Acostumbrados a multiplicar sus cifras de negocio con los éxitos deportivos que el combinado nacional acumuló en los últimos años, con la consecución de dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010), bares y restaurantes acogieron la eliminación de la selección española con una "sensación de frustración y de pérdida, más allá de la propia tristeza que produce".