El pasado miércoles 2 de marzo Berta Cáceres fue asesinada por unos hombres que entraron a su casa en la ciudad La Esperanza en Honduras. Aun no hay una versión oficial, pero los activistas ambientales están seguros de que el crimen tiene que ver con la defensa de los recursos naturales y la tierra del pueblo indígena Lenca. 

Berta había recibido amenazas de muerte, y no sería la primera vez que un activista es asesinado en Honduras; así es que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó medidas de protección para ella. Pero, en el momento del ataque estaba en una casa sin vigilancia.

Cáceres fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Copinh) y el 2015, recibió el Premio Medioambiental Goldman, la mayor distinción para activistas que luchan por el medio ambiente.

Gustavo Castro Soto, coordinador de Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México fue testigo del ataque en el que resultó herido. El domingo intentó volver a su país, pero las autoridades hondureñas no se lo permitieron. 

La Embajadora y el Cónsul mexicanos tuvieron que resguardarlo, pero temen por su vida y exigieron que se resguarde su integridad.

como respuesta la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado, en el que informa que:

“A las 8:30 de la noche del sábado 5 de marzo de 2016, el Juzgado Primero de Letras de Intibucá emitió una medida de permanencia en el país, para efectos de brindar declaración ante las autoridades competentes”.

La organización Otros Mundos emitió un comunicado dirigido a la Secretaría de Derechos Humanos, Justicia, Gobernación y Descentralización de Honduras, y a las autoridades de Relaciones Exteriores de Honduras y de México, donde expresó:

“Estamos en alerta máxima porque su salida (de Gustavo Castro) de la embajada de México en Honduras, el traslado y su presencia en la comunidad (La Esperanza) representa un alto riesgo para su integridad física y sicológica”

La situación es tan delicada que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha emitido medidas de protección a los miembros del COPINH, organización fundada por Cáceres, y ha solicitado que se permita a Gustavo Castro regresar a México.