"Una vez finalizado el partido, fui objeto de personas del sector de preferencia, quienes lanzaron proyectiles hacia el equipo arbitral al momento de ingresar al camarín. Aún contando con resguardo policial, fuimos objetos de agresiones físicas y robo dentro del camarín”, aseguró Álvaro Campos, el árbitro del partido, en el informe que redactó.