1 de septiembre (Infobae).- El avance del Estado Islámico representa una seria amenaza tanto para Medio Oriente como para Occidente. El grupo terrorista ha superado sus capacidades militares de una manera superlativa, en parte gracias a los multimillonarios rescates que exige para devolver a sus secuestrados. Pero nada detiene a este movimiento yihadista. Según Abu Ali, un comandante de un grupo rebelde sirio, uno de los objetivos más importantes que tiene ISIS es desarrollar armas biológicas con vistas a futuros ataques masivos.

El combatiente que se enfrenta a las fuerzas del régimen de Bashar al Assad revela que esa información la consiguió tras apoderarse de una computadora portátil perteneciente al Estado Islámico durante un ataque a un edificio de la provincia siria de Idlib, cerca de la frontera con Turquía, de donde lograron desplazar a los yihadistas.

Ali cuenta que la máquina no estaba asegurada con ninguna contraseña, pero al abrir los archivos, éstos estaban vacíos. Sin embargo, comenzaron a inspeccionar las carpetas con más detalle y lograron recuperar material valioso que se encontraba en "archivos ocultos". En total eran cerca de 146 gigabytes, con 35.347 archivos en 2.367 carpetas.

Dentro de ese material, había infinidad de documentos sumamente importantes. Los rebeldes sirios recuperaron desde manuales para conocer cómo hacer bombas, videos de Osama Bin Laden, instrucciones para el robo de autos y lecciones para el uso de disfraces, entre otras cosas.

Entre los datos, se pudo rescatar la identidad del propietario de la máquina, que era Muhammed S., quien se unió al Estado Islámico y estudió Física y Química en dos universidades en el noreste de Túnez.

Uno de los documentos más importantes que los rebeldes lograron extraer es uno de 19 páginas en árabe por medio del cual se explica cómo desarrollar armas biológicas y cómo militarizar la peste bubónica de animales infectados.

"La ventaja de las armas biológicas es que no cuestan mucho dinero, mientras que las pérdidas de vidas humanas pueden ser enormes", reza el documento.

En esos archivos clasificados se explica, además, que "cuando se inyecta el microbio en los ratones pequeños, los síntomas de enfermedad deben empezar a aparecer dentro de las 24 horas".

Por su parte, el material también incluye una fatua de 26 páginas sobre el uso de las armas de destrucción masiva. "Si los musulmanes no pueden derrotar a los kafir [infieles] de una manera diferente, se permite el uso de armas de destrucción masiva", afirma uno de los miles de documentados encontrados por los rebeldes.

En diálogo con Foreign Policy, un miembro del personal de una universidad tunecina confirmó que Muhammed asistía al establecimiento, aunque aseguró que perdieron su rastro desde 2011.

Ésta no es la primera vez que los yihadistas intentan desarrollar un plan biológico. Antes del atentado del 21 de septiembre sobre los Estados Unidos, Al Qaeda había intentado experimentar con un programa de armas químicas for sure.

A pesar del material hallado, aún no hay nada que sugiera que los terroristas ya cuentan con estas armas. "La verdadera dificultad en todas estas armas... [es] que en realidad tienen un sistema de distribución que funciona y que va a matar a mucha gente", alertó Magnus Ranstorp, director de investigación del Centro de Estudios de Amenazas Asimétricas en el Colegio de Defensa Nacional de Suecia.

"Lo mejor es hacerlo al lado del aire acondicionado. También se puede utilizar durante las operaciones suicidas", se aconseja en uno de los documentos.

Los multimillonarios ingresos económicos que consiguió el ISIS por sus secuestros aportaron significativamente a la financiación del grupo terrorista.