Blog de Gary Rodríguez Álvarez

Un ídolo ha muerto…

Diego Armando Maradona murió el 25.11.2020. Cuando nadie lo esperaba partió de este mundo con apenas 60 años. La noticia hizo estallar las redes sociales mostrando la desazón de sus seguidores. El fanatismo por el futbolista argentino hizo que por su muerte se produjeran inesperadas reacciones, muchas al borde del delirio.

Pasando por alto la legendaria trayectoria de otro futbolista brasileño -el “Rey Pelé”- y a otro renombrado futbolista argentino, Lionel Messi, mucha gente no solo proclama a Maradona como el mejor jugador de la historia sino que ha llegado a endiosarlo. Parecería una exageración decirlo, pero con Maradona todo fue exagerado: el hombre se dio modos para salirse con la suya, casi en todo.

Basta recordar el Campeonato Mundial de Fútbol de 1986, cuando en el partido contra Inglaterra, Maradona llevó al triunfo a la Argentina metiendo un gol con la mano. Lo grave de ello no fue que el árbitro convalidara el gol, seguramente porque no vio la falta, sino que el propio Maradona reconoció luego en varias entrevistas su astucia, agradeciendo que el gol fue por “la mano de Dios”.

Pero el engaño no quedó ahí, se lo exaltó más bien en grado sumo, con una canción de un tal Rodrigo -titulada “La mano de Dios”- en la que se dice cosas terribles, que muchos en su ignorancia cantan a viva voz:

“Carga una cruz en los hombros por ser el mejor. Por no venderse jamás, al poder enfrentó. Curiosa debilidad, si Jesús tropezó, por qué él no habría de hacerlo. La fama le presentó una blanca mujer de misterioso sabor y prohibido placer, que lo hizo adicto al deseo de usarla otra vez”.

Maradona despertó este tipo de pasiones al extremo de ser comparado con Jesús y reducir a Dios, a su estatura.

Toda su vida estuvo llena de sobresaltos y excesos; su hija escribió un libro bajo el título “Hija de Dios”, refiriéndose a él, por supuesto (“Vivió en Europa hasta los 6, le regalaron un 0 km a los 12 y escribió un libro, Hija de Dios: la vida de Dalma Maradona”, Infobae.com, 31.03.2018).

Maradona fue idolatrado por personas necesitadas de sentirse realizadas con el éxito de un tercero, al extremo que estando vivo aún, fue creada la Iglesia Maradoniana que hoy cuenta con unos 50.000 miembros en todo el mundo: “Nuestra religión es el fútbol y, como toda religión, debe tener un dios", explicó uno de sus fundadores (“Iglesia Maradoniana: pasión y magia con las que Diego jugó al fútbol”, eltiempo.com, 25.11.2020). Ahora que partió, ojalá descanse en paz, agarrado de la mano de Dios...
 

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Contrabando: destierro y pena de muerte

El contrabando está matando a la producción nacional, está afectando a los productores del agro, lo que sumado a las consecuencias de la cuarentena por el Covid-19 está provocando el cierre de predios productivos, destruyendo empleos, poniendo en riesgo la salud humana y perjudicando la reactivación de la economía del país. Así se expresaron varios subsectores de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) al declararse en emergencia en una Conferencia de Prensa en Santa Cruz (18.11.2020).

El masivo ingreso ilegal de alimentos desde países vecinos pone en figurillas a los productores nacionales, tanto del Oriente como del Occidente. La papa contrabandeada desde Perú; las carnes de pollo y cerdo, lácteos, aceites, maíz y sorgo, desde Argentina; los embutidos, carnes, lácteos y azúcar desde Brasil, son un dolor de cabeza.

Las pérdidas para el sector son astronómicas. Según la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (PROMASOR), el ingreso de 130.000 toneladas de maíz contrabandeado este año desde la Argentina significa, no solo la pérdida de mercado, sino también el gasto de 22 millones de dólares para traer maíz transgénico argentino que compite deslealmente con el maíz boliviano, haciendo bajar su precio, mientras al productor nacional no se le permite producir con esa misma tecnología. Triste paradoja ¿verdad?

Por su parte, la Asociación Departamental de Porcicultores de Santa Cruz (ADEPOR) denunció el contrabando de más de 150 toneladas/mes de carnes y embutidos desde Argentina y Brasil por un valor de 5 millones de dólares.

A ello hay que añadir que las ferias y mercados están abarrotados de alimentos y bebidas alcohólicas contrabandeadas, por Navidad y Año Nuevo.

Lamentablemente, en Bolivia hay condiciones objetivas que promueven el delito del contrabando: un dólar muy barato; devaluaciones en derredor; un mercado de precios en el país que busca lo económico antes que la calidad o seguridad del producto; extensas fronteras; distorsión del Tráfico Vecinal Fronterizo; una profunda cultura de evasión fiscal, y permisividad de las autoridades en países vecinos. El hecho es que este problema no atañe solo a la Aduana sino también al SENASAG, a las Alcaldías, a los comerciantes inescrupulosos y consumidores que compran de contrabando, por eso lo atávico del asunto.

¿Sabía Ud. que Simón Bolívar emitió en 1825 un Decreto estableciendo el destierro para el contrabandista, y para los funcionarios públicos involucrados, la aplicación de la pena capital? Pero…¡ni aún así!

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Nos unimos o nos hundimos

Empieza a escribirse un nuevo capítulo en la historia de Bolivia. ¿Qué tal si aspiramos a un país donde la pobreza sea cosa del pasado; la ignorancia y el analfabetismo funcional, superados con la buena educación; una mejor calidad de vida, basada en una adecuada alimentación y medicina preventiva; el desempleo atávico y el empleo precario, convertidos en pleno empleo; con oportunidades de progreso absolutamente para todos, y todo ello en un ambiente de legalidad y formalidad?

Es posible hacerlo, muchos países en el mundo están avanzando por la senda del desarrollo combinando políticas sociales con inteligentes políticas públicas que las apuntalan, ya que su sostenibilidad depende de un fuerte respaldo económico.

Todos debiéramos aspirar a forjar un país donde esté garantizada la posibilidad de recibir una moderna educación que prepare a nuestros hijos para lograr una profesión o un oficio que el día de mañana les permita hacer su propia empresa o lograr un trabajo digno y perdurable contemplando todas las prestaciones sociales que la ley manda.

Un país donde prime la libertad y la iniciativa privada, donde no se viva en zozobra y la justicia social esté dada por las oportunidades que el Estado prodigue a todos los ciudadanos. Un país donde la mejor política económica para el empresario sea el dar seguridad jurídica a la inversión, seguridad de mercados para la producción y la seguridad de que las políticas públicas serán las adecuadas para hacer posible lo anterior. Un país donde la mejor política social para el jefe de familia sea garantizarle el acceso a un empleo digno y bien remunerado, en mérito a su alta productividad como mano de obra calificada.

Administrar un país con un frente externo adverso por la recesión y el rebrote del Covid-19, con un frente interno complicado por la recesión de la economía, será difícil. Para superar este contexto, la unidad de todos los bolivianos resulta una condición mínima indispensable.

“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”, dice este pensamiento atribuido a Martín Fierro, que nos viene bien con carácter de advertencia para los difíciles tiempos que nos toca vivir. Si se lo sigue de aquí a unos años podríamos decir: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía”. Hagamos bien las cosas para llegar a ser un gran país. De nosotros depende: nos unimos o nos hundimos.
 

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El fantasma de la devaluación

Una nueva administración gubernamental habrá en el país y es de esperar que sea para bien de todos los bolivianos, pensando en el futuro de nuestros hijos.

El trabajo será arduo porque el escenario económico mundial no es el más auspicioso debido al negativo impacto del Coronavirus y su rebrote actual.

De otra parte, está la álgida situación económica, política y social en Bolivia, a lo que habrá que sumar las exageradas expectativas de una parte de la población que quiere revivir los mejores tiempos de la bonanza mundial que ya acabó; y, las negativas expectativas en otros, sobre el derrotero del nuevo gobierno.

Muchos están preocupados por su salud (Covid-19), por recuperar su empleo perdido -o conservar su fuente de ingresos- pero si hay algo que inquieta a todos, es que pueda haber una devaluación porque ello afectaría su poder adquisitivo.

La gente se acostumbró al tipo de cambio fijo desde fines del año 2011, dando lugar a una estabilidad económica respaldada por las Reservas Internacionales Netas (RIN) que crecieron a niveles históricos, gracias a las ingentes cantidades de dólares que entraron al país durante el auge mundial a partir de las exportaciones, las remesas de nuestros compatriotas, la colocación de bonos en el exterior y la inversión extranjera. Pero, eso ya es historia…

El nuevo gobierno se enfrenta a dos camisas de fuerza: el precio artificialmente bajo de los combustibles (que debemos importar y subvencionar) y un dólar artificialmente barato (Boliviano sobrevaluado). A fines del 2010 se intentó subir el precio del diésel y la gasolina, pero fue tal el reclamo en las calles, porque “todo empezó a subir”, que el gobierno debió dar marcha atrás con su medida. Igual podría pasar con una devaluación: habría inflación y la gente se enojaría.

El problema es que si continúa el drenaje de divisas del país por diferentes causas (importaciones, desinversión extranjera, pago de la deuda externa, etc.), y los países más importantes para el comercio exterior boliviano siguen devaluando o depreciando sus monedas, nuestras RIN podrían bajar a un nivel tan bajo, que resultaría humanamente imposible impedir, que el dólar suba.

¿Qué hacer frente a este brete? Para no endeudarse más, innecesariamente, habría que apostar por las exportaciones no tradicionales (de bienes y servicios con rápida capacidad de reacción); sustituir importaciones (en sectores donde seamos competitivos) y atraer inversión (dando seguridad e incentivos). No hay secreto, así de facilito…
 

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Desafíos para el próximo gobierno

La economía boliviana cayó 11,11% a junio del 2020 por causa de la pandemia del Covid-19, informó el INE a través de su Boletín Estadístico – Octubre 2020.

La cuarentena implementada para precautelar la salud de los bolivianos afectó el normal desarrollo de las actividades económicas con un severo impacto sobre el sector productivo, comercial, de servicios, y la sociedad misma.

La estrepitosa caída del Producto Interno Bruto (PIB) al primer semestre se debió a los abruptos descensos en las importaciones (-31%), las exportaciones (-20%), la inversión (-17%), el consumo familiar (-6%) y del sector público (-3%).

En términos de actividad económica, el sector más afectado fue el de la construcción (-51%), seguido de: minería (-39%); transporte y almacenamiento (-18%); servicios (-16%); industria manufacturera (-13%); comercio (-11%); electricidad, gas y agua (-6%); petróleo y gas natural (-5%); y, establecimientos financieros (-4%). Su retroceso ocasionó un fuerte impacto económico y social.

Solo tres actividades crecieron al primer semestre: Comunicación (6,1%), por el uso de Internet para efectos laborales (teletrabajo) y educativos (clases virtuales) durante el confinamiento; Servicios de la Administración Pública (1,5%) y Agropecuaria (1,5%). Esto amortiguó la caída del PIB y de los ingresos familiares.

¿Cómo acabará la economía este año? ¡Solo Dios sabe! Nos irá mal, si se da un rebrote del Covid-19; si la demanda mundial no se reanima; y, si los bolivianos nos seguimos empeñando en bloquear nuestras posibilidades de desarrollo.

Con 289.000 desempleados hasta julio por causa de la cuarentena, y 434.000 contando el desempleo estructural…¡tamaño desafío que le espera al próximo gobierno!

Frente a la amenaza de consumar la peor caída de la economía en décadas, si no se encara políticas públicas valientes e inteligentes -urgentes, además- una severa crisis económica y un gran descontento social se avizoran, lo que no se podrá salvar con bonos ya que no habrá dinero que aguante…

Es de esperar que los futuros gobernante hayan asimilado la “lección aprendida” con estos números del INE: que el hombre puede dejar de hacer muchas cosas, pero nunca dejará de comer, para lo cual hay que producir alimentos...

El sector agropecuario, agroindustrial y agroexportador, con el sector forestal, tienen la capacidad de reacción inmediata para evitar una futura crisis, con la inversión, producción, empleos, ingresos, tributos y divisas que generen, en beneficio de todos los bolivianos.
 

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AMN

El modelo que Arce Catacora desconoce

Molestia y desconcierto causó en Santa Cruz el candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora, al decir que no conocía el modelo económico cruceño, pese a que por casi 14 años fue Ministro de Economía y Finanzas Públicas del gobierno anterior, habiendo defendido a capa y espada su Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo (Mesocopro) con un Estado benefactor, interventor, regulador, inversionista, planificador, empresario, banquero, nacionalizador, industrializador, empleador, redistribuidor; promotor de la demanda interna; inductor de inclusión social; gestor de ahorro interno para bajar el endeudamiento y generar superávit fiscal.

El Mesocopro funcionó gracias al auge mundial, la economía informal y las remesas externas que prodigaron una cantidad de recursos como nunca antes. El PIB nominal, de menos de 10.000 millones de dólares en 2005 superó los 40.000 millones (2018 y 2019) aunque deflactando su valor, apenas se duplicó comparado al del 2005. Durante el Mesocopro la industria bajó su aporte al PIB y éste nunca creció al 7% como lo hizo por 5 veces entre los años ´50 y ´70.

Bolivia se “reprimarizó”: la exportación de recursos extractivos y no renovables que no llegaba al 70%, subió al 80%; la pérdida de mercados provocó una desindustrialización en el sector textil, maderero, de calzados y lácteos. Así, Bolivia es hoy más vulnerable al depender de las materias primas e importar lo que antes exportaba. El manejo del tipo de cambio como instrumento antiinflacionario -fijo desde 2011- hace que sea más fácil importar que producir, provocando un déficit comercial de 5.000 millones de dólares desde el 2015.

El objetivo de bajar la deuda externa no se dio: de 2.208 millones de dólares en 2007 (luego de su condonación) superó los 11.000 millones en 2019. La deuda interna pasó de 2.950 millones de dólares (2005) a más de 6.300 millones (2019).

El orgullo del superávit fiscal, que sumó 2.511 millones de dólares (2006-2013), palideció luego frente al déficit fiscal por más de 15.000 millones (2014-2019): el Mesocopro fue insuficiente para generar ahorro interno.

Bolivia gastó más de 11.000 millones de dólares en 14 años importando gasolina y diésel, siendo que se podía producir biocombustibles con agrobiotecnología.

El 2018 ganamos el título mundial de la informalidad y la precariedad laboral, con más del 60% (FMI), por causa de los altos costos tributarios y sociales.

Las Reservas Internacionales Netas, de 15.000 millones de dólares en 2014, cayeron a menos de 6.500 millones (incluyendo 2.000 millones de bonos soberanos colocados en Wall Street a un interés de 100 millones de dólares/año).

La Inversión Extranjera Directa neta se fue a pique: en 2019 hubo una desinversión por -237 millones de dólares…¿por qué no vendrán capitales a Bolivia, no?

Eso, respecto al Mesocopro. Veamos ahora el modelo productivo cruceño...

El modelo productivo de Santa Cruz se basa en 5 factores: tierra, trabajo, capital, tecnología e institucionalidad. Sus valores son: libre iniciativa, individualismo, cooperativismo, mercado, integración y exportación. Santa Cruz no aspira a vivir del Estado, pide que si éste no va a ayudar, no perjudique...

Desde 2015 es el Departamento más poblado, superando los 3 millones de personas. La migración interna y la llegada de empresas a este polo de atracción, no paran.

El PIB cruceño supera los 12.000 millones de dólares; aporta con el 30% al PIB nacional y “jala” su expansión, al crecer más que éste. Gracias al modelo cruceño, basado en la agropecuaria, agroindustria y agroexportación, Bolivia es autosuficiente en alimentos: 74% del total se genera acá.

Santa Cruz significa el 25% de las exportaciones globales; más del 60% de las no tradicionales y 75% de la agroexportación. La exportación de soya transgénica aportó 10.000 millones de dólares, por 25 millones de toneladas desde 2006.

La pobreza que en Bolivia es del 37% y la extrema del 13%, en Santa Cruz es de 25% y 6%, respectivamente. La electrificación del 46% en 2006, ha pasado al 98%; el acceso al agua potable es del 96%; sus carreteras suman 6.300 km, gracias al modelo redistributivo de las regalías por parte del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz: 50% para obras en provincias productoras de hidrocarburos, 40% para las no productoras y 10% para pueblos indígenas.

Su Índice de Gini del 0,386 da cuenta de la mejor distribución del ingreso en Bolivia.

Esito es parte del “modelo cruceño”, aunque sus bondades son muchas más…
 

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Colas, fichas e indolencia pública

Lo que voy a relatar es real y lamentablemente sucede en nuestro país. Me lo contó un testigo de una situación que lacera el alma, ya que de por medio está la dignidad de nuestros viejitos que, en el último tramo de su vida, y cuando más protegidos deberían estar, no los estamos honrando como correspondería. 

En cierta ocasión hice notar que -pese a lo que se decía del país de las maravillas- el sistema público de salud dependiente del gobierno central era una calamidad, por la desconsideración en general, y para con los ancianos en particular, por los placebos que recibían para su dolor y las insufribles programaciones a semanas vista para acceder a un especialista, una intervención quirúrgica, etc., previa “cola” de madrugada para sacar “la ficha”, cuando -siendo asegurados y aportantes al efecto- deberían ser atendidos de la mejor forma.

Les cuento que igual pasa con la atención a la gente de la tercera edad en relación a los bonos estatales. La persona que estuvo en la Oficina de la Renta Dignidad en Santa Cruz vio algo que estrujó su corazón: ancianitos haciendo “cola”, sin bioseguridad, apiñados entre sí, tratando de protegerse del solazo, gente pobre en su mayoría (seguro sufren igual del frío y lluvia en otras ocasiones). 

Ahí se enteró por boca de ellos mismos que se ven obligados a hacer “fila” desde las tres de la madrugada para “sacar ficha” para sus trámites personalísimos ¿qué tal? ¡En pleno Siglo XXI, sacrificar así a nuestros mayores cuando la tecnología podría resolver esto! “Así nomás son las cosas, puede irse a quejar al rey de Roma si quiere”, le habría dicho un indolente funcionario (como si él no fuera a llegar a viejo un día).

Mucha gente llega del campo o viene de lejos para su trámite y cuántas veces no halla “ficha” porque otros le antecedieron en la “fila” (que ese día doblaba la esquina). Ahí se enteró que “hay gente que hace fila por cuenta de uno por Bs150”. Doblemente triste ¿no? Que haya quienes vendan su sueño para cobrar la reserva de un espacio y -más triste aún- que de su mísero ingreso un ancianito deba pagar dicho monto por estar enfermo, para evitar amanecer haciendo cola o el riesgo de andar a esa semejante hora.

Imagine esta escena: viejitos y viejitas tapándose sus cabezas con un cuaderno o un papel, a una temperatura que ronda los 40 grados a la intemperie cerca al medio día. ¡No pues! Los ancianitos merecen la mayor consideración de sus hijos, así como de las instituciones del Estado. Ojalá se resuelva esto, y pronto…
 

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155 Premios Nobel dicen “SÍ” a la agrobiotecnología

Para los líderes de Greenpeace, las Naciones Unidas y los gobiernos de todo el mundo (*)

El Programa de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas ha señalado que será necesario que la producción mundial de alimentos, piensos y fibra se duplique aproximadamente para el 2050 si se quieren satisfacer las demandas de la creciente población mundial. Organizaciones opuestas a la mejora vegetal moderna, con Greenpeace en cabeza, han negado en repetidas ocasiones estos hechos y se oponen a las innovaciones biotecnológicas en la agricultura. Han tergiversado sus riesgos, beneficios e impactos, y han apoyado la destrucción criminal de ensayos de campo aprobados y de proyectos de investigación.

Instamos a Greenpeace y a sus seguidores a volver a examinar las experiencias con cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología de los agricultores y de los consumidores en todo el mundo, reconocer las conclusiones de los organismos científicos competentes y de los organismos reguladores, y abandonar su campaña contra los OMGs en general, y contra el arroz dorado en particular.
Los organismos científicos y reguladores de todo el mundo han concluido de manera repetida y consistente que los cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología son tan seguros, si no más seguros, que los derivados de cualquier otro método de producción. Nunca ha habido un solo caso confirmado de un efecto negativo derivado de su consumo sobre la salud de los seres humanos o de los animales. Se ha mostrado en repetidas ocasiones que son menos perjudiciales para el medio ambiente y una gran ayuda para la biodiversidad global.

Greenpeace ha encabezado la oposición al arroz dorado, que tiene el potencial de reducir o eliminar gran parte de las muertes y de las enfermedades causadas por una deficiencia en vitamina A (DVA), con mayor impacto en las personas más pobres de África y el Sudeste de Asia.

La Organización Mundial de la Salud estima que 250 millones de personas sufren de DVA, incluyendo el 40% de los niños menores de cinco años en los países subdesarrollados. Las estadísticas de UNICEF muestran que entre uno y dos millones de muertes prevenibles ocurren cada año como resultado de la DVA ya que esta afecta negativamente al sistema inmunológico, exponiendo a los menores a un gran riesgo. La DVA es la principal causa de ceguera infantil a nivel mundial y afecta a entre 250.000 y 500.000 niños cada año. La mitad mueren en los siguientes 12 meses tras perder su vista.

LLAMAMOS a GREENPEACE a que cese y desista en su campaña contra el arroz dorado específicamente, y contra los cultivos y alimentos mejorados a través de la biotecnología en general.

Llamamos a los gobiernos del mundo a rechazar la campaña de Greenpeace contra el arroz dorado específicamente, y contra los cultivos y alimentos mejorados a través de la biotecnología en general, a hacer todo lo posible para oponerse a las acciones de Greenpeace y acelerar el acceso de los agricultores a todas las herramientas de la biología moderna, especialmente a las semillas mejoradas a través de la biotecnología. La oposición basada en la emoción y el dogma en contradicción con los datos debe ser detenida.

¿Cuántas personas pobres en el mundo deben morir antes de considerar esto un "crimen contra la humanidad"? Atentamente, 155 Premios Nobel
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(*) Carta Pública firmada por 155 Premios Nobel (médicos, físicos, químicos y economistas, principalmente) en apoyando la agricultura de precisión con semillas genéticamente modificadas (OGM) - https://www.supportprecisionagriculture.org/nobel-laureate-gmo-letter_rjr.html
 

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Economía, bloqueos, salud y vida

Pregunté por mi Perfil de Facebook, sobre cuál de estos temas me aconsejaban escribir: 1) Cómo reactivar la economía del país; 2) El bloqueo como método de lucha; 3) Cuando la salud y la vida no importan. Dado el álgido momento que vive el país -agredido y secuestrado políticamente- con gente muriendo por falta de oxígeno e insumos médicos, producto de los inmisericordes bloqueos en plena pandemia del Covid-19…¿qué creen que respondieron? Un 67% recomendó que hable sobre cómo reactivar la economía -seguramente- por el negativo impacto de más de cuatro meses de cuarentena sobre sus ingresos.

Esta priorización, que me pareció un poco insensible y me sorprendió inicialmente, me llevó luego a recordar que hace unas décadas el Latinbarómetro encuestó a muchas personas preguntando si estaban dispuestas a renunciar a parte de sus derechos, a cambio de que el gobierno las ayudara con su situación económica: sorpresivamente, más del 60% dijo que sí, a fin de mejorar sus finanzas y…¡ojo que esto pasó en varios países que salían de gobiernos militares!

Luego, recordé que al hacer mi Tesis de Maestría en Comercio Internacional -en relación a China, Taiwán, Corea del Sur (en Asia) y Colombia, Chile y Costa Rica (en las Américas) analizando sus políticas públicas desde los años ´50 en adelante- encontré como un rasgo repetitivo que ayudó a su desarrollo, el rol preponderante que jugó el Estado garantizando la continuidad de las mismas -con gobiernos fuertes aunque no necesariamente democráticos- para promover iniciativas empresariales privadas nacionales y extranjeras.

¿A qué viene esto, si el tema es reactivar la economía? Obedece a mostrar qué es lo que más le importa a la gente, pero también, que el éxito económico tiene que ver con la previsibilidad de las reglas de juego, el respeto a las leyes y a las instituciones, lo que no se da cuando unos cuantos quieren imponer sus caprichos por la razón de la fuerza antes que por la fuerza de la razón, provocando zozobra e inestabilidad que atentan contra su desarrollo.

El economista boliviano Carlos Hugo Barbery Alpire, en el interesante artículo “Iniciativas para desfibrilar la economía” publicado por el Centro de Diplomados en Altos Estudios Nacionales, reseña un vademécum de 40 medidas que habría que tomar para un sólido desarrollo de largo plazo. Para ello, el país debería tener la capacidad de ponerse de acuerdo a fin de avanzar con las reformas estructurales necesarias o contar con un gobierno fuerte dispuesto a hacerlo.

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Covid: Mercado, Estado y Solidaridad

Las voces de alerta sobre las graves consecuencias para la salud de la población por la pandemia del Coronavirus, no cesan; al mismo tiempo, los gobiernos en todo el mundo están en jaque por los negativos efectos sobre sus economías; cada día más gente sufre por la enfermedad, la baja de sus ingresos y, en muchos casos ya, la pérdida de su empleo.

Si bien es un fenómeno global, no es consuelo para Bolivia ver que a otros países les vaya peor que al nuestro, especialmente si en situaciones normales les iba mejor que a nosotros, por tanto, su capacidad de recuperación podrá tener mejores resultados.

Los pronósticos para Bolivia no son halagüeños, siendo que indicadores macroeconómicos cuyo desempeño desde la conclusión del auge en 2014 venían ya en picada -cuando debían estar subiendo- y otros que debían estar bajando iban en aumento, más bien.

Este es el caso del Producto Interno Bruto (PIB) -p.ej.- que luego de lograr en 2013 su pico más alto de los últimos 14 años -con un 6,8%- empezó a declinar hasta un estancamiento del 4,2% en 2017 y 2018, para luego registrar su expansión más baja de los últimos 19 años con sólo 2,2% por varios factores (incendios forestales en varios Departamentos, paro cívico nacional por tres semanas, cambio abrupto de gobierno, desórdenes sociales, etc.).

Si en el 2019 no nos fue tan bien como en años anteriores, lo de la gestión 2020 es desalentador no solo porque la recesión económica por de la pandemia del Covid-19 es un hecho, sino porque el Banco Mundial pronostica una caída del PIB boliviano de casi un 6%. De cumplirse este vaticinio, enfrentaremos la peor tasa de crecimiento en cuatro décadas, superando de lejos hasta los indicadores de la UDP (aunque, gracias a Dios, sin hiperinflación), con lo que el país perdería cerca de 2.500 millones de dólares, aunque si la pandemia recrudece, pudiera ser muchísimo más.

Veamos ahora la otra parte de esta historia: con la caída del PIB por una menor actividad productiva, comercial y de servicios, subirán el desempleo, la deuda interna y externa, y se podrá registrar un déficit fiscal histórico.

Sin embargo, como toda crisis plantea la posibilidad de hacer mejores cosas, basados en la buena fe, deponiendo intereses particulares, sectarios y las mezquindades políticas a las que nos tienen acostumbrados…¿por qué no forjar soluciones donde concurra no solo la “mano invisible del mercado”, sino también la “mano de la justicia del Estado” y la “mano fraterna de la solidaridad” (Michel Camdessus)?
 

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