El vicepresidente del Estado, David Choquehuanca, inauguró este lunes 8 de noviembre la legislatura 2021-2022 con la promesa de escuchar y dar solución al clamor de justicia del pueblo boliviano, particularmente de las víctimas familias de las ‘masacres’ ocurridas durante la gestión de Jeanine Añez, el 2019.

Precisamente, la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional inició con un minuto de silencio en honor a quienes, dijo Choquehuanca, ofrendaron su vida para garantizar el “retorno a la democracia” en el país.

“Un país sin justicia es una nación sumergida en desorden y caos...el pueblo clama justicia”, aseveró Choquehuanca en su discurso.

En ese sentido, el Vicepresidente pidió identificar a los responsables de los hechos luctuosos de 2019 y 2020 “para que no vuelvan nunca más, no queden en la impunidad y que la justicia actué respetando el debido proceso”.

“El 2020 nos ha advertido y nos ha enseñado de que el caos político, las muertes, el racismo, el abuso, la corrupción, las injusticias y la violación de los Derechos Humanos no son el camino de nuestro sistema plurinacional", afirmó a tiempo de señalar que el encontrar justicia por las víctimas de las masacres del 2019 es “responsabilidad de todos”.

En su discurso, Choquehuanca también se refirió a la división reinante en el país y aseguró que se utilizará todos los recursos que otorga la democracia “para desterrar todo tipo de fascismo, de colonialismo interno y externo, de racismo y enfrentamiento entre los bolivianos”.

“Se acabaron los tiempos de experimentos económicos practicados en el sufrimiento de nuestro pueblo, necesitamos superar las divisiones, las contradicciones excluyentes y todo desequilibrio (…) Hemos comprendido que nuestro problema de la identidad nacional será superado cuando aceptemos que nuestra historia es una herencia gloriosa y no es una carga”, aseveró.

Finalmente, Choquehuanca garantizó que en la nueva legislatura se seguirá trabajando bajo la lógica del ‘vivir bien’ y en busca de estar en armonía con la madre tierra y aseveró enfáticamente que el “proceso de cambio es irreversible y no dará marcha atrás”.