Blog de Patricia Chulver Benitez

Explorando mercados legales para la hoja de coca Boliviana hacia Argentina en crisis sanitaria por COVID-19

La crisis económica y sanitaria generada por el surgimiento y expansión del COVID – 19 afecto tanto el comercio interno de hoja de coca en Bolivia, como el abastecimiento normal de esta planta en el Norte de Argentina (NOA), especialmente el tiempo que duró la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO).

Uno de los efectos que trajo consigo la pandemia fue el incremento del precio de la coca, llegando a costar el cuarto kilo de hoja común (ni siquiera hoja de primera calidad) hasta 4000 Pesos argentinos (45 Sus). Esto propició a que las provincias del norte argentino debatieran formas de importar legalmente este recurso natural mediante algunas propuestas de ley. La Primera que implicó la posibilidad de producción local de coca en Argentina y una segunda propuesta que habló sobre la ampliación del Artículo 15 de la LEY 23.737 1.

Ricardo Abduca, Ph.D en antropología, menciona que en la Republica de Argentina (a excepción de algunos años) el coqueo siempre fue legal. A pesar de que el gobierno argentino firmo la Convención Única de 1961 de Naciones Unidas como los demás países andinos, en 1976 se cristalizaron leyes de importación de coca mediante convenios firmados con Bolivia entre Gobierno Argentino y la Sociedad Propietaria de Yungas para abastecer al NOA con coca de hacienda boliviana de primera calidad2. “Nuevos intentos tibios de acuerdos bilaterales se darían muchos años después, poco antes del gobierno de Evo Morales y durante el mismo, pero hasta la fecha sin resultado”.  La coca. Tradición y modernidad del acullico en Argentina. Abduca y Metaal (2019).

A partir de la Ley General de La Coca 906  y el Decreto Supremo 3318 que la reglamenta,  nace en 2017 la modalidad de la comercialización controlada desde los centros de producción, mercados hasta los centros de consumo al detalle. 

LA RUTA DE LA COCA DE BOLIVIA AL NORTE ARGENTINO

El mercado argentino demanda hoja grande, es un mercado muy exigente con la calidad, nos cuenta el productor cocalero Aurelio. D, quien resalta la existencia de hasta cuatro calidades de hoja de coca para el uso natural; la coca elegida es de primera calidad y se va directamente al NOA, esta es tratada por kilo y no por libra, luego están la coca de segunda, de tercera y hasta de cuarta seleccionadas por su tamaño, originalidad y color.

Abduca recalca que: aunque casi todo el mundo cree que la coca del chapare es de mala calidad al contrario de la de los yungas, hay muchas excepciones al respecto, yo he mostrado a gente experta que también hay coca elegida cochabambina, y es una hoja grande. Así que los dos sectores tienen el potencial de no quedarse afuera.

Fuentes productoras indican que aproximadamente el 25% del volumen de producción de coca expresado en toneladas se produce en los yungas de La Paz y está destinado al mercado argentino.

COMERCIALIZACIÓN DE LA COCA EN PANDEMIA

Durante la pandemia, la coca ha sido parte de la medicina alternativa que los hermanos hemos ido usando. Menciona Aurelio.D, y agrega: más allá de los protocolos que nos marcan las autoridades en la gestión de la salud pública, nosotros los productores y los propios consumidores hemos logrado mitigar los resultados nefastos del COVID – 19 mediante este consumo.  

Aurelio menciona que uno de los problemas más fuertes para la circulación local de hoja de coca en Bolivia durante la pandemia, fueron las políticas de interdicción hacia el cocalero que repercutieron directamente en la interdicción hacia la coca en su estado natural, en un contexto en el que Bolivia vivía bajo el mando de gobierno (de facto) transitorio. 

Si bien la comercialización de hoja de coca fue difícil en las fronteras, la necesidad por alimento y medicina apetecían en el norte argentino. Aurelio relata que en esa época en la ciudad de Santa Cruz la libra de coca llegó a costar hasta 150 bs. Había mucha desesperación durante la pandemia, nosotros como productores no queremos que la coca se constituya en un privilegio sólo para los que tienen un ingreso alto. Concluye.

La frontera boliviana con la Quiaca argentina, presenta una de las principales rutas de comercialización de hoja de coca, la mayor parte de su población son comerciantes de hoja de coca quienes se denominan “Cocanis”. 

En esta ciudad frotenriza localizada en Bolivia, se encuentran fácilmente las tres variedades de coca; el costo por kilogramo de hoja de coca común, oscila entre los 115 bs. Y 120 bs., la hojeada esta entre 140 y 160 bs. y la elegida cuesta 200 bs. 

También se vende coca machucada en bolsas pequeñas que cuestan 10 bolivianos, quienes mayormente la consumen son transportistas bolivianos y argentinos, el ingreso de la coca machucada es reciente ya que antes no se vendía mucho, comenta Marta, otra cocani de la zona, que vende coca yungueña. 

Desde la crisis sanitaria por la pandemia en marzo del 2020, Bolivia se tropezó con grandes dificultades para exportar productos a la Argentina, si bien es legal llevar coca a la Argentina hasta 1 kilogramo, llevar más de lo permitido puede significar una detención por parte de los gendarmes; en palabras de un cocani de la zona: la primera vez te quitan tu mercadería, la segunda vez te quitan la mercadería y puedes ir a la cárcel hasta 6 meses dependiendo cuantos kilos estas llevando y la tercera vez te quitan la mercadería y ya te vetan del país, es decir, si vuelven a encontrare la sanción es con más años en la cárcel. 

El precio de la hoja de coca en Jujuy por kilogramo, cuenta Lucy; cuesta a 2300 pesos argentinos (180,11bs; 26 Sus) la coca común, la hojeada 2800 pesos argentinos (219,26bs;31,72 SUs) y la elegida cuesta arriba de 3800 pesos argentinos (297,57bs.;43,06 Sus). Sin embargo, en Buenos Aires un kilogramo de hoja de coca puede llegar a costar 5800 pesos argentinos (454,22bs; 65,72 Sus). 

HOJA DE COCA Y PERSPECTVAS DE MERCADO LEGAL CON ARGENTINA 

Durante la pandemia, uno de los principales problemas del desabastecimiento de la planta en Argentina se dio por las incautaciones en el NOA, cosa que ha generado sobre precios para la coca. Es preciso recalcar que no se han encontrado denuncias de fabricación ilícita de drogas por esos sectores y tampoco se conocen datos estadísticos oficiales que demuestren que la hoja de coca internada en Argentina tenga fines ilícitos, es claro que las dinámicas comerciales de la coca en la frontera entre Bolivia y Argentina brindan oportunidades de trabajo que hoy por falta de normativas claras sobre exportación en Bolivia, o falta de diálogo entre ambos países llegan a materializarse.  

Los caminos, oportunidades y desafíos que tiene ahora Bolivia ante esta realidad es solicitar una revisión crítica a la OMS para pedir la reclasificación de la hoja de coca; o facilitar acuerdos y tratados Inter Se para generar canales de comercio internacional de coca mediante un acuerdo bilateral entre Bolivia y Argentina. Argentina ya está explorando esas posibilidades, no olvidemos que a nivel regional Perú es quien lidera el mercado de exportación de coca y Colombia que a pesar de su precaria legislación, ha generado grandes avances en su industria a pesar de estar hoy en pleno debate sobre la aplicabilidad del programa de aspersión aérea; que a pesar de haber sido suspendido en 2015 hoy amenaza con retornar sin tomar en cuenta los numerosos antecedentes generados en la salud de su población, el medio ambiente y las formas de vida.

Es una buena oportunidad para Bolivia de iniciar esta nueva gestión democrática con visión a futuro y con objetivos en común que generen unidad en sus comunidades.   

1 “ La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes”. Artículo 15 de la LEY 23.737 (promulgada en 1989), sobre TENENCIA Y TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES

2 Los dos países habían firmado en 1947 un tratado bilateral destinado expresamente a regular el comercio de hoja de coca. Sus contrapartes fueron un ente estatal de comercio exterior argentino, el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), y una corporación de productores bolivianos de la Sociedad de Productores de Yungas. Se acordó 1) que se iban a comprar quinientas toneladas anuales de modo regular: mínimo 40.000 kg. por mes; 2) que fuera de primera calidad: coca “de hacienda”; 3) que la parte boliviana iba a hacer envases especiales para dicha exportación. La coca. Tradición y modernidad del acullico en Argentina. ABDUCA Y METAAL. 2019.

ANEXOS 
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Imagen1.- Takes o bultos de coca recién llegados al mercado de ADEPCOCA  en la Ciudad de La Paz- Autor: Nicolás Azcarrunz

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Imagen 2.- Camiones que entran de Argentina a Bolivia con mercadería legal. Avenida República de Argentina. 
Autor: Alvaro Aguilar
 

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Imagen 3.- Quebrada “1ro de Mayo” en la localidad de Villazón. Flujo comercial de abarrotes y material de construcción. 
Autor: Alvaro Aguilar

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Fotografía 4. Puesto de venta de hoja de coca cerca de la quebrada “1ro de Mayo” en la localidad de Villazón. 

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Fotografia 5. Takes de hoja de coca para la venta en el mercado central de la localidad de Villazón. 

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Fotografía 6. Otras maneras de comprar hoja de coca, más industrializada, en los puestos de venta de hoja de coca en el mercado central de Villazón.

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Implicaciones del retiro de la objeción de México a la solicitud de Bolivia, de enmendar la Convención Única de 1961

Este 4 de diciembre Gobierno de México hace público el retiro de su objeción a la propuesta de enmienda que Bolivia plantea a la Convención Única de Estupefacientes de 1961, enmienda que implica eliminar dos de los sub apartados del artículo 49 de la Convención, que establecen queda prohibida la masticación de hoja de coca, dándole a esta práctica un plazo de 25 años.

En marzo de 2009 Estado Plurinacional de Bolivia propone enmendar la Convención Única del 61 respecto de la prohibición del uso y la masticación de hoja de coca. Entre sus argumentos están la propia Constitución Política del Estado y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que habla del respeto a las tradiciones y prácticas medicinales de poblaciones indígenas.

La propuesta boliviana fue consultada a todos los países miembros y eventualmente bloqueada por EEUU junto a Canadá, Rusía, Reino Unido, México y otros 13 paises, quienes tuvieron como argumento principal (en palabras de Martin Jelsma) “mantener la integralidad del sistema de tratados”. México en su objeción del 9 de Enero de 2013 argumenta que su legislación es armónica con las disposiciones de los tres instrumentos internacionales pertinentes; y además expone que la Ley de Salud considera a la hoja de coca como una droga narcótica y hace punible su producción.

En diciembre de este año el Gobierno mexicano retira dicha objeción justo ahora que tiene bajo el brazo una propuesta para regular otra planta prohibida: el cannabis. Planta que en su forma medicinal actualmente se trata en las Américas a partir de diferentes sistemas. Al parecer entonces el retiro de la objeción mexicana se vislumbra como un paso sensato justo ahora que está a punto de salir de la rigidez del marco de las convenciones desde su propia `propuesta de regulación de marihuana.

Tal parece que México quiere seguir los pasos de Uruguay y Canadá que hoy contemplan políticas de regulación que van más allá del control estatal de la cadena de producción; políticas que se plantean más amplias y de corte colectivo para que los países puedan regular y exportar saliendo de la integralidad del sistema de tratados internacionales sin romper con algunas disposiciones; lo que John Walsh y Martin Jelsma denominan como: “El equilibrio entre la estabilidad y el cambio”.

El presente de las políticas públicas de regulación

A partir del bloqueo a la propuesta de enmienda boliviana, nuestro país adopta la estrategia de salir de las convenciones y re adherirse con una “Reserva” para el uso tradicional de hoja de coca, aplicable únicamente en territorio boliviano. Luego de que esta fuera aprobada, la regulación de la hoja de coca no demoraría en llegar sin embargo, una de las mayores barreras que enfrenta nuestra política pública es la ruptura con los tratados cuando se piensa en comercio internacional.

Este antecedente y la actual falta de consenso en relación al cannabis (en su uso no medico) en las altas esferas de discusión como la CND (Commission on Narcotic Drugs), dan como alternativas convenios colectivos o tratados Inter se que, según Jelsma son como reservas colectivas, aplicables en caso de que el régimen de los tratados no pueda ser modificados (ejemplo solicitud de enmienda boliviana), bajo ese mecanismo es factible que un grupo de países puedan crear un régimen único para las partes involucradas; esto haría factible la producción, consumo y comercialización en países de un grupo con intereses comunes como Uruguay, Canadá y (¿porque no?) México para el caso del cannabis.

A Bolivia entonces le quedará estar al corriente de lo que está pasando afuera para avanzar con los acuerdos comerciales de hoja de coca con Ecuador y Venezuela y dar seguimiento a la solicitud realizada a la OMS, pues al parecer más que una buena alternativa será una tendencia en política de drogas hablar de regulación con horizonte en acuerdos colectivos y mercados internacionales.

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Si me permite soñar

Si me permite, quiero creer que todavía se puede confiar en el otro, construir desde la consciencia, el cuestionamiento o la desobediencia

Que el instinto de volvernos cada vez al cielo no se extinga por vivir con la mirada esclava del suelo

Que el universo en cada ser vivo no se reduzca, sino tome la inmensidad que le acontece

Que la vida recobre su sentido planetario[1]

Que los niños en Medio Oriente puedan ser tan felices como los finlandeses[2]

Para que ningún ser vivo importe más que el otro[3]

Para que las mujeres se hermanen en vez de hacerse la guerra

Porque el cuerpo de nuestro continente canta el duelo en carne propia, y ahora más que ayer es preciso creer

La supervivencia humana se debe a su capacidad de proyectarse en el futuro

Porque más que en la competencia desesperada a la que incentivada el liberalismo, creo en nuestra[4] capacidad de generar objetivos comunes y relaciones complementarias. Porque hay una enorme diferencia entre acumular para vivir y vivir para legar.

Porque si Dios[5] existe, en el acto de amar guarda el secreto de la resiliencia

Soñar para no flaquear. Soñar para tener paciencia

Soñar en tiempos de Trump, José, Irma y los 43

Si se me permite soñar, se me permite tener esperanza; esa que ayuda a romper el miedo, conocer el fuego, curiosear en la naturaleza y generar conocimiento[6]

Si se me permite soñar hoy, se me permite sobrevivir mañana

 

[1] Hipótesis Gaia desarrollada por James Lovelock que plantea “la atmósfera, el clima, los océanos y la corteza de la tierra están regulados para la vida (…). James Lovelock. (1970). The idea that life on earth regualates regulates the chemical and physical conditions. 2017, College of Science and Mathematics Sitio web: http://csmgeo.csm.jmu.edu/geollab/Fichter/GS102/2008PowerPoints/20A-GAIA-THEORY.pdf

[2] País cuyo sistema educativo es modelo a nivel mundial. La clave está en el tratamiento integral desde la política pública. La formación de los maestros y el trabajo con primera infancia. Educación es la clave Ver: http://www.forumlibertas.com/lo-que-hacen-los-ninos-antes-de-ingresar-en-la-escuela-la-clave-del-exito-educativo-en-finlandia/

[3] Reconocer la importancia de la biodiversidad en el proceso de homeóstasis de nuestro planeta.

[4] Se define como a “nosotros” a la especie humana, cuya evolución se dispara al momento de iniciar procesos de comunicación, desarrollo de capacidades como la planificación y actividades como el comercio.

[5] Cualquiera sea la doctrina religiosa. Desde el budismo un amor a la vida aplicado al noble óctuple sendero.

[6] El conocimiento científico desde la academia tampoco está libre de ser corruptible. La ciencia también se escribe con la pluma del ganador, es preciso recordar la historia de la hostilidad entre Robert Hooke Isaac Newton, cuya historia tiene diversos rostros. Ver https://io9.gizmodo.com/5877660/was-robert-hooke-really-sciences-greatest-asshole

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Cannabis: Tres experiencias de regulación en la región

Un duro golpe al narcotráfico - Uruguay

Ya son cuatro años desde que Uruguay plantea la venta de marihuana producida bajo control estatal, y es un 19 de mayo que finalmente se procede con la comercialización en farmacias. Según el periódico “El País”, en los primeros dos días de expendio la cantidad de inscritos en el registro para adquirir la planta subió un 20%, hecho que las autoridades ven como una “muestra de confianza en el sistema y por tanto en el Estado”.

Seis de cada 10 usuarios están registrados en Montevideo, sin embargo a pesar de que Uruguay cuenta con una cultura de consumo de cannabis recreativo extendida, son más los compradores en farmacia que quienes auto cultivan, la relación es de 3 a 2[1], por lo que el gobierno estima que el “uruguayo urbano tiene menos cultura de cultivo “.

A pesar de esto, el objetivo de Mujica al crear la Ley fue de darle un golpe al narcotráfico cosa que se logró antes de la venta en farmacias a través de los clubes de consumidores y el cultivo doméstico, este impacto sobre el mercado ilegal de drogas fue de US$ 7,6 millones, según un estudio elaborado por un equipo de investigación de la Facultad Estatal de Ciencias Sociales.[2]

“La solución al problema de las drogas ilícitas” - Colombia

El punto cuarto de los acuerdos de paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC, denominado “La solución al problema de las drogas ilícitas”, deja un camino para comunidades indígenas cultivadoras de flor femenina de cannabis en el norte del Cauca, que hoy buscan alternativas a la erradicación a través del mercado regulado de cannabis medicinal.

Paola Valenzuela[3] narra en su nota “El tiempo del cannabis”, como este circuito de producción y comercialización dirigido y administrado por mujeres de familias cultivadoras, ha ido “cualificando sus prácticas agriculturales para producir alta calidad en el mercado regulado”[4].

Esta práctica tiene el objetivo de producir y facilitar el acceso de medicinas para la comunidad. Tras la firma en 2015 del el decreto 2467, que permite el uso de la planta con fines terapéuticos, ésta es una gran oportunidad para no repetir la violencia y pobreza dejadas tras las políticas de erradicación de cultivos de coca.

“La sustitución se puede hacer ahora con marihuana de uso medicinal, declarada lícita. Marihuana ilegal por marihuana legal”, cita Valenzuela resaltando la especial importancia del rol de la mujer en este circuito productivo, dadas sus características de tener baja tendencia a la criminalidad relacionada al mercado y de llevar a cabo un mejor manejo de la economía familiar.

Argentina y el eterno estancamiento

Después de que la Corte Suprema dictó el fallo Arriola en 2009 que declaraba inconstitucional aplicar una pena a la tenencia de drogas para consumo personal, muy poco ha avanzado la flexibilización de la política de drogas en Argentina. Es preciso recordar que Macri ha declarado una batalla frontal contra el narcotráfico que según él, recién comienza.

Hoy en día las organizaciones de DDHH en argentina hacen pública su preocupación tras la demora del Poder Ejecutivo en reglamentar la Ley de cannabis medicinal promulgada en 18 de abril de este año, misma que tenía un plazo de 60 días conforme lo establecido según su propio texto. Este plazo, según las organizaciones sociales venció en 17 de junio.

De estas tres experiencias de legislación, cabe rescatar la tenacidad tanto de las comunidades del Cauca como de las organizaciones civiles en Argentina que buscan un camino para la aplicación de leyes que incidan directamente tanto en la salud pública de sus habitantes como en procesos productivos de las comunidades, a partir de la regulación del cannabis medicinal.

Por otro lado el papel del Estado en el caso uruguayo es ejemplo de una verdadera lucha contra el mercado ilegal de drogas, pues salir del paradigma prohibicionista no sólo fue una afrenta a todo un sistema de dominio geopolítico sino una declaración de soberanía en lo que refiere a lucha contra el narcotráfico, derechos humanos y salud pública

Boliviana, con una legislación sobre drogas casi en puertas, podría tomar en cuenta estas tres experiencias para terminar de moldear las bases para su nueva política de drogas, finalmente el éxito de estas nuestras políticas públicas se medirá en base a la elasticidad mental y capacidad de aprendizaje de nuestros gobernantes

 

[1] El País. (2017) “Adquirientes de marihuana crecieron un 20% en dos días”

[2] Busqueda. (2017)“Previo a la venta en farmacias, la ley de marihuana roba al narco cerca de 20% del mercado, según un estudio”. Disponible en: http://www.busqueda.com.uy/nota/previo-la-venta-en-farmacias-la-ley-de-m...

[3] Investigadora del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ)

[4] VALENZUELA, Paola. El Tiempo del Cannabis. INDEPAZ

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Apuntes para un pensamiento crítico sobre nuestra política de drogas (última parte)

Recordemos que del 100% de consumidores de sustancias ilegales en el mundo, sólo un 10% son consumidores problemáticos; este dato es clave para entender el problema público de las drogas hoy como una construcción social heredada.

Bolivia: Viejas opresiones nuevos actores

Primera semana de mayo. Se pronuncia en televisión nacional un afamado economista boliviano que habla sobre la relación entre el enfoque prohibicionistas y el  monopolio farmacéutico (lo que Enciso denominaría como la ola del narco imperialismo farmacológico[1]). Días después, las calles de La Paz cobijarán a un centenar de jóvenes que marcharían por la despenalización de la marihuana bajo el argumento de la salud pública y la descriminalización de usuarios.

Transición del pensamiento farmacológico y los nuevos lugares de enunciación política en Bolivia     

Es preciso entender que legalización y despenalización no son equiparables, muchos  caen en el error conceptual en su demanda, sin embargo la propuesta de considerar la cannabis por sus propiedades científicas y medicinales no es novedad en el globo pero sí se plantea como un nuevo lugar de enunciación política en Bolivia.

Estados Unidos antes de la prohibición tenía una economía basada en el Cañamo y una cultura medicinal cannabica desde la agricultura hasta la producción. La inclusión del  THC en la Lista I permitía su uso en investigaciones médicas, pero planteaba obstáculos al desarrollo y la comercialización de preparados farmacéuticos con fines terapéuticos. Eventualmente el Comité de Expertos de la OMS realizó una revisión crítica que se tradujo en una recomendación positiva para pasar el dronabinol y todos sus estereoisómeros a la Lista II del Convenio de 1971. Así nace el proceso para que la ONU reconozca la utilidad médica del principal componente activo del cannabis[2].

Actualmente la demanda de ese sector de nuestra comunidad que pide por la despenalización de la cannabis con fines medicinales, tiene una pequeña luz desde lo legal a partir de nuestra propia legislación ya que el Articulo 19 de la Nueva Ley de Sustancias Controladas prevé que mediante autorización especial del Ministerio de Salud se pueden emitir autorización para el uso de  sustancias controladas con fines médicos y de investigación científica[3].

Nadie puede inventar la pólvora

Bolivia siendo uno de los puntos históricos del conflicto en la geopolítica antidroga norteamericana, tiene ya sus grandes actores de la investigación, el activismo y la incidencia política en tema de reforma de las políticas de drogas, mas para llegar a una incidencia real serán necesarios diversos actores e instrumentos. La teoría sola detrás de las políticas públicas no tendrá un sentido si no está formada por un pensamiento crítico al sistema para el que será diseñada; lo mismo pasa con el activismo, si este responde a simples proyectos  personales de poder antes que a la trascendencia social, es un activismo que al banalizar una problemática compleja está condenado al fracaso.

Para mantener esa apertura en los nuevos lugares de enunciación política es precisa la integralidad de la lucha y la consecuencia de sus actores. Académicos, consumidores, víctimas de justicia y enfermos de cáncer están hoy abriendo un lugar de demanda que antes el país no conocía; una  manifestación de los oprimidos, los estigmatizados y  los invisibles.

En conclusión. Mirar la historia desde el lugar del oprimido da luces para entender las actuales construcciones teóricas detrás de nuestras políticas públicas basadas en problemas y valores. Y si bien es cierto que nadie puede inventar la pólvora, Bolivia necesita sangre nueva desde la academia y desde la política, es imprescindible gestar lugares de pensamiento crítico ya que nuevos lugares de enunciación política están brotando en el país.

 

 

[1] ENCISO Froylan. “ Drogas y violencia II”. Diplomado en Política de drogas, Salud y DDHH. CIDE- Mexico  

[2] TAYLOR Dave, BLICKMAN Tom, JELSMA Martin.  “Auge y caída de la prohibición del cannabis: La historia del cannabis en el sistema de control de drogas de la ONU y opciones de reforma”. P.26. Transnational Institute (2014). Versión Digital en: https://www.tni.org/files/download/auge-y-caida-web.pdf

 

[3] LEY 9013 – LEY DE LUCHA CONTRA EL TRÁFICO ILÍCITO DE SUSTANCIAS. ARTÍCULO 19. (AUTORIZACIÓN CON FINES DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA). El Ministerio de Salud, emitirá autorizaciones para la importación, manejo o adquisición limitada y excepcional, con fines de investigación científica y medicinal de sustancias controladas señaladas en las Listas I, II, III y IV del Anexo de la presente Ley, a instituciones científicas, universitarias y estatales, así como a laboratorios e industrias químico-farmacéuticas; mismas que deberán informar periódicamente al Ministerio de Salud, la forma de utilización, cantidades utilizadas y resultados de los estudios. Igual autorización se requerirá para la exportación con fines lícitos de sustancias controladas señaladas en las mismas Listas.

 

 

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Apuntes para un pensamiento crítico sobre nuestra política de drogas (Segunda parte)

EL PROBLEMA PÚBLICO DE LAS DROGAS

En la introducción fue preciso hablar sobre la importancia de la experiencia del ser en el despertar de la conciencia crítica para la demanda y construcción de políticas públicas.

Recientemente IDCP[1] realizó una encuesta de percepción en sus entidades miembro sobre las actuales reformas en la política de drogas de 41 países del globo. Las conclusiones sobre Bolivia muestran que la sociedad civil percibe la nueva Ley de Sustancias Controladas con una notoria tendencia a la desproporcionalidad[2] y un renovado enfoque represivo hacia el microtráfico y las pandillas. Evidentemente, mientras las entidades civiles que están en favor de los derechos humanos ven esto como algo negativo, el discurso adultocéntrico en Bolivia proclama la “responsabilidad que como padres y adultos tienen para con sus hijos”  mediante el hogar y la familia como “núcleo de la resistencia”.  Este grupo etario también “reclama a las instituciones y al Estado el ejercicio de las labores que les competen: control, tutela, formación, erradicación del consumo de droga, persecución del narcotráfico, etcétera ”[3]  

Bajo este criterio que en más de 50 años no ha cambiado, se puede entender porque la Ley de Sustancias mantiene aún ese espíritu conservador, y es entonces preciso preguntarse:  ¿De dónde hemos heredado esta percepción tan nefasta? ¿Cuándo nace esta suerte de maldición con el consumo de sustancias ilegales? ¿Será el mito propagandístico una verdad? O habrá que mirar más adentro para darse cuenta de que el verdadero problema público de las drogas en Bolivia nunca fueron las drogas ilegales, sino el alcohol[4]…

LA ECONOMÍA POLÍTICA GLOBAL DETRÁS DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PROBLEMA

“Aunque es cierto que el consumo de drogas no es recomendable desde el punto de vista sanitario y es mejor prevenirlo, sólo una minoría de usuarios se mete en problemas graves. Este grupo minoritario necesita ayuda para romper con el hábito y solucionar los problemas que, para empezar, los abocaron a las drogas.”

Martin Jelsma - 1 0 Años del Programa Drogas y Democracia l TNI 1 9 9 8 - 2 0 0 8

El corazón de la teoría causal de las políticas públicas sobre drogas desde el siglo XX es y sigue siendo la salud pública. Este se enfoca en enfrentar la problemática del consumo de sustancias a partir de instrumentos penales, en favor de reducir la erradicación del consumo; sin embargo los primeros datos sobre consumo problemático de plantas o sus derivados datan de la guerra del opio y los intereses comerciales del imperio británico.

Investigaciones señalan que en nuestra región existía consumo de  hoja de coca y plantas alucinógenas[5], sin embargo no hay datos que revelen la existencia de un problema público en estas prácticas. Fue el contrabando de opio (llevado desde la India hacia China por los británicos), que dio paso a las primeras nociones del consumo relacionado a la Salud Publica.  

A partir de la entrada del opio en China, las mujeres de las elites harían famoso el extracto de amapola para sus dolores menstruales. Tras un consumo rápidamente aceptado en gran parte de la población, el gobierno Chino se vio en la necesidad de imponer restricciones al comercio y así nace la primera prohibición al consumo de Opio. Respuesta a esta restricción, los británicos le declaran guerra al gran país del oriente. Es así que surge la economía política global de las dogas en el auge comercial del pacífico y su conexión continental[6].

SUBALTERNIDAD Y CONTROL SOCIAL

Las guerras del opio llevaron a un fenómeno migratorio que vivió el mundo en su totalidad[7]. Estados Unidos se yergue gracias a las manos de miles de migrantes chinos que llegan a San Francisco con la costumbre de fumar opio (costumbre inicialmente propiciada por los intereses económicos de los británicos). De pronto, la persecución a las sustancias termina siendo una persecución racial. En esa época brotan los discursos sanitaristas, que hablan incluso de “sustancias que degeneran la raza”.

En 1971 en la administración Nixon se firma la “Declaración de la Guerra contra las Drogas”. Equiparada con las leyes Jim Crow[8], la Declaración tuvo como objetivo no a las sustancias sino a los grupos que las consumían, y así fue utilizada para promover la segregación racial en EEUU. Pese a que el porcentaje de consumidores blancos, negros e hispanos era el mismo, las cárceles presentaban más del 90% de población negra y latina.

En resumen, el problema público de las drogas a América Latina llega como una construcción social heredada, en Bolivia, la primera institución dedicada a la problemática fue SEAMOS; institución financiada  por la embajada de Estados Unidos que empezó una campaña de prevención de drogas en completa ausencia de datos y cifras sobre sustancias, consumos y consumidores. Con un enfoque moralista, evangélico, sanitarista, de corte racista y con clara tendencia al control social, SEAMOS fue cómplice de la sanguinaria cacería de brujas que el imperio del norte emprendió en países productores en los 90’s

Hoy en día nuestras cifras oficiales demuestran que el consumo problemático de sustancias ilícitas no es el gran problema público que la propaganda nos hizo creer, según  especialistas y actores directamente involucrados; el problema más grande con las drogas (así como con el sexo) es la desinformación.

Más para reflexionar en una próxima entrega en la que analizaremos las drogas y los nuevos escenarios de enunciación política en Bolivia

  

 

[1] International Drug Policy Consortium

[2] “Sentencias desproporcionales: este fue el caso en Bolivia (bajo umbral para posesión de drogas, penas altas por delitos de drogas), Brasil (proyecto de ley que incrementaría las penas por narcotráfico), Costa Rica, Indonesia y algunos otros países”. IDPC Membership Survey (2017)

[3] GUILLÉN Natalie,  VELÁSQUEZ Carlos, RODRÍGUEZ Eelena, BALLESTEROS Juan.  “Percepciones Sociales Sobre Drogas en La Paz Bolivia”. P.41. Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (2011). Versión digital en: http://www.fad.es/sites/default/files/percepsocLaPaz_0.pdf

[4] Alcides Arguedas y Fanz Tamayo resaltan el consumo problemático del alcohol en el Indio como síntoma del dolor de la subalternidad después de la colonia. Consumo que es hasta nuestros días uno de los más elevados en la región 

[5] BERENGER José. “Consumo Nasal de Alucinogenos en Tiwanaku, Una Aproximación Iconográfica” (1987).  Museo Chileno de Arte Precolombino. Versión digital en:  http://boletinmuseoprecolombino.cl/wp/wp-content/uploads/2015/12/bol2-03...

[6] China junto a Estados Unidos plantean a nivel internacional en 1907 el problema del opio como problema de salud pública  y firma un tratado tripartita (EEUU, CHINA, INDIA)  para prohibir el comercio de opio dándose un plazo de diez años para acabar con las exportaciones

[7] Las migraciones chinas no sólo llegan a Estados Unidos, pasan a México y se instalan en Sinaloa dando como primeros antecedentes de la prohibición del opio en México en 1917

[8] Ver en línea Leyes Jim Crow

 

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Apuntes para un pensamiento crítico sobre nuestra política de drogas (Introducción)

La experiencia como  base del conocimiento científico

El siku es un instrumento andino que traduce los secretos de la cordillera real en cinco notas. Susurro del viento guiado por el palpitar del bombo que emula al corazón de la tierra en rito, trabajo y catarsis. El siku emana de sus cavidades de madera una proclama de resistencia para la trascendencia a través de la experiencia de la música en comunidad.

La experiencia es parte fundamental del proceso científico. En base a la experiencia se desarrolla el lenguaje y los consensos en comunidad. La experiencia despierta conciencia y de la conciencia nace la capacidad crítica para enfrentar el complejo entramado que nos toca vivir en el sistema de turno[1].

En diez años Bolivia ha generado mucha de la teoría que hoy se tiene sobre descolonización de la política a través del estudio de sus luchas sociales (Gas, agua y coca)

Uno de los espacios de demanda visibilizado en 2013 que ha llamado mucho mi atención (y fue duramente cuestionado por la comunidad internacional) es el de los niños, niñas y adolescentes trabajadores (NAT) que impulsaron la aprobación de la Ley de trabajo Infantil en 2014[2]. La mirada euro centrista ha cuestionado duramente esta regulación; sin embargo, detrás de ese cuestionamiento se esconde una realidad inminente en nuestro lado sur y no sólo por las disparidades económicas generadas tras la invasión europea, sino porque culturalmente hablando, el pensamiento andino parte aún de un pensamiento filosófico  productivo, que implica el niño tiene una crianza a partir de un rol activo en el trabajo comunitario. Así la Escuela del Ayllu en su práctica pedagógica, genera dinámicas de trabajo que hoy en día migran del campo a la ciudad con potencial de convertirse en esclavitud para el niño migrante como efecto de la modernidad.

El sistema de justicia internacional es un escenario cuya epistemología no reconoce ciertas bases y ciertas demandas; así el caso de los niños (as) trabajadores es un espacio que merece ser mencionado pues en materia de movimientos populares, hablar de una población infantil oprimida que logró poner en agenda una demanda y reivindicar sus derechos en un sistema mundo patriarcal, eurocentrista, capitalista y adulto céntrico, es un verdadero hito que ha llevado a generar una política pública descolonizadora. Sin embargo todavía queda un largo camino por recorrer, mucha de la ciencia detrás del corazón causal de nuestras políticas públicas aún esta tejida por comunidades epistémicas que comparten  valores políticos y experiencias que no necesariamente responden a las necesidades de muchos de los sectores oprimidos

Si hablamos de hitos, en materia de drogas la Ley de coca a pesar de sus luces y sombras, es considerada un éxito a nivel mundial. Sorprende entonces que después de iniciado el proceso de nacionalización en nuestra política de drogas, las comunidades científicas detrás, no tengan esa capacidad crítica para abordar temas relacionados a salud pública o justicia penal en relación a consumos, o quizás esas comunidades simplemente carecen de la experiencia de vida que sólo los afectados directos por la aplicación de la justicia penal como herramienta de estas políticas públicas poseen. Sin embargo con experiencia o no; es comprensible que las construcciones sociales que se han tejido sobre muchas sustancias (de las cuales hablaremos más adelante) sean más fuertes a la hora de abordar el problema público de las drogas.

Aún más tela para cortar en la segunda parte de este breve acercamiento a la problemática de las drogas en Bolivia desde el pensamiento crítico.   

 

[1] Dussel afirma que la experiencia, el leguaje el consenso y la comunidad son la base del pensamiento critico

[2] “Ley regula el trabajo infantil y penaliza la erotización de niños” (2014). Página 7. Versión digital disponible en: http://www.paginasiete.bo/sociedad/2014/7/18/regula-trabajo-infantil-penaliza-erotizacion-ninos-27060.html

 

Sin anestesia
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