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Día del Litoral boliviano en Estocolmo

El viernes 23 del presente mes, a las 12 horas a.m, se llevó a cabo, en Estocolmo junto al monumento “La Mano”, una ofrenda floral en conmemoración a los 139 años del Litoral boliviano arrebatado por el Ejército chileno el 14 de febrero de 1879. La embajada del Estado Plurinacional de Bolivia organizó el acto, en donde estuvieron presentes bolivianos y amigos latinoamericanos. El mes de marzo en Suecia es considerado como el primer mes de la primavera. El viernes pasado era un día típico de esa época con un sol tenue, un aire helado y la nieve derritiéndose. En medio de ese ambiente se lucieron la bandera boliviana, la bandera sueca, la Whipala y la bandera de la Reivindicación Marítima.

El personal de la Embajada obsequió, a los presentes, El Libro del Mar, una edición bilingüe español-inglés editada por la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar). Es una obra en donde sociólogos, economistas, abogados, historiadores y diplomáticos han contribuido con su conocimiento. Y han hecho conocer al mundo entero elementos claves y los compromisos que presidentes, embajadores y cancilleres chilenos ofrecieron a Bolivia para que obtenga una “salida soberana” hacia las costas del Océano Pacífico.
A la hora de acuerdo al programa se cantó la Marcha Naval de Bolivia. Acto seguido, Isidora Coria, encargada de Asuntos Consulares dio lectura a un documento y dijo entre otras cosas: “Ahora son otros tiempos en nuestra América Latina, somos un continente sin guerras ni confrontaciones bélicas porque creemos fehacientemente que podemos resolver nuestros conflictos de manera pacífica. Son tiempos en los que ya no pesan las decisiones de las metrópolis imperiales para obtener ventajas de nuestros territorios, de nuestros recursos naturales, y menos para enfrentarnos entre pueblos hermanos.

En este siglo XXI, los actores deben ser los pueblos, los pueblos quienes deben dar las lecciones de una diplomacia nueva, relaciones internacionales nuevas en base de los intereses de nuestros pueblos. El pueblo de Bolivia quiere que los mares le pertenezcan a los pueblos del mundo. La madre tierra no marco fronteras entre los pueblos hermanos, sino fueron los intereses coloniales, imperiales y dictatoriales. Ahora hay voluntad de los pueblos para resolver las diferencias que dejo la injusta y cruel Guerra del Pacífico de 1879.

Este 23 de marzo reafirmamos bajo estos tiempos de paz y de esperanza, que los pueblos saben reconocer sus problemas pendientes y someten sus diferencias a espacios de justicia internacional, por ello Bolivia ha presentado su demanda contra el hermano país de Chile ante la Corte Internacional de Justicia, como un medio pacífico y efectivo, para que la Corte juzgue y declare que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia un acuerdo de acceso plenamente soberano al Océano Pacífico”.

Palabras de fuego
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Reflexiones de Semana Santa

¿Alguna vez se ha preguntado qué es Dios para Ud.? Muchas personas que creen en Dios tienen la idea de que se trata de un viejito justiciero que anda de mal humor en el Cielo, debido a los pecados de su creación. No resulta fácil definir a Dios. Siendo un espíritu, resulta imposible definirlo humanamente. Para mí…¡Dios es amor!

Muchos piensan conocer a Dios y hasta dicen amarle, pero ¡cuán fácil es demostrar que no es así! En verdad, son pocos quienes le aman verdaderamente, sin saber que Él los amó primero. Y muchos más son quienes, pese al miedo inculcado por la religión, no dejan de andar en pecado.

Solo cuando el hombre llega a entender que por sus delitos y pecados estaba muerto espiritualmente, y que gracias al inconmensurable amor que tuvo Dios por el mundo sacrificó en la cruz a su único Hijo Jesucristo, para que todo aquel que en Él cree no se pierda y tenga vida eterna, solo entonces cambiará de vida y pasará a tener una relación estrecha con Él. Por el contrario, quienes se resisten a aceptar a Jesús como Salvador y Señor, renuncian implícitamente también al recurso del Espíritu Santo, sin el cual: no podrán tener una comunión perfecta con el Padre; seguirán en la corriente de este mundo viviendo acorde a la voluntad del espíritu que opera en los hijos de desobediencia; y, la consecuencia será su condenación eterna.

¡Cuánta gente perderá su salvación y su alma será atormentada por la eternidad al no saber que hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte! ¡Cuántos perderán su salud, familia y fortuna por ignorar o no creer que el diablo existe y que vino al mundo para hurtar, matar y destruir; y, por rechazar a Jesucristo, que murió por nosotros para darnos una vida abundante.

Una relación directa con el Dios verdadero solo es posible por medio de Jesucristo-hombre, muerto y resucitado, revelación que viene del Espíritu Santo, si el corazón está dispuesto. Cuando el hombre se reconcilia con su Creador y permite que el Espíritu Santo guíe sus pasos -con Jesucristo como único intermediario para llegar al Padre- entonces la relación Dios-hombre se manifestará con un cambio radical de vida.

La prueba de que Dios está en nosotros, es nuestro amor a Él, a nuestro prójimo y a nosotros mismos, y el estar dispuestos a amarnos unos a otros como Jesús nos amó. Si Dios nos amó hasta el sacrificio, igual debemos amarnos unos a otros. Recordémoslo en Semana Santa y siempre: el que no ama, no ha conocido a Dios, porque “Dios es amor”…

 

Santa Cruz, 28 de marzo de 2018

Buscando la verdad
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Realidad de nuestra pedagogía y educación (Parte I)

Se puede comenzar a escribir un artículo periodístico sobre la educación diciendo que ésta no marcha muy bien, o que está demasiado mal… Pero eso ya lo sabemos porque lo hemos oído y leído hasta el hartazgo; entonces ahora, cuando ya sabemos de la existencia de la herida, lo que queda es la proposición de la cura.

Si yo tuviese la oportunidad de ser magistrado, y tuviese a mi merced una estructura partidista seria y sobre todo patriota, propondría una reforma profunda, quizá demasiado profunda, lo necesario como para sentar nuevas bases que sean el sostén de una nueva forma de concebir la enseñanza. Me limitaré a hacer solamente algunas consideraciones sobre la educación escolar, porque mis días colegiales están cada vez más lejos en mi vida, y los veo por tanto con menos claridad como para opinar acerca de ellos con suficiente autoridad; hablaré un poco más extendidamente en cambio sobre la educación que se está impartiendo en nuestras universidades.

El niño boliviano, infortunadamente, crece con un conjunto de ideas erróneas o cuando menos sesgadas. Las escuelas tienen intereses, como toda corporación, y por tanto inculcan a sus estudiantes conceptos que, además de ser alejados de la realidad, están obsoletos porque los profesores de colegio raras veces son investigadores. Además, estos conceptos pueden estar en una situación de alineamiento; estoy hablando del uso político que se le da a la historia. Cuando el estudiante está por elegir una carrera o un oficio, está tan perdido que no sabe si realmente nació con un propósito. ¿Cuál la solución, entonces, y en pocas palabras? Dad al niño una educación humanística; que ame la cultura universal y las generalidades de las artes y las ciencias; al mancebo que se alista para su vida de universidad, en cambio, dadle una educación más especializada, en armonía con sus potencialidades y fortalezas, y si no las tiene, ¡enseñadle a tener una! Es por eso que creo y seguiré creyendo en la necesidad de un proyecto de renovación educativa con asesoría de expertos extranjeros, verdaderos peritos en pedagogía. El proyecto, claro está, deberá dirigirlo un boliviano humanista, diríase un artista o científico.

La situación en las universidades se presenta más complicada, pero paradójicamente, a mi modo de ver, más fácilmente de arreglar. No hablaré de la corrupción de las universidades estatales (y aún de las privadas) ni de sus problemas institucionales, porque no es materia de este artículo, sino solamente de la cuestión desde la perspectiva pedagógica. El catedrático de hoy, salvo contadas excepciones, y muy dignas por cierto, no es catedrático porque no predica la cátedra en las aulas; no lo es no por falta de inteligencia, sino por falta de erudición, o de ilustración, como se quiera ver. Y no lo es, principalmente, y yendo a la causa más profunda, porque la concepción de la enseñanza ha cambiado, para nosotros, para mal.

Hace poco me hacía la pregunta de por qué hoy ya no tenemos Galileos ni Spinozas. Los nuevos instrumentales tecnológicos hicieron que la humanidad necesite menos de los matemáticos y casi nada de los genios. Incluso la esencia de la investigación ha cambiado, porque ahora las tesis universitarias se parecen más a un recopilado de referencias y citas, que, comparadas a los descubrimientos que antes constituían las tesis, son parodias a la formación académica. Incluso la institución de la tesis como forma de licenciamiento es un despropósito para la prueba real y efectiva del saber del estudiante en áreas como son el Derecho, la Psicología o la misma Pedagogía. ¿Cómo probarlo y licenciarlo entonces? –Con el examen.

Hemos planteado apenas el problema y nos ocuparemos de desarrollarlo hacia la semana que entra.

La espada en la palabra
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Foto: UMSA

Bolivia en la era de los Biocombustibles

El estudio “Biocombustibles Sostenibles en Bolivia” publicado por IBCE y CAINCO (2008) dio cuenta que todos los Departamentos del país tienen sus propias vocaciones para producir bioetanol y biodiésel, y poder avanzar a su soberanía energética. La cuantía de producción dependería del tamaño del mercado a atender (interno y/o externo), de la inversión a realizar (grande o pequeña) y las garantías que Bolivia ofrezca para tal efecto.

Una docena de profesionales en el campo energético, socioeconómico, ambiental y legal, y 15 foros con la sociedad civil realizados en todo el país para aportar información técnica que rompa con los “mitos urbanos”, como la dicotomía alimentos vs. biocombustibles, sustanciaron el contenido del trabajo.

El estudio demostró cómo la producción de bioetanol y biodiésel, además de ayudar a prevenir una crisis energética en Bolivia, podría generar decenas de miles de empleos e ingresos en toda la cadena de valor; contribuir a mejorar la calidad del aire por las menores emisiones contaminantes y, lo impensable: recuperar tierras degradadas y producir más alimentos en el país.

La posibilidad de generar biodiésel a base de materias no comestibles, v.gr., podría implicar la utilización de tierras áridas o semiáridas, pero también, el aprovechamiento del inexplotado y enorme potencial en cuanto a palmeras naturales y sus frutos, con claros beneficios en el campo. El ahorro para Bolivia por la sustitución de importación de diésel sería de 500 millones de dólares/año. Por su parte, el bioetanol sería posible de obtener a partir de la caña de azúcar, pero también de otras materias para su uso como aditivo a fin de mejorar el octanaje del combustible nacional. El potencial ahorro por la sustitución de importación de gasolina y aditivos sería de 200 millones de dólares/año.

Por ello cabe felicitar que Bolivia haya entrado en la era de los biocombustibles con la firma del Memorándum entre el Ministerio de Hidrocarburos y la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (8.3.18) por los benéficos efectos para la economía y el medioambiente, siendo que su balance energético es favorable para la naturaleza frente al de los combustibles fósiles que al quemarse solo aportan calor, humo, contaminación y fuga de divisas.

Producir biocombustibles económicamente viables, ambientalmente sostenibles y socialmente responsables -así como más y mejores alimentos al mismo tiempo- es posible. Para ello, Bolivia debe entrar en la era de la biotecnología, también…

Santa Cruz, 14 de marzo de 2018

Buscando la verdad
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El Óscar fue para la mejor película

(¡Alerta de spoiler!)

¡No! Este artículo no se refiere a la fantasía cursi de Guillermo del Toro y su predecible forma del agua. Mi narración describirá una interpretación personal sobre la que fue, en mi despistada opinión sobre el séptimo arte, la mejor película entre todas las nominadas a la última edición de los Óscares. Una película que estremece por explorar los rasgos mezquinos y bien camuflados de la sociedad; un film realista, a veces dramático aunque no completamente trágico; la historia escondida de una realidad que enfrentamos como seres racionales al toparnos de golpe con nuestra sexualidad. Una narración hecha en suelo sudamericano (Chile), pero expone también un fenómeno que puede estar ocurriendo a metros de tu casa… Una mujer fantástica.

Vuelvo a advertir: mi conocimiento en cine no es de los mejores y, por tal motivo, no pretendo hacer una crítica tecnicista acerca de los efectos especiales, la astucia del director, el manejo de planos y demás. Para que quede claro: exquisitos snobs de la cinefilia, por el bien de sus intocables parámetros de juicio, absténganse de tomarme en serio.

Hecha la advertencia continúo: Una mujer fantástica cuenta la historia de Marina, persona transexual, quien alguna vez fue lo que la regencia sexual binaria llama “varón”, hasta que decidió vestir sostén, maquillaje, faldas y todo aquello que el aparato vendedor de indumentaria asigna para la categoría “mujer”. Su vida no parece tener dificultad alguna, pues se acomoda a ciertos parámetros sociales comunes como tener una relación sentimental con un hombre no trans, un trabajo de mesera y ser cantante a medio tiempo.

Esa regularidad afectiva y laboral mantiene a Marina estable, tanto en lo emocional como en lo económico, pero todo entra en conflicto con la muerte de su pareja. El mismo con quien compartía casa, auto, sexo, amor anticonvencional y una vida aparentemente alegre. Entonces, a partir de la inconveniente crisis, muy típica del post mortem de un ser querido, el mundo le muestra su verdadera cara y surgen los verdaderos detractores de la condición trans de Marina.

En ese punto de la película comprendo una especie de metáfora, puede que solo sea mi interpretación accidental, algo no planeado por el director. Pues, en mi condición de espectador percibo a la muerte de la pareja de Marina como la muerte, al mismo tiempo, de su lado normalizador y masculino. En otras palabras, cuando muere la pareja de Marina, ella rompe el último vínculo que le quedaba con la regulación heterosexual: aparentar ser la mujer, aunque sea trans, de un varón que vestía camisa, pelo corto y era padre de familia. Vale decir, se quiebra la reproducción de ese rol de pareja que une a un categorizado hombre con una categorizada mujer.

Como resultado de lo anterior, Marina aparece de pronto en un ring y su primer combate la enfrenta con los negacionistas de su forma de proponer amor. Esta vez, la protagonista es un ser humano en condición de viudez a quien se le niega el derecho de doliente porque la sociedad se resiste a comprender quién es, más allá del ser “hombre” o “mujer”; “macho” o “hembra”.

El siguiente enfrentamiento de Marina será contra la institución social de la familia. Primero será la ex esposa del difunto y luego todos sus parientes. La situación exhibe a un trans solitario, completamente despojado de lo héteronormativo, en situación de amenaza por haber amado a un hombre con hijos. Marina parece la malvada que mató a un padre, aunque, en realidad, los y las parientes del muerto desprecian a Marina por haber descubierto la sexualidad oculta de un antiguo marido. El mismo que, voluntariamente, abandonó a quienes fueron su esposa, hijos e hijas.

Los otros dos poderes que intimidan a la protagonista son menos abstractos, pues tienen representación física: la policía con sus oficinas y la medicina con sus hospitales. En primera instancia, Marina es sospechosa de haber matado a su pareja y, con tal pretexto, agentes policiales le obligan a identificarse con un género al cual no pertenece. Sus tácticas incluyen preguntas o, incluso, un degradante examen físico con fines coercitivos, pues la desnudan en la estación policial para que exponga sus genitales y admita ser, a partir de un pene o una vagina, algo con lo que Marina no se identifica. Para tal humillación se juntan doctores y detectives, forenses y carabineros.

A esta altura, la tortura psicológica en contra de Marina es innegable. El abuso parte de instituciones sociales, las cuales actúan como brazos de una institución mayor mal llamada “Estado democrático”. Es decir, el Estado que reparte su poder y autoridad a través del control del sistema de salud, la vigilancia policial y la protección de la familia ejerce una fuerza oculta en contra de personas cuya sexualidad explora lo diverso.

Por suerte, Marina es extremadamente fuerte y, así como la muerte de su pareja puede representar su completo alejamiento de la heteronorma; el ver la incineración de su ex pareja, tal y como ocurre en una de las escenas, puede significar su frontal postura de cómo erradicar su vínculo con lo hétero reivindica su propuesta sexual trans. Por eso, a partir de la escena en la que el horno hace cenizas el cuerpo de su última pareja, la vida de Marina parece adquirir un giro emocional. Sus días se convierten en un proceso de duelo que vive desde su condición trans, ahora fortalecida al comprobar que no hay sistema capaz de vencer las propuestas sexuales independientes.

La película explora todo lo “normal” y lo cuestiona desde lo sexual, desde lo diverso. El guión logró exponer cómo un ser sexualmente distinto deja en evidencia los abusos de poder típicos de las sociedades “civilizadas” y “democráticamente” gobernadas. Va más allá de lo romántico y del típico final feliz para comunicar los modelos de valentía que el héteropatriarcado censura mediante sus instituciones normativas.

Opinión
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Los motores de la economía boliviana

Agridulce fue el resultado del comercio exterior boliviano en el 2017. Dulce, por la recuperación de las exportaciones que sumaron 7.986 millones de dólares con una expansión del 10,5% respecto al 2016. Agrio, porque su crecimiento resultó insuficiente para impedir un nuevo déficit en la balanza comercial ya que las importaciones con 9.288 millones de dólares superaron por tercer año consecutivo a las ventas externas produciéndose así el mayor saldo comercial deficitario de la historia por 1.302 millones de dólares.

Que las exportaciones hayan crecido es una gran noticia, pese a que su recuperación tuvo que ver con sectores extractivos como el hidrocarburífero que subió 24% y el minero que creció 19% gracias a la mejora de precios, pese a que su volumen conjunto cayó más bien un 4% comparado al 2016. Esto es lo que se llama un “efecto precio positivo” a diferencia de lo que ocurrió los dos años precedentes cuando las ventas externas -pese a registrar un mayor volumen- reportaron un menor ingreso de divisas por los bajos precios.

La nota dolorosa la dieron las exportaciones no tradicionales -agropecuarias, agroindustriales, forestales y manufactureras- con una estrepitosa caída de más de 700.000 toneladas, atribuible principalmente el complejo oleoproteico de la soya y sus derivados, producto del embate del clima y las plagas (lo que podría mitigarse con la autorización del pleno uso de la agrobiotecnología).

Otro aspecto preocupante fue la composición de las exportaciones ya que más del 80% sigue basado en recursos naturales, extractivos y no renovables, haciendo que Bolivia -como tomadora de precios que es- sonría cuando éstos suben pero tiemble cuando bajan. Tan indeseada dependencia y vulnerabilidad solo se superará cuando nuestro perfil exportador se balancee de una mejor manera con más productos no tradicionales y mayor valor agregado; asimismo -como propone el ex Presidente del IBCE, Lic. Tomislav Kuljis Füchtner- cuando Bolivia apueste fuertemente por la economía de servicios, entre ellos, el turismo receptivo (para lo cual el hub aéreo de Viru Viru vendría muy bien).

El Presidente del BCB dijo recientemente que al motor de la demanda interna se sumará en el 2018 el motor externo para dinamizar la economía (“Mercado externo ayudará al crecimiento económico”, CAMBIO, 11.2.18). Dios quiera que sea así por el bien de las Reservas Internacionales Netas y la estabilidad de la moneda (en función de ello, consagrar la libre exportación, sería muy inteligente).

 

Buscando la verdad
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¡Basta de mentir señor Muñoz!

Señor:
Heraldo Muñoz
Ministro de Relaciones Exteriores de Chile
Santiago – Chile

De mi mayor consideración:
En primer lugar quiero saludarle muy cordialmente desde mi escritorio situado en un rincón del mundo. Decirle también que le he seguido minuciosamente en la prensa chilena y boliviana. A manera de preámbulo, le cuento que en el exilio he tenido la oportunidad de conocer gente chilena muy simpática y amable. Muchas de esas personas solidarias con la causa marítima boliviana. Sin lugar a dudas que en su país existen intelectuales que también apoyan la urgencia boliviana de tener una salida soberana hacia las costas del Océano Pacífico. Debo confesarle que cuando usted asumió la cartera de Ministro de Relaciones Exteriores, pensé que iba a jugar un mejor papel que su antecesor, Alfredo Moreno, pero me salió el tiro por la culata. Con el paso del tiempo, usted se ha convertido en el “juez pascuero” de La Haya y como tal, ha ido divulgando pronósticos desproporcionados, comentarios casi paranoicos y con una conducta recurrente a la mentira. Hoy, como en el pasado, usted y la derecha chilena han trazado un círculo vicioso para creer sus propias mentiras.

¡Basta de mentir señor Muñoz! su odio contra Bolivia ha crecido exponencialmente y por eso usted se ha convertido en el enemigo número uno de Bolivia. Físicamente usted no se parece a Pinochet, usted es más delgado, con la nariz aguileña, con los ojos un poco achinados, no lleva traje militar ni lentes oscuros como lo hacía el dictador. Pero en cuanto a las estructuras mentales se refiere, usted es mucho peor que Pinochet. Y para defender su posición, utiliza argumentos y conceptos totalmente tergiversados. Alguna vez se ha imaginado usted ¿Qué hubiera sido de Chile sin el guano y el salitre boliviano? Se ha puesto a pensar ¿Qué hubiera sido de Chile sin el cobre, sin el oro, sin el litio, sin la plata y otros minerales que fueron saqueados de Bolivia? Salvador Allende dijo en el pasado que la renta de la explotación del cobre era “el sueldo de Chile”. Alguna vez se ha preguntado ¿Qué hubiera sido de Chile sin las aguas de los bofedales que se encuentran exclusivamente en territorio boliviano, y que ustedes utilizan esas aguas, desde hace más de un siglo, sin pagar un solo centavo? ¿A eso llama usted hostilidad? ¿Es por eso que usted dice que Bolivia provoca a Chile?

¡Basta de mentir señor Muñoz! usted y toda la derecha chilena son soberbios y mal agradecidos. A ustedes, como a su selección de fútbol, se les ha subido los humos a la cabeza. Sin embargo, en el Estadio Hernando Siles de La Paz, los jugadores chilenos salieron llorando de la cancha. Todo su castillo construido de naipes se les vino abajo. Me da la sensación que usted y todo ese equipo de embusteros, que están en contra de la demanda marítima boliviana, saldrán llorando a moco tendido de las oficinas de la Corte de Justicia más alta de la Humanidad. Y entonces todos sus argumentos, inyectados con falsedades, serán pulverizados porque, como usted bien sabe, las mentiras tienen patas cortas y no llevan a un buen puerto. Acuérdese de dos cosas por el resto de su vida: Bolivia jamás renunciará a su derecho legítimo de tener acceso soberano en el Pacífico. Chile es, ni más ni menos, lo que a Bolivia ha usurpado.

Palabras de fuego
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Teresa Gisbert Carbonell

Nunca la pude conocer en persona, lo que lamento, solo pude tener dos aproximaciones a la personalidad y la obra intelectual de Teresa Gisbert -a través de otras personas- que hicieron que tenga el reconocimiento que ahora le tengo a la mujer intelectual.

El primer acercamiento se dio cuando mi padre me habló por primera vez de ella. Augusto Vera Riveros fue asesor jurídico de Teresa Gisbert, cuando ésta era directora del Instituto Boliviano de Cultura y aquél un abogado novel que hacía sus primeras armas en el ejercicio del Derecho. Siempre, desde que fui interesándome en serio por la historia y la cultura de este país, me hablaba de la jefa que había tenido por algunos años en esos primeros tiempos de trabajo como abogado; de esa investigadora activa, de esa mujer curiosa por todo, solícita, nerviosa al hablar, inteligente, memoriona, lúcida como pocas y a veces histérica.

La segunda aproximación que tuve, esta vez hacia su obra, fue cuando yo era estudiante de Carlos D. Mesa Gisbert en una materia de historia, en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” de La Paz. Recuerdo que en esas intensas clases se debía debatir, con todo el aire de los pulmones y casi todos los días, sobre el mestizaje, sobre la aculturación española e ibérica a los nativos nuestros, sobre la identidad y el sincretismo religioso y finalmente sobre los hechos de la historia charquina que hicieron de crisol para fundir el alma que ahora llevamos dentro de nosotros. Frecuentaba, en consecuencia, a Todorov y sus agudas reflexiones sobre la identidad y la conquista de América; me metía en el difícil y testarudo debate de Tamayo y Arguedas, sin poder sacar ninguna conclusión demasiado terminante; hojeaba las páginas de Galeano para comprender un poco más cabalmente la realidad latinoamericana, pero en ninguno de esos libros o autores, ni siquiera, repito, en las páginas de Pueblo Enfermo ni en las de la Pedagogía, que son como el clasicismo de la sociología boliviana, pude distinguir con mucha claridad el espíritu mestizo -indio e ibérico fundidos con todo el odio y el amor posibles- que se aposenta en el corazón de un boliviano sino en los libros de aquella indagadora que por cosas de la vida dejó la arquitectura en un segundo plano. La pluma de Gisbert, pues, ha escrito y descrito, con excelsitud y rigor académicos, la nacionalidad boliviana desde la perspectiva de la historia y el arte.

Otro día, trabajando ya como auxiliar de cátedra de Mesa en la misma Universidad, pude hablar con éste de la obra que Gisbert había producido para la representación gráfica del libro Literatura Boliviana, de Enrique Finot, en la edición de 1964.

El Paraíso de los Pájaros Parlantes: La imagen del otro en la cultura andina es, sin duda alguna, su mejor obra, o una obra maestra. Es una clave para entender el entresijo de la nación boliviana desde su espíritu, nacionalidad que existe, ciertamente, porque quien niega esta nación, construida sobre los pilares del sincretismo social, es un ciego o un pesimista. ¿Historia, ensayo sociológico, estudio y crítica del arte? -Yo creo que todos esos géneros reunidos en un solo libro. Una obra cíclica porque afronta consideraciones sobre arte medieval, renacentista, indio, clásico y colonial. Y esos extranjeros colonizadores, a su vez, ¿cuánto bebieron de los árabes, judíos o negros? Gisbert abrió, con su Paraíso, una dimensión en la que las posibilidades de que coexistan varias culturas en una sola son muchas. Entendió a cabalidad la compleja y enmarañada sociedad de las Indias, y puso en la realidad la utopía de la convivencia de varias sangres.

Y eso es ya suficiente para enaltecer una vida y dejar en un país un legado que no muere.

La espada en la palabra
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Los verdaderos ebrios del carnaval

En la actualidad, el carnaval boliviano puede ser un festejo de quienes dicen amar la lujuria, pero solo la practican cuándo alguna compañía cervecera les impone sus reglas de consumo. Las danzas tradicionales le sirven al Estado y a la iglesia católica para disfrazar su poder y camuflarse entre los participantes de la fiesta. La absurda idea de relacionar la farra con una supuesta libertad sexual es solo beneficiosa para los pepinos embarazadores profesionales, a veces violadores y hasta asesinos. En otras palabras, el carnaval en Bolivia es la idealización de una celebración utópica, pues lo festivo tiene parámetros rígidos muy bien definidos por una lógica de consumo turística, empresarial, propagandística y moralista.

En general, el carnaval sigue un parámetro de celebración patriarcal muy común en Bolivia y el mundo. Me refiero a la excusa de la borrachera como medida de festejo para justificar la estupidez y las agresiones sexuales. Estar ebrio ya no es una propuesta novedosa, ahora es un ritual de pertenencia, imitación y, muchas veces, de agresión. Por eso, durante el carnaval, las violaciones y feminicidios son comunes, pero los dueños de la fiesta se escandalizan por una Virgen en calzones. El supuesto libertinaje del carnaval es tan falso que permite cualquier agresión, pero reprime la propuesta crítica de una dibujante.

Nadie debería sorprenderse de esa aparente contradicción, porque mientras una festividad se relacione con una religión, el concepto de “libertad” se reduce a una mera palabra. De existir libertad de pensamiento, de ebriedad, de expresión o de sexualidad, la iglesia católica ya habría retirado su nombre del carnaval desde hace mucho tiempo. La lógica es, sin embargo, la de emborrachar a los participantes para alejarlos del pensamiento crítico. Entonces se crean ebrios hipócritas, cómplices de la religión y, por ende, del machismo. Borrachos dispuestos a acosar a quien tengan cerca y rechacen ver deidades con poca ropa. Para conseguir tal embriaguez ni siquiera hace falta alcohol, las religiones lo consiguen predicando dogmas en escuelas, hospitales, medios de comunicación, universidades, instituciones caritativas o, irónicamente, en centros para rehabilitar alcohólicos o drogadictos.

La masiva distribución del evangelio se consigue gracias al poder económico de las iglesias, su dinero les garantiza el éxito de sus prédicas, al extremo de que los curas o pastores recurran a sus feligreses cuando no se les permita entrometerse en el ámbito político. Así las iglesias ejercen su más alta influencia, con sus militantes proponiendo ideales religiosos a nombre de la independencia de ideas, aunque se guíen por la cruz oculta debajo de la camisa o la blusa. Como ellos hay muchos entre oficialistas y opositores.

Desde luego, en pleno siglo XXI, la sociedad goza de creyentes críticos como Rilda Paco, quien se atrevió a dibujar a la Virgen del Socavón en ropa interior, de la cintura para abajo. Su dibujo expone la doble moral de la iglesia católica y a sus peores cómplices, aquellos partidarios de la censura, la intimidación y la amenaza. Fundamentalistas e intolerantes.

Rilda puso en evidencia, además, cómo la lógica de la divinización niega el lado humano de las deidades. Pues mientras una deidad se parezca más a los humanos, será menos divina. Por eso una Virgen que muestra sus prendas íntimas se considera ofensiva y no así las tomas, en primer plano, de las nalgas de una bailarina de caporales. Como si los cuerpos humanos, particularmente femeninos, y los canonizados no tuviesen relación o los primeros fueran más ordinarios y, por tal motivo, se justifique su cosificación.

La lógica de las religiones genera ese menosprecio a lo no divino, al extremo de reservarle cierto estatus vergonzoso a las prendas de vestir o, peor aún, a la biología misma del hombre y, sobre todo, a la de la mujer. Entonces, surge el desprecio por quienes somos como especie o forma de vida, se nos trata de culpabilizar por nuestra imperfección. Dios y los santos son modelos de comparación útiles para hacer sentir inferior y despreciable al ser humano. Desde luego, son creencias que pueden reformarse y el arte es ideal para generar propuestas alternativas a las creencias conservadoras, por eso los fanáticos religiosos le temen. Pues el arte no mata, pero asusta porque puede transformar y bajar del altar al mismísimo dios.

Opinión
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¿Qué le pediría a Dios para Bolivia?

La vida me ha enseñado que muchas cosas que parecían difíciles -una vez superadas- pasaron a ser fáciles. En realidad, es la actitud con la que se encara una situación lo que hace que ésta pase a convertirse en un logro o en una oportunidad. La experiencia me ha enseñado también que para todo hay remedio, especialmente cuando estando al límite de mis fuerzas tomé en cuenta a Dios, sabiendo que nada es imposible para Él ni para quienes en Dios creemos.

Cuando la lógica humana nos agrede diciendo que no hay esperanza, debe activarse la fe. Recurrir a Dios, con Jesús como el único Camino para recibir su favor, es posible. Como hijos podemos pedir su ayuda para que no nos desampare en todo conflicto: “…todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. ¿Qué le pediría Ud. para Bolivia en este día?

Dios es bueno y su promesa es fiel: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? ¿Qué pediría Ud. a Dios para sus hijos?

Para que las cosas cambien de difíciles a fáciles en nuestro país, tenemos el recurso de la Palabra de Dios donde están escritas todas las bendiciones prometidas por Él, así como lo que en obediencia debemos hacer, para recibirlas. Es cuestión de fe…

¡Cuántos dan consejos buenos o malos -en su mejor intención- para solucionar situaciones indeseadas o conseguir el éxito, pese a que ellos mismos no lo pueden lograr! Es que, nadie que ignore a Dios podrá dar una sabia recomendación más allá de su limitado conocimiento humano, mucho menos los brujos, hechiceros, adivinos y ramas afines. Pero cuando acudimos a Dios con un corazón necesitado, Él nos abre los ojos y el entendimiento, nos capacita y nos da la recompensa esperada, lo que hace que nuestra fe aumente, viendo cómo las cosas cambian de difíciles a fáciles, de lo imposible a lo posible.

Para eso dejó Dios instituida su Palabra: para que lo conozcamos, le creamos y le obedezcamos y para que siempre le agradezcamos por las cosas buenas que Él hizo ya desde la eternidad y que aún hará por nuestra amada Bolivia…¿lo cree?

Buscando la verdad
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