Asonada golpista: Zúñiga dice que lo hizo “por la patria” y que la verdad se sabrá “en su momento”
El excomandante del Ejército cumple detención en el penal de El Abra y se negó a dar más detalles de lo ocurrido el pasado 26 de junio del año pasado.

Desde la cárcel de El Abram, en Cochabamba, donde guarda detención preventiva acusado por los delitos de terrorismo y alzamientos armados, el excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, se refirió escuetamente a su accionar del pasado 26 de junio d3 2024, cuando, según las investigaciones, lideró un intento de Golpe de Estado en contra del Gobierno de Luis Arce.
“Por la patria”, fue la respuesta que Zúñiga dio a Erbol, medio que accedió a entrevistarlo en el penal cochabambino.
Según el reporte, Zúñiga no quiso que se le pregunte más de la asonada golpista del 26 de junio, pero adelantó que “la verdad se sabrá en su momento”.
El excomandante general del Ejército, en esa línea, afirmó que no quiere dar más información de los hechos para no entorpecer las investigaciones y por “respeto” a la Policía y la Fiscalía.
“Yo sé lo que ha pasado, se va a saber la verdad. Se va a saber en su momento”, afirmó.
Zúñiga, asimismo, reclamó que por el caso se le cortó el sueldo y reclamó que no se siguen los conductos para darle de baja de las Fuerzas Armadas.
“Las FFAA debían enviarme a la letra E y permitirme defenderme por dos años antes de darme de baja”, reclamó. Pero no es sólo su caso. Recuerda que, junto a él, hay 32 militares presos, todos sin seguro, sin sueldo y, en muchos casos, sin hogar. “Muchas familias están en una situación lamentable”, sentenció.
En su entrevista, Zúñiga permitió conocer detalles de su encdierro y en la cárcel tiene un liderazgo como si siguiera en el Ejército.
De hecho, el medio relata que algunos internos que pasaron por el cuartel se cuadran al verlo y lo saludan con un “¡Buenos días, mi general!”; otros le gritan “¡Mi general, papito!” y algunos le ayudan con sus bolsas, como si fueran su asistente.
“Siempre he compartido con mis soldados humildes y al llegar aquí, me encontré con la gente más humilde”, señaló al respecto.
En el encierro, Zúñiga escribe sus memorias “minuto a minuto” con la pretensión de publicarlas en un libro cuyos títulos tentativos serían “Mi lucha”, o “Las razones de mi lucha”.
El 26 de junio, Juan José Zúñiga movilizó a un grupo de militares encapuchados con quienes tomó la plaza Murillo con tanquetas y efectivos con armas de grueso calibre.
En uno de esos blindados estaba Zúñiga, que un día antes fue informado de su relevo, además de Juan Arnez, de la Armada Boliviana, y Marcelo Zegarra, de la Fuerza Aérea Boliviana; sin embargo, este último “había hecho conocer que no estaba de acuerdo” con este accionar, según las investigaciones de la Fiscalía.
El Gobierno afirma que lo ocurrido el 26 de junio fue un fallido intento de Golpe de Estado. Ese día, de hecho, Zúñiga habló de que el Ejército buscaba “recuperar la patria” y habló de formar un nuevo gabinete.
Según las investigaciones incluso tenía preparado un discurso para asumir la presidencia del Estado.
Tras un careo con el excomandante del Ejército, el presidente Luis Arce optó por posesionar a un nuevo alto mando militar, mismo que ordenó el repliegue de las unidades a sus cuarteles, con lo que finalizó los momentos de tensión en el centro político del país.