Santa Cruz, 5 de agosto (Oxígeno).- En medio del dolor y consternación de familiares, amigos y compañeros de curso fueron enterrados el miércoles los restos de Paula Soliz Flores (18) y su bebé que no pudo sobrevivir al impacto del accidente.

La banda de su colegio tocó boleros de caballería en honor a su compañera y en su féretro colocaron la casaca de su promoción antes de acompañarla a su última morada en  el cementerio de La Cuchilla.

La estudiante de la unidad educativa San Francisco, que estaba embarazada de siete meses fue atropellada el lunes, junto a otras cinco de sus compañeras, por un vehículo Cherokee, cuyo conductor habría perdido el control de forma inexplicable.

Flores y su compañeros hacían hora para participar de un desfile en homenaje a las Fiestas Patrias y descansaban en el pretil de un muro

“Todos sus compañeros están muy consternados porque jamás imaginaron algo así y la recordarán con su alegría de siempre y sus sueños de querer se profesional y una buena madre”, dijo entre lágrimas la directora del establecimiento, Sueny Vásquez.

El dueño del vehículo, Emilio Cazón Rivero (45), fue trasladado con medidas cautelares a la cárcel de Palmasola, tras la disposición de la jueza segundo en lo Cautelar, Ximena Flores.

Allegados de la familia sostienen que Cazón encubre a otro sujeto más joven que habría maniobrado mal el motorizado provocando el accidente y que posteriormente huyó del lugar.

El conductor puede tener más de diez años de cárcel por homicidio culposo y lesiones gravísimas.

En el accidente otras cinco estudiantes resultaron heridas y se recuperan de cirugías, golpes y fracturas en distintos centros médico  de la ciudad.

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