Esto rige sobre todo cuando se quieren hacer modificaciones en las paredes exteriores, como la construcción de un balcón o una terraza o una renovación de la fachada. Incluso se suele necesitar la aprobación del consorcio para cuestiones menores, como colocar un toldo en la fachada, o cambiar los vidrios de las ventanas que dan al frente. También se debe pedir permiso para derribar una pared portante con el fin de modificar la distribución de ambientes, ya que podría afectar la estructura de todo el edificio.