Blog de Hernan Maldonado

Con la DEA no se juega

El corpulento dictador venezolano Nicolás Maduro, y su esposa Cilia Flores, a la que denomina no la primera dama del país, sino “la primera combatiente”, guardan silencio sobre el escándalo ligado al narcotráfico internacional, develado el pasado fin de semana y que involucra a cercanos familiares suyos.

Efraín Campos Flores y Francisco Flores, ahijado de crianza de Maduro y sobrinos de su mujer, fueron detenidos en Haití por la DEA estadounidense, traslados de inmediato a Nueva York, bajo la acusación de querer vender a un agente encubierto 800 kilos de cocaína.

Esta vez la DEA actuó (seguramente con la complicidad del gobierno haitiano) ejecutivamente, recordando el fiasco de Aruba de julio del 2014, cuando debió soltar al general venezolano Hugo Carvajal por presiones diplomáticas, cuando ya lo tenía en sus garras.

Carbajal, sobre quien pesan acusaciones de narcotráfico en Estados Unidos, fue capturado cuando se disponía a asumir como cónsul de Venezuela en las Antillas Holandesas. Maduro y Diosdado Cabello celebraron su repatriación. Hasta ahora no se sabe porqué el reino holandés cedió a las presiones de Caracas.

Ahora, tras la detención de los Flores en Haití, Maduro y su esposa guardan silencio y solo sus perros de presa, como el microfonero oficialista Mario Silva, han salido a defender a los familiares de la pareja presidencial, acusando a Estados Unidos de “haberlos secuestrado”.

Otros allegados a Maduro y Cilia, aprovechando la colosal red de radios, televisoras y prensa oficialista, siembran la idea de que la detención de los jóvenes forma parte de una campaña “del imperio para desestabilizar al legítimo gobierno de Venezuela”.

Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y jefe del partido oficialista, también salió en defensa de Maduro y su mujer, con sus baterías disparando contra el imperialismo. Cabello, se muestra particularmente furioso porque él mismo es acusado de ser el cabecilla del infame Cartel de los Soles, un grupo de militares adictos a negocios con el “maldito polvo de los incas”, cuya extradición reclama Washington.

Traficar un par de kilos ya significa de por si un grave delito. Hay que imaginarse lo que es negociar la venta de 800 kilos, valorados al prorrateo en unos $100 millones. Los jovencitos fueron delatados por un agente encubierto de la DEA que los contactó en Honduras.

Trascendió que fueron detenidos con solo una muestra del gigantesco cargamento. Alrededor de 80 kilos fueron decomisados el viernes en un costoso yate y en una lujosa residencia que uno de los sobrinos posee en la República Dominicana, justo al lado del palacio del multimillonario Oscar de la Renta, ya fallecido.

¿Cómo es que estos jovenzuelos acumularon semejante fortuna? ¿Quién les otorgó y autorizó para portar pasaportes diplomáticos venezolanos?, son algunas de las preguntas que se hace la prensa mundial. Este escándalo, como ningún otro, ha recibido una voluminosa cobertura desde que la develó el prestigioso The Wall Street Journal.

Pero es más importante saber quiénes son los cómplices de estos pícaros, porque para manejar tan colosal cargamento necesitaban una infraestructura que involucra autorizaciones, aviones, documentos aduaneros, jerarcas al más alto nivel apoyándolos para que su tránsito por los aeropuertos no despertara sospechas, etc.

La DEA se apuntó uno de sus mayores éxitos desde la captura en 2011 en Panamá del ex zar de la lucha contra la droga en Bolivia, el general René Sanabria y su investigación de ocho meses ha puesto a temblar  a la dictadura de Maduro a solo días de las cruciales elecciones parlamentarias. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dopa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

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Venezuela llegó al llegadero

En poco menos de un mes, los venezolanos acudirán a las urnas para renovar totalmente su Asamblea Nacional, en medio de un estado catastrófico por falta de alimentos y medicinas, “gracias” al desgobierno del chavismo despilfarrador que ha hecho desaparecer una riqueza que jamás manejaron los gobiernos democráticos en 40 años.

Hasta las encuestadoras oficialistas pronostican una apabullante derrota de las huestes de Nicolás Maduro. En la oposición hay un desbordante optimismo. Se estima que jamás en 16 años el oficialismo ha estado al borde de un revés electoral de envergadura. Sin embargo, es de sobra conocido que en política es aventurado contar los pollitos antes de nacer.

“Vamos a ganar, sea como sea”, ha amenazado el corpulento dictador. Está apelando a las artimañas de siempre para torcer la voluntad popular y no sería raro que al terminar el 6 de diciembre su títere Tibisay Lucena, la presidente del Consejo Nacional Electoral, anuncie resultados que nadie espera.

Pero esta vez será muy difícil que les haga tragar a los venezolanos ruedas de molino. El malestar social se palpa todos los días en las kilométricas colas para comprar un pollo, arroz, azúcar, café y la harina pan, la materia prima de la arepa, ese pan de maíz infaltable en la dieta nacional.

La dictadura ha secuestrado todos los poderes y amenaza a los 2.5 millones empleados públicos con despedirlos si no votan por los candidatos del oficialismo. La misma amenaza es para los becarios, los adjudicatarios de viviendas, los jubilados, pensionados y todos aquellos que viven sin trabajar a costa del Estado.

La oposición tendría que ganar poco más de 100 de las 165 bancas de la Asamblea para reencauzar al país por la senda de la democracia. Sabe que esta es la última batalla cívica. Una derrota significaría su inevitable división, entre los que apuestan al voto y los que creen que la dictadura no sale del poder por la vía electoral.

El régimen apuesta a no ceder los dos tercios y maniobrará para (así “contentar” a la oposición) darle la mayoría simple. Descartado está que pueda adjudicarse un triunfo, así sea estrecho, porque esta vez la posibilidad de su derrota es lo único que está conteniendo la bronca acumulada y que se ve todos los días en las colas callejeras.

Pero como el cinismo es más grande que sus escrúpulos, Maduro y sus huestes configuraron circuitos electorales en los que son mayoría, pero que tienen 10.000 habitantes, para elegir a 4 diputados, mientras Chacao, en Caracas, que tiene 250.000 votantes y es opositor, apenas elige a uno.

El oficialismo tiene bajo su puño a televisoras, radios y diarios para su desmedida propaganda de logros que no se ven en ninguna parte, por el colosal despilfarro de más de un millón de millones de dólares en 16 años, de los cuales (según el ex ministro chavista Jorge Giordani) desaparecieron en manos de los jerarcas 25.000 millones.

La actual escasez es producto de la destrucción del aparato productivo del Estado con la hemorragia de confiscaciones ordenadas por Hugo Chávez, que dejaron industrias pesadas, medianas y pequeñas en quiebra y el régimen se dedicó a importar a diestra y siniestra, aprovechándose del precio del barril de petróleo en un promedio de $90 en los últimos nueve años.

Como el precio se redujo a la mitad, ahora no hay con qué importar y esa la razón de la brutal escasez que padece Venezuela y que el régimen trata de ocultar a bala (43 estudiantes murieron en las protestas del 2014), palo y cárcel. Jamás el país ha estado frente a unas elecciones como las del 6D, en la que se jugarán todo, o casi todo, oficialismo y oposición, porque como generalmente se dice en estos casos, “el país llegó al llegadero”.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

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60 años de periodismo

El 31 de octubre de 2005 recordé mis 50 años en el periodismo ( http://www.tierralejana.com/docs/cincuenta103105.htm ) anunciando que “un día de estos” escribiría mis vivencias de ese cincuentenario. De alguna manera cumplí mi promesa cuando hace 2 años publiqué mi libro: Tres grandes del periodismo boliviano, en homenaje a don Julio Borelli, el padre José Gramunt S.J. y Lorenzo Carri.

Ahora éste 2015 cumplo los 60 y lo primero que hago es agradecer al buen Jesús porque me dio el privilegio de llegar a una edad en la que la mayoría de mis compañeros y colegas ya no están o han colgado la pluma o, más propio de estos tiempos, archivaron sus computadoras.

Apenas con 15 años empecé este “hermoso oficio” ( Gabriel García Márquez dixit) y nunca paré, ni siquiera cuando se me abría el horizonte en la abogacía, mi otra profesión. Y es que, como alguna vez escuché decir a un viejo colega uruguayo, “los verdaderos periodistas tienen por sangre la  la tinta de una imprenta”.

El 2005, pensé que dejaría de escribir cualquier día, pero no ha sido así. Mantengo mi página www.tierralejana.com en la que escribo semanalmente a la manera de gimnasia intelectual. Antes mis notas las reproducían varios medios en Bolivia y Venezuela. Hoy casi escribo solo para fieles lectores, varios de los cuales trabajaron en medios mundiales de prensa y cuyo aliento y opinión valoro enormemente.

Este año, quiero ser absolutamente sincero, pensé que sería el último (escribir mis columnas me requiere estar informado y leo a diario medios de Argentina, España, Venezuela y Bolivia, principalmente)  y que me dedicaría a otras cosas, como leer libros que me esperan, escuchar la música que me gusta y escribir viejos testimonios que tuve como periodista.

Muchas de esas vivencias ya las escribí en mis columnas, pero me gustaría hacerlas más detalladas. Estos días vi en CNN una entrevista al cubano Alberto Juantorena y me retrotraje a la astucia con la que logré entrevistarlo en las Olimpiadas de Montreal-1976 dado que, como periodista de un medio estadounidense (United Press International), no lo hubiera logrado, la seguridad cubana lo cuidaba como a un árbol de oro. Hoy veo a Juantorena (64 años) casi calvo, pero en mi mente todavía está el estupendo atleta con su voluminosa cabellera, aclamado por la multitud al ganar los 400 y los 800 metros, hazaña hasta hoy inédita.

Hay jornadas en que pasan por mi mente imágenes de héroes deportivos o personajes de todo tipo a los que vi actuar o entrevisté y sobre las cuales escribí y que me acompañan en mis desvelos nocturnos recordándome que “algún día” debo escribir sobre ellos.

Realmente es hermoso haber disfrutado, como periodista, la era de grandiosos basquetbolistas como Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Julius Erwin, de tenistas como Steffi Graf, Martina Navratilova, Bjorn Borg, John McEnroe, Guillermo Vilas, Roger Federer, de boxeadores como Muhammad Ali, Roberto Durán, Julio C. Chávez, Carlos Monzón, Sugar Ray Leonard (a quién vaticiné como futuro campeón mundial en las Olimpiadas de Montreal).

Y ciertamente fue siempre maravilloso ver y escribir sobre esos futbolistas que hicieron de este deporte un arte, como Alfredo Di Stéfano, Pelé, Garrincha, Beckenbauer, Maradona y Messi, Cruyff, Iniesta, Eusebio, etc. a mi juicio, los más grandes e incomparables.

En este aniversario sería muy osado prometer algo, porque muchas veces vislumbro el final del camino. En mis últimas columnas escribí sobre hechos de la política boliviana que merecen seguir investigándose en busca de la verdad. ¡Ah! Y es inmarcesible el compromiso de seguir defendiendo la vigencia de los DD.HH. Lo fue ante las dictaduras militares de los 60-70 y lo es ahora frente a los abusivos socialistas del Siglo XXI. Lo único seguro es que, quizás, las columnas ya no serán semanales.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

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Bolivia: 33 años de democracia ¿ininterrumpida?

Los medios, mayormente controlados por el oficialismo, se regodearon en los últimos días celebrando los 33 años de democracia en Bolivia, desde que aquél 10 de octubre del 1982 el voto reemplazó a la bota en el manejo de los destinos del país.

Algunos de esos medios, de memoria corta, destacaron que son 33 años ininterrumpidos de democracia, pasando por alto el golpe de Estado que el 17 de octubre del 2003 acabó con el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

En algún lugar de las montañas de Massachussetts vive el ex presidente, que hace rato ha doblado la esquina de los 80 años, y no concede entrevistas. Parece estar ya más allá del bien y del mal, aunque en el fondo de su alma debe sentir el peso de la gran traición de la que fue víctima.

Apenas instalado para su segundo periodo presidencial, la conspiración interna y externa no se dejó esperar. Lo que Fidel Castro no logró con la guerrilla del Che Guevara, lo consiguió a través de Hugo Chávez, el pontífice del socialismo del Siglo XXI.

Su objetivo era convertirse en líder mundial y necesitaba aliados y conspiró soterradamente para derrocar a Goni proporcionando los medios económicos para movilizar multitudes. En un país donde la pobreza tiene raíces profundas, las masas son manipulables.

El G2 cubano, considerado hasta por la CIA norteamericana como uno de los servicios de inteligencia más solvente en el mundo, halló campo propicio para tenderle alfombra roja a Chávez para poner bajo su tutela a Bolivia.

Tentó a varios hombres durante un largo tiempo. Cuando Evo Morales fue expulsado de la Cámara de Diputados por los asesinatos de policías en Sacaba, paradójicamente se convirtió en víctima y su figura política se acrecentó enormemente cuando el embajador de Estados Unidos provocó bronca al pedir no votar por Morales, en abierta injerencia en los asuntos internos de Bolivia.

Envalentonado con el caudal electoral que obtuvo en los comicios del 2002, Morales abiertamente amenazó con derrocar a Goni. Tenía en las espaldas al castro-chavismo. La excusa de que el gobierno se aprestaba a vender gas a Chile, fue el detonante.

Una sedición en marcha y un gobierno que defendía el Estado de Derecho chocaron inevitablemente con el trágico saldo de decenas de muertos y heridos. Goni envió su renuncia al Congreso, pero él mismo pidió que no se la aceptara “ya que no se puede retirar a un presidente, elegido democráticamente, por mecanismos de presión y de violencia”.

Goni, además, se sintió traicionado por su vicepresidente Carlos D. Mesa, quien anunció que daba “un paso al costado” para no refrendar las acciones del gobierno del que formaba parte y con cuyas acciones no solo estaba de acuerdo, sino –según afirma el ex ministro Carlos Sánchez Berzaín--  “era el que pedía --en privado--  acciones y decisiones que denominaba más enérgicas”.

Estos días en los medios apareció la nota de un abogado que estima que Mesa asumió ilegalmente la presidencia en reemplazo de Goni porque al dar el paso al costado tácitamente renunció al cargo de vicepresidente y se alió a la sedición la cual, al triunfar, produjo la “Agenda de Octubre” estableciendo amnistía para los golpistas y juicio a Goni y miembros de su gabinete. O sea que el culpable fue el gobierno y no los alborotadores que bloqueron caminos, calles, asaltaron la propiedad privada y se enfrentaron a las fuerzas del orden en abierta sedición.

Por los decretos 27234 y 27237, Mesa como Presidente “se perdona a sí mismo y perdona a sus operadores y socios de los delitos que cometieron para llevarlo a la presidencia”, según Sánchez Berzaín.

Mesa, antes que político, es historiador y será interesante conocer su opinión, ahora que todavía viven testigos de cómo y con qué recursos llegó al máximo sitial político del país. El único testigo importante que ha muerto es Cayetano Llobet. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI; EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

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Se desvanece la euforia por la victoria en La Haya

A medida que pasan los días en Bolivia, enrumbada en campaña oficialista en busca de la 3ra reelección de Evo Morales, va desvaneciéndose la alegría por el gran triunfo en la Corte Internacional de Justicia, que se declaró competente para conocer la demanda que obligaría a Chile a sentarse en una mesa de negociaciones para resolver el diferendo marítimo.

Cuando se conoció el fallo, la euforia estremeció el país, desoyendo la recomendación del principal negociador boliviano, Eduardo Rodríguez Veltzé de que apenas se trataba de “una victoria inicial”. Muchos, poco informados, creyeron que la Corte resolvió ya el asunto de fondo. Peor todavía se pensó que se obligaba a Chile a devolver el mar arrebatado en 1879.

Los que conocemos un poquito el Derecho Internacional sabemos que estos asuntos no se resuelven de la noche a la mañana y por eso me llamó la atención las veces que irresponsablemente el presidente Evo Morales anunció que estábamos cerca de recuperar nuestra cualidad marítima. Hasta él, creo, pensó que el 24 de septiembre la CIJ nos devolvió el mar y por eso lloró.

Por ese convencimiento de Morales es que en la entrevista que le hice al portavoz de la demanda marítima, Carlos D. Mesa, le pregunté: ¿Por qué el actual gobierno hace creer a la gente que Bolivia está cerca a recuperar el mar? ¿Ud. también lo cree? Nunca me respondió (Tampoco a otra pregunta que le hice sobre un asunto político interno y personal).

Lo que La Haya ha hecho, repito, es reconocer su competencia para aceptar la demanda de Bolivia. Chile había planteado una excepción, la de falta de competencia de la Corte. Lo que se falló, pues, es en relación con esta excepción y no todavía sobre la cuestión de fondo, que es la que importa.

¿Y cuál es la demanda de fondo de Bolivia?

Que se obligue a Chile a sentarse en una mesa de negociaciones para resolver el enclaustramiento marítimo de Bolivia, según múltiples promesas hechas anteriormente.

Después de casi 2 años la Corte resolvió tener competencia. Vaya uno a saber, ahora, cuándo resolverá el asunto de fondo. El fallo del lío limítrofe entre Colombia y Nicaragua demoró 13 años. El vicepresidente Alvaro García Linera afirma que solo con Evo en la presidencia Bolivia recuperará el mar, sin duda una postura altamente demagógica, muy propia de los socialistas del Siglo XXI.

Aun en el caso de que la Corte falle en favor de Bolivia en la cuestión de fondo, ¿quien le obligará a Chile a sentarse a negociar? (Colombia desconoció el fallo en su diferendo marítimo con Nicaragua y dijo que no lo cumplirá porque es "inaplicable"). Peor si prosperan esas ideas de abandonar el Pacto de Bogotá. Chile, además, ha sentado la premisa de que no le dará a Bolivia ni un centímetro de su actual territorio.

Y no hay que perder de vista que Chile, por más que quiera, jamás podrá hacer nada sin la autorización de Perú (por el Tratado Complementario de 1929) para negociar sobre territorios que fueron suyos.

Quizás debería buscarse un acuerdo tripartito entre los 3 países para declarar Arica puerto libre trinacional (como lo planteó hace algunos años el canciller Antonio Araníbar Quiroga), ya que vivimos en una época de integración y de soberanías compartidas, como lo estamos viendo en Europa donde rige la moneda única y no se pide pasaporte para pasar de un país a otro.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia. 

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Bolivia celebra su “victoria inicial” ante Chile

Con la parsimonia que lo caracteriza, el agente de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) celebró la decisión del organismo de declararse competente para conocer de la demanda boliviana que pide que se obligue a Chile a sentarse en una mesa de negociaciones para eventualmente concederle una salida al mar.

“Celebramos esta decisión… Se trata de una victoria inicial al reconocimiento de una jurisdicción para resolver un conflicto”, dijo el flemático ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, en la sede de la CIJ en La Haya.

En Bolivia, el fallo por el cual la CIJ rechazó la demanda de excepción, fue celebrada como si se hubiera decidido sobre el fondo del asunto. Hasta Evo Morales derramó unas lágrimas y la euforia ganó la calle. Los menos prevenidos creyeron que la Corte falló que Chile debe devolver su litoral a Bolivia.

Chile que se jacta de tener una diplomacia del más alto nivel, con embajadores en más de 70 países (mientras Bolivia tiene menos de 40 y solo 7 que no son legos, según el ex canciller chileno José Miguel Insulza), no ocultó su frustración. La presidenta Michelle Bachelet buscó levantar el ánimo: “Chile no ha perdido nada…”

Casi inmediatamente la televisora estatal de Chile invitó al portavoz de la demanda marítima boliviana, Carlos D. Mesa, a una entrevista con el agudo y perspicaz Juan Manuel Astorga. Mesa sacó a relucir toda su artillería de polemista (que ya le conocíamos desde su batalla contra Manfredo Kempt Suárez) y no dejó que su entrevistador le resquebrajara su posición.

Y es que cuando se trata de un tema tan complejo como el que se analiza, el periodista no sólo debe hacer gala de su capacidad para entrevistar, sino tener profundos conocimientos de Historia y política, en los que Mesa se desenvolvió a gusto.

En la media hora siguiente del programa, Astorga entrevistó a los ex cancilleres chilenos Hernán Errazúriz y José Miguel Insulza ante quienes Astorga intervino sin “arsenal”. Errazúriz (come-candela lo llamarían en el Caribe) dejó establecido que Chile jamás cederá un centímetro de su territorio. Insulza, lo mismo que su ex colega, alabó la dialéctica de Mesa, pero dejó en claro que éste “no es abogado” y que sus argumentos son políticos e históricos, pero no jurídicos.

Nada de esto importó en Bolivia. Mesa fue ensalzado como “héroe nacional” por la mayor parte de la prensa. La euforia por el fallo de la CIJ se incrementó y aplastó a cualquier voz que tratara de llamar a la cordura como lo hizo Rodríguez Veltzé. Hasta una senadora de oposición insinuó lanzar ya la candidatura de Mesa a la presidencia ¿?

Curándose en salud, Mesa reveló que no tiene intenciones de volver a la política (¿vamos a creerle?), pero haciendo buena su palabra ante Astorga de que no opina de asuntos bolivianos en el extranjero, apenas regresó a La Paz disparó un cañonazo a la triunfal “repostulación” de Morales. Afirmó que está contra la re-re-reelección del presidente.

Los demonios del infierno se desataron. El presidente del Senado, José A. Gonzáles exclamó: “Otro miembro más que se suma a la campaña del NO. Lo vamos a tener en cuenta”. La ministra de Comunicaciones, Marianela Paco, anunció que es un “anti patria” todo el que se opone a la eternización de Morales en el poder. Como ambos son de la absoluta confianza de Morales, las amenazas y calificativo son como si provinieran del mismo gobernante.

Carlos Valverde, periodista cruceño, se extrañaba el lunes que a solo 2 días después de la entrevista a Mesa en Chile, el tema haya sido dejado de lado para recuperar ímpetu la campaña reeleccionista de Morales. Insulza ya le había dicho a Astorga: (todo este asunto de la demanda marítima) no tiene sino un trasfondo político interno en Bolivia y hay que tratarlo con mucha calma. ¿Está equivocado? Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

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Carlos D. Mesa ¿recibió dólares de Goni?

En estos 60 años de trajín en el periodismo (el 1 de noviembre los cumpliré) son muy contados los personajes a los que conocí diestros en el arte de la palabra escrita y oral. Uno de ellos es el ex presidente Carlos D. Mesa, a quien entrevisté vía email. Tuvo la gentileza de responderme a dos de las tres preguntas que le hice, las cuales las transcribí en mis artículos del 13 y 20 de septiembre.

Mesa, el hombre del verbo fácil, me respondió lacónicamente a mi primera pregunta: “No hago comentarios sobre versiones”, dijo. A principios de agosto la Agencia de Noticias Fides (ANF) distribuyó entre sus suscriptores una entrevista a “un familiar” del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni), la misma que fue reproducida en varios medios bolivianos.

En esa nota, el “familiar” (hace mucho que Sánchez de Lozada no concede entrevistas), entre otros temas del acontecer político del pasado reciente, sostuvo que Mesa recibió de Goni 1.3 millones de dólares como condición para aceptar ser su candidato a la vicepresidencia en las elecciones del 2002.

En los días siguientes busqué en los diarios alguna declaración de Mesa al respecto (suponiendo que merecería análoga atención que la revelación del “pariente”). Y nada. Por esto es que aprovechando temas actuales, le pregunté: --La ANF divulgó a principios de mes un entrevista a un familiar (no identificado) del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en el que se le atribuye a Ud. haber aceptado candidatear como su vicepresidente a cambio de una importante suma en dólares. ¿Cuál es su versión?

Su respuesta me decepcionó. Era lo menos que esperaba de alguien que en función periodística por años se convirtió en un Savonarola de la política boliviana, implacable combatiente por la democracia desde su trinchera de P.A.T. ¿Será que, acuciado por alguna necesidad, se vio obligado a “escuchar ese horroroso acento gringo” (Mesa dixit) de Goni para aceptarle sus dólares?

Goni no ha confirmado ni ha desmentido a su “pariente”, pero tampoco me convence que alguien, y menos en Bolivia, pueda otorgar semejante suma de dinero y no tener testigos o recibos firmados. ¿Los veremos?

Mesa renunció a la presidencia cuando contaba con un 63 por ciento de respaldo popular y hoy quizás es el único boliviano con más de 93.000 seguidores en Tweeter, lo que habla de su credibilidad. Fue el artífice de la Agenda de Octubre, que le tendió alfombra roja al advenimiento de Evo Morales.

“Cuando se viene del oscuro túnel de la política”, escribió hace algunos días en su columna dominical… ¿Será que volverá a ejercer plenamente el periodismo? Una buena manera de empezar sería desmintiendo o confirmando lo dicho por el “familiar” y entonces quizás Bolivia habrá recuperado al implacable fiscal de políticos, politiqueros y politicastros. Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

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Mesa, ¿en el gobierno y en la oposición?

“El Gobierno debe saber que el dinero es de los contribuyentes y no puede ejercer presión, debilitamiento o asfixiar a medios de comunicación y periodistas a partir de la distribución arbitraria de los recursos de la publicidad que administra. Menos aún a través de amenazas veladas o directas sobre estos”.

El autor de esta categórica afirmación es Carlos D. Mesa, ex presidente de Bolivia en su artículo: “Medios, poder y coerción”. Fue publicada en varios diarios nacionales, pero bien pudo aparecer en Venezuela, Ecuador, Argentina, Nicaragua, Cuba, países donde ha sentado sus reales el “socialismo del Siglo XXI” para aplastar la libertad de prensa, de expresión.

Mesa actualmente es el portavoz del gobierno de Evo Morales en la causa marítima que Bolivia ha planteado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Renunció a la presidencia (2003-2005) ante la implacable oposición callejera de Morales al frente de sus huestes cocaleras, pese a que gozaba de una popularidad del 63%.

¿Cómo es que ahora escribe contra el gobierno, pero al mismo tiempo es su vocero? Decidí preguntarle: -- El domingo pasado (16 de agosto) publicó Ud. en varios diarios nacionales un artículo de fuerte crítica al gobierno por sus abusos contra la libertad de prensa, de expresión. ¿Marca esto un distanciamiento suyo con el régimen imperante?

Su respuesta: --“Cuando acepté la invitación del presidente Morales, quedó claro que, en el marco del respeto, quedaba en libertad plena de expresar mis ideas políticas y mis diferencias con el gobierno. Eso es lo que hago. No expreso a nivel internacional ninguna opinión sobre el gobierno y el Presidente, pero en el ámbito interno me manejo con plena libertad que me es respetada”.

El artículo de agosto nos recordó los tiempos en que Mesa desde su atalaya de P.A.T. era el tozudo defensor de la democracia, algo que parece que dejó de lado para ejercer su actual cargo. Obviamente, ¿sería expresar una opinión política sobre Morales y su gobierno si Mesa accediera a firmar junto con otros 27 ex presidentes del mundo el pronunciamiento condenatorio de la cruel dictadura venezolana?

Estos silencios aparentemente han llamado también la atención de medios internacionales. El más reciente de ellos por intermedio de Jorge Poblete de la revista virtual “Capital” de Chile, quien le recordó que antes de oficiar de vocero, dijo que “el poder ha enamorado a Morales”

“Le planteo la respuesta con la más absoluta claridad. El compromiso con el presidente Morales, que voy a cumplir rigurosamente, es que no haré ningún juicio de valor sobre la política interna de Bolivia a un medio internacional”, respondió Mesa.

“Lo que no significa que no mantenga sus diferencias”, le dijo Poblete.

“No, por supuesto, las tengo, el país lo sabe y creo que la comunidad internacional lo sabe también. Pero las diferencias, cuando alguien forma parte de una política de Estado, deben quedar de lado o colocarse en el contexto necesario. Habrá momentos en la política boliviana en los que yo diré mi palabra y la diré muy, muy fuertemente”, dijo. Amanecerá y veremos, digo yo.

La otra pregunta que le hice fue si es verdad que recibió $1.3 millones para aceptar ser candidato a la vicepresidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada. Será la próxima semana.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

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Mesa y la demanda ante la CIJ

“Todo tiene un límite… nos vemos en La Haya”, dijo a principios de agosto el canciller chileno Heraldo Muñoz. El desafío me recordó mis tiempos escolares cuando el matón de la clase solía mostrarnos un puño, por algo que le hicimos, con la amenazante frase: “Nos vemos a la salida”.

En la Corte Internacional de Justicia (CIJ) reposa la demanda de Bolivia para que el alto tribunal de la ONU obligue a Chile a sentarse en una mesa de negociaciones para tratar sobre el enclaustramiento marítimo boliviano. La CIJ anunció que el 24 de septiembre anunciará su fallo sobre la excepción de incompetencia planteada por Chile. Asunto previo a la cuestión de fondo.

Como el tema es de palpitante actualidad, entrevisté al ex presidente Carlos D. Mesa, principal vocero de la causa a nivel internacional. Le pregunté: --Si la Corte de la Haya accede (tengo mis dudas) a la petición boliviana, lo más que hará será pedir a Chile que se siente en la mesa de negociaciones (cosa que nadie le podrá obligar). ¿Por qué el actual gobierno hace creer a la gente que Bolivia está cerca a recuperar el mar? ¿Ud. también lo cree?

Su respuesta: “Si la CIJ falla en favor de su competencia primero, y en favor de Bolivia en el tema de fondo después, es importante anotar que el pedido de Bolivia no es que obligue a Chile a negociar, sino que la CIJ "declare que Chile tiene la obligación de negociar", no por capricho de la Corte o por pedido discrecional de Bolivia, sino como resultado de los compromisos formales y reiterados de Chile a lo largo de siete décadas de negociar con Bolivia para otorgarle a Bolivia un acceso soberano al mar. “Esos compromisos - es el argumento de Bolivia- son jurídicamente exigibles. La demanda no pide una negociación, pide a la Corte que Chile cumpla su obligación que es combinada, la de negociar y la de hacerlo para un fin específico y único darle a Bolivia un acceso soberano al Pacífico.

“Un eventual fallo de la Corte es vinculante y de cumplimiento obligatorio. si Chile es, como dice, una nación respetuosa de las instituciones internacionales, debiera cumplir ese fallo.

“Yo creo que nuestra demanda es seria, consistente jurídicamente y asumida como una política de Estado por el gobierno y por el país”.

 

Si la CIJ se declara competente para conocer la demanda boliviana, (presentada en abril del 2013) vaya uno a saber cuándo se pronunciará sobre el fondo. En el problema limítrofe entre Colombia y Nicaragua pasaron 11 años. Y respecto a que sus fallos “son vinculantes y de cumplimiento obligatorio”, es muy dudoso porque Colombia perdió la demanda, pero declaró la “inaplicabilidad del fallo”, lo que significa “no lo cumplimos”, hasta el sol de hoy.

 

Un poco más atrás, Israel capturó en 1967 los Altos de Golán a Siria. La ONU por unanimidad aprobó su resolución 497 de diciembre de 1981 exigiéndole la devolución de ese territorio. ¿Lo ha cumplido?

Mesa piensa que la demanda boliviana “es seria”. (No respondió si él también cree, como Morales, que la vuelta al mar está cerca). Me gustaría saber los nombres de los expertos en Derecho Internacional Público que la elaboraron para contagiarme de su optimismo.

Ojalá que una vez que Morales pueda re-re-reelegirse, el “asunto marítimo” no sea archivado hasta mejor ocasión. Mientras tanto, me preocupa la bravata del canciller chileno.

¡Ah! Hubo más preguntas para Mesa, como aquella de ¿cómo se puede estar en el gobierno y ser opositor a la vez? Será la próxima semana.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI; EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

 

 

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Los engañados por los socialistas del SXXI

Hace algunos años varias alcaldías venezolanas prohibieron el “juego de la bolita” porque sus patrocinadores sencillamente eran unos tramposos. Consistía en poner una bolita de color debajo de un vaso (de 3 en una mesa) para que el incauto apostara bajo qué vaso estaba la bolita.

El que acertaba ganaba el doble de lo que había apostado o lo perdía todo. Los apandillados del tramposo apostaban y ganaban, incitando a la gente a hacer lo mismo. La primera vez ganaban. En la segunda lo perdían y después se esforzaban en vano en recuperar lo que habían perdido. Todo era cuestión de un hábil juego de manos del pillo.

Mucha gente, conocedora del infame truco, solía alertar a los apostadores de que estaban siendo timados, pero eran palabras al viento. Esto tan pueril, trasladado a otras dimensiones de la vida real, hizo exclamar alguna vez al gran dramaturgo estadounidense Mark Twin que “es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada”.

En estos tiempos lo vemos en los países gobernados por los socialistas del Siglo XXI. En su penúltima campaña electoral Hugo Chávez prometió: “Para el 2013 la pobreza se habrá acabado en Venezuela”. El “comandante galáctico” era un mentiroso contumaz. Apenas instalado en la presidencia en 1999 dijo que renunciaría “si dentro de un año sigue habiendo niños (limosneros) en las calles”.

Hoy Venezuela se debate en una pobreza atroz, no solo los padres, sino los niños y tienen que hacer enormes colas desde la madrugada por alimentos y medicinas. Jamás el país había soportado estas penurias. Sin embargo la propaganda oficial sigue haciéndole creer a los venezolanos que viven en el mejor país del mundo. Nicolás Maduro hasta ha creado un “vice ministerio de la felicidad”.

En Bolivia, Evo Morales al asumir el cargo hace 10 años dijo que seguiría viviendo en su habitación de un barrio marginal de La Paz y que no necesitaba de escoltas. En un santiamén pasó a ocupar la residencia presidencial, compró un avión para sus viajes internacionales en $38 millones (lujo que ninguno de sus antecesores se dio) y donde quiera que va se desplaza con un séquito voluminoso de camarógrafos y escoltas, a alguno de los cuales les ordena que le aten las trenzas de los calzados.

¡Qué lejos quedaron los tiempos del indiecito elegido presidente que se limpiaba las sudorosas manos en su chompa antes de saludar al Rey de España! Ahora es el “Jefazo” (panegírico del argentino Martin Sivak) y --a la manera del célebre personaje de Mario Puzo--, es el “Don Evo” de la política boliviana, la “luz que ilumina el continente”, según su canciller David Choquehuanca.

La relativa bonanza boliviana se debe a los altos precios de las materias primas de exportación, pero la propaganda oficial asegura que es obra de  Morales. Montado en ese caballo va a su tercera reelección. A la primera fue prometiendo que no se postularía otra vez. Para la segunda se saltó el ordenamiento legal que se lo prohibía y ahora para la tercera está mandando a sus áulicos a reformar la Constitución. Y lo va a conseguir.

Hace 10 días Maduro y sus compinches organizaron una manifestación en Caracas. Sería tonto decir que fueron pocos los asistentes. Hayan sido empleados públicos obligados, o lo que sea, la verdad es que también estuvieron miles de chavistas enfervorizados. ¿Estos no hacen colas en los mercados? ¿Estarán viviendo en el mejor país del mundo?

En Bolivia no hay manifestación sindical que no enarbole pancartas con el rostro del Che Guevara. ¿No se enteraron que fue el cabecilla de una invasión armada a su país? ¿Será que no saben que el Che, como comandante de La Cabaña, fue un brutal asesino que mandó a fusilar a cientos?

¿Olvidaron su “doctrina” expresada el 11 de diciembre de 1964 en la ONU?: “El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”…

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

Tierra Lejana
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