Agrega que “cuando el suelo está saturado de agua el aire de los poros del suelo es desplazado por esta y el O2 disuelto es rápidamente absorbido por microorganismos y plantas, por esto, los suelos anegados tiene poca capacidad de de aportar el O2 a las raíces. Esta falta de abastecimiento afecta al crecimiento de forma directa e indirecta”.