Blog de Hernán Murillo

¿Por qué el MAS no logra imponer su hegemonía nacional en las elecciones sub nacionales?

Pasadas las elecciones subnacionales del 7 de marzo de 2021, los resultados nos dejan mucho que analizar, en algunos casos se repite el voto anti masista. Si bien estamos llegando a la etapa final del conteo oficial hecho por el TSE y los TED correspondientes, el MAS no ha logrado imponerse en las alcaldías de las ciudades principales del eje central del país, por otra parte, de ese mismo eje solo ha ganado con contundencia una gobernación perdiendo otra y yendo a segunda vuelta en otra, en otras ciudades principales del resto del país ocurre el mismo hecho ya que en las alcaldías solo ha logrado ganar la de Oruro y Sucre, perdiendo el resto de las principales ciudades del país.

El resultado de estas elecciones en ciertas alcaldías contrasta mucho con las elecciones nacionales de octubre de 2020 en las cuales el MAS había ganado con un resultado contundente (caso de El Alto, por ejemplo) los cuales han dado su voto sub nacional a otras alternativas que no son ni el MAS ni la “derecha” como ellos llaman.

Y es que al revisar el perfil de algunos de los ganadores a cargos tanto como la gobernación o la alcaldía se da un fenómeno curioso de ser personas sin partido que han postulado con una sigla prestada y han ganado (caso MTS en Beni y Pando) o a nuevos y viejos actores que han dado un salto en la política regional creando o militando para otro partido (caso Reyes Villa, Arias y Copa) logrando una victoria aplastante con nuevos partidos.

El caso de Eva Copa se ha replicado por todo el país, siendo que, disidentes del MAS han ganado varios cargos, son estos disidentes los que han tomado por “sorpresa” al MAS ya que algunos ya fueron alcaldes (casos como el de la ganadora en Cobija) que han logrado conquistar el voto del pueblo.

Entonces ¿porque el MAS no ha logrado consolidar su hegemonía nacional en estas elecciones sub nacionales? Podemos suponer por ejemplo el hecho del “dedazo” o las roscas de poder dentro del MAS, pero, por qué realmente el MAS no se consolida a nivel sub nacional es debido a que es un partido muy grande a nivel nacional al cual solo lo une la causa de las elecciones nacionales.

En cambio, las elecciones subnacionales genera fricciones en el MAS debido a quienes son los candidatos por cada alcaldía y gobernación, estas fricciones generan disidentes en el MAS, esos disidentes son los que ahora están peleando por la segunda vuelta o en el mejor de los casos han ganado las elecciones.

El MAS es un partido que se articula por intereses nacionales, pero no lo hace por intereses regionales, en cambio, se distancia de sí mismo por estos intereses regionales en los cuales no logran crear liderazgos fuertes regionales que terminan por alejar nuevamente al MAS de las gobernaciones y de las alcaldías de ciudades principales.

Estos candidatos propuestos por el MAS no logran empatizar con el electorado de las ciudades principales, estos al perder terminan por generar un rechazo mayor al MAS con declaraciones como las del candidato Cesar Dockweiler generan aún más rechazo al MAS que hacen sentir a la población paceña insultada.

Por último, la percepción que se tiene ahora dentro del mismo MAS por el resultado de estas nuevas elecciones que al parecer ha sido un trago amargo o un balde de agua fría tras la victoria en las elecciones de 2020, el hecho de que se hable de que “rueden cabezas” dentro de este partido debe ser un hecho que se debe observar detenidamente ya que darse el caso realmente rueden cabezas o no estaríamos viendo la consolidación o el principio de la decadencia del MAS.

Opinión
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El problema de la candidatura de Añez

La actual presidenta Jeanine Añez ha polarizado aún más al país con el anuncio de su candidatura para la presidencia en las elecciones generales del 3 de mayo de este año, ha dividido al antimasismo, ampliando la baraja de “opciones” que se postulan en la carrera por la silla presidencial. El problema es que empieza a perder la aceptación como gobierno de transición, al ser comparado con el gobierno de Evo Morales, cuyas acciones dejaron sin credibilidad a las instituciones estatales. Se tiene la sospecha de que el gobierno de Añez será el mismo que el de Morales, ante dicha susceptibilidad se aumenta el hecho que Bolivia pasa por un momento histórico de aquellos que definen.

El problema de la candidatura de Añez no es la legalidad, sino la legitimidad con la que ella llegaría a dichas elecciones, si bien es respaldada por un sector de las clases populares, no hay que olvidar que otro aún apoya al MAS, esa disputa entre sectores es vital en la guerra que libra el evismo y las “pititas” que representan dicho sector.

Por otro lado, el gobierno de transición está empezando a tomar mayores atribuciones de las que debería y realiza una cacería de brujas al estilo más despiadado que existe. Otro problema es que Añez empieza a tener actitudes de estilo populista y es que es casi de manual que cuando un gobierno se atribuye como salvador de algún conflicto del país, lo repiten hasta el cansancio, Añez lo demostró asegurando casi como disco rayado que su gobierno pacificó el país. Con su postulación empieza a demostrar quien realmente ganó con la renuncia de Evo Morales, los mismos viejos políticos de la vieja derecha vuelven para intentar tomar las riendas del país, eso en efecto le da mayor probabilidad de recuperar votantes al MAS siendo que los viejos resentimientos antes del 2005 serán mucho más fuertes que la campaña de Añez.

Otro tinte populista del gobierno de Añez es que hasta ahora no se conoce si tiene una propuesta económica para el país, el único candidato que mostró una propuesta fue Tuto Quiroga y eso que él tampoco cuenta con mucho apoyo de parte del pueblo. Las acciones de Añez que la llevan a tener tintes populistas van a pasarle factura cuando termine su gobierno de transición y el pueblo boliviano no pida olvido ni perdón, solo justicia.

Será el 3 de mayo el día en que se evalué la credibilidad casi destruida de las instituciones, lo único que se le pide es que trabajen a favor del pueblo y no de políticos cuya búsqueda de poder los hace igual que Evo Morales como diría un viejo dicho: “Misma chola distinta pollera”. Además, no hay que olvidar que el masista también es boliviano y que la democracia es aceptar el punto de vista de otra persona y en base a eso construir un mismo camino que lleve a la construcción de un mejor país para todos.

Opinión
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