Blog de Juan Carlos Zuleta Calderón

Algunas reflexiones en torno al mercado del litio

Recientemente se ha indicado que, más allá de nuestras diferencias con Argentina y Chile, se debería establecer una política común con dichos países para controlar el precio del litio. Al respecto, conviene puntualizar que esta idea no pasaría de ser un buen deseo por cuanto en la actualidad el rol del Estado en tales naciones en esta materia es, a lo mucho, marginal. De otro lado, se ha mencionado a Europa como un demandante de litio que, junto con Asia, podría -  ante la eventualidad de que los tres países sudamericanos no llegaran a un acuerdo - definir el precio. Pero, al parecer, se desconoce que en la actualidad el grueso del mercado se encuentra concentrado en Asia y que dentro de unos cuantos años – cuando empiece a operar la giga-planta de baterías de Tesla Motors - se trasladará en gran medida a Estados Unidos (EEUU). Además, quizás sería bueno también advertir en este punto acerca de los peligros que conllevaría un control de precios como el que se propone en cuanto al incentivo que éste pudiera generar para la búsqueda de sustitutos del litio, aspecto sobre el cual comentaré en mayor detalle más adelante.

Adicionalmente, se ha sostenido que la demanda aumentará de manera fundamental en 2020 y que el boom del metal más liviano de la Tierra arrancará recién ese año.  Aquí, me temo que debo discrepar una vez más con esos puntos de vista por cuanto considero que el inusitado crecimiento reciente de la demanda, que muy bien se pudiera aproximar a partir de los datos de incremento de producción (42%, entre 2010 y 2014, según el Servicio Geológico de EEUU) de litio, ya refleja una tendencia que se podría ir consolidando a medida que al menos los siguientes proyectos se cristalicen hasta 2020: a) La giga-planta de baterías de iones de litio de Tesla Motors y Panasonic en actual proceso de construcción en EEUU; b) el aumento de la capacidad de producción de baterías de BYD en China; c) la mega-planta que construirá LG en China este año para abastecer de baterías de iones de litio a una mayor cantidad de fabricantes de automóviles eléctricos del mundo; d) un incremento de producción de baterías de Fox Conn, encargado de la manufactura de i-phones para Apple, posiblemente dirigidas al carro eléctrico de Apple; y e) la anunciada expansión de dos plantas de producción de baterías de iones de litio de Boston Power en China.

En este sentido, como he argumentado en anteriores publicaciones, todo parece indicar que el boom del litio ya habría comenzado. Es más, todos estos proyectos podrían contribuir a más que triplicar la producción de baterías, aumentando de manera por demás significativa la demanda de litio hasta 2020. Adicionalmente, conviene tener en cuenta que en una contribución del año 2012 presenté dos escenarios para la quintuplicación de la demanda de litio: uno, optimista, hasta 2016 y otro, pesimista, hasta 2022. Una suma de factores vinculados en lo esencial al comportamiento del mercado del petróleo, el desarrollo tecnológico de las baterías de iones de litio y la resistencia al cambio habrían inclinado las cosas más hacia la segunda posibilidad que hacia la primera, pero de ningún modo al resultado ultra conservador que se refería en ese entonces en el mejor de los casos a solo una duplicación de la producción y la demanda de litio hasta 2022.

Por último, se debe enfatizar dos puntos centrales de los mercados del  litio y nuevos minerales energéticos que atañen a Bolivia. Por una parte, que la demanda real de Tesla Motors, uno de los actuales protagonistas esenciales del mercado, ha empezado a marcar algunas pautas (para los demás demandantes potenciales de litio) respecto de los tipos de materiales que requerirá para fabricar sus baterías, tanto para vehículos eléctricos como para aplicaciones estacionarias residenciales, en los años que vienen, las cuales debieran ser consideradas por Bolivia y, por otra, que deberíamos apurarnos en ingresar con pie firme al mercado de nuevos minerales energéticos no sólo para contrarrestar la aparición de sustitutos del litio, tales como las pilas de combustibles basadas en hidrógeno, sino también para sacar ventaja del magnesio y el sodio  (existentes también en enormes cantidades en los salares bolivianos) que, curiosamente, podrían abrir en un futuro no tan lejano caminos de insospechable valor para nuestro país.

*  Analista de la Economía del Litio, participó como moderador, panelista y expositor en la Séptima Conferencia de Oferta y Mercados de Litio, organizada por Industrial Minerals y Metal Bulletin del Reino Unido, celebrada del 16 al 18 de junio del año en curso en Shanghai, China.        

Minergia
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El Ultra Keynesianismo del gobierno consigue un nuevo adepto

Con cierto azoro he leído el más reciente artículo de un conocido colega bajo el sugerente título “¿Habrá o no segundo aguinaldo?  Por tratarse de un tema no de poca monta, me veo obligado a realizar los siguientes comentarios:

En primer lugar, tengo la impresión de que el aporte empieza mal al referirse solo al estaño cuando habla de que los precios de las materias primas se desploman y cuando establece un vínculo excesivo entre el retroceso de la economía boliviana y el “metal del diablo”. Al respecto, cabe aclarar que el estaño contribuye hoy en día con menos de un 3% a las exportaciones nacionales, frente a un 46% del gas natural, 8% de la soya, 7,5% del zinc y 6% de la plata. Resulta entonces poco atinado decir que dicho metal “se empeña en hacer retroceder a la economía boliviana”.

En segundo lugar, se refiere a lo que llama los fantasmas de la inflación y deflación sugeridos por otros colegas, descartando de plano ambas posibilidades. Cabe señalar, sin embargo, que de agravarse la crisis económica emergente de los bajos precios internacionales de nuestras principales materias primas, alguno de esos fantasmas podría convertirse en zombi.

Por una parte, es posible que la disminución de divisas conduzca eventualmente a la elevación del tipo de cambio con implicaciones inflacionarias. Por otra, como ha advertido otro connotado economista, la suma de bajos precios internacionales de los alimentos y devaluaciones de monedas nacionales de nuestros principales socios comerciales, ha llevado a la economía nacional a una situación poco competitiva con efectos perniciosos sobre el aparato productivo nacional, más allá del gas y los minerales. No obstante, una alteración del tipo de cambio en estas condiciones podría generar brotes inflacionarios. De ahí que el gobierno habría optado por mantener las cosas tal como están, pero está claro que esto sólo será sostenible mientras se mantenga el flujo de divisas al país.     

En tercer lugar, sostiene que hoy se cuenta con un poderoso respaldo y una política monetaria, lo que permitiría, por un lado, garantizar las importaciones necesarias y mantener un tipo de cambio fijo, sin recurrir al endeudamiento externo y, por otro, aumentar el gasto del gobierno hacia límites insospechables, esterilizándolo cuando haga falta, por medio de bonos del Tesoro. En ambos casos, el objetivo sería el mismo: impulsar la demanda interna a través de la inversión y el gasto públicos. Este argumento, casi trivializado por el actual ministro del área, tiene sin embargo algunos problemas.

Para empezar, resulta claro que con un esquema de esta naturaleza, el país estaría fijando límites a su crecimiento por cuanto el aumento de la demanda interna per se no puede ser el motor del crecimiento de un país con un mercado interno tan pequeño. En estas circunstancias, el gobierno habría resignado nuestras aspiraciones de desarrollo de largo plazo que, como ha señalado otro colega, requerirá tasas de crecimiento por encima del 7%, muy difícil de alcanzar con el actual modelo económico.  

Adicionalmente, dado el bajón de los precios internacionales de nuestras principales materias primas, tengo mis dudas respecto a si el país podrá soportar por mucho tiempo el nivel de importaciones experimentado en los últimos años, actualmente superior a los 10.000 millones de dólares por año, y de inversión pública programada para este año de más de 7.000 millones de dólares. Si coincidimos en que estos dos tipos de impulsos son claves para mantener los actuales niveles de crecimiento económico, la pregunta que sigue es: ¿Cuánto resistirá la cuerda?

Todo esto nos lleva al título de la presente contribución. Al parecer, el ministro de economía habría reclutado un nuevo adepto para su modelo ultra Keynesiano, cuya característica fundamental es que lo más importante es la demanda y que por eso hay que destinar todo el dinero a consumir. Me refiero al autor del artículo mencionado al inicio. Hoy no diré nada respecto a si este descubrimiento hace más o menos neoliberal al ministro. Hablaré más bien de cómo el citado economista da plena fe al cumplimiento de la meta del gobierno de lograr a cualquier costa una tasa de crecimiento del 5% para pagar el segundo aguinaldo a un conjunto poblacional del país cada vez más pequeño y privilegiado.

A tal punto llega su adscripción al modelo del gobierno que da por descontado el pago del segundo aguinaldo incluso en forma anticipada para impulsar la actividad económica. Lo que llama la atención es que si bien sugiere que el futuro económico no será halagüeño, tampoco duda un instante en afirmar que no será tan negro. Esta conclusión resulta de su análisis cortoplacista en el que juega un rol crucial el cumplimiento de la meta de crecimiento del gobierno, más allá de cualquier perspectiva de trasformación estructural de nuestra economía, respecto de lo cual tiene muy pocas cosas que decir.

*  Economista. 

Minergia
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¿Bases sólidas del crecimiento boliviano?

En un reciente artículo breve publicado el 24 de marzo del año en curso en El Deber (Véase: http://www.eldeber.com.bo/opinion/bases-solidas-del-crecimiento-boliviano.html), se pretende demostrar que el crecimiento de la economía boliviana tiene bases sólidas.

El aporte arranca con una llamada de atención a quienes explicarían el ‘buen desempeño de la economía” mediante “el comportamiento ascendente de los precios de las materias primas” - interpretación aparentemente confirmada por la reciente baja del pronóstico del crecimiento del PIB - en el entendido de que todo esto sólo tendría el objetivo de demostrar la ausencia de gestión de la política económica en el país.

No obstante, como trataré de demostrar a continuación, el análisis no resiste el menor escrutinio técnico. Veamos.

En primer lugar, dice que en 2014 nuestro país creció más que Latinoamérica y el Caribe, en general, y Colombia, Paraguay, Ecuador y Chile, en particular, argumentando más adelante que “la razón se encuentra en la demanda interna” ya que ésta también aumentó en un 6.9%.

Pero, este razonamiento no explica el origen de la demanda interna, particularmente en una economía altamente extractivista como la nuestra. ¿No será que el supuesto crecimiento de la demanda interna sólo fue posible gracias al crecimiento de las exportaciones totales en general y las de gas natural y minerales en particular? Resulta curioso que, según datos del INE, entre 2013 y 2014 el crecimiento de estos dos rubros - que representaron alrededor del 80% de las exportaciones totales – alcanzó a 7.74%.

En segundo lugar, habla de que el crecimiento de América Latina está altamente correlacionado con el desempeño de los precios de materias primas (a pesar de que luego sólo se refiere – “como una muestra” - al comportamiento de los precios del petróleo, citando algunas cotizaciones mensuales, sin ninguna relevancia puesto que en general el análisis considera cifras anuales) para insinuar una consistente relación positiva entre crecimiento y precios del petróleo en dicha región, a tiempo de hacer notar que esto no acontece para nada en el caso de Bolivia.

Sin embargo, utilizando series de tiempo anuales completas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Energy Information Administration (EIA) de Estados Unidos para el mismo período (2010-2014) considerado, se puede comprobar exactamente lo contrario. En efecto, el coeficiente de correlación entre crecimiento latinoamericano y precios del petróleo es -0.71, mientras que aquél entre el crecimiento boliviano y los precios del combustible fósil alcanza a 0.83. Estos resultados ratifican un par de verdades de Perogrullo que algunos colegas se empeñan en desconocer.    

Por último, el artículo concluye – de la manera más desaprensiva - que en vista de la caída del precio del petróleo a 45 dólares, las gobernaciones, municipios y universidades deberán usar sus saldos en caja y bancos para mantener los niveles de inversión pública. Después de leer el último párrafo del relato, uno se queda pensando: ¿Se habrá dado cuenta la autora de que terminó refutando su propia hipótesis?

 

*  Economista.

Minergia
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¿Se Usarán Primero/Pronto los Super-Super Recargadores Inalánbricos en autobuses completamente eléctricos?

En un intercambio de opiniones sobre la decisión de Proterra, la principal fabricante de autobuses eléctricos de Estados Unidos, de usar baterías de litio óxido de titanio de Toshiba publicado el año pasado en Green Car Congress.com, me quedé con la impresión de que nos estamos moviendo de hecho mucho más rápido de lo que se esperaba hace un par de años hacia la propulsión eléctrica. Hay muchas cosas que se pueden decir con respecto a los autobuses completamente eléctricos.

En primer lugar, que utilizan una gran cantidad de litio, lo que implica que su despliegue masivo puede ser una gran noticia para el litio, así como para los fabricantes de baterías de ion-litio de todo el mundo. Entiendo que los autobuses de BYD necesitan alrededor de tres veces más litio que el Modelo S de Tesla. Como es bien sabido, algunas composiciones químicas de baterías utilizan más litio más que otras. Ese es precisamente el caso de Proterra, debido a que el tipo de baterías que Toshiba fabrica requiere litio no sólo para el cátodo y el electrolito de la batería, sino también para su ánodo.

En segundo lugar, como un comentarista sugirió en esa discusión, estas baterías tienden a ser más pesadas, así que esto nos debe llevar a la búsqueda de materiales más ligeros para las diferentes partes de este importante medio de transporte público. Aquí, sugerí que tal vez había llegado el momento del magnesio, a lo que otro comentarista respondió que el aluminio sería el material de elección debido a su reducido costo. No estoy tan seguro de eso, pero voy a esperar hasta ver qué resulta de una investigación pendiente que he estado llevando a cabo desde hace varios años en lo que se refiere a ese tema.

En tercer lugar, aprendí allí que los autobuses de BYD - que yo diría que cuestan alrededor de la mitad de los autobuses de Proterra - acaban de pasar la prueba de choque en los EE.UU. y se están preparando para otra más, antes de que se pueda autorizar su comercialización en el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo. Téngase en cuenta que BYD ya ha vendido 1.300 autobuses totalmente eléctricos en diferentes partes de la tierra.

Por último, tocamos el tema de recarga de los autobuses citadinos y aquí argumenté que los super-super recargadores inalámbricos (Véase mi anterior blog publicado en EVWorld.com en 2013) o simplemente los hyper recargadores inalábricos tendrían mucho sentido. ¿Por qué? Pues, debido a que los autobuses pasan de una estación a otra, sus baterías podrían recargarse de forma casi invisible en aquellas estaciones de parada mientras toman un par de minutos para recoger a los pasajeros.

* Analista de la Economía del Litio

Minergia
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Informe Final de la Comisión Nacional del Litio de Chile

La Comisión Nacional del Litio de Chile designada en mayo de 2014 por la Presidenta Michelle Bachelet en la que participé como Invitado Internacional culminó el martes pasado su trabajo con la presentación de su informe final (Véase: http://www.minmineria.gob.cl/wp-content/uploads/2015/01/Informe_Comision_Litio_Vfinal.pdf ).

Este documento se compone de una Introducción, cuatro Capítulos (Diagnóstico de la Situación Actual del Litio; Visión Estratégica para una Política Nacional del Litio; Sugerencias para un Marco Legal; y Sugerencias de Regalías, Gravámenes Específicos y otros Cobros por el Uso del Recurso), un acápite de Conclusiones con las principales propuestas para una Política Pública del Litio y seis Anexos (Diagnóstico Detallado de la Comisión del Litio; Alternativas de Chile para Aumentar el Valor Agregado de su Producción de Litio; Posición de Chile para la Construcción de una Política Nacional del Litio: Cambios Legales para la Nueva Política del Litio; Aspectos Económicos del Mercado del Litio: Renta, Regalías y otros Cobros por el Uso del Recurso; y Aspectos de la Evaluación Ambiental Estratégica). 

Por su importancia y relevancia para Bolivia, resumo a continuación el acápite de conclusiones:

  1. Se constata que los salares constituyen ecosistemas dinámicos, de gran complejidad y fragilidad, en los cuales el componente de principal interés es la salmuera, que contiene fundamentalmente litio, potasio, boro y magnesio.  Las características hidrogeológicas de las salmueras y su complejidad composicional determinan que cualquier intervención requiera de un manejo cauteloso y necesariamente integral de éstas.
  2. Se reafirma el carácter estratégico del litio, dado su alto potencial de uso en aplicaciones energéticas, y se recomienda mantener el carácter no concesionable del mineral, debido a que el sistema de concesiones mineras vigente no se adapta a la particularidad y complejidad del aprovechamiento de los salares.  Asimismo, se recomienda elevar a rango constitucional la no concesionabilidad del litio.
  3. Se sugiere reforzar el rol del Estado como dueño auténtico de estos recursos, que define las condiciones y participa de modo principal en su explotación; maximiza y capta su renta económica con una mirada de largo plazo, destinando parte de la misma al desarrollo de encadenamientos científicos y productivos relacionados; y es impulsor y garante de asociaciones público-privadas que generen mayor valor agregado al país y mayor rentabilidad social en la explotación de los salares, resguardando la sustentabilidad ambiental y la sostenibilidad de los proyectos.
  4. Se constata la necesidad de reforzar la institucionalidad pública ligada a la gobernanza de los salares, para que actúe como contraparte de las empresas que explotan los mismos, generando conocimiento al respecto y proponiendo políticas para su aprovechamiento, teniendo en cuenta todos los minerales que se encuentran en las salmueras. Dicha institucionalidad definirá un marco metodológico integral que asegurará una mejor explotación y manejo de los salares y dotará al Estado de mayores capacidades regulatorias y fiscalizadoras, a lo largo de toda la cadena de valor del litio.
  5. Se considera necesaria la creación de una empresa estatal dedicada al aprovechamiento de los salares, en especial del litio, privilegiando un modelo de negocios de carácter asociativo  público-privado, incorporando el valor compartido como principio rector. En este contexto, las pertenencias mineras actualmente en propiedad de CORFO, CODELCO,  ENAMI, serán entregadas a esta nueva empresa para su manejo.
  6. Mayoritariamente, la Comisión es partidaria de que el Estado, a través de esta nueva empresa, tenga un rol controlador en todos los proyectos de explotación de salares que se desarrollen en el país, aunque un grupo de comisionados considera que el futuro directorio de la nueva empresa debería definir el modelo de asociación público-privada en cada contrato asegurando la maximización de los beneficios para el país y la sustentabilidad del mismo.
  7. Se deben generar políticas para incentivar la investigación y desarrollo tecnológico de su forma de extracción y de sus múltiples usos en las siguientes áreas de trabajo: Desarrollo de procesos productivos de carbonato de litio para la producción  de baterías y sales acumuladoras de energía, tanto para la propulsión de vehículos como para la acumulación de energía en plantas de energías renovables (por ejemplo, solares, fotovoltaicas y eólicas); generación de tritio para aplicaciones de energía nuclear; las aleaciones litio-aluminio y litio-magnesio para producir materiales livianos de alta resistencia; usos en la industria farmacéutica; y posibles sinergias con la nanotecnología.
  8. Se propone generar y fortalecer un clúster sectorial del litio para el fortalecimiento de centros de investigación e innovación asociados a universidades y/o a la industria, así como asociaciones público-privadas para la explotación del metal que permitirán generar conocimientos, tecnologías, investigación y desarrollo.  
  9. Dado el crecimiento y enorme potencial de Chile en la generación de energía solar, se deben buscar sinergias para el almacenamiento de energía a través de baterías y sales fundidas para plantas de concentración solar, para cuyo efecto se recomienda realizar los estudios necesarios para vincular y dimensionar las relaciones entre el mercado de la energía solar y el mercado del litio, determinando el aporte del litio e identificando  oportunidades para agregar valor.
  10. Se propone diseñar, junto con CONICYT y CORFO, programas de investigación y desarrollo para el desarrollo de capacidades y conocimientos.   

 

*    Analista de la Economía del Litio

Minergia
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Precios del petróleo y producción del gas natural en Bolivia

En un artículo publicado en Bolivia y Estados Unidos (EEUU) hace poco más de dos meses, argumenté que habían al menos tres razones  para pensar que la baja del precio del petróleo no era circunstancial, sino permanente. Estos planteamientos se referían a que:

(i) La actual deflación en China aumentaría la desaceleración de su economía, junto con la decisión del gobierno chino de introducir vehículos eléctricos en su parque automotor para paliar los altos niveles de contaminación ambiental y polución del aire, derivarían en una menor demanda y precio del combustible fósil;

(ii)  el boom del gas de esquisto en EEUU habría conducido a una caída en el precio del petróleo por efecto de un aumento de la producción del mismo ya sea porque un ascenso de este tipo de producción de gas resulta al mismo tiempo en un incremento de petróleo de esquisto o debido a que una parte importante del exceso del gas de esquisto se convierte en diésel, reduciendo la demanda y las importaciones de petróleo de EEUU; y

(iii) el agravamiento del cambio climático habría apurado la sustitución del petróleo por energías renovables y no renovables alternativas y la electrificación de la industria automotriz en el mundo que estaría comenzando a reflejarse en una disminución de la demanda de diésel y gasolina.

Un mes y medio más tarde, mi contribución fue complementada por un artículo difundido el primer día de diciembre de este año por el Washington Post de EEUU como sigue. En primer lugar, se añadió a mi explicación una causa inmediata relacionada con la decisión a finales de noviembre de este año de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no reducir su producción de petróleo para mantener su cuota parte en el mercado, que dio lugar a una caída aún mayor del precio del energético.   

En segundo lugar, a la posible disminución de la demanda china se agregó evidencia sobre una reciente caída del consumo de petróleo en Europa y Japón; con información proveniente de la Administradora de Información Energética (EIA, en inglés), se informó que en la actualidad y gracias a la revolución del petróleo de esquisto, EEUU estaba produciendo dos veces más petróleo que hace unos diez años y que otros países (Canadá, Rusia y Siria) habían empezado a producir más petróleo, lo que habría influido en los precios; y se reforzó mi argumento acerca de la electrificación de la industria automotriz global con datos (también provenientes de la EIA) sobre el uso de menos combustible en vehículos en EEUU en 2014 respecto a 2008.   

La reacción del gobierno no se dejó esperar. De inicio, las autoridades del área económica y YPFB minimizaron la caída de los precios internacionales del petróleo, insistiendo en que se trataba de un fenómeno coyuntural. Luego, sostuvieron que, aun si así sucediera, la economía estaba blindada para enfrentar la crisis. Por último, como ninguna de estas posiciones pareció muy convincente en la opinión pública, el presidente del Estado se vio obligado a salir al paso para reconocer el fin de la bonanza e instar a debatir sobre la economía.

Al parecer, esta última intervención del primer mandatario de Bolivia no fue del agrado del ministro de Economía y Finanzas Públicas quien en un reportaje publicado ayer por  Página Siete intentó retomar el control de la situación. Veamos a continuación lo que dijo el ministro.

El ministro criticó duramente “los análisis pesimistas sobre el descenso de cotizaciones del energético como si fueran algo nuevo”, señalando que en 2008 el precio del combustible fósil declinó de 140 dólares el barril a 30 dólares el barril, “una caída mucho más pronunciada que la de las últimas semanas”, agregando que “una cosa es ver el precio, pero no sólo se puede ver esto, sino hay que ver el volumen”, a tiempo de sostener que en  el Ministerio de Economía han sido conservadores tanto en precio como en volumen, pero que “la economía puede producir y exportar más volumen  y es lo que compensaría una caída en el precio del petróleo”.  

Es cierto que en julio de 2008 la cotización del barril del petróleo alcanzó los 145,15 dólares y en diciembre de ese año cayó a 30,28 dólares. Sin embargo, el ministro se olvidó de decir que al año siguiente el crecimiento del PIB se desplomó de 6,15% a 3,36%. Por tanto, tiene razón el ministro al decir que este descenso no es nada nuevo, pero sería bueno también que reconociera el efecto que esta caída podría tener sobre el crecimiento del país.

Es más, el ministro se olvida de un detalle fundamental: Que la producción de los hidrocarburos en Bolivia está en manos de empresas extranjeras y que es posible comprobar con datos referidos al período 2001-2014 que hay una correlación altamente positiva (0,88) entre el precio internacional del petróleo (WTI) y el volumen de producción promedio de gas natural en nuestro país. Es decir que, normalmente, el volumen de producción de gas natural subirá sólo cuando aumente el precio internacional del petróleo. En consecuencia, resulta muy improbable que ante una tendencia de precios hacia la baja, los operadores transnacionales se interesen en incrementar los volúmenes de producción y menos aún si no existe el mercado ni la infraestructura productiva para ese incremento de producción.

 

 

* Analista de la economía de la energía

 

minergia
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El boom del litio y el rezago de Bolivia

Existen suficientes razones para pensar que estamos viviendo el comienzo de un boom del litio que en los próximos años podría transformar los modos de hacer las cosas en el mundo.  Algunos hechos recientes proporcionan respaldo adicional al argumento que articulé ya en 2008 en un blog publicado en el prestigioso sitio web EVWorld.com de Estados Unidos con relación a la aparición en la Tierra de un nuevo paradigma tecno-económico con el litio como su factor clave.

En primer lugar, según datos de Roskill (Reino Unido), una de las consultoras de información más respetadas del planeta, entre 2009 y 2013 la demanda global de litio pasó de alrededor de 90.000 a 160.000 TM toneladas métricas (TM) de carbonato de litio equivalente (CLE), lo que significó un aumento de cerca del 80% en los últimos 5 años. Se debe anotar que el mayor requerimiento provino de las baterías recargables de iones de litio que en 2009 representaron un 22,2% de la demanda de CLE y en 2013 alcanzaron un 30% de la misma.

En segundo lugar, si bien esta mayor demanda no estuvo relacionada enteramente con el despegue de diferentes tipos de carros eléctricos particularmente en los últimos años, entre 2010 y 2013 las ventas de vehículos eléctricos híbridos enchufables y completamente eléctricos con baterías de iones de litio sólo en el mercado de Estados Unidos se incrementaron de 345 a 96.702 unidades, es decir un aumento de más de 280 veces. 

En tercer lugar, en febrero de este año Tesla Motors anunció la construcción de una giga-planta de baterías de iones de litio que doblaría la capacidad energética de todas las fábricas de baterías en operación en el mundo en 2013, la misma que permitiría obtener la producción anual de medio millón de vehículos completamente eléctricos en Estados Unidos a partir de 2020.  De acuerdo con mis propias estimaciones, esta planta generaría una demanda de CLE de entre 24 y 35% de la demanda global de CLE en 2013.  

Por último, a estos datos se deben sumar los avances de la empresa china Build your Dreams (BYD) que no sólo se convirtió en el líder mundial de buses eléctricos con una producción de casi 4.800 unidades en los últimos 10-12 meses, sino que acaba de comunicar que hasta 2015 instalará en Sao Paulo, Brasil su primera planta de buses eléctricos con una capacidad de 1.000 unidades/año y el consorcio Nissan-Renault que en 2013 terminó de implementar su planta de producción de baterías de iones de litio en Estados Unidos con una capacidad anual suficiente para 200.000 vehículos eléctricos, luego de haber vendido desde 2010 hasta la gestión anterior más de 100.000 vehículos eléctricos a nivel global.   

Toda esta información no hace otra cosa que ratificar mi planteamiento de hace más de seis años y medio. Sin embargo, como he puntualizado en varios de mis últimos artículos, los esfuerzos del proyecto de litio impulsado por el gobierno nacional han sido limitados no habiendo el país siquiera podido producir hasta la fecha los volúmenes comprometidos para la planta piloto (40 TM/mes de carbonato de litio). Aún así, Bolivia, al contar con los mayores recursos identificados de litio del planeta, continúa siendo una opción en el mercado, el cual, no obstante, tiende a consolidarse y a hacerse cada vez más competitivo. En este contexto, la pregunta que debemos hacernos ahora es si para cuando estemos listos para ingresar con pie firme en el mercado, éste nos estará esperando con la paciencia que algunos quisieran.      

*  Analista de la Economía del Litio

  

 

minergia
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La desinformación campea en el tema del litio

Me he referido antes a este punto.  Por supuesto, el problema no puede reducirse a plazos incumplidos, conflictos de intereses o, incluso, a negociaciones fallidas con potencias extranjeras (aunque incluyendo “generosas” entregas de nuestras salmueras para propósitos de investigación a cambio de nada), aspectos sobre los cuales ya he comentado en otros artículos.

Podríamos hablar también, por ejemplo, de gastos dispendiosos y ausencia de resultados efectivos después de seis años de infructuosa gestión. En efecto, según información obtenida por página siete, hasta principios de marzo de 2014, la inversión estatal en el desarrollo del litio habría alcanzado a $us.121,6 millones, monto que se desagregaría en: $us.18,9 millones para la fase piloto, $us.96,8 millones para la fase industrial, $us.4,3 millones para el proyecto de baterías de litio de la fase III y $us.1,6 millones para el proyecto piloto del Salar de Coipasa.  

Asimismo, las tres plantas piloto (dos de cloruro de potasio y otra de carbonato de litio), junto con una mini ensambladora de baterías de litio, inauguradas con gran entusiasmo por el gobierno, sólo habrían generado 500 toneladas de cloruro de potasio comercializadas, de 9 a 10 toneladas de carbonato de litio almacenadas y unas cuantas baterías de iones de litio para celulares y bicicletas producidas con carácter experimental por técnicos chinos con todos los insumos importados.

Pero, hay más que decir sobre este tema. Es posible suponer que el grueso de la inversión ($us.96,8 millones) se gastó en la construcción de enormes piscinas de evaporación solar, en preparación de la etapa de producción de carbonato de litio a escala industrial. Sin embargo, lo que nunca se dijo (ni se dirá, con seguridad) es que estos aparatosos instrumentos de precipitación de salmueras tendrían (y tendrán) un rol muy limitado en el aprovechamiento sostenible de nuestros recursos evaporíticos del Salar de Uyuni de cara a la producción de al menos 30.000 toneladas/año de carbonato de litio y 700.000 toneladas/año de cloruro de potasio postergada ahora para dentro de los próximos 5-6 (o quizás más, ¿quién sabe?) años. 

Como he sostenido en anteriores publicaciones, la obstinada inclinación de los encargados del proyecto piloto hacia una opción tecnológica fuertemente basada en la evaporación solar estaba y está condenada al fracaso debido principalmente a que las tasas de evaporación solar y precipitación fluvial en el Salar de Uyuni constituyen un espejo reverso respecto de las del Salar de Atacama, uno de los pocos lugares del planeta donde esta tecnología era - hasta hace algunos años - apropiada.

Esto explicaría por qué se tardó tanto en producir/vender volúmenes tan pequeños de carbonato de litio y cloruro de potasio (equivalentes apenas a un cuarto y a la mitad de la producción mensual programada para la planta piloto, respectivamente).  

En estas circunstancias, resulta temerario concluir que se habría cumplido “satisfactoriamente” la fase piloto, tal como se menciona en la publicación del matutino paceño y, mucho más aún, avanzar hacia una licitación internacional (suspendida, por el momento, por “motivos de orden administrativo”) dirigida a contratar a una empresa especializada para que se encargue de elaborar el diseño final de la planta de carbonato de litio a escala industrial, luego de conocerse que el rendimiento obtenido en la planta piloto desde el momento en que arranca el proceso hasta que termina sólo alcanza a un 40,96%. 

De otro lado, tampoco parece haber sido tan sabia la decisión de adelantar el diseño final de la planta industrial de cloruro de potasio, toda vez que existe evidencia de que la experiencia piloto aún no habría arrojado un compuesto con grados de pureza adecuados a las exigencias del mercado internacional, tal como he señalado en una reciente publicación en hora 25. 

Lo anterior respalda mi afirmación de que aún queda mucho por hacer en cuanto al llamado “proceso boliviano” de aprovechamiento de nuestras salmueras antes de empezar a producir cantidades importantes tanto de uno como de otro compuesto químico, poniendo en cuestión también la opinión de una ex autoridad de COMIBOL en sentido de que el “proyecto piloto de litio [y potasio] está avanzando.” 

La pregunta que sigue es: ¿Hasta cuándo tendremos que tolerar esta situación, máxime si se tiene en cuenta que el boom del litio ya habría comenzado? 

Minergia
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