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Prostitutos del Micrófono

En el fragor de la campaña de las elecciones generales (2014) y de las elecciones subnacionales (2015), tres conocidos medios de comunicación (2 Radios y 1 Diario) de Yacuiba, se han convertido en verdaderas usinas de bulos, y comandos desembozados de feroces y despiadados ataques contra los que no respaldaban a los candidatos del MAS (y aliados, seudoopositores). Han desatado una guerra sin cuartel convirtiéndose en punta de lanza de estos caciques pretorianos.

Todos sospechábamos que por debajo de la mesa había algún tipo de oscura y dudosa transacción porque era muy evidente la actitud de los locutores ofidios en disparar a todo blanco opositor con los ojos cerrados sin parar a mansalva.

El excandidato del MAS Carlitos Brú, gozaba de espacios privilegiados sin limite de tiempo, sin preguntas incómodas, sin temas puntillosos, con un libreto pactado que el locutor seguía textualmente y con salida al aire de personas entrenadas para repetir un guión de apoyo electoral al exalcalde. Todo parecía espontáneo, pero era muy perfecto para que sea verdad. El montaje fue muy bueno, pero subestimaron la inteligencia de la población yacuibeña. Todos los sábados y domingo, el único ‘invitado’ monopólico de la hora estelar, era el exalcalde Brú. Pasaron las elecciones, y volvieron a la programación normal de música variada.

Exactamente la misma operación se ha producido en las dos campañas. En la primeras les fue muy mal porque el candidato a diputado era impresentable, y estaba muy hediondo. Toda la lavandina que usaron estos locutores propagandistas, no ha servido para limpiar la cara sucia del exasambleísta. La oposición ha sido despiadadamente atacada por estos dos medios de comunicación, que disponían de un pelotón de noteros que acompañaban en el fusilamiento.

JUGOSOS CONTRATOS A CAMBIO DE HACER DE CAJA DE RESONANCIA

Un medio (Radio) que está ubicado en una céntrica avenida de Yacuiba, en diez meses (tiempo que duró la pre campaña y campaña electoral del MAS), ha facturado al Municipio de Yacuiba la suma de Bs. 179.000, y el otro que tiene el mismo formato sensacionalista de radiococina y está ubicado cerca, Bs. 166.000. Un Diario monista y vacuo que se limita a republicar sin editar las notas que salen de las oficinas de las instituciones públicas, la fabulosa suma de casi Un Millón de Bolivianos. (Bs. 923.780), 100.000 cada mes. Ahí la explicación del Diario que sólo contenía notas zalameras y algunas tapas rocambolescas. Portadas dignas de archivos para enseñar a los alumnos lo que nunca un periodista debe hacer, lo que no es periodismo. Tengo guardadas muchísimas tapas, dignas de colección. Estamos hablando solo de 10 meses y de una Institución pública, cuando en el Chaco y Tarija hay casi 10.

Eso no se puede llamar periodismo, es seudoperiodismo, es falso. Lo que hacen, no se ajusta a las básicas normas del periodismo verdadero. Hay que separar el trigo de la paja. Hay una frase que me gusta mucho de George Orwell "Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas". Los que son preconizadores del poder no son periodistas, son mercaderes, comerciantes, son propagandistas del poder, son los cínicos, según el Gran Kapu. Hay que correrlos para que no sigan pudriendo a las demás manzanas.

Estamos investigando y vamos encontrando otros pagos a estos mismos medios de manera muy sospechosa por transmisiones especiales inexistentes, provisión de bienes y servicios con sobreprecio, etc. Esto es solo la punta del ovillo. Hay canales de TV que el Municipio paga a sus camarógrafos, a sus noteros, a sus periodistas. Eso no es correcto. Todos los trabajadores de la prensa lo saben, todos callan. Hay programas fantasmas, pero que cobran jugosos cheques. El Ministerio de Trabajo tan oficioso con las petroleras, debería intervenir. No tienen beneficios sociales, ni contratos porque el Municipio es el que paga sus servicios.

Ambos medios rojos apelan al fácil y cómodo formato del sensacionalismo para retener el pico de rating. Se esfuerzan por publicar escándalos. No poseen ningún tipo de escrúpulos al momento de hacer radio, van de frente como una topadora D12 llevándose todo por delante a cambio del dinero fácil y rápido. Así como los políticos corruptos, rápidamente cambiaron sus vidas enfangadas en la miseria económica, gracias al negociado de la información. Son cacasenos del periodismo, pero muy hábiles para los negocios turbios, por eso poseen riqueza mal habida que no resiste una simple investigación de fortunas.

Cuando hacen Radio, todos los días enfatizan de manera recurrente que son independientes y que no responden a bajadas de línea, no se puede con la conciencia, porque los traiciona.

El problema no es que las instituciones públicas les paguen bien, el problema es que el Municipio ha costeado como publicidad no sólo al medio, sino a todos los reporteros del medio de marras, a las esposas de los reporteros, a una enamorada de uno de ellos, a las hijas de un locutor,  incluyendo a una que estudia en Tarija, y que no vive desde hace años en Yacuiba, y nunca hizo Radio. Si uno revisa la parrilla de la pauta, no alcanza las horas de transmisión para pasar las cuñas, o las planas del Diario. No hay manera de justificar. Fernando Vidal a su estilo, viene denunciando este tipo de irregularidades desde hace mucho tiempo atrás, manifestando que hasta el perro de la Radio tiene contrato para que haga de perro. La reacción de los afectados fue feroz. Se cansaron de insultar a Vidal.

NO DEBEMOS PISARNOS LA MANGUERA

Algunos afectados, al tener conocimiento que poseo esta documentación me llamaron para suplicarme que no publique, y menos que comente este tipo de hechos con la lógica ‘que entre bomberos no debemos pisarnos la manguera’. Les dije que si se trataba de contratos con la Coca Cola, la Paceña o Soboce, no me importaría porque son recursos privados. Pero en este caso son recursos que salen de la caja pública (que pertenece a todos) a la que todos aportamos y es de todos los yacuibeños. Les dije que cada uno facture lo que mejor le parezca, pero que nadie debe usar los recursos públicos para pagar jugosos contratos a sus empleados, a la esposas, a la hijas, hasta a la enamorada. No sólo es inmoral, antiético, indigno, sino un delito que debe castigarse ejemplarmente.

URGENTE: HAY QUE LIMPIAR LA CASA

Ha llegado el momento de limpiar la casa desde dentro sacando la basura debajo de la alfombra, es momento de hacer una reflexión profunda de nuestro trabajo y naturaleza como periodistas, es momento de poner en la mesa del debate el verdadero rol del periodista. Hay que deshacerse de aquellos que hacen negocio/negociado con la información y que trafican con ella en beneficio personal estafando a su audiencia, y a la sociedad. Hay que sancionar moralmente a estos políticos inescrupulosos que echan mano de este tipo de radialistas furcias, que acceden fácilmente a sus caprichos por dinero. Por culpa de este tipo de especies, cada día estamos cayendo en picada en cuanto a credibilidad y confianza de la población.

PERIODISTAS HAMBRIENTOS Y CODICIOSOS

En una charla privada, un vetusto y rancio político de Yacuiba (concejal en ese momento) dijo sin darse cuenta que me encontraba en la mesa, que los periodista son tan hambrientos y codiciosos que si le tiras al aire una fotocopia de 100 Dólares, todos se lanzan voraces tras el papel como perros hambrientos por un pedazo de carne. Me dolió mucho, y le dije que estaba escuchando y anotando. Trató de suavizar la metida de pata con bromas y chances.

Si uno revisa el  recorrido de vida de esto mercaderes de la información, fácilmente se evidencia que no tienen escrúpulos porque nunca fueron formados como periodistas,  y no estoy hablando sólo en términos académicos, ni siquiera un cursillo de periodismo. Hay señores periodistas que no pasaron por la universidad académica pero si por la universidad de la vida, la praxis y aprendieron sobre la marcha. Periodistas que leen mucho, que se preocupan por mejorar cada día y son muy respetados y admirados. Son honorables, son éticos, con dignidad, aman su profesión, la cuidan, la respetan, la defienden con hechos de buenas personas.

Este tipo de alimañas con micrófonos que están en medio nuestro, no tienen ninguna capacidad para ejercer el periodismo verdadero, porque saltaron de ser disc jóquey en una discoteca a hacer periodismo falso porque se compraron o alquilaron una radio con el financiamiento y respaldo económico de políticos corruptos. Otros saltaron de bufones de cumpleaños infantiles a ser lideres de opinión pública. Asidos de un micrófono, nos intimidan, amedrentan, insultan, propalan bravatas en beneficio del corrupto que los contrató. Mentecatos serviles, mediocres mercantilistas, avaros que buscan cualquier actividad que les reporte jugosas ganancias rápidas y sin mucho esfuerzo. No pueden haber periodistas que no tengan ortografía y ortología. Estos no saben ni escribir, ni hablar bien. Pero encontraron como cantera al periodismo.

Todo es negocio. Tres líneas de acción se convierten en materia de negociación/negociado. Por un lado el sostener una línea editorial obsecuente y preconizador con el poder, por otro lado el silencio ante hechos de corrupción más evidente, y en la otra punta del triángulo, el ataque feroz a los que se oponen al caudillo que paga el servicio canino del mercader de la información. Es gracias a estos falsos periodistas, que políticos están convencidos que a todos los periodistas les motiva el hambre por el dinero.

La información no es una mercancía,  es un bien público, sobre todo un bien social que no le pertenece al periodista, sino a la sociedad, por lo que se debe administrar con mucha ética, transparencia, equilibrio, pluralidad, prudencia y profesionalidad.

Estos hechos de corrupción  no deben quedar sólo en denuncia pública. El Gobierno Municipal debe radicar la denuncia en el Ministerio Público e impulsar una investigación rigurosa hasta sancionar a los culpables. A nosotros nos interesa más que nadie, que el periodismos en Yacuiba se limpie.

El Municipio tiene la oportunidad de mostrar el cambio, publicando mensualmente la cantidad de medios y programas independientes que contrata,  y los montos que paga a los mismos por la pauta publicitaria pública. Hasta la fecha no ha mostrado señales de cambio, es hora que lo hagan. El alcalde Ramiro Vallejos ha enfatizado que va a transparentar el Municipio, aguardamos que lo haga por el bien de la institución y la política, y nosotros.

Esto no debe quedar en la impunidad, en la anécdota. Hay una frase celebre del decimonónico Jorge Arias (MAS) que reconoce que en política se usa el tapa tapa, que consiste en que “yo te tapo, vos me tapas y ambos nos tapamos” (sic). Muchos me sugirieron aplicar la ley del bombero que consiste en no pisarse la manguera. Al callar lo que sabemos, nos convertimos en miserables cómplices.

DOS TIPOS DE PERIODISTAS

El gran Kapu (Ryszard Kapuscinski) dice que hay dos tipos de periodistas, los que hacen periodismo como profesión y los que lo hacen por ocupación. Los que hacen periodismo porque sienten el fuego de la pasión en el corazón, en el hígado, los que sienten que tienen una misión de estar siempre de lado del débil, de la sociedad, de los intereses colectivos, de la verdad, del bien común; los que sienten que el periodismo es su vida, su apostolado, su pasión, su razón de ser; los periodista de hierro, los que tienen madera, los que van a amar y cuidar como su vida la profesión hasta la última gota de sangre, hasta el último aliento. Los que escriben y hablan exudando pasión y razón por los poros, los que se entregan plenamente todos los días con dignidad porque aman su profesión. Cuando se ama de verdad, se cuida lo que se ama. Y están también los que asumen el periodismo como un oficio, como una mercancía de cambio, como una forma de hacer dinero fácil y rápido extorsionando, entregando como moneda de cambio la ética, la moral, el buen nombre por 40 monedas de plata.

En Yacuiba hay muchos periodistas muy decentes que sudan diariamente su trabajo para ganarse honestamente el pan diario sin lamerle el trasero a ningún político, verdaderos obreros dignos del micrófono. Todos ellos saben lo que pasa, pero no se animan a denunciar porque son conscientes que si lo hacen sufrirán ejemplares y duras represalias del poder. No se sienten con suficiente independencia como para poner el dedo en la llaga por eso prefieren mirar a otro lado.

LO CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO

Ha llegado la hora sacar de casa las manzanas podridas, privarnos de estos malinches que hicieron escarnio al periodismo, que vituperaron la profesión más noble, más digna que existe, que deshonraron la actividad que más pasión ha desatado en la historia, pues mucho dieron su vida en nombre de ella. Citando a nuestro Gabo, “el mejor oficio del mundo”. Después de limpiarla hay que cuidar que no vuelvan a ingresar otros a mancillarla, degradándola de nuevo. De manera urgente, hay que crear mecanismo de autocontrol, de autorregulación, de limpieza, de purga.

Por eso el gran Kapucinski en su seminal obra dice: “Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas.” (Ryszard Kapuscinski, Los cínicos no sirven para este oficio, sobre el buen periodismo, Ed. Anagrama, 2002). (Domingo 28/06/15).

 

El dedo en la llaga
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El indoblegable padre Mateo

Si el padre Mateo fuera futbolista y le diera un rodillazo a un rival, el video se haría viral y no habría rincón del mundo donde no se lo viera, como ocurrió con el infame rodillazo que el presidente Evo Morales le dio en una cancha a un adversario hace algún tiempo.

El padre Mateo, que hace 13 años llegó a Bolivia desde Argentina, apenas es mencionado por la gran prensa mundial (Quizás con excepción de NTN24 de Colombia y CNN) por su cruzada exigiendo que el gobierno de Morales destine al menos un 10% del presupuesto nacional a la salud.

Morales, siguiendo el modelo chavista, denunció que la campaña de Mateo “responde a la derecha, a la oposición”. Su ministro Juan Ramón de la Quintana lleva la voz cantante. Afirma que el presupuesto de salud en Bolivia es del 11.5%, por lo que Mateo, al pedir el 10%, lo que quiere es “asesinar” a la gente.

Ha sido inútil que se le demuestre a Quintana que el presupuesto en realidad apenas llega al 6% y que el gobierno lo infla con los aportes de los particulares a las diferentes cajas de salud. El diario La Vanguardia, de Barcelona, afirma que la mortalidad infantil y materna en Bolivia es la más alta de Sudamérica.

Quintana ha buscado acallar al padre Mateo gracias a la voluminosa prensa oficialista, pero no lo ha logrado. El cura anunció que se quejará ante el papa Francisco de los maltratos verbales cuando el Santo Padre llegué a Bolivia dentro de pocos días. El Papa conoce bien a Mateo, porque por 13 años trabajó bajo supervisión suya en Argentina.

Mateo pertenece a la Orden de los Camilos, la congregación religiosa fundada en Italia en 1591 por san Camilo de Celis, dedicada al cuidado de los enfermos y los desvalidos. Sus miembros se caracterizan por portar en el pecho la cruz roja y por tanto la orden es precursora de la Cruz Roja Internacional.

La mayor parte de la obra caritativa del padre Mateo se realiza en Santa Cruz, pero ahora casi en toda Bolivia se le apoya en su cruzada y tiene al gobierno temblando por lo que  pueda decirle al Papa, en momento en que el oficialismo trata de aprovechar la visita para ganar réditos políticos.

En los casi 10 años de gobierno, Morales no ha sido capaz de construir un hospital como el Obrero de La Paz que ya tiene 60 años y que no se abastece. Faltan equipos, especialistas, los médicos son mal pagados y los pacientes –por falta de camas--  deben pernoctar y ser atendidos en camillas instaladas en los pasillos.

La atención clínica es pésima debido a la alta demanda y para conseguir una consulta con un especialista, uno debe primero acudir en la madrugada a recabar una ficha. Y las citas son tan espaciadas que colman la paciencia. Por ejemplo para un chequeo renal, si usted acude hoy, probable que la cita se la den para algún día de septiembre.

Por esto es que el padre Mateo lucha por un presupuesto de al menos un 10%, muy inferior al gasto que se le dedica a la propaganda oficial, cuyos montos se ocultan celosamente, o a la construcción de canchitas, como la que acaba de inaugurarse en Chimoré, corazón cocalero boliviano, que con una población de 20.000 habitantes tiene desde la semana pasada, en plena selva, un estadio para 15.000 espectadores. Padre Mateo: ¡No se deje!

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

 

 

Tierra Lejana
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El Carnicero y el Patrón: La conexión oculta entre Pablo Escobar y Klaus Barbie

Pablo Escobar y Klaus Barbie fueron piezas claves para montar la «General Motors de la cocaína». Sus pactos propiciaron golpes de Estado, la organización de paramilitares anticomunistas, negocios con el Vaticano, el origen de la conspiración antisandinista con Oliver North y los corredores incontrolables de droga en todo el mundo. Beni, Santa Cruz, Ciudad de Panamá, Medellín o Miami son apenas algunos escenarios de esta conexión casi secreta y cada día más olvidada. La alianza que unió al viejo nazi con «el Patrón» fue una las más siniestras de las últimas décadas del siglo XX.

Crónica publicada en la revista Nueva Sociedad No 257, mayo-junio de 2015. El artículo y toda la revista están disponibles online en el siguiente enlace: http://tinyurl.com/qzb9dtk

Pablo Escobar y Klaus Barbie compartieron mucho más que una bandeja paisa en Medellín o unas copas de Dom Pérignon en la Amazonía boliviana. Juntos, el Patrón y el Carnicero de Lyon fueron dos de los principales engranajes de una máquina que controlaba casi 90% de la producción y distribución de cocaína en el mundo a través de una conexión que comenzaba en Bolivia, pasaba por las selvas colombianas y terminaba en las calles de Estados Unidos y Europa. Sellaron acuerdos con presidentes en Panamá, combinaron sus ejércitos personales de paramilitares, combatieron el sandinismo en Nicaragua y montaron negocios con el Banco del Vaticano. La droga fue la excusa para el encuentro entre el narcotraficante más famoso de la historia y el viejo nazi que, con ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (cia), huyó de Europa cuando acabó la Segunda Guerra Mundial. Así fue cómo me enteré.

Yo quería contar la historia de un militar boliviano en retiro que vio muy de cerca cómo se montó el gigante negocio del narcotráfico y conoció en combate a muchos de sus protagonistas. Supe de él gracias a la amistad que tengo con uno de sus hijos. Esa conversación, sin embargo, nunca se pudo dar. «Mi papá cree que puede involucrar a demasiada gente», me dijo mi amigo a modo de disculpa, aunque de inmediato me soltó un dato que me pareció impresionante. «No te imaginas los operativos de protección que se montaban acá cada vez que llegaba Pablo Escobar. Barbie en persona se encargaba de limpiarle el camino».

Decidí girar el enfoque y empecé a buscar los empolvados y ocultos hilos que conectaron al principal capo del cártel de Medellín con el ex-comandante de la Gestapo que murió en Francia, condenado a cadena perpetua tras ser acusado por la deportación y muerte de millares de personas. La conexión está muy poco documentada, pero sobrevive en la memoria de aquellos que fueron parte de esos años vertiginosos de cocaína, golpes de Estado, millonarias excentricidades y alianzas siniestras entre mafiosos y criminales de guerra. Antes de hacer los contactos, intuyo que varios no querrán recordar aquellos episodios y preferirán mantener el bajo perfil con el que (sobre)vivieron las últimas décadas. No importa. Igual decido aventurarme y tocar la puerta de ex-paramilitares, familiares de auténticos drug lords (como los llamaba la cia), ex-ministros, generales retirados, viejos agentes antinarcóticos, amigos de confianza, ex-guerrilleros, abogados y, también, investigadores.

El abanico es amplio porque la historia que pretendo contar se da en el marco de una coyuntura marcada por las guerras globales fabricadas por eeuu contra las drogas y el comunismo. Es por eso que parte de la verdad puede encontrarse en una feria de Bogotá, en una oficina de Nueva York, en una hemeroteca de Lima o en un barrio popular extraviado en El Alto de Bolivia.

***

A finales de 2012, un libro le recordó a Bolivia que el tráfico de drogas pisaba tan fuerte hace tres décadas que podía disponer de la silla presidencial el rato que se le antojaba. Ayda Levy, la autora de El rey de la cocaína. Mi vida con Roberto Suárez Gómez y el nacimiento del primer narcoestado (Debate, Barcelona, 2012.), fue la esposa y compañera de uno de los principales proveedores de pasta base de cocaína del cártel de Medellín. Su ex-marido, quien falleció hace 14 años, fue capaz de triplicar el precio del producto para la venta a sus peligrosos socios colombianos y puso cinco millones de dólares para financiar el golpe de Estado del 17 de julio de 1980, que instaló en el Palacio de Gobierno de La Paz al general Luis García Meza. En todo el mundo bautizaron aquel cuartelazo como «el golpe de la cocaína».

«El Rey», como le decían a Suárez, fue el primer motivo que juntó en un mismo salón al Carnicero de Lyon con el Patrón. El alemán y el colombiano se conocieron en una celebración por el cumpleaños de Roberto.

Gracias al contacto con uno de sus hijos, logré que Ayda Levy respondiera brevemente algunas de mis preguntas. «La relación entre Altmann-Barbie, Gonzalo Rodríguez Gacha (alias 'El Mexicano') y Escobar, aunque no está detallada en mi libro, comienza el 8 de enero del año 1981 en la fiesta de cumpleaños de Roberto en nuestra casa del barrio Equipetrol de la ciudad de Santa Cruz», rememora la autora de El rey de la cocaína.

Altmann es el apellido que Barbie recibió del Vaticano en los primeros años de la década de 1950. Derrotados los nazis, el Carnicero de Lyon comenzó a colaborar con la CIA para combatir al bloque socialista de Europa del Este. Sus contactos y «habilidades» le permitieron ser uno de los «reciclados» por los estadounidenses. Sin embargo, la incesante búsqueda montada por los franceses para que pagara por las muertes y los confinamientos masivos de los que fue responsable lo obligó a escapar a través de una de las ratlines habilitadas por el clero católico para ayudar a algunos seguidores de Adolf Hitler.

La División de Criminales del Ministeriode Justicia de eeuu elaboró un informe confidencial sobre Barbie en1983 que revela los detalles de su llegadaa Sudamérica. El documento fue liberado y está disponible en internet (us Department of Justice, Criminal Division: «Klaus Barbie and the United States Government: Exhibits to the Report to the Attorney General of the United States», agostode 1983, disponible en <http://tinyurl.com/orghqxx>).

La relación de Barbie con la Casa Blanca comenzó en abril de 1947, cuando fue reclutado por un comando del Ejército estadounidense. Cooperó con esa unidad de inteligencia durante dos años en la construcción de una red de informantes de las actividades británicas, alemanas y soviéticas. En Lyon, mientras tanto, se lo juzgaba en ausencia y nadie dudaba de que el veredicto final fuera pena de muerte o prisión perpetua. En 1949, el gobierno francés ya estaba al tanto de sus actividades en Múnich y solicitó la extradición de inmediato. Había llegado el momento de desaparecer. El 28 de abril de 1950, según el informe confidencial, el Comando de Inteligencia de EEUU en Europa decidió que Barbie «no debía ser puesto en manos de Francia».

Después de pasar unos meses en una casa de seguridad en Augsburgo, el Carnicero partió a Italia y, con un nuevo apellido, se embarcó en el buque Corrientes, que lo llevaría de Génova a Buenos Aires. Viajó acompañado por su esposa y sus dos pequeños hijos. El padre Krunoslav Draganovic, del clero vaticano, fue quien consiguió las visas para el ingreso de todos a Argentina y a Bolivia, además de pases de viajero como miembros de la Cruz Roja Internacional. Los «Altmann» arribaron a la capital porteña el 10 de abril de 1951. La relación de Klaus con la CIA y Roma estaba muy lejos de terminar. Un año después recibiría la pena capital en los juzgados franceses. Era demasiado tarde: el Carnicero había escapado.

***

Desde La Paz hay que tomar tres pequeños buses para llegar a un caminito de tierra en Senkata, uno de los barrios más grandes y caóticos de El Alto. En una casa modesta me espera uno de los paramilitares que actuó en el «golpe de la cocaína» y en los operativos posteriores a este. Vio a Barbie en una incontable cantidad de oportunidades en Cochabamba y La Paz.

Ahora tiene una vida mucho más sencilla. La democracia que llegó a Bolivia en 1982 desmontó la mayoría de los grupos armados irregulares y desde entonces él tuvo que remar a contracorriente para sobrevivir. Trabajó en peñas folclóricas, cuidó propiedades en el campo, a veces hizo de guardaespaldas e incluso tuvo encargos como detective. Nada comparado –él lo admite– con sus «días de gloria» de combate contra los subversivos. Algunos de sus ex-colegas de tropa se convirtieron en policías. Él no pudo seguir ese camino porque ya estaba muy expuesto.

Casi no le queda cabello pero mantiene el bigote, ahora completamente blanco, que llevó durante los meses que duró el «golpe de la cocaína». Cuando le propongo la posibilidad de entrevistarlo me desahucia con mucha facilidad. «Mira, yo tengo una condena y nunca la pagué. Prefiero que mi nombre no vuelva a sonar en ningún lado». No me miente. Antes de visitarlo, verifiqué que su nombre aparece entre un grupo de 14 personas que fueron condenadas por genocidio y masacre sangrienta en 1986.

«¿Usted estuvo en la fiesta con Pablo Escobar, Luis Arce Gómez y Klaus Barbie?», le pregunto al ex-paramilitar después de comprometerme a no divulgar jamás su nombre y guardar la grabadora. «Me contaron que Pablo Escobar venía algunas veces. Yo nunca lo vi. Creo que esa vez fue una parrillada, ¿no?», me responde impreciso y con un gesto de indisimulable incomodidad. Parece que no quiere hablar mucho del tema que le propongo; sin embargo, su dato era preciso. Aquella tarde de enero de 1981, el Rey de la Cocaína ofreció un churrasco a sus invitados. Entiendo que debo cambiar de estrategia y creo que acompañarlo en el repaso de sus «días de gloria» serviría. Veo un libro sobre la mesa que me sirve de perfecta excusa para tratar de entrar en confianza con él. «Es una excelente investigación, muy detallada y bien contada», le digo y apunto a la tapa roja de Teoponte, la otra guerrilla guevarista en Bolivia, de Gustavo Rodríguez Ostria (Kipus, Cochabamba, 2006.).

Me pregunta si lo leí y le respondo que aún no lo he terminado. Se nota que hablar de su vieja guerra contra los «zurdos» le apasiona más. «Yo los conocí a toditos. Hasta a los cubanos que los ayudaban», me dice. Mientras hojea el libro, comienza por asegurar que al cantautor folclórico boliviano Benjo Cruz lo engañaron «los comunistas» para entrar en la guerrilla en 1970. «Él iba a triunfar al lado de Horacio Guaraní en Argentina, pero lo mandaron a Teoponte. Tenía una carrera prometedora porque Guaraní también era zurdo. Se metió al ELN [Ejército de Liberación Nacional] y se fue a la mierda. Incluso los elenos [miembros del ELN] le inventaron versos que él nunca escribió. Lo utilizaron».

Han pasado más de 40 años desde que este señor comenzó a combatir a las distintas fuerzas de izquierda que operaron en el país y todavía exhala bronca contra los elenos. Me asegura que a ese ejército guerrillero, fundado por Ernesto «Che» Guevara, le llegaba mucho dinero de Cuba y de la URSS en los setentas y que varios de sus integrantes se quedaron con esos recursos. Con vehemencia me dijo: «Ellos robaban también», aunque aclaró de inmediato que no se refiere a todos los elenos. «Había gente de mucho honor ahí, aunque estaban en guerra con nosotros».

Sobre la masacre de la calle Harrington del 15 de enero de 1981, en la que ocho líderes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fueron asesinados por paramilitares, asegura que hubo una delación que les permitió intervenir con facilidad y exterminar a los cuadros miristas. La reunión, según él, debía ser originalmente en una plaza en la zona de Tembladerani, pero a último momento fue trasladada a esa calle del barrio de Sopocachi. La información llegó puntual al Ministerio del Interior y de inmediato se instruyó el asalto.

De a poco nos acercamos a lo que fui a buscar. Sin que se lo pregunte, comienza a contarme que en la dictadura del coronel Hugo Banzer (1971-1978) había una disputa feroz entre los militares por conseguir terrenos en el oriente de Bolivia y quedarse con el dinero que llegaba de los créditos internacionales que hicieron insostenible la deuda externa de Bolivia. Sospecha que ahí comenzó el narcotráfico; no de la mano de los paramilitares o criminales, sino desde las mismas Fuerzas Armadas y con los nuevos terratenientes cruceños que «se llenaron de dinero y títulos de propiedad gracias a Banzer». Al fin menciona a «Los Novios de la Muerte», el terrible grupo paramilitar organizado por Barbie para apoyar el golpe de Estado de julio de 1980 y que después sería puesto al servicio de la conexión boliviano-colombiana del narcotráfico. Lo que luego se conocería como la «General Motors de la cocaína».

Ellos –me cuenta– se organizaron a finales de los años 70 y colaboraron en varios cuartelazos y acciones para eliminar o secuestrar a referentes de la izquierda local. Pasaron un tiempo en Centroamérica, donde adiestraron a los primeros contras que enfrentaron la revolución sandinista nicaragüense, y volvieron para actuar en el «golpe de la cocaína». Después, el dinero de Roberto Suárez y el cártel de Medellín los puso a operar en el oriente boliviano, con la misión de limpiar el terreno para que solo los socios tuvieran la exclusividad de producir la pasta base que se vendería a los colombianos. Los narcos menores tenían dos opciones: convertirse en aliados y pagar «el impuesto», o ser delatados ante el Ministerio del Interior y expulsados del negocio.

Bastante se ha escrito sobre este grupo armado que sembró el terror en La Paz y Santa Cruz durante el gobierno de García Meza; sin embargo, hay un detalle que yo nunca había escuchado antes. El hombre del bigote blanco me revela que existía un brazo civil de «Los Novios de la Muerte» que se ocupaba de limpiar las huellas de las operaciones de los narcotraficantes. «Eran abogados casi todos. Ellos montaban los negocios con los que se lavaba el dinero de la droga que llegaba a Bolivia. Tenían mucha influencia sobre los gobiernos de Banzer y García Meza. Incluso uno de ellos llegó a ser contralor general de la República en aquellos años».

Casi al finalizar la conversación me cuenta una última anécdota de Barbie. Recuerda que cuando los «agentes de seguridad» se encontraban fuera de servicio en Cochabamba, pasaban las horas y los días en el desaparecido Café Continental, al lado de la catedral. De vez en cuando Klaus, que permanecía la mayor parte del año en esa ciudad a pesar de sus frecuentes viajes a La Paz y Santa Cruz, visitaba al grupo y se sentaba a tomar un café con ellos. Una tarde, él calcula que fue en 1979, una pareja de judíos se sentó en la mesa de atrás. El Carnicero de Lyon, tratando de maximizar su repulsión, dijo en claro español y muy fuerte: «Deberíamos volver a hacer jabón».

***

Michael Levine fue agente encubierto de la Administración para el Control de Drogas de EEUU (DEA) en Argentina durante algo más de tres años, entre 1978 y 1982. Desde ese puesto logró engañar a narcos bolivianos como Roberto Suárez, los esposos Atalá, Alfredo «Cutuchi» Gutiérrez, Marcelo Ibáñez y la familia Gasser –todos ellos cruceños–, al involucrarlos en la venta de más de 1.000 kilos de sulfato base de cocaína a cambio de nueve millones de dólares. El 24 de mayo de 1980, un viejo Convair cargado con la droga partió desde una pista escondida en la selva beniana rumbo a Florida. Al mismo tiempo, dos bolivianos eran arrestados en el interior del Kendall Bank de Miami después de recibir el pago por «coronar» la operación.

Mike, como le dicen todos al neoyorquino, creyó que su temerario operativo representaba el golpe al narcotráfico más grande en la historia. Al fin había logrado incriminar a los peces gordos bolivianos. Estaba muy equivocado. Su gobierno tapó el caso y liberó a los detenidos. Los capos del narco en Bolivia estaban muy lejos de perder su influencia en las agencias especiales estadounidenses.

A pesar de que Levine fue uno de los agentes encubiertos más importantes de las décadas pasadas y está en la «lista negra» de colombianos y mexicanos a los que ayudó a arrestar, conseguir su número de celular no es difícil. Además, él mismo responde el teléfono señalando su nombre: «Hi, this is Michael Levine…».

Me sorprendo por la naturalidad con que me responde. Yo había imaginado que me tocaría sortear uno o dos filtros entre secretarias y subalternos antes de conversar directamente con él. Me presento como un periodista boliviano y él se entusiasma de inmediato con la idea que le propongo. Comienza a hablarme en español con naturalidad. En su acento ya no queda nada de sus años como agregado de la DEA en Buenos Aires, más bien percibo un tono bastante centroamericano en sus palabras.

Le explico que tengo la hipótesis de que la conexión entre Barbie, Escobar y los capos del cártel de Medellín es más fuerte de lo que se cree hasta ahora, y él me responde que todo se explica en la estructura que se monta alrededor del «golpe de la cocaína», en cuyo armado la CIA tiene un rol fundamental:

«Mientras vivía en Buenos Aires me hacía pasar por un mafioso siciliano y así me encontré con la gente de Roberto Suárez y aprendí que más de 90% de la pasta base boliviana era vendida a los colombianos, para convertirla en cocaína. La CIA –continúa Levine– en ese momento [1980] no tenía idea de lo que estaba haciendo la DEA, ni le importaba. A su juicio, los agentes de la DEA éramos aficionados incompetentes. Ellos, mientras tanto, estaban fomentando el derrocamiento del gobierno de Lidia Gueiler. Su principal activo para el control de los militares bolivianos en ese momento era Klaus Barbie. Fue uno de los varios activos ex-nazis que tenían trabajando en América del Sur en ese momento».

Gueiler fue depuesta el 17 de julio de 1980, seis meses y 10 días después de que Escobar se conociera con el Carnicero de Lyon en esa parrillada en la que el Rey de la Cocaína comprometió cinco millones de dólares para financiar el cuartelazo. Concluye Levine:

«El resultado fue que, mientras la CIA estaba tratando de derrocar a Gueiler, yo estaba trabajando estrechamente con ese gobierno para destruir la organización de Suárez, que irónicamente era protegida por la misma CIA. Así que cuando Suárez nos hizo llegar el cargamento de cocaína más grande en la historia de EEUU (en aquel momento) y arrestamos a José Roberto Gasser y Alfredo Gutiérrez en Miami con nueve millones de dólares en efectivo en un banco de Miami, la CIA fue tomada por sorpresa».

Sin embargo, Mike también fue tomado por sorpresa en aquel entonces. Él no sospechaba que la conexión boliviano-colombiana de la droga tenía cobertura especial de parte de la agencia de inteligencia más importante de su país y jamás imaginó el poder que tenían dentro del gobierno de García Meza los peces gordos que él había incriminado. En 1994, años después de descubrirlo y ser retirado de su puesto en Buenos Aires, Michael publicó el best seller The Big White Lie: The Deep Cover Operation that Exposed the cia Sabotage of the Drug War (Reed Business Information, Nueva York,1994.), que en América del Sur fue editado en español con el título La guerra falsa. Fraude mortífero de la CIA en la guerra a las drogas (CEDIB, 1994. Disponible en Amazon: http://tinyurl.com/knb6o5l).

«Su siguiente acto [de la CIA] iba a comenzar con el «golpe de la cocaína» de 1980 –prosigue Levine en la entrevista–. Además, como he escrito en el libro, Klaus Barbie fue clave en esa sangrienta acción como el brazo derecho de la CIA. Fue el nacimiento de la organización que llegó a ser conocida como «La Corporación», que yo tengo entendido sigue funcionando ahora mismo, que yo llamé «la General Motors de la cocaína». Esta, en mi opinión, es la verdadera historia de lo que ocurrió en Bolivia durante este tiempo, como lo vi y viví. Es la historia triste y real de una verdadera asociación entre el gobierno, los narcotraficantes, criminales de guerra nazis y la CIA, agencia cuya historia ha demostrado que es un organismo compuesto por incompetentes criminales».

Pasaron más de 35 años desde esa tarde en la que Levine celebró por el despegue del Convair desde una pista beniana creyendo que acababa de «coronar» el mayor golpe en la guerra contra las drogas en la historia y, ahora, desde su oficina de investigador privado en Nueva York, no se cansa de acusar a la CIA por voltear su operativo.

Su libro fue lectura obligada en círculos políticos de izquierda bolivianos durante décadas y seguro está en varias de las bibliotecas domésticas de actuales ministros y parlamentarios del partido de Evo Morales. Solo así se explica que, el 3 de marzo de 2011, Morales mostrara un ejemplar de La guerra falsa en un acto público para ratificar la decisión que tomó en 2008 de expulsar a la DEA de Bolivia. Aquel episodio no le gustó nada a Mike…

«En 1995 yo conocí personalmente a Evo Morales. Le expliqué lo que yo puse en el libro. La DEA trabajaba con Lidia Gueiler para neutralizar a la mafia cruceña. Fue la CIA la que traicionó a los bolivianos. Por eso yo no me puedo explicar por qué Evo Morales expulsó a la DEA y no a la CIA. Es incomprensible para mí. Sin la protección y apoyo de la CIA a criminales de guerra nazis y narcotraficantes, nunca hubiera existido La Corporación en Sudamérica y la resultante epidemia de crack y cocaína en EEUU».

El ex-agente encubierto conoció y fue parte activa de los procesos contra varios de los más famosos narcotraficantes colombianos, sobre los que ahora se escriben libros y se producen telenovelas y películas. Hoy no tiene dudas de que los peces gordos bolivianos a los que había implicado en 1980 eran mucho más poderosos y valiosos dentro del mercado mundial de las drogas.

«Bolivia era responsable de la producción de 90% de la cocaína en el mundo. Pablo Escobar era uno de los traficantes de cocaína más importantes a los que Sonia Atalá vende cocaína. Él solía llamar a Sonia «la reina con la corona de nieve». Ella era mucho, mucho más importante en la historia de la cocaína en América del Sur que él. Escobar fue una creación del American media [los medios estadounidenses]».

***

A pesar de las apreciaciones de Levine, es evidente que en Colombia muy pocos conocen de Barbie y prácticamente nadie escuchó hablar de Atalá o Suárez. En cambio, de Escobar y del «Mexicano» Rodríguez Gacha no se olvida nadie. Pasarán varias generaciones antes de que los colombianos olviden a los responsables de los coches bomba, el estallido de un avión en pleno vuelo, los bombazos en centros policiales o el asesinato de directores de periódicos, ministros y candidatos a la Presidencia.

De paso por Bogotá, donde asisto a un congreso sobre políticas públicas de drogas, me dicen que no vale la pena que me aventure hasta Medellín en busca de nuevas pistas. Allá todo el mundo tiene historias de todos los colores que supuestamente involucran a Diego Maradona, Chespirito, el Puma Rodríguez y hasta a los Rolling Stones, pero nunca se escuchó hablar de los peces gordos bolivianos o del Carnicero de Lyon. Además, en la capital de Antioquia casi todos los testigos cercanos al cártel de Medellín cobran por contar cualquier tipo de detalle relacionado con la vida, obra y milagros del Patrón.

Comencé a buscar en librerías alguna publicación con nuevas pistas, pero los resultados no fueron muy alentadores. La mayoría de los libros están plastificados y no puedo hojearlos para ver su contenido. Además son carísimos. Me llevo un par que terminan siendo una gran decepción.

La suerte asoma recién en mi último día en la capital colombiana. Descubrí una feria apenas a cinco cuadras del Palacio de Nariño donde había una abrumadora colección de textos con crónicas e investigaciones periodísticas sobre el narcotráfico, las guerrillas y el paramilitarismo. Cuando las vendedoras advirtieron que me interesaban las obras relacionadas con Escobar y el narcotráfico, hicieron aparecer otro fardo con más títulos sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc), las Autodefensas, la historia del secuestro de Ingrid Betancourt y novelas relacionadas con el mundo de las drogas. «A usté le gustan los libros sobre bandidos», me dice riendo una de ellas mientras me alcanza un ejemplar original del histórico Los jinetes de la cocaína (Documentos Periodísticos, Bogotá, 1987), de Fabio Castillo, que hace más de una década es imposible de encontrar en cualquier librería del mundo.

El vínculo del Patrón con Bolivia se inicia en su primera detención como traficante. El capo del cártel de Medellín afirmaba que la graduación de un bandido profesional era pasar unos meses en la cárcel, y a él le tocó titularse en 1976. John Jairo Velásquez, alias Popeye, el último jefe de sicarios vivo de Escobar, contó al periodista Mauricio Aranguren que su patrón narró este episodio fundacional con estas palabras:

«Mis únicos antecedentes penales hasta hoy vienen de esa captura. El 16 de junio de 1976 venía de Pasto con mi primo Gustavo Gaviria. Traíamos 39 libras de pasta de coca dentro de la llanta de repuesto de un camión. El informe policial decía que era cocaína, pero en realidad era solo la base, pasta, que traíamos para procesarla en un laboratorio creado por nosotros en Envigado. En esa época no había una sola mata de coca sembrada en Colombia, la materia prima tocaba traerla de Perú y Bolivia. Los detectives del das [Departamento Administrativo de Seguridad] nos cayeron al lugar y no hubo tiempo de escaparnos, nunca supe cómo se enteraron, el hecho es que nos pescaron con la mercancía en la mano. Tratamos de sobornarlos, pero los muy honestos no quisieron plata. Nos llevaron a la cárcel de Pasto, la frontera con Ecuador, porque el camión tenía placas de allí. Recuerdo que a la hora de la reseña policial sonreí. Es una de las fotos que más quiero. ¿Sabes por qué? Todo bandido tiene que pasar un tiempo en prisión para tener la escuela completa. Podríamos decir que esa foto es la de mi graduación».

Aquella detención de 1976 fue recreada en la telenovela El patrón del mal; sin embargo, los peces gordos bolivianos, la mafia cruceña y Barbie no tienen una sola mención en los 127 capítulos de la exitosa producción de Caracol tv. La serie está inspirada en el libro La parábola de Pablo. Auge y caída de un gran capo del narcotráfico (Planeta,Bogotá, 2001), del periodista y ex-alcalde de Medellín Alonso Salazar Jaramillo, y allí sí aparece una referencia a la alianza de Escobar con el Carnicero de Lyon. Una escena tan descabellada que, sin el contexto necesario, parecería el cruce de dos grupos de viajeros del tiempo que se encuentran extraviados en la mitad de una jungla:

«[Pablo] Decidió trabajar sin intermediarios y conquistar con colombianos la ruta del sur. (…) En la medida en que sus hombres viajaban se relacionaban con gendarmes, dictadores y gobernantes, y con viejas y nuevas mafias. En Bolivia se contactaron con militares y fugitivos nazis –como el Carnicero de Lyon, Klaus Barbie–, quienes manejaban el comercio de la base de coca en las selvas. Hombres de Pablo vieron allí cómo los seguidores de Hitler, 40 años después de la guerra mundial, en plena selva, seguían vistiendo sus uniformes y desfilando en honor del gran Führer».

Lo que sucede después de la detención del Patrón en 1976 también está relacionado con Bolivia y los peces gordos. La conexión es relatada por Luis Cañón en su libro El Patrón. Vida y muerte de Pablo Escobar (Planeta, Bogotá, 1994.).

«Luego de salir de la prisión, en 1976, Escobar viajó a Bolivia y se entrevistó con otro hombre que también se dedicaba a sentar las bases de su futuro imperio. Se trataba de Roberto Suárez, terrateniente y ganadero que ejercía un poder paralelo en toda la zona de la Sierra Baja. Los dos hombres acordaron unas condiciones de negociación y unas cantidades fijas. Brindaron por la prosperidad permanente de su relación y del negocio».

En los primeros años de la década de 1980, los responsables de controlar la seguridad de todas las operaciones que se realizaban en las pistas de Santa Cruz y Beni eran «Los Novios de la Muerte», contratados por el Rey. Barbie, como detallaremos más adelante, ya era el asesor de inteligencia, emisario ante el gobierno boliviano y proveedor de contactos de la «General Motors de la cocaína».

***

El Bavaria era un restaurante y bar de dos ambientes ubicado en el centro de Santa Cruz de la Sierra. El primer ambiente no tenía ningún elemento llamativo más allá de algunas insignias y banderas alemanas; sin embargo, el segundo cuarto tenía una estatua de Hitler y una colección completa de emblemas nazis. Al menos así lo recuerda el general retirado Gary Prado, quien me contó en una entrevista telefónica que en 1981 lo intervino para desarticular a «Los Novios de la Muerte» por orden presidencial de García Meza. Menos de un año después de instalarse en el Palacio de Gobierno de La Paz, el régimen necesitaba lavarse la cara frente a EEUU. En todo el mundo se hablaba de la «narcodictadura boliviana», y el dictador no tuvo más opción que avanzar contra la maquinaria de la droga asentada en Santa Cruz para ganar oxígeno.

«Cuando García Meza me manda a Santa Cruz como comandante de la viii División del Ejército [1981] se produce un shock en el resto de los militares cercanos a él. Ellos manejaban esa división desde La Paz –dice el militar que también participó en la campaña contra el Che Guevara de 1967–. Yo le dije al general que iría a Santa Cruz a poner orden. Yo ya conocía que el grupo de los alemanes trabajaba con los militares en las tareas de represión y también trabajaba protegiendo a los narcotraficantes. Incluso había grupos civiles armados que patrullaban en la ciudad. Toda la ciudad estaba atemorizada. Fuimos al Bavaria –prosigue Prado–, que era el cuartel general de los nazis. Los capturamos a todos y los puse en la frontera. Los saqué a Brasil inmediatamente y eso causó un alboroto tremendo en Santa Cruz. Así empecé a poner orden. Tardé un mes en desarmar estos grupos. Sabíamos que tenían banderas nazis y una estatua de Hitler y que allí se hacían rituales. Sacamos todos esos símbolos. Cuando ingresamos ellos pensaron que veníamos a impartirles órdenes porque vieron que éramos militares».

La contraparte boliviana de los libros colombianos fue más difícil de conseguir, pero al fin hallo un indicio a través de esta conversación con el general Prado. El militar retirado me contó que se producía tanta pasta base en Bolivia que en cierto momento las arcas del Banco Central se llenaron por las incautaciones. Así fue como el gobierno tuvo que almacenar el resto de la droga en los cuarteles. «Toda la producción se iba en avionetas desde todas partes para los colombianos. Acá no había laboratorios de cristalización», asegura.

Fue Prado quien expulsó de Bolivia al famoso neonazi Joachim Fiebelkorn, un alemán desertor de su Ejército aficionado a coleccionar uniformes y artículos de las tropas de asalto de Hitler. Él era el jefe del grupo de mercenarios que Barbie puso a disposición de Roberto Suárez y que vieron sorprendidos los hombres de Escobar en medio de la selva.

Una vieja publicación de 1980 del instituto londinense Latin American Bureau, titulada Narcotráfico y política. Militarismo y mafia en Bolivia (Disponible en <http://tinyurl.com/jwo4zrz>), permite completar la fotografía de la relación entre los paramilitares colombianos y bolivianos. Allí se puede leer el relato de uno de los paramilitares que formaban parte de la mafia cruceña. El libro identifica al autor del testimonio como un mercenario alemán «ex-boxeador de peso mediano», quien reconoce a Barbie como uno de los que daban instrucciones al grupo.

«Suárez tenía 28 pequeños aviones con un águila negra sobre el fuselaje. Dos de nosotros acompañábamos al piloto: se aterrizaba en el territorio boscoso del Beni, cerca de la frontera brasileña, y se esperaba a los intermediarios colombianos. Los capos de la mafia boliviana se habían comprado amplios territorios en el Beni para ocultar sus negocios. Había una pequeña pista en medio de los árboles donde aterrizaban los aviones. Antes de nuestra intervención, sucedía con mucha frecuencia que los colombianos pagaran con paquetes ya preparados que contenían pocos dólares y mucho papel y escapaban lo más pronto posible mientras disparaban ráfagas de ametralladora. Pero Fiebelkorn hizo instalar dos puestos de bazooka en torno a la pista. Desde aquel día, los colombianos empezaron a pagar regularmente. Tenían miedo y rabia de nosotros, los alemanes.

Era lindo –prosigue el relato anónimo– hacer el viaje de regreso a Santa Cruz con el avión cargado de «verdes». Una vez tuve en mis manos cuatro millones de dólares. Suárez no nos hacía faltar nada y nos pagaba 5.000 dólares al mes, una gran suma para Bolivia. No sabíamos dónde gastarlos, porque en el Bavaria todo era gratis para nosotros. Había cinco chicas alemanas, más Gerlinde, la preferida de Joachim [Fiebelkorn]. Con las hermanas Marianna y Mara, dos ex-cabaretistas del Treff, en el Taunus Feldberg de Fráncfort, Gerlinde había protagonizado breves films pornográficos. Los proyectábamos para los coroneles bolivianos y ellos perdían la cabeza. Un día vino a visitarnos Klaus Altmann [Barbie], entonces consejero de Seguridad del Ministerio del Interior boliviano. Nos dijo: «Llegó el momento. Es necesario hacer saltar este gobierno antes que Bolivia se transforme en una gran Cuba».

Así fue el «golpe de la cocaína».

***

«Durante el año 1981, Barbie acompañó a mi marido en varios viajes que realizó a Medellín, Colombia, como su asesor en inteligencia. El 5 de enero del año 1982, Roberto se reunió en Panamá con Manuel Antonio Noriega y Pablo Escobar. Esa reunión con el general panameño fue concertada por Barbie, quien también estuvo presente», me responde con mucha precisión Ayda Levy.

Queda claro que el Carnicero no solo proveía seguridad para las operaciones de La Corporación gracias a su influencia en las dictaduras bolivianas. También aprovechaba sus contactos para asegurar la expansión del negocio.

«Los nexos de Barbie con la incipiente agencia de inteligencia estadounidense [CIA] se dan en un principio por la mediación de la red de extracción que había facilitado el Vaticano, después de la Segunda Guerra Mundial, principalmente para científicos y disidentes nazis. La antigua relación de Barbie con el Vaticano sirvió para que Roberto [Suárez] y Escobar iniciaran relaciones comerciales con Roberto Calvi, quien era presidente del Banco Ambrosiano» –añade Levy–. Así fue como la cocaína de la «General Motors» inundó Europa, con la venia y participación de la Santa Sede en Roma.

Sin embargo, Klaus no llegó a ver los frutos de su última gestión a favor del cártel de Medellín. Como revelación final, la ex-compañera del Rey de la Cocaína recuerda el último encuentro entre el Patrón y el Carnicero.

«La última vez que Barbie tuvo contacto con Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha fue en nuestra hacienda San Vicente, el día del cumpleaños de mi hijo Roby, el 26 de diciembre de 1982. Los anteriores meses Barbie había contactado a Roberto y Escobar con Oliver North, pero no pudo participar del acuerdo final al que llegaron con el militar norteamericano en Panamá por su arresto en La Paz a inicios del año 1983».

Una reducción presupuestaria dictaminada en Washington había puesto en emergencia a los servicios especiales estadounidenses, que no tuvieron más opción que llegar a varios acuerdos con productores de cocaína, marihuana y crack en todo el mundo, además de vender armas en secreto, para financiar la guerra contra los revolucionarios en Nicaragua. El escándalo estalló en 1985 y fue bautizado como el caso Irán-Contras. Para ese entonces, sin embargo, Barbie ya estaba en una prisión en Francia.

Unos meses antes de ser extraditado, el Carnicero embarcó a sus socios de La Corporación en aquel negocio propiciado por North (quien sería dado de baja de los Marines por la operación). Fue la última jugada del ex-comandante de la Gestapo en los albores de la democracia boliviana. Desprovisto del poder que le otorgaban las dictaduras y abatido por la muerte de su hijo y esposa en el mismo año, fue sorprendido por el gobierno izquierdista de la Unidad Democrática y Popular de Bolivia y, al fin, deportado a Francia. Lo último que le dejó al continente americano fue un millonario pacto que exhibió cuán flexible fue la moral de EEUU en el afán de derrotar a la naciente revolución sandinista.

En 1984, con el acuerdo en marcha, en una habitación en Medellín, Escobar le dijo a su amante Virginia Vallejo que «con tal de matar comunistas, ¡Oliver North pactó hasta con el diablo!». Y el Patrón no se equivocaba, aunque Barbie ya estaba preso para entonces. La ex-presentadora de televisión y pareja eventual del colombiano lo contó en esas palabras en su libro Amando a Pablo, odiando a Escobar (Grijalbo, México, 2007.).

***

Le pregunto a Manuel Cárdenas Mallo, quien fue ministro del Interior del primer gobierno democrático de Bolivia después de que se retiraron los militares (octubre de 1982), cómo les devolvieron el país. «Nos dejaron todo el problema. Ellos se dedicaron más a la lucha contra la izquierda y a perseguir a los comunistas. Era lo único que les importaba y por eso permitieron de todo y abandonaron el control de lo demás», me responde todavía indignado en referencia al negocio de la cocaína. La democracia de Bolivia nació con el aparato del narcotráfico totalmente instalado y en marcha a todo vapor.

En 1983 todavía restaban 10 años para que el Patrón fuera abatido a balazos y ocho para que la leucemia acabara con el Carnicero de Lyon, pero sus caminos ya estaban separados. A Escobar le faltaba aterrorizar a todo un país antes de dejarse derrotar y liquidar el 3 de diciembre de 1993.

Dos años antes de aquello, la muerte alcanzó a un Barbie solo y débil, en una celda con la luz apagada y sin la mínima esperanza de volver a caminar impune por los pasillos del poder en La Paz o tomarse un expreso en el Café Continental de Cochabamba.

El legado de ambos se escribe por separado, mientras los que conocen la conexión de a poco arriaron las banderas. Los militares se alejaron del poder en Bolivia y el agente encubierto de la DEA inició una cruzada para denunciar la traición y patraña de la CIA en la lucha contra las drogas. Los paramilitares colombianos permanecen en la selva, en la cárcel o en la fosa, mientras que los mercenarios bolivianos fueron enjuiciados y tuvieron que buscar nuevas formas de ganarse la vida. El cártel de Medellín perdió la guerra, pero el narcotráfico es un poder cada vez más incontrolable en América Latina. La conexión boliviano-colombiana fue reemplazada por México y Brasil. El hombre del bigote blanco lee sobre la guerrilla de Teoponte y así revive sus viejos combates. Reniega de la historia como se la cuenta ahora, pero tampoco piensa mover un dedo para cambiarla por su versión. Prefiere dedicarse a sus nietos.

Casi 35 años transcurrieron desde aquella fiesta en la residencia de Equipetrol. No es poca cosa. El tiempo no dejó de pasar para ninguno, pero la memoria de todos conserva frescas las imágenes de esos años de guerra, mafias y fiestas de lujo. Como esa parrillada de enero de 1980 en la que el Patrón y el Carnicero de Lyon brindaron con Dom Pérignon junto a los capos del cártel de Medellín y los peces gordos bolivianos, mezclados entre militares y mercenarios neonazis.

 

El blog de @ivanbor
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Como Tomás Katari

En 1778, Tomás Katari partió de Macha hacia Buenos Aires para conseguir la restitución de sus derechos y los de su gente. Hizo todo el trayecto a pie ya que, entonces, los indios tenían prohibido transportarse a caballo. Luego de meses de dura caminata en los que su única compañía fue el hijo de su compañero Isidro Achu, llegó a la sede del virreinato y expuso sus quejas al virrey Juan José Vertiz. El representante de la corona española atendió sus quejas en parte y los despachó. Fue el inicio de las grandes sublevaciones indias del siglo XVIII.

Si todo sale como se ha previsto, este viernes partirá una nueva marcha hacia la sede del poder.

Dirigentes del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) partirán desde la Villa Imperial de Potosí con rumbo a La Paz exigiendo atención del gobierno de Evo Morales a un pliego petitorio de 26 puntos que, según ellos, no ha sido suficientemente atendido.

Se decidió que luego de una partida simbólica desde Potosí, los dirigentes se trasladarían al cruce de Macha para iniciar, desde allí, la caminata a la sede de gobierno. La posición asumida por los comunarios de Macha, afines a Morales, de no permitir la partida de ese punto hizo que cambien su planificación inicial así que la salida será desde otro lugar.

Las circunstancias son diferentes pero el fondo es el mismo: restitución de derechos.

Potosí pide su derecho al desarrollo, aquel que le fue negado desde que comenzó a explotarse la plata del Cerro Rico, pero ni siquiera este gobierno, autoproclamado socialista, entiende lo que necesita. Con el argumento de que la región ya fue suficientemente atendida, no quiere ir más allá. Como el virrey Vertiz, atiende los reclamos solo en parte.

El aeropuerto internacional es el ejemplo más claro. Mientras sus vecinos Oruro y Sucre ya tienen una terminal aérea de ese tipo, el presidente Evo Morales dijo en Betanzos, territorio potosino, que no se construirá un aeropuerto internacional en Potosí porque sería un derroche innecesario de dinero.

Los cívicos partirán rumbo a La Paz luego de la algarabía que vivió Chimoré donde el gobierno inauguró un estadio con capacidad para 15.000 personas y un costo aproximado de 20 millones de Bolivianos. Tal vez esa infraestructura sea muy necesaria en el trópico de Cochabamba y quizás su costo no sea un derroche de dinero pero Potosí no pide estadios sino fábricas y el necesario impulso al turismo para reemplazar, de una vez, su base económica asentada en la minería.

No se sabe lo que pasará con esa marcha. Quizás no llegue a destino. Quizás sea intervenida por el gobierno. Quizás consiga llegar hasta La Paz. Quizás logre más de lo que logró la histórica huelga de los 19 días. Quizás fracase. Quizás pase a convertirse en un recuerdo. Lo cierto es que, a diferencia de otras protestas, y sin importar su desenlace, esta tiende a convertirse en un hito, igual que la marcha de Tomás Katari, aquella que, al no haber conseguido su objetivo, desató los más memorables levantamientos indígenas de la historia de Bolivia.  

Surazo
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Lo que cambia la vida, para bien…

“Sus mensajes me perturban la mente y me hacen reflexionar sobre la importancia de ser útil a la Patria, a Dios y a la sociedad; sobre la importancia de despojarse de taras culturalmente muy arraigadas, que tanto nos perjudican; sobre la total ausencia de una cultura de calidad; por eso estamos donde estamos: un país extremadamente pobre, dependiente, con los más bajos índices de productividad, competitividad y desarrollo humano; nuestra gente necesita educación, educación y educación para mejorar su calidad de vida”, me escribió el señor Victor Guisbert Lizárraga, y le doy la razón.

Siempre digo que hay dos cosas que cambian la vida de la gente, para bien: en lo espiritual, un encuentro personal con Dios y, en lo secular, una buena educación. Cuando digo educación no me refiero solo a la escolar sino también a la técnica que abre puertas a un emprendimiento propio o un empleo digno. Pero, he aquí un gran problema: todos quieren ser licenciados o ingenieros…

Pese a que las universidades del país están saturadas de jóvenes esperanzados en lograr un título universitario, se dice que el 47% de los que lo poseen no tienen trabajo o están subempleados y ¡cuántos se han frustrado y debieron migrar al exterior para emplearse en algo que jamás hubieran pensado! Tarde se dan cuenta que frente a la aspiración de la educación superior está la alternativa de que una excelente formación técnica pueda significar el ganar mucho más que un profesional universitario aún con títulos de postgrado.

En relación a esto último felicito a la Cooperación Suiza por la entrega de su Revista Bianual 2014/2015 y el Coloquio realizado en La Paz -abordando la temática de la “Formación Técnica Profesional: Oportunidades para el futuro”- donde Noel Aguirre, Viceministro de Educación Alternativa y Especial, me dejó gratamente impresionado por su innovadora visión desde el sector público; Amparo Ergueta, Oficial Nacional de Proyectos de la Cooperación Suiza, sorprendió con el dato de las más de 30.000 personas capacitadas, al igual que Gabriel Dabdoub -Presidente de INFOCAL Santa Cruz- con otras 33.000 a partir de recursos privados, mientras la antropóloga Aida Ferreyra enfocó brillantemente su atención en el tema de género. Cuatro perspectivas, todas concurrentes: se ha avanzado mucho, pero aún resta bastante por hacer.

Hay que revalorizar la formación técnica en el país: que se entienda que una persona no vale por ostentar un título universitario sino más bien por lo que es, o…¿qué opina Ud.?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Fuente: “El Deber”

Santa Cruz, 24 de junio de 2015

Buscando la Verdad
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Reencuentro con el RP José Gramunt SJ

El portón de la Casa de Nuestra Señora de la Esperanza en Cochabamba se abre solo de un lado y a la izquierda, en un escritorio semivacío, la mujer me dijo secamente:

--No sé si lo va a recibir. Generalmente está muy ocupado. ¿El sabe que usted viene a visitarle?

Alza el teléfono y dice: Padre. Aquí está un señor Maldonado que quiere visitarle… Me imagino la respuesta, porque la mujer cambia de tono y semblante y hasta parece alegrarse: Lo está esperando. Dice que usted es su amigo…

Transpongo la segunda puerta y sigo las indicaciones hasta dar con la habitación-estudio del padre José Gramunt de Moragas, quien vive allí desde hace un par de años.

Para ser sincero, lo veo mejor que la última vez que nos encontramos en La Paz, cuando aún era el director de la Agencia de Noticias Fides (ANF), que fundó hace más de medio siglo y que se caracterizó por ser “la escuela de periodismo Fides”, con su único excelso catedrático.

--Salvo alguna dificultad para caminar, me siento bien. Me confirma. El mal lo arrastra desde hace años a raíz de una mala operación quirúrgica. Pero él no se queja.

--Te acabo de enviar un mensaje, pero claro no lo leíste aún porque estás aquí. Es la edición final del libro “De los años de plomo, al populismo autoritario”, me informa.

Hablamos sobre el libro. Me enorgullecí por ser el primero en leerlo y hacer una pequeña reseña apenas llegó a mis manos a principios de año.

El sacerdote nonagenario me asombra por su lucidez para recordar, nombres, fechas, hechos. Es, como siempre, agradable su conversación. ¡Cuántas veces lo hemos hecho en los últimos 50 años! Uno podría pasarse horas hablando con él.

Cuando el diario El Universal de Caracas archivó las máquinas de escribir, muchos periodistas veteranos prefirieron renunciar a tener que aprender a desenvolverse con las computadoras (con muchos años menos, a mi casi me pasa lo mismo en los Juegos Olímpicos de Montreal). Al padre Gramunt no le arredró el desafío y obvio que no se arrepiente porque hoy pasa la mayor parte de sus jornadas sentado ante su computadora, escribiendo o leyendo diarios de Bolivia, España, Argentina.

¡Y, claro! está vigente en los medios electrónicos, como Facebook, donde a veces, como ocurrió el pasado fin de semana, se le aparecen viejos conocidos o nuevos admiradores, agradecidos por su amistad.

¿Lo visitan los amigos?, le pregunto a este hombre que siempre hizo de las relaciones públicas una prioridad, no tanto por lo social, sino porque en esos círculos es que se podían recoger valiosas informaciones o testimonios, como consta en su reciente libro. “Pocos”, es la respuesta. Menciona entre ellos a Humberto Vacaflor y Flavio Machicado.

Me hubiera encantando dedicarle más tiempo al viejo amigo, colega y maestro, pero en mi reciente viaje me sentí “esclavo” de mis hijos que volvieron a Bolivia después de 35 años y lo querían conocer todo en 10 días.

–Lo siento padre, pero me tengo que ir, le dije. Sentí en el cuerpo algo muy bonito cuando me bendijo y fue suficiente para que no me pusiera a llorar.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF.

 

Tierra Lejana
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Gestión Siniestra

Así como cuando Hitler y su poderoso esquema de propaganda cayó, se supo lo que en realidad sucedió por dentro en el régimen nazi, de la misma forma, estamos conociendo lo que en realidad hubo debajo de la alfombra azul.

Los responsables visibles: Lino Condori y Roberto Ruiz Bass Werner fueron los jerarcas que monopolizaron las decisiones.

Poco a poco van saliendo los datos oficiales que confirman lo que todos sospechábamos sobre la gestión masista de Lino Condori y Roberto Ruiz. Hace días, funcionarios de la nueva administración han hecho conocer lo que había ocurrido en la funesta administración Condori-Ruiz.

El serpenteante Roberto Ruiz fue el cerebro detrás de Lino Condori, un campesino que fue elegido como asambleísta con 852 votos, y luego de derrocar a Mario Cossío como gobernador electo a través de una maniobra perversa en la asamblea departamental, por decisión de Evo Morales y gracias al PAN, es designado como gobernador interino de Tarija. Cossío fue electo gobernador con 97.726 votos (48.9 %) el 4 de abril de 2010. Fue suspendido (seis meses después) el 16 de diciembre de 2010. Condori desde esa fecha fue gobernador interino hasta el 30 de mayo de 2015.

Condori-Ruiz en ese periodo administraron exactamente 18.734 Millones de Bolivianos, los años en los que Tarija recibió la mayor cantidad histórica de recursos. Nunca antes Tarija percibió semejante cantidad, y creo que no habrá otra oportunidad próxima que se repita. Con Condori-Ruiz, hemos perdido una gran oportunidad.

La administración de Condori – Ruiz gastó la astronómica suma de 2.074 Millones de Bolivianos en gastos de funcionamiento, es decir en salarios. En manos de estos dos personajes, ha caído en la ineficiencia, improvisación y corrupción. Estos males aparecen, cuando las instituciones caen en manos de personajes siniestros, dañinos, que lo único que hacen es destruir. Gracias a Condori–Ruiz, la Gobernación ha perdido las capacidades técnicas de gestión que poseía y cargando un alto costo administrativo a Tarija.

Han manejado casi 19.000 Millones de Bolivianos y Tarija sigue igual. No han resuelto un problema del Departamento. La incapacidad, ineptitud e ineficiencia los ha obligado a hacer de cajeros, repartiendo la plata para justificar el gasto (ejecución). La gestión de Condori–Ruiz nunca tuvo un pinche plan, siempre estuvo a la deriva, sin norte, sin rumbo. No tuvieron plan porque nunca les interesó Tarija, sino sus bolsillos e intereses partidarios.

El Vicepresidente Álvaro García Linera que fungía de presidente interino, el 14 de abril de 2014, ante la evidencia de la gestión desastrosa de Condori Ruiz, criticó abiertamente la falta de plan, “…estimados tarijeños, no estamos bien (subrayo, no estamos bien) y con esa cantidad de dinero el departamento debería ser el primero en bienestar, en desarrollo productivo y humano” (sic). En otro tramo de su discurso delante de los Condori- Ruiz dijo: “Tarija se ha convertido en un departamento que tiene plata y no hay sueños”.

Así como cuando Hitler y su poderoso esquema de propaganda cayó, se supo lo que en realidad sucedió por dentro en el régimen nazi, de la misma forma, estamos conociendo lo que en realidad hubo debajo de la alfombra azul.

La actual administración de Adrián Oliva ha anunciado que va a racionalizar los gastos y va  a poner en marcha un plan de austeridad. Ojalá que sea así, porque siempre se hace este tipo de anuncio, y después queda solo en notas de prensa. Evo Morales ha comenzado su gestión agarrando fuerte el discurso de la austeridad y a los pocos meses a mano suelta adquirían bienes suntuosos de propios de un histriónico jeque árabe.

El dedo en la llaga
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El padre Mateo y la mecánica cuántica

Es tan claro que da vergüenza escribirlo. Voy a justificarme diciendo que hago mecánica cuántica.

1. “En la lógica beligerante del populismo sudamericano, el gobierno de Evo Morales necesita de una oposición para existir: no sabe ser sin el otro —se entiende— contrario”. Antes fue la prensa, ahora la Iglesia católica. El pecado del padre Mateo es ejercer de cura en tiempos de gobiernos que repelen a todo el que osa exigir un cambio en las políticas públicas.

2. “No hay populismo sin confrontación, sin violencia verbal, sin pelea; en suma, sin rival”. La armonía que lleva a la concordia social incomoda a los gobiernos cuyo accionar se fundamenta en mensajes cargados de símbolos y de chantajes discursivos. Sometida casi a diario a presión psicológica, la población tiene prohibido disentir con el socialismo de hoy porque lo contrario implica su adscripción a unas etéreas filas opositoras o, lo que es lo mismo, representar al omnipresente diablo en la tierra.

3. “Nadie se atreva a pedir nada que no sea del agrado del Gobierno”. Bajo esa premisa alojada como un chip en el inconsciente colectivo, rige la autocensura para evitar la ojeriza de los alienados por aquellos que tergiversan el paisaje ideológico estigmatizando, sin paradas intermedias, con la “derecha” y el “neoliberalismo”.

4. “El populismo no existiría sin la idea de la confabulación”. Todo el tiempo se urden planes para tumbar socialistas del siglo XXI. Todo el tiempo se busca desestabilizar las economías de los países mal llamados “progresistas”. Todo el tiempo se quiere matar presidentes de izquierda o, lo que es lo mismo, a la encarnación del bien en la tierra. Mientras más confabulan contra ellos, ellos más pueden victimizarse. Y no hay confabulación sin confabulador. Y si no hay confabulador, lo inventan.

5. “No hay peor populismo que el que carece de oposición”. Si no tiene enfrente capacidad política, el populista —para subsistir, para no hundirse en la soledad de su discurso vacío— se ve obligado a buscarse una oposición fuera del sistema de partidos. Por eso el Gobierno inventó primero a la prensa y ahora fantasea con la Iglesia del padre Mateo. Es una relación de amor y odio: necesita opositores para vivir, pero los hiere. Tanto que en el último round mandó al torpe de la brigada a hincarle el diente en la yugular de la Curia y, como a la Iglesia le cuesta morderse la lengua ante las injusticias, reaccionó, ofreciéndole al Gobierno un santo motivo para victimizarse.

6. “Sin una oposición real, no hay gobierno más cómodo en el mundo que el boliviano”. ¡Qué fácil es hacer gobierno solamente con discurso y con dos palabras por vocabulario: derecha y neoliberalismo! Se las enseñan en la escuelita política del MAS (hasta hace un tiempo, por lo menos, a cargo de Alfredo Rada, el que hizo de mariscal comandando desde una loma la represión en La Calancha). Después, proveen al alumnado las armas necesarias —ojalá fueran ideológicas— para despellejar opositores (inexistentes o invisibles, según cómo se quiera ver el vaso).

7. “¿Quién dijo que es sencillo hacer bien las tareas?”. Malacostumbrados a gobernar sin oposición, cuando alguien saca la cabeza del hoyo en el que han metido a la sociedad temerosa, lo atacan y a la vez le dan alas porque les conviene tener, aunque sea, un remedo de oposición. Pero a veces pierden el libreto y se ponen nerviosos, por ejemplo, con un cura que se pinta en la cabeza un 10 y un signo de porcentaje.

El padre Mateo es y no es. Hacen que sea y que no. Como el gato Schrödinger, en el experimento. Les advertí que escribiría de mecánica cuán

Dársena de papel
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Las distorsiones del gasto público

En cualquier país existe el gasto gubernamental, el mismo que debería financiarse con los impuestos recaudados. Todo Estado tiene funciones y atribuciones que significan costos económicos. Cuánto mayores sean sus funciones mayores serán los costos en que incurre. Estos costos se subdividen en gasto corriente y en gasto de capital (inversiones).

El gasto que realiza el gobierno es parte de la “demanda interna”, por lo que su aumento, también la incrementa. Todo gasto público beneficia a personas y a empresas. Todos los que son empleados públicos se benefician con el pago de salarios que hace el gobierno. Todas las empresas que le venden bienes y servicios al Estado también lo hacen. Y las empresas distribuyen los ingresos obtenidos, por la venta de bienes y servicios a los gobiernos, a los participantes en el proceso productivo, entre ellos están los trabajadores, quienes a su vez adquieren bienes y servicios de otras empresas. ¡Aleluya! Todos se benefician ¡Viva el gasto público! Esta situación genera lo que se denomina “intereses creados”, que es muy difícil revertirlos en el futuro.

Pero el aumento del gasto no viene acompañado con el correspondiente aumento de los impuestos. A la gente no le gusta pagar impuestos porque eso reduce sus ingresos. Se hace crónico el déficit fiscal y, con ello, el aumento continuo de la deuda pública.

La actividad económica siempre tiene dos caras, la una es la de la demanda  y la otra es la de la oferta. No siempre que aumenta la demanda aumenta la oferta y mucho menos cambia la composición de la oferta cuando cambia la composición de la demanda. Esta realidad suele resolverse gracias a las importaciones. Cuando aumenta un determinado gasto público que no puede ser satisfecho por la producción nacional, sale en su auxilio las importaciones. Y esto es relevante cuando una economía es más abierta, lo que es lo mismo decir, cuando son importantes sus exportaciones e importaciones con relación al PIB. Bolivia tiene la economía más abierta de la región.

La estructura económica del PIB, por el lado de las actividades económicas, se modifica lentamente en el tiempo y no con la rapidez que puede cambiar la demanda interna como consecuencia del aumento del gasto público. Pero con el tiempo pueden aparecer empresas nacionales que satisfagan la demanda pública, con lo cual se modifica la estructura económica. El problema con esto es que cuando el gobierno decida disminuir sus gastos se encuentra con la oposición de los beneficiados, sean personas y empresas.

La terrible Segunda Guerra Mundial obligó a EE.UU. a modificar su estructura económica de una que producía predominantemente bienes para la paz, en situación de depresión, a otra que tenía que producir armas, lo que la dinamizó. La Segunda Guerra Mundial eliminó el enorme desempleo que había generado la Gran Depresión de los años 30, convirtiendo a la gente joven en soldados.

Los historiadores de la economía resaltan la gran depresión económica de los EEUU como consecuencia de la Crisis de 1929, pero no hacen lo mismo con la gran depresión que vino una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. Lo que pasó, es que de pronto la industria para la guerra ya no tenía comprador. que era el gobierno norteamericano. Esa industria, con lentitud tuvo que retomar su papel de productor de bienes y servicios para la paz. Y esto tomó su tiempo, tiempo en que la economía estadounidense entro, otra vez, en depresión. Pero nunca perdió importancia la industria armamentista en EE.UU.

¿Cono financió EEUU el gasto público requerido para armarse?  No fue con impuestos sino con una enorme deuda pública, que la inflación, con el tiempo, la fue reduciendo substancialmente, hasta ubicarla a un nivel aceptable para su gran aparato económico. Esta deuda, otra vez creció de manera notable en los años recientes como consecuencia de la crisis económica del año 2007, deuda que se generó por los continuos y elevados déficits fiscales que comenzó a presentar ese gran país.

Pero el gasto público no solo genera “intereses creados” muy difícil de revertirlos, sino que genera corrupción. No hay un solo país en el mundo donde no se de este fenómeno. Transparency International, que continuamente hace un seguimiento de este hecho confirma lo indicado. Los datos señalan que en los países más desarrollados hay menos corrupción que en los países menos desarrollados. La explicación vendría porque en los primeros existe mayor institucionalidad y empleados públicos meritocráticos, que en los segundos. Pero lo que podría estar sucediendo es que en los primeros la corrupción se realiza con mayor “habilidad” que en los segundos. Cabe la pregunta ¿Quiénes financian las millonarias campañas electorales en los países desarrollados? ¿No son acaso, los “intereses creados”, las empresas que venden bienes y servicios al Estado?

En la región el tema que ha recibido mucha atención periodística ha sido la corrupción de la gran empresa “Petrobrás”, en Brasil. En el país, en los últimos días, ha hecho noticia la alcaldía de la ciudad de El Alto, donde los dirigentes de los “movimientos sociales” se habrían beneficiado con los recursos públicos de dicha alcaldía. Esto no sería un hecho aislado, sino la muestra que confirma la regla.

En un comentario periodístico reciente, de El País de Madrid, titulado: “La mafia devora Roma”, sostiene que: “los romanos descubrieron que la degradación crónica de su ciudad obedecía en gran parte a la existencia de una organización mafiosa dirigida por un viejo terrorista de extrema derecha y un empresario de izquierda que habían logrado meter en nómina, por las buenas o por las malas, a decenas de políticos y funcionarios municipales” para hacerse adjudicar los contratos de obras públicas más suculentos.” ¡En todas partes se cuecen habas!

La Paz, 19 de junio de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

Economía de Mercado
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Medio ambiente y negocios energéticos

Es siempre complicado mezclar dos conceptos: medio ambiente y exploración/explotación de gas/petróleo; aunque obviamente van indisolublemente de “la mano”.

América Latina tiene muchos ejemplos de actividades energéticas que fueron muy exitosas sin perjudicar el entorno ambiental, como también hay desastrosos ejemplos de verdaderos atentados al medio.

La ausencia de criterios técnicos que resuelvan éste tipo de contradicciones ocurre cuando hay ausencia de Ley moderna que establezca, por ejemplo, parámetros a la exploración/explotación energética en medios ambientalmente sensibles.

En Bolivia el tema empezará a “aparecer” en tanto desde el Poder Ejecutivo se reglamente actividades en áreas “protegidas” (Decreto Supremo 2366 20.05.2015) que autoriza realizar actividad hidrocarburífera en las áreas protegidas (creadas para proteger biodiversidad y ecosistemas específicos con alta fragilidad y albergar especies únicas o en peligro de extinción).

Naturalmente todos éstos líos y entredichos podrían evitarse si es que –de una vez- se delibera una nueva Ley de Hidrocarburos. La nueva LH va a normar los aspectos generales de la actividad entre ellos los aspectos ambientales: va a regular la actividad en áreas ambientalmente sensibles.

Desde 2006 en Bolivia se insiste en una nueva legislación específica para hidrocarburos.

Bolivia tiene más de 20  “áreas protegidas” 18.271.699 hectáreas (ha) de superficie protegida. Es un país ambientalmente rico y diverso y no descartamos que dentro de los límites jurisdiccionales de ésas áreas existan reservorios importantes de petróleo/gas en sus dos modalidades: vale decir los convencionales o los que podrían posteriormente explotarse vía fracking. El tema ambiental en Bolivia va a ser todo “un tema” de no ser oportunamente regulado mediante la nueva LH. 

Y cuando empiecen los proyectos de shale (fracking o explotación no-convencional de hidrocarburos con alta utilización de agua) allí habrán otros debates y entredichos. Una nueva LH podría adelantarse a esos escenarios y establecer los parámetros y guías generales de exploración/explotación vía fracking.

Volvamos al presente: una disposición del Ejecutivo (Decreto) no es suficiente ni tiene la fuerza legal para re-acomodar las áreas protegidas o establecer condiciones de exploración/explotación de hidrocarburos.

Hoy existen varios contratos de actividades inclusive sobre los límites de las "reservas ambientales".

La tecnología exploratoria para hidrocarburos avanzó de tal manera, obviamente con costes más elevados, que una exploración/explotación en áreas consideradas “de reserva” es perfectamente posible, pero ello debe estar previamente establecido por una LH que además incentive a las compañías a que sus capitales invertidos van a tener retorno y no van a ser bloqueados a título de “defensas ambientales”.

Partamos de un hecho irreductible: se debe hacer exploración a escala en todo el territorio nacional. Debemos aprovechar el gas y petróleo debajo de la superficie pero con mecánicas modernas que permitan un equilibrio y respeto al medio ambiente. Pero tampoco se pude paralizar la industria energética (gas petróleo) a título de un falso ambientalismo. La pobreza nos tiene contra las cuerdas y necesitamos del gas para seguir combatiéndola.

En otra perspectiva: tratar de “captar inversiones” vía apertura de “áreas protegidas” es poco menos que mala jugada: las compañías internacionales del sector respetan mucho las normas internacionales ambientales y no se van a meter en camisa de once varas para trabajos de exploración que posteriormente no les sea rentable.

No olvidemos que la caída de precios del barril/petróleo hace menos atractiva la exploración en lugares de riesgo ambiental.

Ratifico, modestamente, que en tanto no haya una LH que establezca las líneas generales de la actividad de la industria exploración/explotación seguiremos en ésta actitud de desconcierto.

Tampoco perdamos de vista que en ésta década no hubo mucha exploración. No hay mucho dinero que se haya invertido en exploración. Resulta raro que se quiera ahora “abrir” espacios ambientales algo sensibles para exploración.

Todo esto responde, entonces, a la visión. Necesaria es una reforma energética boliviana que responda a una visión de largo plazo en donde se conjugue los intereses del país, los ambientales y el crecimiento de una industria (petróleo/gas) que ciertamente son los más rentables del mundo, con ingresos que apropiadamente administradores realmente pueden mejorar las condiciones de crecimiento de Bolivia.

Lo que sí debe quedar en claro es que debe parar el gasto de los ingresos por venta de gas. De encontrarse más gas y petróleo debe ser dinero bien administrado. Época de austeridad con alta reducción de costes de operación, más aún si se necesitan encarar trabajos de desarrollo (perforaciones) del nuevo campo petrolero (Boquerón) que mejorará la oferta de combustibles interna con mayores ingresos para el Estado.

Nuevamente: sólo una Ley de Hidrocarburos podrá poner un paraguas y marco general a la actividad. Esa es la verdadera lucha: el verdadero debate: vamos por una nueva Ley de Hidrocarburos.

BORIS SANTOS GÓMEZ ÚZQUEDA Consultor del sector privado sigue sus análisis en twitter: @bguzqueda 

 

 

Hablemos de energía
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