“La violencia no puede ni debe convertirse en el mecanismo para resolver las diferencias, en este sentido, manifestamos nuestro rechazo firme a toda forma de violencia. La confrontación nunca es el camino para solucionar los problemas (…) La vida es sagrada y debe ser protegida en todo momento, ninguna causa política o social justifica la pérdida de vidas humanas”, señala un comunicado de la CEB.