Santa Cruz, 18 de agosto (El Día).- Según un informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD por sus siglas en inglés), la realidad muestra que cinco de cada diez de las víctimas mujeres de homicidio son jóvenes menores de 30 años, independientemente de su condición social, en los municipios que comprenden el área metropolitana de Santa Cruz.

Dicha publicación es difundida tras el hecho de sangre suscitado el pasado fin de semana en la capital oriental, donde un sujeto de 23 años victimó a la joven profesional y modelo Sophia Leticia Calvo Aponte (27).

Asimismo, la oficina de la entidad internacional en Bolivia llama a la población a realizar una auto-evaluación sobre la responsabilidad que juega la sociedad en torno a este tipo de casos.

“Los carteles de las calles en protesta deberían marcar la necesidad de políticas que incentiven a los jóvenes a no dejar el colegio, o que les den mayores oportunidades laborales, así el delinquir no se convierta en una opción. Deberíamos pedir no solo por más espacios de convivencia, de socialización saludable, espacios deportivos, sino que sean de mejor calidad dándoles a los jóvenes una opción saludable de entretenimiento.”, reza la publicación, a tiempo de revelar que según datos del Informe de Desarrollo Humano del PNUD, solo en Santa Cruz de la Sierra, dos de cada diez jóvenes ni trabaja ni estudia.

En ese marco, se llama a la sociedad en su conjunto a no eludir nuestra responsabilidad “Nosotros como sociedad tenemos también un rol importante no solo en plantar los valores de convivencia y respeto desde la familia, sino como ciudadanos”.

Para el ente internacional un detalle que fue omitido en torno a este asesinato fue la historia de vida del victimario, misma que habría permitido comprender, que probablemente estos acontecimientos se suscitan no por falta de policías en la calle, o por falta de penas más duras sino porque, en el pasado, sujetos que se convierten en asesinos, pudieron haber tenido problemas familiares, falta de oportunidades para terminar su educación o para un encontrar un trabajo que vaya más allá del sueldo mínimo. “Hasta se pudiera decir, que tal vez es proveniente de un barrio donde por cada plaza que existe hay el doble de lugares de venta de alcohol a menores de edad”, enfatiza.