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Aranceles, saqueo y expoliación

El gobierno neofascista del emperador Trump, empuja al mundo de manera peligrosa a una guerra comercial, imponiendo aranceles que en la mayoría de los casos son injustos y por demás fuera de toda consideración diplomática. Bolivia también está en su lista negra, y tiene que pagar aranceles por sus exportaciones lo que nos empobrecerá más todavía.

Pero es pertinente recordarles a los neofascistas de la casa Blanca, que su país vivió casi siempre saqueando y expoliando nuestras riquezas, sean estas minerales y otras. Recordar, por ejemplo, que durante la segunda guerra mundial, nuestro país fue obligado a exportar estaño a bajísimos precios, con la excusa de “aportar a las causas de la guerra”.

Por cierto, no eran consensos ni acuerdos de caballeros ni mucho menos. Eran órdenes imperiales bajo amenazas punitivas de sanciones y otras mañas, típicas de la política exterior imperial de los USA.

Así, Bolivia tuvo nomás que regalar su estaño para esas causas nobles de la guerra; aun a costa de enormes sacrificios sociales que costaron sangre a mineros, a obreros y clases medias pobres. Por esos motivos nobles se produjo la masacre de Catavi en 1942, pues los salarios de los trabajadores eran miserables; pero el estaño se regalaba a los norteamericanos.

Sería prudente que nuestra diplomacia haga los esfuerzos, ojalá sea posible, para reclamar a los gringos que nos paguen los precios justos por el estaño, robado y saqueado desde siempre, y ni siquiera nos pagaron aranceles por eso. Sería prudente recordarle algo de historia a ese ignorante comerciante que tienen como presidente los estadounidenses.

Ahora el mundo entero tiene por fin la visión real y objetiva, de lo que siempre fue normal desde los imperios del norte: los hechos económicos y saqueo mundial de los pueblos del sur del mundo. La pasividad, la complicidad del silencio, sobre todo el no molestarles a los imperiales de parte de gran parte del mundo desarrollado, pues tapaba y encubría el saqueo de riquezas.

Todas esas injusticias significaron masacres obreras, masacres de sectores pobres y campesinos. Los magnicidios, los golpes de Estado sangrientos, y las imposiciones de la ilegalidad sobre historias y pueblos enteros, han estado estrechamente ligados al saqueo de nuestras riquezas. Quizás en eso se resume la historia moderna de nuestros pueblos.

Sabemos bien que esta historia no se resolverá en favor de las naciones saqueadas. Estamos siendo testigos, otra vez, que esos señores de la casa Blanca sólo tienen una manera de ver el mundo: de manera perversa y en función de sus ganancias económicas imperiales. Todo lo demás sólo disfraza para que la historia sea algo más contable.

Si bien el mundo cambia y corre por estos tiempos modernos y desarrollados, los intercambios comerciales injustos siguen siendo la correa de transmisión, entre la diplomacia mundial. Además, ahora son las oligarquías financieras las encargadas del saqueo mundial. Eso añade por supuesto una forma más letal en las formas del saqueo, porque se hace abstracto y más invisible la muerte y la miseria humana.

En esta historia lineal, o teleológica, donde los retornos son cada más constantes, pues el retorno de los fascismos imperiales nos muestra que la historia occidental, no precisamente es objetiva ni mucho menos. El mito del desarrollo y progreso fue sólo para ellos. Para el sur del mundo, todas las historias son de saqueo y expoliación de nuestras riquezas.

Ojalá el mundo tome consciencia por fin. Que el sistema y sus derivados de saqueo, por demás injustos y sangrientos, no ha hecho un mundo donde la vida sea atractiva para miles de millones de seres humanos. Sino un valle de lágrimas, donde cotidianamente se lucha como animales para sobrevivir, para justificar en algo el haber abierto los ojos en el nacimiento, en este mundo.

Ojalá los pueblos del mundo tomen consciencia, de lo insostenible que son las relaciones comerciales, donde los más poderosos siempre son los que más ganan, sobre los más pobres y miserables del mundo. Esa insostenibilidad nos empuja después a sangre y reclamos incluso de venganza justa. La miseria siempre generará guerrilleros, combatientes en defensa de los más desamparados a lo largo del mundo.

Los aranceles imperiales de estos días, sólo generará más miseria y pobreza. Pero pues, los occidentales no aprenden de su propia historia. Por la periferia del mundo, también se producirán mayores desajustes económicos, es decir pobreza y miseria. Sin políticas de Estado, o con Estados débiles y sin gente experimentada para estos desastres, tenemos nomás el apocalipsis en las puertas.

Veremos también si la sociedad civil estadounidense despierta de su letargo. La comodidad y los lujos tienen sus inconvenientes, cuando toca la puerta la necesidad de seguir viviendo aun compartiendo el mundo, con la miseria y la pobreza.

La sociedad civil y el pueblo estadounidense no pueden dejar impune a unos pillos que han tomado el poder, a nombre de la democracia y los valores sagrados de los USA.

Opinión
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Conducción democrática política del pueblo

Las contradicciones entre los candidatos a la presidencia en el bloque opositor a causa de la realización de las encuestas que fueron acordadas entre ellos han caldeado el ambiente preelectoral.

Muchos titulares mediáticos, los whatsaperos escandalosos y el oficialismo agazapado, abundan en adjetivaciones de lo que acontece al suponer que la oposición está anticipadamente dividida y que cualquier  discrepancia interna es un acto de traición.

Una peligrosa costumbre se ha instalado en el país, todo lo que es debate político debe ser malintencionado, agresivo, prosaico, violento, con amenazas y denuncias a cual más grotesca.

Son los efectos de lo que el MAS en cerca de estos 20 años ha construido en el ejercicio del poder político, la díada amigo-enemigo le funcionó, montó un circo en el parlamento, adjetivo a quien se le puso al frente con expresiones ultrajantes, denostó a las instituciones de la democracia, monto toda una artillería peyorativa en contra de la república y sus símbolos con el fin de reemplazarlos por otros y borrar de la memoria histórica de los bolivianos su existencia.

El copamiento hegemónico fue arrollador, la profusa propaganda estatal con sus consignas llegó a penetrar en la mente de los bolivianos sin que al frente se le interponga ninguna otra idea contrahegemónica, los decaídos opositores, ante semejante arremetida, se arrinconaron sin tener la valentía de defender lo que hicieron, no valía la pena hacer olas para evitar las represalias violentas del poder omnímodo que se instaló, el derrumbre del estado nacional los dejó exánimes.  

La nueva generación de jóvenes nacidos con el inicio del nuevo milenio solo escuchó los nombres e ideas del MAS, el resto fue borrado pese a algún que otro intento que terminó en el fracaso.

La precaria oposición parlamentaria que acompaño al MAS en este periodo, además de ser antipolítica, posiblemente porque era la única forma de sobrevivir, jamás quiso ni pudo construir una propuesta alternativa en su debilidad ideológica. Las bancadas se configuraron con individualidades alejadas de la problemática política nacional, alimentaron y consolidaron el discurso de rechazar el pasado sin promover a nuevas figuras porque los que pudieron serlo una vez concluido su mandato de difuminaron en la intrascendencia. El parlamento en 20 años no ha parido en la oposición ni un solo prospecto lideral.

Caramba, la política, el político y los partidos políticos habían sido necesarios, su proscripción solo beneficio al MAS porque con ello no tuvo contendiente al frente que pueda disputarle la titularidad del poder político, los pipiolos no estaban a la altura, encima hacían coro funcional a la retórica negacionista.

Que muchos críticos del pasado pidan ahora el surgimiento de liderazgos es apenas un deseo hipócrita porque ellos mismos se encargaron de impedir su emergencia.

Pese a ello y a ellos, la necesidad sincera de encontrar una conducción política para el periodo que responda al sueño de los bolivianos con una causa es impostergable, las condiciones favorables como desfavorables están presentes, más allá de la voluntad de los actores políticos.   

Los personajes que ahora disputan una candidatura deberían percibir que la ciudadanía, lo que les están pidiendo a gritos es que se constituyan en conducción política para el periodo con una renovación de ideas y de sueños.

Los candidatos han insistido tanto en su aspiración que ahora tienen la obligación moral de construir un mando político del pueblo para la toma democrática del poder y evitar derrotas futuras máxime si ahora las condiciones están dadas para la victoria de largo aliento.

Por ello, las alarmas desproporcionadas sobre las discrepancias en el seno del bloque opositor  en lugar de recurrir al sufrimiento lastimero, estéril y con pronósticos tremendistas, deberían ser erradicadas y hacer que sean el combustible que motorice y se sintetice en renovadas e imaginativas respuestas a las necesidades políticas de la ciudadanía.

Eludir lo adjetivo e ir al fondo del asunto es una obligación. La confrontación de propuestas no será a besitos ni con envíos amorosos de ramos de rosas, debe ser enérgico, frontal, imaginativo no exento de fraternidad. Por ahora los ramos de flores solo deben ser enviados a los velorios.

Si se hacen las cosas bien ya vendrá la flor de lis para el ´pueblo.

Desde el Sur
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¿Qué se puede esperar de aquí en adelante?

“Es triste decirlo, pero el 2024 no fue un buen año para las exportaciones e importaciones bolivianas, producto de un escenario complicado para el comercio internacional, pero, también, por causa de factores internos”, sentenció el Presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Lic. Alan Camhi Rozenman, en el Editorial de la revista “Comercio Exterior” No. 326, que acaba de entrar en circulación con bastante información sobre productos, valores, volúmenes, mercados, proveedores, transporte, entre otros. 

La publicación da cuenta de un déficit comercial por 845 millones de dólares, fruto del intercambio de bienes con más de 190 países, siendo el segundo consecutivo, luego que el desfase en 2023 fue de 571 millones. La inflación mundial, la volatilidad de precios de las materias primas, eventos climáticos extremos y conflictos geopolíticos, como la guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente, explican en parte, por qué le fue mal al comercio exterior boliviano y por qué escasean los dólares en el país, haciendo subir su precio. 

Es cierto que Bolivia no podía estar exenta del impacto externo, sin embargo, para Camhi, “fueron los factores internos los que más golpearon su performance comercial como consecuencia de los bloqueos de carreteras, dificultades logísticas, escasez y encarecimiento del dólar, cupos de exportación, caída de los volúmenes de producción, conflictos sociales y una creciente complejidad política y económica”. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística procesados por el IBCE, las exportaciones en 2024 sumaron 8.923 millones de dólares, 1.883 millones de dólares menos que en 2023, un mal año en que las ventas externas se derrumbaron por casi 2.800 millones frente al pico de 13.604 millones de dólares logrado en 2022. Son estas disminuciones las que dan cuenta de la menor disponibilidad de divisas, no es porque “los exportadores no traen sus dólares al país”; en realidad, los dólares generados por la exportación no alcanzan a cubrir las importaciones. Veamos... 

Si en 2024 el ingreso de divisas a Bolivia por exportación cayó 1.883 millones de dólares y hubo una salida neta de 845 millones por el déficit comercial, la baja de la disponibilidad en el mercado superó los 2.700 millones de dólares, carencia a la cual se deben sumar los 3.300 millones de dólares menos del 2023 bajo igual lógica. Y, cuando la oferta cae y la demanda se mantiene, la consecuencia natural es la subida de precios, para el caso, la cotización del dólar, como viene ocurriendo. 

De lo exportado en 2024, un 70% correspondió a las Exportaciones Tradicionales (minerales e hidrocarburos) y el 30% restante a las Exportaciones No Tradicionales (ENT) compuestas por productos agrícolas, pecuarios, agroindustriales, forestales, madereros, manufactureros y artesanales. 

La exportación de minerales logró 4.577 millones de dólares, bajando 19% en valor pese a subir 11% en volumen. Los hidrocarburos sumaron 1.673 millones, cayendo 21% en valor y 22% en volumen. Las ENT totalizaron 2.673 millones de dólares, sufriendo también una baja del 11% en valor y 14% en volumen, destacando entre los principales bienes exportados: soya y derivados (1.065 millones de dólares), carne bovina y derivados (246 millones), joyería (188), castaña (188) y girasol (123 millones de dólares), con una dolorosa caída de la soya por 691 millones de dólares y 1.000.000 de toneladas. 

La insuficiencia de dólares y la subida de su costo en el país se ha dejado sentir fuertemente en el desempeño de las importaciones que, totalizando 9.904 millones de dólares, bajaron de forma alarmante en términos de volumen: Equipos de transporte (-28%), Bienes de capital (-18%) y Suministros industriales (-12%). Siendo estos rubros indispensables para apuntalar la producción interna y la exportación, el resultado de su menor oferta en el mercado boliviano ya está causando problemas, a saber, quiebres en la cadena de abastecimiento, subida de precios y costos, menor producción y pérdida de empleos. ¿Qué se puede esperar de aquí en adelante? 

“El panorama es inquietante, no solo por el enrarecido contexto internacional signado por la posibilidad de una guerra comercial, sino, fundamentalmente, por problemas estructurales internos irresolutos, así como por la falta de divisas, los conflictos sociales y la reducción de la producción en sectores clave”, escribió el Presidente del IBCE, “impulsar las ventas externas -en vez de imponer vetos y cupos a la exportación, que van a contramano de la delicada situación del país- no solo permitiría el ingreso de divisas y una baja de su costo que modere el efecto inflacionario que está teniendo sobre las importaciones, pero, también, a crear más empleos y desarrollo”, concluyó. 

La revista con los últimos datos del comercio exterior boliviano coeditada por el IBCE con la prestigiosa empresa Almacenera Boliviana S.A. (ALBO S.A.), se puede descargar gratuitamente desde: www.ibce.org.bo o https://ibce.org.bo/ibcemail/index.php?id=3314

Buscando la verdad
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La postmodernidad y la ausencia de ética

La caída del muro de Berlín, abrió un mundo de esperanzas para occidente, comenzando con la caída del comunismo decadente. Comenzó también la globalización, es decir la imposición del modelo capitalista para seguir expoliando las riquezas del sur del mundo. El fin de la Historia estaba en la mesa, como fanfarroneaba Francis Fukuyama. Empezaba por supuesto el triunfo del posmodernismo.

Es decir, la caída de los valores éticos y morales en función de nuevos relatos totalmente individualistas, sin depender y considerar aquellos que fueron cierto los relatos del compromiso: revolucionario, cristiano, combatiente en favor de los demás, en favor de los valores supremos colectivos. Sobre todo, en favor de los más desposeídos del mundo. De los marginados de la historia.

También es verdad que muchos “revolucionarios” ya se habían corrompido, convertidos en caudillos dictatoriales y luego corruptos en lo económico. La historia ya nos ha detallado esos eventos mundiales. Sin embargo, había un muro invisible en la consciencia humana que de alguna manera frenaba a la impunidad, a la corrupción generalizada.

El daño de las corrientes postmodernas es evidente en estas coyunturas mundiales. Los gobernantes gringos, por ejemplo. Que consideran los negocios turbios, como el de las armas, por encima de toda consideración humana básica. Asesinar niños y mujeres ya no tiene ni la más mínima condición ética posible, es como matar hormigas o insectos. Los filósofos y pensadores gringos se han rendido ante esta brutal matanza de la consciencia humana, como triunfo absoluto y total del postmodernismo.

Los piratas y bucaneros de los siglos XVII o XVIII, que eran los mercenarios ideales de los reyes imperiales de entonces, se han quedado cortos ante los gobernantes actuales del mundo “civilizado y educado” gringo.

Como vemos, el postmodernismo como totem de las generaciones posteriores a la caída del muro de Berlín, ha contaminado todo el espectro de las sociedades. Incluso a los movimientos sociales del sur del mundo. Porque los resultados actuales nos muestran nomás que ese pensamiento individualista, egocéntrico y corrupto se ha impuesto sobre los soñadores, sobre los verdaderos revolucionarios, sobre los pueblos que buscan liberaciones del capitalismo.

Los caudillos postmodernos son esencialmente parte de esa terrible enfermedad, psicológica y filosófica, de ser el centro egoísta de la política. Personalista, dictatorial, revanchista, resentida y pues vengativa con todos los condimentos de la historia tercermundista. El sentirse el centro del mundo, como actitud política, es una actitud postmoderna.

El mundo está hoy estupefacto ante esta arremetida postmoderna, de los dictadores actuales en nombre de las “civilizadas y cultas democracias” occidentales. Horrorizados y paralizados por el poder total y absoluto del miedo y terror de los caudillos gringos.

Pero el mundo debe reaccionar en consecuencia. No sólo en las calles y en la legitimidad de lo poco que queda de las democracias. Sino y, sobre todo, en las ideas, en las ciencias sociales y las nuevas investigaciones históricas, etc. Tenemos que construir nuevos derroteros filosóficos y sociales, para recuperar aquellas ideas y quizás nuevos relatos en función de lo ético. En función de la política altruista, en función de los demás, en función de los miles de millones miserables y expulsados de la historia tradicional y oficial de occidente.

El avance de la corrupción es parte de este asalto postmoderno, para terminar con los sueños humanos de hacer de este mundo un mundo mejor. Hoy los corruptos y asesinos de lo ético, son los que hablan más en la política y el ejercicio político en el tercer mundo. Ese es el espectro y brutal secuencia de los sucesos por todas partes.

En definitiva, probablemente estamos en el momento del examen más importante de la historia moderna. Por estos lados del mundo, como por el norte del mundo. Es el momento de acudir a las historias de resistencia y defensa de la vida, de la legitimidad y de los sueños de nuestros ancestros. Vietnam logró enfrentar a esos monstruos poderosos e impunes occidentales, y a pesar de la destrucción y los inmensos sacrificios humanos, lograron revertir y vencer a los piratas “civilizados, cultos y educados” del norte.

Existen muchas historias de resistencia. Existe y está presente la memoria de la resistencia por todas partes del mundo. Nosotros, en Bolivia, tenemos siglos de resistencia. Entre aprendizajes terribles y sabidurías para salir de esas trincheras que muchas veces, son años de sacrificios y entrega de vidas. Siempre, éticamente, en función de los demás.

Ojalá la sabiduría de los pueblos, en resistencia, recuperen otra vez las experiencias históricas para revertir este momento oscurantista y retrógrado. Ojalá que los filósofos de la muerte y la impunidad postmodernos no se salgan con la suya. Aconsejando a los piratas y bucaneros del norte, portadores de la violencia y muerte, como en los siglos XVI y XVII por el sur del mundo.

La política sin ética, no es revolucionaria. Es postmoderna y asesina. La política sin moral, es corrupta y anti revolucionaria. La política sin el compromiso real y ejemplar con los más oprimidos, es sólo un engaño de palabrería y zalamería individualista y egocéntrica. Es decir, anti revolucionaria.

Opinión
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Acerca de revoluciones y cambios

En Bolivia la única Revolución que tuvimos fue en 1952. Cuando mineros, obreros y campesinos se lanzaron a enfrentarse directamente con el ejército oligárquico, para derrotarlo por las armas y cambiar por fin el destino de Bolivia. Pero, quiénes hicieron la revolución entregaron ese sacrificio a las clases altas y medias altas de este país. Error que se lamentó por siempre en nuestra historia. Entregaron la revolución a unas clases altas debiluchas, sin sentido de Nación, sin sentido de Patria, sin conocimientos profundos del país, y sin autoestima al menos nacionalista.

Aquella Revolución, en medio de la guerra fría, fue boicoteada desde adentro y posteriormente traicionada por aquellas clases altas débiles y sin sentido de Nación. El miedo tonto al comunismo pudo más, para venderse al bando imperial capitalista y destruir la Revolución del 52.

Los demás cambios fueron al calor de las democracias pequeño burguesas, occidentales y totalmente reformistas respecto de avances de indígenas, de obreros y clases medias pobres. Si bien hubieron avances constitucionales, sólo respondieron a las democracias tradicionales y formales. Los resultados los vemos con total claridad.

Cierto que varias revoluciones en el mundo cayeron en errores burocráticos terribles, que les condujeron a derrotas graves. Como la revolución rusa, aquel apoteósico cambio para toda la historia de occidente, que fue burocratizada totalitariamente para encerrarles en los gulags a intelectuales y pensadores críticos, por las hordas evangelistas ortodoxas del marxismo deformado.

O la revolución China que tuvo que hacerse capitalista plena, para sobrevivir a su propio destino. La revolución cubana, ejemplo mundial en los primeros años, sobreviven en medio de miseria y pobreza galopante, a nombre de la dignidad de los gloriosos momentos de hace siglos.

En Bolivia no contamos con clases altas nacionalistas. Sino absolutamente coloniales, es decir sin raíces en estos territorios. Totalmente débiles como clase, sin proyectos de clase. Sin proyectos de Nación. Con sus miradas desde siempre allende los mares. Soñando en Miami o París; pero no en Bolivia, en sentido de proyecto y construcción de Estado y Nación. En sentido de echar raíces existenciales en estas tierras.

Por todo eso, substancialmente, casi siempre fueron vencidos y derrotados por indígenas y obreros; aunque se sirvieron de las armas del ejército y los poderes externos y extranjeros, para volver a posicionarse en el poder. En esos vaivenes de la política de la ruleta rusa, o de la montaña rusa, jamás pudieron construir algo sostenible en el tiempo. Desordenados, caóticos y sin sentido de Nación, siguen sin cambiar en el siglo XXI.

El último proceso que fue otra explosión popular a inicios de este siglo y milenio, como todos los anteriores procesos populares, fue boicoteado desde adentro por estas clases altas sin sentido de Nación y Patria. Además, en su forma democrática reformista pequeño burguesa, donde las ventajas burocráticas de las instituciones las tenían estas clases altas.

Pero la experiencia es muy importante, si es que se sistematizan los fracasos para volver a empezar con otros derroteros realmente populares y revolucionarios. Porque la pobreza, la miseria, la ausencia de oportunidades de trabajo y negocios para las nuevas generaciones es la característica generalizada en nuestras realidades.

Los cambios sociales siempre serán las posibilidades ante las injusticias, ante las soberbias del poder y sus corruptas maneras de gobernar. Mientras no se resuelvan los factores estructurales y económicos de nuestro país, los cambios y revoluciones estarán a la vuelta de la esquina de las historias que vienen.

Vemos que la inoperancia institucional frena la justicia básica, que la corrupción galopante destruye los tejidos sociales del país. En suma, otro fracaso más de un intento que podría haber sido una oportunidad de cambiar los temas estructurales de la historia de Bolivia.

Las nuevas generaciones tienen el deber de conocer la historia de los cambios sociales, de las revoluciones que han sido el sentido mismo epistemológico de la existencia de los pobres. Aquello que da el sentido a la vida, como corpus social e individual. Porque en los cambios sociales y revoluciones, los pobres y marginados de la historia tienen sentido como existencia. En esas explosiones sociales donde la autoestima histórica se hace fundamental en las clases subalternas.

Sin embargo, esos procesos sociales de avanzada no son fáciles ni se realizan en el azar y la suerte de la historia. Todo lo contrario. Como en todas las épocas de la llamada historia, son fundamentalmente procesos de toma de consciencia: frente a los acontecimientos de la sociedad y frente a la destrucción del patrimonio de la Nación y la Patria. Y si esos procesos de toma de consciencia permiten construir alternativas reales, desde la política y la ideología, a los sectores populares y marginados del país.

El mundo atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia. Los peligros son evidentes, cuando se restauran visiones imperiales y racistas desde el norte dizque democrático, civilizado y educado. Nuestro país requiere de personas altamente comprometidas con el país profundo. Además de patriotas y con sentido de Nación. Dispuestas a colgar corruptos en las plazas públicas del país. Y dispuestas a nuevos sacrificios para seguir construyendo Bolivia.

Opinión
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Camacho: la rebelión, la fe y el olvido

Hay momentos en la historia en los que la lógica se quiebra, en los que los cálculos políticos se hacen trizas, y los pueblos se encuentran siguiendo a un líder que jamás estuvo en el libreto del poder. Así fue la aparición de Luis Fernando Camacho en la escena nacional. Así irrumpió en la conciencia colectiva de Bolivia, como una tempestad nacida en Santa Cruz, con una Biblia en alto y una promesa de libertad.

Camacho no fue obra de un partido ni de un plan político. Fue un instrumento. Un hombre elegido (sí, elegido) para cumplir un propósito que iba más allá de él mismo. En un país sumido en la desesperanza, él encarnó la resistencia, la rebelión moral, el despertar de una nación que había perdido la voz entre decretos, pactos oscuros y una política transformada en culto a la mentira y a la personalidad.

Pero para entender la profundidad de lo que ocurrió, hay que volver un poco más atrás. Hay una escena que pasó casi desapercibida en medio del caos, pero que contiene una clave espiritual ineludible, en la que García Linera, en toda su arrogancia, entró al Palacio con una Biblia en la mano y la leyó mal ante los medios. En su afán de mostrarse ilustrado y pavonear su “superioridad” intelectual, no se dio cuenta de que estaba cumpliendo, sin saberlo, el primer acto del regreso divino a Palacio. La Biblia volvió a la casa del poder, no con Camacho como muchos creen, sino que días antes el enemigo la metió con sus propias manos.

Y como en tantas historias bíblicas, Dios usó al impío para abrir el camino. Desde ese momento, algo empezó a agitarse en el mundo invisible, fue el punto de inflexión. Una corriente espiritual empezó a recorrer Bolivia, como un río que crece, y lo que siguió fue un despliegue de hechos difíciles de explicar sin esa dimensión espiritual.

La renuncia del caudillo cocalero fue un acto de desconcierto absoluto. Los siguientes en la línea de sucesión, uno tras otro, renunciaron con una extraña docilidad. Se esfumaron, como si una mano invisible los hubiese dispersado. ¿No fue acaso esa confusión el mismo signo que en tantas historias bíblicas precede a la caída de imperios? Es la misma estrategia del cielo que confundió a los enemigos del pueblo elegido.

Luis Fernando fue el David que desafió a Goliat. Un joven cruceño que se atrevió a romper el guion escrito por el socialismo de manual y la tibieza cómplice opositora. Y Bolivia lo siguió por fe, porque encarnaba el deseo de volver a la verdad, al esfuerzo, a la luz.

Pero el pecado de Camacho no fue político, fue espiritual. Se creyó autor de la obra que solo debía ejecutar. Confundió ser elegido con ser imprescindible. Olvidó que David jamás atribuyó su victoria a su brazo, sino al Señor que lo respaldaba. Camacho, en cambio, cayó en la tentación de la vanagloria. Declaró, en voz alta y frente a los suyos, que él y su papá lo habían logrado todo. No reconoció al Dios que había abierto las aguas, al menos no en su corazón.

Y luego el juego político. La grabación de Pumari, el compañero de lucha, convertido de pronto en enemigo por desconfianza, por ambición, por cálculos que nunca debieron tener lugar en una misión sagrada.

La Biblia que creímos que volvió al palacio con Camacho, ya había regresado antes como advertencia, pero su presencia no se consolidó. El poder transitorio no supo qué hacer con ella. Los que asumieron la transición estaban confundidos, inseguros, perdidos entre la fe que los había traído, la ambición que los corroía y los pactos que el sistema exigía.

Hoy Bolivia vive la degradación de esa traición a lo divino. No ha dejado de ser un Estado donde la mentira camina por la plaza con el pecho inflado de impunidad, donde la moral esta ausente, y donde gobernantes, ministros, diputados y dirigentes compiten por el trofeo a la ineptitud y la riqueza que otorga lo fácil.

Camacho está en la cárcel, y tal vez allí, en el silencio de su celda, esté encontrando el verdadero sentido de su llamado. Como tantos otros elegidos que fueron llevados al desierto para ser purificados, quizás ahora entienda su rol y cual fue (o es) su papel en la historia. Pero algo nos recordó, y es que Dios está aquí, pendiente de Bolivia.

No hemos sido abandonados. Porque aún hay quienes oramos para que la bondad divina del Creador vuelva a palacio.

Opinión
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Encuestas ¿para qué?

El principal bloque opositor electoral ha dado a conocer que efectuarán  tres encuestas para elegir a su candidato en vistas a las probables elecciones generales de agosto, formularán cinco preguntas y estarán incluidos candidatos, no candidatos, opositores, oficialistas y paraoficialistas. 

De pronto les dio un ataque de demorragia, sin mayor explicación deciden cobijar en su consulta a todos, derraman democracia a raudales, con ello,  más que operar con seguridad y denotar que gozan de una buena salud política, desnudan una actitud que podría ser vista como impericia para enfrentar las circunstancias y las necesidades del momento. 

Lo decidido desorienta a la ciudadanía, que no sabe cómo se encausarán  los resultados de dicha consulta porque sus objetivos están desdibujados y sus consecuencias peor, se preguntan si habrá un candidato  único opositor o ratificará la distancia entre ellos, o legitimará a los autoritarios o les otorgará la calidad de opositores a los paraoficialistas. 

¿Cuál es el objetivo de la encuesta que incluye a candidatos y a no candidatos sin distinción? Como están las cosas será una medición de todo, tal vez por ahorrar recursos quisieron medirse ellos mismos y medir sus fuerzas frente al resto, pero  bien saben que eso se hace después, cuando ya hay candidato, lo otro les ocasionará muchas dificultades. 

La inclusión de Evo Morales es una torpeza, porque asumen el papel de legitimadores de un perseguido por la justicia por la comisión de delitos comunes y que es objetado por el propio evismo. Que sea la oposición que le reconozca la calidad de competidor electoral como si nada hubiera pasado es política, legal y moralmente objetable.  

Su inhabilitación por un referéndum ciudadano, por fallos emitidos por el Tribunal Constitucional y por opiniones expresadas por organismos internacionales dejan en claro que la reelección no es un derecho político, por lo que, incluir a una persona que no tiene la posibilidad constitucional ni legal de ser candidato  tiene un efecto perverso que asfixia a la democracia y le dan oxígeno al autoritario para seguir convulsionando al país. 

Introducir a Andrónico Rodríguez, que aún no es candidato pese a las señales emitidas por sus parciales, es hacerle un favor develándolo como tal y liberando al oficialismo de una responsabilidad que solo a ellos debería corresponderles. En el caso de Arce Catacora lo propio, además, al incluirlo en su encuesta gastan pólvora en gallinazo. 

A Reyes Villa, le otorgan la condición de opositor cuando ha dado muestras de tener una relación con el oficialismo, olvidan que ha sido liberado, por un fallo inédito, de 12 procesos penales en combo, en los que era acusado por hechos de corrupción y no por temas de orden político. Estos beneficios de impunidad sólo se pueden lograr por acuerdos encubiertos con el poder político. 

Chi Hyun tiene un caudal electoral concentrado en el voto cristiano y conservador que en el pasado apoyó a  Morales Ayma que ahora esta de capa caída y ya no les es útil, entonces esa votación se reencauzará ideológicamente y apoyará a quien los represente mejor, en consecuencia ¿Las encuestas opositoras tienen el propósito de potenciar al candidato coreano y reordenar el tablero electoral sin tener competencia para ello?  

Aquí no terminan los problemas, que pasaría si un oficialista o paraoficialista recibe un apoyo mayor frente a los candidatos del bloque opositor ¿en apego a su espíritu democrático, apoyarán al mejor posicionado sin importar su condición? y, si no lo hacen, no se dan cuenta que de salir  segundones exhiben una debilidad extrema frente a sus eventuales contendientes. El  mensaje no será de victoria sino de una derrota anticipada. 

Supongamos que todos estos problemas no son tales y son superados por el bloque opositor ¿Qué sucederá si las tres encuestas tienen diferentes ganadores, cómo se resuelve esta diferencia? Es posible entonces que al no encontrar una salida, cada aspirante se sienta el elegido y sin ninguna atadura para lanzarse al ruedo ¿nos están dando el mensaje anticipado de que habrán varios candidatos del bloque opositor electoral? 

Finalmente, si las encuestas se inclinan por un solo candidato y los otros reconocen su derrota, el escenario no será de unidad sino de adhesión, como muchas veces lo ha dicho alguno de los aspirantes. ¿El resto se adherirá al candidato ganador y le otorgará todo el poder de decisión en lo programático? Difícil. 

La situación se enturbia más si ese mesías gana las elecciones, la futura gestión gubernamental será manejada discrecionalmente ante la furia de sus aliados o exaliados, de igual modo, si no llegan a la Casa Grande del Pueblo ¿como se conducirán en el parlamento? 

Las encuestas anunciadas tienen demasiadas debilidades y son preludio de muchos conflictos que podrían desdibujar a la oposición en sus planes y proyectos, porque la unidad, de principio, tuvo una gran dificultad, todos los aspirantes apuntaron a elegir al mesías no a la causa, nunca debatieron un programa mínimo de lucha y unidad que sea la base de su accionar para después recién elegir al candidato que debería ser el que mejor exprese a ese programa. 

Los pueblos no solo exigen candidatos y programas coyunturales en respuesta a temas instalados en el día, requieren de ideas fuerza que van más allá y se instalan en el sueño a ser alcanzado, máxime si el fracaso del estado plurinacional les obliga a dar una respuesta histórica y de periodo. 

De haber seguido esta ruta, la encuesta o una elección primaria posterior, hubieran gozado de gran credibilidad y legitimidad otorgándole una poderosa fuerza al elegido y a la conducción política, sobre la base de afinidades programáticas.

La encuesta no es el mejor camino pero esta lanzada y puede ser mejorada, están a tiempo para efectuar rectificaciones que les de credibilidad. El bloque opositor electoral tiene aún la oportunidad de dar un salto cualitativo en busca de una unidad programática y elaborar una mejor encuesta para elegir a su candidato.

Desde el Sur
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Neofascismo en Estados Unidos

El caudillo neofascista elegido en los USA como presidente, conlleva los enormes peligros que el mundo corre en estos tiempos turbulentos. Como todo caudillo, tenemos experiencia de sobra en el sur del mundo, carga todo lo nefasto de la política patrimonialista. Es decir, considerarse dueños de todos los rincones del Estado, para corromperse y destruir lo colectivo: porque el Estado somos todos.

Aquel país supuestamente ícono de la democracia moderna, ejemplo de la civilización occidental y su cultura capitalista moderna, es hoy una rémora de todo ese mito y discurso que compartían las clases altas de América Latina, seas estas de derecha e izquierda. Y la ideología social darwinista fue la base de sustentación, para destruir toda herencia prehispánica en nuestros territorios.

El caudillo gringo, un ignorante y prepotente comerciante, es ciertamente la punta del iceberg de una corriente ultraconservadora y totalmente retrógrada respecto de las conquistas sociales del mundo. Corriente retrógrada, llena de odio y resentimientos contra lo distinto, contra visiones del mundo que no precisamente son anglosajonas y blancas, en costumbres y maneras de ver el mundo.

Cuando se pensaba que la historia del mundo había superado con creces, a las tragedias de los fascismos de toda laya, allá al terminar la segunda guerra mundial, pues hoy somos testigos de la resurrección de los fascismos en dónde se piensa todavía, que aún tienen las democracias más modernas posibles. Los fascismos regresan convertidos en neofascismos. Es decir, más peligrosos que sus anteriores raíces. Hoy cuentan con las tecnologías de punta en armas y mecanismos de comunicación, para adormecer a las masas y hacerlas esclavas de sus delirios más peligrosos.

La expulsión de migrantes, en las condiciones más humillantes posibles, el apresamiento de estudiantes que tienen legalidad; pero que son contrarios a los abusos de poder, muestran facetas abiertamente neofascistas. Todos los ministros o burócratas que le acompañan al caudillo, reaccionan insultando a la prensa o a quiénes se animan a criticar estas cavernarias maneras de gobernar dicho país. La libertad de expresión está en peligro, como no se había visto desde los nefastos acontecimientos de la época nazi, en los años 30 del anterior siglo.

Por el sur del mundo, lugar de caudillos ignorantes y bravucones, acostumbrados a sus clases altas admiradoras de los civilizados del norte, también hay temblores políticos. Imitadores del caudillo gringo aparecen en el escenario de muchos lugares. Milei es el más representativo, es el más empeñado en que la restauración señorial conservadora tenga efectos y resultados concretos por estos lugares del mundo. Es cierto, al final estos señoriales son los descendientes del colonialismo de los siglos XVI adelante. Son los hijos de la civilización de occidente.

Con las elecciones en estos años, aparecen y aparecerán más imitadores del caudillo del norte. Suponen que ha llegado la hora de restaurar lo señorial e imperial, aun a costa del sufrimiento del mundo. En Bolivia ya empiezan a aparecer los pequeños Milei, que se prestan a ser los lacayos del caudillo del norte. Los discursos de restauración y de poner en orden la economía, son precisamente esos que se dicen en el norte. Pero que son mensajes de las órdenes que vienen de oficinas, conocidas desde el siglo XX, donde los burócratas de la muerte suelen enviar a sus sirvientes por estos lados del mundo.

La resistencia a estos flagelos de la muerte, será otra vez esencial en estos tiempos. Resistencia activa por todo el mundo: protestas callejeras, protestas en las redes sociales, protestas en todos los países directamente afectados por las torpezas imperiales del caudillo gringo. Se tiene que globalizar la lucha y la resistencia, si es posible en unión de países, de trabajadores y sindicatos organizados de manera internacional.

Por razones éticas y morales no se puede dejar que la soberbia ignorante, prepotente y neofascista se imponga a las malas en todo el mundo. El peligro de dejar pasar estos atropellos contra la humanidad, es la restauración de todo lo superado y vencido en siglos de lucha y enormes sacrificios de la humanidad. No se puede traicionar la sangre y el sacrificio de millones de seres humanos, que pusieron sus vidas en función de mejor vida de las generaciones venideras. Y estos neofascistas gringos quieren destruirla de manera brutal e imperial.

Aquí ya no cuentan las izquierdas y derechas de cuello blanco, que son también señoriales desde nuestras experiencias autóctonas. El internacionalismo trabajador y de pueblos ancestrales, que tienen experiencia en resistencias a colonialismos e imperialismos, serán los que lleven las banderas de la resistencia. No sólo está en juego la dignidad de nuestros pueblos, sino realmente el futuro de la humanidad.

Han despertado y regresado los resabios de los colonialismos e imperialismos del siglo XVI. Esos resentimientos del odio hacia lo distinto. Esos social darwinistas y supremacistas racistas, que quieren un mundo a imagen y semejanza del Ku klux klan. Entonces tendrán más Vietnam y Palestina incluso en su propio territorio.

Opinión
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Ruina Institucional, Cap. 1: Fuerzas Armadas

Hay algo profundamente obsceno en ver a los altos mandos militares desfilar al ritmo de los discursos del poder político, demostrando que la dignidad de las Fuerzas Armadas fue intercambiada por una promoción y quien sabe que más. En Bolivia, la desinstitucionalización es un proyecto macabro y deliberado. Se ha vaciado a la institución militar de doctrina, de honor, de tradición, de orgullo profesional y patriótico, para convertirla en una suerte de “sonso útil”. Se nombran comandantes de pocos merecimientos, que cada cierto tiempo son traicionados y usados como fusibles por el mismo gobierno que los promueve.

A riesgo de generar ataques epilépticos en alguna gente, quiero contrastar esto con nuestro vecino, Chile, donde las Fuerzas Armadas no solo son respetadas, sino que respetan el orden institucional y constitucional. En Chile, la doctrina de Estado se impone sobre la política coyuntural. La institucionalidad militar chilena, criticada a veces por su rigidez, ha sabido ser una barrera firme contra los excesos del poder. Cuando un gobierno gira demasiado a la izquierda o a la derecha, no lo hace sin sentir el frío metálico del sable apoyado en su nuca. Sabe que hay una estructura llena de orgullo y honor detrás, que no está dispuesta a prostituirse por cuotas de poder. No es que en Chile los militares manden, sino que su sola existencia, con autonomía y doctrina, disuade la tentación autoritaria.

Para alguien que ha llevado una vida entera de sacrificios, de entrenamiento riguroso, de códigos de honor, es un insulto que un grupo de personajes circunstanciales, y muchas veces sin méritos propios, decida sobre su destino profesional. Que la Asamblea vote si un coronel merece o no el ascenso, como si se tratara de un nombramiento en cualquier comisión camaral, es una aberración institucional. El uniforme se lo gana con años de persistencia y perseverancia, no con votos.

Al igual que Bolivia, los militares necesitan una desintoxicación. Volver al principio elemental, donde los ascensos se decidan dentro de las Fuerzas Armadas, por comités profesionales, con criterios técnicos y trayectoria verificable. Que el presidente solo le ponga la firma, como quien bendice un proceso legítimo que no le pertenece. Que la política mantenga sus manos lejos. Porque solo una institución militar independiente puede cumplir su misión constitucional de custodiar el Estado, también, cuando los gobiernos lo traicionan.

Las Fuerzas Armadas deben ser autónomas e implementar una doctrina coherente, no para gobernar, sino para evitar ser gobernadas por la política. Y mientras sigamos viendo generales buscando ascensos y mendigando favores, sabremos que la derrota de nuestros soldados no ocurrió en el campo de batalla, sino en los pasillos de la Asamblea Legislativa.

Opinión
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Programa de lucha y de unidad

La campaña preelectoral iniciada por los aspirantes a la presidencia con gran ahínco sigue su curso ascendente a la par que persiste el divorcio con los conflictos sociales que transitan por cuenta propia. El proceso electoral y la crisis integral siguen caminos diferentes, pese al esfuerzo gubernamental de utilizar la crisis en beneficio propio.

La reunión convocada por el presidente Arce, en días pasados, ayudó a desenmascarar a qué bloque pertenecen los precandidatos, más allá de sus poses, declaraciones o aspavientos.

Contribuyó también a dejar en claro que, ni en el oficialismo ni en la oposición habrá una sola opción. En ambos bloques aparecen varios aspirantes en disputa que han iniciado una lucha interna que va de feroz a picante. Los perfiles que se dibujan unos son explícitamente confrontacionales y otros arteramente disimulados.

El oficialismo “oficial” -valga la redundancia- esta fisurado e inmerso en controversias llenas de odio entre sus fracciones, en tanto que el oficialismo encubierto clasemediero, acomodaticio e inescrupuloso se presenta con un rostro hipócritamente dialogal y dispuesto a todo con tal de obtener una victoria electoral.

La oposición variopinta, se ha dedicado a proponer fórmulas unitarias electorales en vistas al mes de agosto, pero en el trayecto se están inflingiendo algunos topetazos, que de profundizarse podrían inviabilizar la deseada unidad, con la agravante que la búsqueda de ese mecanismo técnico para elegir al candidato único se lo hace sin ninguna aproximación programática que garantice acuerdos duraderos no sometidos a la decisión del aspirante.

La ausencia de una visión integral del periodo y de soluciones en la misma dirección anuncian precariedades de alta inestabilidad, agudizadas por su negativa a esclarecer su posición sobre el estado plurinacional fracasado o con tímidas declaraciones que no atinan a proponer un modelo estatal alternativo.

La suposición de que una victoria electoral reordenaría al país y las soluciones se darían mecánicamente producto de la elección de un presidente opositor sin tomar en cuenta de que las urnas son necesarias pero insuficientes para gobernar, les impide percibir los peligros conspirativos del día después de la elección

La unidad electoral en las actuales circunstancias, parece difícil, por las aspiraciones desatadas, pero si se diera no es garantía de que las elecciones se realicen con limpieza y sometidas a las reglas de juego preestablecidas.

Sin embargo esta deficiencia, podría convertirse en una gran oportunidad para que las fuerzas políticas opositoras en contienda, sin renunciar a sus aspiraciones electorales, se aproximen para enfrentar la crisis actual e incidir en

un arribo más o menos confiable a las urnas, sobre la base de acuerdos puntuales, que les permitirían vincularse con la ciudadanía y constituir una conducción política ante cualquier emergencia y ser el cimiento de futuros acuerdos de gobernabilidad democrática, imprescindible para cualquier gobierno.

La ciudadanía exige una respuesta unitaria a la crisis política, económica, social y moral que agobia a los bolivianos y que cotidianamente esta provocando estallidos espontáneos e incontrolables de protesta que de no ser canalizados adecuadamente podrían ser utilizados por la dictadura para afectar el desarrollo del proceso electoral mismo.

Acaso no se dan cuenta que las respuestas están en la calle y solo requieren ser cohesionadas en un ideario que permitiría visibilizar una conducción política legitimada en el fragor de la contienda.

Es necesario vincular la lucha electoral con la lucha política contra la crisis y que los candidatos recojan las propuestas ciudadanas y las conviertan en un programa de lucha y de unidad para el periodo.

El grupo político que mejor interprete las aspiraciones del pueblo será reconocido desde abajo y podrá proponer un candidato que represente esas luchas con un alto grado de legitimidad, querer reemplazar la decisión ciudadana por mecanismos técnicos es ofensivo.

Las elecciones por lo tanto no son el punto de partida que desarrollará un proyecto alternativo de poder sino la culminación de una contienda y el momento inaugural de la cristalización de un periodo histórico democrático en reemplazo de la dictadura plurinacional.

Desde el Sur
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