta, donde la hipocresía hace gala de sus brutales consecuencias. Además de la corrupción que es el síndrome más brutal, que ha corroído las mentes de todas las generaciones, necesitamos más que nunca de soñadores en la política, en las ciencias, en la poesía, en la intelectualidad, en el arte y la  música. Soñadores que trastoquen las estructuras de estas coyunturas, donde lo mediocre y lo corrupto es la presentación más importante de los humanos.

Necesitamos y requerimos de soñadores realmente revolucionarios, no de parlanchines mediocres y payasos de sus patrones. Necesitamos soñadores que guíen y acompañen a los pueblos, porque lo pragmático y cabrón del fin justifica los medios simplemente está matando las esperanzas de los pobres. La ausencia de soñadores están destruyendo los tejidos sociales en todo el mundo.

La política, que es el arte de todo lo posible; pero sobre todo es el arte del servicio al pueblo, ya no es lo que fue. La política se ha contaminado con todos los ingredientes de las confusiones postmodernas. Es decir, de las ideas relativas o relativizadas hacia la mediocridad y el pragmatismo politiquero, donde los ignorantes y brutales son los personajes centrales. No aquellos de consenso, de ideas en función de los demás: del bien común. Pues sí, cuánto necesitamos de soñadores que recuperen la esencia de la política, como el sacrificio siempre en beneficio de los intereses de los más pobres.

En este siglo y nuevo milenio se han desvanecido los avances sociales, conquistas que a los pueblos les han costado enormes sacrificios, incluso en sangre. Los retrocesos son directamente proporcionales a la devaluación de los sueños, a la devaluación de los liderazgos por todo el mundo. La contaminación vía internet y móviles, de las tontas ideas de éxito y riqueza, han destruido sociedades enteras. Lo vulgar y la frivolidad cotidiana son los reyes en estos tiempos oscuros. Ni siquiera existe algo de consciencia en los nuevos proletarios, son los esclavos inconscientes de las nuevas estructura de explotación y saqueo. Probablemente peores que en siglos anteriores.

La ausencia de soñadores, de quijotes y líderes se siente en lo profundo de los movimientos políticos. Donde no hay propuestas de sueños, sino sólo de conquistas inmediatas y egoístas, sin considerar a los demás grupos o intereses. Enfermedad que se ha dispersado a lo largo del mundo, en todas las culturas y clases sociales. Lo material y materialista se ha impuesto destructivamente. Los sacrificios y paciencia, no son parte del vocabulario de estas épocas, sino lo materialista en sentido enfermizo: la conquista de lo inmediato aun pisando a los demás.

Por supuesto que los sueños no son sinónimos de éxito material y social. Y no es que la riqueza sea mala en sí misma; pero si está cargada de corrupción, saqueo, expoliación, colonialismo y explotación sangrienta, no es riqueza sana y debe ser combatida por lo injusto y anti humano en sus contenidos.

Son épocas oscuras, no existen soñadores por un mundo mejor en sentido de servicio y guía hacia mejores momentos de la historia. Son épocas de pragmatismos insanos, sin ética ni moral alguna. Son épocas de rezos sin sentido, manipulando a las mismas religiones de maneras totalmente egocéntricas e individualistas. Manifestaciones extremas de lo oscuro de estas épocas.

Soñar es tomar consciencia de las condiciones materiales y espirituales de los pueblos. Para luego transformarlos estructuralmente. Los sueños no generan caudillos individualistas. Los sueños son patrimonios comunitarios y grupales, que generan consensos para buscar justicia social y económica. Aquellos líderes que soñaron con cambios sociales, como el Ché o Jesús, consideraban en primer lugar los intereses de los más pobres. Y buscaban por supuesto la construcción de estructuras sociales, más equilibradas, más justas y menos mercantilizadas.

Sí, los sueños no dan comer ni riqueza alguna. Pero la historia mundial nos ha demostrado que los sueños, en todas las épocas, son el ingrediente más importante para cambiar el mundo, para que el mundo sea un mejor lugar para vivir, y no un valle de lágrimas. Las nuevas generaciones tienen que alimentarse de los sueños de las anteriores generaciones, porque las herencias de luchas y sacrificios no se terminarán hasta conseguir la total emancipación de los pueblos, de los proletarios, de los obreros y campesinos. De eso se trata el sentido de la vida.

 

                                                                                            La Paz, 27 de enero de 2024

Opinión
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¿Cómo estamos a 15 años del “Estado Plurinacional”?

El feriado nacional del 22 de enero en Bolivia fue establecido con el Decreto Supremo No. 405 del 20 de enero de 2010, en cuyos considerandos decía: “Que el 22 de enero de 2006, Evo Morales Ayma asume la conducción del Estado en representación de las naciones y pueblos indígena originario campesinos (…) Que el 22 de enero de 2010 se instituye el Estado Plurinacional de acuerdo con la Constitución Política del Estado”; y, en su artículo único: “Se decreta el 22 de enero de cada año, como día de la Fundación del Estado Plurinacional de Bolivia. Asimismo, se declara feriado con suspensión de actividades públicas y privadas a nivel nacional el día 22 de enero de cada año”.

A decir de sus ideólogos, el Estado Plurinacional apuntaba a reconocer la existencia de 36 naciones, lo que —en teoría— debía llevar a Bolivia a una verdadera unidad en lo político, económico, social y cultural, en respuesta a 180 años de dominación y discriminación de las “grandes mayorías”.

El alborozo y la expectativa por aquel entonces era grande, verdaderamente grande, y mucha, muchísima gente creyó en ello esperando que la “unidad en la diversidad” funcionara para bien del país, muy especialmente, a partir del protagonismo de campesinos, indígenas y originarios que, habiendo sido ignorados por tanto tiempo, tendrían la oportunidad de conducir al país y enseñar al blancoide y al mestizo a aprender de ellos “cómo hacer bien las cosas”.

Posteriormente, el Decreto Supremo No. 2750, del 1 de mayo de 2016, refrendó el 22 de enero como el “Día de la Creación del Estado Plurinacional de Bolivia”, diciendo que, de caer el feriado en domingo, pase al lunes, justificando que la Ley General de Turismo “Bolivia Te Espera”, apuntaba a promover, desarrollar y fomentar el turismo interno para fortalecer la identidad plurinacional y las riquezas inter e intraculturales, y que era necesario reglamentar los feriados para fomentar el acceso a mercados de consumo turístico para productos diferenciados y especializados, generados por emprendimientos de turismo comunitario, social y otros; y, apoyar el desarrollo del turismo sustentable, en la perspectiva de construir una cultura turística solidaria y participativa, que genere empleo estable y permita la redistribución equitativa del excedente económico, fruto de la acción turística, a través de políticas que promuevan su fortalecimiento. ¿Tremenda aspiración, verdad? De haberse concretado, el turismo estaría boyante.

Sin embargo, la nueva conmemoración del nacimiento del Estado Plurinacional de Bolivia, este año, no pudo resultar más contradictoria. Se entiende que se festeja lo que va bien, no así algo que está en crisis, y cuando digo “crisis” no me refiero a la situación económica del país, sino, a algo peor, a una crisis social y política que bien podría ser la antesala de una indeseable crisis económica a corto término. ¿Por qué?

Porque, a diferencia del año 2006 —cuando la naciente Bolivia plurinacional estaba “partida en dos”, producto de la votación del electorado— el festejo del 22 de enero de 2024 encuentra al país más dividido que nunca, no solo entre los criticados y estigmatizados “blancos, mestizos y blancoides” versus los cobrizos y ensalzados “campesinos, indígenas y originarios”, sino, también —y esto más que curioso es doloroso— encuentra divididos a ambos conglomerados al  interior de cada uno, y, además, divididos están los propios promotores y actores de la plurinacionalidad, siendo la mayor expresión de ello la división al interior del “instrumento político" del Movimiento Al Socialismo, algo inimaginable hace pocos años atrás. ¿Es o no es así? ¿Estamos o no estamos así?

Es lamentable decirlo, pero, más allá de la “incorporación” de amplias masas otrora postergadas, los objetivos de unidad y de un Estado más inclusivo no se han dado luego de 15 años. Pero no solo eso, el país ha entrado en una vorágine de cientos de conflictos en los últimos tiempos, con fatídicos avasallamientos a predios productivos e insufribles bloqueos que afectan los derechos básicos de la gente, como la seguridad, la libre circulación y el trabajo, castigando con pérdidas principalmente a los productores, exportadores, transportistas, importadores, comerciantes, prestadores de servicios, y también a los consumidores y trabajadores.

Un informe presentado recientemente por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) da cuenta que en 2023 el departamento de Santa Cruz —bastión económico, productivo y exportador del país— fue el foco de conflictos con 185 puntos de bloqueo y 211 días de afectación, sin poder circular ni trabajar normalmente, lo que explica en gran parte el bajo crecimiento del PIB, el derrumbe de las exportaciones y la vuelta al déficit comercial. Y se habla de hacer turismo… ¿en un país bloqueado y convulsionado?

¡Cuán triste y lamentable es ver que esta inédita concepción del Estado no ha hecho, sino, provocar un país más dividido e inseguro que antes, tanto para republicanos como “plurinacionales”!

Buscando la verdad
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Se viene otra vez Donald Trump

 Acaba de ganar el caucus republicano de Iowa, el señor Trump. Conocido mundialmente por sus posiciones no sólo conservadoras, sino ultraderechistas que reivindican el siglo XIX como el lugar ideal del mundo moderno. Trump no sólo desconoce todo lo avanzado en derechos humanos y laborales, sino abiertamente ni siquiera respeta sus propias instituciones, leyes y normas de los Estados Unidos. Con un montón de juicios en su contra, se presenta a la nominación presidencial demostrando que la democracia norteamericana simplemente es un juego de ricos y poderosos. No importa que hagan o pecados tengan, son los dueños y señores de la democracia.

Este señor imperial, peor que el emperador romano Calígula, sabe muy bien que los hilos del poder imperial estadounidense, le puede servir para dejar su rastro cavernario por todo el mundo: bombardeos, invasiones, expulsiones de millones de migrantes, muros anti migrantes, etc. En todo caso, la pregunta principal es por qué regresa con más fuerza y poder, es decir por qué las instituciones gringas no pueden hacer nada para detenerlo a semejante troglodita moderno.

Las respuestas son casi elementales, pues la democracia occidental está en terapia intensiva porque se ha vaciado de sus contenidos de servicio al pueblo, ha sido reemplazado por la plutocracia y oligarquía mercantil militarista, totalmente al margen de lo que realmente piensa el pueblo estadounidense. Y no es que  Trump sea la salvación a ese desastre, sino es la respuesta de la bronca del país profundo hacia sus políticos corruptos: sean estos demócratas o republicanos es lo mismo. Prefieren a un loco y desquiciado que no es político.

Además, de yapa, veamos lo que está sucediendo con los políticos norteamericanos en esta coyuntura. Serviles y criminales apoyando las locuras de otro demente elegido democráticamente como el judío sionista Netanyahu. Quién se ríe todos los días de las NNUU, asesinando niños y mujeres en Palestina porque tiene el apoyo imperial de los Estados Unidos. Ahí se resume la democracia occidental. Todo lo demás son discursos a las calendas griegas, de la hipócrita diplomacia occidental.

Es lógico que lo poco de decencia que les quedaba a los demócratas, se esfume en esta coyuntura y los votantes de otros años, como migrantes árabes, se desanimen profundamente frente al engaño sionista. Por tanto, sabe perfectamente Trump que la coyuntura le favorece y pues ya se siente otra vez imperial e impune.

Los otros políticos serviles, europeos, ya empiezan también a preocuparse. Trump tiene, en sus varias facetas, actitudes nacionalistas que justifican sus desacuerdos de que los dineros suyos se gasten en intereses de otras regiones del mundo. Probablemente se retire de la OTAN y de otras alianzas militares, ya que los demás sólo esperan la caridad de los estadounidenses. Tienen que estar preocupados los europeos, solos no podrían ni un día ante el poder de los rusos u otras potencias mundiales en ascenso. Como vemos, sólo el anuncio del regreso de Trump a la silla imperial, retumba al mundo entero por sus posibles consecuencias. Muchas de ellas nefastas y criminales. Como en los temas de migración, pues Trump considera a quiénes van como migrantes, sobre todo de las convulsionadas regiones del tercer mundo, bárbaros e ignorantes. Es decir, peligrosos e inservibles.

Sí, Trump regresa con fuerza y los tontos que siguen creyendo en la democracia occidental simplemente se desayunarán con ese espécimen. Las leyes sólo están con las clases altas, también en los Estados Unidos, por lo que Trump sabe que no le sucederá nada. Tiene la alfombra roja tendida a sus pies y va rumbo a la prostituida casa Blanca.

En América Latina no tenemos por qué preocuparnos, el regreso del emperador Calígula no es noticia que nos alarme. Hemos tenido peores épocas en la guerra fría, donde sólo pensar distinto era sinónimo de terror y muerte. Pero es cierto que debemos abrir, los sectores conscientes y alternativos, espacios de debates y revisiones teóricas sobre lo que acontece en nuestra región. Demasiados errores y metidas de pata, que dan lugar a espectros como Milei y otros imitadores burdos pero peligrosos.

Los sectores obreros, proletarios, campesinos e indígenas sabemos por experiencia que no podemos esperar migajas o limosnas de otros sectores de clase. Dependemos de nuestras propias fuerzas históricas para salir adelante. El regreso del emperador Trump Calígula, debe alertarnos y ponernos en guardia en nuestras organizaciones regionales. Ciertamente que afectará en varios campos de la economía, o en temas de migraciones.

La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores. Consigna nada fácil de cumplir. Eso nos dice la dura experiencia. Y pues, otra vez pasamos duras experiencias internacionales como nacionales, en las que necesitamos y requerimos de mayor consciencia social y política. Ya hemos tenido otros Trump en el pasado, emperadores peores que no lograron destruirnos aun su odio y desprecio hacia nuestras historias. Pero tenemos que estar atentos en nuestras trincheras de lucha.

Opinión
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China da lecciones en Davos-Suiza

Li Qiang, primer ministro de China, comunista militante y alto dirigente del Partido Comunista de China, dijo al mundo gringo supuestamente democrático reunido en Davos Suiza, que el multilateralismo es la respuesta adecuada al mundo, precisamente para resolver los complejos problemas mundiales. Conferencias entre tantas que se dan, en aquel rincón de los Alpes suizos donde los más poderosos del planeta “deciden” los destinos del mundo.

Por supuesto que China tiene problemas internos serios, en lo político, social y económico; pero han demostrado también con creces resultados sorprendentes, respecto de sus avances económicos, sociales y científicos. Resultados que les permite opinar con suficiente autoestima como país, para intentar consensuar con otras regiones del planeta y hacer de este mundo un lugar mejor para vivir.

En aquella conferencia el dignatario de Estado chino, insistió que sólo un mundo multilateral puede efectivamente enfrentar los complejos problemas del mundo. Que tenemos que terminar con esa sola mirada occidental, que data desde el siglo XVI, totalitaria y excluyentemente ciega por sus intereses mercantiles y militaristas. De hecho, occidente ya no crece económicamente hace muchos años. Su economía está estacada y en profunda crisis sistémica, sobreviviendo gracias a deudas colosales que serán piedras sobre las espaldas de sus pueblos. En cambio, las economías emergentes crecen en varios casos aceleradamente, cambiando totalmente la geografía económica de nuestro planeta.

Después de Palestina queda absolutamente claro que ese cuento de democracia en occidente, es solamente un concepto vacío y democráticamente engañoso. En las sociedades occidentales, dizque las más avanzadas y desarrolladas, no hay democracia sino gobiernos oligárquicos y de plutocracias que toman decisiones al margen de sus pueblos. Son enormes circos romanos de pan y folklor, pero que muy pocos toman decisiones brutales como bombardear todos los días a países enteros, sin que les importe un carajo las leyes o las normas internacionales.

No hay democracia en occidente. Sus resultados son las guerras y los bombardeos, esa es la democracia en occidente. Un negocio redondo para las industrias de punta de armas, de tecnologías sofisticadas en función de sus plutocracias enfermas de poder y dinero. Con visiones mercantilizadas y deshumanizadas, totalmente peligrosas que los grupos terroristas son un juego de niños a lado de estos monstruos del poder total.

Occidente se queda cada vez más aislado y poco democrático frente al mundo. Sus plutocracias que gobiernan a nombre de las élites, no de los pueblos quiénes sólo asisten al circo de las votaciones donde eligen asesinos, disfrazados de políticos, y cierran el círculo terrible de los poderes oligárquicos de occidente.

Después de Palestina occidente ya no tiene autoridad moral y ética respecto de la democracia, respecto de la institucionalidad y acude a la receta de siempre: guerras coloniales y de conquista. Lo poco que le quedaba en lo ético, simplemente se ha esfumado con el genocidio de Palestina, pues ya no es exportable sus discursos “democráticos” porque sus prácticas reales, es decir lo que demuestran en Palestina es lo que vale de su Real Politik. La solicitud del multilateralismo que vienen de realidades distintas, suenan como las posibles soluciones en las actuales circunstancias.

En todo caso, los discursos en Davos son sólo para las tertulias de quiénes tienen acceso a ciertos círculos elitistas. Si bien son interesantes como insumos de reflexión, de ninguna manera influirán en los problemas del mundo, porque las decisiones más importantes están estrechamente ligadas a los intereses mercantiles, a las estrategias de Estado de occidente y de países emergentes con capacidad de decisión mundial.

Por supuesto que en Davos no se reflexionarán sobre el crecimiento de la pobreza, de la delincuencia política y económica, el crecimiento de la desigualdad en el mundo. Los ricos siguen siendo más ricos; los pobres siguen siendo más pobres. No se reflexionarán sobre el empobrecimiento de la democracia en occidente, donde el escandaloso crecimiento de las fortunas más ricas del mundo, sólo demuestran lo profundamente injusto del modelo económico. Ese cuento de los exitosos del modelo, son discursos cínicos para encubrir las terribles desigualdades económicas y sociales.

Bolivia sigue siendo sólo parte de la periferia de la periferia. Mientras no nos pongamos las pilas en lo educativo, en las estrategias regionales económicas y científicas, es decir en consensos globales de nuestros propios intereses seguiremos nomás en el folklor de miniatura, peleados como en las cavernas trogloditas, por pedazos humillantes de nostalgias políticas sin sentido alguno.

Sabemos con absoluta certeza que occidente no tiene  nada que enseñar, sobre todo en términos políticos o sociales. Ni siquiera pueden mejorar sus propias democracias, teñidas de hipocresía generalizada e inercia mental con lagunas  de olvido de su propio pasado. Sin embargo, sería tonto  culparles de eso y todo respecto de nuestros problemas internos. Problemas que son profundos y requerimos con urgencia saldar cuentas con el pasado, para proyectarnos al presente y despegar al futuro.

En Davos Suiza sólo se reproducen escenarios elitistas, de lavado de consciencia sobre los efectos de los desastres de occidente. Nada más y nada menos. Las trincheras de lucha por la justicia social y la revuelta por las conquistas sociales, siguen nomás sus cursos históricos en cada una de nuestras historias. Cierto que necesitamos tomar consciencia de ellos, y trabajar muy duro para cambiarnos éticamente y cambiar nuestras historias.

                                                                                          La Paz, 20 de enero de 2024

 

Opinión
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¿Será viable la auto prórroga?

A la vista de los recientes acontecimientos perpetrados por los ex altos cargos del sistema auto prorrogados y/o favorecidos con ella; algunas extrañas “renuncias” (a funciones que ya cesaron y ante “Salas Plenas” inexistentes); el patético intento de defensa desde el ejecutivo a través del titiritero del Prado recitando la jurisprudencia de la CIDH que le conviene y el generalizado rechazo -con diversas motivaciones- surgidas prácticamente desde todos los ámbitos ciudadanos; cabe preguntarse: ¿Si la auto prórroga será viable o sostenible en el tiempo?. ¿Sobrevivirá o será otro papelón institucional y personal? ¿Cuáles los efectos personales e institucionales que se avecinan?

Recordemos que el pretexto usado para esa extravagante declaración fue evitar el vacío judicial que, insisto, no era tan fiero como nos la charlaron. No obstante, pese al relativamente escaso lapso transcurrido, resulta innegable que el remedio les quedó peor que la enfermedad, ya que el tiro les salió por la culata como nos está probando cotidianamente más allá de toda duda razonable la cruel realidad, mucho más dura que la DCP No. 49/2023, así la lleven bajo el brazo.

Veamos algunos pocos ejemplos: la inauguración protocolar del año judicial en los altos tribunales no pudo realizarse y de haber habido algo parecido, fue clandestina y hasta por plataforma virtual; se supo que los ex magistrados en dos de los Tribunales (TSJ y TAN) habrían elegido en “Sala Plena” a nuevos “Presidentes”; que incluso habrían designado a Vocales de TTDDJJ y hasta, ese grupo de amigos ex magistrados de una Sala, habría emitido una resolución resolviendo el pedido de aclaración y enmienda al fallo sobre el Gobernador de Santa Cruz. Todo eso prácticamente desde la clandestinidad y con el agravante que esos Tribunales ahora cercados ya no están atendiendo regularmente al público, peor al foro que necesita presentar memoriales, hacer seguimiento de los procesos o recibir notificaciones, aunque sea con fechas y diligencias falsas, como se mal acostumbró. Advertirán que eso dista y mucho, de la normalidad con la que el sistema en esas altas instancias debiera funcionar. Se trata nada menos que de un órgano del estado que, debiera dar ejemplo de legitimidad, transparencia e idoneidad o, aunque sea, siquiera de regularidad.

De hecho, desde dentro de esos tribunales, las almas comunicativas chismean que los ex magistrados se han convertido en prácticamente fantasmas, pues no aparecieron como sería su obligación de seguir siendo tales y/o lo hacen a escondidas o clandestinamente. ¿No qué la impartición de justicia era pública, transparente y accesible?

En el ámbito estrictamente jurídico y descontando lo protocolar que sólo tiene trascendencia formal; acaece que todos los actos de los ex magistrados convertidos ahora en un grupo de amigos que juegan con nuestros recursos públicos a seguir siendo autoridades del sistema de administración de justicia, están irremediablemente viciados de nulidad por orden del art. 122 de la CPE: “Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la ley”. La CPE y los Instrumentos Internacionales, condicionan cualquier decisión, a que sea expedida por Jueces competentes establecidos por la CPE y la Ley. Ellos dejaron de serlo.

Ese es el peor daño que los auto prorrogados le están causando al ciudadano y al estado (que tanto idolatraron) pues en vez del vacío judicial maliciosamente exagerado y usado para justificar su tropelía, han generado un inocultable caos jurídico y administrativo de inimaginables consecuencias que crece diariamente como bola de nieve llevándose por delante la ya muy débil institucionalidad que contribuyeron frecuentemente a debilitarla por su indigno sometimiento a poderes fácticos de orden partidario u otros peores.

Peor aún, si antes ya peleábamos por el podio (empezando por la cola) en absolutamente todos los estudios de funcionamiento del sistema de justicia global; imagínense como estaremos ahora, cuando quienes cierran y/o gobiernan los sistemas constitucional, ordinario, ambiental y disciplinario, no solamente ya eran ilegítimos en su acceso a sus funciones por haber perdido por goleada en las elecciones judiciales y por su desempeño de funciones seriamente cuestionado, sino ahora, cesado constitucionalmente su lapso de vigencia del cargo y, patéticamente empernados en el trono, producto de su propia decisión y/o actuación. La seguridad jurídica hecha pedazos y Bolivia ante el mundo ahuyentando sistemáticamente inversiones que producirían riqueza, impuestos y trabajo. Nos mostramos como una opereta bufa, no como una democracia institucionalizada sujeta al imperio del Derecho.

Así el estado del arte, la auto prórroga no es viable ni sostenible. Un ex Juez Santiago TORRES, entiendo español, ya lo sentenció: “UN JUEZ ES UN BISTURÍ QUE UTILIZA EL DERECHO PARA DEFENDER A LOS CIUDADANOS. SI ESTÁ INFECTADO, SOLO SIRVE PARA TRANSMITIR MÁS ENFERMEDADES”.

PAREMIOLOCOGI@
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Los judíos no creen en Dios

Simpre me ha llamado la atención, cuando personas crueles o hipócritas son las más creyentes de Dios, y están pronunciando su nombre para cualquier cosa en todo momento. Por supuesto que esas personas, que son muchísimas en este planeta no creen en Dios, sino que lo utilizan instrumentalmente para salvar su poca consciencia. Los judíos dicen que son el pueblo elegido de Dios. Mito que manejan desde siempre para justificar sus asesinatos, sus fechorías como en Palestina, en nombre de Dios. Es lógico que sólo utilizan a Dios, como arma psicológica y racial frente al mundo, e identidad colectiva pero totalmente hipócrita y soberbia. Ciertamente saben actuar como tal, como en el Muro de los Lamentos donde lloran a Dios teatralmente.

Ninguna religión puede justificar la muerte de unos humanos, contra otros humanos. Los pecados mundanos son enteramente humanos, de errores históricos e inventos que después se justifican con el invento de la violencia y la muerte. Es absolutamente imposible que los Dioses valoren la violencia y la muerte, para justificar a los poderosos de todas las sociedades.

Los judíos están demostrando al mundo la utilización de Dios, instrumentalmente, en sus tareas coloniales e impunes. Con seguridad les interesa un comino Dios, sino sus perspectivas mundanas de venganza y muerte. Lo dicen en los medios de comunicación mundiales, sus criminales gobernantes elegidos democráticamente por la podredumbre judía.

El fin justifica los medios junto a Dios: es la práctica judía, bajo los auspicios del sionismo norteamericano. Juego geopolítico extremo, a vista de todo el mundo que ve con bronca el poder norteamericano con sus mercenarios judíos. Que no les interesa las protestas multitudinarias del mundo, que no les interesa las críticas ni las mínimas peticiones de los propios afectados en Gaza.

La muerte de niños es para estos mercaderes de la muerte judíos, sólo temas colaterales y poco importantes ante el juego de la geopolítica del poder. La degradación humana en su máxima expresión. La degradación judía en sus colonias asesinando a palestinos cotidianamente, sin leyes ni normas internacionales que se respeten. Pues, quizás ya conocidos en la historia mundial: asesinaron de la misma manera al propio Cristo Jesús.

El poder político sionista está funcionando, para acallar las voces en contra de la matanza en Palestina. Como nunca en el mundo, es la demostración de que ese asunto de la democracia sólo es para los de arriba, muy pocos que mandan en este mundo, frente a todos los demás. Frente a la ingenuidad o la estupidez mundial que todavía creen en la democracia occidental, civilizada y dizque racional. Es el asco más repugnante posible, de la civilización occidental con sus discursos en los eventos hipócritas de las Naciones Unidas, o los parlamentos de los serviles políticos europeos, frente a la risa judía del gatillo criminal.

En todo caso, los judíos se llenan la boca alabando a Dios y rezándole teatralmente en el Muro de los lamentos. Y en realidad no creen en Dios. Porque no es compatible ética y moralmente los genocidios judíos, con sus alabanzas a Dios. Porque en esencia Dios (si es que existe) no está con los crueles, con los asesinos, con los hipócritas y con los que hacen mal a su prójimo. Porque Dios no puede avalar y arropar a los asesinos, todo lo contrario. Si es que se cumplen las escrituras, los judíos tienen que ir al infierno por el inmenso sufrimiento que infringen a los palestinos, a los niños, a las mujeres, a los ancianos en Gaza. Pues no es posible considerar mínimamente, la posibilidad de que Dios permita semejante criminalidad del sionismo judío a otro pueblo como el palestino. En fin.

La complicidad es también la otra cara o mejilla de quiénes se dicen no estar de acuerdo con el sionismo colonial; pero que no hacen nada por impedir la matanza o genocidio en Gaza y Cisjordania. Pues la complicidad es peor que el mismo hecho, porque dicha actitud se encubre así misma justificando el crimen. Como la mayoría del pueblo alemán frente al nazismo; hoy la mayoría del pueblo judío frente al sionismo en Israel.

En definitiva, la utilización de Dios por los judíos simplemente es anti ética. Debería ser condenado por los patriarcas, sacerdotes, obispos o gente pastoral de todas las religiones del mundo. Es la demostración del cinismo y la criminalidad política, cavernaria y nada civilizada incluso en términos de la hipócrita normativa legal de occidente. Al mismo tiempo es la destrucción del básico acuerdo, moral y ético, y consenso de las creencias como costumbres de los distintos pueblos hacia sus religiones.

En definitiva, los gobernantes sionistas de Israel son el demonio mismo. Son Satán en persona, utilizando a Dios de la manera como lo hacen en sus rezos de la mañana, para apretar el gatillo asesino en el día sobre niños, mujeres y ancianos palestinos. Ojalá los Dioses les condenen y castiguen si es que hay justicia divina, porque terrenal no hay.

Opinión
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Gracias a la vida, que me ha dado tanto…

¿Ha escuchado alguna vez la canción titulada “Gracias a la vida”? Si no lo hizo, se la recomiendo, vale la pena, la puede hallar fácilmente por Internet, interpretada por muchos artistas, algunos de la talla del mexicano Alberto Cortez, la estadounidense Joan Baez o la argentina Mercedes Sosa -para mí, una de las más lindas versiones- aunque nada hay mejor que apreciar el arte en su fuente misma, en este caso, oír la interpretación de la compositora, cantautora, artista y activista chilena Violeta del Carmen Parra Sandoval (1917-1967), célebre, además, por otra hermosa composición titulada “Volver a los 17”.

Conocida simplemente como Violeta Parra, sus sentidas palabras “Gracias a la vida, que me ha dado tanto” hechas poema y repetidas varias veces en la canción, no se refieren a tener dinero o posesiones materiales, tampoco a gozar de buena fama o una excelente posición social, menos, a detentar poder para hacer y deshacer, siendo que la gente piensa en eso a la hora de agradecer a la vida por tanto; ella se refiere, más bien, a cosas simples que casi todos pasamos por alto como si no fueran algo importante. Veamos…

¿Cuántas veces agradeció Ud. tener el sentido de la vista para apreciar la grandeza de la creación o a una persona querida? Ella lo hace, le agradece a la vida el poder ver, algo que sólo se llega a aquilatar cuando se ha perdido la visión.

Agradece también el tener oídos para poder escuchar los sonidos de la naturaleza, de los animalitos, de los seres humanos, así como el caer de la lluvia y la voz del ser amado. ¿Acaso no ignoramos todo esto, como si resultara algo absolutamente normal?

Da gracias, también, por tener una boca para volcar sus pensamientos en palabras tan sencillas y sublimes, como “madre, amigo, hermano”, pero, también, para decir la verdad, como una luz que alumbra el alma de los hombres, y para dialogar con la persona añorada. ¿Podríamos ponernos a pensar si en verdad estamos conscientes de ello?

No quedó fuera de su gratitud el tener pies que, aunque cansados de trajinar, le permitieron relacionarse con otras personas en el campo, en su casa, con sus seres queridos y en sus viajes por el mundo. ¿Se imagina la bendición que significa el poder caminar?

Gracias a la vida, que me ha dado tanto, decía en esta suerte de himno universal, por tener un corazón sensible a las obras humanas, seguramente, para alegrarse de lo bueno y condolerse de lo malo, latiendo más fuerte al mirar a los ojos a su ser amado. ¿Cuándo fue la última vez que hizo Ud. algo así?

El haber recibido tanto de la vida, para ella, era el poder explayarse en reír y llorar -en la dicha y el quebranto, como decía- para forjar sobre la risa o el llanto, su creativa poesía y convertirla en canción para compartirla con nosotros. ¿Se imagina tener un corazón agradecido, para bendecir en vez de maldecir?

Resta aclarar de Violeta Parra que, pese a la notoriedad que adquirió, no fue una persona acaudalada, tampoco gozó de comodidades, ni siquiera tuvo la mejor salud, sin embargo, era agradecida a la vida, pese a la escasez que sufría, y que ella hace ver, que en realidad, era mucho más de lo poco que siempre creemos tener, sin darnos cuenta de cuánto lo extrañaríamos, si lo llegáramos a perder.

Se dice de quien fue precursora del movimiento artístico con un alto contenido social, conocido como la Nueva Canción Chilena, que compuso la canción “Gracias a la vida” cuando vivía en La Paz, Bolivia, un año antes de su partida, el 5 de febrero de 1967.

Con sólo 50 años, Violeta Parra murió por mano propia, nadie sabe exactamente por qué y aunque es difícil explicar cómo una mujer que tanto le cantó a la vida, como ella lo hizo, pudo poner fin a la suya; es posible que la respuesta esté en la letra misma del poema: Su alto contenido humanista, da cuenta cómo el hombre puede llegar a sublimar las pequeñas cosas, pero derrumbarse, también, cuando frente a situaciones extremas no tiene el auxilio divino para afrontarlas. Lo digo porque lo he visto y lo he vivido…

El 2023 fue complicado -demasiado, diría yo- desde diferentes aristas. No solo por los imprevisibles sucesos que se dieron en el país y en el exterior, afectando a la economía, sino también, en lo personal, por mi salud (mis amigos más cercanos saben a qué me refiero), sin contar los dolorosos golpes recibidos de propios y extraños (no exagero).

En conclusión: Cuando el ser humano sólo se tiene a sí mismo o se apoya en otro ser humano sin contar con el oportuno auxilio divino, es previsible que la decepción, el sufrimiento, la mortificación y la desesperación lo lleven a tomar decisiones terribles y precipitadas.

Resulta natural dar gracias a la vida cuando no se sabe que ésta es solo una parte de la creación, fruto de la mente de un gran Creador, a quien se puede recurrir por socorro en tiempos de soledad o angustia.

Por todo ello, empezando el 2024, agradecido por dejar atrás el 2023, desde lo más profundo de mi ser alzo mis ojos al cielo y digo… ¡Gracias a Dios, que me ha dado tanto!

Buscando la verdad
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Cómo hacer alquimia social con nuestros cambios

Los avances que hemos hecho en estos últimos años, son evidentes pero faltan varios procesos más porque lo incompleto puede ser peligroso. En realidad, nuestro mayor desafío es cómo hacemos alquimia entre las civilizaciones prehispánicas y las llegadas con la colonización, después con la república. Es un hecho en que tenemos que compartir territorios, Estado y Nación, en condiciones de justicia social sino pues seguiríamos nomás como antesala de una balcanización, es decir de un desorden y caos que nos lleva al abismo. Ese compartir es precisamente cómo volcamos nuestra creatividad, para mezclar en el buen sentido nuestras concepciones institucionales prehispánicas, como ayllu o tenta, con el Estado occidental y sus concepciones de burocracia totalmente occidentales.

Enormes desafíos que aún no estamos realmente viendo, sino como actitudes políticas totalmente superficiales. Totalmente ideologizadas religiosamente, sin bases reales respecto de la información que tenemos para hacer de nuestro país un mejor país. Porque es de una evidencia enorme, que lo prehispánico sigue vigente en nuestras culturas, en sus costumbres, en sus imaginarios que se reflejan en el tipo de organizaciones o maneras de enfocar la política.

Pero también es evidente que lo llegado desde allende los mares, pues se ha quedado y mezclado con todo lo nuestro. Esos valores occidentales, que también son partes de la convivencia cotidiana en nuestras sociedades. Esos valores llegados y desembarcados, ciertamente no entendieron nada de lo que sucedía por estos lados. Por lo que cometieron innumerables errores de Estado, muchos de ellos sangrientos, en contra de nuestras poblaciones.

La contabilidad del pasado, de ese proceso histórico que no se cerrará nunca, nos obliga a reflexionar en opciones reales para hace viable nuestras convivencias. Mestizaje o sincretismo, todavía en discusión, no nos quedan más opciones que generar un país para todos. Con la perspectiva de hacer también justicia social con las poblaciones vulnerables, con los pueblos desfavorecidos desde ese pasado turbulento e injusto.

La historia mundial debería enseñarnos, que los radicalismos y totalitarismos sólo nos llevan a la muerte. Las guerras mundiales, hoy la guerra de Ucrania o el genocidio de Palestina a manos de los judíos, son ejemplos concretos de esas formas deformadas de entender la historia. Aquellas maneras cavernarias, enfermizamente conquistadoras y mercantiles, simplemente nos llevarán a la destrucción total de las culturas y de las sabidurías humanas. Ya demasiado nos ha enseñado occidente, con su totalitarismo y soberbia material totalmente fracasada y destructiva.

Sin embargo, todas las culturas tienen sus facetas educativas producto de sus experiencias sociales, propias y genuinas para compartir con otras maneras de ver el mundo y la vida. Las nuestras tienen mucho que enseñar, desde las reciprocidades, los aynis, las economías no mercantiles del don. En definitiva, todas las enseñanzas milenarias que se cortaron con la colonización occidental. Pero que resucitan en el tiempo por la fuerza misma de las culturas.

Cómo hacer alquimia con toda esa riqueza acumulada en los siglos, para por fin hacer un país digno de vivir y construir futuro para todas sus culturas. Sin que la ingenuidad supere a las realidades complejas, pues los intereses económicos o de clase son componentes que obstaculizan y contaminan los procesos sociales. O aquellas fuerzas foráneas muchas de las veces monstruosas que no dejan fluir precisamente lo nuestro.

En todo caso, no tenemos otra que ser creativos en esta turbulencia exigente, ya que las demandas sociales sobre pasan totalmente a la lentitud de ofrecer propuestas. La miseria de nuestras calles, la pobreza, la ausencia de futuro real y de largo plazo para las generaciones jóvenes, la ausencia de conocimiento hacia el futuro debería avergonzarnos porque existen sociedades donde saben lo que sucederá en 80 años adelante. Es decir, el grado de planificación de aquellas sociedades es directamente proporcional a la máxima responsabilidad, que dicen mucho de sus políticas de Estado serias y con resultados reales hacia sus poblaciones.

Las guerras, sean culturales, económicas o ideológicas, sólo nos llevarán a la miseria y la muerte. Eso es lo que vemos en la coyuntura actual con tantas guerras. Las guerras sólo favorecen a los mercaderes de la muerte: duelos de las industrias de armamentos. Son negocios sucios y totalmente anti éticos. Pensar en esas apuestas, sería de cavernarios con enfermedades mentales modernas.

Las posibilidades civilizadas de compartir y de vivir en reciprocidades tiene que ser nuestro horizonte civilizatorio boliviano. Siempre con la mirada de la justicia social, como premisa de un país justo y digno. Utopías posibles; pero también exigentes con las teorías y los exámenes políticos.

Podemos ser ejemplo de país. El Vivir Bien, como Utopía nuestra. Como alternativa a la destrucción de occidente, a la lógica mercantil sin ética social alguna. Como sueño humano frente a la modernidad contaminante de cualquiera de sus ideologías.

Necesitamos hacer alquimia social con nuestros cambios sociales, porque detenernos y confundirnos tontamente, será sólo para favorecer a la destrucción y la ausencia de presente y futuro para las nuevas generaciones.

                                                                            La Paz, 14 de enero de 2024

Opinión
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El Caín que habita en el proceso de cambio

Foto: Cuenta de Twitter @evoespueblo

La envidia es el padecimiento de una persona, porque otra tiene o consigue cosas, que ella no tiene o no puede conseguir. Es decir, el envidioso padece porque otro disfruta de la simpatía, aceptación, legitimidad, poder, etc.

Caín es la herencia de la génesis bíblica de la envidia. Hoy en Bolivia podemos corroborar que la envidia, traducida en soberbia y ambición desmedida, intenta convencernos de que es un privilegio morir en sus manos. A esta idea se aferran aquellos para quienes la alternancia y la renovación nunca serán una opción. Como decía Carlos Marx: “La historia se repite primero como tragedia y luego como farsa”.

Nada nuevo vendrá de los de siempre. La alternancia no es un programa político, así como tampoco lo es la renovación, y quien se instale en esa letanía terminará perdiendo el horizonte político, y con ello, precipitará el agotamiento de su grupo dirigente.

La política en el MAS-IPSP debiera ser plural e integradora, plantearse como sumatoria de posiciones divergentes, de diferentes legitimidades y actores que encarnen esa pluralidad. Pero la inercia del pasado metida en los tuétanos de nuestra organización es un lastre que debemos soltar para crecer. Necesitamos reinventarnos, crear una nueva narrativa, y un nuevo horizonte de futuro simbólico y compartido.

Enfrentarse al cambio, o retrasar su llegada, es hacerle el juego a Caín, un juego evoísta, es decir el juego egoísta del jefismo.

Sobre el reclamo a BoliviaTv, la Tv pública sólo puede pasar los discursos de autoridades de Estado, en vivo. Sobre el caso de la ABC, la empresa China en cuestión se adjudicó varios contratos en gestiones previas a la de Lucho Arce, sería bueno que se diga en qué año se adjudicó la polémica obra. Sobre el supuesto “Plan negro” más parece una cortina de humo orquestada por el principal apóstol de la impostura, que busca desvirtuar la información contenida en el supuesto celular perdido para -curarse en sano- le decimos por estos lares. Pero ya se cruzan todas las líneas rojas cuando Caín involucra a la familia utilizándola como arma arrojadiza para dañar al otro.

Dada la forzada pre-electorización del actual escenario político, tenemos la responsabilidad de iniciar nuevos debates que sean verdaderamente fructíferos para nuestro pueblo.

En este sentido, pudiéramos comenzar preguntarnos si el instrumento político necesita clarificar su “para qué social”. El MAS-IPSP necesita definir si sólo es una maquinaria de ganar elecciones, o sí el objetivo es más trascendente, lo que demandaría detenerse a reflexionar respecto a su para qué social.

La vertiginosidad del nuevo tiempo polariza las opciones políticas dentro de nuestras propias contradicciones, que se debaten entre los nostálgicos de un pasado irremediable y los entusiastas por un futuro que nos pertenece. De ahí que sean legión los perplejos, aquellos jóvenes que parecieran faltos de alternativas convincentes; así como nuestra militancia que se deja arrastrar por el jefismo con los hombros encogidos, desconfiados, y mirando de reojo hacia los lados, por si llega el tren de la historia y se los pasa por encima, o más bien llega una esperanza que les convenza.

De nuevo, proponemos la común-unidad como superación de los voceros de la simple unidad actualmente situados del lado de un jefismo cada vez más sectario, generando luchas fratricidas a la interna. Desmadejar el ovillo trenzado entre liwi liwis como JRQ, máximo representante del “Patria o Muerte” impuesto a esos “militares patriotas” a quienes responzabilizan de filtrar información, y que no dudaron en cambiar de bando durante el golpe.  Simplemente se trata de la cobardía de vociferar algo en lo que no se cree. El vehemente apóstol de la impostura ahora quiere sorprender a nuestras organizaciones sociales, exigiendo obsecuencia para el Comandante Desertor. Añádasele unas briznas de victimismo, envidia, show mediático, impostura y soberbia, y se visibilizarán los ingredientes de la llamada “Revolución dentro de la revolución” en la disputa por la narrativa del llamado pensamiento único.

Ahora bien, tan importante como la renovación de las personas, es la renovación de las ideas, por ello planteamos la reflexión sobre una cuarta vía. Se trata de pensar en un Frente Amplio que aglutine a diferentes fuerzas políticas, siendo imperativo reintegrar a la izquierda a un debate necesario para afrontar este nuevo tiempo que no termina de cuajar. Es hora de que todas las fuerzas progresistas empiecen a mirar nuevamente hacia la izquierda.

El pensamiento transformador nunca ha necesitado tanta reflexión, y nunca han sido los foros tan hostiles.

En democracia, las decisiones de unos pesan, incluso a su pesar, sobre la de los otros. Quien busque solventar los problemas sin incorporar la renovación de ideas comete el imperdonable delito de lesa política.

Opinión
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