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El mayor crimen

Para haber renunciado al cargo de juez del Tribunal Constitucional Plurinacional antes de haber prevaricado, cual visaje de protesta contra el gobierno y de digna insubordinación, se hubiera necesitado mucha valentía, pero reconozco que para haber delinquido dictando un fallo como el que se ha dictado, se necesita una valentía mucho más grande, porque el nombre y la frente de esas personas que dictaron una sentencia que contraviene las premisas fundamentales del Derecho público se ha manchado de indignidad para siempre, y para haber cometido tal delito es menester ser una persona de arrojo y valentía.

Tristes son los momentos que atraviesa la sociedad boliviana; en realidad, estos momentos que nosotros llamamos aquí tristes son los momentos de turbulencia y anarquía que se viven y la causa principal del rezago que hoy sentimos en nuestra carne y en nuestro espíritu. Nunca me hubiera imaginado que, haciendo analogías, se hubieran podido repetir los acontecimientos históricos del pasado ni las desfachateces que perpetraban Melgarejo, Morales y Daza en sus gobiernos. No hay de qué sorprendernos, ya que lo que vemos y sentimos hoy no es sino el resultado inminente, lógico e inexorable de las escuelas sin maestros que tuvimos desde siempre. La historia siempre es la expresión de un trasfondo que los historiadores pocas veces saben ver; quiere decirnos y enseñarnos algo. Oswald Spengler y su filosofía histórica de símbolos y analogías nunca estuvieron tan en lo cierto como ahora.

¿Vivimos aún en democracia, como para que queramos salvarla de la ruina en la que supuestamente está? No son 35 años Estado de Derecho; esa cualidad ha cesado desde hace ya varios años. Cuando se haga la historia de la democracia boliviana, el historiador tendrá que saltar estos momentos. Ya no hablemos de salvar el orden, sino de recuperarlo.

Se ha cometido el mayor crimen de cuantos se cometieron contra este país pequeño, pobre y miserable de hombres virtuosos. Se han socavado los cimientos democráticos y del orden y la disciplina, que, dicho sea de paso, nunca fueron demasiado consistentes como para sostener a gentes como las nuestras.

Es evidente que este régimen no pretende levantarse de la silla de mando. Se dice que se respetó la voluntad del pueblo expresada el 21 de febrero al haberse abstenido la Asamblea de reformar la Constitución y al haberse buscado honrosamente otra vía para eternizar al caudillo, pero el lector ya debe haberse dado cuenta seguramente de la sandez y el sinsentido que conlleva ese razonamiento, que ni es razonamiento. Lo peor es que al desorden político sobrevendrá la crisis económica, que iremos a encarar vestidos de harapos y sin zapatos, pero le haremos frente con dignidad.

¡Cómo quisiera que Bolivia hubiese sido bien conducida desde siempre! Daos cuenta, ¡hubiésemos sido un pueblo progresado y feliz! Quisiera que fuésemos más inteligentes, más ricos, más prósperos. Este pueblo es pobre, pero lleva la fuerza de su energía nacional. Empero, hoy la incultura reina con toda su majestuosidad en la casta dirigente. La historia política de este desventurado Estado no tiene la tristeza solemne de la tragedia, sino la ridiculez de una comedia o un sainete. ¡Por qué, Dios mío, no dejan progresar a este pobre país!

Amamos la filosofía alemana, el arte galo, el esteticismo clásico, pero Bolivia es mi patria, es el lugar donde he nacido y en el que aprendí a sufrir. Hoy hago por ella lo que puedo. También el artista enamorado y el científico erudito deben cumplir con su deber de buenos ciudadanos. Ese amor tan fuerte es el que hizo que Goethe fuera ministro de Weimar, Victor Hugo parlamentario de Francia, Newton magistrado de Inglaterra…

En estos momentos de inmoralidad y perversión, el deber principal de cualquiera patriota es tratar preservar el espíritu democrático que todavía queda en la nación.

La espada en la palabra
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Montañas bajo presión: clima, hambre, migración

¿Existe algo más sólido, firme, inamovible que una montaña? Piensen en el Everest en el Asia, en el monte Denali en América del Norte, en el Cervino en Europa, o en el Nevado Sajama de Bolivia: son monumentos eternos a la belleza y a la abundancia de los ecosistemas.

Sin embargo, algunas grietas están apareciendo. Las montañas muestran signos de vulnerabilidad. El cambio climático provoca catástrofes en las zonas de altitud: avalanchas, y deslizamientos de sedimentos y piedras laceran las montañas, desnudan los bosques, y devastan a comunidades y poblaciones. Los recursos hídricos y la seguridad alimentaria se ven amenazados por los cambios globales que se producen en las zonas de montaña y en las llanuras.

Todos sentimos las repercusiones del cambio climático sobre las montañas; todos tenemos interés en actuar ahora, antes de que el daño sea irreversible.

Los glaciares milenarios de las montañas se están derritiendo a causa del aumento de las temperaturas globales, con consecuencias sobre el agua dulce del que dependen miles de millones de personas que viven río abajo. Entre el 60 y el 80 por ciento del agua dulce del mundo proviene de las montañas, lo que explica lo vulnerables que son las reservas mundiales de agua – y en consecuencia la seguridad alimentaria – frente a los cambios que se producen en las montañas. Ciudades como Río de Janeiro, Nairobi y Tokio son totalmente dependientes del agua dulce de las montañas. Y el cambio se produce con rapidez: en los Andes bolivianos, en los últimos 40 años se ha perdido más del 50 por ciento de los glaciales a causa del cambio climático.

Las imágenes de los glaciares que retroceden, de los deslizamientos de tierra y de las avalanchas provocan un choque visual que nos hace recordar que no podemos dar por sentada la existencia de las montañas del mundo, ya que son vitales no sólo para el 13 por ciento de la población mundial – cerca de mil millones de personas – que viven en las regiones de montaña, sino también para los frágiles ecosistemas de las montañas que acogen un tercio de todas las especies vegetales y mitad de los hot-spots de la biodiversidad global.

La diminución de la escorrentía debido a la desaparición de los glaciares significa que los agricultores de las tierras altas, sobre todo los pequeños productores, se volverán totalmente dependientes de las lluvias, y que las zonas rurales ya no tendrán ninguna fuente regular de agua dulce. Hoy en día, cerca de 329 millones de personas que viven en las zonas de montaña – o sea más de una de cada tres – ya hacen frente a la inseguridad alimentaria y el cambio climático hace la situación aún más inquietante.

Una de las consecuencias directas son los flujos migratorios de quienes huyen de las comunidades de montaña y, en la mayoría de los casos, van a incrementar las zonas urbanas de las llanuras ya superpobladas: en Bolivia, por ejemplo, esto significa que en los centros urbanos de La Paz y El Alto, la población creciente sigue poniendo en riesgo los recursos medioambientales básicos en unos sectores ya vulnerables como el agua y la energía. En particular, los jóvenes se van de su casa para buscar trabajo. Este éxodo provocará una inestimable pérdida en la oferta de servicios ecosistémicos y en la preservación de la biodiversidad cultural y agrícola.

¿Cómo puede responder el mundo a estas amenazas de tan gran impacto y proteger a los ambientes de montaña que son vitales para la humanidad? Primero, podemos educar sobre el impacto del cambio climático, el hambre y las migraciones. El Día Internacional de las Montañas, el 11 de diciembre, es una gran oportunidad para apoyar el desarrollo sostenible de las montañas y garantizar que sea integrado en la Agenda de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y en el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Unas inversiones orientadas y unas políticas apropiadas pueden desarrollar resiliencia en las comunidades de montaña, mejorar los medios de subsistencia e invertir la tendencia de la emigración desde las zonas de montañas. Estos son los temas de la Reunión Global de la Alianza para las Montañas de 2017, una alianza voluntaria de las Naciones Unidas cuyo objetivo es mejorar las vidas de las poblaciones de las montañas y proteger los ambientes de montaña en el mundo. Más de 300 gobiernos, organizaciones intergubernamentales, grupos de la sociedad civil, ONG y el sector privado son miembros de dicha Alianza.

La Reunión Global de tres días se abrirá con la celebración del Día Internacional de las Montañas en la sede de la FAO en Roma y con la aprobación del Marco de Acción. Su objetivo es asegurar que las montañas estén totalmente integradas en la Agenda 2030 y en el Acuerdo de París. El Marco de Acción sirve para apoyar medidas concretas y políticas para reforzar la resiliencia de las poblaciones y los ambientes de montaña frente al cambio climático, y será aprobado por unos 60 gobiernos y más de 200 organizaciones de la sociedad civil.

El mundo se enfrenta a enormes desafíos debidos al cambio climático, que incluyen entre otras cosas amenazas para la seguridad hídrica y alimentaria. Las montañas son uno de los ecosistemas más afectados, pero también son la clave para responder a los desafíos; por eso, su desarrollo sostenible tiene que volverse una prioridad global. El momento para actuar es ahora.

Opinión
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Heinz Plenge /FAO-MINAG

El ser Pajpaku ya no será suficiente en la era 2.0 de la #ComPol

Lo que me toca explicar en estas breves líneas, será una aproximación minuciosa respecto a elementos fallidos en la comunicación política de nuestro país, ¿Qué tipos de problemas son analizados por la #ComPol? Así te será más fácil comprender de qué va mi columna para que la puedas seguir y te puedas enganchar con esta emocionante temática.

Reflexionemos sobre nuestros políticos, y claro inmediatamente nos damos cuenta que tenemos un problema. Los políticos en general no pasan por un buen momento, los ciudadanos en este preciso momento los consideramos como uno de los principales problemas de nuestra joven democracia, está claro que todos opinamos y seguimos activamente la política, nos preocupa la manipulación política, los precios de los alimentos, la dificultad para adquirir una vivienda, mejores oportunidades de trabajo o simplemente la corrupción. Y claro ante este paradójico escenario los políticos en general no son vistos como parte de la solución, sino como parte del problema, les falta cercanía y empatía respecto a los problemas de los ciudadanos.

Los políticos deben comprender que su relación con electorado, es una relación de amor, tienen que conocer, sentir y hacer propios los problemas de la gente. Un error frecuente es que la agenda política y los temas que interesan a los partidos, no coinciden con las prioridades y preocupaciones de la gente. -hoy el principal tema de la agenda es la re postulación- Los ciudadanos sentimos hostilidad a este habitual juego político, con el que claramente no nos vemos representados (Agenda política Vs. Agenda ciudadana). Ahora ¿Cuáles son los temas que nos interesan? Fácil, están en las encuestas, el no hacerlo acarrea malas decisiones y consecuencias como la desafección, la protesta, o lo que es peor la pérdida de credibilidad. En definitiva, los políticos poco a poco pierden confianza, y sin confianza, no hay tolerancia, no hay respeto, no hay amor y claramente tampoco hay voto.

Errores imperdonables en las conferencias de prensa. No sólo no responden con claridad a lo que se les pregunta sino que en los últimos tiempos, se limitan a declarar ante los medios sin aceptar más preguntas por parte de los reporteros, esto es un grave error, porque las preguntas al aire, dan pie a especulaciones, invenciones, postverdades y mal interpretaciones de analistas de diverso signo. Lo que deben hacer los políticos es anticiparse, proporcionar información, ser más abiertos y transparentes, pero por sobre todo estar preparados.

El argumentario anacrónico que funciono ayer, no tienen por qué funcionar hoy, afirmaciones que no aportan evidencia de lo que se dice, o que son contradictorias o complejas para el sentido común de la sociedad, resultan inaccesibles para la mayoría. Francamente nuestros políticos, están aplazados porque su mensaje es difuso, improvisado, poco claro, poco creativo, incoherente, repetitivo hasta el cansancio o contradictorio, en suma solo crean más desconfianza. ¿Vamos a confiar en los políticos? ¿Tú que dices? Jejeje.

Este caótico escenario evidencia que en Bolivia no existe una profesionalización de la  política, por lo tanto su manejo es desprolijo y errático. Y claro luego escuchas: “Los medios son los culpables, porque le mienten a la gente”, “Esos periodistas están politizados” o “La famosa injerencia del Imperio”. No se dan cuenta, que el político se invalida al transferir su incapacidad a terceros. Bueno algunos dirán aún tenemos nuestro voto duro “El voto militante”. En mi análisis este también va cuesta abajo ¿Qué hacer para que pare la hemorragia?  Haber, el problema no es lo que haga el político, sino lo que la gente percibe que hace –la política es principalmente percepciones-  esto tiene que ver con el valor simbólico de las acciones, palabras e imágenes del político.

Para no darle más vueltas tienen que trabajar y ¡muy duro! fundamentalmente en la construcción de marcos discursivos, esto no es chiste, el lenguaje crea realidad, la capacidad performativa del lenguaje nos permite construir: un sueño, una ilusión, una esperanza, un mito y también realidad. Lo cierto es que en Bolivia seguimos teniendo políticos 1.0 “unidireccionales”, cuando en el mundo los políticos son 2.0 “bidireccionales” –en alusión a la WEB 2.0- Así como en la red ya no sirve hablar unidireccionalmente porque ahora los ciudadanos demandamos interactuar y respuestas en tiempo real, inmediatas. Nuestros políticos necesitan evolucionar para estar a la altura de estos nuevos lenguajes digitales, porque ya los hemos rebasado y pasado por encima, sin que siquiera se hubiesen percatado de ello.

Para concluir, ojo con los millenials, que son más sensibles a cualquier movimiento brusco, sienten una desconfianza y rechazo, fundamentalmente porque no se sienten representados con opción alguna. Los políticos deben tener especial cuidado en las formas y detalles de una buena comunicación política, ya que en los últimos años inclusive se ha reducido el voto más fiel y militante de los partidos, ahora como los ciudadanos lo hemos denominado “votamos, al mal menor”. La participación electoral poco a poco se va convirtiendo en todo un reto y con ello las votaciones se dan en un escenario cada vez más impredecible –como lo fue el referéndum del 21F o las elecciones judiciales del 3D-.

Como observaran, los políticos en nuestro país son como unas viejas piezas de museo, antiguas reliquias que por más que nos esforcemos por apreciarlas, desconocemos los misterios que guardan en un estado de irrealidad. En definitiva son como costosas antigüedades indescifrables, que decoran ¡departamentos pequeños! Y que no se los desecha porque se supone que son valiosos, pero en realidad solo nos estorban.

Kusillo-Land
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Un futuro no soñado…

¿Sabe Ud. qué le depara el futuro? Seguro que no, pero de lo que debe estar seguro es que mucho influirá mañana, lo que Ud. haga hoy, bien o mal. Piense en esto: su situación actual era -ni más ni menos- el incierto futuro de ayer; vale decir que, si Ud. está hoy en goce de una buena relación, un excelente trabajo, una mejor posición, es porque en el pasado tomó las decisiones adecuadas para lograrlo. En caso de que su situación actual no sea satisfactoria, piense qué decisiones influyeron para ello.

Igual razonamiento vale para el caso de un país: si lo que vivimos hoy es el resultado de las decisiones pasadas y persisten aún problemas de pobreza, hambre, inseguridad, enfermedad, etc., para que mañana Bolivia esté mejor, es hora de tomar decisiones pragmáticas, valientes, inteligentes y urgentes.

Para evitar lo que suele suceder con las personas a quienes “se les va la vida” en indecisiones o errores, de lo que se lamentan luego, mientras más rápido se tomen medidas para promover la inversión, innovación, productividad y la competitividad sistémica del país -cuyo resultado sean más fuentes de empleo, sostenibles y dignos, para elevar la calidad de vida de la población- mucho mejor.

Día que pasa, día que pesa, porque las políticas públicas a tomar en un momento de desaceleración del crecimiento económico, deberán ser profundas para que Bolivia no retroceda en los avances económicos y sociales que ha logrado.

El sector empresarial privado siempre estará dispuesto a aportar con lo que sabe hacer -arriesgar, invertir, producir para abastecer el mercado interno, exportar y con ello generar empleos e ingresos para los ciudadanos- pero para ello precisa señales, las mejores señales, en términos de: seguridad jurídica; libre exportación de excedentes; frontal combate al contrabando y la informalidad; pleno uso de la biotecnología en el agro; incentivos para la industria; apoyo al sector de la construcción; promoción del turismo receptivo, entre otras cosas.

¿Qué país queremos heredar a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos?

Si aspiramos a mejores días -como dijo Albert Einstein- no sigamos haciendo lo mismo, corrijamos lo que se hizo mal y hagamos bien, aquello que no se hizo.

Activar megaproyectos como el hub aéreo en Viru Viru, Puerto Busch, Proyecto Rositas, la siderurgia del Mutún y la construcción de supercarreteras, bien podría deparar a Bolivia un futuro no soñado, muy especialmente si el triplicar la producción de alimentos hasta el 2025, se hace realidad…

 

Santa Cruz, 5 de diciembre de 2017

Buscando la verdad
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El mañana de la economía boliviana

Dentro de relativamente poco, las cifras de los ingresos que Bolivia recibe por sus hidrocarburos cambiarán drásticamente, y es probable que ese cambio no haya podido ser evitado, pero los efectos que acarrearán el cambio, sí habrán podido serlo.

Dice el gobierno que se ha reducido la pobreza en niveles muy considerables, y cada vez que lo dice utiliza exhaustivos gráficos estadísticos para demostrarlo, pero yo pienso que si utilizásemos las ecuaciones de la curva de Lorenz, por ejemplo, sabríamos que la brecha que se ha acortado entre los pudientes y los humildes es relativa, como también son relativas muchas aseveraciones del gobierno respecto al progreso de la hacienda y las finanzas públicas. El progreso material en lo referente a la soberanía tecnológica y científica de la que tanto se habla es un buen ejemplo para demostrar este relativismo del que hablamos: ahora Bolivia se autoabastece fabricando clavos y calaminas de buena calidad, y no dependemos de absolutamente nadie en este sentido.

No se han industrializado el litio ni los recursos de subsuelo cuando debieron ser industrializados; no se ha guardado el dinero para tiempos de crisis; al contrario, se ha accedido a créditos multimillonarios que seguramente serán difíciles de pagar. Se han levantado escuelas sin maestros y coliseos polifuncionales sin deportistas.

Siento miedo cuando pienso en el futuro más o menos inmediato de la economía boliviana. El sencillo ciclo dialéctico que roe mi cabeza es el siguiente: después de una gran bonanza mal administrada, sobreviene el desastre. Recuerde el lector que después de la guerra del Chaco sobrevino la debacle; luego de la Revolución de Abril hubo inflación; después de la bonanza en la dictadura de Banzer y el despilfarro de su gobierno, Bolivia se sumió en una de las catástrofes económicas más terribles de la historia. O sea que, en resumidas cuentas, el ciclo es el siguiente: bonanza, imprevisión, despilfarro y finalmente ruina. En general, si se lee la historia universal con lentes de economista, esto siempre ha sido así; después de la riqueza circunstancial, llega la pobreza natural.

No tengo miedo de decir lo siguiente, a pesar de que puede que haya gente que me ponga el estigma de ultraliberal: después de una crisis como la que se avecina para Bolivia, el único remedio capaz de frenarla es una medida de schok, como la que se implementó en la Rusia de Lenin. Al final, es el practicismo el que se impone y la ideología económica es lo último que importa si es que se es patriota y se quiere salvar un país. Solamente una economía de capitales puede sacar de la ruina a una hacienda cataléptica porque es la única estrategia de verdadera dinamización. El mercado por sí solo hace que resurja una maleada situación financiera. En lo que sí se debe intervenir, y con mucha diligencia, es en la distribución de los excedentes, para que haya justicia social.

Tantos años de imprevisión y mezquindad, más de una década de negligencia e incuria debida al despilfarro de cantidades exorbitantes de dinero, han de pasarnos sí o sí una factura que no ha de ser módica. Y la crisis ha de pesar sobre los sectores más humildes, aquéllos sectores sociales que creían tener en el gobierno de turno a su padrino y protector más leal.

En Venezuela, por ejemplo, la crisis ya se ha hecho carne. Hospitales sin medicamentos, carencia de servicios básicos y menester de alimentos. Y aquel país solamente resurgirá cuando un hombre sensato y más o menos visionario toma las riendas del gobierno e implemente alguna medida económica de schok (¡que así sea!). Ved la economía de Argentina, resurgiendo y levantándose del escombro en el que había sido dejada por el funesto socialismo del XXI.

La espada en la palabra
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Refritando el discurso pseudo democrático desde la neo oposición

No puedo salir de mi asombro cuando veo como los que otrora eran plácidos cómplices que con una gran sonrisa en los labios apañaban la ruptura de la democracia y consolidaban la crisis del estado republicano, ahora se erigen como paladines de la justicia, sin siquiera ponerse colorados.

Es una infamia, no que el Tribunal Supremo Electoral haya aceptado el recurso abstracto que permitirá la reelección no solamente de Evo Morales, sino de cuanta autoridad electa desee reelegirse (sea del MAS o no); la infamia es ver como un político rancio que fue actor y testigo del negro pasado neoliberal, ahora se quiera reciclar llamando abiertamente a la rebelión pacífica, encontrando en esta coyuntura el pretexto perfecto que estaba esperando para volver a refritarse como candidato, para así sacarse el ojo en tinta que le dejó su estrepitoso fracaso en las últimas elecciones nacionales.

Dan vergüenza ajena y no solo eso, sino que es muy lamentable que hombres como Juan Del Granado, que en un pasado tuvieron momentos respetables, puesto que nadie en el mundo podrá quitarle el mérito de haber encarcelado al dictador, ahora, borre con el codo todo lo bueno que alguna vez pudo hacer y asuma estas actitudes de reyezuelo intachable; ha olvidado esta vez de la manera más convenenciera su muy mentada habilidad durante su paso por el MIR, MIR MASAS, MBL y MSM para acomodarse al lado del poder del cual supo sacar mucho provecho; aparentemente, ahora hará surgir de su galera de mago prestidigitador, una dizque nueva alternativa política que: “….. nos garantice que el país no retrocederá al pasado conservador “ .

Lo más peligroso de todo esto es que un hombre que ha participado de la recuperación de la democracia, y que ha tenido una posición de casi paladín de los derechos humanos, hoy en día incite al voto nulo que no es otra cosa que la máxima expresión de la negación de un acto eleccionario, como ejercicio vivo de ciudadanía. Lamentable don Juan, muy lamentable. Más aún cuando sabemos que Bolivia es un país que ha madurado políticamente en estos 10 años de manera sustantiva. Por lo tanto, decirle al ciudadano que invalide voluntariamente su voto, es casi un insulto.

El recurso que admitió hoy el Tribunal Constitucional no es exclusivo para Evo Morales; también puede la oposición echar mano de él. Es una muestra más de la ampliación de los derechos políticos de cualquier autoridad elegida. No me extrañaría en un futuro muy próximo ver a estos señores que el día de hoy gritan Dictadura!!!!, reinaugurar un discursito conciliador y contemporizador para justificar su reelección……

Con seguridad tendré vida para verlo y escribir un recordatorio.

* Médica, feminista y militante del proceso de cambio.

Opinión
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Soberanía Económica: El Desafío Nacional

Bolivia ha vivido un periodo de estabilidad económica apuntalado por los ingresos generados por la explotación de los hidrocarburos fruto de los precios elevados del petróleo y la nacionalización, reforzado por otras actividades económicas principalmente extractivistas cómo la minería que también vivió una coyuntura de precios altos.

Esta estabilidad económica viabilizó datos positivos en indicadores económicos de nuestro país, lo que sin duda fue un logro positivo para Bolivia y el bienestar de los bolivianos, pero debemos tener claro que ésta coyuntura internacional de precios ha cambiado y se ha vuelto menos favorable, nadie puede saber a ciencia cierta lo que va a ocurrir en el futuro: si la coyuntura va a continuar cómo hoy en día o mejorará cómo en el pasado reciente, pero lo que si podemos analizar claramente es que nuestra mencionada estabilidad económica aún es frágil y depende de un contexto que cómo país evidentemente no podemos controlar pues no depende de nosotros, por otro lado seguimos teniendo una matriz económica basada en la extracción y explotación de materia prima, con una base industrial pequeña y una producción agrícola muy por debajo de nuestro potencial, con una fuerte incidencia de actividades económicas informales (llámese comercio informal). Todo esto describe parte de la realidad que configura nuestra íntima dependencia económica nacional de la coyuntura internacional.

Nuestros desafíos para dejar (o al menos aminorar) ésta dependencia económica, me imagino están claros para quién lee, fortalecer nuestra base industrial para no exportar materias primas, si no producto con valor agregado, generando empleo y mayor utilidad para el país; desarrollar nuestro potencial agrícola (lo que además de ser fundamental para alcanzar nuestra soberanía alimentaria aportaría en gran medida a nuestra soberanía económica), fomentar la actividad económica formal facilitando los requisitos, trámites y cargas impositivas para la creación y sostenibilidad de empresas nuevas que aporten al crecimiento nacional de manera formal; lo que seguramente no queda claro al lector es cómo se plantea lograr estos desafíos. En los próximos días, a través de esta columna, se plantearán y desarrollarán una serie de ideas, alternativas y propuestas específicas para viabilizar los desafíos arriba planteados.

Últimamente hemos escuchado hablar mucho sobre la necesidad de alcanzar nuestra soberanía alimentaria y sin duda es un tema importante, pero también es momento de pensar no sólo en estabilidad económica, si no en construir nuestra soberanía económica.

Cómo la gota que perfora la piedra
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Se puede y…¡se debe hacer!

El Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más cosmopolita y poblada de Bolivia -para muchos la “cara bonita” del país- la que hasta hace poco no pasaba de 50.000 habitantes pero que en breve tendrá 2 millones; la “ciudad que enamora”, que en tiempo récord cambió urbanísticamente de dimensión -a doce anillos de circunvalación por la imparable migración interna y por tener el mayor parque automotor del país- enfrenta hoy una crisis de crecimiento cuyo inevitable dolor implicará mejores días para la capital siempre que se deje trabajar y cumplir con su misión y visión, a la autoridad edilicia.

Frente al caos vehicular y la contaminación derivada de toneladas de basura que producen tres mercados insertos en el centro de la ciudad -Abasto, La Ramada y Los Pozos- con cientos de camiones que cada día llegan con alimentos, además de comerciantes minoristas y ambulantes, la Alcaldía Municipal concibió un Plan de Reordenamiento de Mercados que la ciudadanía respalda, pero que una fracción de comerciantes rechaza, recurriendo incluso al chantaje político contra las autoridades.

Resulta censurable, además, que a falta de argumentos en contra del traslado de los comerciantes del Mercado de Abasto, a un monumental Mercado Municipal Mayorista construido al efecto, han recurrido a manifestaciones, al agravio y la violencia en contra de 9 funcionarios municipales…¡como si no fuera para su propio provecho!

¿Cómo rechazar una inversión de 20 millones de dólares en el más portentoso Mercado Municipal Mayorista del país -de 120.000 m2- con 500 puestos para el comercio mayorista; 500 espacios para carga/descarga; 150 dormitorios para camiones; cámara frigorífica; laboratorio; 12 baterías de baños, duchas incluidas; área de residuos sólidos; oficinas; comedor; doble vía para los accesos (8vo. y 9no. Anillo); canales de drenaje; iluminación y arborización? ¿Cómo entender que lo rechacen, cuando su uso será totalmente gratis para ellos?

Ing. Percy Fernández, Alcalde Municipal; Arq. Angélica Sosa, Presidenta del Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, va para ustedes este pensamiento que el escritor, filósofo y político británico Edmund Burke acuñó 3 siglos atrás, que siempre me alienta a enfrentar toda oposición y seguir adelante:

“Quienes emprenden grandes obras de utilidad pública tienen que estar a prueba de las dilaciones más fatigosas, las desilusiones más penosas, los insultos más ofensivos y, lo que es peor aún, los juicios presuntuosos de los ignorantes”

 

Santa Cruz, 29 de noviembre de 2017

Buscando la verdad
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Foto: El Día

21F: Medios de desinformación, neoliberalismo y democracia

Con el fallo del Tribunal Constitucional, emitido el 28 de noviembre, que habilita nuevamente a Evo Morales como candidato a la Presidencia, se abre la posibilidad de que a dos años de la elección general del 2019, se instale en el país una prematura campaña electoral que a nombre de una democracia real,  no debe ni puede contener los elementos comunicacionales que marcaron el último proceso de estas características: el Referéndum del 21F.

En el mundo de la comunicación electoral se sabe que el escándalo político y la estrategia de la distracción son consideradas como importantes armas en la lucha por obtener el favor de los votantes, por lo que se constituyen también en elementos de manipulación y tergiversación mediática de la opinión pública y por lo tanto del voto.

Esa maniobra, generalizada en su uso en distintos procesos electorales en el mundo, y que está absolutamente reñida con la ética en comunicación, fue la aplicada en el país durante la campaña del Referéndum para la modificación constitucional el 21 de Febrero del 2016, cuando la oposición política, en colusión con varios medios de comunicación, todos guiados por su defensa intransigente del modelo neoliberal, lograron instaurar “la estrategia del escándalo” con el denominado caso Zapata, provocando así la distracción de la opinión pública y evitando con ello, que el país discurriera y evaluara lo esencial: ¿Cuánto hemos retrocedido o avanzado con Evo?, ¿Quiere la sociedad boliviana profundizar el actual proceso  político? o ¿Queremos los bolivianos dar paso a la reorganización del sistema capitalista? Preguntas estructurales, de muchas más, que quedaron sin respuesta.

La estrategia del escándalo puede resumirse como la campaña ejecutada con el objetivo de menoscabar la credibilidad de una persona, personificando con ello la política, para intentar destruir la credibilidad del actor político que, a su vez condensa, concentra y define un proyecto. Es así que los medios de comunicación neoliberales tanto en Bolivia como en otros países, no es que vendan información a los ciudadanos, sino que venden ciudadanos a los auspiciantes, y como lo que venden muchas veces no es la verdad, sino el escándalo y la distracción de los hechos esenciales, cada vez se deteriora más la calidad de la información, y por lo tanto la democracia.

 En consecuencia, lo ocurrido el 21F no es otra cosa que la culminación de la puesta en escena de esta estrategia, con la que la oposición ha mostrado su capacidad de articulación entre sí, cuando se trata de alcanzar un objetivo común, con lo que además revela su injerencia e influencia en algunos medios de comunicación. Esto nos hace sospechar que como en el pasado, la derecha boliviana retomó su vocación antidemocrática, o ¿cómo se le puede llamar al hecho de que haya privado a la sociedad el derecho de analizar la vigencia o no del actual modelo económico de desarrollo y hayan cambiado la matriz del debate, por la discusión inflamada, de la existencia de un hijo del Presidente, versión que curiosamente luego de la votación, fue desmentida por el mismo personaje que la denunció?

Una máxima del periodismo dice que la información falsa debe recibir la condena generalizada, porque se constituye en un atentado a la fe pública. Mientras que otra, señala que el periodismo serio es vital para la democracia. De igual manera, que el periodismo interesado, que en el país insiste en autodefinirse, para camuflarse como “independiente”, es mortal para la democracia.

Siendo ciertos los medios de comunicación instrumentos de control social, hoy gracias a la acción de algunos, estamos envueltos en otra gran distracción. Y ésta no radica, en  primera instancia,  en la re postulación de Evo Morales y menos en su reelección. El tema de fondo tiene que ver con la decisión que debe asumir el votante para mantener o no el actual modelo económico.  Modelo que según viene revelando la prensa internacional, le ha permitido al país, disfrutar en la última década de un crecimiento sostenido con un promedio de 5 por ciento, el que es muy superior al de Estados Unidos, Canadá, México o Argentina y el resto de los países sudamericanos.

Es en ese sentido que, quienes hoy embanderan la victoria del No como fruto de la democracia y del voto, no debieran dejar de analizar que en la campaña del 21F, se ha ejecutado un plan para desviar la discusión de fondo, que no es otra que la vigencia del actual modelo o el retorno al modelo neoliberal.  Que en otras palabras, no es otro que el achicamiento del Estado, la privatización de sus activos públicos y de sus empresas, la disminución de la inversión pública y social, la venta de materias primas a bajo costo, la fuga del excedente económico, el achicamiento del mercado interno, la disminución del ahorro y de la política de créditos al ciudadano,  para pasar a uno, ejecutado en el pasado por los actuales actores políticos de oposición, donde los sectores estratégicos de la economía nacional eran administrados por empresas transnacionales que se llevaron el excedente económico para el desarrollo de otras partes del mundo, mientras tenían al país sumido en la sobre vivencia y con profundas fracturas políticas, sociales y económicas, en un escenario de inestabilidad.

Esta tergiversación del verdadero escenario a debatir tiene que ver con el rol de varios medios de comunicación, que hoy luchan para que no se deseche la idea del retorno del neoliberalismo, aunque en el camino eludan decirnos, que ello legitimaría una estratificación social marcada por una amplia desigualdad. En términos comunicacionales, no parece posible analizar lo que nos dicen estos medios, sin antes tomar en cuenta su estructura de propiedad, sus vínculos políticos y económicos y sus relaciones de poder.

Subordinados a lo que nos digan o a lo que nos quieran ocultar, los medios de comunicación con orientación neoliberal son negocios privados con fines de lucro, ligados a poderosos intereses políticos que en el caso de Bolivia, manejan el discurso de independencia para camuflar sus verdaderos intereses: manipular el rol simbólico de la opinión pública para legitimar un orden de las cosas que tienen más que ver con intereses particulares que los del conjunto. Al neoliberalismo, le sería muy difícil mutar sus prácticas exclusivamente ligadas al lucro y naturalizarlas como valores sin la eficaz ayuda de estos medios.

Es imprescindible recordar que son justamente los medios de comunicación defensores del capitalismo, los que han iniciado una cruzada política que busca evitar la redistribución del capital, para restaurar, al mismo tiempo, el poder de clase. La circulación de símbolos que ejecutan cada día, intentan gestionar opiniones encaminadas a hacernos olvidar, que el sistema capitalista, no es otra cosa, que la transferencia deliberada, y a bajo costo, de los activos de los países más pobres, a los países más ricos.

El actual escenario político boliviano no sólo debiera propiciar un gran debate nacional sobre la pertinencia o no del actual modelo económico sino debiera analizar que la posibilidad de su cambio, podría provocar un inminente retorno del pasado más catastrófico.

Opinión
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El Litoral boliviano que Chile usurpó

Para las personas que tienen un conocimiento justo de la historia de algunos países de América del Sur, es sabido que Bolivia nació con su Litoral. Por lo tanto, el mensaje que envió la Miss Chile, Valentina Schnitzer, a principios de este mes en el concurso de belleza, “Reina Hispanoamericana”, en la ciudad de Santa Cruz (Bolivia); no es ninguna novedad. Sin embargo, sus palabras son un apoyo a la demanda marítima boliviana, en contra de Chile, instalada en la Haya el 24 de abril de 2013. Es también una bofetada, en la boca, a todos esos grupos sociales que opinan lo contrario. Schnitzer dijo literalmente: “El mar le pertenece a Bolivia”. En las redes sociales y en los comentarios del periódico “El Mercurio”, la belleza chilena fue atacada con insultos y agresiones al género femenino. Palabras que salieron de la boca de hombres pero también, extrañamente, de muchas mujeres. Natividad Leiva que representará a Chile en el concurso Miss Universo, en Las Vegas, el próximo 26 de este mes, criticó igualmente a Valentina Schnitzer. Y dijo: “Quiso dar una respuesta para ver si podía conseguir la corona. Estoy en desacuerdo total con lo que dijo”. Pero con corona o sin corona, Schnitzer dijo una frase cargada de historia y de una gran dosis de veracidad. Refleja un profundo sentimiento de hermandad, de paz y de acercamiento entre dos pueblos que comparten muchas cosas en común.

Transcribo algunos comentarios de la gente escritos en “El Mercurio” de Santiago:

Juan Antonio Ojeda: Pobrecita, lamentablemente la escasa neurona que tiene no le da para más. Un verdadero chileno reconocería la sangre derramada para ganar esa guerra que Chile nunca buscó ni declaró. ¡Ignorante! Y de marca mayor.

Marcos Moya Torres: Cabeza hueca, ignorante y tratando de caer bien para obtener votos. Imbécil, vende patria. Seguro que va a votar por Navarro.

Verónica Mellado: Quédate en Bolivia ignorante, estudia, lee y después opinas.

María Villablanca: Esta nazi hablando por los chilenos. El mar es de Chile y no se transa por un reinado, estúpida!

Andrés Valencia: Pocos son los chilenos que no se creen todo lo que dice la historia oficial, ya que esa historia la escribió las élites y los dueños de Chile. Valentina es una muestra que hay chilenos que se dan cuenta de esto y no le siguen el juego a las élites. Chile debería entregar acceso soberano al mar a Bolivia.

Víctor Hugo Ramírez: Desconocer la causa boliviana de una reposición de acceso al mar, es moralmente injusto. Es propio de ignorantes patrioteros chilenos, que por su ignorancia se transforman en cómplices de la descarada usurpación territorial y de riquezas que Bolivia fue víctima en 1879. Si estudian la verdadera historia de este conflicto (no la oficial que es mentira), quizá cambarían de opinión. Ojo voy avisando no soy boliviano, soy chileno.

Carlos Astudillo: Soy chileno y estoy de acuerdo con ella. Le robamos el mar a Bolivia. Aquellos “bloguistas” que mencionan la historia, en realidad no la conocen.

Efectivamente, el mar le pertenece a Bolivia; por lo menos 400 kilómetros lineales sobre la costa del Pacífico que Chile arrebató mediante una invasión militar, y sin declaración de guerra, el 14 de febrero de1879. De este insólito hecho se deduce que el Ejército chileno cometió un acto de terrorismo, causa que le sirvió para adueñarse, además, de 120 000 km² de territorio riquísimo en materias primas. Años más tarde y terminada la mal llamada “Guerra del Pacífico”, Chile obligó a Bolivia a firmar, bajo amenaza de guerra y una nueva invasión, el Tratado de Paz y Amistad el 20 de octubre de 1904. Ya en esa época, los representantes bolivianos, Belisario Salinas y Belisario Boeto, “dejaron en expresa constancia que Bolivia nunca se resignaría a carecer de un acceso soberano al mar” (El libro del Mar, p. 22). Los políticos y presidentes chilenos también se dieron cuenta de que no podían amputar todo el Litoral a un país que había empezado la vida republicana con 400 kilómetros de playa. Justamente por esta razón Chile, muchos de sus gobernantes y diplomáticos ofrecieron a Bolivia, en diferentes oportunidades, una salida “soberana” hacia las costas del Pacífico. La demanda marítima boliviana hace referencia a todos esos compromisos vinculantes que Chile ofreció a Bolivia. Sin duda, esta demanda también es la voz del pueblo boliviano que jamás aceptó, ni acepta y tampoco aceptará la usurpación, a mano armada y cobarde, de su Litoral por parte de las Fuerzas Armadas de Chile.

Desde hace mucho tiempo que voy haciendo un seguimiento a la prensa chilena, y leo los artículos relacionados con Bolivia: demanda marítima, las aguas bolivianas del Silala, problemas limítrofes, la tortura a la que fueron sometidos 9 ciudadanos bolivianos por parte de carabineros de Chile, huelgas portuarias que afectan terriblemente a camioneros y a la economía boliviana etc.

También leo los comentarios de la gente al final de cada artículo. Y he llegado a la conclusión, muy personal por su puesto, de que el pueblo chileno está dividido en tres grupos en el momento cuando opinan sobre Bolivia. Obviamente no puedo dar cifras de porcentaje de cada grupo, ya que no he hecho una encuesta. Y, por lo tanto, es muy difícil saber números exactos.

El primer grupo está compuesto por el Ejército, la recalcitrante y tosca derecha, por gobiernos que se hacen llamar “socialistas”, pero que en el fondo son fieles herederos de Pinochet y defiendes los intereses económicos de un puñado de familias. Estos segmentos sociales históricamente odian a Bolivia y están, implícitamente, en contra del crecimiento económico boliviano. Y, por ende, rechazan que Bolivia tenga un acceso soberano al mar. A este grupo pertenece, por ejemplo, mandatarios y muchos políticos de la Concertación y de la Nueva Mayoría.

El segundo grupo abarca a toda esa gente sumida en una absoluta ignorancia de lo que fue el conflicto armado entre Bolivia y Chile. Esta realidad, es el fruto de los historiadores chilenos que han “reinventado una historia falsa” para justificar lo expoliado. De este modo han ido engañando generación tras generación. Y, en consecuencia, opinan por opinar. Su único objetivo es mostrar bronca en grado superlativo y sienten felicidad por la desgracia ajena. Es decir, estas personas están marcadas por un chovinismo enfermizo, ciego y mentiroso. Odian a Bolivia y todo lo que es boliviano. Utilizan un lenguaje agresivo y malcriado. A este grupo lo he bautizado con el nombre de “chacoteros”.

El tercer grupo es el más interesante porque está compuesto por intelectuales progresistas, artistas, poetas, escritores, políticos, organizaciones sociales y gente común y corriente que apoya la demanda marítima boliviana. Estas personas tienen conocimientos del daño causado a Bolivia en esa guerra injusta. Y, como indica arriba Andrés Valencia, no siguen los juegos de las élites y los dueños de Chile. Al contrario, abogan para cerrar una herida abierta que sangra a borbotones por más de un siglo. De este modo se daría una solución al enclaustramiento de Bolivia. Pero más allá de ese resultado, se trata de la integración Latinoamericana necesaria, en este siglo, para fortalecer la economía de los países integrantes. Pero también para convivir en paz, en armonía y lograr la felicidad, progreso y, sobre todo, unidad entre pueblos hermanos.

Palabras de fuego
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