La Defensoría registra 10 casos de feminicidio solo en el mes de enero
De acuerdo al Defensor, el modelo de la violencia como forma habitual de conducta, se construye de manera progresiva desde el hogar, pasando por la escuela y los grupos sociales, para consolidarse luego en instituciones como el cuartel, la educación superior, los lugares de trabajo, de diversión y el Estado.
La Paz, 24 de enero (Oxígeno).- La Defensoría del Pueblo registró en lo que va del mes 10 casos de feminicidio. El titular de esta institución Rolando Villena, fue consultado sobre esa situación y sostuvo que en Bolivia se está construyendo “un modelo de sociedad desprovista de valores y crecientemente violenta, donde el respeto a la vida, la dignidad y la integridad se ha relativizado”.
“El año pasado tuvimos en total 117 feminicidios y, en apenas 23 días de 2016, ya suman 10 casos, varios de ellos cometidos con tales niveles de crueldad y odio que nos hacen pensar ya no en individuos desequilibrados, sino en sociedades enfermas”, indicó Villena al referirse a los asesinatos de mujeres ocurridos en varios departamentos del país, especialmente en La Paz y Santa Cruz donde se registraron decesos por traumatismos, ajusticiamiento, asfixia e incluso incineración, algunos de ellos precedidos de alto nivel de violencia, tortura, violaciones y tratos inhumanos.
Explicó que un modelo de Estado que no garantiza la vida, la seguridad y la igualdad como derechos primarios, no puede jactarse de ser progresista ni promoverse como exitoso. “Todas las carreteras, puentes y edificios construidos o la riqueza nominal acumulada por un país, carecen de valor frente a un feminicidio que pudo haberse evitado o al asesinato de una joven, una niña o una anciana que sólo pasarán a engrosar las cifras y los datos y no encontrarán ni siquiera la justicia y menos la sanción a los responsables”, afirmó.
Formación en el hogar
De acuerdo al Defensor, el modelo de la violencia como forma habitual de conducta, se construye de manera progresiva desde el hogar, pasando por la escuela y los grupos sociales, para consolidarse luego en instituciones como el cuartel, la educación superior, los lugares de trabajo, de diversión y el Estado.
“Los medios de comunicación masiva, pero también las canciones, las danzas y el propio diálogo social y el discurso político, están cargados de violencia, machismo e individualismo, lo que se traduce en conductas que se repiten, se reproducen y se alimentan permanentemente; el problema es que estas formas se están naturalizando, generalizando e incrementando”, remarcó.
En relación a los mecanismos que promueven la violencia y el patriarcado, Villena sostuvo que muchas de las expresiones y los mensajes que transmiten nuestras autoridades, líderes de opinión o modelos ideales de personas y que son considerados inocentes o anecdóticos, están contribuyendo a considerar estas formas como “normales” y por lo tanto dignas de imitarse.
“Cuando el discurso de una autoridad está dirigido a fortalecer el machismo con la asignación de roles como que la mujer debe criar a los hijos y que el hombre debe trabajar; o cuando la violencia social y política contra la mujer no son parámetros para medir el desarrollo de una sociedad, entonces estamos frente a modelos patriarcales que se repetirán y se fortalecerán sin ninguna duda”, señaló
En relación a los mecanismos para enfrentar la violencia contra la mujer en la sociedad, Villena indicó que el problema actualmente es tan grave que debemos pensar en mecanismos urgentes de protección y sanción. “En este momento, a los familiares de las mujeres asesinadas o los padres y madres de adolescentes, niñas y jóvenes no puedes hablarle de educación o concienciación, sino más bien de defensa y protección, debido a que el Estado no tiene ni la capacidad, ni el interés ni la sensibilización para enfrentar el problema porque prefiere ignorarlo, silenciarlo o minimizarlo”.
Contra la violencia
La autoridad opinó que debemos crear mecanismos de protección ciudadana mutua, “lamentablemente basados en la desconfianza, la vigilancia y la presión sobre las autoridades y que se reflejen por ejemplo en movilizarnos para exigir presencia policial no solo en el centro de las ciudades y las entidades bancarias, sino en los barrios alejados y las comunidades; también se debe recuperar el autocuidado y la autoprotección a nivel de las familias, los grupos o los barrios”.
Del mismo modo indicó que ciudades como La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, pero también Oruro, Potosí y Tarija se han convertido en zonas de riesgo, especialmente para adolescentes, niñas y jóvenes, considerando la cantidad de hechos de violencia sexual y feminicidios que se han reportado el año pasado.
Sin embargo, dijo, tan solo estaremos poniendo “parches” y soluciones urgentes pero coyunturales, mientras el problema seguirá en tanto sigamos optando por un modelo de sociedad y de Estado que privilegie la construcción y fortalecimiento de un sistema basado en el consumismo, el conformismo, el individualismo y el éxito material como los modelos ideales de civilización.
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