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El camino hacia la libertad

La libertad es individual. Hay que diferenciar la interior de la exterior. La interior se entiende como libertad de pensamiento y de sentir, y la exterior como la capacidad de expresar lo que se piensa, lo que se siente, y lo que se quiere hacer. La primera se puede ejemplificar recordando dichos muy conocidos: “libre para pensar, pero esclavo para hablar”, “quién dice lo que quiere, escucha lo que no quiere”.

Se podría sostener que lo opuesto a la libertad es la esclavitud. Diríamos: venimos de la esclavitud y vamos hacia la libertad. Sin embargo, esto no es cierto. En su origen el hombre no fue un esclavo. La esclavitud convivió en las diferentes organizaciones económicas que se dieron históricamente.

Se puede sostener que el hombre no fue libre, en su origen, porque era un animal sin capacidad para pensar. Pero por alguna razón este ser comenzó a pensar. Por tanto, la libertad está asociada al individuo quién sería el único ser en la tierra con este atributo. Y la capacidad para pensar y para razonar tiene que haber sido un proceso evolutivo muy lento y que duró mucho tiempo. El individuo, al poseer esta atribución, es el único ser que tiene la capacidad de elegir entre diferentes opciones de manera racional. Por este hecho, el hombre es el único ser vivo que enfrenta el conflicto ético entre el bien y el mal. Se puede decir que en la medida que aparecían las primeras señales de que el hombre comenzaba a pensar, también, de manera incipiente, nacía su capacidad para ser libre. Bajo esta premisa, se podría dialéctica y dinámicamente decir: la tesis es “no libre”, la antítesis “libre” y la síntesis “hacia la libertad”. Como alguien ya dijo: “No existe la libertad sino su búsqueda”.

Una analogía mas adecuada sería calificar a la libertad como un camino que no tiene fin, pero que en la medida que se avanza, se evoluciona de un “ser menos libre” a otro cualitativamente “más libre”, no perfecta libertad pero si perfectible.

Se puede sostener que la humanidad viene de ser “no libre” en lo económico, sus iniciales condiciones materiales eran infrahumanas. En el pasado desde que el hombre/mujer nace hasta que muere tiene un solo propósito: “subsistir”, tener algo para llevarse a la boca. Pocos lo lograban, la gran mayoría moría en cumplimiento a la ley inexorable de la selva; “el fuerte sobrevive”. En este contexto, la vida de hoy era igual que ayer, mañana igual que hoy. La esperanza de vida era muy baja

Uno de los rasgos que distingue a la especie humana de las demás es la evolución cultural. Por cultura se entiende que la capacidad del hombre para pensar se traduce en la capacidad de construir utensilios, herramientas y comportamientos sociales que cambian con el transcurso del tiempo. Por este hecho el Homo Sapiens logra descubrir el fuego, probablemente hace 500 mil años atrás, y aprende a abrigarse con las pieles de los animales que los mata para alimentarse. El fuego también le permite convertir substancias no comestibles, en su estado natural, en alimentos. Desde este momento el hombre se ubica en la parte superior de todas las especies que tienen vida en la tierra. Desde el descubrimiento del fuego, el invento de la rueda, del lenguaje, de la escritura, la creación de núcleos urbanos, la artesanía, la cerámica, el intercambio generalizado de bienes y servicios, la máquina de vapor, hasta la computadora y el Internet demuestran que la única especie que puede descubrir, pensar, reflexionar, relacionar unas cosas con otras, unos hechos con otros, y crear todo lo señalado es ora Homo Sapiens, ora Homo Faber,¡El hombre es el creador por excelencia!

La pregunta que corresponde hacerse es: ¿Por qué se produjo este proceso? Y la respuesta, en palabras del filosofo Hegel, “porque el destino del hombre es la libertad”. Pero esta libertad ¿Cómo se la busca? ¿Cómo se la encuentra? Es el producto de la evolución cultural, que lleva a desarrollar en el hombre la capacidad de hacer ciencia, de entender las leyes naturales que rigen estos mismos procesos, las leyes que rigen el comportamiento del individuo en sociedad y en la capacidad de aplicar todo esto a su medio, dando origen a la ciencia aplicada, hoy llamada tecnología, cuyo propósito final es ofrecer bienes y servicios, crear riqueza, cada vez, siempre en volúmenes crecientes, para satisfacer necesidades y deseos de una población en crecimiento.

Hecha esta contextualización, por tanto, el desafío está en encontrar el camino hacia la libertad, ¿Habrá varios caminos hacia la libertad? o ¿Habrá uno solo? La respuesta es que el camino es uno solo y es la actividad económica libre.

La Paz, octubre de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

Economía de Mercado
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Sobre los liberales de closet, la rre-rre y otras cosas

Una serie de interesantes artículos se han referido en las últimas semanas a la reciente publicación en el diario Los Tiempos de los hallazgos de una encuesta sobre los valores democráticos y las percepciones de la coyuntura de los ciudadanos del eje urbano del país, realizada por Ciudadanía, quizás la entidad que mejor trabaja la cuestión de la opinión pública política en Bolivia. Entre varias cosas, aparece claramente que los bolivianos –urbanos y del eje, ojo- serían más liberales de lo que pensamos, es decir, tendrían una adhesión alta a valores y principios favorables a la libertad individual, política y económica.  Además un contundente 79% de entre ellos afirmarían que “en democracia, las instituciones funcionan mejor cuando hay renovación de líderes y dirigentes”.

Estos datos han despertado el entusiasmo en varios amigos que se han adelantado en ver señales telúricas de un inminente triunfo del “No” anti-reeleccionista en el próximo referéndum por la “rrerre”. Otros se han preguntado sobre el extraño comportamiento de estos bolivianos que son liberales, sin creérselo del todo y, peor aún, sin asumir abiertamente sus implicaciones en la política ya que siguen eligiendo a barbaros populistas. Unos “liberales de closet”, pues.

Para desesperar aún más a la perdiz, los mismos encuestados se revelaban, al mismo tiempo, tibios frente a la modificación de la Constitución para viabilizar la reelección del Presidente Morales.

Es interesante ver la frecuencia de respuestas a la pregunta sobre la rre-rre, pues es una foto bastante afinada del estado de espíritu de la gente frente a esta cuestión. Se pidió a los encuestados que calificaran su grado de acuerdo con esa posibilidad del 1 al 7: un 27% le puso un sonoro 1 a la idea, es decir nada de nada con la reelección, un 19% la califico con unos hostiles 2 y 3, un 16% con un tibio 4, es decir que puede que sí, dependiendo de algo, un 28% con un entusiasta 5 y 6, y un 10% con un 7 casi de “patria o muerte, venceremos”.

Así pues, se perfila un 46% de potenciales “No” versus un 38% de “Sí”, mundos polares, y un 16% decisivo pero indeciso. Inteligente, Daniel Moreno, concluye diciendo: “la idea de la reelección presidencial obliga a los bolivianos a tener que elegir entre sus valores democráticos, en los que la alternabilidad es importante, y una visión más pragmática de la política, que reconoce las dificultades de liderazgos alternativos para el país”.

Suscribo en parte el colofón de Daniel pero me animo a discutir algo más el dilema. No es solo la disyuntiva entre ciertos valores liberal-democráticos, como la alternancia en el poder, que además no es necesariamente la única o la más importante de esa corriente, frente a un pragmatismo sensible a las realidades del contexto. Los comportamientos políticos son el resultado de arbitrajes que cada ciudadano elabora en función de diversos valores o principios que va adquiriendo a lo largo de su vida. Es así que principios clásicamente liberales pueden coexistir con otros que privilegian la igualdad o la búsqueda de un orden/autoridad política. Dependiendo de los contextos sociales en los que se desenvuelve el individuo y de las coyunturas y decisiones concretas que debe asumir, algunos de esos valores se categorizan y priorizan por encima de otros. Hay, pues, muchos matices y pocas dicotomías blanco y negro en esta cuestión.

En concreto, el populismo masista, hegemónico en la sociedad desde hace quince años, incluye también algunos valores liberal-democráticos en su software ideológico, como la preponderancia del voto como instrumento de legitimación del poder, asociándolos a otros que enfatizan la justicia social y en los últimos tiempos la garantía de la gobernabilidad y la estabilidad, es decir de un orden político. De hecho, ese paquete ha sufrido mutaciones, de ahí quizás su éxito, acordes con los cambios en las coyunturas y en las experiencias de la sociedad. En sus primeros años los objetivos de justicia y de re-equilibrio social estaban por encima de los otros, instrumentalizando al voto y a la democracia liberal, y subvirtiendo al orden político de entonces. Hoy, el componente estabilidad  es posiblemente central, pero, y esto es lo importante, siempre será presentado como algo consustancial a la idea de justicia social, aunque esta sea cada vez más asociada al acceso/mantenimiento del consumo, y de democracia, pues tiene su origen en el voto. 

De hecho, la gracia de las campañas electorales tiene justamente que ver con su capacidad de imponer un debate en torno a alguno de estos clivajes: el que mejor sirva para marcar diferencias políticas y agrupar una mayoría social. Los promotores del “No” naturalmente están intentando sublimar toda la cuestión a un clivaje en torno al ideal liberal-democrático, libertad/alternancia/democracia versus tiranía. Y los promotores del “Sí” buscan llevarnos a reflexionar sobre los riesgos del desorden y la inestabilidad. Obviamente, querer no es poder, estos clivajes deben hacerles cierto sentido a las personas, es decir no parecerles artificiales, y para eso deben sostenerse en discursos pero también en hechos. Ese es el arte de la política electoral.

Sin embargo, ambos bloques deben tener cuidado en no creerse totalmente su cuento, es eficaz y quizás necesario, por su simplicidad, construir estos clivajes, pero su consistencia va a depender de que no olviden que puede haber énfasis, más liberal-democráticos o nacional-populares, pero que sus audiencias les piden también respuestas y señales en otros ámbitos. Unos tendrán que explicar y garantizar que la gobernabilidad y el progreso social no son incompatibles con ciertos respetos y formas demo-liberales, y los otros que la defensa de valores democráticos abstractos puede derivar en un proyecto realista de gobierno.

Coda. En un artículo que publique hace un mes sobre los resultados de los referéndums autonómicos había sostenido que ese comportamiento tenía tres vertientes: un voto anti-masista, una respuesta racional de rechazo a algo que no se conocía suficientemente, estos dos primeros mayoritarios, e incluso un voto anti-autonomista. Era pues problemático atribuirle un solo sentido al resultado como lo estaban haciendo los voceros de los partidos. Una reciente encuesta de Pagina Siete le pone números a esa intuición y la ratifica: sobre las razones del rechazo a los estatutos, el 53% dicen que fue porque “no se conocían los documentos”, el 27% que eran “una expresión de protesta contra el gobierno” y un 10% que la “gente prefiere un estado centralizado y no autonómico”. Amen.

Les invito a leer las referencias de este texto:

http://www.lostiempos.com/especiales/edicion/especiales/20150806/el-79-dice-que-renovar-lideres-es-clave-para_310984_688470.html

http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20150930/liberales-en-bolivia_317423_703990.html

http://www.paginasiete.bo/nacional/2015/10/7/estatutos-influira-reeleccion-72651.html

 

 

 

 

Extremo Centro
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China en Bolivia y Venezuela

Meses atrás junto con varios amigos consultores analizamos la penetración del “dragón chino” en América Latina a través de Venezuela y los multimillonarios créditos que el país asiático otorga al país caribeño. Ahora Bolivia ingresa a ser la segunda “cabecera de playa” para China en el hemisferio.

Bolivia recibirá 7.000 millones de dólares en préstamo “ingrediente que le faltaba al coctel explosivo que nos mandará directo a la crisis y que podría repetir la triste experiencia de los años 70 que derivó en la hecatombe de finales de esa década y principios de los ochenta, con hiperinflación, escasez, convulsión social e ingobernabilidad…” indica el editorial de un periódico local boliviano a propósito del crédito.

Bolivia tiene una reserva de aproximadamente 15.000 millones USD y una cartera de negocios en hidrocarburos (gas, principalmente a ser industrializado) que en opinión de expertos como el ex secretario de Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en América Latina y el Caribe (Arpel), José Félix García (agosto 2008 dijo que “para explotar la capacidad productiva de gas, el país (Bolivia) requiere invertir 35000 millones de dólares para apostar a ganador". Veamos (http://www.eldiario.net/noticias/2008/2008_08/nt080820/3_07ecn.php). Ahora bien, si hacemos un contexto actual, se trata de una cifra que obviamente ya está desfasada y requiere nuevos ajustes; yo mismo sugerí  para los próximos diez años (2015-2025), que Bolivia necesita aproximadamente 60 mil millones de dólares (6 mil millones/año) en inversiones privadas/públicas para renovar, reimpulsar y reposicionarse como país gasífero; para exploración (de gas y petróleo convencional como del shaleo no-convencional); explotación y desarrollo de campos con perforación intensiva; tendido de nuevos ductos; plantas de generación eléctrica (al menos un par de generación de 4.000 MW cada una para exportar); renovación de su matriz energética interna; desarrollo de gas-química (plásticos); proyectos de gas a diésel (GTL); insertarse en negocios LNG (¿proyectos conjuntos con Perú?) y otros que permitan no sólo exportar materia prima sino fundamentalmente valor agregado (Ver: http://m.eldiario.net/?n=32&a=2015&m=08&d=31)

Pero esa sugerencia fue dirigida exclusivamente para ser invertida en el sector hidrocarburos. Los préstamos otorgados por China al continente superan los créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano juntos. Venezuela es el país que más préstamos e China tiene: cerca de 50 mil millones USD. De 2005 a 2014, los préstamos de China a América Latina  sumaron 119 mil millones de dólares (datos de Diálogo Interamericano).

Resulta una movida muy obvia que China utiliza su alta capacidad financiera para influir en el hemisferio y ganar adeptos. Lo curioso de esto es que Venezuela y Bolivia son la primera reserva de petróleo del mundo y de gas de América Latina, respetivamente. China sabe muy bien donde prestar con las garantías de cobro posteriores.
Una frase que comparto –de un analista amigo- es que lo peor es que China da préstamos a diestra y siniestra sin siquiera importarle si ese dinero será mal administrado por regímenes autoritarios.

Los préstamos de China son, vale destacarlo, muy costosos en términos financieros. 7.000 millones de dólares desembarcarán ahora en Bolivia: para infraestructura, electricidad y carreteras, informan.

Lo que preocupa es, y está reflejado en la prensa boliviana, que el presidente de China, Xi Jinping, se comprometió también a otorgar otro crédito después de la ejecución de los primeros proyectos. "Una vez consolidados los proyectos las autoridades chinas dijeron que preparen otros paquetes de proyectos por unos 10 mil millones de dólares".

Venezuela y Bolivia serán, consecuentemente, los mayores deudores de China.  Bolivia ya le compró un satélite a China (aprox 300 millones USD).
Con los 7.400 millones USD que gestionó Bolivia ante China las obligaciones con esa nación se incrementarán a 7.915 millones USD.

Ni México, la segunda mayor economía latinoamericana, se prestará tanto como Bolivia ante China (sólo tiene aprox 2.400 millones USD de deuda).

Lo ideal hubiera sido movilizar la mitad de las RIN (reserva internacional neta) para generar inversión; lo ideal hubiera sido motivar y estimular inversiones de compañías y corporaciones en vez de “atarse” a un régimen como el de China. Pero bueno, ahora con ese dinero bueno será que no sea destinado a gasto ni despilfarro sino exclusivamente al sector energético (gas, electricidad).

Varios legisladores opositores indicaron que “uno de los requisitos para obtener el préstamo es que en los proyectos que se ejecuten es que se contraten de forma obligatoria a las empresas chinas”. Ojalá que sean las mejores compañías y no las irregulares.

Será interesante conocer la explicación que la administración estatal boliviana pueda dar al Parlamento sobre la justificación del porqué adquirir créditos tan altos si tenemos buenas reservas internacionales.

El crédito contradice, además, el ideal de formar un Fondo Soberano que ahorre e invierta dinero boliviano en otros portafolios, como ya explicamos en una columna anterior.
Ni modo, así están las cosas por nuestra América Latina. ////

Hablemos de Energía
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Si el taxista lo dijo...

Estoy seguro que a más de uno le tocó escuchar las conclusiones a las que pudo haber llegado un taxista anónimo, sobre más de un tema en particula. Lo chistoso es que quién replica la versión del chofer no solo amplifica, también incrementa su nivel de veracidad, al extremo de transformarla en la más absoluta de las verdades.

Hace poco un amigo taxista me contaba con cierta desazón que una de sus pasajeras le contaba que  luego del paro obrero de una conocida pollería, las presas ahora eran más grandes y que había perdido su sabor tradicional; en la oficina, horas después, un colega saboreaba uno de sus combos y le pregunte qué tal estaba, me respondió que “muy bueno”. A lo largo de mi vida, me tocó escuchar a muchos compañeros que para justificar su análisis citaban al famoso taxista como referente, señalando que al estar él en contacto con mucha gente tenía una percepción mayor, sin darse cuenta que aceptaba que no estaba en contacto con las bases.

Hace poco me encontré con otro amigo. Me dijo se iba de viaje a un país vecino para dar una charla sobre la situación política en el país, entramos en debate, en medio del contrapunteo apareció el taxista con un dato trascendental para mi cuate, que se pudo revertir rápidamente por ser insostenible. Hasta ahí, no pasa nada, pero sí sucederá algo, hipotéticamente hablando, si mi cumpa apela a ese dato y le da crédito oficializándolo en su charla como si se tratara de un valor definitivo para ponderar o defenestrar una política de estado o si lo utiliza para reforzar una posición previamente concebida; se estaría haciendo daño a una gestión de gobierno. Las consecuencias a las que la lengua del taxista anónimo nos puede conducir, son imprevisibles.

En lo personal me gusta charlar con los taxistas o conductores, cuando tengo la oportunidad de hacerlo les pregunto su opinión, para conocer cómo está mirando el mundo, pero eso no quiere decir que se convierta para mí en una referencia absoluta sobre cómo va la tendencia en el llano, es sólo una opinión más para ser considerada y contrastada con otras, recién se podría llegar a una conclusión al respecto, siendo benevolente, porque aún así, tampoco se puede dar los resultados preliminares como una estadística a ser considerada piedra fundamental en una estrategia.

Si asumimos que muchos de los taxistas se la pasan renegando todo el día, estresados e intolerantes en extremo, por qué tendríamos que considerar su opinión si cuenta con una alta dosis de negatividad, por supuesto que para ese punto de vista todo tendría que estar muy mal.  Los taxistas, no todos,  también arrastran en su camino una serie de valores conservadores y coloniales que refuerzan una posición moralista de la vida, su criterio puede ser machista, racista, discriminador, altamente nacionalista o extrema derecha. Es bueno escucharlos, pero malo utilizar sus comentarios como ejemplo para justificar una postura.

El conductor más reciente que escuché, al ver los libros que llevaba me preguntó por qué leía tanto,  me pidió que le recomiende un libro en el que se enseñara a ser un abogado de los malos, que te expliquen de la A a la Z como hacerlo, luego la charla saltó sobre las revista y el acceso a la pornografía irrestricto en la red, finalmente me contó que tiene una chica en Canadá y que practicaron el “sexo virtual”, que no iría allí, pero que ella al tener plata debería venir a Bolivia porque además está casado.   ¿A qué conclusiones podríamos llegar?

Anatomías
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Asuntos pendientes

El crédito chino duplica la deuda externa boliviana pero el gobierno la considera “manejable”. En nueve años al mando del Estado, la actual administración ha elevado el monto de la deuda de 1.831 millones a 9.434 millones de dólares. Como consecuencia de esos movimientos financieros, cada boliviano debe 900 dólares a diferentes acreedores. Como cualquier ama de casa sabe, aumentar una deuda es hacerse más dependiente y una persona que es dependiente no puede considerarse soberana. Deuda externa y soberanía… ¿no es un buen tema de debate?

La demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia ha congelado los otros 12 temas que Bolivia y Chile incorporaron, de mutuo acuerdo, en su agenda bilateral. Uno de los 13 puntos pendientes es el uso de las aguas del Silala. Cada día, 50 millones de litros de agua se van a Chile donde son vendidos por una empresa privada a la población civil y las mineras del norte de ese país. Según un último cálculo del gobierno, Chile le debería a Bolivia entre 8.000 a 10.000 millones de dólares por el uso de esas aguas… ¿no es un buen tema de debate?

En un lapso de cinco años, Potosí le hizo dos huelgas al gobierno de Evo Morales, una de 19 y otra, la última, de 27 días. La movilización potosina es por un pliego petitorio que incluye la construcción de un nuevo aeropuerto. El gobierno ha rechazado de plano el pedido argumentando que no se justifica. Hace solo unos días, ese mismo gobierno inauguró un moderno aeropuerto en Chimoré, en pleno territorio cocalero, cuyo costo asciende a 36 millones de dólares. ¿Se justifica ese gasto?... ¿no es un buen tema de debate?

El Tribunal Supremo Electoral ha suspendido de sus funciones a cinco vocales del tribunal departamental de Chuquisaca por su responsabilidad en la anulación de los votos de un frente opositor que posibilitó la elección del gobernador Esteban Urquizu, actualmente en funciones. Dado el alto nivel del cargo que estaba en juego, la sanción confirma que en ese Departamento se cometió el más escandaloso fraude electoral de los últimos tiempos. ¿No es un buen tema de debate?

El 21 de febrero de 2016 los bolivianos volveremos a las urnas, esta vez para responder si queremos que se modifique o no la Constitución con el fin de posibilitar una nueva postulación del presidente Evo Morales. La redacción de la pregunta es, por decir menos, poco clara y actualmente está en manos del Tribunal Constitucional. Evo Morales ya lleva nueve años continuos en el poder y todavía le quedan cuatro por delante. ¿Realmente debemos votar por otros cinco adicionales?.. ¿No es este otro buen tema de debate?

Como se ve, en el país hay muchos temas sobre los cuales discutir y varios son decisivos para nuestro destino común, aquel que tenemos como un conglomerado de personas, como una sociedad política y jurídicamente organizada. ¿Les dedicaremos a esos asuntos el mismo tiempo y pasión empleados para debatir sobre el destino del reinado del carnaval cruceño?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

 

 

Surazo
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Impotencia, rabia y desesperación…

Impotencia, es la palabra que mejor puede describir el ánimo que veo en ellos; me animaría a sumar a esto, rabia; y, lo tercero que percibo es, desesperación.

“Impotencia”, porque no está en ellos la solución: ellos hacen lo que tienen que hacer pero sienten que los que deben hacer “su tarea” para que aquellos puedan seguir trabajando -arriesgando, invirtiendo y produciendo- no lo hacen.

“Rabia” -porque como Ud. y yo- tienen familias, esposas e hijos que mantener y, muy lejos del confort de un despacho, viven casi a la intemperie, madrugan y trabajan bajo sol y lluvia sin descanso para que vivamos bien, y el pago es malo.

“Desesperación”, porque siendo gente de carne y hueso -como todos nosotros- en su gran mayoría de piel cobriza, con arrugas y cuerpos desgastados, se dan cuenta que luego de haberlo dado todo por el país no se los está respaldando.

Es gente sencilla, la mayor parte de ellos no oriunda de la región sino más bien del interior -del altiplano y valles- que llegaron a Santa Cruz hace décadas para trabajar la tierra y -a costa de sangre, sudor y lágrimas- dar de comer a Bolivia. ¿Cuál es su tragedia? El haber hecho lo que les dijeron que hicieran: ¡producir más! Estos agricultores -casi todos pequeños- enfrentan una situación que no pueden solucionar por sí mismos, pues de haber podido ya lo hubieran hecho.

La estrepitosa baja del precio de los alimentos en Bolivia obedece a la mayor competencia extranjera legal y de contrabando que -favorecida por la depreciación de sus monedas- hace imposible comercializar “ganando alguito”. Vender por debajo del costo es la alternativa y muchos lo tendrán que hacer para pagar sus deudas aunque ello derive luego en una quiebra o en menos siembra.

Es triste -casi indignante- escuchar a nuestros compatriotas productores contar sus historias con la mirada perdida unos, cabizbajos otros y los más, con sus ojos extremadamente abiertos -mordiéndose los labios- con los puños cerrados, sin saber qué hacer porque la respuesta no viene desde donde tendría que venir.

Se les pide ser más productivos y competitivos -decirlo es fácil- pero, póngase la mano al pecho: ¿Ofrece Bolivia las condiciones objetivas para serlo? ¿Se le está pidiendo al productor nacional competir contra gobiernos extranjeros que devalúan sus monedas para vender más barato afuera?

Salvaguardar la producción nacional de la competencia ruinosa es vital aunque chillen los bagalleros y contrabandistas ¡ellos no son más valiosos que nuestros productores! ¿O sí?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

 

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 21 de octubre de 2015

Buscando la verdad
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Madre Tierra, un discurso vacío

Terminó hace poco la II Cumbre por la Madre Tierra en Tiquipaya, Cochabamba. Organizada por el Gobierno nacional, el evento nuevamente se convirtió –como el anterior- en un show donde desfilaron Presidentes y líderes sociales que en el discurso señalaron su compromiso con la Madre Tierra.

Desde la instalación de su Gobierno en 2006 y a lo largo de sus mas de 10 años de Gobierno, el discurso central del indigenismo plurinacional que enarboló el Gobierno nacional, se asentó en la idea del respeto a la Madre Tierra, respeto que hallaba distintas expresiones ya sea en una espiritualidad cósmica o en la reiterada insistencia en responsabilizar a los países desarrollados por  la destrucción de la naturaleza y sus efectos consiguientes como el cambio climático.

Fue una característica central del discurso del presidente Evo Morales y los ministros, cancilleres, diputados y senadores del MAS. Incluso, en su momento de mayor énfasis discursivo, se aprobó una Ley de la Madre Tierra, ley marco fuertemente comprometida en apariencia con la defensa de la naturaleza.

Pero eso solo fue retórica y discurso.

En la práctica, la gestión del Gobierno del MAS en sus 3 periodos, a lo largo de toda sus gestión, es exactamente lo contrario de lo que dice sus discurso.

Dos hechos taxativos lo confirman.

Uno, el que los derechos de los pueblos indígenas, cuyas Tierras Comunitarias de Origen (TCOs) se encuentran en áreas protegidas y reservas naturales, terminaron siendo flagrantemente violados por la “razón de Estado” que busca construir una carretera por el corazón de la última reserva natural de bosque tropical húmedo de envergadura que tiene Bolivia, es decir el TIPNIS. Aquí, de nada valieron ni el reconocimiento constitucional, ni los derechos reconocidos en instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la OIT o la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas. La consulta “previa, libre, informada y de buena fe” que establecen dichos instrumentos simplemente fue pasada por alto y ya.

Dos, la recientemente aprobada ley que amplía las posibilidades de exploración y explotación hidrocarburífera (en su búsqueda fanática de gas o petróleo para exportar) en Áreas Protegidas que asimismo están resguardadas por la Ley Nacional. Con eso, el gobierno termino de dotarse de facultades -a nombre de su razón de Estado o de los supuestos derechos del pueblo boliviano-para violar los verdaderos otros derechos de los bolivianos también establecidos en la Constitución como son el derecho al agua y a un ambiente sano para vivir.

La práctica real de la gestión de gobierno se contradice, entonces, completamente con el discurso de protección de la Madre Tierra.

Por ello, queda claro que hoy, a 2015, ese discurso es solo una pose internacional para engatusar extranjeros incautos y atacar a los países desarrollados y culpabilizarlos de todo lo referido al cambio climático, sin asumir como Estado boliviano (y Gobierno boliviano) la responsabilidad que le corresponde no en los efectos de un industrialismo contaminador a ultranza,  pero si en la deforestación irresponsable de bosque y en la contaminación minera e hidrocarburífera. Pero eso sí, el discurso de Tiquipaya II fue útil para atacar al capitalismo, al imperialismo, etc., y lavarse las manos en las responsabilidades internas.

Y en realidad, además de lavarse las manos, la mentalidad extractivista y pragmática del Gobierno ha vencido todo lo que podía contener su discurso. Al propio Gobierno le interesa encontrar por todo lado petróleo, gas, oro, minerales, y esto se ha convertido en razón central, en esencia del Gobierno de Evo Morales, pues con ello recibe, por su venta, rápidamente dinero que luego convierte en los caprichos presidenciales como las canchitas de césped sintético por centenares, los aeropuertos caros en lugares donde no habrá ni siquiera vuelos regulares los siguientes 10 años, o en estadios en lugares donde no hay asistentes, o en empresas públicas que han empezado a cerrarse gradualmente por ineficiencia.

Este es el discurso falso de protección de la Madre Tierra, falso porque sostiene el despilfarro y la campaña electoral eterna del Gobierno actual.

Encantados
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Bolivia: 33 años de democracia ¿ininterrumpida?

Los medios, mayormente controlados por el oficialismo, se regodearon en los últimos días celebrando los 33 años de democracia en Bolivia, desde que aquél 10 de octubre del 1982 el voto reemplazó a la bota en el manejo de los destinos del país.

Algunos de esos medios, de memoria corta, destacaron que son 33 años ininterrumpidos de democracia, pasando por alto el golpe de Estado que el 17 de octubre del 2003 acabó con el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

En algún lugar de las montañas de Massachussetts vive el ex presidente, que hace rato ha doblado la esquina de los 80 años, y no concede entrevistas. Parece estar ya más allá del bien y del mal, aunque en el fondo de su alma debe sentir el peso de la gran traición de la que fue víctima.

Apenas instalado para su segundo periodo presidencial, la conspiración interna y externa no se dejó esperar. Lo que Fidel Castro no logró con la guerrilla del Che Guevara, lo consiguió a través de Hugo Chávez, el pontífice del socialismo del Siglo XXI.

Su objetivo era convertirse en líder mundial y necesitaba aliados y conspiró soterradamente para derrocar a Goni proporcionando los medios económicos para movilizar multitudes. En un país donde la pobreza tiene raíces profundas, las masas son manipulables.

El G2 cubano, considerado hasta por la CIA norteamericana como uno de los servicios de inteligencia más solvente en el mundo, halló campo propicio para tenderle alfombra roja a Chávez para poner bajo su tutela a Bolivia.

Tentó a varios hombres durante un largo tiempo. Cuando Evo Morales fue expulsado de la Cámara de Diputados por los asesinatos de policías en Sacaba, paradójicamente se convirtió en víctima y su figura política se acrecentó enormemente cuando el embajador de Estados Unidos provocó bronca al pedir no votar por Morales, en abierta injerencia en los asuntos internos de Bolivia.

Envalentonado con el caudal electoral que obtuvo en los comicios del 2002, Morales abiertamente amenazó con derrocar a Goni. Tenía en las espaldas al castro-chavismo. La excusa de que el gobierno se aprestaba a vender gas a Chile, fue el detonante.

Una sedición en marcha y un gobierno que defendía el Estado de Derecho chocaron inevitablemente con el trágico saldo de decenas de muertos y heridos. Goni envió su renuncia al Congreso, pero él mismo pidió que no se la aceptara “ya que no se puede retirar a un presidente, elegido democráticamente, por mecanismos de presión y de violencia”.

Goni, además, se sintió traicionado por su vicepresidente Carlos D. Mesa, quien anunció que daba “un paso al costado” para no refrendar las acciones del gobierno del que formaba parte y con cuyas acciones no solo estaba de acuerdo, sino –según afirma el ex ministro Carlos Sánchez Berzaín--  “era el que pedía --en privado--  acciones y decisiones que denominaba más enérgicas”.

Estos días en los medios apareció la nota de un abogado que estima que Mesa asumió ilegalmente la presidencia en reemplazo de Goni porque al dar el paso al costado tácitamente renunció al cargo de vicepresidente y se alió a la sedición la cual, al triunfar, produjo la “Agenda de Octubre” estableciendo amnistía para los golpistas y juicio a Goni y miembros de su gabinete. O sea que el culpable fue el gobierno y no los alborotadores que bloqueron caminos, calles, asaltaron la propiedad privada y se enfrentaron a las fuerzas del orden en abierta sedición.

Por los decretos 27234 y 27237, Mesa como Presidente “se perdona a sí mismo y perdona a sus operadores y socios de los delitos que cometieron para llevarlo a la presidencia”, según Sánchez Berzaín.

Mesa, antes que político, es historiador y será interesante conocer su opinión, ahora que todavía viven testigos de cómo y con qué recursos llegó al máximo sitial político del país. El único testigo importante que ha muerto es Cayetano Llobet. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI; EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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La oposición y el rédito de no existir

La democracia no es buena en sí misma. Tampoco mala. Como enseña el filósofo iraní Ramin Jahanbegloo, nunca será algo hecho sino una tarea. En ese sentido, yo creo que el mundo está dividido entre los que buscan hacerla y los que la van deshaciendo. ¿Se ha preguntado usted si es buena o mala su democracia, hoy?, ¿si habrá más interesados en hacerla que en deshacerla? Por otro lado, ¿notó usted la ausencia de liderazgos nacionales? ¿Y el detalle de que los principales portavoces de la contra al oficialismo en el último año han sido el padre Mateo, el cívico Llally y la periodista Amalia Pando?

Hasta ahora, la solitaria figura política de Evo Morales, aparte de no dejar margen a la comparación —la forma básica que tenemos los seres humanos para separar la paja del trigo—, fue clave en doble sentido: para la supervivencia del MAS y para la sepultura de todo lo demás. Cuando de elegir se trata y hay una opción versus nada, el ejercicio gimnástico de una democracia fundada casi exclusivamente en el voto promueve el desarrollo de un músculo útil para el único elegible (o visible). A no ser que por una distracción de la democracia utilitaria, el atleta-elector aprendiera a votar por algo inexistente.

Este sería el caso del No del referéndum autonómico, cuyos resultados no han podido ser capitalizados por la oposición y por eso el MAS, si no gana, tampoco pierde. Eso sí, luego de diez años de una democracia (des)hecha a la medida de mayorías finalmente descartadas, la experiencia de la consulta por los estatutos costó pero valió para sacar de su zona de confort al aburguesado oficialismo. A cualquiera desmotiva competir solo, no tener la posibilidad de enrostrar una derrota al contrario perdedor, pero nada incomoda tanto al gobierno del “empate catastrófico”, primero, y de las “tensiones creativas”, después, como quedarse sin rivales y verse obligado a lidiar con sus propios fantasmas.

Los fantasmas no existen, pero que asustan, asustan. Excepto la “Primavera boliviana” en las redes sociales, nadie hizo campaña por el No a los estatutos y esto, precisamente, fructificó en un éxito sin precedentes para el “candidato” invisible; otro fantasma. Tan curioso es este momento que, al final, reditúa más a la oposición no existir.

En realidad, la oposición existe. Que no tenga barba o moflete; que no sea identificable con un signo político-partidario, de ningún modo significa que no exista. Habiéndose consumado el desmantelamiento del sistema de partidos, no es una locura pensar en una palestra virtual con una oposición “irreal”; si bien caótica, pujante, mimetizada entre la fauna ciberespacial y, a la luz de los resultados, efectiva gracias a la creatividad inagotable de una nueva ciudadanía política, sí, en Facebook.

Todo indica que mientras más saque la cabeza la oposición tradicional para apoyar cualquier causa contraria a este oficialismo de afanes imperecederos y por tanto antidemocráticos, menos favor ciudadano obtendrá. Esa oposición —caduca— deberá entender que está inmersa —también— en un proceso de cambio.

En el otro lado de la balanza, tras el último guantazo autonómico y sabiendo que ahora sí que no hay margen de error, el Gobierno ha puesto las barbas en remojo varios meses antes del 21F. Y está dispuesto a todo, incluso a forzar los números del crecimiento económico con tal de que haya doble aguinaldo —para obtener el agradecido voto de la clase formalmente empleada—, no importándole si con esto mata la industria nacional. ¿Para el MAS, esto es lo de menos?

Por último, la democracia —buena o mala— no solo tiene que ser. También parecer.

Dársena de papel
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El mar y la pirámide del éxito

La entrevista al abogado constitucionalista e internacionalista Ramiro Orías (Pagina Siete, Ivonne Juarez,14 octubre,2015) pone en su verdadera dimensión el tema del mar. El experto boliviano, que hoy vive en EEUU, planteó el año 2000 la hipótesis de una nueva negociación jurídica internacional con Chile  para acordar una salida libre y soberana al Pacífico en base a los ofrecimientos que ése país hizo formalmente en 1895, 1920, 1923, 1926, 1950, 1953, 1961, 1975 y 1987. Esa hipótesis es la base de la actual demanda boliviana ante La Haya: “El trabajo, dice humildemente el doctor Orías, estaba destinado para el uso de la Cancillería. Es de mi autoría y me place que finalmente la hipótesis planteada, entre todos los escenarios revisados, haya sido la seguida por el equipo de abogados internacionales que asesoran hoy al Gobierno boliviano”

Y es que el tema del mar no le pertenece a nadie. Es como la bandera, el himno, la selección: son de todos y nadie puede arrogarse propiedad o éxito sobre ellos. Si algún externo mansilla estos símbolos patrios, todos y todas estaremos allí para defenderlos y reponer el daño hecho. De eso no cabe duda. Por ello desde el mismo momento que Chile nos arrebató el mar, todos los gobiernos hicieron de su recuperación y retorno una causa de Estado. Ahora bien, una de las características de la política y, en particular, de los políticos bolivianos es su mezquindad y ceguera. Nuestros políticos son egoístas e incapaces de reconocer los avances de los otros y de sus antecesores en el poder. Por eso casi nunca tenemos políticas de Estado, sino solo políticas de Gobierno; por lo tanto el largo plazo es algo que ignoramos, viviendo obsesionados en el presente.

Por eso nos encantan las refundaciones y el eterno volver a empezar. Mientras los países que prosperan se mueven en una espiral de avance-error-reforma-avance; los bolivianos nos movemos en un círculo vicioso de estancamiento expresado en avance- revolución-retroceso-avance-revolución-retroceso. De esa manera, como dijo un viejo amigo consultor, experto en elaborar informes: Bolivia es un eterno país en borrador, nunca termina de estar en limpio, como un documento, consensuado, aprobado por todos y listo para imprimir.

El éxito obtenido, hasta ahora, en la CIJ con la demanda marítima ha demostrado que cuando se combinan tres factores de una pirámide, las posibilidades del triunfo se agrandan.1) La voluntad política, tan necesaria en la toma de decisiones en la gestión pública, la puso el presidente Evo Morales. La apuesta fue muy alta y eso no se debe desmerecer ni desconocer jamás. “Era demasiado riesgo, era un riesgo personal, pero era un gran logro para Bolivia si nos iba bien, ganaba Bolivia, si nos iba mal, perdía Evo, y Bolivia se quedaba estancada”, dijo en su momento el Vicepresidente. 2) La voluntad política no basta, por ello ésta debe estar acompañada de otro factor: la capacidad técnica. Evo Morales reconoció que estaba equivocado referente a la demanda marítima contra Chile porque pretendía pedir el cambio del Tratado de 1904, pero los juristas, le convencieron de que había que exigir el cumplimiento de los compromisos unilaterales adquiridos por  Chile con Bolivia. “Era nuestra pelea, yo defendía mi propuesta, pero me ganaron, tenían razón, yo me estaba equivocando, la demanda era por los compromisos (…), no era por el Tratado de 1904, así aprendo, quiero ser sincero” mencionó el Presidente. De esa manera la conformación del equipo técnico, nacional e internacional,  a la cabeza del expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé fue y es la garantía de solvencia y competencia nomotética, demostrada en esta primera fase.3) Cabildeo- Comunicación: una decisión política y técnica sin que la sociedad y los destinatarios se enteren es como si no existiera. Por ello, la sumatoria de los expresidentes y excancilleres,  a reforzar la tarea de la Cancillería, es otro acierto que nos permitió “vender” nuestra demanda al mundo. La cúspide de esta labor se puso a prueba cuando al expresidente Carlos Mesa lo entrevistaron en Chile,  dejando bien parado al país. Los propios chilenos quedaron sorprendidos de la contundencia de nuestros argumentos.

Esta pirámide no debe ni puede ser afectada por intereses mezquinos y particulares, porque la causa del mar está por encima de todo. La política interna tiene su propia lógica y se debe evitar a toda costa que ella afecte al bien mayor. Esto no quiere decir que, en lo interno, todos debamos decir sí a cualquier decisión que tome el actual gobierno. El mar nos une en lo externo, pero no nos castra en lo interno. Cuando lo entrevistaron en Chile, Mesa declinó comentar sobre los intentos de una nueva reelección del presidente Evo Morales. Dijo que no hablaría de temas de política interna de Bolivia estando en Chile. Cuando volvió al país, en una acto de democrático, declaró que no estaba de acuerdo con la rerereleccion. A Rodríguez le preguntaron lo mismo y él prefirió guardar silencio y añadió que el procedimiento estaba bien. Jaime Paz y Tuto Quiroga que también han puesto lo mejor de ellos para la causa común, han expresado con claridad meridiana su negativa a la rerereleccion.

 

Que la mezquindad no sea comida para los rivales a los que nos enfrentamos. El  periódico El Mercurio del 11 de octubre en el artículo “Autoristarismo y reelección” señala puntualmente que la actitud de Carlos Mesa lo “arriesga al ostracismo tal como ocurrió a Armando Loayza”.  A esto debe añadirse la andana de declaraciones descomedidas de la Ministra de Comunicación, del Presidente del Senado y otros funcionarios del gobierno que dan fe que el éxito de la vocería de Mesa sería un inconveniente para el gobierno, por lo que hay que bajarle el perfil y enfriarlo: el cuarto de guerra  del MAS quiere su cabeza, sin darse cuenta que le quitaran la cabeza a la patria y  destruirán esa pirámide que nos está dando buenos resultados. Y como dijo el doctor Ramiro Orias: “Sólo la acumulación de energías, saberes y esfuerzos en torno a un objetivo común permitirán a Bolivia avanzar en nuestra reintegración marítima al océano Pacífico”.

Ivan Arias Duran

Ciudadano de la Republica Plurinacional de Bolivia

Serotonina
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