Blog de Gary Rodríguez Álvarez

Enrique Iglesias: Se terminó la fiesta

No es el título de una canción, ni fue el hijo de Julio Iglesias quien lo dijo. La frase corresponde al ex Presidente del BID y la CEPAL, Enrique Iglesias, respecto al sombrío panorama que se presenta para Latinoamérica ante el fin del boom de altos precios para las materias primas, la ralentización de China, la suba de tasas de interés en EEUU y la depreciación de monedas locales (EFE, 7/AGO/15).

La CEPAL y el FMI revisaron a la baja el crecimiento del PIB boliviano para el 2015 -al 4,3% y 4,5% respectivamente, mientras el gobierno la bajó del 5,9% al 5% y si bien Bolivia crece sin mucho esfuerzo -nadie niega eso y qué bueno que así sea- viendo lo que pasa en el mundo y el entorno, no estaría demás tomar recaudos para afrontar el segundo semestre y de ahí en más, dado el incierto escenario económico que se avizora.

Y es que -lamentablemente- todo parece indicar que las inquietantes advertencias de reconocidos economistas, analistas, especialistas y prestigiosos opinadores sobre el desempeño de la economía nacional para el 2015, se quedaron cortas.

Cuando el ex Ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli Monrroy, predijo el pasado año que la caída de las recaudaciones por hidrocarburos en el 2015 rondaría los 1.300 millones de dólares, a más de uno se le erizó la piel, a mí entre ellos.

Cuando el electo Presidente del IBCE, Antonio Rocha Gallardo, quiso anunciar en su discurso de posesión que la caída de las exportaciones globales sería de 2.500 millones de dólares, le pedí ser cauteloso y se dijo entonces que bajarían más de 2.000 millones.

El Presidente del Estado, Evo Morales, ha reconocido este 6 de Agosto que la caída podría ser de hasta 2.500 millones. Es triste decirlo pero, todo apunta a que será muchísimo más pues a junio -sin reexportaciones- han caído ya más de 2.000 millones de dólares.

¿Qué dicen ahora quienes porfiadamente insistían que al país no le pasaría nada?

Que Bolivia tiene un gran colchón en sus Reservas Internacionales y que puede darse un mayor gasto e inversión pública para dinamizar la demanda interna, es verdad, y que se lo podría hacer con más endeudamiento del Estado para que la economía crezca este año un 4,6% ó más para pagar el segundo aguinaldo, también, pero…¿debería ser esa la gran discusión?

Si “se terminó la fiesta”, ¿por qué no pensar más bien en cómo cambiar el perfil primario-exportador del país? ¿Y, si la baja del petróleo se torna estructural, en cómo capear la baja de 3.000 millones de dólares/año por exportación?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

La Paz, 12 de agosto de 2015

Buscando la Verdad
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¡Para que no se diga que no se dijo!

El contrabando de importación no es exclusivo de Bolivia y digo “de importación” para distinguir del contrabando de exportación -droga, combustibles, GLP, etc.- aunque ambos tienen una motivación económica: para efectos de subsistencia en la gente pobre y para ampliar su riqueza en quienes han hecho del dinero un Dios y les importa un comino la ley.

El contrabando no es nuevo -es atávico, casi cultural- pues ni la pena de muerte le puso fin cuando hace 190 años así lo decretó el Libertador Simón Bolivar para castigar a los empleados públicos metidos en el delito. Lo doloroso es que para muchos la importación y la venta de productos de contrabando sea un modus vivendi, una tabla de salvación por la falta de empleos dignos y buenos ingresos, y que lo consideren un derecho adquirido al extremo de agredir a la autoridad si interviene.

Ahora, están también los vivos que saben que delinquen y teniendo dinero para trabajar en algo legal, en su angurria por tener más y más, hacen del contrabando su modus operandi a fin de enriquecerse aún más…

Siendo que el contrabando al no pagar impuestos resta recursos al Estado; quita mercados al competir ilegal y deslealmente con la producción nacional y el comercio legalmente establecidos; resta empleos y atenta contra la salud con medicamentos y alimentos sin el control debido ¿algo habría que hacer, no?

En la coyuntura tiene que ver además con el tipo de cambio que en Bolivia no se mueve desde el 2011 mientras el Peso argentino y el Real brasilero se depreciaron más del 40% desde el 2014 -de ahí su abrupta competitividad- y como se dice que en Bolivia no va a subir el dólar, aquí van algunas sugerencias para mitigar su impacto, para que no se diga que no se dijo…

Frente a la alta importación legal: medidas de salvaguardia y paraarancelarias (autorizaciones y registros previos; estacionalidad; requisitos sanitarios, de inocuidad y calidad; nivelación de precios). Frente al contrabando: más efectivos para el COA; militarizar las fronteras; censo de la Dirección de Migración para saber quiénes pueden importar bajo el Tráfico Vecinal Fronterizo (TVF) y, contrainteligencia aduanera.

Para ello la voluntad política es imprescindible, así como para aplicar bien las normas vigentes; eliminar las distorsiones del comercio fronterizo; sancionar al  gran contrabandista; dar más presupuesto a la ANB y COA para un mayor control; concienciar que lo barato cuesta caro y que el contrabando es un delito. ¿Quién lo debe hacer? ¡Tarea para la casa!

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 5 de agosto de 2015

Buscando la verdad
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¡Me manda a freír monos!

Decía el sabio Salomón que lo más importante de algo -una empresa, un matrimonio- no es cómo comienza sino cómo terminará. Muchas cosas comienzan bien -hasta con fiesta- pero no siempre acaban igual.

Llevo 24 años casado con mi amada Jannet y debo confesar que nuestra relación no ha sido un cuento de hadas -es más- de no haber mediado Dios, seríamos parte del 72% de matrimonios divorciados en Bolivia, pero -Dios mediante- el 2016…¡Bodas de Plata!

De forma coincidente, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) fundado en 1991 con la meta de que para 1994 el comercio entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay estuviera libre de aranceles y que hubiera libre circulación de factores productivos y servicios, celebrará también sus Bodas de Plata el 2016 con gran pompa seguramente.

Conociendo a los actores anticipé que esto no pasaría y el tiempo me dio la razón. Es triste decirlo pero luego de seguir, vivir y sufrir por más de 20 años la famosa “integración latinoamericana”, llegué al convencimiento de que ésta no pasa del discurso, la foto y la política.

Pero Bolivia -siguiendo los pasos de Venezuela- pone en vilo a la COMUNIDAD ANDINA y opta por una nueva aventura integracionista con un bloque que hacia afuera se vende bien -pero por dentro no lo está- como muestran las estadísticas y el aislacionismo adquirido, mientras otros optan por una integración, incluso transatlántica, bajo la tónica del regionalismo abierto.

¿Cuán útil es MERCOSUR para una pequeña economía como la nuestra frente a la alternativa de países desarrollados con vastos mercados complementarios, alta capacidad de inversión y tecnología de punta? ¿Qué ganará como miembro pleno de dicho bloque? Si es para negociar un Acuerdo de Libre Comercio con el pueblo de Dios -Israel- el único extrarregional con el que MERCOSUR lo hizo, y restablecer las relaciones rotas por Bolivia el 2012…¡ok!  Pero, ¿sabía Ud. que MERCOSUR luego de 15 años no termina de negociar con la Unión Europea, mientras los centroamericanos, México, Chile, Perú, Colombia y Ecuador lo hicieron en poco tiempo?

Dice la prensa que en la 48va. Cumbre del MERCOSUR el bloque decidió por enésima vez “estudiar en los próximos 6 meses” cómo eliminar las trabas comerciales que tienen entre sí…¡después de 24 años! ¿Se imaginan si a estas alturas le dijera yo a mi esposa que me dé seis meses para resolver nuestros problemas? ¡Me manda a freír monos! Pero los del MERCOSUR tienen paciencia -mucha paciencia- lo cual afecta ya, y afectará aún más a Bolivia.

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 29 de julio de 2015

Buscando la verdad
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Héroes anónimos, sin voz…

Una vez más las interminables lluvias y el crudo frío afectan severamente al productor del agro cruceño, no solo a su salud y la de sus familias sino también a los cultivos, la zafra, la siembra, su productividad y -por ende- sus ingresos.

Desde las alturas, la ciudad o la comodidad de una oficina resulta muy difícil entender el drama que viven quienes en cada campaña agrícola dan todo de sí para producir los alimentos que cada día consumimos los bolivianos.

Las palabras no alcanzan para describir el panorama: aguaceros y hasta granizo hubo -todo inundado- sume a ello un frío y viento infrecuentes y tendrá un cuadro dantesco. La destrucción de los caminos y puentes, la insuficiencia de drenaje o la falta de aquel, las vulnerables condiciones habitacionales de los propietarios y de los trabajadores en el campo cruceño por causa del agua se traducen en impotencia y angustia. ¿Trabajar en tales condiciones? ¡Imposible!

Muchos de los afectados no hablan ya de lo que les pasa, unos porque están cansados de reclamar y de que no se haga nada, otros porque mascullan su desgracia en silencio y los hay también quienes esperan que Dios les haga un milagro, todos ellos…héroes anónimos sin voz.

Hay que estar en el campo para entender la magnitud del desastre y su desvelo: desde que el producto no se agusane, el pago de salarios -se trabaje o no- las peripecias para conseguir combustible, alimentar a los trabajadores, conseguir repuestos, atender a los enfermos, arreglar equipos arruinados, honrar las obligaciones bancarias, amén de las ineludibles responsabilidades familiares…¿no le parece que es demasiada la carga que llevan nuestros agroproductores sobre sus espaldas?

Pero añada a ello el contrabando de alimentos que afecta a un sector que sin tener permiso para exportar sus excedentes debe pagar sí o sí -aunque no tenga de dónde- bajo una presión fiscal, laboral y burocrática que se hace ya insostenible por lo que más de uno piensa en tirar la toalla. Vergüenza ajena sentí cuando uno de ellos me contó el dolor que le provocó el que -para la venida del Papa- hubiera entre policías y militares, cerca de 17.000 efectivos encargados de su seguridad en La Paz y Santa Cruz, mientras que para controlar las fronteras apenas hay unos cuantos…

Pero esta estirpe de valerosos hombres y mujeres no se rendirá y no lo hará pues -así comprometan hasta su patrimonio familiar- su misión de vida es el producir alimentos. Benditos los productores del campo por darnos de comer…¡benditos sean!

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 22 de julio de 2015

 

Buscando la verdad
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El Papa, Jesús y yo…

La reciente visita del Papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay desató las más variadas reacciones y emociones en la gente, desde lágrimas de felicidad entre sus fieles hasta una increíble humildad en los gobernantes y un inusual fervor religioso en el ciudadano de a pie y las autoridades.

En función de la llegada al país del Papa Francisco se vio y se dio de todo, cosas buenas como el ocuparse de temas espirituales en el pueblo, un diálogo franco entre el gobierno central, departamental y municipal y, sobre todo, ¡sonrisas por doquier! Ahora que el ilustre visitante se fue, la pregunta es: ¿seguirá este alborozo de igual manera? A la luz de los acontecimientos inmediatamente posteriores, todo parece indicar que no.

Y no es algo que pase solo en Bolivia, igual acontece en Ecuador y Paraguay, donde la sociedad civil, los políticos y los gobernantes rápidamente vuelven a lo mismo. En suma, todo parece haber sido un lindo sueño con inicio y fin, cuando no debiera ser así.

Ver tanta emoción y necesidad espiritual en la gente me llevó a escribir esta columna, porque yo también una vez viví lo mismo. ¿Por qué el título, que a algunos les podrá chocar? Por la experiencia que tuve en 1988 cuando Juan Pablo II visitó Santa Cruz.

Como muchísima gente, emocionado fui al aeropuerto para -luego de horas de espera- verlo pasar raudamente en el “Papamóvil”. Como estaba invitado a la misa en el Coliseo del Colegio “La Salle”, ahí estuvimos nuevamente con quien sería luego mi esposa -Jannet- mirándolo de cerquita, obnubilados por su presencia. Fue emocionante, pero ¿cambió ello a las autoridades, a la sociedad civil y a mi persona? No...

Todo volvió a la normalidad: las protestas en las calles, las quejas contra el gobierno, la indolencia de los políticos, los problemas económicos y familiares, los dramas humanos y el dolor. ¿Por qué? Porque el hombre no puede cambiar al hombre, solo Dios.

Pero diez años más tarde algo verdaderamente extraordinario pasó -conocí a otro personaje que llegó- ninguna autoridad lo recibió, no fue preciso construirle algo previo, tampoco cortar el tráfico, ni hacerle un homenaje público ¡la prensa ni se enteró! fue algo muy personal: recibí el toque de Dios -a Jesús como mi Salvador y Señor, y todo empezó a cambiar para bien, mi vida espiritual, mi salud, mi matrimonio, mi familia, mis finanzas, y desde ese día no puedo dejar de hablar de Él porque ya no vivo yo, Cristo vive en mí, y Él quiere darle a Ud. lo que me dio a mí: su amor, gozo y paz…

(*) Pastor y Anciano en el Centro Cristiano Evangélico “Casa de Oración”

Fuente: “El Deber”

 

 

Santa Cruz, 15 de julio de 2015

Buscando la Verdad
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¿Tocaron fondo las exportaciones?

Los datos del INE son lapidarios: hasta mayo pasado el valor de las exportaciones bolivianas cayó un 29%, con una severa baja de ingresos para el país por la friolera de 1.572 millones de dólares ¡tan sólo en los cinco primeros meses del año! Habiendo otros siete meses por delante cabe preguntar: ¿han tocado fondo las exportaciones de Bolivia?

Seguramente muchos dirán que sí -por lo visto hasta mayo- pero más de un optimista saldrá a la palestra afirmando que “no pasa nada” (dicen por ahí que un optimista en realidad es un pesimista mal informado) como habrá también quien diga -no con poca razón- que esta situación no es la peor aún por lo que todavía resta ver hasta fin de año.

En todo caso, para valorar la gravedad del hecho que vivimos hoy, hay que saber que tan brutal descenso a estas alturas constituye ya la mayor caída de toda nuestra historia republicana y plurinacional, siendo que el mayor bajón anterior se había dado el 2009 cuando, por la crisis mundial, las exportaciones del país se derrumbaron en 1.533 millones de dólares, pero…¡durante todo un año!

Habida cuenta que en tan solo cinco meses se ha registrado semejante impacto negativo, que la baja de precios internacionales es la causa y que -a diferencia de la crisis del 2009 que duró apenas un añito- no se avizora un mejor escenario futuro, no queda otra que pensar en políticas públicas acorde al desafío para evitar varias cosas: que los ingresos por regalías e impuestos sigan cayendo y afecten más a la inversión y el gasto público, como ocurre ahora; que las Reservas Internacionales Netas empiecen a decaer; que de aquí en más tengamos que depender de un mayor endeudamiento; y, que haya un severo impacto social por la previsible destrucción de empleos.

Esta recomendación tiene que ver -además- con un escenario internacional preñado de devaluaciones y depreciaciones monetarias que en ausencia de un movimiento del tipo de cambio hacia arriba en Bolivia, golpea ya -y lo hará aún más- a nuestros productores y exportadores por la pérdida de competitividad de sus productos tanto en función del mercado externo como frente a la creciente y ruinosa competencia dentro del propio mercado nacional.

Para concluir: ¿cabe destacar que a mayo exista un superávit de 27 millones de dólares en la balanza comercial cuando en igual lapso del 2014 era de 1.473 millones, sabiendo además que si la importación de bienes de capital este año no hubiera caído en 83 millones habría más bien un déficit? Yo creo que no...¿y Ud.?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

 

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 8 de julio de 2015

Buscando la Verdad
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Más vale prevenir, que lamentar…

La economía boliviana pisó el acelerador del crecimiento al primer trimestre de este año al alcanzar una expansión de su PIB del 5,15% (…) Según la última actualización del Índice Global de la Actividad Económica (IGAE), publicada en el portal web del Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía boliviana creció 5,15%”, rezaba la nota (La Razón, 23/6/15).

Que la economía crezca no es algo bueno -¡es buenísimo!- pero ¿refleja ese indicador la situación general del país? Encandilarse con la macroeconomía no es aconsejable y tampoco hacerse a la idea de que el auge con el que el país creció tanto, volverá pronto. Es mejor ser prudente, tomar conciencia de la calidad de tal crecimiento, su sostenibilidad y los enormes desafíos que tiene el país a futuro.

El escenario internacional, con un negativo efecto-precio para las materias primas, lleva a las exportaciones de Bolivia a registrar una caída tal, como nunca antes en la historia. La reprimarización económica, como diría la CEPAL, la tornó tan dependiente de los recursos naturales extractivos y renovables que vende -por ejemplo, hidrocarburos y minerales- que hace bajar sus ingresos.

La caída de precios del arroz, trigo, maíz, azúcar, etc., supone una situación tan delicada ya, que el riesgo es que se produzca menos, especialmente si no se deja exportar los excedentes y si la importación formal e ilegal sigue subiendo por la depreciación de las monedas en derredor, arruinando a nuestros productores.

Digo esto además, preocupado por lo que el afamado Economista, ex Presidente del BCB y Profesor Emérito de la UMSA, Armando Méndez, expresa respecto a la subida del PIB: “Es una forma parcial de ver el fenómeno. El mismo IGAE indica que el acumulado a marzo es de un crecimiento de sólo el 4,6% cuando para similar periodo del año pasado fue de 5,7%. Es cierto que, a doce meses, el primer cálculo sobre el comportamiento de la economía boliviana da un crecimiento del 5,15% que es menor con el que cerró el año 2014, que fue del 5,4%. La tendencia es a disminuir el crecimiento. Esto se confirma cuando se compara el 5,15% con el que se tuvo a marzo del año anterior, que fue del 6,6%. Los próximos meses, en tendencia irá bajando esta tasa, y no creo que cierre el año con una tasa mayor al 4,5%”.

Si no se lee bien esto, en breve podríamos tener un escenario tan difícil de manejar, que hasta podría opacar un nuevo éxito macroeconómico, indolente de la angustia que en lo “micro” varios sectores productivos sufren ya...

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 1 de julio de 2015

 

Buscando la Verdad
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Lo que cambia la vida, para bien…

“Sus mensajes me perturban la mente y me hacen reflexionar sobre la importancia de ser útil a la Patria, a Dios y a la sociedad; sobre la importancia de despojarse de taras culturalmente muy arraigadas, que tanto nos perjudican; sobre la total ausencia de una cultura de calidad; por eso estamos donde estamos: un país extremadamente pobre, dependiente, con los más bajos índices de productividad, competitividad y desarrollo humano; nuestra gente necesita educación, educación y educación para mejorar su calidad de vida”, me escribió el señor Victor Guisbert Lizárraga, y le doy la razón.

Siempre digo que hay dos cosas que cambian la vida de la gente, para bien: en lo espiritual, un encuentro personal con Dios y, en lo secular, una buena educación. Cuando digo educación no me refiero solo a la escolar sino también a la técnica que abre puertas a un emprendimiento propio o un empleo digno. Pero, he aquí un gran problema: todos quieren ser licenciados o ingenieros…

Pese a que las universidades del país están saturadas de jóvenes esperanzados en lograr un título universitario, se dice que el 47% de los que lo poseen no tienen trabajo o están subempleados y ¡cuántos se han frustrado y debieron migrar al exterior para emplearse en algo que jamás hubieran pensado! Tarde se dan cuenta que frente a la aspiración de la educación superior está la alternativa de que una excelente formación técnica pueda significar el ganar mucho más que un profesional universitario aún con títulos de postgrado.

En relación a esto último felicito a la Cooperación Suiza por la entrega de su Revista Bianual 2014/2015 y el Coloquio realizado en La Paz -abordando la temática de la “Formación Técnica Profesional: Oportunidades para el futuro”- donde Noel Aguirre, Viceministro de Educación Alternativa y Especial, me dejó gratamente impresionado por su innovadora visión desde el sector público; Amparo Ergueta, Oficial Nacional de Proyectos de la Cooperación Suiza, sorprendió con el dato de las más de 30.000 personas capacitadas, al igual que Gabriel Dabdoub -Presidente de INFOCAL Santa Cruz- con otras 33.000 a partir de recursos privados, mientras la antropóloga Aida Ferreyra enfocó brillantemente su atención en el tema de género. Cuatro perspectivas, todas concurrentes: se ha avanzado mucho, pero aún resta bastante por hacer.

Hay que revalorizar la formación técnica en el país: que se entienda que una persona no vale por ostentar un título universitario sino más bien por lo que es, o…¿qué opina Ud.?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 24 de junio de 2015

Buscando la Verdad
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¿Qué le diría Ud. a un contrabandista?

Queriendo aportar al esfuerzo anti-contrabando de nuestra Aduana Nacional de Bolivia, la Policía -a través del COA- y el Ejército, pregunté a mis amigos del Face: ¿Qué le dirían a un contrabandista sobre su actividad? Lo hice porque a las autoridades les reclamamos siempre, pero ¿qué del contrabandista? Agradezco la masiva respuesta recibida, aquí está, esta columna es suya…

¿Sabes que cometes un delito? ¿Te sientes bien siendo contrabandista? ¿Quién comprará tu contrabando si la industria y el comercio legal cierran? ¿Sabes del daño y los despidos que ocasionas? ¿Por qué dañas la economía del país y evades impuestos? ¿Si tus padres fueron contrabandistas, quieres que tus hijos también lo sean? ¿Por qué arriesgas que te decomisen tu mercadería, si igual puedes ganar honestamente? ¿Estarías dispuesto a dejar de robar si el gobierno te diera la oportunidad de estudiar y empezar tu propio negocio? Si temes a Dios, ¿no deberías dejar el contrabando?”, preguntaron.

Pero hubo también reflexiones al contrabandista: “No mates a la producción nacional; paga impuestos para que haya educación, salud e infraestructura; tu mercadería clandestina puede afectar a un productor de tu propia familia; sin contrabando habría más de 100.000 puestos de trabajo formales; el contrabando beneficia a unos cuantos; deja de robar al Estado; no expongas a tu familia, puedes quedarte en la calle; el contrabando es pan para hoy día y hambre para mañana; no hagas competencia desleal; mejor importar legalmente que pagar comisiones por todo lado; deja de dañar al país; ponte los colores de la bandera boliviana; más contrabando implica menos hospitales, escuelas y más discapacitados y ancianos desvalidos; haz recapacitar a otros contrabandistas; es hora de trabajar como Dios quiere, dar al país lo que es del país y a Dios lo que es de Dios”.

No es fácil la solución: hay pobreza, faltan oportunidades y facilidades para ser legal, pero es cuestión de educación también, no solo del contrabandista sino de quienes toleran la venta de productos contrabandeados y de los que los compran.

El contrabando en Bolivia es atávico: para evitar la salida ilegal de la plata del Cerro Rico el Libertador Simón Bolivar no tuvo mejor idea que decretar ¡pena de muerte para el funcionario público involucrado! No se trata de liquidar al pecador, más bien al pecado, aunque hace unos años -viendo a los vivillos burlarse de la Ley y ostentar su ilícita riqueza- cierto Foro planteó la muerte civil para el contrabandista

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 17 de junio de 2015

Buscando la Verdad
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“Charlie, Charlie…¿estás ahí?”

No todo lo que brilla es oro, dice el refrán, y cuántas veces lo que aparenta ser inocente tampoco lo es. Los padres y las madres que debieran estar conscientes de ello no lo están, ignorando que sus hijos corren grave peligro.

Hay conmoción en el mundo por ciertos “juegos” que al ser practicados afectan gravemente la salud corporal y mental de quienes, por curiosidad, son luego víctimas de fenómenos paranormales que la ciencia los tilda como desarreglos psíquicos sin saber que detrás de ello existe un malévolo plan.

Meses atrás causó revuelo el hecho que en la localidad de Paurito, Santa Cruz, más de 20 alumnas sufrieron desmayos y llegaron hasta el hospital después que algunos estudiantes jugaran la “Ouija” y ofrecieran el alma de sus compañeras en ofrenda. Esto no es nuevo, pasa en todo el mundo y la ciencia -aparte de diagnosticar- no lo puede solucionar.

Charlie Charlie, ¿estás ahí?” es el nuevo juego que atrapa hoy las almas de adolescentes incautos que -en su afán de experimentar algo nuevo- abren puertas espirituales al invocar a los muertos y, al igual que con las víctimas de la Ouija, la ciencia es inoperante ante un problema que solo pueden solucionar quienes tienen la potestad de acabar con una posesión demoníaca.

El atávico deseo de contactar “el más allá” se ha dado en muchas culturas a lo largo de la historia pero el actor que está por detrás, es el engañador de siempre: Satanás. Muchos no creen en él, pero pese a ello, existe. No sé si Ud. sabe que la Biblia relata que Jesucristo fue tentado por el diablo en el desierto durante cuarenta días y si este ángel caído no respetó al mismo Hijo de Dios ¿lo hará con los jóvenes?

El ladrón no viene sino a hurtar, matar y destruir, dijo Jesús. ¿A quién se refería? A Satanás, el enemigo de Dios y del hombre. Fíjese que no dijo que el diablo vino a robar sino a “hurtar”, esto es, a cautivar su alma a través de los sentidos -sin que se dé cuenta- así como engañó en Edén a Eva la serpiente, que era Satanás. ¿No pasa igual con el alcohol? ¿Con la droga? ¿Con el sexo ilícito? ¿Con el dinero mal habido? ¿Con esos juegos? ¿Se da cuenta el hombre que con ello se destruye y que está en peligro de muerte?

Muchos niegan la Palabra y -sabios en su propia opinión- tildan aquello de sugestión colectiva, desconociendo que sus hijos corren igual riesgo. “Yo no creo en brujas, pero de que existen, existen”, dijo alguien. Sabio. Mejor es prevenir que curar: invocar espíritus es peligroso, porque el diablo no juega…¡mata!

(*) Pastor y Anciano en el Centro Cristiano Evangélico “Casa de Oración”

Fuente: “El Deber”

 

Santa Cruz, 10 de junio de 2015

 

Buscando la Verdad
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