Como no podía ser de otra manera, una de las preguntas al papa Francisco en el avión que lo regresaba a Italia tuvo que ver con el polémico crucifijo tallado en una hoz y un martillo que le regaló el presidente boliviano Evo Morales, cuya imagen dio la vuelta al mundo. El obsequio le fue entregado la noche del miércoles pasado y el Sumo Pontífice reveló que este crucifijo lo lleva con él y que no lo ha molestado como han informado varios medios. "Para mi no fue una ofensa", y dijo que esta obra es una manifestación del arte de protesta, expresiones que ya ha conocido en el pasado.