El periodista Quisbert la pasó como un reo más, pero en Chonchocorito, con los más peligrosos
El periodista Carlos Quisbert, de la redacción de El Diario, estuvo detenido preventivamente en el penal de San Pedro por investigar en el caso de la muerte del bebé Alexander. Según los datos obtenidos por el periódico digital Oxígeno.bo, él ha sido tratado como cualquier otro preso, con la diferencia de que se encuentra en la sección Chonchocorito, reservada para los considerados más peligrosos.
La Paz, 11 de marzo (Oxígeno).- El periodista Carlos Quisbert, de la redacción de El Diario, estuvo detenido preventivamente en el penal de San Pedro por investigar en el caso de la muerte del bebé Alexander. Según los datos obtenidos por el periódico digital Oxígeno.bo, él ha sido tratado como cualquier otro preso, con la diferencia de que se encuentra en la sección Chonchocorito, reservada para los considerados más peligrosos.
El periodista de El Diario fue detenido el domingo pasado en la cárcel de Qalahuma, luego de ingresar a este penal para indagar sobre los cabos sueltos en el caso de la violacion y muerte del bebé Alexander. Quisbert fue privado de libertad bajo la acusación de obstrucción a la justicia.
El lunes, la juez de Viacha, Lorena Maureen Camacho Ramírez, determinó la detención preventiva del comunicador en la cárcel de San Pedro. Según la Fiscalía, Quisbert tenía en su poder unos mensajes de una de los involucrados en el caso.
Quisbert portaba manuscritos de otros imputados que mostraron su confianza por el periodista. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que son indicios de un intento por obstruir la justicia.
A Chonchocorito
La tarde de ese lunes, el periodista fue llevado al mencionado penal, fuertemente custodiado de efectivos de la Policía, mientras él llevaba una botella de jugos Tampico, en medio de la indignación de familiares, colegas de empresa y periodistas de La Paz.
Vestido con una chamarra blanca, Carlos ingresó por la puerta principal de la cárcel, pero luego fue llevado al sector de Chonchocorito, a donde se ingresa por la parte lateral de esa penitenciaria. En suma, el periodista que investigó el caso del bebé Alexander, cuya suerte ha conmovido a todo el país, no fue llevado a las secciones donde se encuentra la llamada "población común" de la cárcel, sino donde están los más peligrosos.
Esta sección es reservada para los reos de alta peligrosidad, aquellos que no pueden ser llevados al penal de Chonchocoro, ubicado en el altiplano paceño. Entre los más importantes recluidos son los acusados de ser parte del caso Terrorismo.
En el ingreso a Chonchocorito, existen uniformados que piden el carnet de identidad y requisan a los visitantes. Celulares u objetos de valor no están permitidos. Pasos más allá, hay una puerta de metal con el rótulo de “Conchocorito”.
Tras la puerta, uno encuentra un pasillo de un metro de ancho y uno 2.30 metros de largo. Es un lugar frío y a cinco pasos uno se topa con otra puerta roja de metal con unas rejillas pequeñas. Detrás de ella, están los presos de Chonchocorito, y detrás de las rejas Carlos muestra su rostro, aturdido y confundido.
Paola Barriga, abogada del comunicador, relata que las noches fueron muy duras para Carlos porque las pasó en vela. “Me dijo: ‘no puedo dormir’, aunque dice que está nomás tranquilo. De mi parte quiero que se haga justicia, porque no cometió ningún delito”, aseguró.
La jurista contó al periódico Oxígeno.bo que Carlos le aseguró que la recluida en la cárcel de Qalahuma en ningún momento se desmayó cuando él le hizo la entrevista como lo habría señalado. “Esta señora no es víctima de nada, ella es cómplice y encubridora del delito del asesinato del pequeño Alexander”, repudió Barriga.
Como cualquier otro preso
Según fuentes consultadas por este medio de comunicación, Carlos fue tratado como cualquier otro preso que ingresa a este penitenciaria. Le obligaron hacer tareas de limpieza de baños y el patio. “Lo tratan como cualquier otro preso que cometió un delito grave, fuerte o hasta el más pequeño”, indicó la fuente.
Durante la jornada de este martes federaciones y la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) expresaron su profundo rechazo a la detención del periodista.
En Sucre, La Paz, Potosí y Cochabamba las organizaciones de la prensa salieron a las calles pidiendo la libertad de Quisbert y expresaron su descontento con las autoridades encargadas de administrar justicia.
Desde Viena, Austria, el ministro de Gobierno, Hugo Moldiz, calificó como “injusta, excesiva y abusiva” la detención del redactor del El Diario y gestionó con el fiscal General, Ramiro Guerrero su liberación.