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Aporofobia, rechazo al pobre

El título de esta columna lleva el del último libro de la filósofa Adela Cortina, este texto tiene un espíritu de provocación en sí misma muy potente porque nadie puede negar que en las democracias contemporáneas los temas de migraciones y de pobreza llevan un sello particularmente importante.

De entrada no se trata de un estudio sobre las expresiones de xenofobia, porque no es rechazo o miedo al extranjero, sino que la aporofobia se remite a un tipo de miedo y rechazo a los pobres, El elemento que no hay que olvidar en este tipo de estudios es aquel que significa que el desprecio hacia el otro tiene que ver con una actitud de superioridad, pero esta superioridad no está manifiesta a nivel individual sino a nivel de un colectivo; porque es ahí donde las posibilidades de emitir un criterio en contra del otro son mucho más reforzadas e infinitas.

Pensando en los actuales debates sobre el odio quizá en algunos casos desmedido en el que se ejercen frente a las distintas fobias que se manifiestan en la sociedad, podríamos intentar partir no tanto de una lógica idealista respecto a que toda necesidad debería ser buena, es decir desde el deber ser. Si no más bien, a partir de que aceptemos de inicio la existencia del odio en las actitudes de los individuos.

Sin embargo, existen también algunas actitudes de odio hacia el otro que en los tiempos que corren se revisten de distintas etiquetas, para esto el policía político que llevamos dentro es muy efectivo, digo esto porque es mucho más cómodo y más sencillo por ejemplo etiquetar a alguien que es mendigo como parte de una mafia que se ocupa de estafar a las personas, o como aquellos que niegan la idea de que haya existido el holocausto, o como cuando aquellos que hablan respecto de la religión católica guardan una sospecha desmedida de lo que fueron las inquisiciones, lo mismo pasa hoy y no puedo dejar de pensar en por ejemplo la supuesta defensa de algunos colectivos que tienen que ver con el tema del género.

Especialmente en el caso de los supuestos debates en redes sociales, creo que Adela Cortina nos ilustra de manera interesante cuando se refiere al tema de la tolerancia y cómo superar a su contrario que es la intolerancia, a partir de lo que ella dice “la tolerancia es superior a la intolerancia, pero la virtud que realmente supera a la intolerancia es el respeto activo. Quien respeta a otros difícilmente pronunciará discursos intolerantes que pueden dañarles”.

Los odios hacia el otro revestidos de cierta corrección política no hacen más que continuar la intolerancia y por tanto la irresolución de nuestros problemas, porque en la medida que nos creamos más aquello de “espera y escucha lo que te tengo que decir desde mi púlpito”, y no practiquemos aquello de “nosotros queremos que el mundo sea así” luego de un genuino debate. Entonces poco habremos hecho para manejar estos odios y mucho habremos aportado al reforzamiento de la política de la identidad.

Columna de opinión
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Presidente: Los muertos que vos mataís, gozan de muy buena salud

Pues bien, uno de los peores autogoles que un político puede meterse, es creerse sus propias mentiras: posiblemente el sistemático ejercicio de la mentira pueda rendir algunos frutos para intentar cazar en campaña los votos de algunos incautos devotos de aquello de basta de realidades queremos promesas, pero de ahí a meterse las chuñas a si mismo y encima creerse… dista mucho y especialmente, dice mucho del auto mamado.

Para empezar, aún con sus luces y sombras, el 171 Periodo de sesiones de la CIDH ha servido precisamente para poner una vez más en evidencia por si a alguien le cabía alguna duda, que la fulera sentencia 084 del tribunal del jefazo, superó todos los records del prevaricato y encima por si fuera poco, prostituyendo la joya más preciada del Sistema Interamericano. Tamaña aberración jurídica no pudo pasar desapercibida por la Comisión precisamente sesionando en el lugar del crimen y, especulo, la mejor prueba de ello es que terminó habilitando así sea una peculiar audiencia pública, para oír muy brevemente las quejas contra el país anfitrión, precisamente sobre el respeto del 21F como tema recurrente, poniendo en ridículo la invención del “derecho humano” a ser dictador.

Que la Comisión IDH y el Sistema Interamericano den respuesta oportuna y efectiva a ese clamor popular ciudadano, está sujeto a los tiempos y a las finuras diplomáticas pero las sesiones y sus eventos paralelos han servido para relievar que el gran tema pendiente en Bolivia es ese y los llamados a pronunciarse ante el envilecimiento y complicidad de los tribunales internos, son precisamente los órganos del Sistema Interamericano. Así que la presencia de la CIDH en la capital ha servido precisamente para dejar (les) en claro esa imperdible obligación que tiene el sistema en tanto precautela el sistema democrático hemisférico y jamás, para sepultar el clamor popular de respeto no sólo del referéndum, sino de la CPE y del sistema democrático.

Peor les fue con la conmemoración del 21F. Las marchas multitudinarias no de funcionarios públicos obligados para conservar la pega a asistir, sino de ciudadanos comunes y sus familias, constituyen la mejor prueba que el régimen por mucha fuerza bruta que concentre –policía, fuerzas armadas, justicia, etc- está cada vez más débil e inerme frente al poder ciudadano, que le enrostra cada vez que puede el “Bolivia dijo NO” al extremo que el presidente es cada vez más prisionero de su ego palacio y de su republiqueta chapareña, incluyendo su avión y helicópteros que le permiten por el momento, huirle al soberano.

Así las cosas: ¿Tendrá futuro el binomio trucho ante un eventual monumental fraude que le permita otra vez un cuarto periodo inconstitucional? Debe temblarle el espinazo cuando ve a sus socios, los otros dictadores Maduro u Ortega aislados de la comunidad internacional democrática, pues de persistir con su delirio y obtener alguna pírrica victoria con la complicidad de su “Tribunal” electoral, el futuro se le pintaría de color hormiga y ahí si cabría pensar en la sepultura final… de su ya agotado proyecto político. Lo peor de todo es que abandonar el poder y entregar el mando por la puerta ancha ya parece quedarle demasiado lejos al régimen, por lo que ha quedado prisionero de sus propias mentiras, mientras la debacle se produce y acerca irreversiblemente. MIRES enseña a propósito: “Cretinismo político es imaginar que una dictadura se legitima con votos”.

PAREMIOLOCOGI@
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La CIDH: ¿Qué pasó y qué viene?

Insisto que el régimen metió otra vez las de andar con mandarse la parte invitando a la CIDH a sesionar en Bolivia, pues aunque por reglamento no se abordarían denuncias contra el estado boliviano –en las audiencias públicas– fue tal el grado de expectativa e insistencia de los ciudadanos, que la propia CIDH tuvo que hacerse del otro viernes con su regla y habilitó una sui generis audiencia pública, fuera de programa y de a 90 segundos por nuca, sin presencia –oficial– del Estado. Aunque el desorden primó por parte de la sociedad civil que convirtió la audiencia en el muro de los lamentos poniendo en evidencia el fracaso del régimen para cumplir su principal obligación si es que se trataría de uno de corte democrático: garantizar los DDHH de todos sus ciudadanos; la desesperación cundió en las filas azules, que desplegó sus movimientos sociales para alabar descaradamente a su amo al extremo que no faltó alguno que proclamó al binomio trucho en plena audiencia y, hasta la Procuraduría terminó degradando a su personal en guaruras del régimen, intentando so pretexto de espacio, protocolo y seguridad, impedir el libre acceso ciudadano a la sala, maltratando incluso a personas de la tercera edad. Una muy peculiar audiencia “pública”.

Pese a todo, la desbordada participación ciudadana resultó importante y por ello, otra vez al régimen le fue imposible ocultar que el respeto al voto del soberano del 21F constituye hoy la principal demanda ciudadana boliviana en materia de DDHH, precisamente ante el descalabro de los altos tribunales internos independientes, sometidos por el régimen que ha puesto a sus atawatos disfrazados de magistrados.

Tratándose de varios pero sobre todo, genuinos derechos humanos (derechos políticos, igualdad ante la ley y protección judicial en relación con la correlación entre deberes y derechos, todos previstos por la joya más preciada del Sistema Interamericano), sostengo que la CIDH ha quedado por lo recién acaecido, obligada para resolver oportuna y efectivamente las peticiones formales (varias) y/o la formulada en su anterior período en la sesión pública sobre reelección o las brevemente presentadas cuya trascendencia debiera honrarse para no quedar en un simple show.

Dejar transcurrir el tiempo, como ocurrió con el Gadea Vs Nicaragua (7 años) generaría un grave deterioro a su decisivo rol –discursos se dieron en ese sentido– para el respeto de la democracia y el estado sujeto al imperio del derecho, como facetas de los DDHH.

Eso es lo que también quedó evidente en las actividades académicas paralelas realizadas en el I. COLEGIO DE ABOGADOS DE CHUQUISACA en las que expertos internacionales y bolivianos, sin las finuras diplomáticas de las sesiones oficiales, pusieron en manifiesto que sin importar sean de izquierda o derecha (si aún existen aquellas categorías), los regímenes caudillescos han seguido el mismo modus operandi para violar sus propias Constituciones y asegurar reelección sine día: usar sus Tribunales, logrando en la mayoría de los casos prostituirlos en favor del poder partidario reinante. Además, surgió con demasiada insistencia el fantasma de quedar convertidos en la próxima Venezuela o Nicaragua, de lograr el binomio trucho meterle no más con su delirio totalitario. El Sistema Interamericano tiene la palabra, ya que: “El secreto de la paz verdadera, reside en el respeto de los Derechos Humanos”. Juan Pablo II

PAREMIOLOCOGI@
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Para no sudar la gota fría…

¡Nos equivocamos, nos llevamos un chasco! Cuando creímos que el 2018 iba a marcar un punto de inflexión para el comercio exterior boliviano, el último Informe del INE fue un balde de agua fría al dar cuenta que el nuevo desbalance registrado fue casi igual al del 2017.

Según el Informe, el déficit del 2018 sumó 936 millones de dólares, muy cercano a los 970 millones del 2017. Así las cosas, entre el 2015 y 2018 Bolivia acumula ya un déficit de 4.132 millones de dólares, cifra que explica por qué las Reservas Internacionales Netas han caído tanto desde el mismo momento en que el comercio exterior empezó a tornarse deficitario, a lo que se debe añadir el déficit en las transacciones de servicios, los pagos y transferencias al exterior.

Cabe recordar que el macrociclo de precios altos para las materias primas terminó en 2014, justo cuando las exportaciones alcanzaron su pico histórico superando en poco los 13.000 millones de dólares. De ahí en adelante bajaron a 8.922 millones de dólares en el 2015, a 7.259 millones en 2016; se recuperaron hasta 8.338 millones en 2017 y subieron hasta 9.060 millones en 2018, aunque en igual lapso las importaciones siempre superaron a las ventas, de ahí el déficit.

¿Qué aconteció en 2018 respecto al 2017? El valor de las exportaciones subió 9% pese a que su volumen cayó en un 6%, vale decir que la subida de ciertas cotizaciones explicó la crecida -por ejemplo- el valor de los hidrocarburos subió 15% cuando su volumen bajó 9%. Igualmente ayudó a la recuperación de las exportaciones el que el valor de los minerales y productos no tradicionales creciera casi proporcionalmente a la suba de sus volúmenes.

Y aunque el valor importado creció menos (7%) que el de las ventas y su volumen bajó 1%, la complicación es que cerca del 70% del valor importado tiene que ver con insumos, bienes de capital y equipos de transporte necesarios para producir bienes y servicios en Bolivia.

La importación de combustibles y lubricantes subió 23% en volumen y 41% en valor, resultado de la imparable expansión del parque vehicular, la mayor actividad económica y la subida del precio del petróleo; aunque, para destacar, la menor importación registrada de alimentos con -21% en volumen y -0,5% en valor.

Con importaciones imprescindibles para el país ¿qué hacer para que el déficit no se torne estructural? Ya lo dijo el IBCE: adoptar políticas de promoción selectiva de exportaciones y de sustitución competitiva de importaciones, si no queremos “sudar la gota fría”…

Buscando la verdad
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El epitafio de la izquierda

Me explico, acuso a los posmodernos porque estos son los autores de que hayamos abandonado el voto de la izquierda en torno a una agrupación de intereses generales alrededor de un tipo de hombre más común por varios tipos de personas con particularidades/identidades específicas a partir de su defensa de que estas identidades son “minoritarias” y por tanto necesitan de atención especial: antirracismo, discriminación, feministas, ecologistas, etc.

De esta forma, la izquierda se olvidó de hablar y soñar de una causa común que se traduzca en un intento utópico, para pasar a llevar adelante internamente batallas que se sostienen desde sus trincheras particulares de defensa “progresista” de la civilización. Los exponentes del posmodernismo no se dan cuenta que a pesar de todo la izquierda abriga ideas por encima de las que defiende la derecha, y no hay por qué escandalizarse del asunto pero frente al conservadurismo de la derecha, incluso a su liberalismo, la izquierda supo traducir mejor su lectura de transformación de las sociedades.

Se podría decir que de alguna forma el certificado de nacimiento de las personas a la vida pública viene determinada por la exteriorización de las raíces morales que tienen como por ejemplo sus ideas de justicia, libertad, etc.

Esas batallas de trincheras posmodernas lo que genera en la izquierda es que  quienes integran alguna de las posiciones identitarias, aquello que Sánchez-Cuenca denomina como “disonancia cognitiva de la política” porque cuando la realidad no se ajusta a su esquema de defensa identitaria entonces se animan a negar la evidencia que no coincide con su esquema. A pesar de que hoy día con los dichosos hechos alternativos es posible que se haga todo para encajar según lo que quieren.

Lo que es más desastroso todavía, como tenemos esta dinámica instalada, cuando desde la trinchera posmoderna identitaria aquellos se animan a leer cosas de la trinchera opuesta, esto lo digerimos no como algo que podría ser útil para mejorar la posición desde la que se está, sino para reafirmarse en la idea de acusarlos porque se encuentran errados y la trinchera en la que uno se encuentra es la única válida.

Si a los puntos antes mencionados le agregamos el componente del caudillismo en la política, es decir, una identidad más fuerte, entonces tendremos la fórmula completa por la que estamos en el dilema actual de la política. Por ahora no creo que salgamos bien parados del asunto, porque allí donde los activistas que defienden su propia identidad en la política, se parecen cada vez menos a un simulacro de debate general, y más a una barra brava de fútbol.

Columna de opinión
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La comisión IDH en Sucre

Por un lado estamos los devotos del Sistema Interamericano que con sus luces y sombras, albergamos esperanzas que contribuya efectiva y oportunamente a superar la gravísima situación del régimen que ha depredado los DDHH de los ciudadanos bolivianos, con la cobarde complicidad de la administración de justicia plurinacional (salvando algunas excepciones). Del otro, están los escépticos, señalando hasta que las sesiones fueran otra estrategia envolvente del régimen; que no servirán para nada porque no abordarán temas internos del país anfitrión (por si acaso, esa limitación aplica a cualquier país anfitrión, no sólo a Bolivia); que existen en el sistema varias peticiones sin respuesta; que la Comisión no podrá hacer nada o de hacerlo será muy tarde, etc.

Pues creo que hay que separar la paja del trigo. Empiezo recordando que la Comisión constituye uno de los órganos operativos del Sistema Interamericano de DDHH –el otro es la Corte- y su función es monitorear el estado del arte de los DDHH, procesar denuncias formales contra los estados por violaciones a su plexo normativo y, durante éstas sesiones, realizar audiencias públicas sobre temas generales (13 al 15 de febrero, en esta ocasión).

Con base a ello, las sesiones que se realizan en la Capital y en función al estado de los DDHH de l@s bolivianos adquieren extraordinaria trascendencia, más allá que probablemente, no palpemos como deseáramos, resultados públicos inmediatos. En esta ocasión encuentro además ciertos ingredientes –llajuita, para mi gusto- que multiplican tal importancia: se realizan en vísperas del 21F; en el mismísimo lugar de la Masacre de La Calancha –aun impune por el encubrimiento de la “justicia” boliviana - denunciada ante la Comisión e incluso, por si fuera poco, la CIDH acaba de admitir a trámite la denuncia del ciudadano nicaragüense Fabio Gadea Mantilla, cuyos hechos son demasiado similares al caso boliviano, abordando entre otros, la presunta violación de los derechos políticos (art. 23 de la CADH) que aquí fueron prostituidos por la SCP 084 que le confeccionó a medida, el burdo derecho humano al eterno candidato, permitiéndole hoy formar su binomio trucho.

Esos elementos, sumados a la imposibilidad y desesperación en que el régimen está naufragando para ocultar o siquiera disimular su comportamiento en materia de DDHH al extremo que hasta donde sé extraordinariamente, la CIDH abrió un espacio –miércoles 13 a las 17.00- para escuchar aunque sea fuera de programa a la sociedad civil boliviana, prueba a mi juicio el gravísimo error del régimen para mandarse la parte invitando a la CIDH a sesionar en Bolivia cual si fuera una isla de respeto a los DDHH, cuando acaece, exactamente, todo lo contrario. Otra vez fue víctima de sus delirios e improvisación, sigue creyéndose sus embustes y, de nuevo queda en off side.

Así sea de manera testimonial –para los escépticos- lo evidente es que las sesiones y sus acontecimientos están nuevamente poniendo en evidencia el torpe proceder del régimen en la materia. De ahí que más allá de sus tiempos –una de sus debilidades- y las finuras diplomáticas, la coyuntura boliviana desafía al Sistema Interamericano obligándole asumir medidas sobre los reales alcances de los derechos políticos previstos por el art. 23 de su joya más preciada y, en la medida que su respuesta sea efectiva y oportuna, renovará significativamente su rol decisivo para la vigencia y defensa de los DDHH en el hemisferio. Tratándose del caso Boliviano, ya le es imposible dejar de hacerlo; lo propio respecto de la Masacre de la Calancha, que es una herida abierta en la Capital: “El mayor obstáculo para la eficiencia de las leyes, es la esperanza de impunidad” FEUERBACH

PAREMIOLOCOGI@
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Proceso de cambio: De huaska a boomerang

Aunque los que saben aconsejan, tratándose de ese tipo de procesos y a la vista del inexorable como innegable desgaste del régimen, conducirse con algo de sensatez y prudencia  siquiera, tratándose de los inefables pluris, acaece lo contrario: le meten nomás, también en estas cuestiones.

Si bien en su defensa, cabría identificar la presencia de ciertos “factores” que les inducen a tal estado de éxtasis, como es la delincuencial, indigna y vergonzosa sumisión de su “tribunal” electoral; la abusiva y extorsiva presión que aplican a sus cautivos servidores públicos y afines y, hasta la necesidad laboral de la gente, como decía Goethe, la ley puede ser dura pero la realidad es aún peor. Ni así pudieron superar la vara que el matemático bachiller se autoimpuso: fracasaron en superar el 50% de asistencia y conste que a la vista del papelón, sus secuaces del TSE salieron inmediatamente en su salvación, inflando los pobres resultados, tratando de menguar en algo siquiera su vergonzosa auto derrota. El meme, sencillamente fabuloso: que triste es competir solito, en su propia carrera, con su propio árbitro y…salir segundo.

Probablemente empero, más allá del real porcentaje de participación, lo que ha sido imposible de ocultar es la importante cantidad de rechazo al binomio trucho, no desde la eterna derecha, desde el maloso imperio, etc., sino desde las filas de su propia militancia, lo que informa que en realidad, no es tal, sino se trata de personas presionadas y por tanto, humilladas, para aplaudirles cual focas cuando son arreadas a alguna proclamación pero que a la hora de la verdad, en las ánforas, no sólo dejan de apoyarles sino que se les revelan y les ponen sencilla y llanamente, en ridículo (los que fueron a votar, el gran resto, ni se molestaron siquiera en acudir…).

Pues bien, a esta altura del partido y peor, a la vista de lo que ocurre con otras dictaduras, bien le haría al régimen poner sus barbas en remojo. ¿No será igual de suicida insistir con su ilegal candidatura? ¿No será que el binomio trucho terminó agotando a todos, incluyendo a quienes alguna vez convencieron? ¿No se habrá superado ya los márgenes de tolerancia incluso de los suyos? ¿Les alcanzará el fraude que están urdiendo? ¿Sus cómplices del electoral serán lo suficientemente diestros para perpetrar el fraude? Y de ser así, ¿l@s bolivianos seremos tan cojudos en aceptarlo?

No ven que, además, aun con sus largos tiempos y posturas finamente diplomáticas, la comunidad internacional ya está absolutamente convencida que aquello del cuento de hadas del indígena ha devenido en la cruel realidad de otro dictador más que ni siquiera respeta a los suyos, balbucea en la que dice ser su lengua originaria y, lo único que le interesa es atornillarse al poder así sea indebidamente pasándose por el forro hasta su propia Constitución, mediante el ridículo de hacerse confeccionar su “derecho humano” a ser eterno candidato.

El horno del proceso de cambio no está ya para bollos de ninguna naturaleza y todo indica que más bien, les quemó el pan que durante estos largos 13 años cocinaron, al extremo de quedar inocultablemente aislados en el concierto internacional, integrando el grotesco club de los dictadores e, internamente, derrotados hasta en su propia competición y por sus propios militantes. Eva García, enseña: "Incluso el mentiroso nos cuenta la verdad, a través de sus mentiras".

PAREMIOLOCOGI@
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Más de 12.000 millones de dólares

“Estamos lejos, cada vez más lejos y no solo de Argentina y Brasil -que son los líderes- sino del Paraguay. Hace unos años Paraguay estaba en un nivel de producción de soya similar al de Bolivia, pero hoy nos triplica en producción y rendimiento -que está en 2,7 a 2,8 toneladas por hectárea- casi un 30% más de lo que producimos en Bolivia”, dijo Guillermo Rocco, Vicepresidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), en el Programa “A Primera Hora” (EL DEBER RADIO, 10.1.19). Añadió que el sector estaba estancado, pues luego de llegar a un tope de 3 millones de toneladas el 2014, decayó por el clima, las plagas y el no poder usar plenamente la biotecnología.

A diferencia de Bolivia, Paraguay expandió el área de siembra de soya de 1,3 millones de hectáreas (año 2000) hasta 3,4 millones en 2017/2018, pasando la producción de 3,5 millones a 10 millones de toneladas, aumentando su rendimiento gracias al extendido uso de semillas genéticamente mejoradas.

En Bolivia el área de siembra de la soya es casi la misma desde hace diez años y si bien el rendimiento mejoró desde 1,73 ton/ha del año 2005 a 2,2 en el último quinquenio con la utilización del único evento biotecnológico autorizado, la sequía e insectos hacen estragos con nuestra soya.

Rocco dijo que Argentina produce más de 50 millones de ton/año de soya y Brasil llegó a superar a EEUU rebasando las 100 millones de toneladas con promedios de 3 ton/ha -o más- gracias al pleno uso de la agrobiotecnología.

“Si nos ponemos al nivel de otros países, si nos dejan usar la misma tecnología que en países vecinos, homologándola para no perder más tiempo, y logramos un precio adecuado para la urea, podemos producir un millón más de toneladas de soya sin ampliar la frontera agrícola”, concluyó.

“Creo que ha llegado la hora de volcar en serio la mirada al sector agropecuario como punta de lanza para el crecimiento del país (…) la agropecuaria es el único sector cuyo crecimiento es sustentable y renovable cada año”, declaró a la prensa Richard Paz, Presidente de ANAPO.

La soya y derivados es el tercer renglón más importante de las exportaciones bolivianas, luego de los hidrocarburos y minerales (no renovables). Su aporte entre el 2000 y 2018 superó los 12.000 millones de dólares por 32 millones de toneladas exportadas.

¿Sabía que gracias a la biotecnología, en los últimos 6 años Paraguay exportó lo mismo que Bolivia en 19 años? ¿Hasta cuándo seguiremos admirando al Paraguay, cuando podemos hacer eso y más?

Buscando la verdad
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Un sistema de caudillos

Por lo que la hipótesis es: a menor institucionalización del sistema de partidos, mayor probabilidad de que aparezcan y se queden líderes caudillos en la escena política. Esto es lo que creo tenemos en la escena política hoy, organizaciones políticas más o menos reducidas en lo que refiere a su sigla pero muy fuertes en cuanto al líder político que los representa, es decir, mediante el fenómeno de la personalización de la política.

Sólo por cerrar ideas, la personalización de la política (McAllister, 2007) ocurre cuando el líder sobrepasa la popularidad de su partido. De ahí se desprenden dos tipos de liderazgos según José E. Molina Vega:

Personalización moderada o liderazgos personales no dominantes: aquí las posibilidades de éxito electoral del líder dependen en su mayor medida del partido al que pertenece, fuera del partido las posibilidades de éxito del líder son menores; pero el partido sin el líder podría seguir sobreviviendo.

Personalización radical de la política o de liderazgos personales dominantes: aquí el líder puede hacer a un lado al partido, no depende de este, puede fundar otro partido, o lanzarse como independiente y aún así mantendrá su intención de voto porque de hecho es una marca registrada.

Con esa división de tipos de políticos caudillos, es claro que entre nuestra clase política lo que tenemos hoy día en los dos bloques principales (Evo Morales y Carlos Mesa) son ejemplos de personalización radical de la política, porque por sí mismos aglutinan porcentajes de electorados significativos. Distinto es el escenario en el caso de los Demócratas donde la personalización es moderada porque ellos están más cerca de seguir existiendo sin sus líderes, de los demás candidatos/partidos por cuestiones de extensión de la columna no nos referiremos.

Está bastante claro que el panorama es aún de transición política sin cambio radical del sistema político en el país, así como el sistema de partidos terminó por caer en la elección de 2005 pero con el impulso de lo que ocurrió el 2002, así también nos encontramos de alguna forma en el momento de inicio de una transición política que después del 2020 podría conducirnos a comenzar construir institucionalidad partidista.

Si pensamos en el recambio generacional de la clase política y observamos respecto a si los jóvenes hoy día en el accionar dentro de los partidos son distintos o no, mi sospecha es que son distintos en la medida que la sofisticación tecnológica se los permite; hace una década para hacer campaña electoral necesitabas movilizar personas para que salgan a pintar paredes y pegar afiches, hoy día se cambió esa rutina por la sofisticación de que los jóvenes pintan sus muros de facebook y pegan memes, ojalá la transición a la que nos referimos antes tenga que ver con que además del activismo político, se visualicen destellos de generación de ideas que convergan en nuevas utopías colectivas.

Columna de opinión
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“Elecciones” primarias: Otra estrategia envolvente de…27 millones

Dentro de todo ese sistemático iter criminis –varias veces consumado- resalta por su absurdez pero sobre todo, ofende a cualquier ciudadano por lo altamente costoso (para nuestros bolsillos), el último grito de la moda plurinacional: la realización de “elecciones” primarias en las que no existen alternativas reales para elegir, claramente forzadas para –misión imposible- tratar de legitimar al binomio trucho, obligando a sus adictos y dependientes a votar sin elegir y, literalmente, sin importar el costo.

¿Cuántas obras o adquisiciones de bienes realmente necesarias podrían hacerse con esos 27 millones de bolivianos que ayer el régimen y sus cómplices del TSE botaron a la basura? Por ejemplo: ¿Cuantas incubadoras pudieron adquirirse con ese dinero? ¿Cuántas máquinas de hemodiálisis? ¿Cuántos quirófanos construirse y equiparse?

Y es que tratar de legitimar al binomio trucho a toda costa nos sale a los contribuyentes, demasiado oneroso y es, por si acaso, completamente ineficaz para el régimen, puesto que haga lo que hagan, cualquier estrategia envolvente que ejecuten, lo único que ponen en evidencia es su esencia totalitaria, ya demasiado lejana de los cánones universalmente aceptados que hacen a los estados y gobiernos democráticos: respeto de la institucionalidad y de la normativa; de los derechos humanos (de los genuinos, por supuesto) y, entre otros, la alternancia en el ejercicio del poder.

A propósito, el régimen y sus esbirros del TSE con la reciente puesta en tablas de su última comedia, caen bajo la responsabilidad fijada por el Decreto Supremo 23318-A 3 de noviembre de 1992 que reglamenta la Responsabilidad por la Función Pública, imponiéndole a todo servidor público la obligación de desempeñar sus funciones con eficacia, economía, eficiencia, transparencia y licitud. ¿Serán licitas unas “elecciones” en las que participa un binomio que vulnera el art. 168 de la CPE considerada como la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano? ¿Será ético que los candidatos pretendan ser escogidos sin una alternativa real? ¿Ha sido un proceso transparente llevado a cabo por funcionarios confiables?

Además, ese DS determina que los servidores públicos responderán ante la sociedad por sus acciones u omisiones, en función a criterios de eficacia, economía y eficiencia, por lo que los recursos invertidos en esas operaciones, deben ser razonables en relación a los resultados globales alcanzados: ¿El resultado de las primarias, incluso ya completamente conocido antes de su inútil realización, será razonable en función a los 27 millones gastados? ¿Valió la pena derrochar esa suma para obtener un resultado que sin necesidad de la operación ya era de pleno conocimiento público? ¿Es razonable organizar una elección para imponer por la chimenea a quienes constitucionalmente están descartados? Al extremo que hasta se hizo un referéndum para preguntarle taxativamente al soberano su parecer, respondió que NO y luego fueron tan sinvergüenzas para desconocer esa máxima instancia de decisión popular.

Las respuestas se caen de maduras y patentizan el estado del plurinacional en materia democrática: el régimen sobrevive a costa de creerse sus propias mentiras. Wolfee enseña a propósito que: "Con una mentira es posible que engañes a alguien; pero cualquier mentira te dice a ti mismo una gran verdad indiscutible: eres muy débil".

PAREMIOLOCOGI@
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