La Declaración de Punta Cana, resultado de la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), contiene 71 puntos; reafirma el compromiso con la consolidación de la paz en la región, apoya el proceso de dialogo en Venezuela y rechaza la criminalización de la migración.

Los presidentes reunidos en República Dominicana rechazaron la criminalización de la migración irregular, así como todas las formas de racismo, xenofobia y discriminación contra los migrantes y reconocieron las contribuciones de los migrantes en los países de origen y destino.

Los 33 países que integran la CELAC coincidieron en su crítica a la política del nuevo presidente de EEUU. El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, que se hizo cargo de la presidencia pro tempore de la organización, aseguró al asumir la presidencia rotativa del organismo, que su país impulsará acciones para enfrentar “los cambios que experimentamos a escala global, particularmente en la atención que nos merece el relevo en la administración de Estados Unidos”.

El Gobierno de México respaldó las declaraciones de la Cumbre con una declaración escrita, en la que se afirma: ”México contribuyó activamente a la adopción de dos declaraciones especiales sobre temas prioritarios para nuestro país: desarme nuclear y migración".

Durante su intervención en la sesión plenaria, la subsecretaria de Relaciones Exteriores "destacó la importancia de adoptar un enfoque constructivo y propositivo que permita atender, de manera oportuna y eficaz, los grandes retos que afronta la región".

Respecto al tema migratorio, México enfatizó la importancia de reconocer la contribución de los migrantes como agentes de cambio, prosperidad y desarrollo para los países de origen, tránsito y destino, así como la prioridad que reviste la protección y respeto a los Derechos Humanos".