Como si no fuera suficiente
De manera pública y vehemente, como correspondía, la alta dirigencia de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) reclamó el abusivo y reincidente avasallamiento, esta vez con la retención de operadores y una retroexcavadora que realizaba trabajos con defensivos en la zona, lo que en buen castellano significa la toma de rehenes y el secuestro de propiedad privada.
Nuevas tomas de tierras agrícolas se han producido en el Norte Integrado, en el Municipio de San Pedro, a 180 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, por cerca de 300 personas que tomaron por la fuerza varios predios agrícolas en producción.
De manera pública y vehemente, como correspondía, la alta dirigencia de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) reclamó el abusivo y reincidente avasallamiento, esta vez con la retención de operadores y una retroexcavadora que realizaba trabajos con defensivos en la zona, lo que en buen castellano significa la toma de rehenes y el secuestro de propiedad privada.
Como si no hubiera sido suficiente el golpe sufrido por el productor del agro en el Oriente boliviano a causa del inclemente clima; como si no bastara el sufrimiento del agricultor por la caída de las cotizaciones internacionales de los alimentos; como si fuese insuficiente la crecida de las importaciones a bajos precios que medra su economía; como si no fuese bastante el contrabando que los agrede, pese a los esfuerzos de nuestra ANB y el COA; como si no fueran suficientes las restricciones para exportar libremente los excedentes que generan; como si no bastara el grave descenso de las agroexportaciones tanto en valor como en volumen; como si nada de esto fuera suficiente -¡sin contar que encima de ello se viene “El Niño”- la artera actitud de quienes irrespetan la ley se ensaña una vez más contra el sector, avasallando predios productivos, tal como denunciara el Lic. Freddy Suárez, Presidente en ejercicio de la CAO.
La protesta dirigencial realmente expresa el sentir del agroproductor, pero además demuestra su molestia, el hastío y su desasosiego, amén de su preocupación e intranquilidad, llegándose a elucubrar si tal situación “no tendrá que ver” con el intempestivo cambio que se ha producido en la titularidad del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, frente a lo cual urgiría una actitud contundente por parte del nuevo titular así como la aplicación de la ley a partir del Ministerio de Gobierno, esto, porque -como ocurre en el matrimonio- lo que de veras abona para bien una relación son las señales y las acciones, y no tan solo las promesas.
Si no se pone coto a los avasalladores que siembran incertidumbre e inseguridad jurídica entre los ya bastantemente golpeados agroproductores, podremos irnos olvidando de que la frontera agrícola crezca y Bolivia florezca triplicando la producción de alimentos hasta el año 2025, salvo que esa sea la intención…
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional
Fuente: “El Deber”
Santa Cruz, 9 de septiembre de 2015