Rusia envió decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero en lo que llamó una "operación especial" para debilitar las capacidades militares de su vecino del sur y erradicar a personas que calificó de peligrosos nacionalistas.
El texto, que estaba copatrocinado por 90 países, obtuvo 140 votos a favor, cinco en contra - Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Rusia y Siria-, y 38 abstenciones, entre ellos Bolivia.
“Rusia debe detener esta peligrosa e irresponsable retórica nuclear”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa en Bruselas previa a la cumbre de la Alianza que se celebrará el jueves
"Me gustaría haceros una pregunta: ¿Cómo parar la guerra? ¿Cómo instaurar la paz en Ucrania? Porque la mayoría de las preguntas y de las respuestas están en vuestras manos", afirmó el Presidente ucraniano en una intervención por vídeo ante una sesión solemne de las dos cámaras del Parlamento francés.
El Presidente de Ucrania defendió las varias rondas de negociaciones ya realizadas entre Kiev y Moscú desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero. Tuvieron “mucho valor”, señaló.
Así lo ha anunciado el Ministerio de Defensa ruso, que ha dado de plazo hasta las cinco de la mañana para responder. La institución también habría asegurado que habrá una salida segura para todos aquellos que entreguen las armas.
"Es tiempo de reunirnos. Es tiempo de discutir. Es tiempo de restaurar la integridad territorial y la justicia para Ucrania", dijo el jefe de Estado ucraniano.
El principal asesor y portavoz del Presidente de Turquía, Ibrahim Kalin -quien fue parte del pequeño grupo de funcionarios que escuchó la llamada- quedó de manifiesto que las demandas rusas se dividen en dos categorías.
En América, los casos descendieron un 19%, pero la Organización Panamericana de la Salud advierte que la “transmisión no está controlada” y que las subidas en otras partes del mundo sirven de advertencia para la región.