Los atascos se generan casi siempre por un flujo de tráfico espeso que se origina por velocidades diferentes. "Lo mejor es moverse de forma coordinada, como un banco de peces", recomienda Schreckenberg. Pero eso no siempre se puede llevar a la práctica. Un sólo conductor no puede disolver un atasco, pero quien evita estos errores minimiza la posibilidad de ser el que lo desencadene.