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La Globalización

Con la asunción de Donald Trump a la presidencia de los EE.UU.  es necesario volver a reflexionar sobre la temática de la globalización, de la internacionalización y de la integración de la economía mundial, debido a que tanto su discurso preelectoral como las medidas que inicialmente está tomando ponen en el tapete de la discusión este proceso, entendido, fundamentalmente, como el camino hacia la plena libertad económica, es decir, libre movimiento de las personas, de los bienes, de los servicios y del capital, entre las diferentes naciones del mundo.

Como en todo fenómeno complejo hay dificultades en encontrar una definición precisa, que pueda abarcar todo lo que hoy se está entendiendo por globalización. Desde una perspectiva es ante todo un hecho económico, pero también lo es político y puede abarcar a otras actividades más de la vida humana. Pero es un hecho que se lo vive cotidianamente siendo los medios de comunicación los que mejor diariamente no los recuerdan y, también, nos lo enseñan.

Intentando hacer una definición de la globalización, podemos señalar que éste es un proceso complejo e inevitable del desarrollo económico de la humanidad y de los pueblos, en su camino a un mayor bienestar material y que a su vez es también una exigencia para el desarrollo económico, sobre todo para los países que se denominan en proceso de desarrollo. 

Debido a este hecho, hoy, los ciudadanos de un país consumen bienes y servicios provenientes de otros países y, cada vez, de manera creciente. Las empresas producen un bien ya no en un sólo país sino en varios, de manera tal, que los bienes ya no tienen una nacionalidad determinada como antes los tenían.

Las empresas de unos países se fusionan con empresas de otros países, y las inversiones, monedas y activos financieros de unos países se negocian en otros y se movilizan a velocidades vertiginosas de un momento a otro, y de una región a otra. La globalización quiere decir que el mundo se ha hecho uno solo.Es necesario reflexionar sobre este proceso denominado la globalización y buscar explicar la forma como se fue dando en el tiempo. La mejor forma de hacerlo sería mostrar cuál ha sido la evolución de la economía mundial, a través de diferentes indicadores económicos como crecimiento del producto, empleo, inversión y en particular todo lo referido a las relaciones económicas internacionales. Ver cómo países atrasados ingresaron a la fase del desarrollo.

También sería necesario indagar los antecedentes de este proceso, para lo que es inexcusable tener que referirse a la crisis económica mundial de 1929, al pensamiento keynesiano y a sus consecuencias deseadas y no deseadas, a la aparición de las denominadas empresas multinacionales y al conflicto que se presenta entre los Estados nacionales y las empresas multinacionales.

Habría que referirse a las diferentes experiencias de desarrollo que se han dado en el mundo durante el siglo XX, comenzando con la Alemania de post guerra y su economía social de mercado, para continuar con el Japón y su peculiar desarrollo capitalista, los denominados "tigres del Asia", con una atención particular a China.  

¿Qué había pasado con aquel mundo liberal en los EE.UU. del siglo XIX y de los primeros años del siglo XX? Esta interrogante requiere una respuesta. La sociedad libre que los EE.UU. construyó durante el siglo XIX, hizo realidad los postulados del interés individual, enarbolados por el padre de la economía, Adam Smith, pero con una terrible deficiencia que fue la segregación racial en desmedro de los negros, que recién a partir de los años 60 del siglo recién pasado se pudo superar.

A esto hay que añadirle la gran depresión económica ya referida, la cual no pudo superarse sino con la segunda guerra mundial, porque se edificó una poderosa industria armamentista. Pero la gran depresión de 1930 afecto negativamente al mundo entero.

De la crisis económica de 1930, que se resume en recesión económica, los países del mundo se cerraron en si mismos dando lugar a lo que se viene en denominar "economías cerradas", pero ya a mediados del siglo pasado las economías volvieron a abrirse con lentitud.

Simultáneamente, surgió dominantemente el pensamiento keynesiano en economía, que apunta a  otorgarle al Estado un rol protagónico, lo que se hizo realidad. El problema que generó este comportamiento es la continua expansión del gasto fiscal, el cual no pudo ser financiado con la recaudación de impuestos por lo que se generalizó la presencia del déficit fiscal y con ello el creciente endeudamiento público. Hoy, este es el problema fundamental de los países denominados desarrollados.

Mención especial requiere referirse a la seguridad social y otros beneficios sociales que definen al "Estado Benefactor", si bien generalizada para todos, es cara y no necesariamente dirigida a los más necesitados sino a las clases medias, quienes, en muchos casos se han sentido desincentivadas para buscar trabajo, dado los generosos subsidios existentes. En definitiva, se observa que las políticas keynesianas y social demócratas extremas construyeron un Estado Benefactor que no incentiva la inmigración, porque la estructuraron sobre la base de un creciente gasto público financiado con un enorme endeudamiento público, que ya es insostenible. Se hizo crónica la presencia del déficit fiscal. Esto explica el triunfo de Trump en EE.UU. y la aparición de candidatos para la presidencia de varios países europeos con una visión cerrada y nacionalista.

 

La Paz, febrero de 2017

Economía de mercado
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Pachamama opositora

Cuando uno lee y sufre la seguidilla de acontecimientos naturales como ser la falta de agua en la ciudad de La Paz, las fuertes granizadas en la ciudad de Sucre, o la plaga de langostas en el municipio de Cabezas en Santa Cruz, es inevitable hacer las comparaciones con las plagas de Egipto en versión boliviana.

Solo que, en la historia boliviana, quien encarnaría el papel de emperador, primero se victimiza y denuncia que todos estos desastres son culpa de las potencias y que en todo caso cualquier vestigio de crítica a su apatía ambiental, es alineada a la derecha con el fin de destruirlo.

En medio de esta historia, a finales del año pasado, 2016, los niños del municipio de Tarvita subieron al cerro para rezar y llorar, pidiendo a Dios que les abastezca de agua en medio de esta seguidilla de plagas, a lo que el aspirante a emperador y segundo al mando de esta tragicomedia, culpó a los países del “norte, que los niños de Chuquisaca sufran, debido según él estos países hayan derribado sus árboles, generando toneladas de dióxido de carbono y de esta manera se agrave el calentamiento global.

Frente a esta crisis que ya se vivía el 2016, el emperador participó de danzas de la lluvia para mitigar la sequía en La Paz, sin muchos resultados, razón por la cual, cambió a los representantes de la ineficiente empresa de agua, para hacer frente la escases del líquido elemento.

En medio de un descontento social como buen profeta, alertó a todos los bolivianos a “prepararnos para lo peor” casi como una alerta temprana que no ayudó a que las regiones soporten sus respectivos desastres.

La medida que tomó su encargado de economía el 2016, ante los efectos del cambio climático que impactaron el crecimiento de la economía del país, lo que no permitió que el Producto Interno Bruto, de junio de 2015 a junio de 2016, creciera por encima del 4,5% y con ello se dejó de pagar el segundo aguinaldo.

Tras las danzas y ritos fallidos, como buen emperador en tiempos modernos declaró hacer uso de tecnología para bombardear nubes y generar la lluvia por 500 mil dólares, también se ordenó usar aviones para detener la plaga de langostas por 700 mil euros; y bueno seguimos en el afán de actuar en emergencias y no en políticas de gestión de riesgos y cambio climático.

Con un tema altamente sensible y al parecer más estratégico que la propia energía e hidrocarburos, se fue a buscar ayuda a Naciones Unidas para financiar soluciones a estas crisis, y la respuesta fue que no hay institucionalidad en Bolivia para el desembolso de recursos económicos, sin embargo, para hacer más triste la historia, el emperador cuenta con el  poder de gastar 6 veces más lo que pidió, para destruir su área protegida más valiosa en pos de hacer una represa, que agravaría más esta crisis ambiental.

Para terminar esta historia, terminamos apareciendo entre los 10 países que destruyen sus bosques, obviamente el segundo al mando no contará jamás eso a los niños bolivianos , y al parecer la pachamama se viste de opositora desnudando la inexistente gestión ambiental y de cambio climático en Bolivia, fruto de ello como diría este señor, las plagas otra clase están, haciendo desastres en nuestro país ante la ausencia de políticas efectivas de cuidado de la madre tierra.

Sentipensapiens
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¿Son o no son importantes las exportaciones?

Cuando las exportaciones del país subían y subían sin parar, haciendo que los dólares llegaran a raudales -como nunca en la historia- provocando altísimos e inimaginables superávits haciendo que las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB) treparan y treparan, era para festejar.

El PIB crecía y crecía gracias al motorcito de la demanda interna impulsada por el gasto fiscal y la inversión pública, apalancados éstos en el inédito dividendo de la exportación de hidrocarburos y minerales así como en el virtuoso movimiento económico derivado de la actividad productiva, comercial y exportadora no tradicional. Esto elevó nuestras RIN a niveles insospechados, comparables solo con la China en su significación sobre el PIB (casi 50%), generando un alto respaldo para la moneda y la economía boliviana.

A estas alturas, es imposible pensar ya -mucho menos negar- que tan buenos resultados se hubieran logrado sin que las exportaciones jugaran el rol preponderante de prodigar más de 100.000 millones de dólares entre el 2006 y 2016, considerando entre ellas las remesas de los trabajadores en el exterior y el turismo receptivo (exportación de servicios).

Alguito más: del 2006 al 2014, el superávit del comercio exterior superó los 16.000 millones de dólares, de ahí el incremento de las RIN del BCB hasta un máximo de 15.563 millones (dato del 10.11.2014). Parecía que tal racha sería imparable, pero desde el 2015 “algo” ha cambiado, lamentablemente, no para bien. El PIB crece menos, las exportaciones y las RIN caen y lo que sube es el endeudamiento.

Constatando que el actual monto de las RIN ha bajado a niveles del año 2010, hasta 9.993 millones de dólares (dato al 20.1.2017); que las exportaciones del 2016 se desmoronaron hasta cerca de su nivel del 2008 y que el déficit comercial del pasado año se convirtió en el mayor de la historia de Bolivia (-1.213 millones de dólares) algo hay que hacer para reanimar las exportaciones.

Frente a un escenario internacional que tiende a complicarse, para que mañana no aumente la presión sobre el tipo de cambio y se tenga que recurrir a un mayor endeudamiento, sabio sería apostar por un sector con gran capacidad de reacción a corto plazo como el no tradicional, agropecuario, agroindustrial, forestal y manufacturero.

Solo liberando de restricciones a las exportaciones y forjando la competitividad sistémica del país se generará más divisas, empleos e ingresos, y el PIB crecerá sostenida y sosteniblemente en el tiempo.

Buscando la verdad
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Reactivarse

Ser ambientalista o activista en los últimos años desde el conflicto por la defensa del área protegida del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), sumada a la resistencia por el decreto que permite la exploración de hidrocarburos en áreas protegidas; pasando por la reciente resistencia a la conservación del Parque Nacional Madidi frente al proyecto de la represa en El Bala, entre otros; hizo que el gobierno autoproclamado defensor de la madre tierra, ejerza mayor crítica y persecución a estos grupos de defensa de la ecológica y el medio ambiente, ¿paradójico no?

Lo cierto es que el inventario de ataques a estos grupos ha sido encaminado desde las más altas esferas de decisión política del país, el año 2012 el presidente Evo Morales declaró que el ambientalismo es el nuevo colonialismo, para el año 2015 amenazó expulsar del país a todas aquellas Organizaciones que se opongan a la exploración y explotación de los recursos naturales;  ese mismo año el Vicepresidente boliviano, reafirmó la posición denunciando que estos movimientos defienden un discurso ambientalista” de la potencia del Norte.

A esto sumamos la variada posición de los ministros y autoridades que en esa misma línea por ejemplo el titular de la cartera de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, en octubre del 2016, llegó a la conclusión que, si un indígena estudia y tiene una empresa, deja de ser indígena por defender su territorio; este año el asesor ambiental de la misma cartera denunció la “injerencia” de la Organización Caritas en el proyecto de exploración en la zona de Tariquía y los acusó de desinformar.

La lista de autoridades y acusaciones es diversa frente a cualquier posición que en juicio del gobierno vaya en contra de sus disposiciones de construcción de caminos, explotación de hidrocarburos, impulso a espectáculos deportivos, entrega de concesiones mineras, construcción de infraestructuras urbanas, ampliación de la frontera agrícola, cualquier principio de disonancia es motivo de fustigar a la conciencia de protección de la vida.

Lo cierto que gran parte del año pasado y este 2017 la situación en Bolivia ha generado la desaparición de importantes cuerpos de agua, ha dejado sin agua a la sede de gobierno, ha colocado a nuestra nación entre los 10 países con mayor pérdida de bosques según la Unidad de Estadística de la Organización de Naciones Unidas (UNSD), perdiendo una superficie mayor a toda la extensión territorial de Panamá.

La justificación total de esto es la generación de ingresos, el inmediatismo económico de un gobierno que no sabe generar recursos con el manejo del medio ambiente y de la biodiversidad del país y que en todo caso apuesta a una política agresiva contra las áreas naturales por energía, minería, hidrocarburos y agricultura.

Es tiempo de reactivarnos, para construir un modelo de ejemplo de cuidado y defensa de la naturaleza y la madre tierra desde el ejercicio ciudadano, sin embargo como nunca es más complejo que antes, pero al mismo tiempo como nunca es más urgente que cualquier periodo de nuestra historia, ya que en 10 años perdimos ambientalmente más que en 180 años de vida republicana.

Sentipensapiens
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Destacable señal para el agro…

La decisión del Gobierno de crear un Fondo de Inversión Cerrado (FIC) para financiar la expansión de la producción agropecuaria en Bolivia ha sido objeto de apoyos y críticas, pese a que el MEFP así como prestigiosas entidades empresariales -v.gr. CEPB, CAINCO, CAO- salieron al paso para explicar su alcance y tranquilizar a la población sobre la seguridad del uso y retorno de los recursos, al amparo de lo previsto por la Ley 065, que autoriza tal posibilidad.

El propio Vicepresidente del Estado se encargó de respaldar la iniciativa afirmando que el sector agropecuario tiene la seguridad adecuada para ser considerado dentro de las inversiones que realizan las Administradoras de Fondos de Pensiones - AFP[PM1] [GARA2]  (“García Linera dice que es seguro financiar al agro”, EL DEBER, 25.1.2017), una aclaración necesaria, dado que no todos los jubilados ni aportantes a las AFP saben que miles de millones de dólares de su ahorro están ya invertidos de varias formas -incluso en otros Fondos de Inversión- bajo el espíritu de la Ley, de buscar una buena rentabilidad con riesgos acotados.

Pese a que la arquitectura del FIC dice cómo se garantizará el retorno de los 150 millones de dólares -el 1% del total de aportes del Sistema Integrado de Pensiones- se ensaña la crítica calificando de alto riesgo al sector agropecuario, sin saber que datos oficiales dan cuenta que éste es uno de los que mejor honra sus obligaciones.

CAINCO y CAO han explicado que el FIC no representará riesgo alguno para los ahorros de jubilación, todo lo contrario, siendo que el pago de una mayor tasa -entre 7% y 9%- mejorará la rentabilidad de los aportes de los trabajadores, además de que habrá más empleo, ingresos, divisas por exportación e impuestos.

El FIC financiará además a pequeños y medianos productores seleccionados por su capacidad de repago, con su producción de respaldo; las empresas agroindustriales garantizarán un 30% del monto; otro 30% se respaldará con el Fondo de Garantía constituido con utilidades de los bancos, y el propio Fondo invertirá 50 millones de dólares en otras opciones, diluyendo así el riesgo.

CAO y CAINCO, coherentes con esta iniciativa por un mayor desarrollo de Bolivia, han mantenido inclaudicable su pedido de eliminar toda restricción a las exportaciones; combatir el contrabando; acabar con el avasallamiento de tierras; mejorar el funcionamiento del INRA; permitir el uso de biotecnología y hacer más competitivo al país, para triplicar la producción de alimentos hasta el año 2025.

Santa Cruz, 1 de febrero de 2017

Buscando la verdad
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La economía de mercado es una economía de precios

Milton Friedman, Premio Nóbel de economía 1976, fue profesor en la Universidad de Chicago de la materia que hoy se denomina Microeconomía. El la daba bajo el denominativo de Teoría de Precios y que dio lugar a su libro con el mismo nombre.  Para Friedman lo fundamental de una economía de  mercado y de su éxito estriba en el comportamiento libre y competitivo de los precios, porque cumplen tres funciones esenciales y que son la función de información, de asignación y de distribución.

La primera y básica tarea que cumplen los precios es de informar a todos los agentes económicos interesados acerca de la escasez relativa de todos los bienes y servicios existentes en la economía. Cuando un precio de algo sube, la información que los interesados obtienen es que la escasez relativa del bien en cuestión ha aumentado y, viceversa, si el precio baja informa lo contrario. Con este dato, las personas no saben si la mayor escasez se debe a una disminución de la oferta del bien en cuestión o a un aumento de la demanda, porque el precio por sí mismo no dice nada al respecto. Sólo dice que aumentó o disminuyó la escasez relativa de los bienes y servicios, pero no dice por qué. Para saber eso se tendría que hacer un seguimiento al comportamiento de la demanda y de la oferta, y sólo así sabríamos cuál de estas dos fuerzas explica el hecho.

Toda información es retenida sólo por aquellas personas que tienen interés en el hecho, en este caso, en el bien o servicio en cuestión. A los que no les interesa, por supuesto que no le otorgan al dato ninguna atención. Pero a quienes les interesa, esta información les sirve para tomar futuras decisiones. Por esta razón se dice que los precios son señalizadores, los precios son las señales en el mercado.

Los precios proporcionan a los propietarios de los factores de producción, a los productores y a los consumidores, de manera resumida, información sobre las disponibilidades de recursos, las posibilidades de producción y las preferencias de los agentes económicos.

Con la información que los precios expresan, los agentes económicos, ya sean productores o consumidores, toman las decisiones para hacer la asignación de sus recursos que como ya se sabe son siempre escasos.

Si son productores los precios les dicen qué producir y cómo hacerlo, dado el supuesto de que técnicamente aquellos saben cómo se hace el bien en cuestión. Se dedicarán a producir aquellos bienes o servicios en que mayor sea la diferencia entre el precio del producto con relación a su costo. Tomada la decisión de lo que se quiere producir, el empresario asignará sus recursos buscando emplear los métodos de producción menos costosos y más eficientes.

Si son consumidores, y dados sus gustos y preferencias, asignaran sus recursos tratando de maximizar la satisfacción de lo que consuman a los precios más bajos posibles. Este comportamiento se denomina “racionalidad económica”.

En economía, precios son todas las retribuciones que reciben tanto los factores productivos, por su participación en el proceso productivo, como los valores a los cuales se venden  bienes, servicios y activos financieros. Son precios no sólo los valores monetarios de todos los bienes y servicios en general, sino que lo son los salarios, es decir, la retribución al factor trabajo; la tasa de interés que es la retribución al propietario de capital; la renta que se paga por el uso de la tierra; el tipo de cambio que es la retribución al poseedor de monedas extranjeras, y que se utiliza para la obtención de bienes y servicios importados, etcétera..

La distribución se realiza simultáneamente con la producción. Cuando el empresario decide producir algo contrata trabajadores a determinados salarios independientemente a la fecha que vaya a vender sus productos. El empresario no condiciona al trabajador el pago de su salario a cómo le vaya con la venta de su producto. Le vaya bien o le vaya mal, al momento de vender sus productos, el empresario tiene que pagar los salarios convenidos con anterioridad a la realización de la producción misma. Lo mismo sucede con el pago de los intereses por concepto del capital que ha de utilizar y los pagos por insumos que ha de requerir.

Por lo anotado es que no se puede separar la función de asignación de recursos, que tienen los precios, con su función de distribución de lo producido, porque ambos procesos se realizan de manera simultánea. No se puede decir que los precios sirven muy bien para la asignación de recursos porque lleva a la producción eficiente y que no sirve, de la misma manera, para la distribución de lo producido mediante la remuneración que reciben los diferentes factores de la producción que participan en el proceso productivo.

La Paz, enero de 2017

Economía de mercado
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Cuba dice “sí” a los transgénicos

La combativa Cuba no deja de sorprender con sus cambios: primero, clausura el Ministerio del Azúcar y lo reemplaza por el Grupo Empresarial de la Agroindustria Azucarera; luego se abre al capital occidental, dándole un buen trato; retorna lento pero seguro a la economía de mercado; elimina cientos de miles de empleos estatales;  ofrece tierras a la iniciativa privada, alienta el cuentapropismo y reestablece relaciones diplomáticas con los EEUU, su acérrimo rival ideológico.

Pero hay algo más: la revolucionaria Cuba apuesta por la biotecnología, no solo para la salud -lo hacía ya por muchos años- sino pragmáticamente, para producir alimentos.

Una nota de Inter Press Service (IPS) del 2012 daba cuenta que Cuba había decidido fomentar el uso de semillas genéticamente mejoradas para dejar de importar alimentos transgénicos caros y producirlos allí, ahorrando así los millones de dólares que gastaba.

Carlos Borroto, Vicedirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB) dijo que había plantaciones de maíz y soya transgénicas en el occidente y centro de la isla, destacando que en el mundo se cultivaba ya 160 millones de hectáreas con semillas genéticamente modificadas (“Cuba produce transgénicos…”, IPS, 26.4.2012).

Por la nota se supo que Cuba trabajaba con organismos genéticamente modificados por más de 20 años: “El CIGB desarrolló el maíz transgénico de conjunto con el Instituto de Investigaciones Liliana Dimitrova, mientras que la soya se obtuvo con el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (…) ha trabajado las modificaciones genéticas también en plantas como caña de azúcar, papa, piña, café, tomate, arroz y papaya, entre otros (…) Incrementar el uso de maíz transgénico cubano seco se fundamenta en que los costos de producción son muy inferiores (…) los rendimientos se multiplican”.

Ahora, lo más importante: “Cuba cultivará maíz y soya transgénica a gran escala en 2017 para disminuir su déficit alimentario, pero bajo estricto control científico y legal, anunció una fuente oficial” (“Cultivos transgénicos para la sostenibilidad alimentaria”, Granma, 16.12.2016).

¿A dónde apunta esta estrategia productiva? La nota da cuenta que Cuba logró producir entre 2,8 y 4 toneladas de soya transgénica por hectárea (en Bolivia el promedio es 2,3) y apuestan a producir 9 toneladas de maíz transgénico por hectárea (en Bolivia es de 3,2) para ahorrar casi 500 millones de dólares/año por importación y avanzar en su soberanía alimentaria. ¿Digno de imitar, no?

Buscando la verdad
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Producción y empleo

En los últimos días de diciembre, el ministro de Economía y Finanzas, Luís Arce Catacora, ha señalado que se prevé un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del orden del 4,2 % junto a una tasa de desempleo del orden del 4,1 % para 2016, año que acaba de concluir.

Para hacer este anuncio el Ministro se refiere que su pronostico es consecuencia del resultado medido al mes de octubre por el Indice global de la actividad económica (IGAE) que el Instituto Nacional de Estadística elabora mensualmente, pero que, lamentablemente, lo hace conocer al público con mucho rezago. Cuando se ingresa a la página Web de esta institución, se tiene que el IGAE publicado está hasta el mes de mayo. Por tanto, no se sabe con certeza si el Ministerio de Economía y Finanzas está señalando el dato a octubre del año en  cuestión, o utiliza este dato para hacer la proyección para fin de año.

Sería aconsejable que esta valiosa información que dispone el INE lo hiciera conocer rápidamente, como acontece con los datos de comercio exterior, que ya los tiene publicados hasta el mes de noviembre. Esto ayudaría a todos quienes hacen un seguimiento del comportamiento de la economía.

El IGAE, reiteramos, es un indicador mensual previo que busca anticipadamente determinar la tendencia del comportamiento del PIB,  que se elabora trimestralmente.

En materia de empleo, también sería conveniente que el INE publicase estos datos explicando la metodología aplicada, la forma como los obtiene, la peridiocidad con que los calcula, etcétera. Un desempleo del orden del 4,1 %, en teoría económica se lo califica de pleno empleo. Se sostiene que una tasa menor al 5 % de desempleo puede ser calificada como de pleno empleo, ya que siempre existe un desempleo, que se lo califica de natural. Sucede que hay gente joven que quiere incorporarse al mercado laboral y conseguir un trabajo toma su tiempo. También hay gente que deja un trabajo, para la cual encontrar otro no es inmediato.  

La definición de empleo es muy amplia. Basta con trabajar unas cuantas horas a la semana para ser considerado como tal, y basta con declarar que no se considera desocupado. El que vende algo en las calles está ocupado (lo denominamos vendedor ambulante) está  empleado Y en Bolivia tiene mucha importancia el trabajador familiar no remunerado. Es decir, él no recibe un salario pero la familia como tal tiene un ingreso, una remuneración económica, del cual se beneficia toda la familia. Además en estos casos no se diferencia que parte del ingreso es salario o es ganancia por su capital. Por esta razón, en cuentas nacionales todo aquello que no es remuneración salarial con absoluta precisión – que se estima no alcanza al 30 por ciento del empleo total- se registra como “excedente de explotación”, lo cual no es correcto.

En cuanto al trabajo de la mujer en labores domesticas no se considera empleo, porque no está sujeta al intercambio que es la característica de todo mercado. El ama de casa no ofrece sus servicios y si lo hace fuera de su hogar  pasa a ser parte de la Población económicamente activa (PEA), en calidad de empleada doméstica.  Por esta razón el trabajo del ama de casa, como tal (no como empleada domestica) tampoco es parte del PIB. El PIB considera todas las transacciones que implican un intercambio económico efectuado en los mercados. La excepción constituye las labores que realiza la administración pública en beneficio de la sociedad, la cual se incorpora en el PIB, a precios de costo, aunque no sea el producto de un intercambio de mercado, pero a todo funcionario público se le paga una remuneración, por lo cual se supone que está ayudando a mejorar el funcionamiento de la economía. Hay también economistas que mantienen la posición que en el PIB debería contemplarse el trabajo del hogar que hace la mujer, punto de vista que no lo comparto porque el PIB trata de reflejar los “intercambios” que se realizan en los mercados, utilizando el dinero.

El caso de los jóvenes universitarios no se considera empleo porque todavía no producen nada para el mercado y por ello tampoco nadie las de da una remuneración. Por esta razón, madres de familia y jóvenes universitarios son parte de la población económicamente inactiva (PEI). Es una población que podría buscar trabajo pero por decisión propia no lo hace. En precisión  la PEI abarca a la gente que no busca trabajo por propia decisión y por eso se la califica de no activa, cuando por la edad que tiene podría ser parte del la PEA. La tendencia histórica es a un aumento persistente de ésta.

Un tema que también se lo debería aclarar es que en la determinación del nivel de empleo se está incorporando todo lo que se denomina trabajo informal, vale decir, espacio donde no aplican la Ley General del Trabajo y todas las disposiciones legales al respecto.

En la medida que el PIB se expande también lo hace empleo, por lo que estados dos variables económicas están relacionadas directamente.

La Paz, enero de 2017

Economía de mercado
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2016: ¿Año para el olvido?

Si bien para muchos ciudadanos de a pie, para una gran cantidad de productores del agro, y muchísimos bolivianos que enfrentaron serias dificultades económicas en la gestión pasada, el 2016 -en una suerte de escape mental- fue un “año para el olvido”, para los administradores del Estado nunca debiera serlo, pues de ser así, se podría volver a incurrir en los mismos errores ya cometidos.

¿Cuál el balance a priori del “año para el olvido” que los funcionarios públicos siempre deberían recordar? Algunos dirán que no fue un mal año pues otra vez salimos “campeones” superando a otros países de Sudamérica (aunque tengan menos pobres que nosotros); y si bien el PIB creció, creció menos sin lograr “el numerito” del 5%, tantas veces anunciado y defendido a rajatabla.

Es cierto que la desaceleración económica tiene mucho que ver con un entorno internacional adverso, a lo que se sumaron otros dos factores negativos inesperados: el embate del clima y las plagas que diezmaron la producción de granos en invierno, en Santa Cruz, así como la sequía en La Paz y otras regiones. De esto debe haber lecciones aprendidas para no tener que lamentar mañana lo que Julio Iglesias cantaba: tropecé de nuevo y con la misma piedra...

En primer lugar, aceptar que la economía boliviana es fuertemente dependiente y vulnerable de los sectores extractivos y crece a costa de generar déficit fiscal y endeudamiento, lo que tiene un límite en el tiempo. Romper con esta vulnerabilidad solo será posible fortaleciendo el sector exportador no tradicional (agropecuario, forestal, industrial-manufacturero, artesanal, turismo).

Segundo, hay que tomar previsiones para que mañana el cambio climático no baje la producción de alimentos: ¡no tengan miedo a la biotecnología!

En tercer lugar, si el desempleo va en aumento y la economía tiende a informalizarse, flexibilizar las políticas para no matar al formal, sería deseable.

Finalmente, hacer menos “cuesta arriba” la tarea de invertir a los empresarios, sean éstos grandes, medianos o pequeños, viendo en ellos la “gallina de los huevos de oro” que genera riqueza y empleo, sería altamente deseable.

En un escenario de desaceleración económica como el que se vive desde el 2015 por la conclusión del macro ciclo de precios altos que tanto favoreció el país, evitar una recesión/crisis y lograr un suave aterrizaje económico, dependerá de las políticas que se implementen con urgencia e inteligencia, las que necesariamente deberán apuntar a hacer más competitiva a Bolivia.

Buscando la verdad
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Las importaciones son el motor de la economía boliviana

El equipo económico del gobierno insiste en que un gran cambio, en el modelo económico que Bolivia implanta desde que Evo Morales llegó a la presidencia del país, es que el motor de la economía boliviana pasó a ser la dinámica de la demanda interna, como si antes lo hubiese sido la demanda externa. Se define a la demanda interna como la sumatoria del gasto que en una economía se realiza en consumo interno, inversión y gasto público. La demanda externa son las exportaciones que un país realiza.

Pero, se olvida que para que aumente el consumo, ya sea de bienes producidos internamente o que provengan del exterior, se requiere de importaciones. Ni qué decir de las inversiones, no producimos bienes de capital.

Lo que aconteció durante el gobierno del Presidente Morales es que se incrementó la sumatoria de las exportaciones e importaciones, tanto en términos reales como monetarios. Todo el análisis siguiente se lo efectúa en promedios anuales.

Si se suman las exportaciones e importaciones en términos reales y dividimos entre el producto interno bruto (PIB) a “precios constantes de 1990”, y multiplicamos por cien tenemos una definición de apertura de la economía. Si comparamos la década 2006-2015 con la década anterior encontramos que el coeficiente subió a un 66 %, cuando en la anterior fue del 56 %.

Si este mismo análisis realizamos de manera separada entre exportaciones e importaciones encontramos el siguiente resultado: Las exportaciones con relación al PIB en la década 1996- 2005 alcanzaron a un 27 %, el mismo que subió al 33 % en la década siguiente. Las importaciones subieron del 29 % también al 33 %.

La primera conclusión es que tanto las importaciones como las exportaciones aumentaron lo mismo con relación al PIB. ¿Pero acaso las exportaciones no subieron más que las importaciones? Para responder la interrogante en cuestión, el análisis hay que efectuarlo en términos de precios corrientes, de cada año.

En este enfoque el resultado es el siguiente: Para el periodo 2006- 2015 la apertura subió a 78 %, bastante por encima del 66 % visto anteriormente Las exportaciones subieron a un 42 % y las importaciones a un 36 %. Este significativo crecimiento en las exportaciones y mayor que el de las importaciones responde al gran incremento de precios que merecieron las exportaciones de materias primas que Bolivia exporta.

Lo que realmente explica el buen crecimiento de la economía boliviana, en términos reales, durante la última década son las importaciones. Pregúntese los insumos importados que cualquier industrial requiere hacer para producir algo. Lo mismo para el sector de la construcción, que está en auge.

En un aparato económico muy poco diversificado como el boliviano, que del total de sus exportaciones el 95 % corresponde a bienes primarios, quiere decir que su actividad productiva le impide producir, con insumos propios, la cantidad de bienes y servicios que la comunidad demanda.

Para producir cualquier cosa en el país se requieren de importaciones. Si uno ve la composición de las importaciones totales se llega a la conclusión de que el 80 % corresponden a insumos industriales, bienes de capital, equipos de transporte y combustibles.

La verdadera diferencia en el comportamiento del sector industrial, que también es válido para el sector de la construcción, es que en la década 1996-2005 las importaciones se financiaban, además,  con endeudamiento externo, lo que hizo posible el modesto crecimiento de la economía. En cambio, en la última década, fundamentalmente, se lo hizo con las exportaciones, dado que se presentó lo que se denomina superávit comercial, o superávit en cuenta corriente, si introducimos otros conceptos, como el comercio de servicios donde Bolivia siempre es deficitaria.

Un aspecto central que se debe destacar es que cuando algo se vende es para comprar. Los trabajadores ofrecen su capacidad de trabajo para obtener ingresos que les permita adquirir el conjunto de bienes y servicios para satisfacer sus necesidades y deseos. Esto mismo sucede con la economía de un país. Se exporta (vender) para importar (comprar)

Para que el país pueda seguir creciendo -en condiciones donde el valor de las exportaciones cayeron de manera significativa, y se presenta una situación de déficit comercial, por lo que ya no puede financiar sus importaciones con sus exportaciones- debe endeudarse y/o atraer inversión extranjera para adquirir las imprescindibles importaciones que hacen posible que la economía boliviana crezca.

Pocas son las economías donde se puede calificar que el motor de su crecimiento económico lo constituye la demanda externa. Es decir, producen para el exterior. Pero para hacerlo requieren de importar también mucho, razón por la cual se apertura económica es muy grande, como es el caso de Hong Kong, que tiene una apertura del 440% con relación a su PIB.

La Paz, diciembre de 2016

Economía de mercado
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