La mañana de este miércoles, el presidente del Estado boliviano, Luis Arce, propuso ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua que el 2024 sea declarado como el “Año Internacional del Agua para la Vida”; sin embargo, omitió hablar del “derecho humano al mar”.

En su discurso, Arce fue enfático en señalar la necesidad de encarar acciones estatales y regionales para garantizar el acceso al agua y también asegurar su uso eficiente.

“Debemos encontrar un equilibrio usando todos los recursos y conocimientos científicos y ancestrales (…) para preservar el agua y el futuro de la vida, garantizando su uso y disfrute para el conjunto de la humanidad, en especial los grupos vulnerables (…) Hacemos un llamado a todas las naciones para que por encima de nuestras diferencias políticas e ideológicas trabajemos en la construcción de un futuro en el que todos tengan acceso al agua limpia y pura”, afirmó el Jefe de Estado boliviano.

En ese sentido, Arce propuso que el año 2024 sea declarado como el “Año Internacional del Agua para la Vida” promoviendo así que todos los estados encaren una “gran movilización de acciones en todos los niveles para hacer frente a la crisis mundial del agua”.

En su intervención, el Presidente boliviano también dio lectura a las propuestas elaboradas por el país a favor del cuidado y uso equitativo del agua, mismas que fueron elaboradas en reuniones entre autoridades nacionales, instituciones académicas y de investigación, operadoras de servicio de agua y organizaciones sociales e indígenas.

Estas fueron las propuestas que leyó Arce ante la ONU:

• Reafirmar el derecho al agua potable y saneamiento como un derecho humano esencial, para el pleno disfrute de la vida y todos los derechos humanos, como fue establecido en la Resolución 064/292 de la Asamblea General de Naciones Unidas de 2010.
• Reconocer en la próxima Asamblea de la Tierra, del año 2024, que el agua es el centro de la vida, estableciendo además los ríos, lagos, cuencas y a la Madre Tierra como sujetos de derechos, escuchando su vulnerabilidad y la amenaza actual que sufre su existencia en todos los lugares del mundo.
• Crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en las Naciones Unidas, que promueva el manejo, la gestión y conservación del agua, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral en el marco del cumplimiento de los objetivos internacionalmente acordados relativos al agua, fortalecimiento los compromisos políticos, sociales y ambientales.
• Designar a un enviado especial para el agua de las Naciones Unidas, que tenga como misión activar ese mecanismo.
• Reconocer la autoridad de la gestión comunitaria del agua y el saneamiento básico de las comunidades locales y pueblos indígenas.
• Establecer la condonación de deudas de los países en desarrollo cuyos recursos financieros hayan sido destinados a la producción y acceso al agua, a la adaptación hídrica y a la resiliencia climática.
• Exhortar a los Estados desarrollados y organismos internacionales y multilaterales a que proporcionen mayores recursos financieros, para gestionar, conservar y amortiguar los impactos de la crisis hídrica, por medio de la asistencia internacional.
• Establecer la necesidad de que todos los países aprueben o actualicen las legislaciones nacionales, para garantizar la protección y conservación de las fuentes de agua, el acceso equitativo para todos los usos y seres vivos, promoviendo la participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y afrodescendientes y grupos vulnerables.
• Reconocer la importante interrelación que existe entre el agua, la soberanía alimentaria, la generación de energía y el mantenimiento de los sistemas de vida bajo un esquema integrador y amónico para el desarrollo.
• Visibilizar al agua como elemento de paz de integración de los pueblos, mediante el cual los Estados cooperan para garantizar la protección de las fuentes de agua y el uso razonable y equitativo.