Blog de Armando Méndez Morales

La especulación en el pensamiento político

La filosofía es el campo del pensamiento especulativo. Quienes hacen análisis políticos puros dominantemente son especulativos, por tanto, se mueven en campo de la filosofía y del diletantismo. La ciencia es aquella que racionalmente puede explicar, determinando causas y consecuencias de fenómenos diferentes.

Es cierto que la actividad política surge con el hombre mismo pero los comportamientos políticos de los tiempos actuales que se quieren explicar se pierden en galimatías de quienes intentan hacerlo. Hay la creencia de que la política es un servicio, que implica la búsqueda del interés de los demás. Es por esto que es una característica de todo político, y ante todo si se reclama ser de izquierda y socialista, discursea sobre la exclusión de los pobres. No son los pobres los que reclaman derechos, sino son los políticos que “dicen” representarlos. La pobreza limita la conciencia sobre las razones de su estado y no tienen capacidad de organización ni de protesta.

Alguna vez usted, estimado lector, se preguntó porque los discursos políticos no se abocan a enfrentar el grave problema de la mendicidad. La respuesta  es simple, se trata de un grupo social sin ninguna organización y que no participa en ninguna actividad política. Por tanto es un sector de la sociedad que no interesa a los políticos. A estos interesa los grupos sociales que votan en las elecciones y los discursos van dirigidos precisamente a ellos.

Los “cientistas” políticos que más parecen cuentistas abstractos suponen que la política es la actividad por medio de la cual las sociedades avanzan. Por eso la obsesión por ampliar la participación política de la gente. Creen que cuando más politizada  está la sociedad es mejor.

Los “cuentistas” políticos creen en procesos históricos “racionales”, creen en la racionalidad política que busca el bienestar general, cuando la racionalidad fundamental de la política es conseguir poder, mantenerlo y acrecentarlo. Creen que el avance de la democracia es consecuencia de procesos políticos racionales. Su fe es ciega en el poder de la política, por lo que su divisa es el fortalecimiento del Estado; están a favor de las nacionalizaciones y expropiación de empresas y en contra de las privatizaciones. Cuando más presencia tenga el Estado sobre la actividad económica creen que es mejor.

La solución para los cuentistas políticos de izquierda es politizar a la sociedad, hay que sustituir unas élites por otras, “hay que dar mayor representatividad a la gente”. Si esto se logra avanza la democracia y se resuelven los problemas ¿Cuáles? Producto de esto vendría luego las propuestas de políticas para que los gobiernos implementen. De esta manera se lograría que predomine el interés general por encima de los intereses individuales.

Son amigos de las autonomías porque creen que de esa manera se lleva a cabo la “democracia participativa”. Como se cree que los problemas se resuelven en el mundo de la política, su solución debe promover la participación de todos, cuando la realidad demuestra que cuando esto sucede todos llevan el agua a su molino, generándose el caos. Como el caos no puede ser permanente, en definitiva llega la imposición violenta, abierta o velada,  del que tiene más poder sobre los demás, dando por concluidos los angelicales procesos de democracia participativa.

Para los “cuentistas” bolivianos la democracia estaría en formación y en transformación a partir de tres vertientes que son la democracia representativa, la participativa y la  comunitaria. Esta última se le puede concebir en los inicios de la vida del hombre por necesidad de sobrevivencia.  La democracia es un fenómeno relativamente reciente en la vida de la humanidad. Las sociedades no modernas se caracterizaron por la ausencia del sistema democrático, como sistema político de organización de la sociedad.

La característica central de la democracia como organización es que esta descansa en la elección de sus gobernantes a cargo de los ciudadanos de un país, donde los elegidos no reciben el “poder”, como repetidamente se dice, sino que los ciudadanos les entregan un mandato para gobernar, como muy bien lo dice Jorge Lazarte, y sujeto a leyes y normas aprobadas por la mayoría, pero respetando los derechos de las minorías.

Para impedir que los gobernantes se hagan del “poder” es aconsejable la rotación de las elites gobernantes, que no es lo mismo que los empleados públicos, quienes deberían mantenerse independiente al gobierno que sea elegido, porque se supone que su cargo lo obtuvieron sobre la base del mérito profesional y que, por tanto, tiene la idoneidad para ejercer el cargo técnicamente.

La Paz, enero de 2016

*Profesor emérito de la UMSA, fue Presidente del Banco Central de Bolivia

Economía de Mercado
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El empleo informal ... ¿problema o solución?

Esta columna se inspira en una separata destacada que el Periódico Pagina Siete publicó el día 15 de diciembre del año en curso, titulado “PRIORIDAD, Empleo Digno”, cuyo contenido está dado por 18 artículos, muy bien elaborados, y que toda persona interesada en el tema del empleo debería leerlos.

El desempleo es un problema mundial, con excepción de las exitosas economías asiáticas. Sería recomendable prestarle atención a este fenómeno. La otra característica del desempleo es que mayoritariamente se concentra en la juventud. En general, se puede decir que el desempleo juvenil es el doble al que se tiene registrado como desempleo total.

Según los datos oficiales estadísticos Bolivia está pasando por un periodo de “pleno empleo” entendido éste cuando el “desempleo natural” es muy bajo y que para el caso boliviano se dice que está en menos del 4 por ciento. Es posible que este dato sea cierto porque en el país no hay otra manera de subsistir si no es trabajando, ya que no se cuenta con subsidios al desempleo y a  la cesantía como existen en los países desarrollados.

Pero lo que hay que destacar es que en el dato estimado sobre desempleo en Bolivia se considera a toda persona independiente al lugar de trabajo, sea este formal o informal, en la calle o en un recinto especial, es  independiente a las condiciones ambientales y de otro tipo en el lugar de trabajo. Para este calculo del empleo en Bolivia no interesa si el trabajo es “precario o no”. Lo cierto sería que el “88 por ciento de los trabajadores jóvenes en Bolivia tienen un empleo precario, inestable, sin seguridad social y con un ingreso bajo”. La conclusión que se puede obtener es que la mayoría del empleo en el país es informal,  es precario,  donde no se cumple la Ley del Trabajo ni las normas que dictamina el Ministerio del sector.

Según datos procesados por el CEDLA el desempleo femenino es mayor que para el masculino. Por ejemplo, para la ciudad de El Alto llega al 19 6 % cuado para el segundo es del 13,1 %. Y el crecimiento del empleo que se da en Bolivia es el informal precario principalmente en las actividades comerciales, y que afecta más a las mujeres que a los hombres, “65 de cada cien personas que trabajan en el mundo informal es femenino”..

Características del empleo informal es que no requiere mayor formación ni experiencia, por supuesto que no se paga el salario mínimo que determinan las normas gubernamentales, no tienen seguridad social, ni beneficios sociales y derecho a la jubilación. . Lo cierto es que la demanda laboral es dominante para trabajos precarios. También se presenta el hecho de que los trabajadores informales ejercen varios oficios, “unos días son lustrabotas u otros días se dedican a lavar vidrios”.

Lo indicado explica que los más afectados con el desempleo es la población con mayor nivel educativo, quienes se ven obligados a realizar trabajos que no requieren alguna  formación en particular, como mensajeros de oficinas o porteros. Egresados universitarios suelen realizar este tipo de trabajos.

La característica general en el país  es que la oferta de trabajo calificado es mayor a la demanda.

¿Como andamos en el mundo minoritario formal? Tampoco es halagüeño. Un dato que me llamó la atención es que un salario de poco más de Bs. 3,000 mensuales sería considerado de alto en el gremio de los comunicadores sociales, también denominados periodistas. Sus colegas que trabajan en radios estarían teniendo un salario promedio de Bs, 2,200. Un hecho que determina la obtención de un puesto laboral es la conocida “muñeca” tanto en el sector público como privado. No prevalece la capacidad del futuro empleado sino sus relaciones que ha logrado construir para el futuro lugar de trabajo.

¿Cual la solución? De principio es imposible eliminar el empleo informal,  donde rigen las elementales básicas leyes del mercado del trabajo sin marco jurídico alguno, que sin duda alguna es imprescindible. ¿Es el gobierno es sus diferentes instancias el llamado a la creación de empleo? La respuesta es no. Lo que si debe hacer todo gobierno es crear las condiciones favorables para el desarrollo de las empresas, para que estas se modernicen. No es posible que sólo el 2 % de las empresas registradas en el país sean sociedades anónimas, en otras palabras empresas modernas.

 

Y la mejor manera de impulsar la creación de empresas modernas es hacer del Estado boliviano, un Estado donde las leyes sean simples y se cuente con un sistema jurídico óptimo que se cumpla. Esto atraería a la imprescindible inversión extranjera en los rubros en que el país sea competitivo. Estas empresas serían las que generen empleo formal. Y estas pueden llegar al país porque los salarios son bajos en relación a los países de la región. Me viene a la memoria que cuando Corea del Sur inició su impresionante desarrollo económico allá por el año 1965, el salario de un trabajador coreano era de sólo el 5 % al que ganaba un norteamericano. Precisamente, las empresas extranjeras se asentaron en Corea del Sur porque los salarios eran bajos, pero luego estos paulatinamente subieron. Para el año 1995 el salario que ganaba un coreano era ya casi el 50 % de lo que ganaba el norteamericano, porque en la medida que se asentaban nuevas empresas extranjeras en suelo coreano la demanda por trabajo subía y, por tanto, los salarios. Las leyes económicas se cumplen.

 

La Paz, diciembre de 2015

 

*Profesor Emérito de la UMSA, fue presidente del Banco Central de Bolivia

Economía de Mercado
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Los desafíos del nuevo gobierno argentino

Argentina es un país con una población cuatro veces mayor que la que tiene Bolivia. Según datos que procesa el Fondo Monetario Internacional, Argentina tiene un producto interno bruto medido en dólares americanos del orden de los 578 mil millones de dólares frente a 34 mil millones de Bolivia. El producto per cápita a precios corrientes  es de dólares 13.400 cuando para Bolivia es de 2.915.

El principal problema de la economía argentina es que cayó en lo que se denomina “estancamiento con inflación”. El PIB en términos reales está creciendo sólo al 0,7 por ciento en 2015, cuando también tuvo un bajo comportamiento el año anterior con una tasa de sólo 0,5 % anual. La inflación es otro problema que le aqueja, con una tasa anual del orden del 20 por ciento, aunque este dato está puesto en duda por la poca confiabilidad que tienen los datos estadísticos oficiales. La inflación real sería mayor. Por tanto dos son los problemas fundamentales que debe enfrentar el nuevo gobierno, el estancamiento económico y la alta inflación.

El estancamiento de la economía argentina tiene que ver con su baja inversión  que se traduce en un 17 % del PIB, por debajo de la media latinoamericana. Lo mismo sucede con la inversión extranjera directa. Argentina no ha edificado una institucionalidad que invite a la necesaria inversión extranjera, única manera de que ese país se desarrolle.

En los años anteriores tuvo un crecimiento económico notable, pero impulsado por el gasto fiscal, el mismo que continuamente ha ido creciendo hasta llegar a un nivel alto, que representa el 40 por ciento del PIB. Cuando comenzó la era del Kirchnerismo el gasto fiscal a PIB estaba en el orden del 21 %. Esto quiere decir que estos doce años se caracterizaron por un manejo macroeconómico populista, subsidios por aquí y por allí, para granjearse el apoyo popular, que sin duda alguna lo lograron.

La experiencia mundial enseña que es fácil incrementar el gasto público pero casi imposible reducirlo, porque hacerlo implica aplicar las duras “políticas de austeridad”, lo cual se traduce en impopularidad para los gobiernos. Como la expansión del gasto público no viene acompañado por  incrementos en la recaudación de impuestos, se cae en el continuo déficit fiscal y en el creciente endeudamiento público. Esto último aparentemente no hubiera acaecido en Argentina, por lo que a continuación se comenta.

El año 2003 la deuda del gobierno con relación al PIB estaba cerca al 140 %, lo que llevó al gobierno argentino a declararse en “default” (incapacidad de pagar la deuda). Esta situación extrema obligó a los acreedores a renegociar la deuda lo cual se concretó el año 2005. Inicialmente, el gobierno argentino buscaba una reducción del 75 % de su deuda. Lo que logró es una reducción que, en algunos casos, llegó hasta el 60 %. Un 75 % de sus acreedores aceptó el acuerdo y en los años siguientes se adhirieron muchos más. De esta manera Argentina reestructuró un 93 % de la deuda total, quedando al margen un 7 %, de los cuales se hizo famoso un grupo acreedor, calificado de “fondo buitre” que logró ganar un juicio en Nueva York, por lo que Argentina debía pagar la deuda inicialmente contraída.

La renegociación lograda por Argentina explica que para el año 2011 la deuda pública argentina se había reducido hasta ubicarse en sólo el 36 % del PIB. De entonces a la fecha ha comenzando a crecer hasta ubicarse en un 52 % del PIB.

Argentina es una economía bastante cerrada. Su sector externo (exportaciones más importaciones) es mucho menos importante que para Bolivia si se lo relaciona con el PIB. Por esta razón es menos vulnerable a la ralentización de la economía mundial y a las devaluaciones de sus monedas que realizan los países.

Un problema que estuvo presente durante todo el tiempo del Kirchnerismo fue sus bajas reservas internacionales. Para el año 2008 se ubicaron en el orden de los 45 mil millones de dólares y hoy sólo están en el orden de los 27 mil millones, montos bajos si se relacionan con su PIB.

Ante la insuficiencia de reservas internacionales Argentina cayó en el grave error de restringir las importaciones, agravando la situación de su sector productivo que de pronto se vio imposibilitado de disponer divisas para la adquisición de insumos imprescindibles para la continuidad de su actividad productiva.

Una noticia periodística nos dice que Argentina había llegado a ocupar “los primeros puestos en los rankings mundiales de exportadores de trigo, carne, maíz, entre otros productos, pero en los últimos años perdió esos lugares. Las exportaciones del agro, que representan el 60% del total de las ventas del país al exterior, retroceden y alcanzan a los principales rubros del sector”.

Los retos del nuevo gobierno son principalmente de política cambiaria, de política fiscal y de política monetaria. En política cambiaria debe eliminar las restricciones a la salida de capitales y a los controles y restricciones sobre importaciones. En la política fiscal debe frenar la expansión del gasto público, el mismo que debe financiarse, en su parte deficitaria, con un financiamiento que no provenga de su banco central sino del crédito externo. Si el Banco Central Argentino deja de financiar el déficit fiscal se podrá contar con una política monetaria racional. Lograr recursos externos permitirá a Argentina contar con un nivel de reservas internacionales más adecuado. También debe hacer que la sociedad argentina recupere la confiabilidad en los datos estadísticos oficiales y debe llegar a un acuerdo con el “fondo buitre” que le ganó el juicio.

La Paz, diciembre de 2015

 

*Profesor emérito de la UMSA fue presidente del Banco Central de Bolivia

Economía de Mercado
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Hacia la economía del libre mercado

No es fácil aceptar la existencia de un sólo sistema económico en el mundo que ha ido –y sigue- evolucionado poco a poco hacia la plena libertad. Es la “economía de mercado” cuyos aspectos fundamentales se basan en las conocidas leyes económicas de la oferta y la demanda, las mismas que se expresan en relaciones de intercambio con dinero, y donde prevalece la propiedad privada y la competencia.

Sin embargo, durante el siglo XX la economía se caracterizó por una fuerte y creciente intervención del Estado, desde un extremo, caracterizado por la ex –URSS, hasta los denominados “estados del bienestar” europeos. En el primero, se logró estructurar un “capitalismo de estado” donde desapareció la propiedad privada y donde pasó a ser labor del Estado la fijación de todos los precios. Estos dejaron de determinarse libremente en los mercados. En el caso europeo la caracterización estatal fue la fuerte regulación de los mercados, en particular, el mercado del trabajo, y donde el gasto público crece persistentemente.

En la medida de este avance estatal, readquiere importancia la política, como lo fue lo esencial en los tiempos de la denominada época mercantilista de la economía. Cuando mayor es la presencia estatal se hace normal el aforisma: “El que no está conmigo está contra mi”, lo que implica ningún respeto por el disenso ni por la tolerancia. Y esto se explica porque cuando mayor es la intervención estatal, todos los intereses recaen sobre él, cuando el mismo no tiene la capacidad de resolver los complejos problemas económicos como lo tiene una economía libre de mercado.

Se cae en el “mesianismo político” que conlleva a vivir de peligrosas ilusiones y fantasías, bajo la creencia de que hay “algún elegido” para gobernar, y que tiene la sabiduría y capacidad para manejar la economía de un país. ¿Por qué se impide el disenso? En la medida que más interviene el Estado sobre la economía se torna imperioso impedir el disenso porque es imposible contentar a todos. No se puede estar buscando continuamente el consenso en “asambleas democráticas” de los múltiples y complejos intereses que conviven en una sociedad cualquiera para definir la asignación de los escasos recursos económicos. Alguien tiene que tener la última palabra y rápido, por eso los mesianismos revolucionarios rechazan a los “librepensantes” porque estos entorpecen el avance de la revolución, camino que es trazado por el líder, junto a su elite gobernante.

El capitalismo de estado cree en el éxito de las políticas voluntaristas de diversificación productiva. Cree que los estados tienen la capacidad para definir estrategias y planes de desarrollo económico, de diversificación productiva y de exportaciones, de “justa” distribución de la riqueza y del ingreso. Cabe la pregunta: ¿Una burocracia estatal tendrá la capacidad de anticiparse a lo que será el futuro y pensar en nuevos productos? O esta difícil laboral debe ser desarrollada de manera descentralizada y atomizada entre millones de empresarios, quienes en función a las señales de los mercados que perciben, son capaces de crear nuevas oportunidades de negocios, asumiendo los riesgos que están presenten en toda creación humana. Lo que la política puede hacer es impedir barreras a la inversión, promover el emprendimiento con normas simples y ágiles que permitan la creación de empresas, junto a bajo impuestos. Los mercados libres son los mejores incentivadores para incrementar la acumulación de capital y el cambio tecnológico, siempre junto a bajos impuestos

Si se busca construir una sociedad donde el disenso y la tolerancia convivan se requiere una economía libre de mercado, donde el Estado sólo cumpla un rol subsidiario. Los mercados pacíficamente resuelven el permanente conflicto de intereses que siempre conviven en toda sociedad.

Douglas North, Premio Nobel de Economía de 1993, dice que el orden político no surge espontáneamente, sino que requiere ser construido, cuya constitución se convierte en condición para el desarrollo de una economía de mercado. Y el orden político a organizarse debe cumplir algunos principios que son: un pleno respaldo social para el acuerdo sobre el tipo de instituciones políticas que deben existir en una sociedad determinada; limitación constitucional al ámbito de la política; una clara definición de los derechos de propiedad, y un compromiso creíble, por parte del Estado, de garantizar los derechos ciudadanos.

Lo que tiene que hacer todo Estado para que funcionen bien los mercados es suavizar el ciclo económico que está presente en toda economía libre. Este es el costo del beneficio que es el crecimiento económico y, por tanto, del bienestar de la gente. A esto se denomina la función estatal macroestabilizadora de la economía a través de la política fiscal y monetaria.

Es necesario construir institucionalidad porque en el largo plazo se asegura el desarrollo económico. Esto quiere decir, siguiendo a Dani Rodrik, burocracias públicas meritocráticas, judicatura independiente, banco central profesional, política fiscal estabilizadora, política antimonopolio y regulación, supervisión financiera, seguridad social y democracia política. A esto se llama el buen gobierno.

La Paz, noviembre de 2015 

Economía de Mercado
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Economía Mixta de Mercado

Según la Constitución Política del Estado la economía boliviana es plural y conformada por cuatro formas de organización y que son: “comunitaria, estatal, privada y social cooperativa”. Lo común es que éstas se relacionan –al interior y entre- mediante el intercambio.

Dos hechos ocurridos en el transcurso de la segunda quincena del mes de octubre del año en curso, que son: la concesión de una importante línea de crédito proveniente de China y la reunión llevada a cabo en Nueva York con el propósito de atraer inversión extranjera directa, aparentan una contradicción, pero en el fondo lo que hacen es definir el verdadero “modelo” económico del país: la denominada economía mixta de mercado.

El primer hecho, la línea de crédito de la Republica Popular de China por un monto alto y del orden de los 7,500 millones de dólares, permitirá  al gobierno de Bolivia disponer de abundantes recursos para la inversión pública en diferentes campos, comenzando por los de infraestructura pero sin descartar que estos recursos también financien la creación de empresas estatales, y dinamizará la economía nacional, que de otra manera se frenaría. Este elevado crédito en favor de Bolivia es posible porque para China es una minucia, ya que es el país que tiene las reservas internacionales más altas, (del orden de los 3,700 billones de $us,), y además es consecuencia de su decisión de diversificarlas y no sólo concentrar adquiriendo títulos del Tesoro de EE.UU.

Pero esta relación crediticia lo que hace es magnificar la ya existente entre Bolivia y China. El Banco Central de Bolivia procesa información sobre la deuda externa clasificándola en tres categorías: Con acreedores multilaterales, como es la CAF, con acreedores bilaterales, que son gobiernos y con privados.

Actualmente China ocupa ya el primer lugar, a septiembre del año en curso, en cuanto a deuda externa bilateral, con 515 millones de dólares desembolsados (de un total bilateral de 677) y 560 por desembolsar, (de un total bilateral de 739) lo que haría un total de deuda posible ya de 1075 millones de dólares con China.

No debería ser ninguna novedad que los adicionales 7,500 millones de dólares tengan la figura de “crédito atado”, por lo que el financiamiento por medio del cual Bolivia ha de construir infraestructura y empresas de su propiedad, deberán ser ejecutadas por empresas e insumos chinos. Según información difundida por un medio de prensa ya estarían presentes en el país 55 empresas chinas que están ejecutando diferentes proyectos para el gobierno de Bolivia.

En esta relación bilateral ambos países ganan, Bolivia obtiene una línea de crédito de elevado monto a tasas de interés más bajas que las que puede obtener en los mercados financieros internacionales y, hay que darlo por supuesto, que será una obligación a pagar en el largo plazo, y para realizar imprescindibles obras de infraestructura que beneficie a todo el aparato económico nacional, y que el gobierno de Bolivia no está en condiciones de construirlas con sus propios recursos. China gana exportando a Bolivia tanto bienes como servicios.

Por otro lado la reunión del gobierno con inversionistas extranjeros llevada a cabo en Nueva York, a la cual asistió personalmente el Presidente Evo Morales más sus ministros del área económica, quienes expusieron las bondades y posibilidades que tiene el país para los inversionistas extranjeros, lo que hace es definir que la otra línea de acción del gobierno es precisamente hacer lo que hicieron los países asiáticos, atraer inversión extranjera directa lo que les permitió, en poco tiempo, escalar a posiciones de economías desarrolladas.

También esa reunión puso de manifiesto la otra realidad del país, cual es la debilidad del sector privado nacional de cualquier país no desarrollado, y la insuficiencia de ahorro interno de gran cuantía para financiar la creación de grandes empresas que puedan competir a nivel mundial. Esta reunión es el reconocimiento de que ningún país se puede desarrollar sin inversión extranjera directa. La importancia de contar con ella es que si el negocio sale mal los perdedores son ellos, razón que explica que los inversionistas privados no harán inversiones donde el gobierno quiera, sino en aquello que ellos vean ganancias, con mínimo de riesgo y, por tanto, con competitividad a nivel mundial.

En cambio la deuda pública entraña riesgos. Bolivia, en el pasado, no pudo honrarla por la cual se le condonó. Esto no sucederá con China.

Estos hechos apuntalan hacia una economía, por un lado, con una fuerte presencia estatal y, por el otro, con una fuerte presencia extranjera, si es que realmente se logra atraer a la inversión extranjera directa.

La Paz, noviembre de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y fue presidente del Banco Central de Bolivia

Economía de Mercado
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El camino hacia la libertad

La libertad es individual. Hay que diferenciar la interior de la exterior. La interior se entiende como libertad de pensamiento y de sentir, y la exterior como la capacidad de expresar lo que se piensa, lo que se siente, y lo que se quiere hacer. La primera se puede ejemplificar recordando dichos muy conocidos: “libre para pensar, pero esclavo para hablar”, “quién dice lo que quiere, escucha lo que no quiere”.

Se podría sostener que lo opuesto a la libertad es la esclavitud. Diríamos: venimos de la esclavitud y vamos hacia la libertad. Sin embargo, esto no es cierto. En su origen el hombre no fue un esclavo. La esclavitud convivió en las diferentes organizaciones económicas que se dieron históricamente.

Se puede sostener que el hombre no fue libre, en su origen, porque era un animal sin capacidad para pensar. Pero por alguna razón este ser comenzó a pensar. Por tanto, la libertad está asociada al individuo quién sería el único ser en la tierra con este atributo. Y la capacidad para pensar y para razonar tiene que haber sido un proceso evolutivo muy lento y que duró mucho tiempo. El individuo, al poseer esta atribución, es el único ser que tiene la capacidad de elegir entre diferentes opciones de manera racional. Por este hecho, el hombre es el único ser vivo que enfrenta el conflicto ético entre el bien y el mal. Se puede decir que en la medida que aparecían las primeras señales de que el hombre comenzaba a pensar, también, de manera incipiente, nacía su capacidad para ser libre. Bajo esta premisa, se podría dialéctica y dinámicamente decir: la tesis es “no libre”, la antítesis “libre” y la síntesis “hacia la libertad”. Como alguien ya dijo: “No existe la libertad sino su búsqueda”.

Una analogía mas adecuada sería calificar a la libertad como un camino que no tiene fin, pero que en la medida que se avanza, se evoluciona de un “ser menos libre” a otro cualitativamente “más libre”, no perfecta libertad pero si perfectible.

Se puede sostener que la humanidad viene de ser “no libre” en lo económico, sus iniciales condiciones materiales eran infrahumanas. En el pasado desde que el hombre/mujer nace hasta que muere tiene un solo propósito: “subsistir”, tener algo para llevarse a la boca. Pocos lo lograban, la gran mayoría moría en cumplimiento a la ley inexorable de la selva; “el fuerte sobrevive”. En este contexto, la vida de hoy era igual que ayer, mañana igual que hoy. La esperanza de vida era muy baja

Uno de los rasgos que distingue a la especie humana de las demás es la evolución cultural. Por cultura se entiende que la capacidad del hombre para pensar se traduce en la capacidad de construir utensilios, herramientas y comportamientos sociales que cambian con el transcurso del tiempo. Por este hecho el Homo Sapiens logra descubrir el fuego, probablemente hace 500 mil años atrás, y aprende a abrigarse con las pieles de los animales que los mata para alimentarse. El fuego también le permite convertir substancias no comestibles, en su estado natural, en alimentos. Desde este momento el hombre se ubica en la parte superior de todas las especies que tienen vida en la tierra. Desde el descubrimiento del fuego, el invento de la rueda, del lenguaje, de la escritura, la creación de núcleos urbanos, la artesanía, la cerámica, el intercambio generalizado de bienes y servicios, la máquina de vapor, hasta la computadora y el Internet demuestran que la única especie que puede descubrir, pensar, reflexionar, relacionar unas cosas con otras, unos hechos con otros, y crear todo lo señalado es ora Homo Sapiens, ora Homo Faber,¡El hombre es el creador por excelencia!

La pregunta que corresponde hacerse es: ¿Por qué se produjo este proceso? Y la respuesta, en palabras del filosofo Hegel, “porque el destino del hombre es la libertad”. Pero esta libertad ¿Cómo se la busca? ¿Cómo se la encuentra? Es el producto de la evolución cultural, que lleva a desarrollar en el hombre la capacidad de hacer ciencia, de entender las leyes naturales que rigen estos mismos procesos, las leyes que rigen el comportamiento del individuo en sociedad y en la capacidad de aplicar todo esto a su medio, dando origen a la ciencia aplicada, hoy llamada tecnología, cuyo propósito final es ofrecer bienes y servicios, crear riqueza, cada vez, siempre en volúmenes crecientes, para satisfacer necesidades y deseos de una población en crecimiento.

Hecha esta contextualización, por tanto, el desafío está en encontrar el camino hacia la libertad, ¿Habrá varios caminos hacia la libertad? o ¿Habrá uno solo? La respuesta es que el camino es uno solo y es la actividad económica libre.

La Paz, octubre de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

Economía de Mercado
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Resultados inesperados sobre los estatutos autonómicos

En los cinco departamentos donde se votó si la gente estaba, o no, de acuerdo con el Estatuto Autonómico Departamental correspondiente, en ninguno se impuso el  sí, que habría sido de esperar, dado que en lo esencial está de acuerdo con la Constitución Política del Estado que por referéndum fue aprobada con el 61 por ciento de votos. En cambio, ahora la situación fue opuesta. Del total de votos validos el resultado fue el siguiente: En Oruro se impuso el no con el 74 %, en La Paz y en Potosí con el 68 %, en Cochabamba con el  62 % y en Chuquisaca con el 57 %.

En los estatutos, por ejemplo el correspondiente a La Paz, se repite integramente el articulo 300 de la Constitución Política del Estado donde se estipulan 36 competencias exclusivas. ¿Dónde podría estar el problema? Pueden haber muchas respuestas, entre ellas porque lo desconocido siempre genera temor.

Pero el problema también podría estar en la Constitución Política del Estado, que es un documento ampuloso y muy declarativo que determina que el desarrollo económico del país ha pasado a ser la tarea fundamental del Estado Plurinacional de Bolivia. El instrumento para ello es la planificación económica por parte del Estado central en coordinación con todas las regiones autonómicas que se den en el país.

En la parte referida a las “Bases fundamentales del Estado” de la Constitución, en su artículo segundo, sostiene algo muy complicado: “Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado”, ¿Cuáles territorios?, cuando en esos tiempos, lo que había eran espacios vacíos con mínima población, tierras abundantes sin dueño, donde no existía el concepto de derecho a la propiedad de la tierra.

La Constitución Política del Estado avala el retorno a lo que se denomina capitalismo de Estado. Es, por tanto, una constitución estatista e intervencionista,  porque el Estado vuelve a jugar el principal rol en la vida económica del país, en la búsqueda del desarrollo económico como del bienestar de la gente, en contra del principio de la modernidad, que sostiene que el motor es el individuo, con sus actividades, su trabajo, con sus iniciativas, sus esfuerzos, su creatividad, su sacrificio y sus valores. El Estado debe ser solamente supletorio y subsidiario.

Hasta ahora no ha sido posible concebir un sistema económico alternativo – y menos concretarlo- a lo que se denomina “economía de mercado o capitalismo”. Por tanto, Bolivia está regida, por un lado, por una fuerte presencia del Estado en las actividades económicas y, por otra, por un vertiginoso e imparable desarrollo de la economía de mercado, pero mayoritariamente informal, que se mueve no en cumplimiento de las leyes que supuestamente rigen para todos.

Pero al asumir el Estado boliviano el rol dirigente de toda la actividad económica del país, genera en todos el ideal de que el gobierno puede hacer de todo, que no tiene restricción de ingresos económicos para distribuirlos entre todas las regiones, para que éstas puedan asegurar el pleno bienestar a sus pobladores. En otros términos, la gente cree  que se puede construir un “Estado del bienestar” con independencia a nuestro bajo desarrollo económico.

Pero no sólo que la Constitución es estatista, en lo económico, sino que también es irreal, porque está completamente alejada de la verdadera capacidad que puede tener un Estado cualquiera y, en particular, el Estado boliviano. Le atribuye funciones, atribuciones y competencias para las cuales ni de lejos está preparado ni cuenta con los recursos suficientes, situación que no se modificará en el futuro. La  Constitución no corresponde a la realidad, Bolivia es una economía de mercado, con actores productivos que se organizan de manera diferente (empresarial, unipersonal, comunitaria, cooperativa, estatal).

Lo que queda claro de la actual Constitución, como intencionalidad, es que “El Estado ejercerá la dirección integral del desarrollo económico y sus procesos de planificación” (Art. 311.II.1.). Para vivir bien se establece que: “la producción, distribución y redistribución justa de la riqueza y de los excedentes económicos” debe darse.  ¿Quién determina lo que es justo? Cabe también la pregunta ¿No será que buena parte de la votación negativa a los estatutos autonómicos esté reflejando un rechazo a estas determinaciones constitucionales? Lo esencial de una economía de mercado es que todo tipo de retribuciones se determinan por los precios prevalecientes de manera libre y competitiva en los mercados. Y esto es lo justo porque los intercambios se dan de manera voluntaria y no impuesta.

La Paz, octubre de 2015

 

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

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El socialismo de siglo XXI y su temprano fracaso

Si no fuese porque readquirió algo de actualidad  la vieja “ley del valor” de Marx con el intento de desarrollar la teoría del “Socialismo del siglo XXI”, por Heinz Dieterich cuando fungía como asesor del gobierno de fallecido Presidente Hugo Chávez de Venezuela, parecería una pérdida de tiempo abocarse al tema. Además el fracaso del socialismo comunista, en la ex -URSS y en la práctica, deriva, precisamente, de esta equivocada teoría.

¿Cuál es la teoría de Mark? Lo único que crea valor (riqueza) es el trabajo manual del obrero, no cualquier trabajo. Todos los demás factores productivos, incluyendo el trabajo no obrero, lo que hacen es transferir su valor en lo que producen, pero no crean algo adicional. Lo adicional, que es el “plus producto”, lo crea solamente el obrero, siendo el capitalista el que se apropia indebidamente. Todos los factores productivos reciben lo que les corresponde al momento de recibir su pago por parte de la empresa, con excepción del obrero.

La teoría de creación de riqueza de Marx es una falacia, más aun en el mundo actual donde el 70 % de la producción mundial corresponde al sector de servicios. Pregúntele  a un profesional de cualquier rubro si su trabajo no aporta en la creación de riqueza en la empresa donde trabaja. Haber si alguien le responde afirmativamente. En verdad, todos los participantes en el proceso productivo contribuyen a la creación  de riqueza.

Heinz Dieterich, de nacionalidad alemana, no pasaría de ser uno de los tantos  profesores más de la Universidad Autónoma de México, sino se hubiese convertido en el asesor ideológico del comandante Chávez, situación desde la cual (re)escribió un libro que lo tituló “Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI”, (Venezuela, 2005) que luego de laudatoriamente dedicarle algunos párrafos adulones al fallecido Presidente Chávez, en su primer capítulo, - y en su último- a quién gobernó Venezuela de manera abusiva, es un intento de recrear el marxismo y, con tal propósito, desacreditar a la economía de mercado e insistir en “la teoría del valor” de Marx como el aspecto esencial de la ciencia económica.

Este filósofo social, quien reconoce que repite los planteamientos teóricos del marxista Arno Peters,  sostiene que el socialismo de nuevo cuño es la “democracia participativa directa y la economía de equivalencias democráticamente organizada”. Invocando el pensamiento aristotélico dice que “la ciencia más importante y superior a cualquier otra es la política, de la cual depende la economía”, continua con las conocidas críticas marxistas al mundo liberal, a la economía de mercado, para ingresar a su plato de fondo que es la “teoría del valor o de equivalencias” y concluir con la conocida propuesta comunista demagógica que sostiene que “la democracia real es la sociedad sin clases, sin propiedad privada, sin capitalismo, ni mercado, ni comercio, ni precios y sin Estado como instrumento de opresión y de enajenación.”

A partir de la idea marxista de la explotación del trabajador por parte del empresario, en una economía de mercado, y siguiendo con la idea equívoca de que cuando se comercia una mercancía por otra, lo que se intercambia es “la cantidad promedia de trabajo abstracto invertido en su producción”, sostiene que gracias al desarrollo de la computación, hoy, se podría introducir y cuantificar estas relaciones en la economía y, por tanto, eliminar a los precios como señalizadores que se utiliza para efectuar el intercambio y la asignación de los recursos económicos.

Según Dieterich, -repitiendo los planteamientos de Arno Peters- sostiene que en lugar de decir que cien dólares es el precio de un traje debería decirse que un traje, por decir algo, vale, “veinte y cuatro horas de trabajo abstracto promedio”, y así todos los demás bienes, desde los alfiles y los lápices, pasando por todo tipo de alimentos, vestidos, medios de transporte y terminando con todo lo que es hardware y software. De esta manera, en la economía mientras “subsista el intercambio”, que únicamente es promovido por los oligarcas explotadores del mundo, -según él- todos los intercambios se harían en términos de equivalencia en cuanto a tiempo de trabajo invertido ya sea en una mercancía o en un servicio. Y esta labor que no era posible hacerla antes, ¡Albricias! es posible hacerlo ahora por “la rápida computarización de la economía, administración y vida privada”.

Es Venezuela, donde debía hacerse realidad el socialismo del siglo XXI, no debía haber pobreza para este tiempo ¿Dónde está ahora? En una situación económica calamitosa. Tiene la más alta de inflación mundial. Hay una escasez de productos y los venezolanos están condenados a realizar enormes y continuas colas para la adquisición de productos básicos. Muestra un enorme déficit en su balanza de pagos, tanto en lo que se denomina cuenta corriente como cuenta capital. A pesar del control de cambios sus exiguas reservas internacionales caen continuamente. Su producción económica está cayendo con fuerza.

La Paz, septiembre de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y miembro  de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

 

Economía de Mercado
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La gran depresión

La gran crisis económica mundial, de los años 30 del siglo recién pasado, conocida como la Gran Depresión, conjuntamente las dos guerras mundiales y la imposición del socialismo en casi una tercera parte del planeta, son hechos históricos que modificaron substancialmente la forma de operar de las economías nacionales, a partir de entonces.

Estados Unidos, el ejemplo de la inicial economía libre de mercado durante el siglo XIX, se basaba en creencias, que nadie las ponía en duda en esos tiempos y en ese gran país. Por esta razón fue el que tuvo el mayor crecimiento económico durante ese siglo.

La ambición individual que buscaba el beneficio lucrativo en las actividades comerciales e industriales era bien vista en la sociedad norteamericana de ese tiempo. De acuerdo con la doctrina de Adam Smith, se consideraba que dejar expresarse libremente a los intereses individuales, siempre presentes en el alma de las personas, era más beneficioso para todos y en el largo plazo, que impedir se manifieste de la manera como los moralistas de todos los tiempos pregonan.

Es más, -afirma Van Cise, citado por Roberto Christensen, en su obra, “Empresa Multinacional y Estado Nación, Tortuosa Convivencia”, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1973- los norteamericanos pensaban que la lucha por la ganancia personal no solamente era la vida de toda actividad comercial, “sino la vida misma”. La lección que suministra la vida “es que los que mejor se ayudan son aquellos que se ayudan ellos mismos. Por ello, ha sido fundamentalmente el interés personal y no el desinterés, el que ha guiado a los conquistadores a descubrir nuevas tierras para alimentar al hambriento, a los inventores a descubrir nuevos medios para vestir al desnudo, y a los hombres de negocios a desarrollar nuevas actividades e industrias para satisfacer las necesidades de la sociedad”.

Van Cise, recuerda que la sociedad libre se basaba en una verdad indiscutida para la sociedad norteamericana que se puede resumir de la manera siguiente: “aquellos que más han contribuido en beneficio de la sociedades en el curso de su guerra competitiva, han sido los incansables individuos que motivados por internas convulsiones aumentaban el lote de sus ganancias. Por un lado, se advierte que los hombres complacientes que quisieron compartir con los otros todo lo que la naturaleza pródigamente suministraba, han tendido a permanecer salvajes, En cambio, los hombres disconformes con lo que sólo la naturaleza les suministraba y lucharon para superarla, han inventado la rueda, el arado y la espada; han aprendido a comunicarse por medio de la palabra, la pintura y la escritura, y además se han comprometido con el tráfico comercial por medio de la moneda y del crédito”.

¿Qué sucedió para que estas ideas tan arraigadas en la sociedad norteamericana cambiasen pasados los años de la década de 1930? Milton Friedman, Premio Nóbel de Economía en 1976, nos da la respuesta. La explicación está en la crisis económica de 1929, que fue una catástrofe sin precedentes en la vida de una gran nación, -nos dice en su libro escrito con su esposa titulado “Libertad de Elegir”-

“La renta monetaria del país se redujo a la mitad antes que la economía alcanzara el punto más bajo de la crisis en 1933, la producción total disminuyó en un tercio, y el desempleo alcanzó la cifra sin precedentes del 25 por ciento de la población activa … la depresión convenció al hombre de la calle de que el capitalismo era un sistema inestable destinado a sufrir crisis cada vez más graves … la crisis económica hizo añicos la creencia sostenida durante mucho tiempo de que la política monetaria constituía un potente instrumento para alcanzar la estabilidad económica … el Estado tenía que desempeñar un papel más activo; intervenir para compensar la inestabilidad provocada por la actividad privada incontrolada, actuar como un volante de regulación para promover la estabilidad y asegurar el bienestar.” Esto no sólo hizo los EE.UU sino todos los países del mundo, durante el siglo XX en mayor o menor medida, que también fueron afectados por la Gran Depresión de manera significativa.

Así como la crisis económica del 1929 surgió en EEUU y se propagó por el mundo, llevando sus efectos desastrosos, también generó que las economías nacionales se cerrasen y, con ello, se impulsó el proteccionismo de los países, terminando el primer ciclo de globalización que había dado sus mayores frutos durante el siglo XIX. Hicieron su aparición con fuerza también las nuevas  teorías económicas que justificaban la ineludible presencia estatal en la actividad económica para impedir la presencia de las depresiones económicas. ///

Economía de Mercado
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Economía Real y Financiera

Toda transacción económica simultáneamente es real y es financiera. Ambos se mueven inexorablemente sujetos a las leyes básicas de la economía, vale decir, la oferta y la demanda.

Una transacción en los mercados de bienes y servicios es una compra/venta con uso del dinero, en cualquiera de sus formas. Pero también hay transacciones en los mercados de activos financieros, donde el dinero es uno de ellos.

La economía supone que ambos mundos, real y financiero, se mueven simultáneamente te y en equilibrio. Pero esta es una simplificación de una situación muy compleja.

En los últimos días del mes de agosto hubo noticias generalizadas de prensa sobre las caídas en los precios de los mercados de activos financieros en el mundo, de los cuales comparten las materias primas. Lo destacable es que fue una caída generalizada en los mercados y, en promedio, en tasas bastante similares. Esto quiere decir que los mercados financieros creen -o esperan- que hubiese un exceso de oferta tanto de materias primas como de activos financieros, razón que explica la caída de precios. También puede ser la consecuencia económica de que ya se presentó, con anterioridad un exceso de oferta en determinados mercados y, en general, en los mercados financieros, por lo que su caída de precios, con rezago, es un hecho inexorable.

En los países continuamente se está aumentando el dinero, el mismo que se concentra en los mercados financieros en la medida que es más desarrollado. En los países no desarrollados el dinero se concentra en los mercados corrientes de bienes y servicios e inmobiliario, presionando las importaciones y/o generando inflación de precios.

La gente suele preguntarse porque sube tanto el precio del oro. La respuesta es que la gente sigue buscando algo seguro y fácilmente vendible para mantener su riqueza. Se considera que el oro cumple esta condición, sobre todo cuando el dólar americano, que es el dinero por excelencia, presagia problemas.

El mundo de los mercados de bienes y servicios opera según las leyes de la demanda y de la oferta pero con fuertes distorsiones, dado que los gobiernos de los países, en mayor o menor medida, no permiten el libre comercio de bienes, ni de servicios, ni plena movilidad de factores. Por tanto, los precios determinados en los diferentes mercados nacionales no son los óptimos. Estas restricciones no están presentes en los mercados financieros, que también se mueven bajo las reglas de la demanda y de la oferta, pero donde se observa una amplia libertad de “movimientos de capitales” o del dinero. Lo deseable es que paralelamente al libre movimiento de capitales debería imponerse la libertad mundial del comercio de bienes y la libre movilidad del factor trabajo.

Pero las restricciones en los mercados reales se manifiestan distorsionando los mercados financieros.

En el mundo actual, casi todo se ha convertido en activo financiero. Los commodities se venden y se compran en la forma de activos financieros, cuyo propósito inmediato no es su uso sino mantener y acrecentar la riqueza poseída.

Pero lo que sucede en los mercados reales -como es el de las materias primas convertidos en activos financieros- es que con rezagos, está presente en la conducta de los mercados financieros, pero nadie sabe cuando. Un exceso de producción real, en algún momento, es percibido por algunos agentes del mundo financiero como insostenible; consideran que los “stocks e inventarios” están en un nivel muy alto, por lo que se viene una caída de precios, lo cual ellos hacen realidad al vender activos financieros. Pero esta opinión no es compartida por todos, porque de serlo no habría compradores. En el mundo de los activos siempre hay los que creen, en el corto plazo, que un precio de algo subirá y otros que creen lo contrario.

La pregunta es: ¿por qué se habría presentado ese exceso de oferta? La respuesta es que es consecuencia del gran auge económico mundial, ya de muchos años, liderado por China, con un bache dado por la crisis económica mundial del año 2009,  donde se dio un continuo exceso de demanda con su correspondiente alza de precios y que incentivó, precisamente, este exceso de oferta actual.

Estos hechos nos demuestran que, en realidad, los mercados financieros no funcionan junto a los mercados reales, lo hacen de manera separada. En los mercados financieros, se determinan los precios, pero con rezagos, razón por la cual nadie sabe que puede pasar con un precio mañana. Todo depende de las expectativas que tengan los que operan en los mercados financieros, las cuales pueden ser tanto racionales como no racionales.   

La Paz, 31 de agosto de 2015

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

Economía de Mercado
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