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La propuesta de Tuto que cambiará a Bolivia

El 12 de octubre las bolivianas y los bolivianos acudiremos a las urnas electorales para elegir Presidente, Vicepresidente y parlamentarios para el quinquenio 2015-2020. Unicamente hay cinco candidatos para la presidencia. Dos que corresponden a las clásicas posiciones socialistas, estatista y de izquierda; otra a la izquierda ecologista, y dos que no lo son, que se ubican en el centro; una de ellas es social demócrata y la otra es social cristiana (democracia cristiana), ideología que, gracias a Tuto, está reviviendo en Bolivia. Debido a este espectro es de suponer que habrá muy poco voto blanco y nulo, dato que la gente tiene varias opciones.

Es criterio compartido que el candidato del partido oficialista, Evo Morales, lleva todas las ventajas de ganar, no sólo por la economía altamente bonancible que está viviendo el país sino que por ser gobernante, tiene a disposición todo el aparato estatal, lo cual le genera una gran preeminencia. Como Evo Morales, durante sus dos periodos de gobierno se dedicó a viajar y a inaugurar todo de tipo de obras públicas, hoy continua haciéndolo. El Presidente Evo Morales, como ningún otro, estuvo en permanente campaña electoral. Los anteriores, no lo hicieron, porque la constitución política derogada, sabiamente, impedía la reelección. 

Pero en este escenario completamente favorable a la re-reelección de Morales, le apareció repentinamente un candidato, que fue Ministro de Estado, Vicepresidente y Presidente de Bolivia, con gran formación profesional y gran experiencia estatal. Jorge Tuto Quiroga.

En su propuesta electoral titulada: “Seguridad, Oportunidad, Progreso”, con gran acierto, plantea como el problema fundamental que atraviesa el país la inexistencia de justicia, por lo cual su primer planteamiento de fondo es que su objetivo de gobierno es la anhelada “Justicia y Seguridad Ciudadana”. En este escenario, propone de manera especial, que se debe garantizar a la mayoría de la población del país, que está constituido por mujeres, que se las proteja de la violencia machista que predomina en Bolivia. ¡Alto a la violencia contra la mujer!

Pero el plato de fondo se encuentra en su punto denominado: “Propuesta económico- social”. Bajo el denominativo “Nacionalización para el pueblo boliviano”, propone entregar todas las empresas, hoy de propiedad del Estado, a la gente. Esto implica que, por ejemplo, las denominadas sociedades anónimas que conforman YPFB Conglomerado, que hoy son completamente cerradas, serán abiertas a todos los mayores de edad, quienes al constituirse en propietarios deberán tener el derecho de vender sus acciones cuando vean conveniente. Puede ser aconsejable que durante un tiempo no se puedan hacer estas ventas, hasta que el mercado se consolide. Este hecho dará una gran vida al ausente mercado de acciones en Bolivia, lo cual promoverá su futuro y acelerado desarrollo. En la medida que dichas empresas sean exitosas aumentarán las utilidades, que anualmente serán distribuidas, y el valor de las acciones y, con esto, la riqueza de millones de bolivianos.

La propuesta planteada, aseguraría una gestión transparente, profesional, eficiente y honesta porque se aplicaría el dicho conocido “el ojo del dueño engorda el ganado”. No más burocracias que puedan enriquecerse corruptamente, como se  demostró en la ex URSS y en Cuba, donde las grandes empresas han sido –y en Cuba sigue siendo- del Estado, manejadas ineficientemente, hasta colapsar. Las grandes empresas pasarían, finalmente, a ser efectivamente propiedad del pueblo boliviano, medida que sería irreversible, precisamente porque su propiedad estaría diseminada en millones de personas, quienes no permitirían nunca más que les sean arrebatadas por el Estado.

Una característica de la economía boliviana es que ya es un país de varios millones de propietarios, de pequeños propietarios, por lo que se está desarrollando la economía de mercado. Con la propuesta comentada, lo que se haría es ampliar dicha propiedad, aumentar la riqueza de la gente, la misma que sería utilizada como garantía para obtener préstamos y, de esta manera, incrementar la actividad económica particular a la cual se abocan. La gente no sólo seguiría beneficiándose con la política redistributiva de los ingresos, a través de los diferentes bonos (renta dignidad, bono Juancito Pinto, bono Juana Azurduy de Padilla) sino que se beneficiaría con la política de redistribución de la riqueza, que es de propiedad del pueblo boliviano.

El secreto del desarrollo económico está en redistribuir la riqueza en favor de los pobres más que en la redistribución del ingreso. La riqueza es un stock, el ingreso es un flujo generado por la riqueza. El éxito del desarrollo económico está en ampliar la propiedad privada de la riqueza.

La Paz, 15 de septiembre de 2014

*Profesor Emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

 

Economía de Mercado
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Lealtad y política, ¿existe?

Esta campaña electoral está poniendo a prueba, como ninguna otra, una cuestión que parece anacrónica o de vulgares inocentes: la lealtad. Desde que se crearon las agrupaciones políticas como tal (su origen se sitúa entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX) encontramos ejemplos de lealtades forjados en las páginas de la historia, como también descubrimos muchos personajes que no honraron ese valor, escasísimo en el quehacer partidario .No debe sorprender, pues, que en el terreno político, la lealtad- como la gratitud- sea un bicho raro. Hace más de un siglo, El filósofo estadounidense Josiah Royce, escribió "La filosofía de la lealtad" dónde exponía que ésta era "la devoción consciente y práctica y amplia de una persona a una causa". Hoy, el hombre o la mujer leales y agradecidos parecen no tener espacio en la política, y menos en estos tiempos. leales

Esta campaña electoral se muestra ya “rica” en acusaciones antes que en propuestas; en vendidos antes que en forjadores y en oportunistas  antes que en probos. Denuncias por aquí y por allá provocan que los hipócritas se rasguen las vestiduras y los fariseos se pinten de blanco. La impostura hace tiempo es una postura que pasea campeante por las calles, bares y cuartos de guerra de los partidos políticos. Ya no importan las ideas, sino solo destruir el físico del contrario. Los caníbales de la política y las hienas del poder danzan estratégicamente en torno a sus ocasionales victimas bajo la mirada cómplice, indiferente o sinvergüenza de una ciudadanía que pareciera estar estupidizada por la ilusión del dinero fácil y de vivir el presente sin importar el futuro.

Jefes, subjefes políticos y no políticos, todos han caído en el maremágnum de la idiotez colectiva. La redes sociales son la mejor muestra de cómo hemos jibarizado el pensamiento y el dialogo. En el grupo de FB “Dialogando con Ivan Arias…” me he cansado de pedir a algunos que mantengamos la altura, que expresemos ideas y no insultos. Son pedidos que caen en saco roto. De uno y otro lado solo sale veneno, odio, rencor y desprecio por el buen debate. Se los da de baja, pero vuelven cual transformes de la destrucción.

Aunque en la política tradicional, la lealtad es un discurso sin convicción, ésta sigue siendo un valor que nadie puede arrancarle al ser humano, pues no hay fuerza que la doblegue, ni siquiera el oro corruptor. La lealtad es un valor que viene con el hombre, que se templa como el acero con el ejemplo de nuestros padres. Guadalupe Robles (2014) señala que la vida política siempre pone a prueba este valor. Los leales abundan cuando todo va bien. En los tiempos en que el líder tiene éxito y la suerte lo sigue, los leales se multiplican. Adulan sin límites. Idolatran. Pero cuídese el político de las lealtades exageradas. Ostentosas. Esas lealtades que se gritan y presumen para que el jefe las escuche. Esas lealtades son frágiles. Las rompe el primer viento fuerte. La primera crisis. El término de un cargo. Cuando el poder acaba o amenaza con irse, los leales de paso arman su equipaje y apresuran su partida. En política es una escena inevitable. Un hecho que duele pero que hace despertar al político de su sueño. Una lección que le curte la piel. Que le hace valorar a los que se quedan hasta el final.

Sin embargo, no hay que olvidar que la lealtad es un ingrediente consustancial a la política. No se puede avanzar en un proyecto político sin leales. Los de verdad. Esos que creen en alguien o en algo por convicción propia. Más allá de la racionalidad política. Más allá del interés legítimo. Por el puro gusto de jugársela. Por el puro gusto de creer o seguir a alguien o un ideal.

La política es un espacio donde conviven múltiples intereses. Donde a diario se ponen a prueba las lealtades. Los juramentos de amistad eterna. La capacidad de asombro ante las debilidades de la condición humana. La política es un terreno fértil para las desavenencias, pero también para entender que es el método más civilizado que conoce la humanidad para ponerse de acuerdo.

En ese sentido y para no perder la esperanza se puede ver, de uno y otro lado, luces de lealtad al final de este túnel de oscurantismo. Luz de esa lealtad  que es fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad y rectitud. La lealtad no se puede confundir con la sumisión, adoración y adulación.La lealtad viene acompañada de la sinceridad. Para ser leal hay que andar con la verdad por delante, no importa a quien le afecte. Se incurre en una deslealtad cuando a quien se sigue no le hablamos la verdad.

 

De muestras estos botones. Andrés Solís Rada y  María Cecilia Chacón, ministro de hidrocarburos, el primero, y de defensa, la segunda en el actual gobierno, dieron lecciones de lealtad con sus ideas y principios que muy pocos se animan a hacerlo bajo el temor de quedar sin los goces del poder. A sabiendas que sus ideas y postulados estaban siendo traicionados y usados, decidieron renunciar y no prestarse al juego de la manipulación. La lealtad y la gratitud son siamesas, caminan entrelazadas para ir forjando una relación donde la envidia, las zancadillas, los intereses y los indignos no pueden entrar porque la lealtad da independencia de criterio con la Patria, con el partido, el líder o el amigo. Recientemente, Jaime Navarro, acusado de cometer supuestos actos de violencia intrafamiliar, para no perjudicar a su familia y a su candidato a la presidencia decidió dar un paso al costado y renunciar a su segura diputación plurinominal para defenderse desde el llano. Arturo Murillo, uno de los más perspicaces opositores, de quien su principal líder se dirigió con expresiones poco afortunadas sobre su personalidad (“es un cojudo”),decide no prestarse al juego de unas frases descontextualizadas que buscaban sembrar la desconfianza y el odio entre amigos.

serotonina
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Matías, el pequeño boliviano

He pasado gran parte de mi vida escribiendo sobre deportes y desde que dejé CNN hace 14 años solo he acudido un par de veces a un estadio. Una de ellas fue el sábado en la noche a pedido de mi nieto Matías, empeñado en tomarse una foto con su tío Alejandro Melean.

Matías nunca ha estado en Bolivia, pero se vistió de verde y me obligó a hacerlo, para alentar al equipo en su amistoso contra Ecuador en el estadio Lockhart, situado en la ciudad de Fort Lauderdale, condado de Broward, unos 60 kilómetros al norte de Miami.

El pequeño boliviano salió triste, no solo por la estrepitosa derrota 4-0 ante unos juveniles ansiosos de gloria, sino porque nunca pudo saludar al improvisado defensa izquierdo de la selección boliviana, debido a que se lo impidieron las medidas de seguridad, típicas en un estadio estadounidense.

Pero no todo fue pérdida. Matías al menos pudo conocer a Windsor del Llano. El viejo volante que jugó 30 encuentros con la “verde” –y que allá por los años 70 jugó también por Estados Unidos contra la selección de Polonia (0-1)--, estaba en el estadio de 20.000 asientos.

Del Llano estuvo entre los 300 aficionados bolivianos que alentaron al equipo al grito del clásico “bo, bo, bo…li,li,li, via, via via…” Aunque se veía que el ánimo estaba por el suelo, fue bonito el gesto de los jugadores que al final del cotejo fueron a agradecerles su apoyo.

La noche anterior más de 73.000 hinchas repletaron el Sun Life Stadium de Miami por el amistoso Brasil 1, Colombia 0. Al Lockhart solo fueron unos 2.500. Las entradas de las rectas costaban $55 y menos de un centenar pudieron comprarlas.

La desolación era tal que seguramente al influjo de la TV los organizadores, a 12 minutos de empezado el juego, decidieron que los de las curvas (asientos de $35) pudieran pasar a las rectas, para así quizás dar la sensación de público presente.

Al finalizar el primer tiempo con un marcador de 2-0 y un Ecuador neto dominador, era claro cómo finalizaría el partido y en las tribunas los aficionados dejaron de prestarle atención al partido para dedicarse a corear consignas contra Luis Chiriboga, que pretende eternizarse en la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.

El nuevo entrenador, “Sixto Vizuete a la presidencia de la FEF”, gritaba la tribuna. Unos policías decomisaron una enorme pancarta que tildaba a Chiriboga de “ladrón y corrupto”.

Chiriboga llevó a Ecuador al Mundial Brasil 2014 y ahora muestra a un equipo de juveniles con futuro, mientras en Bolivia el equipo no va a un Mundial desde 1994, sigue la improvisación, y Carlos Chávez se aferra a la presidencia de la FBF pese a tener todo el país en contra.

Los reflectores empiezan a apagarse. Matías no oculta su frustración. Se quedó ronco. Como no sabe español, felizmente no entendía las groserías de la tribuna ecuatoriana contra Chiriboga y quizás pensaba que eran gritos contra el equipo de su tío y lo que él gritaba con todas sus ganas era “losers, losers” (perdedores, perdedores).

Nada, Matías, no te decepciones. Acostúmbrate a ver en el fútbol de todo. Lo bueno y lo malo. Y como dice el poeta: “Guarda de tu mirar los brillos de alegría y nunca las nieblas de tristezas”. Amén.

(*) Hernán Maldonado, periodista ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF, Bolivia.

 

 

 

 

Tierra Lejana
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Cuestión de audios

 “¡Arriba las manos! Entregue su celular”,  “Antes de ingresar a esta sala deje su celular en el casillero de la izquierda”,  “Si va a participar, deje su celular dentro el refrigerador”, “Si vamos a hablar apague su celular”,  “En esta sección las grabaciones ilegales serán penalizadas”, estas podrían ser las advertencias que a futuro podríamos ir viendo en distintos espacios en los que se traten “temas delicados”.

Con la irrupción en la escena política de dos distintos audios en los que candidatos a la presidencia se ven comprometidos al emitir cierto tipo de criterios por demás polémicos y  más allá de su impacto electoral, vale la pena considerar que la emisión de estas grabaciones está reconfigurando los modos de vida y conducta, cuando se evidencia que todo en esta existencia es absolutamente “grabable”, con la emisión de las nuevas tecnologías, los celulares no han otorgado el divino don del registro.

Ahora podemos guardar/registrar/compartir todo lo que hagamos sobre esta tierra, empezando por la marraqueta con mantequilla que desayunamos y el buenas noches virtual cuando anunciamos ir a descansar comentando lo agotadora que fue la jornada.  Lo cierto aquí es, que la conectividad nos ha hecho dependientes y con ello, hemos ido desmantelando las plataformas básicas de privacidad e intimidad, comprendiendo que más vale alimentar el ego que el espíritu. En este contexto o para ser más preciso “estado” ha mutado la cotidianidad, ahora son las redes y los celulares las armas/herramientas de destrucción masiva de la imagen y si dudas existen habría que preguntarles a las decenas de estrellas que se han visto involucradas en el “celebgate” de este año.

No se crea que el tema de los audios y filtraciones son cosa nueva, mucho más en nuestra historia política, los pinchazos siempre se han dado y se seguirán practicando, porque desde que el mundo empezó a confabular los seres humanos hemos tenido siempre la curiosidad de conocer qué es lo que piensa el otro de nosotros, ya sea con fines meramente “chuchumecos” o en todo caso para sacar ventaja sobre el resto. Uno de los audios que más recuerdo es el célebre “Estamos jodidos” de Óscar Eid, cuando se comunicaba con Jaime Paz y se cernía sobre su gobierno la noche más oscura, los Narcovínculos.  Si bien no fue un audio, fue una conversación al aire, no podemos dejar de mencionar a Roberto Suárez y al Compadre Palenque en un programa de RTP, que provocó la clausura de la red de medios más importante de ese tiempo.

De la misma manera está el video de un ministro de Goni, cuando en una reunión interna hablaba sobre el rol campañero del Bonosol. Otro ejemplo local, es el de Chaly Terceros cuando acusó a su asesor de contar con un equipo de alto espionaje, en realidad no era más que la versión más moderna de un celular. Puede que ahora estos hechos nos arranquen una sonrisa, pero en su momento significó una gran atentado contra la privacidad de las personas, algo que hasta el momento no hemos censurado, menos criticado, porque nos parece normal el hecho de que nos graben y vivir inseguros, siempre bajo la amenaza de que todo los que digamos, sí podría ser usado en nuestra contra.

Estoy seguro que ahora, en las reuniones, especialmente las políticas, aquellas de “alto nivel”, en las que se hablaran temas “comprometedores”  se va exigir la entrega de los celulares antes de ingresar, asumiendo el riesgo que significó el haberlo permitido y que te hayan grabado, lección aprendida entonces, sin embargo aún quedan opciones, guardarlos apagados en un refrigerador, así lo hizo Snowden en una reunión en Tokio,  porque estos aparatos a un estando desconectados siguen emitiendo información.

 

Anatomias
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Si Brasil se resfría, Bolivia estornuda

Quién diría…sin pensar ¡Brasil en su mala hora! Un país que apostó más de 10.000 millones de dólares para organizar el Campeonato Mundial de Fútbol 2014, pero fracasó estrepitosamente en lo deportivo y en lo social generó una ola de protestas por los pobres que se sintieron “relegados por un balón”.

Un país que se había encaramado como la sexta potencia económica mundial, pero vuelve rápido al séptimo escaño.

Un país donde todo indicaba que Dilma Rousseff sería reelecta gracias al ejercicio del poder y el aparato gubernamental que apoya su candidatura, pero que se conmueve primero con la muerte de Eduardo Campos, quien iba a disputarle la presidencia, y luego con la vertiginosa irrupción de la ecologista evangélica Marina Silva, que compromete ahora su sueño de prórroga presidencial.

Más aún. En pleno proceso electoral -para congoja de Rousseff- Brasil cae en recesión técnica al decrecer su PIB dos trimestres seguidos y si suma uno más entraría en recesión pura y dura, algo que debería preocupar a todos, siendo que hasta el “motorcito” de la China crece mucho menos siendo parte del grupo BRICS con Brasil.

El inspirador  programa brasileño de transferencias estatales que en una década redujo a la mitad la pobreza enfrenta dos problemas: su sostenibilidad en un escenario económico desmejorado y una mayor demanda al Estado por una población emergente que descubrió su fuerte peso mandatorio.

Brasil conjuga así un escenario difícil de resolver con protestas en las calles y problemas en la economía -según el FMI- por políticas financieras restrictivas y las malas expectativas de empresas y consumidores que frenan la inversión y la demanda interna haciendo que la previsión de crecimiento sea una incógnita.

¿Cuánto debería preocupar esto a Bolivia? En cuanto al principal negocio -la exportación de gas natural- muy poco, pues aunque Brasil caiga en recesión la cláusula “take or pay” garantiza que hasta el 2019 dicho país pague por lo negociado, lo consuma o no, aunque una seria interrogante se cierne hacia el futuro.

Donde hay que estar alertas es en el ámbito del comercio general. No está lejano el recuerdo de fines de los años ´90 cuando la crisis asiática hizo que la economía brasilera se “resfriara” y la nuestra…¡“estornudó”! La devaluación de su moneda fue tal, que hizo crecer las importaciones de todo -incluso azúcar, pollo, huevos, aceites- y no solo por la vía legal sino de contrabando golpeando duro al productor nacional. ¡Quiera Dios que no se vaya a repetir!

(*) Economista, Magíster en Comercio Internacional

 

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 10 de septiembre de 2014

Buscando la Verdad
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Saber

El que más sabe, sabe que sabe poco o nada. Esto, por supuesto, no es nada nuevo.

A medida que pasan los años, naturalmente acumulamos información. Pero el que más sabe, sabe que nunca es suficiente. Que la cuantía no importa tanto; al contrario, el tiempo le enseña a ser prudente porque el que sabe no ostenta, ahorra sabiduría.

La ostentación está reñida con la sabiduría. Parte del saber consiste en saber callar y saber escuchar: escuchando se aprende más que hablando, lo mismo que leyendo uno se cultiva más que escribiendo. Esto, lo sabemos, no es nada nuevo.

De los que no saben, uno tiene el serio problema de que vive engañado porque cree saber; es el necio. Él, no por culpa suya sino por necedad, lo poco que sabe rápidamente lo desperdicia por ser como es (somos como somos). Aunque se esfuerce en convencernos con (típicas) afectaciones no sabe, el necio, la clave del que sabe.

La clave del que sabe parece estar en la toma de conciencia de que su sabiduría sería directamente proporcional al paso del tiempo: mientras más años tiene, más comprendería que lo que sabe no alcanza, de que sabe poco. O nada; decía Sócrates: “solo sé que no sé nada”. Por esto mismo, nada de todo esto es nuevo.

Saber, conocer, aprender, comprender… Se puede conocer mucho y saber poco o nada. Se puede conocer y saber mucho —mucho que al final es nada porque, volviendo al principio, el que más sabe, sabe que sabe poco. O directamente nada.

¿Cuál es el truco del que sabe? Aprende a transformar el conocimiento en saber.

Acumular información sin formarse una opinión resulta escaso, superficial. Quien se informa pero no procesa la novedad con razonamiento, quien no genera análisis o no enriquece —o cualifica— aquella información primigenia, no debería llegar a saber. A lo sumo, tendría que conocer. Y estarse cómodamente en la mediocridad.

Incomoda salir del reposo de la flojera (somos lo que somos: escasos y, encima, perezosos). La archiconocida figura de la pequeñez del hombre frente a la grandeza del universo sirve también para ilustrar lo poco que sabemos, lo que alcanzamos a asir de todo lo inalcanzable que nos rodea. Somos, nomás, tan poco como lo que sabemos.

Leo actualmente una novela de no importa quién y el autor me convida esta frase: “solo alcanzas la madurez cuando has dejado de tener padres”. Pienso en la soledad insalvable del que pierde lo que no se debería perder nunca. “Una de las pocas cosas que he aprendido en la vida: evita a las mujeres solas que tienen gatos”, dice el escritor. Y yo pienso que debió aprenderlo de algún lado, quizá conocerlo, comprenderlo; con suerte, saberlo. El tiempo —la vida— debería enseñar a comprender que lo que se sabe, cuando se sabe, no alcanza. Que ahorrar en sabiduría, economizando en vanidad, tiene su recompensa.

Pero el necio no aprende fácilmente. Lo poco que sabe, lo pierde sin mucho esfuerzo. De prudencia, por ejemplo, sabe nada; con suerte, poco. Al final, somos como somos.

Nada nuevo bajo el sol.

De mediocres estamos hasta el cuello; hay casi tantos como pretensiosos. En las esquinas, en los ascensores, en las oficinas, en los hospitales, en los shoppings, en las plazas de estilo colonial. Es, parece, una cuestión cultural. Nos encanta condimentar nuestras ordinarias exigüidades con la llajua de la pereza.

Usted que lee esto probablemente haya notado que lo que sabe no le alcanza, que sabe, sí, pero poco. En realidad, siendo sinceros, nos falta mucho —o todo— para saber.

Nada de todo esto es nuevo, ¿o sí? A veces no nos damos cuenta de todo esto y todo esto, faltos de humidad, nos tiene sin cuidado.

Dársena de papel
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Acepto el reto…¡voy a marchar!

¿Conoce Ud. personas que sufren por la pérdida violenta de un ser querido, una hija o hijo, una esposa o esposo, una madre o padre, una vecina o vecino? ¿Conoce gente que ha sido violada, asaltada, agredida o sufre “bulling” en el colegio? ¿Es acaso Ud. uno de los afectados? La crecida del consumo de alcohol y droga en los jóvenes, gracias a la permisividad de quienes deberían poner coto a tanto desmán, y la agresividad que aumenta en la sociedad, son el pan de cada día que ponen en zozobra a la población.

¿Quiénes son los responsables para haber llegado a semejante situación? Pongámonos la mano al pecho -autoridades, padres de familia, profesores, líderes de opinión, medios de comunicación, creyentes o no- ¿cuán responsables somos de este desbarajuste social? ¿Cuán comprometidos estamos para solucionarlo? ¿Estamos dispuestos a involucrarnos y a cambiar nuestra manera de pensar, hablar y actuar, para intentar revertir tanta maldad?  

¿Estaría Ud. dispuesto a volver a enseñar y practicar lo ético y lo moral, así como inculcar principios y valores cristianos, hoy relativizados o dejados de lado? Porque si lo está, si acepta que esta sociedad se halla trastornada y enferma, entonces podrá sanar.

Poniendo en perspectiva la delicada situación que vivimos ahora, ¿se ha dado cuenta que en realidad son unos pocos los que ponen en vilo a muchísima gente? Si es así…¿por qué razón lo logran? Porque, teniendo desprecio por la vida y las buenas costumbres, militan en la iniquidad, la disfrutan y hasta están dispuestos a morir en ella.

Entonces, le pregunta: ¿Estaría dispuesto a intentar algo distinto para revertir todo esto, yendo hasta las últimas consecuencias -por su esposa, por sus hijos y los hijos de sus hijos, por su Departamento y su país- y marchar en contra del mal?

Pocas veces en mi vida marché voluntariamente pero recuerdo que cuando lo hice siempre fue por una fuerte convicción, como en esta ocasión. El 6 de septiembre de 2014 habrá una nueva “Marcha para Jesús” y mi familia y yo…¡vamos a marchar!

Ésta no será una marcha más -no deberá serlo- porque la inseguridad que asola y la maldad que asecha a Bolivia, demandan con urgencia que no lo sea.

Esta marcha de alcance nacional servirá para declarar el Señorío de Jesucristo sobre el territorio boliviano por lo que -así como yo acepté el reto- convoco a que todo cristiano marche igual, levantándose contra el mal. Lanzo este reto público convencido que la paz que el hombre no puede lograr, Dios nos la podrá dar…

(*) Pastor y Anciano del Centro Cristiano Evangélico “Casa de Oración”

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 3 de septiembre de 2014

Buscando la Verdad
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Asalto en plaza pública

Como en las reuniones de las grandes familias, donde los intereses económicos y el reparto de dominios territoriales, para mejor controlar las ganancias son rígidamente respetados, así se realizó un congreso extraordinario en la ciudad de Trinidad, Bolivia,  para reelegir al jefe de los jefes.

Al encuentro, estuvieron presentes subjefes de 9 territorios, así como otras figuras menores, pero inmediatas, que forman parte del clan y que son simples “masa de maniobra” y cumplidores fieles de órdenes.

Y como en todo guión para episodios de este tipo, no faltó ni aquél jefe que está en prisión, pero cuya orden fue cumplida a cabalidad. 

De ojo en el peligro que representa una organización  de ese tipo, no faltó ni la policía y el ruido de la represión.

Ahora solo falta que aparezca un Eliot Ness para combatir a una secta elegida en plaza pública.

Que sea lo más breve posible.

Deporte y Sociedad
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Distribución del ingreso hidrocarburífero

Un tema que ha saltado a la palestra, ante una propuesta del candidato a la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, Samuel Doria Medina es: ¿Como se reparte el ingreso que genera la actividad hidrocarfurífera en Bolivia?, lo cual es diferente a preguntarse ¿Cómo se distribuye el ingreso neto (ganancia o utilidad) entre las empresas participantes en la actividad y el gobierno?

La nacionalización de los hidrocarburos de mayo del año 2006 determina que todas las empresas petroleras que operen en Bolivia deben entregar su producción a YPFB para que este se haga cargo de su comercialización. Adicionalmente, dispone que todos los campos hidrocarburíferos, cuya producción sea superior a los 100 millones de pies cúbicos diarios (grandes), deben contribuir con un 32 por ciento de sus ingresos, adicional al 50 % existente previa a la nacionalización, lo que significa un total del 82 por ciento. En síntesis, la participación del Estado sería del 50 por ciento del ingreso petrolero en los campos pequeños (que tienen poca significación en el total de producción) y el 82 por ciento en los grandes.

En aplicación a esta disposición gubernamental, los ingresos por venta de hidrocarburos en el mercado externo e interno que registra YPFB es el resultado de toda la producción que realizan las empresas que operan en el país. De la última información anual que el Ministerio de Economía y Hacienda ha hecho pública sobre el flujo de caja de dicha empresa y que corresponde al año 2012, se puede concluir lo siguiente: El total de ingresos por ventas se destinó al gasto corriente, financiándose los gastos de capital con otros ingresos que no provienen de estas ventas. Del 100 por ciento de sus ingresos por ventas, el 56 por ciento se habría destinado al pago de impuestos y regalías y el 44 por ciento se habría destinado al gasto operativo. O sea la participación sería 56 por ciento para el gobierno y 44 por ciento para las empresas. Esta es una primera conclusión.

Si se analiza la información que el Ministerio de Economía y Finanzas publica en su Dossier Fiscal, se tiene el mismo indicador citado en el párrafo anterior, cuando se relaciona el total de regalías e impuestos por hidrocarburos que recibe el gobierno general con el total de ventas de de hidrocarburos hecho por YPFB. Para el año 2012 el gobierno habría recibido el 56 por ciento, lo que sube al 60 por ciento para el año 2013.

Si se quiere saber ¿Cómo se distribuye las utilidades? podemos acudir al estudio que ha realizado Mauricio Medinaceli, para el periodo 2006 al 2011, que dice, que para el año 2007, del 100 por ciento de las ganancias, el Estado absorbió el 57 por ciento, subiendo al 82 por ciento el año 2011, en calidad de impuestos, regalías y participación de YPFB, quedando sólo el 18 por ciento en las empresas para este último, en calidad de utilidad. Medinaceli llega a este resultado porque determina que los ingresos petroleros tuvieron  la siguiente distribución, para el año 2011: 66 por ciento iría al Estado, el 20 por ciento representaría costos recuperables para las empresas y únicamente el 14 por ciento representaría utilidad para las empresas.

Más allá de la precisión de los datos  presentados, la pregunta que conviene hacer es si este panorama es sostenible en el largo plazo. Si con esta enorme absorción del ingreso petrolero por parte del Estado se puede motivar a que venga masiva inversión extrajera, primero, a explorar y luego a explotar. ¿No será que las empresas petroleras extranjeras que están operando en el país bajo el manto de la empresa estatal YPFB tienen costos operativos muy bajos dado que la inversión que realizaron en el pasado ya la habrían recuperado? Podríamos suponer que ya no tienen costo de amortización del capital invertido. Esto explica –según Medinaceli- que para el año 2011 las empresas petroleras hubieran gastado únicamente 762 millones de dólares en sus actividades productivas, lo que representa –según mi deducción- únicamente el 18 por ciento del total de ventas de hidrocarburos que Bolivia realizó tanto en el mercado interno como externo. Esto quiere decir que el costo de producir hidrocarburos en el país es muy bajo, en relación a los actuales altos precios de venta en el mercado externo El problema que surge es que si se requiere inversión masiva para la exploración hidrocarfurífera, que es muy riesgosa, esta llegará sólo si sus expectativas de ganancias aumentan y si se les garantiza rápidamente la recuperación del futuro capital invertido en exploración, cuando llegue la etapa de explotación, ambos procesos de vital interés para Bolivia, lo que llevaría a incrementar la participación de las empresas extrajeras tanto en el ingreso total como en el neto. ¿Será que en todas partes del mundo la producción de hidrocarburos tiene un bajo costo? Si es así, se viene la baja de los precios internacionales porque aumentará substancialmente la producción. Este panorama llevaría a cambiar la actual estructura de división tanto del ingreso petrolero como de las ganancias que se distribuyen entre el Estado y la empresa. Queda la interrogante: ¿Será posible hacerlo? Con la respuesta que el gobierno le dio a Samuel Doria Medina, sería, no.

 

La Paz, 1º de septiembre de 2014

 

*Profesor Emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

 

 

 

 

 

Economía de Mercado
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Caretas y encubridores

Mirar a un costado por conveniencia también es machismo. Encubrir la violencia de género es tolerarla, aprobarla, justificarla y, en definitiva, practicarla. El patriarcalismo instalado en nuestras sociedades permea clases sociales, condiciones socioeconómicas, gremios y regionalismos. No distingue entre hombres y mujeres y mucho menos ideologías o banderas políticas. Los últimos sucesos lo demuestran y es por eso que hay que transversalizar la lucha contra él desde todas las dimensiones de nuestra existencia.

Estamos rodeados y casi asimilados por las prácticas machistas cotidianas. Tenemos que aceptarlo. Vivimos en un país en el que un patrón siente que puede disponer de la vida de una mujer al punto de intentar imponerle que las agresiones que sufrió permanezcan en la impunidad. El jefe le salva el pellejo al compadre golpeador. El violador le echa la culpa a la cerveza. El asesino dice que fue por culpa de los celos. El poder premia al asesino y le monta una falsa muerte. El compadre golpeador lo niega todo. El Presidente le mantiene la candidatura al machista. Y al final todos repiten al unísono que son víctimas de guerra sucia.

Sin embargo, el absoluto cinismo con el que los protagonistas de las agresiones eluden responsabilidades y culpas es apenas una de las dimensiones del problema. La otra es la deshonestidad intelectual, oportunismo y cálculo politiquero barato con el que diversos actores responden a estos hechos. Los malabares argumentativos con el que las candidatas de Unidad Demócrata intentaron justificar la intolerable acción del dueño de su partido no son sólo patéticas y mediocres, sino también lamentables expresiones femeninas del mismo patriarcalismo que produce golpizas y feminicidios.

En la otra vereda no es menos que decepcionante la forma en la que las referentes oficialistas (no todas, por supuesto) intentaron eludir condenar a la retrógrada manifestación de machismo que ejercitó su candidato a primer senador por Cochabamba. Respeto a todos los que todavía creen que este proceso político es el bien mayor que conservar, pero no por ello se pueden aceptar los silencios, las consignas de memoria, mensajes vacíos y gambetas retóricas con las que esquivaron pronunciarse directamente sobre esa triste y elocuente declaración. Lamentablemente la nueva gestión masista comienza con este mutis cómplice que confunde obsecuencia con militancia.

Si no estamos en condiciones de expulsar a un candidato invitado que, sabemos bien, es un elemento negativo para el proceso de cambio, mucho menos seremos capaces de criticar y detener los errores que a nombre de la revolución se cometerán en el futuro. Ni qué decir de la grosera y desagradable analogía que hizo Evo Morales al comparar la lealtad del voto masista con las golpizas que las mujeres soportan. Ya escuchamos muchas veces que esos comentarios se celebran con risas y aplausos.

¿Y los medios? Es lamentable que el periodismo todavía sea parte del problema en lugar de plantear la lucha contra la violencia de género como uno de sus horizontes permanentes. La apertura de la agenda mediática hacia estos casos es un elemento positivo, sin embargo la cantidad no siempre supone calidad. Todos los días se producen coberturas que esconden, que encubren, revictimizan y normalizan las agresiones.

Tal vez el afán de profundizar la investigación y ofrecer la noticia más completa posible hayan sido los motivos para reparar en los antecedentes de la fuente del audio de Samuel Doria Medina, sin embargo, ¿cuáles son los efectos de aquello? Voluntaria o involuntariamente, los medios de comunicación que cuestionaron la independencia de la señora Teresa Zubieta tendieron un manto de dudas sobre un hecho de chantaje, intimidación y encubrimiento que debería estar fuera de toda discusión.

En otro contexto, desde luego que deberíamos dar cuenta de las afinidades políticas de la ex militante de Derechos Humanos que quiso tomar por la fuerza la sede de la APDHLP y que en 2010 fue señalada por no pocos activistas por intentar encubrir al Gobierno y a Sacha Llorenti de su responsabilidad por la muerte de dos jóvenes en Caranavi. En este caso particular, hacer énfasis en sus simpatías políticas casi con la misma relevancia (o más) que la grabación misma es ponerse del lado de los agresores impunes. Es desviar la mirada hacia los hechos accesorios de un inconfundible acto de violencia de género.

Dispersar el debate con teorías conspirativas de poca monta, responder a una agresión con el antecedente de otra del candidato del frente, cuestionar el origen del audio como si ello fuera un factor determinante o santificar al agresor con aperturas que lo muestran como la víctima de una extorsión o un montaje bien preparado es hacerles un flaco favor a los machistas. Nadie pide que se le niegue el derecho a la réplica al candidato de Unidad Demócrata, que hable todo lo que quiera. Sin embargo debemos ser conscientes que la violencia patriarcal es omnipresente en nuestra sociedad y por ello el enfoque de género tiene ser permanente en nuestro trabajo. El periodismo debe dejar de seguir el juego de los agresores. Denunciar un hecho de agresión hacia la mujer no es, de ninguna manera, guerra sucia. Venga de donde venga.

El tema está instalado y, en mayor o menor medida, el campo político está escarmentado. Evitarán en adelante con mucha mayor vehemencia que se destapen sus machismos y agresiones. En eso hay ganancia, pero todavía encubrimos y expiamos más de lo que condenamos y develamos. Mientras sigamos bastardeando nuestro juicio ético y conciencia crítica (Sacheri dixit.) a partir de nuestras afinidades políticas, seguiremos en la cultura del encubrimiento y el caretaje. Y esto aplica para todos los actores, sean autoridades, candidatos, dirigentes, referentes de opinión o periodistas. Frente a la violencia de género, el silencio siempre será un acto de complicidad.

 

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