El candidato a la presidencia por la alianza Crecer, Luis Fernando Camacho, y el exministro de Gobierno, Arturo Murillo, protagonizaron ayer una polémica discusión verbal referida a una presunta persecución a perseguidos políticos.

Y es que Camacho acusó a Murillo, de presionar a los perseguidos políticos para evitar que apoyen su candidatura.

La declaración la hizo en presencia de la presidenta Jeanine Áñez y del propio ministro, durante el encuentro de actores políticos y candidatos que se desarrolló ayer en Santa Cruz.

“Señora presidenta, si muchos de los presentes han dicho eso, es porque asumen de que usted no debe estar al tanto de que su Gobierno, a través del ministro Murillo, presiona a nuestros presos y perseguidos políticos para que no apoyen a Camacho por sus juicios que tienen pendientes”, denunció Camacho,según reportó El Deber.

La respuesta del Ministro no se dejó esperar. Primero, a través de su cuenta de Twitter, calificó de “cobardes” las acusaciones en su contra y aseveró que él “no graba ni extorsiona”.

"Desmiento cobarde acusación, pido a Mario Cossio y a Manfred Reyes Villa digan si alguna vez se los presionó. No grabo, no extorsiono” (sic), escribió Murillo.

Luego, en el propio Encuentro, visiblemente molesto, también tomó la palabra para referirse al tema. En la reunión, Murillo tomó la palabra y negó las acusaciones de Camacho, al aseverar que él sufrió persecución política durante los 14 años del Gobierno del MAS, y que ahora no replicará esa actitud.

"No aceptó que me acusen, jamás podría perseguir a nadie", enfatizó Murillo, notoriamente molesto por la acusación, y agregó que él no amenaza a amigos ni a enemigos.