Blog de Marcelo Arequipa Azurduy

Reinos nuevos o heredados de la campaña electoral

En campaña política es probablemente el momento en que más descarnadamente vemos aflorar estrategias políticas de guerra -en el sentido figurado de la palabra-. Al respecto, el clásico florentino del pensamiento político hablaba de que habían dos tipos de reinados: los que se adquirían por herencia, y los que se adquirían como nuevos producto de una conquista en el territorio.

En el campo de la batalla electoral que estamos viviendo este año en el país, intento situar a nuestros candidatos como príncipes que se comportan bajo reinados por herencia o por novedad.

Tenemos a un príncipe gobernante que lleva practicando de manera simultánea los dos tipos de reinado, partió con el suyo propio que lo adquirió por herencia a partir del gremio al que representa y en este tiempo fue conquistando otros reinos: algunos los dividió y provocó su debilidad inmediata, y a otros los coptó mediante la negociación otorgándoles a favor suyo una serie de prerrogativas para dejarlos existir porque un Estado sin su aparato no podría ser manejado.

Un segundo príncipe, es aquel que gobernó esta tierra en un tiempo corto, se retiró a su castillo para dedicarse a lucir toda su pompa de vestidos y títulos nobiliarios, es decir, alejado por completo de la disputa política vivía una vida como los filósofos epicúreos: evita toda preocupación por la masa. Hasta que fue seducido a participar luciendo toda su retórica fuerte en una campaña que el príncipe gobernante quiso emprender por recuperar un territorio mucho más extendido y que siglos atrás les perteneció a todos.

Movido por las circunstancias y por la corte que lo rodea, este príncipe que todo lo tuvo por herencia política se animó a competir en elecciones contra el actual príncipe gobernante. Hasta ahora lo que se observa más destacable es su defensa del reinado heredado pero sin despliegue de estrategias ni herramientas para conquistar otros reinados e irse así más fortalecido a la batalla electoral de octubre. Algunos cronistas dicen que es porque la corte que lo rodea no le sugiere hacer eso, o porque es un tema de carácter propio porque piensa que el prestigio que rodea a su heredado principado es suficiente para que los demás se sumen automáticamente.

El tercer príncipe es más nuevo en el cargo, antes fue un duque que perteneció a una Corte cuya delimitación territorial de reinado era bastante marcada, este se encuentra hoy en el tránsito hacia ser príncipe por herencia pero sin descuidar los posibles nuevos reinos que pudiera conquistar.

Las señales de deseo de conquista territorial de reinos nuevos hasta ahora en su caso van de la mano de introducirse en esos territorios intentando convencer algunos terratenientes, sellar alianza con él para ganar la batalla electoral y así convertirse en el nuevo príncipe gobernante. Hasta ahora no suena mal esta estrategia porque allí donde gana aliados es justamente en territorios que los otros príncipes aparentemente los tenían controlados.

Debajo de estos tres príncipes tenemos otras tribus menores, unas más numerosas que otras pero con legítimos intereses de ser gobierno; nadie duda de su esfuerzo propio por lograr ser gobierno, pero en política no basta con demostrar solamente amor propio, si fuera tan sencillo entonces estaríamos gobernados exclusivamente por una barra brava. Así las cosas por ahora, unos principados más que otros parecen más preocupados por levantar murallas para protegerse que por atreverse a tantear el terreno, ya veremos si en los últimos tres meses de campaña todos se comportan como príncipes que buscan conquistar nuevos reinos, eso era de todas formas lo que más le importaba analizar y sugerir qué hacer para Maquiavelo, no las herencias.

Columna de opinión
imagenblog: 

Aporofobia, rechazo al pobre

El título de esta columna lleva el del último libro de la filósofa Adela Cortina, este texto tiene un espíritu de provocación en sí misma muy potente porque nadie puede negar que en las democracias contemporáneas los temas de migraciones y de pobreza llevan un sello particularmente importante.

De entrada no se trata de un estudio sobre las expresiones de xenofobia, porque no es rechazo o miedo al extranjero, sino que la aporofobia se remite a un tipo de miedo y rechazo a los pobres, El elemento que no hay que olvidar en este tipo de estudios es aquel que significa que el desprecio hacia el otro tiene que ver con una actitud de superioridad, pero esta superioridad no está manifiesta a nivel individual sino a nivel de un colectivo; porque es ahí donde las posibilidades de emitir un criterio en contra del otro son mucho más reforzadas e infinitas.

Pensando en los actuales debates sobre el odio quizá en algunos casos desmedido en el que se ejercen frente a las distintas fobias que se manifiestan en la sociedad, podríamos intentar partir no tanto de una lógica idealista respecto a que toda necesidad debería ser buena, es decir desde el deber ser. Si no más bien, a partir de que aceptemos de inicio la existencia del odio en las actitudes de los individuos.

Sin embargo, existen también algunas actitudes de odio hacia el otro que en los tiempos que corren se revisten de distintas etiquetas, para esto el policía político que llevamos dentro es muy efectivo, digo esto porque es mucho más cómodo y más sencillo por ejemplo etiquetar a alguien que es mendigo como parte de una mafia que se ocupa de estafar a las personas, o como aquellos que niegan la idea de que haya existido el holocausto, o como cuando aquellos que hablan respecto de la religión católica guardan una sospecha desmedida de lo que fueron las inquisiciones, lo mismo pasa hoy y no puedo dejar de pensar en por ejemplo la supuesta defensa de algunos colectivos que tienen que ver con el tema del género.

Especialmente en el caso de los supuestos debates en redes sociales, creo que Adela Cortina nos ilustra de manera interesante cuando se refiere al tema de la tolerancia y cómo superar a su contrario que es la intolerancia, a partir de lo que ella dice “la tolerancia es superior a la intolerancia, pero la virtud que realmente supera a la intolerancia es el respeto activo. Quien respeta a otros difícilmente pronunciará discursos intolerantes que pueden dañarles”.

Los odios hacia el otro revestidos de cierta corrección política no hacen más que continuar la intolerancia y por tanto la irresolución de nuestros problemas, porque en la medida que nos creamos más aquello de “espera y escucha lo que te tengo que decir desde mi púlpito”, y no practiquemos aquello de “nosotros queremos que el mundo sea así” luego de un genuino debate. Entonces poco habremos hecho para manejar estos odios y mucho habremos aportado al reforzamiento de la política de la identidad.

Columna de opinión
imagenblog: 

El epitafio de la izquierda

Me explico, acuso a los posmodernos porque estos son los autores de que hayamos abandonado el voto de la izquierda en torno a una agrupación de intereses generales alrededor de un tipo de hombre más común por varios tipos de personas con particularidades/identidades específicas a partir de su defensa de que estas identidades son “minoritarias” y por tanto necesitan de atención especial: antirracismo, discriminación, feministas, ecologistas, etc.

De esta forma, la izquierda se olvidó de hablar y soñar de una causa común que se traduzca en un intento utópico, para pasar a llevar adelante internamente batallas que se sostienen desde sus trincheras particulares de defensa “progresista” de la civilización. Los exponentes del posmodernismo no se dan cuenta que a pesar de todo la izquierda abriga ideas por encima de las que defiende la derecha, y no hay por qué escandalizarse del asunto pero frente al conservadurismo de la derecha, incluso a su liberalismo, la izquierda supo traducir mejor su lectura de transformación de las sociedades.

Se podría decir que de alguna forma el certificado de nacimiento de las personas a la vida pública viene determinada por la exteriorización de las raíces morales que tienen como por ejemplo sus ideas de justicia, libertad, etc.

Esas batallas de trincheras posmodernas lo que genera en la izquierda es que  quienes integran alguna de las posiciones identitarias, aquello que Sánchez-Cuenca denomina como “disonancia cognitiva de la política” porque cuando la realidad no se ajusta a su esquema de defensa identitaria entonces se animan a negar la evidencia que no coincide con su esquema. A pesar de que hoy día con los dichosos hechos alternativos es posible que se haga todo para encajar según lo que quieren.

Lo que es más desastroso todavía, como tenemos esta dinámica instalada, cuando desde la trinchera posmoderna identitaria aquellos se animan a leer cosas de la trinchera opuesta, esto lo digerimos no como algo que podría ser útil para mejorar la posición desde la que se está, sino para reafirmarse en la idea de acusarlos porque se encuentran errados y la trinchera en la que uno se encuentra es la única válida.

Si a los puntos antes mencionados le agregamos el componente del caudillismo en la política, es decir, una identidad más fuerte, entonces tendremos la fórmula completa por la que estamos en el dilema actual de la política. Por ahora no creo que salgamos bien parados del asunto, porque allí donde los activistas que defienden su propia identidad en la política, se parecen cada vez menos a un simulacro de debate general, y más a una barra brava de fútbol.

Columna de opinión
imagenblog: 

Un sistema de caudillos

Por lo que la hipótesis es: a menor institucionalización del sistema de partidos, mayor probabilidad de que aparezcan y se queden líderes caudillos en la escena política. Esto es lo que creo tenemos en la escena política hoy, organizaciones políticas más o menos reducidas en lo que refiere a su sigla pero muy fuertes en cuanto al líder político que los representa, es decir, mediante el fenómeno de la personalización de la política.

Sólo por cerrar ideas, la personalización de la política (McAllister, 2007) ocurre cuando el líder sobrepasa la popularidad de su partido. De ahí se desprenden dos tipos de liderazgos según José E. Molina Vega:

Personalización moderada o liderazgos personales no dominantes: aquí las posibilidades de éxito electoral del líder dependen en su mayor medida del partido al que pertenece, fuera del partido las posibilidades de éxito del líder son menores; pero el partido sin el líder podría seguir sobreviviendo.

Personalización radical de la política o de liderazgos personales dominantes: aquí el líder puede hacer a un lado al partido, no depende de este, puede fundar otro partido, o lanzarse como independiente y aún así mantendrá su intención de voto porque de hecho es una marca registrada.

Con esa división de tipos de políticos caudillos, es claro que entre nuestra clase política lo que tenemos hoy día en los dos bloques principales (Evo Morales y Carlos Mesa) son ejemplos de personalización radical de la política, porque por sí mismos aglutinan porcentajes de electorados significativos. Distinto es el escenario en el caso de los Demócratas donde la personalización es moderada porque ellos están más cerca de seguir existiendo sin sus líderes, de los demás candidatos/partidos por cuestiones de extensión de la columna no nos referiremos.

Está bastante claro que el panorama es aún de transición política sin cambio radical del sistema político en el país, así como el sistema de partidos terminó por caer en la elección de 2005 pero con el impulso de lo que ocurrió el 2002, así también nos encontramos de alguna forma en el momento de inicio de una transición política que después del 2020 podría conducirnos a comenzar construir institucionalidad partidista.

Si pensamos en el recambio generacional de la clase política y observamos respecto a si los jóvenes hoy día en el accionar dentro de los partidos son distintos o no, mi sospecha es que son distintos en la medida que la sofisticación tecnológica se los permite; hace una década para hacer campaña electoral necesitabas movilizar personas para que salgan a pintar paredes y pegar afiches, hoy día se cambió esa rutina por la sofisticación de que los jóvenes pintan sus muros de facebook y pegan memes, ojalá la transición a la que nos referimos antes tenga que ver con que además del activismo político, se visualicen destellos de generación de ideas que convergan en nuevas utopías colectivas.

Columna de opinión
imagenblog: 

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2911653. Correo: info@gen.com.bo