Arce felicita a Trump por su victoria electoral en EEUU y le pide apoyar el fin de los conflictos bélicos
“Fieles a nuestro firme e inquebrantable compromiso con la democracia, desde el Estado Plurinacional de Bolivia saludamos al pueblo estadounidense por la participación en las elecciones presidenciales que dio como resultado el triunfo de Donald Trump, a quien felicitamos por su victoria”, señaló el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce, felicitó a Donald Trump por su victoria electoral en Estados Unidos y le pidió que, como nuevo mandatario del país norteamericano, apoye a poner fin a los conflictos bélicos existentes.
“Fieles a nuestro firme e inquebrantable compromiso con la democracia, desde el Estado Plurinacional de Bolivia saludamos al pueblo estadounidense por la participación en las elecciones presidenciales que dio como resultado el triunfo de Donald Trump, a quien felicitamos por su victoria”, señaló Arce a través de un mensaje en su cuenta en la red social ‘X’.
En ese sentido, Arce aseveró que el nuevo gobierno de Estados Unidos tiene el desafío de apoyar el fin de los conflictos bélicos que causan luto en la humanidad, “sobre todo en Medio Oriente” y llamó a escuchar “la voz de los pueblos del mundo que piden terminar con los injustos y unilaterales bloqueos” a ciertos países, como Cuba.
“El respeto a la democracia es el pilar de cualquier sociedad libre, digna y justa”, añadió Arce.
Donald Trump ganó con amplitud las elecciones presidenciales en Estados Unidos y volverá a la Casa Blanca tras cuatro años de gobierno demócrata del presidente Joe Biden, un extraordinario retorno político para un líder que fue condenado en los tribunales, y dejó la presidencia bajo la sombra de dos juicios políticos, sin reconocer su derrota, tras haber desplegado una campaña para permanecer en el poder con denuncias infundadas de fraude que terminó con el ataque trumpista al Congreso.
La nueva victoria de Trump, que fue mucho más contundente que la de 2016, estuvo apalancada por el fuerte descontento de los norteamericanos con la economía y el rumbo del país, y la impopularidad de Biden.
Trump se encaminaba a ganar el voto popular y una mayoría en ambas cámaras del Congreso, una verdadera paliza para el Partido Demócrata, que intentó por todos los medios impedir su regreso al poder, y forzó a Biden dar un paso al costado y a entregarle la candidatura a su vice, Kamala Harris, para lograr un triunfo.
Aunque las encuestas vaticinaban una elección cerrada, Trump se imponía con holgura en los siete estados pendulares o “swing states” en los que se definió el colegio electoral: Pensilvania, Michigan y Wisconsin, los estados de la región del Medio Oeste conocida como el “Cinturón del Óxido” por su glorioso pasado metalúrgico, y Arizona, Nevada, Carolina del Norte y Georgia en el sur del país, en el “Cinturón del Sol”.
Trump recuperó todos los estados que Biden le arrebató hace cuatro años. El republicano se impuso con comodidad en Georgia y Carolina del Norte, en el sur del país, y también volvió a demoler el llamado “muro azul” en el Medio Oeste, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, los tres estados donde los demócratas habían puesto sus principales esperanzas para retener la Casa Blanca. También ganaba en Arizona, en la frontera con México, otro estado que Biden ganó hace cuatro años, y en Nevada, con un alto respaldo del crucial voto latino.