Blog de Armando Méndez Morales

La economía de mercado es una economía de precios

Milton Friedman, Premio Nóbel de economía 1976, fue profesor en la Universidad de Chicago de la materia que hoy se denomina Microeconomía. El la daba bajo el denominativo de Teoría de Precios y que dio lugar a su libro con el mismo nombre.  Para Friedman lo fundamental de una economía de  mercado y de su éxito estriba en el comportamiento libre y competitivo de los precios, porque cumplen tres funciones esenciales y que son la función de información, de asignación y de distribución.

La primera y básica tarea que cumplen los precios es de informar a todos los agentes económicos interesados acerca de la escasez relativa de todos los bienes y servicios existentes en la economía. Cuando un precio de algo sube, la información que los interesados obtienen es que la escasez relativa del bien en cuestión ha aumentado y, viceversa, si el precio baja informa lo contrario. Con este dato, las personas no saben si la mayor escasez se debe a una disminución de la oferta del bien en cuestión o a un aumento de la demanda, porque el precio por sí mismo no dice nada al respecto. Sólo dice que aumentó o disminuyó la escasez relativa de los bienes y servicios, pero no dice por qué. Para saber eso se tendría que hacer un seguimiento al comportamiento de la demanda y de la oferta, y sólo así sabríamos cuál de estas dos fuerzas explica el hecho.

Toda información es retenida sólo por aquellas personas que tienen interés en el hecho, en este caso, en el bien o servicio en cuestión. A los que no les interesa, por supuesto que no le otorgan al dato ninguna atención. Pero a quienes les interesa, esta información les sirve para tomar futuras decisiones. Por esta razón se dice que los precios son señalizadores, los precios son las señales en el mercado.

Los precios proporcionan a los propietarios de los factores de producción, a los productores y a los consumidores, de manera resumida, información sobre las disponibilidades de recursos, las posibilidades de producción y las preferencias de los agentes económicos.

Con la información que los precios expresan, los agentes económicos, ya sean productores o consumidores, toman las decisiones para hacer la asignación de sus recursos que como ya se sabe son siempre escasos.

Si son productores los precios les dicen qué producir y cómo hacerlo, dado el supuesto de que técnicamente aquellos saben cómo se hace el bien en cuestión. Se dedicarán a producir aquellos bienes o servicios en que mayor sea la diferencia entre el precio del producto con relación a su costo. Tomada la decisión de lo que se quiere producir, el empresario asignará sus recursos buscando emplear los métodos de producción menos costosos y más eficientes.

Si son consumidores, y dados sus gustos y preferencias, asignaran sus recursos tratando de maximizar la satisfacción de lo que consuman a los precios más bajos posibles. Este comportamiento se denomina “racionalidad económica”.

En economía, precios son todas las retribuciones que reciben tanto los factores productivos, por su participación en el proceso productivo, como los valores a los cuales se venden  bienes, servicios y activos financieros. Son precios no sólo los valores monetarios de todos los bienes y servicios en general, sino que lo son los salarios, es decir, la retribución al factor trabajo; la tasa de interés que es la retribución al propietario de capital; la renta que se paga por el uso de la tierra; el tipo de cambio que es la retribución al poseedor de monedas extranjeras, y que se utiliza para la obtención de bienes y servicios importados, etcétera..

La distribución se realiza simultáneamente con la producción. Cuando el empresario decide producir algo contrata trabajadores a determinados salarios independientemente a la fecha que vaya a vender sus productos. El empresario no condiciona al trabajador el pago de su salario a cómo le vaya con la venta de su producto. Le vaya bien o le vaya mal, al momento de vender sus productos, el empresario tiene que pagar los salarios convenidos con anterioridad a la realización de la producción misma. Lo mismo sucede con el pago de los intereses por concepto del capital que ha de utilizar y los pagos por insumos que ha de requerir.

Por lo anotado es que no se puede separar la función de asignación de recursos, que tienen los precios, con su función de distribución de lo producido, porque ambos procesos se realizan de manera simultánea. No se puede decir que los precios sirven muy bien para la asignación de recursos porque lleva a la producción eficiente y que no sirve, de la misma manera, para la distribución de lo producido mediante la remuneración que reciben los diferentes factores de la producción que participan en el proceso productivo.

La Paz, enero de 2017

Economía de mercado
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Producción y empleo

En los últimos días de diciembre, el ministro de Economía y Finanzas, Luís Arce Catacora, ha señalado que se prevé un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del orden del 4,2 % junto a una tasa de desempleo del orden del 4,1 % para 2016, año que acaba de concluir.

Para hacer este anuncio el Ministro se refiere que su pronostico es consecuencia del resultado medido al mes de octubre por el Indice global de la actividad económica (IGAE) que el Instituto Nacional de Estadística elabora mensualmente, pero que, lamentablemente, lo hace conocer al público con mucho rezago. Cuando se ingresa a la página Web de esta institución, se tiene que el IGAE publicado está hasta el mes de mayo. Por tanto, no se sabe con certeza si el Ministerio de Economía y Finanzas está señalando el dato a octubre del año en  cuestión, o utiliza este dato para hacer la proyección para fin de año.

Sería aconsejable que esta valiosa información que dispone el INE lo hiciera conocer rápidamente, como acontece con los datos de comercio exterior, que ya los tiene publicados hasta el mes de noviembre. Esto ayudaría a todos quienes hacen un seguimiento del comportamiento de la economía.

El IGAE, reiteramos, es un indicador mensual previo que busca anticipadamente determinar la tendencia del comportamiento del PIB,  que se elabora trimestralmente.

En materia de empleo, también sería conveniente que el INE publicase estos datos explicando la metodología aplicada, la forma como los obtiene, la peridiocidad con que los calcula, etcétera. Un desempleo del orden del 4,1 %, en teoría económica se lo califica de pleno empleo. Se sostiene que una tasa menor al 5 % de desempleo puede ser calificada como de pleno empleo, ya que siempre existe un desempleo, que se lo califica de natural. Sucede que hay gente joven que quiere incorporarse al mercado laboral y conseguir un trabajo toma su tiempo. También hay gente que deja un trabajo, para la cual encontrar otro no es inmediato.  

La definición de empleo es muy amplia. Basta con trabajar unas cuantas horas a la semana para ser considerado como tal, y basta con declarar que no se considera desocupado. El que vende algo en las calles está ocupado (lo denominamos vendedor ambulante) está  empleado Y en Bolivia tiene mucha importancia el trabajador familiar no remunerado. Es decir, él no recibe un salario pero la familia como tal tiene un ingreso, una remuneración económica, del cual se beneficia toda la familia. Además en estos casos no se diferencia que parte del ingreso es salario o es ganancia por su capital. Por esta razón, en cuentas nacionales todo aquello que no es remuneración salarial con absoluta precisión – que se estima no alcanza al 30 por ciento del empleo total- se registra como “excedente de explotación”, lo cual no es correcto.

En cuanto al trabajo de la mujer en labores domesticas no se considera empleo, porque no está sujeta al intercambio que es la característica de todo mercado. El ama de casa no ofrece sus servicios y si lo hace fuera de su hogar  pasa a ser parte de la Población económicamente activa (PEA), en calidad de empleada doméstica.  Por esta razón el trabajo del ama de casa, como tal (no como empleada domestica) tampoco es parte del PIB. El PIB considera todas las transacciones que implican un intercambio económico efectuado en los mercados. La excepción constituye las labores que realiza la administración pública en beneficio de la sociedad, la cual se incorpora en el PIB, a precios de costo, aunque no sea el producto de un intercambio de mercado, pero a todo funcionario público se le paga una remuneración, por lo cual se supone que está ayudando a mejorar el funcionamiento de la economía. Hay también economistas que mantienen la posición que en el PIB debería contemplarse el trabajo del hogar que hace la mujer, punto de vista que no lo comparto porque el PIB trata de reflejar los “intercambios” que se realizan en los mercados, utilizando el dinero.

El caso de los jóvenes universitarios no se considera empleo porque todavía no producen nada para el mercado y por ello tampoco nadie las de da una remuneración. Por esta razón, madres de familia y jóvenes universitarios son parte de la población económicamente inactiva (PEI). Es una población que podría buscar trabajo pero por decisión propia no lo hace. En precisión  la PEI abarca a la gente que no busca trabajo por propia decisión y por eso se la califica de no activa, cuando por la edad que tiene podría ser parte del la PEA. La tendencia histórica es a un aumento persistente de ésta.

Un tema que también se lo debería aclarar es que en la determinación del nivel de empleo se está incorporando todo lo que se denomina trabajo informal, vale decir, espacio donde no aplican la Ley General del Trabajo y todas las disposiciones legales al respecto.

En la medida que el PIB se expande también lo hace empleo, por lo que estados dos variables económicas están relacionadas directamente.

La Paz, enero de 2017

Economía de mercado
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Las importaciones son el motor de la economía boliviana

El equipo económico del gobierno insiste en que un gran cambio, en el modelo económico que Bolivia implanta desde que Evo Morales llegó a la presidencia del país, es que el motor de la economía boliviana pasó a ser la dinámica de la demanda interna, como si antes lo hubiese sido la demanda externa. Se define a la demanda interna como la sumatoria del gasto que en una economía se realiza en consumo interno, inversión y gasto público. La demanda externa son las exportaciones que un país realiza.

Pero, se olvida que para que aumente el consumo, ya sea de bienes producidos internamente o que provengan del exterior, se requiere de importaciones. Ni qué decir de las inversiones, no producimos bienes de capital.

Lo que aconteció durante el gobierno del Presidente Morales es que se incrementó la sumatoria de las exportaciones e importaciones, tanto en términos reales como monetarios. Todo el análisis siguiente se lo efectúa en promedios anuales.

Si se suman las exportaciones e importaciones en términos reales y dividimos entre el producto interno bruto (PIB) a “precios constantes de 1990”, y multiplicamos por cien tenemos una definición de apertura de la economía. Si comparamos la década 2006-2015 con la década anterior encontramos que el coeficiente subió a un 66 %, cuando en la anterior fue del 56 %.

Si este mismo análisis realizamos de manera separada entre exportaciones e importaciones encontramos el siguiente resultado: Las exportaciones con relación al PIB en la década 1996- 2005 alcanzaron a un 27 %, el mismo que subió al 33 % en la década siguiente. Las importaciones subieron del 29 % también al 33 %.

La primera conclusión es que tanto las importaciones como las exportaciones aumentaron lo mismo con relación al PIB. ¿Pero acaso las exportaciones no subieron más que las importaciones? Para responder la interrogante en cuestión, el análisis hay que efectuarlo en términos de precios corrientes, de cada año.

En este enfoque el resultado es el siguiente: Para el periodo 2006- 2015 la apertura subió a 78 %, bastante por encima del 66 % visto anteriormente Las exportaciones subieron a un 42 % y las importaciones a un 36 %. Este significativo crecimiento en las exportaciones y mayor que el de las importaciones responde al gran incremento de precios que merecieron las exportaciones de materias primas que Bolivia exporta.

Lo que realmente explica el buen crecimiento de la economía boliviana, en términos reales, durante la última década son las importaciones. Pregúntese los insumos importados que cualquier industrial requiere hacer para producir algo. Lo mismo para el sector de la construcción, que está en auge.

En un aparato económico muy poco diversificado como el boliviano, que del total de sus exportaciones el 95 % corresponde a bienes primarios, quiere decir que su actividad productiva le impide producir, con insumos propios, la cantidad de bienes y servicios que la comunidad demanda.

Para producir cualquier cosa en el país se requieren de importaciones. Si uno ve la composición de las importaciones totales se llega a la conclusión de que el 80 % corresponden a insumos industriales, bienes de capital, equipos de transporte y combustibles.

La verdadera diferencia en el comportamiento del sector industrial, que también es válido para el sector de la construcción, es que en la década 1996-2005 las importaciones se financiaban, además,  con endeudamiento externo, lo que hizo posible el modesto crecimiento de la economía. En cambio, en la última década, fundamentalmente, se lo hizo con las exportaciones, dado que se presentó lo que se denomina superávit comercial, o superávit en cuenta corriente, si introducimos otros conceptos, como el comercio de servicios donde Bolivia siempre es deficitaria.

Un aspecto central que se debe destacar es que cuando algo se vende es para comprar. Los trabajadores ofrecen su capacidad de trabajo para obtener ingresos que les permita adquirir el conjunto de bienes y servicios para satisfacer sus necesidades y deseos. Esto mismo sucede con la economía de un país. Se exporta (vender) para importar (comprar)

Para que el país pueda seguir creciendo -en condiciones donde el valor de las exportaciones cayeron de manera significativa, y se presenta una situación de déficit comercial, por lo que ya no puede financiar sus importaciones con sus exportaciones- debe endeudarse y/o atraer inversión extranjera para adquirir las imprescindibles importaciones que hacen posible que la economía boliviana crezca.

Pocas son las economías donde se puede calificar que el motor de su crecimiento económico lo constituye la demanda externa. Es decir, producen para el exterior. Pero para hacerlo requieren de importar también mucho, razón por la cual se apertura económica es muy grande, como es el caso de Hong Kong, que tiene una apertura del 440% con relación a su PIB.

La Paz, diciembre de 2016

Economía de mercado
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La imparable globalización

Según la conocida obra escrita por Alvin Toffler, a principios de los años 90 del siglo recién pasado, titulada “La tercera ola” se puede ubicar el tiempo de inicio del denominado proceso de globalización mundial a mediados del siglo XX, época en que se deja atrás “las chimeneas de las fabricas”.

Poco antes había concluido la terrible Segunda Guerra Mundial y recomenzó la dinámica del comercio internacional. En términos reales el comercio internacional se incremento anualmente en promedio en un 6,4 % en el periodo 1945- 1983

La mayor dinámica de este crecimiento se concentró hasta los primeros años de la década de los 70, cuando si bien el comercio internacional siguió creciendo, lo hizo a ritmos menores, cuya explicación se puede encontrar en la arbitraria elevación de los precios de los hidrocarburos que arremetieron los países productores, organizados en su Cártel del petróleo, y que tiene que haber afectado el ritmo de expansión de la economía mundial. Pero luego continuó su ritmo ascendente hasta la llegada de la recesión de 2008.

Siguiendo a Alvin Toffler, el denominativo de "tercera ola", sigue el tiempo de la industrialización –segunda ola- correspondiendo a la economía a la primera. Al referirnos a la globalización de la economía mundial, debemos establecer que es un hecho que incluye a todas las otras esferas y actividades de la vida humana, como son la cultura, la política, el deporte, la ciencia, la tecnología, etc. siendo la parte económica, la parte esencial de todo este proceso, mediante el cual, el mundo pasa a ser una verdadera unidad y sujeta a interdependencias y complejas redes relacionales y comunicacionales.

El otro nombre de la globalización es la integración. En términos concretos se puede decir, como lo hace Alvin Toffler, que es el proceso mediante el cual "un coche o un ordenador puede ser fabricado en cuatro países y montado en un quinto".

La globalización permite que el capital fluya hacia las mejores empresas con capacidad de permanente innovación y adaptación a las exigencias de los consumidores.

La globalización implica pues que la producción de un bien ya no se realiza en un solo país o en una sola región. En la producción de un bien participan muchos agentes económicos que se encuentran dispersos en las naciones.

La globalización implica también que las empresas de unos países se vinculan con empresas de otros países y establecen relaciones de las más variadas posibilidades, desde simples contactos, pasando por "joint ventures" hasta asociaciones mas complejas como son las fusiones.

La globalización hace más dinámico el comercio internacional respecto al crecimiento de la economía mundial, también permite que las inversiones realizadas por extranjeros en diferentes países del mundo pasan a jugar un rol central en el crecimiento de las economías nacionales y, por ende, en la economía mundial.

La “tercera ola”, la globalización, en la que la economía basada en chimeneas ha sido substituida por otra basada en computadoras, funciona a velocidades supersónicas y el dinero se mueve con igual ritmo, "el sector financiero opera durante las veinticuatro horas al día, los valores de renta variable y de renta fija, las mercaderías y las divisas se compran y se venden sin parar."

La globalización se la puede entender como el hecho mediante el cual ya no tiene sentido clasificar la actividad económica en "agricultura, industria y servicios" como hasta ahora todavía se lo hace. Todas las actividades económicas, hoy, utilizan computadores y la rentabilidad de las actividades económicas está en relación directa a la cantidad de conocimientos que éstas absorben en el proceso de producción y de distribución económica.

En la era de la globalización de la economía, los salarios se pagan en función de la capacidad de conocimientos que tiene el trabajador, y "todo trabajador manual mecánico y sencillo es candidato a la sustitución por la robotización".

La globalización de la economía mundial exige una nueva clasificación económica: "actividades económicas de mucho conocimiento, actividades de mediano conocimiento y, finalmente, de poco conocimiento".

El fenómeno de la globalización vino acompañado con la presencia de las empresas multinacionales. Se dio, primero, en Europa con la presencia de los capitales norteamericanos, y luego en Asia. Este hecho fue muy mal visto en América Latina y su presencia, hoy, es reducida.

Desde la óptica de los pensadores marxistas, se puede señalar a Ernest Mandel, quién en su obra titulada “Ensayos sobre el neocapitalismo”, señala que el periodo 1955- 1964 podría ser calificado de su apogeo, dado que el volumen mundial de bienes manufacturerazos exportados en 1961 era tres veces mayor que el referido al año 1938 y más del doble que el del 1950.

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Una presidencia de Trump frenaría la globalización

En el primer debate, entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton,  por el Partido Demócrata, y Donald Trump, por el Partido Republicano, se dijeron muchas cosas, muchas intrascendentales y de ataques personales; pero poco de temas de vital importancia para el avance de la economía mundial y que tienen que ver con el libre comercio, que hoy por hoy se da mediante los tratados de libre comercio entre los Estados.

Los tratados firmados por EE.UU. recibieron una crítica negativa por Trump.  Increíblemente se llega a la conclusión de que Trump desconoce que el comercio es el eje fundamental que cimienta la integración económica de los países.

Cuando se habla de libre comercio nos estamos refiriendo a personas, bienes, servicios y capitales. Se avanzó bastante en el movimiento de capitales, principalmente entre los países desarrollados. China es uno de los países que más se abrió a la inversión extranjera directa como en general lo han hecho los países asiáticos. El resultado es que en las últimas décadas Asia es la región de mayor crecimiento económico en el mundo. En cuanto a bienes y servicios los tratados firmados se traducen en un listado de productos que un país puede exportar a otro, sin ninguna traba, pero no abarca a todos los productos que dicho país podría hacerlo. Además, se plantean regulaciones especiales, como por ejemplo, que los insumos utilizados en dicha producción provengan del país con el cual se ha firmado el tratado y no de cualquier otro. Es un tema complicado, porque cada Estado está expresando los intereses económicos de sus sectores más fuertes que quieren que se les abra mercados en el mundo, mientras otros no quieren la competencia de la producción extranjera, porque ello implicaría menores ganancias.

En el campo del libre movimiento de personas se avanzó, aunque también con tropiezos. Los enemigos naturales al libre movimiento de personas viene por el lado de los países desarrollados cuyas regulaciones laborales y agrupaciones sindicales se oponen, bajo el argumento de que hay una competencia desleal ya que en los países en proceso de desarrollo las remuneraciones son más bajas, por lo cual esta gente está dispuesta a migrar, generando competencia a los trabajadores del lugar, lo que impide incrementos salariales que todo trabajador siempre busca. Se da el caso de que personal altamente especializado está dispuesto a trabajar en los países desarrollados por remuneraciones más bajas que los que gozan los del lugar.

En este escenario, lamentablemente, en los últimos tiempos se está convirtiendo en un problema dado que mucha gente está buscando migrar por todo medio, principalmente a Europa como consecuencia de la guerra desencadenada en Siria. En particular, continuamente mucha gente de Centro América, por diferentes medios, se dirige a EE.UU. Se calcula que 11 millones de migrantes en EE.UU. son indocumentados.

Según  Trump los acuerdos que suscribió EE.UU. costaron puestos de trabajo para los residentes de ese gran país. El mismo puso en el tapete de la discusión el Tratado de libre Comercio de América del Norte, que se firmó durante la presidencia de su esposo Bill Clinton y su apoyo a la Asociación Trans Pacífico. Explícitamente, Trump señaló que NAFTA fue el peor acuerdo que se firmó entre EE.UU, Canada y México.

Por otra parte, es evidente que empresas norteamericanas se han trasladado a otros países del mundo porque los impuestos son altos. Esto también afecta a la población norteamericana porque dispone de menores fuentes de empleo. Me viene a la memoria el caso de Apple que solo contrataba 25 mil personas en EE.UU, que realizaban el trabajo más sofisticado, pero la fabricación de piezas y su armadura se hacía en países asiáticos, creando 300 mil empleos. Lo bueno de la globalización es que facilita la difusión  del conocimiento, y amplia las ventajas competitivas de los países

Esto, junto a una percepción de decepción de la gente sobre los políticos, quienes se dan cuenta que detrás de todas las elecciones están los intereses de las grandes empresas que se expresa en millonarias donaciones para las campañas electorales, está llevando a una desconfianza de la llamada clase política, a la cual pertenece Hillary Clinton.

Adicionalmente, hay percepciones erradas en los estadounidenses: “la mayoría cree que la pobreza mundial se duplicó en los últimos 20 años, pese que en realidad se redujo a la mitad”. Hay gente en EE.UU. que no reconoce que el mundo avanza y está progresando de manera inédita gracias al proceso de globalización, aunque en todo proceso no se manifieste en un bienestar igualitario, unos se benefician más que otros. Esto no gusta a los segundos.

Según un estudio sobre globalización, para el periodo 1988-2008, ha sido la clase media asiática la que mas se ha beneficiado. “Los mayores perdedores en términos relativos son las clases medias y bajas de Europa y de los EEUU”.

Hay un peligro de proteccionismo que acertadamente China ha puesto en el tapete de la discusión en la última cumbre del G20. Un intento a retornar al proteccionismo puede desencadenar un proceso de fuerte ralentización de la economía y, con ello, un mayor descontento de la población mundial, con todas las consecuencias negativas que esto conlleva.

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La importancia del libre comercio

Hoy día, cuando nos referimos al libre comercio estamos pensando como un hecho internacional. Hoy, a ningún comerciante se le prohíbe llevar sus productos de un lugar a otro al interior de un país. Si usted produce algo en La Paz y puede vender eso en Santa Cruz lo hace sin ningún impedimento y viceversa, no tiene que cumplir normas especiales, no le ponen trabas para  hacerlo y no le cobran ningún impuesto especial.

Sin embargo, este hecho que es absolutamente normal en el país no era así en el pasado. Hubo épocas en que se impedía que los productos se muevan de un departamento a otro, sobre todo en lo referente a la producción agrícola, bajo el argumento de que ello podía generar una escasez del producto en cuestión y por ende subiría el precio. Esto impide el desarrollo de un país, dado que todo productor para ser eficiente tiene que diseminar sus lugares de venta, lo cual lo hace efectivo por medio del comercio. Un productor eficiente, minimiza el riesgo de tener un solo demandante. Lo mismo pasa con los demandantes; deben tener la seguridad de que un producto lo pueden obtener de diferentes lugares, porque esto también minimiza el riesgo de dependencia.

Lo acontecido en Bolivia también se dio en otros países. Un ejemplo paradigmático es la India, un país con una población del orden de los 1,200 millones de personas, sólo superada por China. India, luego de su independencia de la Gran Bretaña siguió un modelo económico estatista y muy restrictivo, inspirado en el socialismo. No había libre comercio al interior de ese basto territorio. Hoy es muy diferente. Se mueve en un contexto de economía de libre mercado, proceso que comenzó en los años 90 del siglo recién pasado, razón por la cual existe pleno libre comercio interno. Adicionalmente es un país que se ha abierto al comercio internacional y tiene varios tratados de libre comercio con otros países del mundo.

En el mundo, a ningún productor u oferente le gusta la competencia en el campo de lo que hace. Ellos quedarían encantados si pudiesen ser los únicos vendedores. ¿Qué les impide hacer realidad este sueño? La presencia de la competencia que implica que si el mercado es libre siempre habrá alguien que produzca lo mismo.

Este comportamiento también está presente en los trabajadores. No les gusta tener competidores porque cuando hay eso significa menores salarios. Esto explica la proliferación de los sindicatos en el mundo durante el siglo XX, con el propósito central de impedir, por todo medio, que puedan bajar sus salarios. Por esta razón, se califica al salario no como un precio determinado por el mercado, como debería ser, sino como un “precio administrado” donde participan en su determinación -de manera negociada- tres instituciones: el gobierno, las empresas y los sindicatos.

Pero, como cada vez el trabajo es más diferenciado, con diferentes grados de productividad y de especialización, los sindicatos están perdiendo poder los sindicatos. Sus propósitos se hacían realidad en un mundo donde el trabajo era muy uniforme, como el del obrero. Pero hoy, los obreros son una minoría, incluso en la actividad manufacturera.

Uno de los acontecimientos económicos más importante en el último medio siglo ha sido el continuo crecimiento del comercio internacional. Este se ha expandido a un ritmo mayor que la producción mundial, a pesar de no existir libre comercio mundial. A lo mucho se ha logrado alcanzar los llamados “tratados de libre comercio”, que son acuerdos políticos entre estados, cada una de ellos velando por los intereses de sus productores importantes. A lo que se ha llegado es que dos países, o más, se pongan de acuerdo en permitir el libre comercio de un listado de productos, entendido como la ausencia de aranceles (impuestos al comercio internacional).

A título de “industrias nacientes”, del modelo de sustitución de importaciones, en América Latina proliferó el proteccionismo hasta ahora, situación que ha ingresado en crisis como se puede observar en dos importantes economías de la región como son Brasil y Argentina.

Llama la atención que las grandes economías sean las más cerradas al libre comercio mundial. Esto se puede explicar porque han construido aparatos económicos muy diversificados, que no es característica de las pequeñas economías, como la boliviana.

La forma de medir la apertura al comercio es sumando las exportaciones de bienes y servicios que hace un país con las importaciones. Esta suma se la divide entre el Producto Interno Bruto (PIB) para de esta manera tener una idea de la magnitud de su apertura.

Con datos que procesa el Banco Mundial, para el año 2014, se concluye que el Brasil es la economía más cerrada con un indicador del orden del 25 %, siguiendo la Argentina con el 29 % y los EE. UU con el 30 por ciento.

En cambio, las economías pequeñas y exitosas como Hong Kong, Luxemburgo y  Singapur son las economías más abiertas del mundo y con los siguientes indicadores: 440 %, 374 % y 360 %, respectivamente.

La media mundial está en el orden del 89 por ciento, y Bolivia para el año 2014 mostró un indicador del 85 %. Para el año 2015, este indicador ha bajado ya que el comercio exterior del país decreció con relación al año anterior.  

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Avance dificultoso del libre comercio mundial

Desde que inesperadamente se presentó mundialmente la crisis financiera, primero y luego económica, en los años 2008 y 2009, el mundo quedó expectante de lo que harían los países para enfrentar la desaceleración de sus economías. Vino al recuerdo la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, donde los países reaccionaron cerrando sus economías a las importaciones y utilizando la devaluación monetaria como mecanismo de protección de sus economías nacionales. El resultado fue el desastre total en la economía mundial. La dura lección que dejó esta dramática crisis es que las barreras al comercio mundial no ayudan al crecimiento de la economía mundial, sino por el contrario la perjudica.

Hace poco se llevó a cabo la cumbre anual del denominado G20, en China, que agrupa a 19 países más la Unión Europea. Esta reunión se produjo en un ambiente de mucha incertidumbre tanto política como económica. El crecimiento económico global no es el deseado, sin embargo, EE.UU. la primera potencia económica del mundo está repuntando y China continúa con un buen ritmo de crecimiento, aunque ya no sea del orden del 10 por ciento, que por varios años ese gran país mostró.

Hay que destacar que este grupo de economías representa el 85 por ciento de la producción mundial, por lo que sus intenciones son fundamentales y afectan a los demás países del mundo. Se reconoció que hay un auge del discurso proteccionista en los países.

Según datos que provee periódicamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) se puede observar que la economía mundial se ha ido desacelerando desde un 5,4 % para el año 2010 hasta un 3% para el año 2015. Se espera que en los próximos años la economía mundial se mueva en torno a un 3,5 por ciento, lo cual es una buena noticia. La Unión Europea hace rato no está pasando por un buen momento. El año 2015 creció casi al 2,4 % y se espera que en adelante no supere el 2 %. China que creció a un impresionante 11 % el año 2010, fue declinando paulatinamente hasta llegar a un 7 % el año 2015, que se lo debe seguir calificando de excelente. Las estimaciones del FMI señalan que China podrá moverse en los próximos años a una tasa del 6 %.

En este contexto es destacable y aplaudible que los líderes del G20 rechacen al  proteccionismo y apuntalen el libre comercio mundial. El presidente del país anfitrión de esta reunión, Xi Jinping dijo, al cerrar el evento: "Queremos revivir los motores de crecimiento del comercio internacional y la inversión. Respaldaremos mecanismos de comercio multilaterales y rechazaremos el proteccionismo para revertir el declive del comercio global".

Lo importante es que el G20 se declaró en favor del libre comercio, como un principio que debe regir el mundo, en contraposición al aislacionismo de los nacionalistas, de diferentes tendencias ideológicas, que están emergiendo en diferentes países del mundo.

Habiendo destacado el hecho de la acertada conclusión de la cumbre del G20, se debe subrayar que llevar a la practica completa este propósito enfrentará muchos escollos, ya que cada uno de los gobiernos representados en dicha cumbre, tienen que armonizar al interior de sus países una diversidad de intereses de grupos económicos importantes, tarea harto difícil. Por esto es adecuado recalcar que las acertadas conclusiones del evento comentado son buenas declaraciones pero de inseguro cumplimiento.

China logró disminuir la pobreza- según la Directora del FMI- en 700 millones de personas gracias a su integración al comercio mundial. Gracias a sus bajos costos salariales se convirtió en un país que atrajo a la inversión extranjera directa de manera masiva, con ello a las empresas transnacionales. Todo esto hizo de China la economía de mayor crecimiento en las últimas décadas

Un ejemplo de lo difícil que es hacer realidad el libre comercio mundial son los problemas por los que está atravesando la Unión Europea. No hay que olvidar que cuando se habla de esto también se está hablando de la libre circulación de personas, lo cual está siendo sometida a barreras por las masivas migraciones a los países de la Unión como consecuencia de los graves conflictos que se vive en Siria y, en general, en el Medio Oriente.  Se debe tener cuidado con los discursos anti migración que está influyendo sobre los trabajadores de los países desarrollados, dado que, sin duda alguna, la migración hace que en esos países aumente la oferta laboral, lo cual no gusta a éstos  porque crece la competencia, y. por tanto, no pueden subir los salarios. Por principio, a cualquier oferente de lo que sea no le gusta la competencia.

Otro ejemplo es que hasta ahora no se puede concretar es el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), también denominado Area de Libre comercio Trasatlántico, cuyo propósito es suscribir un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y los EE.UU.  Esto es vital para avanzar hacia el libre comercio mundial porque se habría logrado que la mitad de la producción mundial ya se rija por este principio. En este contexto, lamentablemente, el que mejor encarna la oposición a este tratado en los EE.UU. es el candidato republicano Donald Trump, quién se ha convertido en el abanderado del proteccionismo de la economía norteamericana. De salir elegido Presidente, hay que darlo por seguro que dicho tratado tendrá serios tropiezos.

Con acierto, el Presidente Macri de la Argentina destacó que había que combatir el proteccionismo agrícola que se encuentra muy fuertemente arraigado en los países europeos.

La Paz, septiembre de 2016

*Profesor emérito de la UMSA y expresidente del Banco Central de Bolivia

 

 

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La década perdida de Europa

Juan Ramón Rallo, columnista de El Cato. Org, acaba de escribir un artículo con un título sugestivo que lo ha denominado: “La década perdida de Europa”, refiriéndose al periodo 2006-2015. La conclusión sobre la que se basa para esta contundente afirmación es el mediocre crecimiento de su economía, tanto en lo que se denomina Unión europea, o la parte que tiene moneda común, el euro, que es la Zona Euro.

Durante el periodo 2006 y 2015 el conjunto de la Unión europea incrementó su producción en un promedio anual de sólo el, 0,5 %, siendo la situación peor para la Zona del Euro que creció sólo en sólo 0,3, también anual. Este apesadumbrado comportamiento contrarresta con el destacado crecimiento que  tuvieron las economías más libres del mundo como Singapur, Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda y Suiza. Es cierto que toda esta situación se ha manifestado claramente con la crisis económica mundial de los años 2008 y 2009 porque contrajo las exportaciones de los países.

Juan Ramón Rallo se pregunta si el mal comportamiento de la economía europea no sería la consecuencia del padecimiento de problemas de fondo que le impiden desplegar todo su potencial. Su respuesta es afirmativa. “El Viejo Continente se ha esclerotizado en un cenagal de endeudamiento, impuestos, gasto público y regulaciones estatales. La enorme deuda pública y privada absorbe su escaso volumen de ahorro interno; los impuestos y el gasto público fagocitan la renta de los ciudadanos, distribuyéndola según los caprichos de burócratas y lobbies extractivos; y las regulaciones estatales maniatan la creatividad de sus ciudadanos para crear riqueza innovando y emprendiendo.”

Dicha afirmación de Ralló, comparto plenamente, porque es la aplicación de lo que se denomina “receta keynesiana” que dice: Si cae la demanda de exportaciones hay que bajar la tasa de interés con lo que se incentiva el gasto en inversión por lo que se puede contrarrestar la caída de exportaciones. La caída de las exportaciones implica menores ingresos y, por tanto, caída de los impuestos, lo que implica déficit fiscal, supuestamente si se estaba en equilibrio fiscal, lo cual nunca ha caracterizado a los europeos. Adicionalmente, la caída de las exportaciones debería depreciar el tipo de cambio, comportamiento que se reforzaría con la salida de capitales debido a la caída de la tasa de interés. A su vez el gobierno debería aplicar una política fiscal que aumente el gasto fiscal, disminuir impuestos, o lo que es lo mismo decir aumentar el déficit fiscal. De esta manera la caída de exportaciones no se traduciría en caída de la producción ni del empleo. ¿Así es?

En la zona Euro los países no pueden ni bajar la tasa de interés ni hacer política cambiaria porque no tienen moneda propia. ¿Qué les quedaría? Disminuir los impuestos y aumentar el gasto, con lo cual aumentan el déficit fiscal. ¿Cómo se financia? Se endeudan con el sector privado, con lo que aumenta la deuda pública.

La confesión griega en 2010 de su significativa subdeclaración del déficit fiscal fue una llamada de alerta para los mercados financieros, que causó que las tasas de interés sobre la deuda soberana aumentaran.

El problema que se observa en la primera década del siglo XXI, es el encarecimiento desigual de los salarios entre los países. Así, de lejos el que más encareció fue Grecia que incremento en un 35 por ciento, Italia y España en 30, Francia en 20, Irlanda en 18. El único que no incrementó fue Alemania. Esto explica la pérdida de competitividad de los países europeos frente a Alemania. Esto también quiere decir que los europeos elevaron sus gastos y  nivel de vida gracias al creciente gasto público financiado con deuda. Esto lleva necesariamente al reto de la flexibilización de los mercados del trabajo. Esto quiere decir que los salarios se deben determinar libre y competitivamente entra cada trabajador y empleador, sin necesidad de negociaciones colectivas, que se realizan  entre sindicatos, empresas y gobiernos. Se debe concluir con la fijación del salario mínimo ya que genera desempleo entre la juventud o informalidad. La tasa de desocupación juvenil llegó al 28 por ciento en Italia y mucho más en España.

El problema es que la deuda externa tiene vencimientos. La única manera de honrarla debería ser que los sectores públicos de los países pasen de una situación deficitaria a otra que sea superavitaria. Pero esto implicaría que su gasto público disminuya ya que no tienen la posibilidad de aumentar los impuestos, dado que ya son muy altos, lo cual, además, les genera incompetitividad con las economías emergentes.

Como ya no pueden aumentar los impuestos y como tampoco pueden bajar el gasto público, ya que la historia demuestra que es fácil y popular subirlo, pero no bajarlo, caen en el la enfermedad del aumento continuado de la deuda pública, dejando la inquietud: ¡Hasta cuánto pueden seguir aumentando!

El problema europeo es su excesivo gasto público financiado con endeudamiento, acompañado de riesgos en el mundo financiero.

.La Paz, febrero de 2016

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

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Socialista o liberal

Si a usted le enseñan en la universidad, o antes, que el empresario es un explotador porque vive del trabajo del obrero, como sostiene Marx, planteamiento que luego se ha generalizado, sin ninguna argumentación teórica, de que los trabajadores en general son explotados, situación que sólo se superaría con la llegada de un nuevo sistema económico denominado “socialismo” y que hasta el momento no pasa de ser un planteamiento ideológico. Si luego trasmite esto a quienes le escuchan, entonces estas ideas se difunden entre todos y termina siendo la ideología dominante en la sociedad. Esto sucede en Bolivia desde hace mucho tiempo atrás. Esto explica el gran arrastre que tiene el estatismo y el socialismo en el país.

Si por el contrario a usted le enseñan que el capitalismo es considerado como una fase más desarrollada de la economía de mercado donde el empresario es la expresión más avanzada del productor individual, que se caracteriza por sus continuas iniciativas, competitividad y creatividad, que es el verdadero líder de la modernidad, y es un ser heroico, -como acertadamente califica Ayn Rand-, y donde el capitalista tiene como función principal acumular sus ganancias en la forma de capital, requisito básico para que cualquier economía se desarrolle, usted es un liberal. Como esto no se enseña en Bolivia se explica porque las ideas liberales son tan poco aceptadas.

Si usted cree que el empresario es un explotador, que le roba al trabajador porque no le paga todo lo que él produce, y aunque no se identifique con Carlos Marx, usted es su discípulo y, por tanto, es socialista y, en última instancia, comunista. Si usted cree que el empresario corre riesgos y tiene un beneficio legítimo, y el capitalista tiene la función principal de acumular sus ganancias en la forma de capital, usted es un liberal y es discípulo de Adam Smith. Si usted cree que el problema fundamental de la sociedad es la inequidad y la desigual distribución del ingreso, usted es un socialista. Si cree que el problema fundamental es alcanzar y desarrollar la libertad permitiendo a todos los que quieran ingresar a lo mercados de manera competitiva, ya sea como productores o como consumidores no sólo al interior de un país sino en cualquier parte del mundo, usted es un liberal,

Si usted cree que la principal actividad del hombre es y debe ser la política y no la economía, entonces cree en la democracia directa, popular, comunitaria y participativa. Si considera a la política como la actividad dirigida a la toma del poder estatal para transformar la sociedad y piensa que los problemas de una sociedad se deben resolver políticamente en asambleas de la gente donde se discutan las soluciones, para encontrar las grandes respuestas para que la sociedad avance, usted es un socialista.

Si por el contrario usted cree que la política ha sido la actividad preferente de las elites de la cual usufructúan, y que la principal actividad del hombre común siempre ha sido y será la economía, entonces, deduce que los mejores deben encausar sus capacidades para la conformación de empresas privadas; luego piensa que la solución de los problemas fundamentales de la sociedad se resuelven pacíficamente en los mercados, donde la política tiene un papel subsidiario, entonces participa del principio de que la democracia es representativa, entendida como aquella donde sólo los asuntos públicos de interés general deben ser resueltos por los representantes del pueblo elegidos por el voto, en instituciones que conforman el Poder Legislativo, sistema en el cual el Presidente del país es el responsable de implementar estas decisiones, razón por la que se denomina Poder Ejecutivo al que encabeza, usted es un liberal.

Si usted comparte el planteamiento de estructurar una economía plural, definiendo el rol estratégico del Estado para promover la economía comunitaria y cooperativa, usted es un socialista. O si cree que el desarrollo económico y productivo se obtiene con políticas sectoriales que el Estado diseña e implementa usted es estatista y, por tanto, socialista.

Si usted cree que es urgente “reestructurar la organización del Estado para que pueda generar una estrategia de desarrollo y reestablecer la racionalidad de la política” planteamiento que puede ser vago, sin embargo, trasunta una mentalidad socialista, porque cree que el rol del Estado es la de hacer realidad el desarrollo económico de la misma manera que la energía eléctrica enciende un foco. Por el contrario, si usted cree que el lugar del desarrollo económico está en los mercados con un rol subsidiario del Estado de Derecho, trasunta una mentalidad liberal.

Como la Constitución Política del Estado, dice que una de las funciones esenciales del Estado Plurinacional de Bolivia, es garantizar el bienestar, el desarrollo y la seguridad de las personas, de las naciones, los pueblos y las comunidades, por un lado, pero también, por otro lado, dice que el “modelo económico, social, comunitario y productivo”, enfatiza la participación activa del Estado en la economía, interviniendo como planificador, empresario, inversionista, regulador, benefactor, promotor, y banquero para lograr un mayor desarrollo, redistribución y generación de empleo, entonces Bolivia es un país constitucionalmente socialista.

LA Paz, febrero de 2016

*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

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La baja inflación del año 2015

Sin duda alguna, un dato notable del comportamiento de la economía boliviana durante la gestión del año 2015 fue la baja tasa de inflación, medida por el Indice de Precios al Consumidor (IPC), que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas.

El año cerró con una tasa anual del 3 %, mientras en los dos años anteriores la inflación fue mucho mayor; cerró con 5,2 en 2014 y con 6,5 % en 2013. Claramente una favorable tendencia decreciente. Sin embargo, hay que destacar que no es la más baja en que lo va corrido el siglo XXI. El año 2001 se tuvo una tasa del 1 % y casi de cero el año 2009 (0,3%).

La inflación es un fenómeno de continua preocupación no sólo en Bolivia sino en América Latina. El continente se ha caracterizado por tener un comportamiento histórico de altas tasas de inflación en comparación con otras regiones del mundo.

Si bien la tasa de inflación del año 2015 es baja, cuando se pregunta a la gente su opinión sobre este indicador opina que no es creíble, que las cosas han subido mucho más de precio de que lo que señala este indicador. La explicación sobre esta percepción requiere una aclaración sobre los que es el IPC; su forma de cálculo, su cobertura que es amplia y que se mide cada diez días, destacando que lo que cuantifica, en última instancia, es un  promedio.

La cobertura que tiene el IPC en Bolivia es de gran amplitud, abarca las diez principales ciudades y el indicador promedio para cada una de ellas es diferente. Así, por ejemplo, para el año 2015 la mayor tasa la presentó La Paz con un 4,6 % y la más baja, incluso negativa, la presentó Pando con -0,5%. Una gran variación

Adicionalmente, hay que destacar que la canasta de bienes, cuyo comportamiento de precios se mide, está en el orden de 360 bienes y servicios, los mismos que se agrupan en 12 grupos que en orden de importancia (ponderación) son: Alimentos, transporte, restaurantes y hoteles, vivienda, hogar, diversos, vestidos, recreación, educación, comunicaciones, salud y bebidas alcohólicas. La importancia que tiene cada uno de estos conjuntos de bienes y servicios se deriva de cálculos estadísticos que suele hacer, de tiempo en tiempo, el INE, con el objeto de conocer cuál es la importancia, de cada uno de los 360 bienes en las familias, dando como resultado promedios, los mismos que se agrupan en los 12 grupos ya señalado. Así por ejemplo, a nivel nacional y para el año 2015 el grupo que muestra el mayor crecimiento es el de salud con un 6,2 % y el de menor es de recreación con sólo el 0,6 %. Una gran variación.

Estos datos agrupados ya denotan una gran variabilidad en el comportamiento de precios lo cual se hace mucho más notable cuado se analiza al interior de cada uno de los rubros. Así por ejemplo, si se considera, para el año 2015, el caso de La Paz, el grupo de alimentos que abarca 88 elementos, se tiene un comportamiento anual que se mueve en un rango de variación desde un crecimiento del 25 %, que corresponde al pan surtido, hasta una variación negativa que llega al 40 %, y que corresponde a la papaya.

De los 88 bienes y servicios registrados, 47 se expandieron en precios, el último con un 0,1 % anual corresponde a presas de pollo, mientras otros cinco que son: la naranja, el plátano, los caramelos, el perejil y el cacao no tuvieron ninguna variación. Es decir cero por ciento. El resto (36 bienes y servicios) disminuyeron su precio promedio del mes de diciembre con relación al precio promedio de diciembre del año anterior en un rango de negativo 0,1 por ciento hasta el mencionado ya 40 %.

Que implica lo indicado, que las personas tienen diferentes percepciones sobre la tasa de inflación en función a los bienes y servicios que adquieren, si son lo mas que más suben de precio, su conclusión será que la inflación es mucho mayor a la que indica el INE.

Según el INE la tasa de inflación del rubro alimentos para La  Paz es del 5,9 %, y que es un promedio ponderado mucho mayor si se considera la media simple que daría un resultado de sólo el 0,6 %. Una enorme diferencia. Y esto es así porque entre los alimentos no tienen el mismo peso presupuestario al momento de asignar sus ingresos las familias, y esto es lo que mide el INE mediante su promedio ponderado y no un promedio simple.

Pero este fenómeno que destaco para el mes de diciembre último no es la excepción, sino la regla. Si se observa en el tiempo se puede destacar que las variaciones anuales entre un máximo y un mínimo son enormes No sólo si se toma en cuenta el índice correspondiente a cada fin de año, sino para cualquier mes del año, medido anualmente. En el periodo 2010 al 2014 se tienen bienes o servicios que han tenido una expansión anual hasta más del 100 % y otros una disminución del 50 %. Claro está que no se trata de los mismos productos.

Por tanto, el problema no radica en el indicador del INE, no está en mejorar su metodología, en agregar nuevos bienes y servicio o eliminar otros. Esto no cambia el hecho fundamental que señala que el problema de precios de la canasta familiar en el país radica en su gran variabilidad. Así mientras ciertos productos crecen anualmente una enormidad en un momento, en otro se precipitan a la caída.

La Paz, enero de 2015

Profesor emérito de la UMSA, fue Presidente del Banco Central de Bolivia.   

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