En esa situación tan dramática, la familia de Jamaliah vio cómo sus dos pequeños eran engullidos por las aguas desbocadas. Ella y su marido lograron sobrevivir, pero nunca más supieron nada de sus hijos. Con el paso del tiempo, se convencieron de que ambos habían muerto, pero una afortunadísima casualidad abrió un rayo de esperanza en sus corazones.